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Tengo una familia atipica pero con mucha memoriT

en Amor filial

Tengo una familia atípica y con mucha memoria.(1)

 

Cuando recuerdo mi infancia, no concibo aquellas situaciones, pero entonces fluían naturales.

Ahora que tengo 50 años, bueno 51 para ser exactos, me doy cuenta del giro que ha dado mi vida desde que salí de mi pueblo.

Todo lo que me ha pasado en mi vida ha venido sin buscarlo y lo he aceptado como lo más normal, por lo que no he tenido ningún remordimiento.

La historia empieza verdaderamente en mi pueblo, un pueblo castellano como cualquier otro, de unos 2.500 habitantes que tenía lo más básico para vivir sin necesidades, había tiendas, escuelas, un mercado con todos los alimentos posibles de la temporada, médico, peluquería y barbería claro, y por supuesto un cuartel de la guardia civil y la iglesia o sea, de lo más normal.

Yo vivía con mis padres en el pueblo y los veranos los pasaba en una finca de labranza a unos 50 Km. del pueblo, donde vivían varios hermanos de mi madre con sus respectivas familias, allí habían nacido todos, pues mi abuelo fue el encargado de la finca en su día.

El pasar los veranos en la finca no era precisamente para hacer turismo, sino que era un niño enclenque y enfermizo, la verdad padecí todas las enfermedades que existían o casi, por lo que el médico les aconsejó a mis padres que estuviera entre pinos.

Como era tan frágil, no me dejaban correr con mis primos, ni tirar piedras, ni hacer nada de lo que hacían los demás, y no era por mimo, sino por precaución, a la mínima, ya estaba enfermo.

Casi siempre estaba en la conversación de las mujeres, mi madre que era de las hermanas más mayores, como queriéndome ver algo positivo que alagar de mi, les contaba en los corrillos que pese a mi delgadez tenía una polla impropia de mi edad, las demás se reían pero mi madre muy seria lo aseguraba, a mis 8 años tenía una pollita de 10 cm. ya, y unas erecciones que no eran normales, alguna vez me bajaba los pantalones y se lo demostraba.

Estos comentarios inocentes, los oía todo el mundo y cada cual los tomaba como quería.

En una ocasión estábamos en casa de una hermana de tantas, donde vivía también una de las menores, me llevaba 11 años de edad, era soltera, sin novio y creo que ni con ningún chico a la vista. Era una tarde tranquila, no se veía nadie por el gran patio, común a todas las casas y estando haciendo labores me dijo que me iba aprobar una prenda, me subió a sus rodillas con las piernas abiertas y me sacó la polla del pantalón, parecía que no había visto ninguna, cosa rara entre tanto chiquillo, pero quería ver como era de grande de verdad, por lo que me descapulló y me estuvo frotando hasta ponérmela dura, yo no sabía a qué se debía esto y como me gustaba la única ocurrencia que tuve era decirle que quería tocarle las tetas, ella lo pensó un momento y dejo que bien, mi mano se metió por su escote y solo toque el nacimiento superior de la teta, o sea nada, enseguida dijo que ya era bastante y después de verme el capullo bien me guardó todo y me dijo…

--- Esto no se lo digas a nadie, pero a nadie, sino, les diré que me has tocado las tetas.

--- No se preocupe tía, no se lo diré a nadie.

Y la verdad lo cumplí.

Cuando tenía 10 años ya tenía 13 cm. de miembro y bastante grueso, ya mi madre no comentaba nada. Coincidió que un día vino una prima con una amiga, eran un poco menores que yo y se habían enterado por las tías de que yo estaba bastante desarrollado, por lo que mi prima quería que les enseñase mi polla, la amiga era la más insistente y al final accedí pero de una en una, me bajé los pantalones y la tenía blanda y quisieron verla dura, y les dije que le dieran un beso, ellas se acercaron, se la metieron un poco en la boca, al crecer le dieron dos lamidas y riéndose entre ellas, se fueron satisfechas.

Pará mi no le daba importancia a éstos escarceos,

Tiempo más tarde estuve un verano en casa de un tío que hacía muy poco que se había casado y se dedicaba a vender las hortalizas por los mercados,

Yo dormía en la habitación de al lado y desde mi cama solo podía ver los pies de la suya y solo oía  los cuchicheos que se decían, a mí lo que me intrigaba era qué se tenían que decir tan bajito.

Un día, aún no había amanecido, mi tío como de costumbre salió con el camioncito a vender, recuerdo que estaba lloviendo a mares y la luz de los relámpagos entraba por las ventanas mal encajadas, mi tío antes de salir me despertó y me dijo que me pasara a la cama de mi tía porque tenía miedo de los relámpagos, yo sin rechistar lo hice y así quedó más tranquila.

Me pegué a ella, sin ninguna intención, palabra, notando su calor y la abracé, realmente no pasó nada, se durmió y yo también, pero al rato un fuerte trueno me despertó, me di cuenta que tenia la mano sobre su pecho, llevaba un sujetador bastante arcaico pero su carne era suave y dura y subía y bajaba con su respiración, la dejé quieta un rato, incluso noté como su pezón se hinchaba bajo mi mano, pero no me atreví a tocarla.

Los días siguieron normales hasta que otro día que mi tío madrugó como siempre, cuando aún se oía el ruido del motor del camión, mi tía me llamó y me dijo que si quería venir a su cama, que tenía miedo.

Yo complaciente, no tarde en acostarme a su lado aún caliente de mi tío y como siempre me acerqué a ella abrazándola, estaba de lado dándome la espalda con las manos debajo de la cabeza, le puse la mano en su estómago y la mantuve un rato, se notaba su corazón latir y rocé sin querer el sujetador por bajo y sentí que estaba muy suelta la tela así que pase la otra mano por la espalda y vi que estaban sueltos los corchetes, pero no me atreví a despertarla ni a abrochárselos por si me reñía, mantuve la mano en el estomago y la tela cada vez se subía más y dejaba el pliegue del pecho rozando mis dedos, los pasé suavemente por debajo de ellos y note cuando de separaban en dos uno encima del otro, sin yo pensarlo, mi polla se me puso erecta y se me salía del slip, el culo de mi tía estaba pegado a mí, pero yo inmóvil no respiraba siquiera, por no despertarla.

Llevaba unas bragas altas hasta la cintura y anchas, lo notaba en mi barriga, y mi polla estaba precisamente donde empezaban los muslos, no sabía qué hacer, por un lado mi mano tocaba sus tetas por bajo y mi polla estaba entre sus muslos, pero seguía durmiendo tranquilamente.

Mi mano movida por la curiosidad, más que nada, subió por el pecho y llegó al pezón, que sensación más agradable, estaba áspero pero suave a la vez, parecía tener vida, se estaba poniendo duro y sobresalía como un garbanzo de él, mi tía se giró de improviso y se puso boca arriba, las manos en la nuca, yo quería morirme, si se despertaba, con el sujetador en el cuello y mi mano en el pezón, sería el fin, pero no, no pasó nada, siguió durmiendo si cabe respirando más fuerte que antes, yo ya no quité la mano, pues me tranquilizó el sueño tan profundo, seguí explorando alrededor de la teta, el canalillo, la otra teta y las apretaba y las amasaba, yo estaba a su lado, mi polla ya no estaba entre sus muslos, solo rozaba su cadera, pero seguía tan dura o más que antes, quise quitarla y dejarla sobre ella para que no notara la presión de mi glande, noté el tejido elástico de sus bragas, pasé la mano sobre su vientre plano, sentí en abultamiento que tenía entre las piernas, era esponjoso, bajando más la mano pude notar cómo se salían fuera de sus bragas una gran cantidad de pelos rizados que se enredaban entre mis dedos, me extrañó mucho que tuviera pelos allí, se los había visto bajo los brazos, pero ahí?, levante la goma de las bragas y pasé la mano, era una autentica alfombra rizada, era interminable, casi bajo del todo parecía estar partida en dos y estaba húmeda, mi tía separó un poco las piernas y fui bajando la mano pero seguía estando caliente y húmeda por lo que estuve tocando la carne blanda, mi tía me dio otro sobresalto, bajó de momento el brazo a lo largo de ella y la dejo encima de mi polla, no movía la mano pero, entre los dedos atrapó el glande y lo fue descubriendo pasando bajo el frenillo, yo no me atreví a moverme y retirando la mano suavemente la saqué de las bragas y con el miedo, mi polla se bajo y se escurrió entre sus dedos, en cuanto la tuve libre me di la vuelta y me dormí.

Al día siguiente, estaba esperando la gran reprimenda, pero no hubo el más mínimo comentario, no había pasado nada. Mi tío vino a comer, venía contento pues había vendido todas las frutas y a un buen precio. Después de comer me dijeron que me acostara a la siesta ya que hacía mucho calor, no me hizo gracia pues yo quería irme jugar, pero tuve que obedecer.

Luego de recoger los platos oí a mi tía como entraba en la habitación y se acostaba en la cama que como era de hierro chirriaba , yo no me podía dormir por lo que estuve pensando en lo que haría por la tarde, al momento mi tío entró en su habitación, se quitó la camisa y los pantalones, llevaba unos calzoncillos de tela y camal largo, yo lo veía desde mi cama que quedaba a oscuras, al fin se quitó los calzoncillos y los dejó caer en tierra, casi doy un salto en mi cama, mi tío tenía una polla que le llegaba casi a media pierna y eso que estaba caída, mi tía le preguntó despacio algo que no pude oír y cogiendo un tubo de la mesilla de noche salió a la luz de la ventana, llevaba vaselina, se cogió la polla y se untó toda desde arriba hasta los huevos, pronto de le levanto hacia arriba, más de lo horizontal, creció hasta lo indecible, calculo que tendría más de 22 cm., se metió en la cama y pronto se oyeron los cuchicheos de siempre, yo estaba dispuesto a descubrir que pasaba y me levante sigilosamente, la ventana estaba entreabierta y asomándome entre los barrotes de los pies de la cama de mis tíos me fijé que se veían dos pies hacia abajo y dos pies hacia arriba, estaban quietos, pero mi tío que estaba encima se levantó de momento, pude ver como los muslos de mi tía se separaban, se le veía la mata de pelo que había descubierto por la noche, de entre las piernas de mi tío colgaba su gran polla con los huevos duros pegados a ella, que recta apuntaba a la mata de pelo de mi tía, ella plegó las rodillas y levantó el culo mientras mi tío se dejaba caer encima, su polla desapareció dentro de la mata de pelo de mi tía y no paro de meterla y sacarla, se oía como le decía algo al oído y gemía, ella lo abrazó fuerte, después de temblarle los pies, se quedó quieta.

Mi tío se levanto y cogiendo a mi tía, le dio la vuelta y la puso a cuatro patas a la orilla de la cama, los pies quedaban fuera del colchón, entonces los vi de perfil, mi tía no llevaba puesto el sujetador y sus tetas colgaban tersas y brillantes con los pezones duros saliendo de las areolas, mi tío que era delgado y alto, con la polla mirando casi al techo se acercó a ella por detrás y le dijo que se separara el vello, mi tía apoyando la cabeza en las sabanas con las manos lo hizo y mi tío cogiéndola de las caderas se la metió despacio hasta donde pudo, pues ella empezó a chillar que no le cabía más, la verdad es que le faltaba ya poco para que entrara toda, estuvo clavándosela un rato mientras mi tía suspiraba y gemía, yo creía que le hacía daño, pero ella aguantaba, cuando empezó a moverse más deprisa, mi tía se volvió y le grito…

--- Que me vas a preñar bruto.

Mi tío se enfado y la saco, entonces él se acostó en la cama con las piernas colgando fuera y mi tía se arrodillo entre sus piernas, la polla apuntaba totalmente a la lámpara, se la cogió, la lamió toda, estaba brillante y blanquecina y se la metió en la boca, apenas le cabía un trozo, el cabezón estaba rojo y húmedo y por fin entro entre los labios, se le notaba entre las mejillas de mi tía, le cogió del tronco, con las dos manos y aun le sobraba polla, estuvo moviéndosela sin apenas hacer nada con la boca, hasta que empezó a toser y a salirle leche entre los labios y por la nariz, se le llenaron las manos hasta los huevos, parecía un velón con la cera derritiéndose, él gruñía como un animal, hasta que se calmo y ya pudo sacar la polla de la boca, aun así se acostó refunfuñando.

Yo a los pocos días me fui a casa de mi tío mayor, era el que mandaba en la finca, tenía un hijo y una hija más pequeña, mi primo era 2 años mayor que yo, tenía 15 años, y nos divertíamos mucho jugando y cazando por el campo, como la casa no era grande dormíamos los dos en una habitación con una cama grande y su hermana en otra habitación pequeña.

Por las noches jugábamos hasta que nos dormíamos, una noche antes de dormirnos note como se movía la cama, me pareció raro hasta que note que la ropa de mi primo se movía, me dijo que se estaba tocando la polla, yo de pregunté que para qué y me explico que le daba gusto, yo le dije que no lo sabía, me enseño como lo hacía y me dijo que lo hiciera igual, yo traté de imitarlo pero lo hacía mal, la mano iba de lado a lado y se me escapaba entre los dedos, se rió y me dijo…

--- Trae, ya te enseño yo.

Me la cogió y empezó a menear de abajo arriba y note que me daba gusto.

Al rato él se la guardaba y yo también.

Me preguntó un día, si no lo había hecho nunca y le dije que el qué, me dijo que meterla en caliente, no entendí nada, y me dijo que si quería lo haríamos, pero que no se lo dijera a nadie.

Una noche me dijo que saliéramos, pero que no hiciera ningún ruido, me llevó a la cuadra y me enseñó una yegua que tenían preciosa, y que había tenido a una potrilla hacía poco, me pregunto si quería metérsela a la yegua, dije que era imposible, que no sabía por dónde y que era muy bajo para ella, me dio la solución poniendo un cajón detrás de las patas del animal, le levanto la cola y estuvo metiéndole dos dedos, al principio se movía y con la cola me golpeaba las piernas, hasta que por fin se estuvo quieta, yo enfoque mi polla dentro de la yegua y se la metí toda, la verdad no creo que la yegua me notara, pero para mí fue todo un éxito, mi primo se apañó mucho mejor con la potrilla al ser mas bajita.

Dos días después me dijo que si quería irme con él para recoger un rebaño de ovejas del pasto.

Me fui encantado y estuvimos intentando reagrupar al ganado, cuando estuvo junto me preguntó si quería meterla en un coño más estrecho, me pareció ideal, fue tocando a varias ovejas hasta encontró dos que se estaban quietas, me sujetó una mientras yo acertaba y luego se encargó de la otra, a mi entonces todo me parecía bien.

Por la noche en la cama nos la meneamos los dos juntos, me dijo que la tenía muy grande, más que él, que me la menearía a mi si yo se lo hacía a él, me pareció bien, me pregunto si tenía mucha leche y le dije que no lo sabía, se extraño y me pregunto si no me había corrido nunca, le dije que no, me explico que si no paraba de menearla al final me correría, me la estuvo meneando a la vez que yo a él, cuando ya se la fui poniendo muy dura y me palpitaba en la palma de la mano, me la quito y siguió el moviéndola rápidamente, hasta que dando unos saltos se quedó quieto, yo miraba expectante, siguiendo con mi polla en la mano, pero a mí me gustaba que me estuviera meneando una mano tan experta, volvió a coger mi polla y siguió subiendo y bajando por ella, como no sabía cuando me vendría estuve disfrutando hasta que de momento me salieron varios chorros de leche que le llenaron la mano a mi primo que no se lo esperaba, allí se acabó todo, se enfadó muchísimo y desde entonces ya no hubieron pajas ni nada parecido, yo no lo entendía, no tenía ni idea que había pasado, ni que había hecho mal.

Al poco tiempo empezó a pasar por allí un hombre con un carro, llevaba de todo, loza, hilo de coser, sartenes, telas, y arreglaba las ollas y lebrillos rotos, con él venía su hija, una chica muy joven, se estaban una semana haciendo toda clase de reparaciones. Yo ya tenía 17 años igual que ella y congeniamos muy bien, salíamos a correr por el monte o a bañarnos en el río, un día sin avisarme me besó en la boca, me extraño mucho pero me gustó y le correspondí, a partir de ese momento era una fiera desatada, me enseñó a follar, allí donde nos veíamos simplemente se levantaba las largas faldas, como no usaba bragas siempre estaba dispuesta para que se la metiera, su postura preferida era que ella se subía la falda por detrás y apoyaba las manos en una pared, sacando el culo hacia fuera, yo se la metía en el coño, era así todos los días, algunos más de una vez, siempre hacia lo mismo, no recuerdo nunca haberle visto los pechos, de momento dejaron de venir y me quedé solo otra vez. No  comprendo cómo no se quedó preñada,

Para mí todo esto pasaba por que sí, nunca le di importancia y hasta muchos años después no me percate de lo que podía haber disfrutado mi infancia.

Tengo que decir que sobre los 10 años, la salud se me instaló, con lo que empecé a medrar y ya no enfermaba casi.

Continuará

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Tengo una familia atípica y con mucha memoria.(2)

Como dije tengo más de 50 años y desde que pasó todo esto mi vida ha sido de lo más normal, me casé, me separé, por lo que me dedico a distraerme con cualquier cosa, últimamente se me ocurrió, al descubrir las redes sociales, me propuse buscar a alguien de mi familia y por mis apellidos puede contactar con algún primo, otros que no estaban en internet fueron avisados y me llamaron, al final y después de dedicarle muchas horas, pude organizar una comida para reunirnos después de tantos años.

Salvo alguna excepción de algún primo más despegado o que vivían lejos, todos aceptaron y nos reunimos en un restaurante-asador a comer que está en un polígono industrial a las afueras.

Yo llegué el primero, me sentía anfitrión y los vi llegar, unos con su coche y otros con taxi.

Fue muy agradable ver a mis primos, el tiempo en algunos había hecho estragos, mientras otros no habían cambiado mucho.

Yo no soy muy alto, apenas llego al 1,70 un poco de sobre peso y con menos pelo de lo que desearía. Pero por lo demás no he cambiado  demasiado.

De mis primos había de todo, a quien no los hubiera olvidado nunca u otros que creo que no los había visto nunca o por lo menos eran muy pequeños, pues después de mis vacaciones en la finca ya me puse a trabajar fuera y volvía muy de vez en cuando. También con unos había tenido mucho roce, con otros apenas.

Según iban llegando, tras los saludos de rigor nos íbamos sentando a la mesa.

Vi a mi prima Inma, la que vino un día con una amiga curiosa.

Unos primos de Barcelona que no recordaba sus nombres.

Me acerque muy contento cuando vi a Miguel el que me llevó con las ovejas, iba acompañado de su mujer, una chica muy guapa y con un tipo muy bien conservado, tendría mi edad, más o menos pues Miguel era un poco mayor que yo, pero lo que me extrañó  muchísimo es el saludo tan frio que me dio, solo un apretón de mano suave, flojo y sin mirarme a la cara, me entristeció mucho pues habíamos hecho muchas cosas juntos.

Se me acerco también su hermana pequeña, Celia, yo casi no me acordaba de ella, era bastante más pequeña que nosotros, su mirada me hizo gracia, sin duda era muy simpática.

Después se me acercó una chica jovencísima y me dio un par de besos y se me abrazó, yo no la conocía o por lo menos no la recordaba, dijo llamarse Asun, y me traía muchos recuerdos de su madre, mi tía Asunción la más joven de las hermanas.

De la familia de mi tío el recién casado, vinieron sus hijos gemelos, un chico y una chica, parecían dos gotas de agua, no los conocía, pero en seguida se hicieron con todo el mundo, eran muy abiertos y cariñosos, tenían un hermano pequeño que no había podido venir.

Nos pusimos a comer entre bromas, recuerdos, a veces nostalgias por el pasado y después del café, se hicieron corrillos y nos íbamos poniendo al día de las últimas novedades.

Asun me dijo que su madre le había encargado que me saludara de parte de ella, que yo soy su sobrino favorito, ella tenía muchas ganas de conocerme, su madre le había hablado mucho de mí.

Me acerque a mi primo Miguel y a su mujer, estaba bastante serio y seco conmigo, no lo entendía, su mujer todo era insinuarle algo y no decía nada, hasta que le dio un codazo y le dijo…

--- Anda Miguel, díselo.

--- Que me tienes que decir Miguel, te encuentro serio.

--- No nada, es que tenía ganas de verte y poder hablar, y nos gustaría que pasaras por casa un día a comer.

--- Si puedes la semana que viene te esperamos, verdad Miguel?

--- Siiii balbuceo, Miguel cuando quieras.

--- Bueno, encantado, el domingo que viene es buen día?

--- Estupendo, pero si quieres vienes el sábado, cenamos y pasamos el fin de semana juntos, que te parece Miguel.

--- Lo que tú digas cariño.

Me separé de ellos intrigado. Que tendrían que hablar conmigo?

Me tocaron en la espalda y al darme la vuelta me dijo una chica de buen ver…

--- Es que no te acuerdas de mí, tan cambiada estoy?

--- Hola Fina, claro que me acuerdo, pero es que eras tan pequeña, que siempre te veía jugando cuando estaba con Miguel, tú hermano y yo éramos muy traviesos.

--- Si, era muy pequeña y no te acuerdas como me llamabas?

--- Pues… ahora no recuerdo, ya hace mucho.

--- Me llamabas “La golosa” te acuerdas?

--- Mmm ahora sí, vaya tiempos, sí que eras golosa.

--- Pues aún lo sigo siendo, ahora creo que más, de lo dulce y de lo salado.

Los gemelos, que eran chico y chica, se parecían bastante a mi tía Rosa y me contaron que su padre ya no se dedicaba a la venta de verdura, se había jubilado, me contaron que ellos dormían en la habitación donde lo hacía yo.

Continuará

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Tengo una familia atípica y con mucha memoria.(3)

Después en la sobremesa fui de mesa en mesa hablando con unos y con otros, al acercarme a su mesa mi prima Fina me dijo si podía acercarla a casa, pues no le había sentado bien la comida y se sentía mal.

Yo les dije a los demás, voy a llevar a Fina y vuelvo, pedir lo que queráis.

Cogí el coche y Fina se puso cómoda, se quitó los zapatos altos y se soltó la chaqueta que llevaba, me dijo…

--- Aun te acuerdas de por qué me llamabas golosa?

--- Pues, la verdad, cuando estaba en tu casa estuve mucho con tu hermano y después, no sé porque se fue alejando, sería por sus faenas, y estuve jugando más contigo, eras más pequeña.

--- Claro, te acuerdas el juego de la miel?

--- Pues apenas, hace muchos años.

--- A mí me gusta mucho el dulce y tú me vendabas los ojos y me dabas chocolate, caramelos o miel con el dedo.

--- Parece que me acuerdo de algo, si.

--- Pues yo probaba lo que me dabas y lo chupaba pero si era miel, me lo acababa y me dabas más.

--- Ya… eras muy golosa, si.

--- Pues me acuerdo que cada vez me dabas más y me decía que no me quitara la venda de los ojos, yo notaba que el dedo debía ser el gordo y seguía chupando, pero al tercer día, levante un poco la venda y vi que en vez del dedo te untabas la polla con miel y me la dabas a chupar, a mi me gustaba tanto la miel que no me importaba, además cada vez me gustaba más chuparte la polla, un día te pregunte como era que el dedo era más gordo y me dijiste que no era el dedo, que ahora era un pastel de crema, yo me di por conforme y seguía chupando cada vez mas y mas hondo, hasta que un día me cogiste de la cabeza y sin soltarme me dijiste…

--- Fina, chupa ahora, chupa sin parar,

Y se me llenó la boca con la crema del pastel, me la comí toda, la verdad es que el pastel era gordo y con mucha crema, me gustaba y me gustaría probarla ahora.

Mi prima me puso la mano en la bragueta y notó que ya tenía la polla dura, me dijo…

--- Aparca en el polígono bajo alguna farola apagada.

Sin decir nada más, hice lo que me pidió y aparque bajo una farola fundida, en la sombra de unos setos que salían de una nave abandonada.

Fina salió del coche y se pasó al asiento de detrás, y me dijo…

--- Date prisa, siéntate a mí lado.

Me senté detrás y me abrazo con fuerza y su mano fue inmediatamente a mi cinturón y bajándola cremallera dijo…

--- A ver si esta el pastel de crema…

Me saco la polla casi dura del todo y mirándola comento bajito…

--- Si, este es mi pastel favorito, me voy a comer todo y tragar su crema.

Se metió la polla en la boca y me sacó el glande chupándolo con deleite, yo estaba con los pantalones y los calzoncillos en los tobillos y con los brazos sobre los asientos, ella se arrodillo en el asiento y su cabeza subía y bajaba sobre mi polla dura como un palo, pase la mano sobre su espalda y al llegar al culo le fui subiendo la falda hasta dejársela en la cintura, llevaba un tanga escueto y bajando la mano por sus nalgas llegué a su culo y le saque el hilo del tanga, me mojé el dedo con saliva y le acaricié el agujero estrecho que se apretó en un primer momento, pero después me recibió gustoso y lo fui metiendo hasta la mitad, lo saque y bajé hasta el coño que chorreaba y le separé los labios de la vagina y le metí dos dedos a lo que ella separo las piernas, bajó una al piso del coche, yo pasé la mano bajo su barriga y llegando a su pubis separe los labios y me apoderé del clítoris hasta que estuvo pelado y brillante, sus jugos lo mojaban y mis dedos lo acariciaban de todas las formas, su boca solo se abría para dar gemidos y seguir chupando polla cuando notó que le venía el orgasmo me dijo…

--- Es una lástima que se pierda esto.

Se sentó sobre mi polla hasta quedar empalada del todo, me abrazo y me beso, su cadera iba adelante y atrás metiéndose la polla que le apetecía,

Cuando iba a correrse, me dijo suavemente al oído.

--- Primo dame tu leche como debe ser, lléname toda, la quiero caliente, recién hecha.

Y mientras me corría dentro de ella, note como me exprimía con su vagina al tener un orgasmo fabuloso.

Me dejó seco de leche, mientras sus jugos se salían mezclados con mi semen y mojaban los huevos y el asiento trasero del coche.

--- Bueno primo, me has hecho recordar y cobrarme las veces que no pude correrme de niña. Espero que no sea la última, ahora llévame a casa, que te están esperando.

Continuará

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Tengo una familia atípica y con mucha memoria.(4)

Cuando volví al restaurante me preguntaron, cómo has tardado tanto? tuve que explicar que se había mareado y paré en una gasolinera para que devolviese.

Ya la reunión había decaído bastante incluso los de Barcelona se habían ido ya.

Mi primo Miguel también se fue, no sin antes recordarme su mujer, la cita que teníamos.

El par de gemelos también se habían ido, no sin antes preguntar por mi teléfono y dirección, habían dejado una grata impresión.

Al final ya no quedamos casi nadie y me fijé que Asun estaba casi sola y le pregunté con quien había venido, me dijo que había venido sola, pero que cogería un taxi y buscaría un hotel.

Yo me opuse tajantemente y le ofrecí mi casa para pasar la noche, tenía camas de sobra y se podía duchar y arreglar con toda confianza hasta que se fuera al día siguiente.

Llegamos, le indique que estaba en su casa y cogiera la habitación más cómoda. Así lo hizo y me dijo si se podía tomar una ducha rápida, yo por supuesto le facilité lo preciso, una toalla de baño, champú, gel, esponja, etc.

Yo me quité la chaqueta y los pantalones del traje y me puse un pantalón ligero corto, una camiseta y unas zapatillas ligeras.

Cuando salió le ofrecí si quería tomar algo y me dijo que lo que yo quisiera, nos pusimos unos vodka con limón.

Asun salía con la toalla liada bajo los brazos y le ofrecí algo para ponerse, dijo que estaba bien así pero como estaba húmeda la toalla, le saque un pijama mío con pantalón corto y chaqueta.

Salió de su habitación cambiada, estaba preciosa era muy joven y el pijama le sobraba por todos lados, estaba muy graciosa.

Le dije que nos sentáramos en el sofá y me contara cosas de ella y su madre.

Me contó que su madre estaba bien, se había quedado viuda y que unía mucho con ella, eran más que madre e hija unas buenas amigas. Me alegré mucho de que Asunción estuviera feliz con aquella maravilla de hija.

Estuvimos recordando las anécdotas que le contaba su madre de la vida en el pueblo y me dijo que le había contado también la fama que tenía de pequeño, yo no recordaba cual, por lo que me contó cuando su madre quiso ver una polla de cerca y me la había cogido y me la había estado meneando, nos reímos con ganas, yo se lo repetí todo pero bajo mi punto de vista, que no me había enterado de nada y que quise tocarle las tetas pero no llegué a conseguirlo, ella me dijo…

--- Pues ella sí que lo lamentó, pues le habría gustado mucho, estaba muy caliente, porque era la polla más grande que había tocado nunca.

Nos volvimos a reír a carcajadas los dos, y me preguntó,

--- Pero, era verdad lo que decían? Que tenías una polla enorme?

--- Bueno, la verdad es que yo tenía 8 años y tenía un buen ejemplar.

--- Y mi madre que solo había visto las pililas de los críos… y seguiste desarrollándote igual?

--- Pues durante algunos años tenía una polla impropia de un crio, parecía la de un chaval, con 13 años tenía 14 cm. de polla.

--- Vaya, sería un espectáculo, me habría gustado verla a mi también, y ha seguido creciendo al mismo ritmo?

--- No que va! A los 17 años dejó de crecer aunque siguió haciéndose gorda.

--- Y como se te ha quedado?

--- Pues ahora no sé, hace tiempo que ni la miro, jajaja, ya no estará para juegos.

--- A mi me gustaría vértela, y se lo contaría a mi madre, le gustará saberlo.

--- Bah! Ahora se ha quedado de lo más normal.

--- Si? Venga enséñamela.

---Solo mide 17 cm. te aviso, aunque de gruesa es mas de 14 cm de circunferencia.

Se acerco a mí y se me echo encima y me dijo…

--- Menos excusas, a ver tu polla primo.

Me soltó el cordón del pijama, me lo bajo y me salió la polla semi rígida con los huevos colgado.

Me la cogió y se la acercó a la mejilla y me dijo…

--- Que polla mas buena y gorda, ahora comprendo lo que le gustó a mi madre, siempre se está acordando, la puedo besar?

--- Haz lo que quieras, tu madre lo habría hecho a lo mejor.

--- Vamos a hacer una cosa, yo te voy a besar tu polla y tú me tocas las tetas como si fuera mi madre, las tengo igual que ella aunque más jóvenes, claro.

Sin más empezó a besar el tronco y bajando la piel dejó al descubierto el glande y lo beso primero y sacando la lengua lo lamió y al final se lo metió dentro de la boca, yo suspirando le dije con los ojos cerrados…

--- Así me gusta tía Asunción, chúpemela…

Y cogiéndole las dos tetas a la vez se las amasaba y le pellizcaba los pezones que salían duros entre mis dedos.

--- Primo me encanta tu polla, me gustaría que me la metieras, si quieres no se lo diré a nadie, pero necesito tenerla dentro de mí.

--- Asun, eres una chica especial y me gustaría por ti, por mí y por tu madre te metieras mi polla en el coño y disfrutaras a tu gusto, no me ha crecido más pero creo que te llenará, por lo gorda que es.

--- A mí me gusta más gorda que larga, me gusta sentirme llena de carne y tú me llenarás del todo.

Me tumbó en el sofá y me sacó los pantalones, su pijama duró un segundo sobre su piel se sentó sobre mi polla hasta que la tuvo toda dentro…

---Daría cualquier cosa para que mi madre fuera la que esta clavada con tu polla, ella todavía sueña que algún día podría pasar.

--- Me alegra saberlo, puede que se cumpla, pero ahora esta polla esta dentro de ti y es para ti sola, fóllame, cabálgame y córrete las veces que quieras.

--- Me gustaría correrme a la vez contigo, pero tengo mucho riesgo ahora.

--- No te preocupes, te correrás conmigo dentro y no te quedarás preñada.

--- Gracias, lo voy a gozar.

Me levante y la dejé sentada en el sofá y volví de mi cuarto con un bote de crema hidratante y le dije, sube otra vez y sigue gozando de mi polla.

Se subió y cogiendo el falo del tronco lo apunto a su vagina y se sentó de golpe, le cabía lo justo, se le veían los labios abarcando a duras penas lo ancho del miembro, estuvo saltando mientras yo le acariciaba las tetas y el clítoris duro y brillante.

Se corrió sin parar de saltar, gritando…

--- Tío me corrooo,

Se desplomó sobre mi y la abracé, su pecho palpitaba sobre mí a toda velocidad, cuando se calmó se sacó mi polla dura del coño me dijo…

--- Ah! Pero tú no te has corrido.

--- Ahora lo haremos los dos a la vez, date la vuelta.

Se puso con el cuerpo en el asiento del sofá y de rodillas en la alfombra, yo le lamí el culo y el coño por detrás y con la crema le extendí por todas las nalgas haciendo círculos hasta llegar al ano, se movió nerviosa y volviéndoseme dijo…

--- Tío que vas a hacer? La tienes enorme de gorda.

--- No te preocupes esta crema obra maravillas.

Era una crema que además de lubricar daba sensación de calor, lo que ayudaba a relajar el esfínter, mis dedos fueron entrando, despacio uno, después dos, después tres, con la otra mano, ya había embadurnado copiosamente mi polla hasta los huevos de crema, en el glande había dejado un pegote más, cuando la acerque a su agujero apenas notó las diferencia de mis tres dedos a mi punta de la cabeza, por lo que estaba relajada y solo fue empujar levemente hasta que el glande entro y haciendo un plop! Y todo el tronco lo siguió sin interrupción hasta que las nalgas pegaron en mis huevos, ella dio un suspiro, pues esperaba algo muy desagradable, entonces sacando el culo hacia mí me dijo…

--- Gracias primo, ya estas dentro de mi otra vez, te siento llenarme toda, ahora podemos corrernos juntos, métela sin parar.

La cogí de los hombros y ella arqueándose, siguió mis embestidas al mismo ritmo, las tetas le colgaban y oscilaban en todas direcciones, ella las cogía y se acariciaba los pezones hasta que me preguntó…

--- Como estás primo?, yo estoy a punto de correrme.

--- Pues no esperes, ahí voy yo.

 Cogiéndome fuerte de las caderas se la metí sin sacarla y la regué de leche todas sus entrañas mientras los dos nos deshacíamos en espasmos y gemidos.

Cuando nos recuperamos, me salí y nos sentamos a descansar, se apoyo en mi cabeza y me dijo,

--- En tiempos de mi madre, no sé si se hacía esto, pero seguro que le habría gustado y tan dulce como me has tratado. Se lo contaré todo, te parece bien?

--- Me parece bien, dile que tiene una hija tan encantadora como ella y que me gustaría veros a las dos en tu casa.

--- Cuenta con ello, seguro que quedamos.

Como tenía que madrugar, nos fuimos a dormir y a soñar.

Continuará

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Tengo una familia atípica y con mucha memoria.(5)

El viernes salí a comprar algo para llevar a casa de mi hermano, no sabía que llevar, lo más socorrido, el vino o bombones no me apetecía para una reunión tan extraña, por lo que le compre a mi cuñada, que parecía ser la que le achuchaba, un gran centro de mesa de flores y se lo mandé a casa, a mi hermano un reloj bastante bonito, pues el que llevaba me pareció antediluviano.

Cuando llegué no sabía cómo iba a salir de allí, pero por mí no iba a tener problemas, yo quería a mi primo y a su mujer no la conocía ni bien ni mal.

Me recibieron muy cordialmente, si bien mi primo estaba igual de triste, me tenía más que preocupado.

Les gustó mis regalos.

Habían preparado una cena especial, con todo lujo de detalles y comidas de lo más apetitosas, un buen aperitivo y buen vino, después el café y un carrito con licores de todas clases.

Yo estaba expectante a ver como terminaba todo aquello, que había empezado tan bien.

En la sobremesa mi prima empezó a hostigar a Miguel para que hablara, lo estaba pasando claramente mal.

Por fin empezó a decir con la voz baja…

--- Mira primo, ocurre que un día después de hacer el amor con mi mujer le conté como una gracia las correrías que hacíamos de críos en el pueblo, ella se enfadó mucho, desde entonces no me deja ni tocarla y me dice que soy maricón.

Me quedé helado, ni podía respirar, no podía dar crédito a lo que había oído.

Mi prima tomo la rienda y dijo un poco airada…

--- Como comprenderás no me creo que todo eso fuera solo un juego de niños, a Miguel deben gustarle los hombres y me ha tenido engañada todos estos años.

--- Vamos a ver, lo que te ha contado Miguel es verdad, estuvimos jugando con nuestras pollas, incluso nos hacíamos pajas uno al otro, estuvimos follando a unas ovejas, pero eso no tiene nada que ver que sea o seamos maricones, yo ni me acordaba y te puedo decir que de maricón no tengo nada y Miguel te puedo asegurar que lo mismo, pues él mismo dejó los juegos enfadado. Todo fue un juego de niños con las hormonas alborotadas a tope y sin ningún conocimiento de la vida.

--- Tu ves? Es lo mismo que te decía yo, dijo Miguel.

---No me convences, hay muchos maricas casados que no lo demuestran.

--- Pues no sé cómo convencerte, te lo puedo jurar por quien quieras.

--- No me valen las palabras, quiero hechos, quiero verlo por mis propios ojos.

--- Pues no sé cómo.

--- Pues lo mejor es que os desnudéis los dos.

Nos miramos Miguel y yo, no comprendíamos nada.

Sin pensarlo me quité la ropa, Miguel viendo que yo accedía, lo hizo también.

Allí estábamos de pié en pelotas delante de aquella mujer incrédula que mirándonos sin perder detalle nos dijo…

--- Ahora cogeros la polla uno al otro a ver si se os pone dura.

Nos cogimos la polla y por supuesto era como si fuera un guante vacío, Miguel la tenía más larga que yo y yo más gorda que él, pero como dos pimientos asados.

La mujer de mi primo dijo…

--- A ver si ahora reaccionas con una mujer.

Y quitándonos las pollas de nuestras manos, las cogió ella, una en cada mano y las echó la piel hacia atrás, a la que hacía tres o cuatro veces nuestras pollas empezaron a resucitar y ella siguió meneándolas hasta que las puso duras, luego se metió en la boca mi polla mientras meneaba la de Miguel y después cambió, nosotros estábamos mirándonos sin creerlo y quietos como muñecos.

Quitándose una polla de la boca nos dijo…

--- Ahora tocarme a ver si se os bajan.

Sin esperar, le empezamos a tocar los pechos sobre la ropa y ella seguía chupando alternativamente.

En un momento dado, nos cruzamos las miradas Miguel y yo, de una manera maliciosa.

Empezamos por quitarle el vestido por la cabeza, se quedó en dos piezas, bastante bonito por cierto y Miguel le despasó el sujetador, con lo que le saltaron las tetas duras y bastante grandes, yo le cogí los pezones y empecé a darle círculos de fuera hasta los pezones, con lo que se le pusieron duros, me senté  en el sofá y ella me siguió con la polla en la boca sin soltarla, le hice una señal a Miguel, que sin perder tiempo le quito las bragas desde atrás y las dejó caer al suelo, llevaba una mata de vello bien arreglada pero abundante, sin más, Miguel se la clavó entera, estaba muy mojada por lo que no le molestó, pero al darse cuenta que la polla que le entraba era la de su marido protestó y se puso a chupársela a él, yo al ver la acción, no lo dudé y dando la vuelta le separé la mata de pelo y se la metí en la raja rosada, me agarre fuerte a sus caderas pera que no me la sacara y después de algún forcejeo se estuvo quieta y consintió que se la metiera, a la vez le acariciaba el clítoris y parece que esto le ablandó el carácter y dando la vuelta me lamió otra vez la polla dejando que su marido le metiera su polla sin protestar, nosotros viendo el interés que ponía de mamar y recibir polla nos dábamos la mano por encima de su espalda y esta vez sí que la estrechamos sinceramente.

Miguel se sentó primero y después se tumbó en el sofá y ella se le subió encima, dejaba el culo al aire y se veía la polla de Miguel entrar y salir dentro del coño, su culo se abría y cerraba al ritmo de las metidas, el tronco de Miguel salía blanco de los jugos de su mujer y la espuma le llegaba a los huevos, le hice una seña a Miguel y metí un dedo a la vez que entraba la polla dentro de la vagina y lo sacaba cuando salía, después de varias veces metía dos dedos junto con la polla de Miguel, hasta que en una de las metidas Miguel la abrazó, yo cogiéndole de las tetas le metí la polla a la vez de Miguel, la vagina dilató lo suficiente para albergar las dos pollas, cuando ella lo notó ya era tarde, porque la de Miguel le llegaba al fondo pero la mía la dilataba al máximo por mi grosor, ella contuvo la respiración un momento ante los hechos consumados y dado que le tenían súper llena y le daba un gusto imposible de resistir le produjo un orgasmo espectacular que nos lleno de jugos vaginales, hasta que sin ningún aviso por nuestra parte, en dos empujones le dejamos tal cantidad de leche que parecía una fuente, solo nos pudimos separar cuando se nos bajaron las pollas pues ella estaba en el medio de los dos.

No dejamos caer en el sofá derrotados los tres, le preguntamos…

--- Te queda alguna duda sobre nuestra tendencia sexual?

--- No creo, pero me he quedado con una, me habría gustado que me la metierais por el culo como los tíos, a ver si os gusta más,

--- Miguel y yo nos volvimos a mirar, tomándonos un chupito de whisky, pusimos a su mujer sobre el sofá con un almohadón bajo el vientre, me miró y se fue al botiquín del aseo y trajo un enema, le abrimos las nalgas y le colocamos la cánula en el ano apretando a fondo el tubo, estuvimos unos minutos aguantándola tocándole las tetas y el clítoris, hasta que no pudo más y suplico ir al wáter, al momento volvió, ya descargada y la volvimos a poner sobre el sofá, su culo lucia resplandeciente, le di una lamida y le puse la crema suavizante con el dedo hasta que llegaba dentro, cuanto ya admitía dos dedos holgadamente, Miguel se untó la polla de crema y mientras yo le besaba en el cuello, Miguel le separaba las nalgas y apuntándole certeramente, le metía el glande en un solo golpe, el segundo la mitad y el tercero a fondo, ella suspiraba y gemía pero la polla llegaba a tope y el culo admitía toda la polla hasta los huevos, Miguel siguió metiendo la polla a fondo mientras ella me mantenía la mía dura dentro de la boca, llegado el momento le dio una metida que hizo que se tragara la mía hasta la garganta sin poder cerrar la boca, y se corrió sin cesar, me advirtió y me cambié y nada mas sacarla metí la mía hasta dentro, mientras Miguel se la metió en la boca chorreante de semen, mi polla estaba doblemente lubricada, la crema, la leche de Miguel y los flujos, así mi polla entró un poco más justa dado el grosor y no permitía que saliera nada hasta que eyaculé de forma brutal hasta vaciarme de semen espeso, le dimos la vuelta y le metí la mía en la boca igualmente chorreando leche de los dos.

Cuando ya pudo sentarse y hablar, nos dijo que estaba convencida de nuestros gustos sexuales y que le hacía muy feliz, y que le perdonara Miguel sus celos infundados. Miguel la miró con desprecio y le dijo…

--- Ahora te voy a follar cuando quiera y como quiera, te voy a dar por el culo todos los días hasta que no puedas sentarte y además, cuando quiera mi primo vendrá y entre los dos te llenaremos de leche por todos tus agujeros, entendido?

--- Si Miguel, mi amor, lo que tu digas.

Nos acostamos, desde mi habitación los oí que estaban follando otra vez, me sentí contento de que se hubiera solucionado el problema de Miguel y me dormí como un bebé, a la mañana siguiente me marché sin esperarme a comer, ya había tenido mi fin de semana completo.

Continuará

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Tengo una familia atípica y con mucha memoria.(6)

Un día después de comer, me llamo mi prima Inma, me dijo si me acordaba de ella, lógicamente le dije que si, que era mi prima, pero ella insistió…

--- Te acuerdas de mí y mi amiga?

--- Claro, mujer aún la tengo dura pensándolo, jajaja

--- Jajaja, pues bien esta tarde viene a merendar mi amiga, le he hablado de ti y le gustaría que le pusieras leche a su cortado y… a mí también.

--- Bueno me tientas con una merienda tan apetitosa, a mi me gustan los higos maduros jajaja.

--- Jajaja, pues tienes reservados dos, están en su punto.

Me dio la dirección y cuando llegué ya estaba su amiga, estaban esperándome, la verdad el tiempo había pasado de dos crías que eran, ahora eran dos panteras de cuidado, yo no me amedrenté y las saludé como si nada, Monse venía vestida toda de negro con una falda estrecha y suéter de licra con cuello cisne y zapato alto, Inma estaba muy sexi también un vestido hasta bajo de la rodilla todo abotonado delante, con un gran escote de pico, que enseñaba el canalillo, tenía las tetas un poco separadas y era un canalillo bastante ancho todo bronceado.

Sirvió la merienda, unas tostadas con mermelada, mantequilla y café con leche.

Lo tomamos tranquilamente y después me sentaron en el sofá con una a cada lado, el sofá era muy grande pero ellas estaban pegadas a mí, mi prima con la excusa de que el vestido le tiraba, se fue desabrochando botones desde abajo hacia arriba hasta más arriba del muslo, Monse a su vez se quitaba el suéter de cuello cisne y se quedaba con un sujetador mínimo que apenas podían recoger sus grandes tetas, de niña apenas se dibujaban unos bultitos, lo mismo eran operadas, pensé, yo para no ser menos, me quité la camisa y me quedé con los pantalones, soy de bastante vello y me pasaban las manos por mi pecho enredando sus dedos en mis rizos y al pasar por mis tetillas me pellizcaban, a mi prima, entre bromas de que no llevaba escote, le solté tres botones con lo que le llegaba a la cintura, no llevaba sujetador y al agacharse, se le salía una teta hasta el pezón, yo cada vez que se le salía se lo cogía con dos dedos y se lo escondía otra vez, Monse, dijo que el sujetador le había encogido al lavarlo y que le apretaba, se lo soltó y dos bolas salieron saltando separadas, altas y con los pezones a mitad de ellas, se veían durísimas por lo brillante de la piel, Inma me dijo que las suyas aunque más caídas eran mejor porque las otras eran operadas, yo me hice el incrédulo y les dije que imposible, y se las cogí apretándolas para luego compararlas con las de Inma, las estuve examinando largo rato, hasta que ellas me dijeron si no tenía calor, y me tumbaron en el sofá y me quitaron los pantalones y después de dudarlo también el slip, con lo que salió mi polla mirando al techo, se pusieron a discutir si mi polla era operada o no y me estuvieron tocando y descapullando, hasta que le pusieron un poco de mermelada en el capullo y se la metieron en la boca, la chuparon mucho más tiempo de lo que duró la mermelada, Inma se acabó de desabrochar los últimos botones y dejo ver sus dos tetas que aunque más caídas que las de Monse eran suyas y tenían un tocar más suave y sensible, me las dio a probar y estaban tiernas, los pezones rozaron mi paladar al aspirarlos, Monse se metía la polla en la boca casi desencajándose las mandíbulas de gorda que le venía, Inma me cogió la mano y la metió bajo sus escuetas bragas, estaba completamente depilada, solo se notaba el clítoris asomando entre sus labios y el calor húmedo que salía de entre sus labios entreabiertos, dos dedos se colaron en su vagina mojada y la palma de la mano recogía sus flujos blancos, Monse se había despasado la falda estrecha y como era muy ceñida no llevaba bragas, se puso mi polla entre sus labios y empujo hasta meterla, se ve que no había calculado bien pues al entrarle la polla tan gorda abrió los ojos como platos para luego cerrarlos apretándolos como cuando uno se atraganta, al fin cuando estuvo dentro suspiró aliviada, Inma se separó con los dedos los labios del coño y dejando al descubierto el clítoris me lo ofreció para que se lo chupara, se lo lamí, succioné y mordí hasta dejarlo brillante y descapullado, ya me cogía la cabeza y me la apretaba contra su sexo hasta que se corrió silenciosamente, Monse por su cuenta me cabalgaba sin piedad, con una mano alcance de la mesa un poco de mantequilla y cuando Monse se levanto para darse la vuelta y sentarse dándome la espalda me llene la polla de mantequilla y se la metí en el culo, que no debía ser la primera vez, pues se coló sin esfuerzo, solo protesto por lo inesperado y siguió montándome sin parar, Inma levanto una pierna sobre mi hombro y me dejo todo su coño frente a mi boca por lo que pude lamer sus labios menores también y metía la lengua en su vagina, hasta donde podía, mis manos, atrapaban el clítoris y lo hacían vibrar, así tuvo su segundo orgasmo, esta vez más explosivo y Monse se aferraba a mis huevos mientras recibía su primer orgasmo, se dejó caer en el sofá y yo aproveche para coger a mi prima y levantándole las piernas sobre mis hombros y separándolas se la metí de golpe, sin ninguna molestia de pelos vi desaparecer mi gruesa polla hasta dentro mientras gemía de placer, yo le dije que no podría aguantar más y me dijo que siguiera, quería tenerme dentro cuando me corriera, así lo hice y apretándome en la última envestida la llene de leche hasta que le salió chorreando hasta el culo.

Quedamos destrozados después del maratón de sexo, pero contentos, y quedamos que lo tendríamos que repetir pero por la noche sin prisas.

Nos despedimos con dos besos húmedos hasta el próximo encuentro.

Continuará

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Tengo una familia atípica y con mucha memoria.(7)

  No hacía muchas semanas de la comida familiar, cuando recibí un chat de mi prima Asun, decía…

--- Hola tío, aquí hay dos mujeres que por distintos motivos quieren verte y… tenerte dentro, si tú estás igual de deseoso, te esperamos el próximo sábado. Se ruega confirmación-

No había acabado de leerlo y releerlo cuando contesté…

--- Hola sobrina, al leer tu mensaje he consultado con mi amigo pequeño y gordo y me ha acabado de convencer, me encantará recordar viejos tiempos.

Cuando llegué estaba mi tía Asunción en la puerta, estaba bellísima, tenía 11 años más que yo, pero era una mujer que irradiaba sensualidad, era delgada pero con unos pechos que enseguida me recordaron a los de su hija, y unas caderas que debajo de su vestido fino y amplio dejaba a la imaginación volar.

Me recibió con dos besos y me hizo entrar,  su hija no estaba pero me hizo los honores y me ofreció un refresco hasta que llegara su hija.

Le pregunté si era verdad la confianza que me dijo Asun, y me lo confirmó todo, su hija le había contado con todo detalle nuestro encuentro y sobre todo cuando me corrí gritando su nombre, me dijo que le había hecho llorar de emoción.

Recordamos el momento en que cuando era niño me sacó la polla y me la puso dura y yo me conformé con manosearle el cuello, puesto que no supe llegar a más.

Me dijo que nunca había visto ninguna polla erecta y al tener la mía en sus manos casi tuvo un orgasmo, pero como en aquella época era tan represiva no quiso intentarlo más, pero se quedó con las ganas de chuparla y haberme dado sus tetas para que hubiese disfrutado con ellas, entonces estaban durísimas y con unos pezones súper sensibles. Después se casó, tuvo a Asun, pero nunca olvidó mi polla tan grande para lo pequeño que era yo, soñó muchas veces con la polla tan gorda e inocente a la vez.

A su hija le contó todo en un momento de sinceridad, no tenía secretos con ella y le sorprendió como le comprendió todo.

Me dijo que eran muchos años los que nos separaban, 11 años, pero una mujer de sesenta esta en lo mejor, su serenidad y experiencia suplen muchas cosas, le dije que Asun me dijo que tenía las tetas igual que ella, se rió, y me dijo que de joven si pero ahora ya la gravedad no perdonaba, me acerque y cogiéndoselas, le pregunté…

--- Seguro? Pues yo noto dos tetas de muy buen tocar, quizá una lencería más adecuada haría milagros.

Se rió por la ocurrencia y salió a ver cómo iba la cena, yo aproveché y le mandé un mensaje a Asun.

--- Compra para esta noche un sujetador guay para tu madre, se lo regalo yo, ah! acompaña unas braguitas sexi.

Me contesto con un icono de la mano con el dedo pulgar levantado de OK

Cuando llegó Asun, la cena estaba preparada, yo le ayudaba a poner la mesa, pronto nos acompaño vestida más cómoda, cuando pasó por mi lado me guiño un ojo.

Mi tía se cambió para cenar con un vestido muy suave, con un escote de pico y abotonado por detrás hasta la cintura.

Me sentaron entre las dos y la verdad parecían hermanas, una con la serenidad de la edad y otra con la frescura de la juventud.

Cuando terminamos de cena, cogí a las dos de la mano y les dije…

--- Sois las mujeres más importantes de mi vida, tenéis todo lo que hace falta para hacer feliz a un hombre, os quiero.

Se levantaron las dos y me llevaron a un salón que tenía un gran sofá cama, me iba a sentar cuando me dijeron…

--- Un momento, estaremos más cómodos.

Y sacaron del sofá la parte que se hacía cama, era gigante y quitándose los zapatos me invitaron a entrar en él.

Asun se quito el vestido y se quedó en sujetador y bragas y Asunción lo iba a hacer también pero le daba reparo por la comparación con el cuerpo de su hija, yo saque la caja que me había acercado Asun y le dije…

--- Asunción creo que te sentará esto mejor.

Lo destapó y se lo puso detrás de una cortina, se asomó con él puesto y viendo la expectación que teníamos, al final salió y se puso en el medio de la cama, estaba preciosa, el sujetador le colocaba las tetas donde debían estar y se las apretaban una contra otra, y las bragas de sisa alta le hacían unas piernas largas y el culo más alto, así aún se parecían más. Me besó y besó a su hija, me levante y quitándome la camisa y acercándome, le quite el sujetador y a Asun también, las dejé con las tetas al aire a las dos, las tenían iguales, los mismos pezones, las mismas areolas, igual de separadas solo unas más altas que la otra, se las cogí y se las besé dulcemente a las dos y me quitaron los pantalones y yo acabé con mis calzoncillos y mis calcetines, me quedé desnudo con la polla semi erecta, mi tía cuando la vio, se puso las manos en las mejillas y casi lloró, se acordaba de la polla que había tenido en sus manos tantos años detrás.

Se arrodillo frente a mí y cogiéndome la polla me preguntó si me la podía besar, le dije que sí y me la beso, descapullándomela y poniéndomela dura como antaño.

Miró a su hija que se arrodilló junto a ella y hizo lo mismo, entre las dos me chupaban la polla y los huevos, yo les acariciaba suavemente las tetas y las caderas, Asun se abrió de piernas y me enseñó su pubis recién depilado y las volvió a cerrar, creo que me dijo que acariciara la de su madre, le pase la mano por las caderas de mi tía hasta rodearle las nalgas hasta pasarla entre los labios de su sexo, instintivamente dio un saltito, pero mi mano no se fue e insistió, rozando su vello recortado fui rodeando sus ingles hasta rozar sus labios, sus piernas se fueron abriendo como una almeja y me mostraron unos labios rosados que encerraban la perla de su clítoris, mis dedos entraron entre ellos y los abrieron metiéndose en su vagina un poco húmeda todavía, mojé con saliva mis dedos y acaricie la entrada de la vagina de Asunción que se puso sobre mí, hasta que Asun se acerco por detrás y cogiéndome la polla la puso bajo el coño de su madre y esta se fue bajando hasta meterlo con cuidado pues hacía mucho que no se metía nada, cuando se dejó caer, respiro profundamente, se  apoyo con sus manos en mis rodillas y se iba moviendo sobre mí, Asun pasó frente a mí y se agacho sobre mi cara bajándose hasta apoyar su coño en mi boca, estaba frente a su madre, yo acariciaba con mis manos las tetas de las dos, y los clítoris, solo se diferenciaban porque una iba depilada y la otra no, los labios estaban igual de sabrosos y se movían igual, buscando el mayor placer. Cuando tenían sus coños totalmente mojados, se cambiaron de lugar y mientras Asunción se sentaba en mi cara, Asun se sentó encima de mi polla, el coño de Asun era más estrecho y los labios menores de su madre estaban más desarrollados, pero eran mínimas las diferencias, Puse a la madre sobre las sabanas y me coloque entre sus piernas, metiéndole la polla hasta dentro, su hija dirigía mi polla para meterla en su coño directamente no tardó en levantar las caderas, suspirando y gimiendo empezó a temblarle las piernas y cogiendo la mano de su hija y mi cintura, le llegó un orgasmo inmenso que la tuvo varios minutos con espasmos, hasta que se calmo, y cogiendo mi polla, la saco y dándole la mano a su hija la hizo agacharse y poniéndose en cuatro patas me coloque detrás, mi tía me cogió mi polla y la pasó a lo largo de todo el sexo de su hija, estaba mojado del todo, la pasó varias veces hasta que al llegar a la vagina, la encaró y empujándome el culo la metió de golpe, Asun suspiro de tener una polla tan gorda dentro de golpe y saco el culo para recibir mi envestida, yo la cogí de las tetas que se movían al mismo ritmo y cuando Asun se corrió le dio un beso en la cara, pero cuando me iba a correr yo me dijo que no me saliera, que siguiera, le dije que me daba apuro y me dijo que no, hasta el fondo, seguí metiéndola hasta que me cogió los huevos y notando como se hacían duros y redondos acarició el clítoris de su hija y nos hizo corrernos a los dos a la vez, le leche salía del coño de su hija a la sabana y con la palma la recogía y la lamia, cuando la pude sacar, me dijo al oído…

 --- Le he aconsejado que se tome la píldora.

Sonrió y nos tumbamos los tres en la cama.

Así empezó una relación renacida, que duraría en el tiempo.

Continuará

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Tengo una familia atípica y con mucha memoria.(8)

Un día encontré un mensaje en el contestador del teléfono, me decía…

--- Hola tío,  somos tus primos, los hijos del tío Manuel, los gemelos, hemos venido a comprar unas cosas y te hemos llamado por si querías que comiéramos juntos. Volveremos dentro de unos días, te llamaremos, hasta la vista.

Me gustó la iniciativa de los jóvenes y esperé que llegara el día en que me llamaran.

Eso pasó un miércoles, me llamaron y quedamos para cenar el viernes, tenían que recoger unas compras que habían encargado.

El viernes por la tarde llegaron cargados de paquetes y después de dejar todo en mi casa decidimos ir a cenar a un restaurante, estuvimos hablando de cómo les iba en el pueblo, tenían una tienda de decoración y floristería, la llevaban entre dos, siempre desde niños habían estado muy unidos, siempre pensaban igual y les iba muy bien.

Luego de cenar estuvimos tomando unas copas por los bares de la zona antigua y ya muy tarde volvimos a mi casa, les había preparado dos habitaciones y estaban encantados.

Al entrar la chica se sentó en un sillón y se descalzó, yo me cambié y me puse cómodo, les dije que hicieran lo mismo, según ellos no tenían sueño y aunque íbamos bastante cargados me pidieron si tenía algo que tomar. Saque vasos largos y serví unos cubalibres de ron y nos lo bebimos casi de un tirón, hacía calor, la segunda ronda siguió rápida y empezamos a hablar del pueblo, sus padres estaban bien y después de vender el camioncito, que estaba hecho una pena, se jubiló.

Como la vida de su padres estuvo centrada en la venta de la fruta, los hermanos se unieron tanto que eran como unos solo, entre ellos no era una hermana y un hermano, eran dos amigos, la finca se fue despoblando y quedaba solo la casa de sus padres y otra habitadas, no habían críos con quien jugar, entre sorbo y sorbo me contaron que sus juegos eran la única distracción de sus vidas desde niños, me contaron sus travesuras y las maldades cada vez más osadas que habían hecho, eran incorregible y no podían sus padres con ellos.

Salió a la conversación mi estancia antaño en su casa y las diferencia de edades  y comportamientos de entonces.

Les gustó oír como sus padres vivían de recién casados y se rieron cuando les dije que oía sus cuchicheos en la habitación de al lado, me contaron que ellos dormían en la misma habitación que yo dormí, que entonces tenía dos camas y que también los oyeron.

Cuando los oían se pasaban a la misma cama y se abrazaban y callados esperaban hasta que su madre gemía y suspiraba entre chirridos de la cama de hierro. Al principio era como un misterio pero con el paso del tiempo, la naturaleza iba progresando y se daban cuenta de que su madre no sufría sino que gozaba, el chico reaccionaba sin darse cuenta y su pene iba poniéndose duro estado abrazado a su hermana, ninguno de los dos sabia que pasaba pero a ella le gustaba tocárselo y descubrió que su sexo también sentía una sensación especial que se calmaba si su hermano le tocaba entre sus piernas. El tiempo pasaba y se enseñaban los cambios que se hacían en sus cuerpos, los primeros pelitos en el pubis, en las axilas, el glande que se descubría al mover la piel de su pene, y descubrir que ella tenía otro agujero aparte del culo, todo era de lo más normal y nunca sintieron vergüenza de lo que hacían, tampoco nadie les metió tabúes en la cabeza.

De hecho ahora vivían juntos y muchos días estaban desnudos por casa en los días calurosos y no se ocultaban cuando sentían necesidad de masturbarse.

Salió a la conversación la fama referente a mí, que habían escuchado en la reunión de la comida y nos reímos de las consecuencias tan impactantes en aquella época, me preguntaron en confianza que había de cierto en aquellos rumores y las conté la verdad, pero no se lo creyeron, me decían que no quería contarlo, les prometí que sí y que tampoco me sentí avergonzado entonces, me insistieron que se lo enseñara, que ellos estaban acostumbrados y no le daban importancia a los desnudos, después de rogarme mucho tuve que bajarme los pantalones y mostrarles mi polla que estaba un poco levantada por el tema de conversación, la chica se quedó convencida, pero que quería verla erecta del todo para verla bien, su hermano sonreía y la animaba, yo me dejé que me la cogiera y me la moviera, primero con una mano, luego con dos y luego me descubrió el capullo, me dijo que eso se lo hacía desde siempre a su hermano y que no pasaba nada, estaba agachada sobre mi y por el escote le estaba viendo sus tetas pequeñas pero duras, que en algunos movimientos dejaban ver algún pezón, pues no llevaba sujetador, la polla se me puso dura en un momento y su mano no podía abarcarla con la mano, tenía que cogerla con las dos, me dijo que nunca había visto una polla tan gorda, largas sí, pero las gruesas era una maravilla, ella prefería las gordas, me dijo que su hermano también tenía una buena polla, debía ser cosa de familia y volviéndose a su hermano que tenía la mano en la bragueta le dijo…

--- Nene, enséñale al primo las pollas que hay en la familia.

El chico se levanto lentamente y bajándose los pantalones hasta los tobillos saco de los calzoncillos bóxer que llevaba un trozo de carne casi erecta del todo y que le llegaba a la mitad del muslo, yo abrí los ojos como si hubiera visto un milagro y la chica dejando mi polla cogió la de su hermano y de varios movimientos se la puso mirando casi al techo.

Cuando estuvo roja y brillante, se volvió hacia mí y me dijo…

--- Que te parece esta polla? Es de familia no?

--- Seguro que sí, es igual que la de tu padre.

--- Como lo sabes?

--- Pues resulta que de niño dormía en tu habitación y…..

Les conté la historia de sus padres cuando follaban, de cómo estuve tocando las tetas de su madre etc.

La chica sin soltar la polla de su hermano cogió la mía y nos las besó a los dos, se quitó el vestido y se quedó en braguitas, me preguntó si tenía las tetas como su madre,

Lo cierto es que las tenía más pequeñas, pero más bonitas, le dije que se las había tocado cuando dormía y tenía los pezones iguales, me dijo que si le gustaría besárselos y probarlos para compararlos, le dije que sí y se los besé y lamí metiéndolos en la boca, eran iguales, se bajo las braguitas y dijo…

--- Tócame el coño, lo tengo también igual?

Se lo acaricié. Lo tenía totalmente depilado pero tenía los labios, incluso los clítoris eran iguales, se lo hice saber, que su madre lo tenía con una gran melena pero los labios eran los mismos.

Me dijo que seguro que mi polla se había puesto igual de dura que ahora y asentí, entonces me dijo que le gustaría tenerla dentro de ella para sentir esa emoción que viví por mis padres.

Miré a su hermano y me dijo que si, ella para tranquilizarme, me dijo que la polla de su hermano ya la había tenido muchas veces dentro y que sentía el amor que sus padres se tenían cuando tenía una polla de aquellas.

Me sentó en el sillón y se sentó de espaldas a mí dejándose caer sobre mi polla despacio, paladeando cada centímetro que le entraba y cuando llegó al final se recostó sobre mi y le cogí las dos tetas, me cabían en la palma de la mano y el pezón sobresalía de entre mis dedos, los pellizque y me respondió apretándome la polla con la vagina, su hermano estaba delante con la polla horizontal, dura y brillante la acercó a su boca y ella se la metió hasta que le tocó la garganta y volviéndose a mi me dijo…

--- Sois los hombres de mi vida, mi hermano y ahora mi primo, me hacéis muy feliz, llenadme de leche, quiero sentirme llena de vuestra leche, ahora y cuando queráis.

--- Quiero correrme con vosotros, y que nuestro orgasmo sea un pacto de amor.

Empezó a saltar sobre mí y a cada salto se metía y sacaba la polla de su hermano en la boca, cada vez se movía con más ardor, mis manos abarcaban sus tetas y su hermano le acariciaba el clítoris, el orgasmos fue múltiple, los tres nos corrimos al unísono, la leche corría desde su boca, entre sus pechos hasta llegar a su sexo donde se unía a la mía que salía de su coño hasta el suelo.

Ya nunca deje de estar en contacto permanente con mi familia.

Continuará.

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