MARÍA DESCUBIERTA - EL CORTO METRAJE.
Era casi medianoche cuando toda la casa quedó en un repentino silencio, el cansancio nos había ganado a todos, bueno, a todos no, Carolina estaba con todas las pilas puestas. Cuando entré en la habitación salía del baño totalmente desnuda y se me abalanzó para abrazarme y besarme, su cuerpo, su maravilloso cuerpo despedía un calor exagerado y al retroceder choqué contra la cama y caí sobre ella, esto la ayudó a dejarse caer sobre mi cuerpo y volvió a besarme entremezclando amor y pasión en esa entrega de labios y lenguas, repetía que me amaba y luego de besar mi cuello y provocarme un brutal escalofrío al pasar la lengua sobre él, se deslizó para bajar mis pantalones con rapidez.
Enseguida estuve desnudo y a su disposición, ascendió hacia mi torso rozando con sus tetas durísimas mis muslos y al llegar al miembro erecto y dispuesto apretó sus tetas contra él tres o cuatro veces en una “cubana” imperfecta y la dejó para llegar a besar mi estómago y luego mi pecho, sabía que la famosa “cubana” no me causaba demasiado placer. Yo corrí mi cuerpo subiendo más a la cama con ella encima y al besarme nuevamente los labios calzó el glande en su vagina inundada, de ahí a comenzar a penetrarse fue un parpadeo.
Lo hizo entrar lo más que pudo y recogiendo las rodillas al costado de mi cuerpo, se dispuso a cabalgarme dejándose caer. Vibró todo su cuerpo cuando la auto propinada embestida me hizo chocar con su interior y cerró los ojos apretando sus labios. Se tomó unos segundos y dejando afuera mis huevos mojados por su flujo comenzó con un movimiento ondulatorio que junto con los apretones de sus músculos vaginales casi me arrastra en el orgasmo placentero que no quiso retener.
Muy poco después de su descarga, cambió los movimientos y se aceleró en entradas y salidas que machacaban el glande contra su útero como si buscara que el miembro de “su” hombre penetrara hasta más allá de lo que la física permitía. Aún con los movimientos, la tensión de su cuerpo me anunciaba un nuevo orgasmo y la ayudé apretando los pezones erectos de esas tetas perfectas, el gemido casi grito, cuando el orgasmo se hizo presente, me indicó que se controlaba por las visitas pero la agotó más y se dejó caer a mi costado.
Yo seguía duro y me incorporé para besar su cuerpo, sus tetas y sus labios pidiéndole que se pusiera en cuatro, no tardó nada en colocarse y movió su culo esperando por el “pijazo” acostumbrado y me miraba desde un costado doblando la cabeza. Esta vez no fue así, bajé la cabeza y me apoderé de su agujero con toda mi boca para tratar de penetrar su dilatación con mi lengua, su gemido fuerte y el modo en que apretó la almohada con sus dedos como garras, me incentivó a seguir horadando “a lengua” su ano.
- “Por favor mi ángel, vida, metela, mete tu pija, no puedo con eso, me enloquece, ayyyy, no me aguantoooo”.
Mí índice y mi pulgar se habían aferrado a su clítoris, bastaron dos apretones en el “botoncito” endurecido y la explosión y el movimiento conjunto arrancó mi cara de su orificio, quedó temblando y con su cabeza enterrada en la almohada a la cual sostenía fuertemente aferrada por sus dos manos lo que le sirvió para ahogar su grito. Pocos instantes después, aún en la misma posición, soltó la almohada y me miró con un sólo ojo, el otro, tal como la mitad de su rostro, estaba tapado por su cabello revuelto, la sonrisa, como siempre, me encantó.
- “¿Qué me hiciste amor?, me volviste loca con la sorpresa de tu lengua en mi culo, nunca me lo habías chupado así, fue tremendo”.
- No lo pensé Cielo, sólo salió…
- “Salió genial pero ahora necesitás entrar y yo también te necesito ahí, dale con todo”.
No pensaba apurarme, me sentía bien y el “poquito a poquito” se imponía, vería como resultaba en Carolina. Se puso firme para “aguantar” y comencé a penetrarla, la desesperación se notó cuando terminé de ingresar el glande porque ella intentaba dar un golpe de caderas para penetrarse pero yo frenaba todos sus intentos, se tensionaba para empujar y se aflojaba cuando no podía, yo seguía avanzado a paso de hormiga. Había ingresado la mitad de “mi amigo” que ayudaba palpitando como corazón de caballo desbocado e incentivaba todas sus sensaciones y volvió a “encerrar” su cabeza en la almohada puteando e insultando como descocida.
- “La puta madre que me parió, ¿qué puta cosa me hacés?, parece que me dieras electricidad, por favor Guille, la putísima madre aflojáááá que me mueroooo”…
Verdaderamente, no aguantó y el orgasmo fue espectacular con chorro de flujo y orina incluido, sus rodillas se vencieron y en plenas convulsiones entré hasta lo más profundo y aceleré repentinamente mis movimientos, fueron cinco o seis veces en que reboté contra sus nalgas y la inundé de leche tibia, “noooo” gritó amortiguándose por la almohada y sus temblores y contracciones continuaron unos segundos más.
Se quedó un rato quieta tratando de salir de la agitación y respirar con normalidad, yo seguía profundamente instalado en ella con la pija latiendo mientras se iba deshinchando, cuando finalmente salí, me di cuenta que yo tampoco quería más, en realidad, no tenía ganas de querer más porque mi recuperación se activaba con sólo desearlo, el tema era que con algunas mujeres realmente me sentía satisfecho. Carolina se colocó boca arriba y se reincorporó para apoyarse en el respaldo.
- “Puse todo a la miseria, esa forma de hacerme la cola o mejor dicho de tomar verdadera posesión de mi culo, me descontroló, parece una corriente eléctrica que te llega al cerebro. Me encantó cielo aunque me parece que no es para repetirlo muy seguido porque a vos el esfuerzo y la concentración te agotan”.
Carolina tenía la virtud de ver cada una de mis reacciones, por lo menos las físicas.
- Es verdad me cansa bastante pero ya estoy listo para repetir lo que quieras.
- “Si es por mí, paso mi vida, tengo el útero machacado y mi culito no quiere más, si querés dámela en la boca”. Le dije de bañarnos y dormirnos…
- “Anda primero vida, yo sé lo que pasa, se te para, me caliento y termino destruida, voy a aprovechar para cambiar las sábanas porque me hiciste orinar como una criatura, ¡sádico!, no tenés piedad de tu mujercita, jajaja”. Mucha sonrisita pero zafó de bañarse conmigo y tuvo que reconocerlo con una sonrisa cuando se lo dije después.
Se abrazó a mí para dormirse pero no la noté floja y abandonada cuando me abrazó, a decir verdad, tampoco estaba tensionada pero, una cierta tensión existía.
- “Cielo, ¿estás dormido?”, esa pregunta con la boca pegada a mi oído anunciaba preguntas y respuestas, le dije que no y se lanzó…
- “Aunque sé que puedo preguntarte y no siempre me vas a responder, debo preguntar… ¿Qué se traen entre manos Ana María, Julia y vos? Algo andaban “secreteando””.
- Está bien que lo preguntes, te iba a contar pero hacerte el amor me hace olvidar de todo, es un tema con la hermana de Julia, ella y Ana me dijeron de contarte pero les dije que esperaran. -Una mentirita no venía mal-.
- “La hermana es esa María, ¿no?, es una muy linda mujer pero parece candidata a ser una “chusma de barrio” de batón y entrecasa, tiene ese tipo de mirada para con todos, ¿qué pasó con ella?”.
- Cuando volvíamos de lo de Gimena, Julia nos contó que siempre tiene algo para decir de ella, ya viste que fue la primera que llamó diciéndole de las tetas en la tele, de hecho cuando los saludamos al llegar vino a decirme que la hermana ahora iba a conseguir un novio, que por fin a tener una familia “como la gente”, en fin todo ese tipo de boludeces, además nos dijo que anda siempre tratando de averiguar lo que sucede entre las sábanas de los demás, sin fijarse en la de ella, que tenía dudas que todo funcionara bien en su pareja.
- “Es lo más probable, no es feliz, dice a todos que sí y trata de ver como hacen los demás para estar bien, ¡pobre!”.
- Eso es así porque me lo dijo, la cuestión es que yo por bocón le dije a Julia que si jodía le partía el culo y no la iba a molestar más, ¡para qué!, se puso como loca y me pidió que la cogiera y ella quería sorprenderla con “las manos en la masa” o “ensartada”, que para el caso es lo mismo y de ese modo no abriría más la boca porque le tenía miedo al marido celoso y terror a divorciarse.
Carolina se estaba haciendo su propia “película” que casi nunca tenía el guión equivocado y comenzó a reírse imaginando no sé qué cosas. Me pidió que siguiera…
- Cómo te imaginarás, la “negra” se prendió en la joda y comenzó a aportar ideas, que filmarla, que estar ella de testigo, etc… Las tuve que frenar y le dije que iba a hablar con ella para tantearla pero, a la mínima duda, se abandonaba todo. La convencí que me contara de su vida y es tal como vos decís, no sabe nada, el marido es su único hombre, es muy celoso, no la deja usar dos piezas, las amigas le cuentan cosas que ella no conoce y alega conocer, quiere averiguar pero no se anima con ninguno porque el entorno de conocidos no son de fiar, por lógica, todo eso que acumula la hace hablar de más y despotrica por todo porque no puede decir lo que verdaderamente piensa. La cuestión que en la charla le hice “el tiro” para darle lo que ella necesitaba y para que no tuviera temor a que nadie se entere, “le hice un buen verso”, ¡ni te imaginás lo que pasó!
- “¿Qué iba a pasar cielo?, se prendió como el náufrago a un madero, eras su única oportunidad. Que lentos son los hombres para entender”.
- Me empezó a pedir que le hiciera de todo, que quería saber lo que era un verdadero culo roto y demás, el tema fue cuando me tocó el orgullo diciendo que le hiciera todo aunque la tuviera más chiquita que el marido, ahí no me aguanté y se la mostré. Se trastornó, que era mucho más grande, que quería chupármela pero como no se podía le dije que buscaríamos la oportunidad más adelante y quedó recaliente.
- “Jajajajaja, a vos sólo se te ocurre mostrarle semejante pija y no esperar que no se “trepara a las paredes”, jajaja”.
- La dejé y les conté a las dos, Ana me creyó pero Julia dijo que le estaba tomando el pelo, que la hermana era muy “mojigata”, que era imposible que se “regalara” así. Ana casi la pelea por no creerme pero yo la hice mejor le di mi teléfono porque había grabado todo y les dije que escucharan y después me decían”. Escucharon y volvieron las dos “recalientes” y con ganas de “embocarla” en el acto, hasta hicieron planes para eso.
Carolina se me quedó mirando y me imaginé lo que querría ahora, escuchar la grabación y saber que haría al respecto.
- “Amor de mi vida, ¿sabés lo que te voy a pedir?
No le contesté nada, tomé mi celular, busqué lo que tenía grabado y se lo di, Caro se lo llevó a la oreja y se puso a escuchar. A medida que escuchaba llevaba una mano a su entrepierna y comenzó a acariciarse lentamente, cuando terminó la reproducción, me dio el teléfono, se chupó el dedo y me habló:
- “Quiero estar, la hacemos fleco entre todas, vos te la coges y nos la dejás a nosotras, esa no abre la boca nunca más, ¿cuándo lo van a hacer?”.
- Mañana pero yo no quiero que vos estés, Ana María puede pasar como una amante del dueño de la Estancia pero vos sos mi mujer, se quiera o no, quedaría ese estigma dando vuelta y si alguna vez habla, la tengo que colgar de un árbol, no, vos no podés.
- “Está bien pero lo filmás todo, de pe a pa, luego, cuando todos se vayan lo vemos Ana, Julia, vos y yo, aunque tengas que decirle a Julia que se quede un día más”.
- De pe a pa, no podemos, Julia y Ana van a filmar con los celulares.
- “Te olvidás que en el Depósito de medicamentos yo tengo dos cámaras miniaturas instaladas, una en un cuadrito de mesa y otra en un Ojo de Osiris de adorno, lo ponés en la mesita de luz o en un estante y graban todo el cuarto directo a mi computadora dónde queda todo registrado”.
- Tenés razón, no lo había pensado, me vendrían bien para grabarles el culito a ustedes.
- “Tonto, los tenés a todos en vivo y en directo. ¿Dónde lo van a hacer?
- En la habitación de Rosalía, ella piensa que es para mí sólo no preguntó ni con quien, entramos por atrás y no nos ve nadie.
- “Viene bien, yo me voy a llevarlas a ellas y tardaré como dos horas y por lo que escuché el marido sale a andar en cuatriciclo, vamos a dormir y porfa, acordate que quiero verlo todo”… ¡Qué facilidad!, se abrazó a mí y se quedó frita”.
Al día siguiente, a las ocho de la mañana, estábamos desayunando principalmente los mayores, muchos de los más jóvenes siguieron hasta las once. Yo saludé a todos y desayuné con una nieta sentada en cada muslo, esto derivó en que debí turnarme para que otros hicieran lo mismo, salvo la hija mayor de Julia que andaba en los doce años y quería que Lucas y Natividad la llevaran a dar una vuelta en el cuatriciclo. Aproveché en un aparte a llamarlo a Lucas para avisarle que iba a necesitar los servicios de la empresa constructora del amigo para hacer una casa desde los cimientos, me dijo que después me pasaría todos los datos.
A las nueve y media fui a la habitación y dejé colocadas las cámaras, el cuadrito en la mesita de luz y el Ojo de Osiris en un estante, las dos abarcaban toda la habitación y volví a la cocina para ver que el marido de María y mi hermano alistaban el cuatriciclo, ya María estaba dando vueltas, le hice una seña y me fui a la casa de las chicas. A las diez en punto entró decidida y luego del beso de lengua que me dio gimiendo por el beso y por el apretón de nalgas que le di por debajo de la pollerita que traía puesta, me preguntó dónde era la habitación, que estaba que volaba de la “calentura” que tenía.
Cuando le mostré la puerta entró delante de mí y no bien ingresó en el cuarto se sacó la remera dejando ver que no llevaba sostén, casi al mismo tiempo desabrochó la pollera y se agachó para sacarse la bombachita, estaba depilada por completo y finalmente se sacó las zapatillas. Totalmente desnuda se subió en la cama, dio una muestra girando en redondo y me dijo:
- “Absolutamente desnuda y depilada para vos tío, cogeme, culeame, hacé que te la chupe y pedime lo que quieras quiero ser bien puta para vos, dejame descubrir todas las cosas que no conozco”.
Aún parado me acerqué al borde de la cama sacándome la ropa y se arrodilló para echarme los brazos al cuello y besarme con desesperación, cuando aflojó un poco le pedí que se sentara y metí la cara entre sus piernas, me recibió su concha de labios gruesos totalmente anegada. las tres o cuatro lamidas por todo lo largo desde el agujero del culo hasta su clítoris gordito e hinchado que terminé absorbiendo, la hizo elevar su cuerpo tensionándolo todo, el gemido largo, el temblor y la cantidad de flujo me hizo saber de un orgasmo fuerte que evitaba gritar.
Mientras duraba su estremecimiento bajé mis pantalones junto con el bóxer y llevando sus piernas a la cintura, la penetré de dos estocadas y me quedé allí por unos segundos haciendo tope con su interior. La vagina lubricada no ofreció ninguna resistencia, la estrechez dio paso al ariete aferrándolo con sus paredes, la pija latía por la presión que ejercía todo el lugar y aproveché para sacarme totalmente el pantalón pisándolo con uno y otro pié, esto generó un movimiento y con los ojos y la boca muy abiertos por la sorpresa, alcanzó a decirme, presa de la agitación…
- “No te muevas tío, me partiste la concha, no te muevas, ahhhh, me duele pero es un placer inmenso, ¡qué pija por Dios!, ¡qué pedazo de verga me estoy comiendo!, movete despacio que me arrancás todo, ahhhh, dale un poco más, voy a acabar, no me aguantooo”.
Quise darle ritmo pero fueron pocas las veces que salí y volví a entrar hasta lo profundo, tuve que agarrarla fuerte de los muslos porque comenzó a moverse descontrolada y con un bollo de sábanas en la boca tuvo un orgasmo nacido desde el fondo mismo de sus entrañas, el chorro a presión me mojó la pelvis y la tensión de su cuerpo la llevó a mantener sólo la cabeza apoyada en la cama, hasta que, aún temblando, se dejó caer desmadejada.
- “¡Ufff!, dejame recuperarme, en mi vida volveré a tener un orgasmo así, se me fue el alma en ese polvo, seguí tío, seguí quiero más”.
No quise seguir en esa posición, le pedí que se pusiera en cuatro mirando hacía el respaldo, lo hizo apoyándose con firmeza y moviendo su culo para incentivarme y en lugar de subir directamente di la vuelta a la cama para que su vagina dilatada y culo quedaran expuesto hacia la puerta entreabierta dónde se veían los celulares y las caras excitadas de Julia y Ana María. Me subí a la cama y me puse detrás de ella, con la mano trasladé sus flujos al agujero de su culo e introduje el pulgar para dilatarlo un poco y lubricarlo.
El gemido de satisfacción fue tremendo y apunté finalmente con el glande a ese agujerito palpitante, la penetré en cuatro o cinco veces porque antes de llegar a lo más profundo quería escuchar sus exclamaciones.
- “¡Ayyy, me duele, me duele, seguí que me aguanto, dame más, me va a quedar abierto como para meter la mano, rompé, rompeme el culo, más, más, no te pares, sííí, ¡qué tremendo pijazo!”.
Cuando llegué hasta lo más profundo que pude comencé con un ritmo rápido, ella tuvo enseguida su orgasmo y ya no paró, era uno detrás del otro, sollozando y pidiendo más, me apuré cuando, vi por el rabillo del ojo, la presencia de Julia a un costado y la saqué de golpe para regarle toda la espalda de leche.
- “¡Así te quería encontrar, muy de señora recatada dejándose romper el culo por el tío y a escondidas de tu marido!”.
Salté hacía un costado cuando empezó a gritar y Ana María tuvo un primer plano fantástico de su culo completamente dilatado. El salto que pegó María y la cara de terror no se puede explicar en letras, su palidez fue instantánea y Julia seguía filmando sin que le temblara la mano.
- “Julia, nooo, no es lo que vos crees, yo te puedo explicar, no me filmes, no es como vos decís”. -La estupidez de esa excusa remanida y tantas veces esgrimida, tampoco se puede explica-. Saltó Ana María…
- “Sin embargo, te estamos filmando desde que te chupó la concha hasta que te llenó la espalda de leche y nos parece que es así, estabas cogiendo con tu tío y los polvos que te echaste no mienten, yo soy testigo de eso”.
- “¡Ana María!, vos también estabas, no es así pero, no, si claro, parece pero…”. Julia se reía…
- “No nos expliqués nada, las dos sabemos lo que es tener esa verga incrustada en el culo y lo que provoca. No sé qué va a hacer el tío pero vos tenés dos opciones claras o te quedás un rato a “jugar” con nosotras dos o tres si el tío quiere o se destruye tu matrimonio y tu vida de santa mojigata con toda la familia escandalizada”.
- “¿Qué decís?, estás loca, a mí no me gustan las mujeres”.
- “Te aseguro que te van a gustar y no tenés opciones, te cogemos las dos hasta que digas basta y lo disfrutás o ya nos estamos yendo a mostrar los videos para que no vuelvas a abrir tu puta boca hablando mal de nadie, elegí”.
Era un vil chantaje y Julia lo disfrutaba mirando las lágrimas que la hermana no contenía. Yo comencé a vestirme y les dije:
- No creo que se decida, vamos chicas y hacé lo que tengas que hacer Julia. Me abrochaba el pantalón cuando María la tomó del brazo a la hermana.
- “Quédense, vamos a coger todos, por favor, se los pido por mis hijos, hagan lo que quieran conmigo, por favor tío, por favor”.
- No me voy a quedar y te diría que no seas tan tonta y disfrutes todo lo que está por venir, te va a cambiar la vida, vas a gozar como nunca, después tenés que contarme y aprendé también a mantener la boca cerrada.
Le di un piquito y comencé a salir despacio, en la puerta me volví a mirar y Julia la tenía abrazada “comiéndole” la boca mientras Ana le besaba el cuello desde atrás, hasta noté colaboración en María. Mi sobrina tendría una de las mejores experiencias de su vida e iba a aprender mucho más de lo que pensaba. Todavía les quedaba un poco más de una hora de tiempo y después de higienizarme un poco en el baño salí pensando en lo que se vería en la computadora, sería una sorpresa para ellas también y me fui a oxigenar caminando un rato por “mí” calle de cedros antes de regresar a la casa.
Ya en la casa se me acercó Marta para decirme que habían entregado todo el pedido enviado desde el Almacén, que mi cuñado y otros estaban con los parrilleros que ya habían puesto los chivitos y pollos a cocinar, que había algunos en la pileta, los chiquitos andaban con Natividad paseando en el cuatriciclo, mis hermanas en la cocina ayudando con las ensaladas y todo lo demás tranquilo. Discretamente, no preguntó nada de lo que sabía y le dije que “lo otro” estaba todo bien pero que no fuera a la casa porque Ana y Julia estaban “destruyendo” a una sobrina. Se fue riendo para el interior de la casa grande y yo la seguí para tomar unos mates que tuve que compartir con mis hermanas y cuñada. Mi hermana mayor opinó…
- “Nene, recién vimos lo que trajeron del Almacén, ¿no compraste mucho?”.
- No hermana, Marta va haciendo una lista de lo que se consume para reponer y no quiero que falte nada. Mi cuñada me hizo un pedido…
- “Guille, ¿por qué no nos llevás al pueblo queremos ver un poco, sacar fotos y saludar al futuro Intendente que nos dijeron que es muy amigo de ustedes y quien nos hizo los postres, los maridos están en otra y no nos dan bola”.
- Calculo que van a tardar unas dos horas para comer, en mi camioneta entramos seis cómodos y alguno puede usar la de Carolina.
Enseguida se juntaron como diez y usamos tres camionetas. Lucas y Natividad llevaron a todos los chiquitos con la de Carolina y mis sobrinos “del campo” fueron con la de ellos llevando a un par de “parejitas”. Pasearon por el pueblo, fuimos a la Clínica, se sorprendieron por todo lo que vieron en ella, incluso que la Clínica llevaba el nombre de Moira, mi nieta, la cual no perdió tiempo en “pavonearse” de ello, apenas un rato y siguió jugando con los demás en los juegos de la plaza, bastante concurridos por cierto, saludaron, a Belinda, a Médicas y Enfermeras y a Gracia y a Celeste, quienes me dijeron que irían a la pileta el sábado, vieron la casa-residencia y fuimos hasta la radio dónde el Encargado de la misma entrevistó para el programa de noticias a las mujeres mayores, a Lucas y a los sobrinos “del campo”. Aquí surgieron risas porque mi hermana mayor preguntó cómo había venido tan rápido la chica (por Azul) desde la Clínica, ella misma se encargó de explicarle que Celeste era su hermana melliza.
Después nos fuimos a saludar a Francisco que, para variar, se las metió a todas en el bolsillo con su simpatía y don de gente, los convidó a todos con unos postrecitos individuales caseros y accedió a las fotos que le pidieron. Por lógica, también les mostré el Almacén y aproveché a pagarle a Joaquín los dos pedidos anteriores, otra cosa más que hicimos fue detenernos frente a los locales llenos de vecinos para firmar, algunos de los cuales se acercaron a saludarme, luego de un par de vueltas por las adyacencias regresamos a la Estancia con todos maravillados por el lugar y por la amabilidad de la gente.
- Les dije que la gente del pueblo era “especial”, ahora podrían decir que es por quien soy pero antes cuando no sabían, no me conocían y me trataron igual, francamente y sin dobleces.
Nos estaban esperando para servir el almuerzo y noté caras muyyy felices… Devoraron los chivitos al asador y otras cosas que había en la parrilla, estar descansados, bien dormidos y relajados les abrió el apetito. El comentario obligado en el almuerzo fue la visita al pueblo, mis hermanas y cuñada se despacharon a gusto, contaron de la Clínica y aplaudieron la iniciativa de Carolina, quien, toda ruborizada explicaba que todo había comenzado con la idea de ayudar dos días por semana en la Salita de Primeros Auxilio del Municipio…
- “El Intendente anterior le pidió una “coima” a Guille para dejarme trabajar y se “pudrió” todo. De allí surgió la Clínica y me dijo: “Si querés ayudar a la gente, ayudala como corresponde” y ya vieron lo que surgió, la gente no podía creer que era atendida y se llevaba toda la medicación necesaria sin gastar un Peso, antes tenían que irse a 100 kilómetros para comprar los medicamentos o para hacerse un análisis de sangre”.
- “La que hacen es muy importante, debería conocerse en todos lados”,-opinó mi cuñada-.
- Guille es muy reservado para estas cosas, ni siquiera ustedes, los familiares más directos, sabían lo que hacía. Desde la Provincia, la Gobernadora está tratando de implementar esto en otros lados pero hay demasiados intereses en juego, siempre se quieren ganar sobre las necesidades de los que no tienen.
- “Si, pero el Gobierno debería ser más drástico para resolver estos casos”.
- Yo no sé nada de Política pero es muy fácil opinar de afuera, por lo poco que sé, basta con mover un escritorio de lugar para que aparezcan casos de corrupción, es toda una mafia que se vino gestando desde hace muchísimos años y las Leyes Nacionales no respaldan cuando se quiere sanear esto. Echás a un empleado corrupto que gana 40 mil Pesos por mes y resulta que tiene una casa que vale Un Millón de Dólares, autos de alta gama, es socio de Club Privado, vacaciones en Europa o El Caribe y los Sindicatos te paralizan a todo el Gobierno con paros reivindicatorios mientras Abogados caros tratan de justificar toda la “mierda” y que nadie me cuente lo contrario porque yo lo viví en el ámbito de la Salud. Es preferible no hablar más de estos temas porque nos arruinamos el día…
Apoyando la moción de Carolina, se pusieron de acuerdo para ir a visitar a Gonzalo a “Los Nogales” y mientras deliberaban para eso Carolina se me acercó muy “mimosa” y me abrazó para besarme y hablarme al oído.
- “Mi cielo, estoy subida a una moto de alta cilindrada, aceleradísima, estuve viendo algo de la filmación, lo tuyo estuvo genial pero lo de Ana María y Julia, ¡Ufffff!, no puedo ni contártelo, se me paran los pelos de la nuca”.
- ¡Epa!, ¿fue para tanto?
- “Y más, la “ex mojigata” que empezó reticente, aprendió todo de golpe y no quería dejarlas irse, no sé de dónde sacó fuerzas porque Ana y Julia le dieron con todo, gastaron las pilas de los consoladores y creo que todavía tiene ganas aunque no pueda moverse con facilidad, jajaja”.
María se incorporó de su silla con algo de dificultad y se arrimó a nosotros para pedirle a Caro alguna pastilla porque, según ella, había dormido mal y le dolía todo el cuerpo. Carolina se rió y le contestó…
- “Sin embargo tenés todos los síntomas de haber “dormido muyyy bien” y no precisamente por haber dormido, jajaja, esperá un poco que ya te alcanzo algo”. Entró en la casa para buscar el medicamento y María me preguntó…
- “¿Sabe algo de lo nuestro?
- Para nada pero no te olvides que yo la suelo dejar así, ella dice que soy un “viejito engañador”, jajaja.
- “Ya lo creo tío, lo tuyo fue espectacular, nunca más pensar en cualquier otro, tendré que “aguantar” sólo a mi marido pero, tus “amantes” me terminaron de convertir en una “gran puta”, me hicieron “de goma”, jamás volveré a decir nada de nadie, además, cualquier cosa que me cuenten mis amigas me resultarán “pavadas”. No pudimos seguir, volvió Caro y le dio unas pastillas y una pomada.
- “Las pastillas te van a aliviar enseguida y la pomada es para solucionar cualquier molestia posible, por si tu marido se pone “mimoso” de nuevo”.
- “Gracias Caro, sos una genia”, -dijo María y dándole un beso se fue contenta-.
- “Viste amor, me tuve que hacer la tonta pero le deben doler hasta las pestañas, jajaja”. Ana María y Julia nos miraban con una sonrisa de satisfacción, ¡tremendo par de lobas estas dos!
Gran parte de ellos fueron a visitar a Gonzalo, otros se quedaron en la Pileta, entre ellos María que, con una biquini escueta, bromeaba con Ana y la hermana, aparecieron un par de tangas y al mirarlas nadie podía dudar que las chicas de la Estancia, no solían usarlas para tomar sol, ni una sola marca más clara se dejaba ver en su piel bronceada. Regresaron todos enfervorizados de lo de Gonzalo y Gimena, la hacienda, los caballos y los sembrados además de la casa, después se pusieron a preparar las parrillas para hacerse el asado, mi cuñado les preparó todo y se los dejó empezado.
Los mayores y las chicas de la Estancia haríamos “rancho aparte”, la “cosa” era para primos y sus parejas e hijos, yernos y nueras, entre ellos eligieron el lugar para poner las mesas, se hicieron las ensaladas, buscaban lo que necesitaban y se sirvieron ayudándose entre todos. Los “viejos” armamos la mesa al otro lado de la casa, cerca de la pileta y no nos metimos para nada en su festejo, lo pasaron sensacional. Lucas los invitó a realizar la misma reunión en su casa y más de uno, principalmente los más cercanos se “anotaron” para conocer la casa antes, de resultado, el fin de semana siguiente unos se irían de pesca pero Lucas tendría la casa llena de gente. Algunos todavía seguían “picando” y bebiendo cuando los “viejos” nos fuimos a dormir.
Julia fue una de los que se quedó más tiempo, Ana María se vino un rato a nuestra habitación y Carolina se hizo la enojada…
- “¡Qué mala amiga que sos, me dejaste apartada!”.
- “Mala amiga nada, mi amor, Guille no quiso para que no quedaras expuesta pero yo estaba segura que te contaría. Jajaja, quisimos hacer de “maestras” y casi nos termina enseñando”.
- “No me contés nada, las vi con “pitos y señales” y me quedé recaliente”.
- “Jajaja, ¿cuándo?, Guille se fue antes y vos te habías ido a las casitas, estás inventando, no, ¿no me digas que nos filmaste?”.
- “De “pe a pa”, alcanzame la computadora y ponete cómoda”.
Se acomodaron una al lado de la otra y yo me dispuse a dormir, estaba intrigado pero quería dormir, ya la vería en otra oportunidad. Entraba en el primer sueño y un “¡ayyyyyy, por favor!, me despabiló completamente. En la pantalla se veía en un primer plano a María siendo penetrada por el culo y la concha con sendas prótesis peneanas que portaban Ana y Julia. Habían colocado los consoladores más grandes en el strapón, María que era penetrada por Julia, sentada sobre ella, se agachaba a besarla y dejó su culo expuesto para el aparato de Ana María que no dudó en ensartarla. No pudo incorporar su cuerpo porque Julia la retuvo abrazándola, combinarse rítmicamente para entrar y salir fue un trámite fácil y cuando María comenzó a gozar de las penetraciones fue el acabose.
Luego hubo cambio de lugares y la participación de María fue absolutamente plena pidiendo más y más. Los orgasmos que se sucedían en la pantalla parecían salpicarnos y pronto la tuve a Caro encima de mí, ensartada completamente en su culo y moviéndose desaforada, sólo quitaba los ojos de la pantalla cuando se besaban con Ana. La pobre “negra” no podía ni tocarse, estaba toda irritada en sus partes íntimas, igual tuvo un buen orgasmo besando a Caro y acariciándose sus tetas y pezones. Carolina no se pudo aguantar y también quedó tirada después de haber orgasmado como si fuera la última vez, se salió para quedar despatarrada a un costado y Ana llevó a “mi amigo” hasta su garganta para llegar a tomarse toda la leche que le brindé.
No daba para seguir y cerró la computadora cuando María, ensartada en el culo y sentada sobre Ana, le chupaba el culo y la vagina a la hermana que, arrodillada, ponía sus nalgas en la cara de María. Ana María se llevó la computadora, dijo que no podrían hacer nada pero quería mostrarle el video a Julia, ni la escuchamos cuando se fue.
El sábado, muchos no aparecieron para el almuerzo, ya les había avisado a los asadores que no vinieran y nos arreglamos entre nosotros, había comida sobrante como para comer un par de días, hasta los perros estaban saturados, les dabas un hueso con carne y lo agarraban para ir a amontonarlo a un costado. Antes de comer nos fuimos con Carolina a sentarnos en la glorieta y apareció Julia que me abrazó besándome en la boca y, luego de mirar hacia sus costados, hizo lo mismo con Carolina.
- “Estoy en el aire, Ana María me “torturó” mostrándome el video, no hicimos nada pero me costó dormirme. Caro, me tenés que dar una copia de ese video, lo que nosotras filmamos nos “calentaba” pero esto te eleva a otra dimensión”.
- “En el escritorio de Guille hay una caja de CD vírgenes, agarrá uno y copía el video completo de mi computadora. Lástima que no te podés quedar más porque con Ana queríamos hacer otra película con vos haciendo de tu hermana y Guille de “penetrador” principal”.
- “¡Ayyy, qué te parió tiita del alma!, me hiciste mojar toda de sólo pensarlo, se me hace complicado por las nenas pero hoy a última hora se van varios podríamos ver qué lugar queda libre y usarlo un par de horas”. Se fueron las dos para averiguar quiénes se iban y yo me quedé un rato más en la glorieta.
El almuerzo también estuvo ameno y divertido y había algo que no me pasó por alto, todos habían ingresado en la misma temática que yo utilizaba para que no hubiera diferencias de ninguna clase entre los presentes, salvo alguna parejita que remoloneaba o se perdían para hacerse “mimos” todas las mujeres colaboraban en dejar todo limpio y ordenado después de cada comida y lo hacían en total armonía, lo mismo pasaba con las habitaciones, Rosalía me había comentado que no hubo necesidad de ordenarlas, quedaba sólo lavar la ropa de cama usada pero eso se haría con calma en la semana.
Lo mismo había sucedido con el gimnasio que varios de los chicos y las chicas usaron, dejaron todo ordenado. Como a las dos de la tarde llegaron Belinda, Gracia y las mellizas, Carolina se encargó de presentar a Gracia y a las chicas y ninguna de ellas se olvidó de llevar la tanga. Los culos y los cuerpos de las rubias madre e hijas causaron admiración, ni que hablar de Belinda. Yo me fui a preparar el mate para escabullirme a tomarlo solo y mi cuñado se acercó, me comentó sobre lo bien que lo había pasado y para felicitarme por el lugar.
Agradeció la ayuda recibida y como su negocio estaba vinculado al espectáculo, no perdió la oportunidad de comentar sobre eso.
- “Por mi trabajo he visto montones de mujeres que están buenas pero vos serías la envidia de muchos, no hay una cercana a vos que esté más o menos buena, son todas unas bellezas, ¿nunca pensaste invertir en el espectáculo?”.
- Ni en pedo cuñado, ¿querés que se les pudra la cabeza a todas?, ¿no viste que la Estancia se llama “Tranquilidad” y tratamos claramente que exista.
- “Te lo voy a contar, ando de “capa caída” con el trabajo y si invierto parte de la que me diste en un corto metraje para exportar unificando las bondades del campo argentino con la moda puedo pegar un repunte fantástico. Esta mañana me llamó el Director diciendo que es difícil hacerlo con el presupuesto que tenemos, la modelo principal nos sale un montón, las otras seis modelos no son internacionales pero como el modisto necesita distintos físicos, los representantes de las chicas te matan con lo que piden, es otro paquete de plata, pensábamos alquilar un campo y sabiendo para lo que es, nos piden fortunas”.
Claramente me estaba haciendo un pedido para poder disponer del paisaje y las instalaciones de la Estancia y posiblemente de la cara y el físico de alguna de las chicas.
- No me des vueltas, decime con claridad que es lo que querés, si puedo te ayudo y si no puedo o no estoy dispuesto te digo que no, para mí la cosa es simple.
- “Necesitaría el lugar para hacer la filmación y una parte del sembrado del campo de Gonzalo, el alojamiento para tres o cuatro días de quince personas, el Director, el Modisto, dos cámaras, dos fotógrafos, técnicos y maquilladora, un lugar para la modelo internacional, vendría yo con tu hermana y las chicas de la Estancia modelando junto a un par de paisanos, tiene que ser algo “bien de campo”.
- Se pueden presentar varios problemas con ello y voy a ser claro con vos… 1) Al Director le tiene que gustar el lugar… 2) Con las chicas y los paisanos no creo que haya problemas pero todo depende de que le gusten al modisto… 3) Yo les banco el alojamiento y la comida… 4) Acá está el mayor drama, no me aguanto para nada los histerismos o gritos y mucho menos a cualquiera de mis chicas, te digo esto porque los Directores y los Fotógrafos suelen tener ese tipo de reacciones, mucho más cuando las chicas no son profesionales, al primero que les grite o se les “vayan las manos” por donde no deben, los echo a patadas en el culo… No transo con nada de esto, es más si querés venite con ellos el martes o el miércoles y lo hablo directamente, cara a cara.
Se quedó pensando y y creí que se le cruzó la idea de la pesca, porque si se arreglaba lo de la filmación era probable que se hiciera el fin de semana.
- ¿Qué estás pensando?
- “Pensaba en que voy a suspender la salida de pesca, de última que vaya mi hijo que tenía ganas y el otro tema es la amansadora del viaje hasta aquí”.
- Te la hago más fácil, si vienen el Director, el Modisto, el Fotógrafo y vos les pago el viaje en helicóptero, ida y vuelta con una espera de tres horas, es más que suficiente para recorrer, hacer algunas tomas y aprobar o no a las chicas, lo arreglás el lunes con ellos y me llamás por teléfono, yo me entiendo con la Empresa de Taxis Aéreos.
- “Lo voy a hacer mejor, estaba en la duda pero me voy esta noche y habló con ellos mañana y en una de esas venimos el lunes”.
- Listo, vos manejá tus tiempos, nosotros estamos aquí… Decime, ¿quién es la modelo?
Cuando me dijo el nombre recordé la noche fabulosa que había pasado con ella en Corrientes.
- Algo la conozco, si pone algún “pero” díganle que el trabajo es en la Estancia “Tranquilidad” y que Guillermo “tiene ganas” de que venga, usen esas palabras, se va a querer venir caminando.
- “¿Tuviste algo con ese pedazo de mujer?
- Jamás lo vas a saber por mi boca, preguntale a ella. Ahora el quilombo lo voy a tener con mi mujer, jajaja, veremos cómo me arreglo. Anda tranquilo que yo me entiendo. Se fue rapidísimo a contarle a la mujer.
Luego de mi cuñado vinieron a despedirse mis sobrinos “del campo”, me dijeron que la habían pasado sensacional, que habían aprendido un montón de cosas y me invitaron a visitarlos en el campo o en la ciudad, me abrían las puertas de sus casas de par en par. Cuando se iban los abracé a los dos y les dije:
- Chicos, en conocimientos sobre todo lo que es del campo no los puedo ayudar pero si necesitan una ayuda monetaria no duden en hacérmelo saber, para algunos el tío siempre estará. Me agradecieron y se fueron más que contentos.
Me tocaba hablar con Carolina y Ana María, las llamé y vinieron junto con Julia, nos fuimos a la habitación.
- “Tío Guille, no me voy a poder quedar, el tío y la prima se quieren ir hoy y mi papá se quiere ir con ellos para viajar todos juntos, me voy a tener que ir”.
- Deciles que Carolina te invitó a quedarte toda la semana que viene con las nenas, el domingo que viene las mando con un micro que te deja a un par de kilómetros de tu casa, andá deciles ya, que no te cuenten en el viaje. Se fue a avisarles y yo hablé con las otras dos.
- Amores, mi cuñado necesita que le haga un favor, quiere filmar un corto metraje con motivos “de campo argentino” y me pidió el lugar, puse mis condiciones pero le dije que si, esto implica, filmaciones, fotografías y desfile de modelos, el corto metraje es para exportación y las fotos para revistas de actualidad. ¿Conocen a la modelo “fulana de tal”? La cara de sorpresa de Carolina me indicó que la conocía y Ana afirmó:
- “Como para no conocerla Guille es un orgullo para la mujer argentina, es número 1 en el Mundo y nuestra, ¿ese “bombón” va a venir acá?”. La admiración de Ana María fue evidente.
Faltaba la parte de la presunta participación de algunas de ellas en la producción y contarles que yo conocía a esa modelo que admiraban. En ese momento volvía Julia para avisar que estaba todo arreglado, que se quedaba con las nenas hasta el domingo siguiente. La sonrisa de satisfacción de las tres dejó de lado cualquier detalle.
- Bueno, les sigo explicando…
- “Pará, pará Guille, esa modelo viene, ¿si es un desfile para ropa?, ¿cuáles otras vienen?, ¿las conocemos?, ¿cómo se llaman?”
- “Caro, Ana, ¿de qué desfile hablan?, -preguntó Julia, completamente descolgada de la charla-. Contestó Ana…
- “Quieren hacer una película y desfile de modas la semana entrante y viene “fulana de tal”, vamos a conocer a la diva del modelaje internacional. Dale Guille, decí cuáles son las otras”.
- Ustedes las conocen a todas y se llaman Carolina, Ana María, Julia, Rosalía, Belinda, Marta y etc…
- “Nooo, vos estás loco, no sabemos nada de eso, aparte, justo al lado de esa mujer quedaríamos como el “patito feo”, -opinó Carolina dando un salto-.
- No se menosprecien, reconozco que la chica es linda pero ustedes están a la par y maquilladas y con fotos “retocadas” le harían buena sombra, además es muy sencilla y buena mina.
- “Perdónnnn, ¿vos la conocés?, nunca nos dijiste”.
- Y tantas otras cosas que no les digo… Si, la conozco bien, pasé toda una noche con ella cuando estuve en Corrientes.
- “Tío, pasaste una sola noche con ella y decís que la conocés bien”.
- “Nena, seguís sin aprender nada, si pasó una noche con ella, la conoce muy íntimamente ¿o vos no le contaste cosas que no hablabas con nadie?... Tu tío es mago nadie le puede ocultar nada”, -dijo Ana-.
Carolina se quedó callada y las otras dos le preguntaron por dónde andaba y a que nube se había subido.
- “Contanos cuando vendrían a filmar y todo eso, mientras voy rebobinando lo de la modelo porque tengo los “ratones” revolucionados con el “lomo” de esa chica y en cómo hacer para que me des permiso”. Ana María no pudo contener la carcajada.
- “¡Doctora, usted está terrible, “putísima” diría yo!, jajajaja, ¡no me dejen afuera!”.
- El lunes o martes vendrían, el Director, el Modisto y el Fotógrafo, quieren ver el lugar y a cada una de ustedes y yo quiero ponerles los puntos sobre el trato para las chicas, ya saben que no tolero gritos ni histerismos, hasta para tratar con el Modisto, que imagino del “gremio”, le voy a decir a Francisco que venga.
- “Sí, Francisco le dará una seguridad extra a cualquiera que elijan ¿y la modelo?”.
- La modelo no sé cuándo va a venir pero… está bien, si quiere recordar conmigo será con los cuatro.
- “Síííííí”…
Las tres gritaron casi al unísono y hasta me pareció verles los colmillos, ¡qué fieras, por Dios! Cuando salimos ya había varios preparados para partir, los saludamos a todos que se fueron muy agradecidos y contentos y en la Estancia quedaron dos sobrinos nietos con las novias que se iría el domingo, después del almuerzo llevando a su abuela, mi hermana mayor, Lucas con Natividad y las nenas que se quedarían hasta que tuvieran ganas de irse.
Todavía no eran las seis de la tarde, todos siguieron aprovechando la pileta y yo me quedé tomando mate con mi hermana debajo del alero principal y suspiré tranquilo…
- “Nene, ¿estás más tranquilo?, se fue la “marabunta”, arrasaron con todo”.
- No, eso no me jode, de hecho sobró bastante, lo que me altera un poco es el movimiento constante de gente, una porque nunca fui de mucha familia dando vueltas a mi alrededor y otra es porque me suelo tomar mis momentos de intimidad y mucha intimidad no existía, igual estoy contento que hayan venido, nadie desentonó y no hicieron diferencias con nadie.
- “A mí también me extrañó, parece que imponés un respeto especial, ni siquiera discutieron entre hermanos. Recorrí todo el lugar caminando y si bien las flores, las plantas y el parque están hermosos, la glorieta esa es hermosa pero no vi frutales por ningún lado”.
- Hace poco que están plantados, hay una hectárea entera de frutales de los que pidas y media hectárea de huerta además de “mi” calle de robles que cuando estén todos rojos será un lugar hermoso. Hubo muchas cosas que hice hacer yo, ahora sólo se mantienen. ¿Cómo la pasaste vos?
- “De maravillas, hasta me filmaron andando a caballo y en cuatriciclo, tengo montones de fotos para mostrarles a mis amigas jubiladas, me van a tener envidia y mañana voy a recoger algo de la huerta para llevarme”.
- Llevá lo que quieras y mandá saludos a “las chicas” que conozco.
Nos divertimos recordando a viejas conocidas y le conté lo que estaba haciendo con el Municipio y la autorización provincial que tenía para “limpiarlo”. Le gustó el tema porque había trabajado mucho en ese ámbito de Gobierno y sabía de las “agachadas” y corrupción que existía”.
Lucas llevó a Gracia, las mellizas y a Belinda al pueblo y al regresar cenamos todos tranquilos, todos nos fuimos a dormir temprano, las dos parejitas estaban en la casa de Caseros y siguieron ahí, Julia y Ana también, las nenas siguieron durmiendo juntas, la única que se cambió fue mi hermana para tener un baño en la habitación. El domingo nos levantamos como a las diez, almorzamos comida fría haciendo un rejunte de asado, lechón y pollo, lo acompañamos con ensalada de papas con mayonesa, limpiamos las fuentes.
Para las tres de la tarde ya se habían ido todos y me vibró el teléfono, era mi cuñado, había hablado con las tres personas y me preguntaba si podían estar en casa el lunes, le pedí media hora y llamé a la empresa de Taxis Aéreos con helicópteros, tenían disponibilidad de uno de seis plazas para las once de la mañana del lunes, pagué el vuelo y la espera con la tarjeta, me dieron el conforme y la dirección dónde recogerían a los pasajeros. Con todos estos datos en mi poder lo llamé a mi cuñado y le confirmé todo, al mediodía estarían por casa.
A las cuatro de la tarde vibró nuevamente mi teléfono y vi que era un número desconocido, estaban las chicas a mi lado y atendí…
- “Hola Guillermo, no lo puedo creer, soy Marisa, la modelo, ¿te acordás que nos conocimos en Corrientes?”.
- Hola Marisa, ¿cómo estás preciosa?, -le hice señas a las chicas que era la modelo y todas prestaron atención porque puse el altavoz-.
- “Acabo de firmar un compromiso para realizarlo en tu Estancia, cuando me dijeron que era en tu casa no puse ninguna traba ni obstáculo. Quisiera salir corriendo para allá aprovechando que tengo la semana libre, me tenés que decir cómo llegar, el único problema es que estoy con una fotógrafa española que me está haciendo una producción y aprovecharía ese lugar para las fotos, sólo son tres vestidos y el bolso de ella”.
- Te digo algo antes, “tengo ganas” de que vengas pero sin divismos, ni histerismos, ni soberbias, aquí nadie le sirve a nadie y el trato es familiar con todos.
Carolina y Ana se agarraban la cabeza…
- “Quedate tranquilo Guille, tus ganas son órdenes para mí, al contrario, yo me voy a poner a disposición de todos, ¿me das la dirección?”.
- Te la voy a hacer mejor, mañana vienen los cuatro que van a hacer la producción, a las once de la mañana tenés que estar en tal dirección y viajan en helicóptero, trae poca ropa, acá se usa jeans, remera y traje de baño y se quedan toda la semana.
- “Fantástico Guille, contá conmigo, eso va a estar genial, nos vemos mañana, besos para todos”.
Tras cartón llamé a mi cuñado para avisarle que la modelo viajaría con ellos para venir a quedarse y estar en casa una semana, por las dudas llamé también a la empresa aérea, me dijeron que no había problemas, que el helicóptero tenía capacidad para ocho pero vendían seis pasajes por el peso extra que podían llevar los pasajeros. Carolina y Ana no se aguantaron…
- “Vida, ¿cómo le vas a hablar así a esa chica?, mirá si se enojaba y no venía.
- ¿Por qué no?, lo mismo le dije al Presidente cuando fue la reunión secreta mirá si voy a andar con remilgos, a mi esposa y a mis chicas se las trata con respeto y consideración, sea quien sea.
Se “agrandaron” todas “como galleta en el agua” y habló Lucas…
- “¿Quién es esa modelo “viejo”?”. Le contestó Natividad con su acento tan particular.
- “Pero, cielo de mi corazón, yo soy extranjera y la conozco mejor que vos, es la número 1 del Mundo y es vuestra, es argentina”.
- Esa misma y mañana va a estar el Fotógrafo, el Director del corto metraje y el Modisto para la producción en que ella va a participar acompañada de… las chicas de la Estancia que elijan. Caro, hay que avisarle a Belinda y que se traiga a Gracia y a las mellizas.
De inmediato tomó el teléfono y la llamó a Belinda para avisarle que debía estar en casa al mediodía, ella se encargaría de avisarle a Gracia y a las mellizas. Lucas quedó sorprendido.
- “¿Pa, que es eso de del corto metraje y el modisto y las fotos?”.
- Tenés razón, te explico… Tu tío necesita “levantar cabeza” con esta producción y no podían con todo, me pidió el lugar porque no podían alquilar otros y con las modelos se les iría el presupuesto a las nubes, él dice que cualquiera de las chicas es más linda que las modelos conocidas y mañana vienen a ver el lugar y a elegir a las chicas, la modelo principal ya está contratada, vos podrías hacer un papel porque van a necesitar a algunos paisanos.
- “Si claro, justamente o podría hacer el dueño de la Estancia que tiene a la “chinita” mulata enamorada, jajaja”.
- No lo digas ni en joda porque no conozco el guión y si aparece algo así, ¡plim caja!, jajaja. Natividad lo miró y preguntó…
- “¿Qué es eso de “chinita”?
- “En la antigüedad a la compañera del gaucho o paisano se las llamaba “chinas””.
Me acordé de llamarlo a Francisco, era muy importante que estuviera.
- Hola Fran., necesito que me hagas un favor y las chicas también. Mañana vienen unas personas al mediodía, entre ellas un Modisto internacional porque quieren hacer una producción para revistas de moda y filmar algo, quieren usar a las chicas como modelos y ellas quieren que estés a su lado.
- “Olvidate de eso, voy a estar como un solo hombre, ¿cómo se llama el Modisto?, en una de esas lo conozco, conocí a varios en la moda”.
- Ni puta idea, a la que conozco es a la modelo principal que también viene mañana, a esa seguro la conocés… Me interrumpió.
- “Si es más o menos conocida tráela al Restaurant, la publicidad siempre viene bien”.
- Las chicas me dicen que es conocida, se llama, “fulana de tal”, ¿te va?
- “¡Qué te reparió Guille, eso es propaganda internacional!, tráela por favor, le voy a preparar una comida de aquellas o la invito yo mañana para que no te olvides”.
Estaba todo bastante finiquitado y me acordé de algo que no había tenido en cuenta, las nenas, para eso lo llamé a Lucas…
- “Por si las moscas”, fuiste elegido para “el sacrificio”, mañana después de que se vayan estos tipos va a quedar la modelo y la fotógrafa española, seguro van a ir a la pileta, de ahí a que se pongan todas en bola va a haber un paso y resulta que me acordé de las nenas, ¿te las podés llevar un par de días a lo de Gonzalo?
- “Si “viejo” quedate tranquilo y a Natividad también me la llevo porque me la van a pervertir acá”.
- Nati es intocable, el único que la puede pervertir sos vos o ella te pervierte a vos, pobre santa.
- “No me quejo, encima ahora se está “haciendo la cabeza” con Gimena embarazada, quiere practicar a cada rato y como no nos cuidamos, en cualquier momento, ¡sorpresa!”.
- No me sorprendería y sabés que yo voy a estar muy de acuerdo aunque no me meta, tratá que sea varón, jajaja.
Las nenas ya estaban redormidas y Lucas con Natividad dijeron que ya no daban más, las otras chicas ya se habían retirado hacía rato y las tres “lobas” me miraban con “hambre”. Les dije que se prepararan que nos íbamos un rato a la casa número 4, salieron disparadas Ana María y Julia a la camioneta, Carolina corrió a la habitación y salió con un bolso de mano, imaginé lo que llevaba adentro, los juguetes y las cámaras. Arrancamos despacio y nos fuimos con las luces apagadas hasta la mitad del camino.
- Yo voy a participar pero “tengo ganas” de verlas esmerarse con la conchita y el culito de Julia, hoy ella será María.
No terminé de decirlo que ya estaban las dos encima de Julia desnudándola a pasos agigantados, Carolina que le sacó la remera se ocupó de chupar sus pezones sin decir “agua va”, Julia comenzó a gemir casi gritando. Ana María terminó de sacarle los short y hundió dos dedos en su vagina lubricada, ahora no sólo gimió, los movimientos eran como de alguien electrocutado, el primer orgasmo no tardó mucho en llegar, estacioné frente a la casa y cuando bajé la vista para apagar el motor y sacar la llave, ya estaban entrando a la casa llevando a una desnuda Julia, cada una la tomaba de un brazo.
Al entrar en la habitación sacándome el short, el culo de Julia apuntaba hacia la puerta y Carolina estaba sentada con las piernas abiertas frente a la cara de mi sobrina, “Primero vos Cielo”, me dijo Ana María que se calzaba el strapón con el consolador más grande. Allí podría gritar a gusto y lubricando el glande con sus flujos, lo llevé hasta el agujerito del culo, no daba para “poquito a poquito” y en dos movimientos estuve instalado en lo más hondo. Empezó a gritar cuando inicié la penetración, al llegar hasta lo último gritaba más fuerte y no era tanto por el dolor porque movía desesperada el culo para adaptarse al ritmo que estaba tratando de imponer.
Ya no la escuché gritar más, apenas gemidos, Carolina, haciendo presión con sus manos en la nuca, le tenía la cara embutida en su concha y comenzaba a moverse y a gemir fuerte por la lengua de Julia y la absorción de su clítoris. Ana María parada delante de Caro le metía el consolador hasta la garganta y lo mordió fuerte cuando le sobrevino el orgasmo, Julia se contracturó toda y me apretó con su esfínter cuando el orgasmo apareció, todavía temblaba cuando salí de allí y se la guardé de un caderazo en la concha, ahora si volvió a gritar fuerte porque Carolina había dejado su boca libre y se ocupaba de besar la boca de Ana y pellizcar sus pezones.
Ana metió su cabeza entre los brazos de Julia y se prendió a sus pezones sensibles, los movimientos de Julia se incrementaron y yo entré y salí más rápido. El gemido fuerte y el suspiro me hizo mirar a Carolina que se había sentado sobre el consolador que tenía puesto Ana y se movía desaforada hasta alcanzar otro orgasmo que la hizo gritar dando un alarido. Julia se movía sin ningún tipo de ritmo y penetrándola hasta el fondo le inundé el útero.
- “Tío de mi vida, tu leche me está quemando, dame dos más, dos entrada más y me voyyyyy”…
Carolina se estaba poniendo el otro strapón y salí de Julia que se acomodó sobre Ana María para penetrarse sola con el consolador, agachó su torso para besarla apasionadamente a Ana y dejó el culo a disposición de Caro, las dos lo estaban esperando y no hubo pataleo o grito que valiera, había entrado hasta el final sin pedir permiso.
Pronto Julia acomodó sus movimientos para entrar y salir de ambos consoladores y Caro se acopló mientras Ana estaba quieta. Tres cuerpos femeninos maravillosos que se brindaban la una a la otra, era un encanto observarlas, brillantes de sudor, gimiendo a viva voz, apretando con sus manos partes del cuerpo de la que tenían más cerca, sin egoísmos buscando el placer del otro para gozar desde allí con su propio placer y tratando de hacer el gozo conjunto. Contarlo es una cosa, vivirlo y experimentarlo es infinitamente superior.
Es verdad, pensaba y gozaba mirándolas a las tres pero “mi amigo”, erecto y palpitante, me urgía a participar y no iba a andar con malabarismo, el culo hermoso de Carolina era el que tenía a mi alcance y hasta hubiese jurado que me llamaba. Gritaron las dos con fuerza, Carolina cuando mi carne rellenó completamente su recto hasta que sus nalgas me impidieron seguir avanzando y Julia cuando Carolina empujó la totalidad del consolador plastificado en su culo, el envión que di para penetrarla no pudo ser contenido.
Fue sólo un momento, casi de inmediato comenzaron a moverse para que el ritmo no fuera desparejo y las contracciones y gemidos se sucedieron a intervalos regulares hasta que una a una fueron teniendo orgasmos más fuertes que las hacían temblar y aferrarse a la que tenían próxima. La última fue Carolina y mientras sus contracciones se hacían notar con apretones en la base del pene, le llené las tripas de leche, el gemido se hizo perfectamente audible y sus temblores se potenciaron. Nos fuimos desacoplando despacio y Julia incrustó la boca en el culo de Caro para limpiarla y absorber la leche que surgía del hueco dilatado, sin hacer caso de los escalofríos que ésta demostraba sentir. Ana María no se quedó quieta y, sin usar las manos, engulló al “morcillón” hasta dejarlo reluciente de saliva.
Descansamos un rato y yo no quería más, era algo que me solía pasar, tenía los mejores físicos de mujeres a mi entera disposición, individual y colectivamente pero mi ánimo para disfrutar de esto o disfrutarlas utilizando el sexo, no era siempre el mismo. Tenía claro que yo podría hacer reaccionar a “mi amigo” con sólo desearlo, era una “facilidad” que me habían otorgado por El Pacto pero, para todas ellas, era solamente una cierta capacidad de aguante superior a la de otros hombres y yo no cambiaría su modo de pensar, por eso le dije a Ana María…
- “Negra de mi vida, estoy fusilado, no voy a poder cumplir con vos”.
- “Amor, vos cumplís siempre estando a mi lado y dejándome estar junto a vos, descansá, en un rato nos vamos”.
Entre las dos “esposas” se ocuparon de mi sobrina Julia gozando y haciéndola gozar hasta que sus gemidos y gritos de placer pasaron a ser pedidos de piedad y se convirtieron en un primer síntoma de molestia, allí abandonaron los orificios de Julia y se abrazaron besándose entre las tres. Antes de irnos Carolina untó a Julia por vagina y ano con abundante crema antiinflamatoria y cicatrizante pues aunque no tenía heridas, el roce del plástico de los consoladores suele provocar rozaduras molestas. Volvimos a casa rápido y no sé ellas, yo me fui a la cama y no desperté hasta las nueve de la mañana del lunes…
Continuará…
Por favor, si les gusta, valoren y comenten…
Gracias… GUILLEOS1.