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Dos que valen por tres.

en Amor filial

Dos que valen por tres

Cómo mi hermana gemela y yo éramos tan iguales y tan diferentes.

Cuando me miré en el espejo de cuerpo entero de mi habitación sonreí, delante de mí estaba mi hermana Patricia.

Desde que me llega la memoria mi hermana gemela ha sido mi media naranja, mi otro yo, siempre nos ha unido la condición de ser completamente iguales y aunque reconozco que no siempre es agradable, la mayoría de veces nos hemos aprovechado de nuestro parecido.

Nuestra madre, no sé si por comodidad o por curiosidad nos ha criado en la duplicidad, desde el vestir siempre iguales a estar siempre juntas, en los juegos, estudios, y en nuestra vida social.

Cuando éramos niñas siempre íbamos juntas y vestidas exactamente iguales, esto añadido al hecho que somos idénticas daba motivo para muchas situaciones curiosas.

Me presentaré, me llamo Catalina, aunque se quedó por comodidad en Kati, tengo 22 años, soy rubia, 1.70 de altura no muy delgada y bastante resultona, bastante bien de tetas y con un culito muy apetecible, según mis amigos.

La descripción de mi hermana Pati, es sencilla, es igual, totalmente igual, hasta el punto exagerado de que nuestra familia no nos distingue la mayoría de veces, cuando estábamos en el colegio la maestra nos ponía un lazo en el pelo para reconocernos, ya de más mayores el truco no resultaba, nos cambiábamos cualquier signo diferencial que nos ponían, nos cambiábamos la ropa varias veces al día y los volvíamos locos, en los exámenes no nos podían controlar, solamente nosotras sabíamos que mi hermana era más estudiosa de memoria y yo más hábil en los trabajos manuales, pero en la práctica nos ayudábamos y siempre estábamos entre las primeras en clase.

Éramos dos personas en una, estábamos tristes o contentas a la vez, aunque no nos viéramos, llegamos incluso a encontrar trabajo en la misma empresa.

Cuando fuimos creciendo siempre íbamos juntas, fuimos aprendiendo todo a la vez, mi madre confiaba que al estar juntas estábamos más seguras, por lo que nos dejaba a nuestro aire, descubrimos que si nos acariciábamos entre las piernas sentíamos un cosquilleo que nos gustaba, estos detalles completamente inocentes fueron incrementándose hasta que cuando la pubertad llegó, la curiosidad nos envolvió de manera que investigábamos en nuestros cuerpos, la práctica fue nuestra maestra, el descubrimiento de nuestros cuerpos, de nuestras sensaciones y nuestras preferencias las aprendimos una de la otra.

Con el tiempo solo descubrimos una diferencia definitiva entre nosotras, era un pequeño lunar que me salió en el labio derecho de mi vulva, justo al lado del clítoris, y lo descubrimos al depilarnos el pubis, desde entonces le llamábamos la “lenteja” y siempre que nos apetecía estar juntas hacíamos referencia a esta legumbre.

La llegada de la regla o la aparición del vello púbico fue simultánea, no fue ningún trauma al ser compartido y cuando descubrimos que nuestros clítoris nos producían un placer máximo procurábamos darlo una a la otra, llegado a experimentar los primeros orgasmos a muy temprana edad, estas prácticas cariñosas se fueron especializando con el tiempo, nuestra piel nos fue orientando sobre nuestras zonas erógenas, las tetas las acariciábamos con deleite al ver a nuestra hermana disfrutando de su placer.

La otra diferencia que surgió entre nosotras era que para mí, mi hermana Pati era lo máximo que existía en el mundo, tanto como persona como pareja, sus caricias me colmaban todos mis deseos y no añoraba para nada la compañía de los chicos, en cambio ella me adoraba, me buscaba para nuestros encuentros entre las sabanas, pero no despreciaba si algún chico le gustaba.

A veces en las primeras citas nos cambiábamos solo para divertirnos, luego ella seguía con el joven.

Con el tiempo, Pati intentaba convencerme de lo maravillosos que eran los hombres, yo no la contradecía pero no me animaba a probar, la verdad Pati con lo guapa que es siempre iba acompañada de chicos guapísimos, pero para mí me eran indiferentes.

Cuando cumplimos 20 años me hizo un regalo especial, lo estuvo preparando bastante tiempo, cuando me lo dijo, me emocionó por su interés y no tuve valor de negarme, no me hacía mucha ilusión pero me animé a complacerla.

Como ya tenía una edad más que apropiada, pensó que ya era hora de perder la virginidad, a mí no me importaba, pero a ella le parecía que no era apropiado.

Me organizó una fiesta, salimos y me presentó a una amiga, preciosa por cierto, me propuso que podíamos salir y pasar un fin de semana haciendo un trío en una casa rural juntas, la verdad es que la chica me encantaba, al llegar a la casa cenamos y bebimos en cantidad, entre las dos me estuvieron contando las aventuras con los chicos y los orgasmos que habían disfrutado con ellos, me animaban para probar, tanto me insistieron que al fin les dije que intentaría complacerles, el alcohol o la calentura del momento hicieron que me relajara, el ambiente era ideal, un salón grande, alfombras en el suelo, almohadones, una chimenea con un fuego chispeante y olor a esencias orientales hicieron el resto.

Mi hermana se quitó el vestido primero, el sujetador cayó con la ayuda de su amiga, al ver las tetas que tanto conocía se me humedeció el coño, Pati me quitó el vestido y me dejó igual que ella, su amiga alucinaba con la similitud de nuestros cuerpos, las tetas eran igual de turgentes y con los pezones igual de salidos, yo le quité la blusa a ella, no llevaba sujetador,  cuando tuve entre mis manos sus tetas duras, con unos pezones morenos provocadores, me pareció que se las había operado pero estaban muy apetecibles, le lamí las puntas y salieron ásperos dentro de mi boca, me estuvo acariciando entre los labios antes de bajarme las bragas y abrirme las piernas, sabía lo que me gustaba y se aplicaba en complacerme, la lenteja la trataba con una delicadeza que el clítoris se me ponía duro al acercarse al lunarcito, su boca me volvía loca, cuando iba a correrme, mi hermana me susurró al oído si me gustaría dejar de ser virgen, le dije que sí, le hubiera dicho que si a cualquier cosa con tal de que me provocara un orgasmo como el que se anunciaba, su amiga ocupo su lugar y me comió el coño, yo vi como mi hermana bajaba las bragas de su amiga y le comía el sexo, cuando más enervada estaba yo, mi hermana me cogió la mano y la acercó a la entrepierna de su amiga, estaba depilada igual que nosotras pero donde yo esperaba encontrar unos labios mojados encontré una polla dura, caliente con unas venas hinchadas que terminaba en un glande descubierto, palpitante y áspero.

Pati  antes de que yo protestara sorprendida me besó ardientemente, su lengua entró buscando la mía hasta el paladar, en mi coño noté un frescor aromático, me gustó, lo necesitaba, me ardía el coño con las lamidas recibidas, por lo que no me extrañó notar la cabeza de la polla de la chica, o chico o qué sabía yo, estaba suave, fresca y húmeda, se fue abriendo paso entre mis labios, mi hermana me besaba cada vez mas ardientemente, mis tetas las estrujaba pellizcando los pezones, yo estaba como en el cielo, abrí las piernas y levanté las caderas, estaba entregada, solo deseaba que me dieran placer, la polla desapareció poco a poco dentro de mí, solo noté un pequeño desgarro en mi interior, pero fue tan excitante la sensación que siguió, que cuando los huevos se pegaron a mis nalgas me pareció poco y deseaba más polla, el bombeo que siguió me llevaba como en una nube, estaba llena de carne que me quemaba gratamente, cuando mi hermana notó que la polla se metía demasiado deprisa le puso la mano en el pubis, lentamente salió de mí, me quedé despagada, esperando que me la volviera a meter, mi hermana se tumbo en la alfombra y me subió acostada sobre ella, nos besábamos y nos acariciábamos nuestras tetas, noté como me separaban las piernas hasta dejarlas al lado de las caderas de Pati, sentí la misma sensación de frescor en mi culo, en principio el tacto de un dedo hurgando en mi agujero me hizo estremecer pero mi hermana me acariciaba el clítoris entre las dos, cuando note la punta de la polla acercarse a mi culo, Pati me rodeo con sus brazos, el beso fue tan fogoso que apenas noté como el glande entró en mi culo, el calor y el deseo de que me llenara de carne me hizo relajarme y abrir las nalgas hasta que los huevos chocaron con ellas, sus tetas, se pegaron a mi espalda y sus manos me atraparon las mías, las rodillas estaban entre las piernas de mi hermana y cuando aceleró mi hermana lo notó enseguida, solo me dijo…

--- Vamos hermanita córrete, vas a tener el mejor orgasmo de tu vida.

Cómo me conocía mi hermana… cuando sentía el estallido de placer dentro de mí noté como me inundaba de leche caliente, la polla salía y entraba lubricada con mis jugos, la crema y la leche.

Solo salió de mí cuando se le desinfló la polla, yo estaba desmadejada, satisfecha por haberle dado gusto a mi hermana, ella a su vez había cumplido su deseo de hacerme “mujer”, a partir de ahora podría decidir.

--- Es el mejor regalo que me podías hacer, me dijo.

A partir de aquel día incorporamos una novedad, compré un consolador doble, lo utilizábamos cada vez, aunque tengo que reconocer que no se parecía a la polla que me había proporcionado en mi bautismo de semen.

Cuando cumplimos los 21 años por el verano decidimos viajar a Egipto, me hacía mucha ilusión, siempre me ha gustado la cultura de los faraones, fue pensado y hecho, en unos días estábamos probando el ambiente del desierto, camellos, dátiles, arena, pirámides, una locura, estábamos desechas de tanta premura, no parábamos ni un minuto, así cuando me propuso viajar a Luxor en barca, no lo pensé dos veces, descansaríamos unas horas al frescor del Nilo.

El guía nos recomendó una barca que hacía el trayecto llevando mercancías y verduras, no discutimos nada, le perspectiva de reposar bajo una vela nos decidió.

Cuando llegamos al muelle, nos costó encontrar la barca, nos dijeron que tenía una vela roja, pero todas tenían las velas plegadas y de colores, la actividad era apabullante, era un hormiguero de gente trabajando rápidamente para aprovechar la marea y los vientos.

Al fin después de enseñar el nombre de la barca a varios merineros nos indicaron donde estaba.

Estaba a punto de zarpar, ya no esperaban más, nos recibieron con cara de pocos amigos, cuando pasamos la pasarela nos ofreció la mano un chico que nos indicó que nos sentáramos en un lado, encima de unos fardos, no nos hizo caso hasta que estábamos en el centro del rio.

Nosotras estábamos expectantes ante tanta actividad, cuando la vela estaba hinchada sobre la barca se notó que se relajaba el ambiente, el chico era alto, muy moreno de pelo, piel y sobre todo ojos negrísimos, pese a ir vestido de trabajo con ropas muy usadas se notaba una educación esmerada, nos sonrió abiertamente, sobre todo a mi hermana, y con señas se admiró del parecido entre nosotras, estaba atendiendo las velas, al timón estaba un hombre mayor, unos cincuenta y tantos años, pelo canoso y piel curtida, solo se preocupaba en esquivar a las otras barcas.

El chico simpatizó con Pati y con señas se fueron contando cosas del Nilo, al rato de estar navegando rio arriba se sentaron en la proa de la barca sobre unos sacos, mi hermana reía ante las ocurrencias del chico, pronto dejaron de reír, vi como se besaban, en principio solo eran besos suaves pero, siguieron otros más fogosos hasta que se fueron tumbando sobre la cubierta, al rato de estar en silencio mi hermana me llamó, me acerqué y vi al chico y a ella desnudos, Pati lo cabalgaba y se metía la polla del egipcio hasta dentro, se levantó lo suficiente para enseñármela, la tenía larga, no muy gruesa, pero desaparecía toda dentro de mi hermana, luego siguió metiéndosela, el chico, se volvió hacia mí y llamó hacia detrás, de entre los fardos apilados apareció otro chico que había estado durmiendo, este parecía más joven que nosotras, al ver la escena no tardó en quitarse los pantalones ajados y dejar al descubierto su polla ya medio dura, me cogió de la mano y me sentó al lado de mi hermana, me desnudó rápidamente y me hizo señas para que le cogiera la polla y se la pusiera dura, yo le obedecí, al momento estaba como el mástil, era más corta que la del otro chico que resultó ser su hermano mayor.

Mi hermana no dejó de cabalgar al chico mayor pasándole las tetas por su cara, él las chupaba con ardor, el hermano intentó metérmela pero yo no estaba excitada, por lo que me contenté en hacerle una paja, al final me animé, mi coño estaba mojado, cuando me metió la polla solo aguantó una docena de clavadas antes de correrse, me hizo una cara de lastima, yo me quedé con las piernas abiertas tumbada al lado de mi hermana y el chico mayor, el me estrujaba las tetas, entonces llamó y le dijo a su hermano enérgicamente algo, el chico se esfumó rápidamente.

Al momento apareció el timonel, era mayor pero estaba bastante conservado, canoso pero con una sonrisa agradable, resultó ser el padre de los dos, estuvo hablando con el joven y se acercó a mí, me besó suavemente, me cogió la mano y me la llevó a su bragueta, busqué el cierre y bajo de la tela noté un gran calor, se notaba un gran bulto indefinido entre las piernas del capitán, mi mano buscó el final del bulto o mejor dicho el principio, cuando distinguí lo que era la polla y los huevos, seguí el curso de las venas semi hinchadas hacia la punta del falo, mi mano apenas podía abarcar el miembro pese a no estar todavía al máximo de erección, a mitad de recorrido intenté sacarlo pero fue imposible, tuve que continuar camal abajo hasta llegar al final, me encontré con el glande descubierto, circuncidado, al no tener prepucio el borde del glande se notaba muy definido igual que el frenillo que dio un impulso al tocarlo, lo cogí con determinación y tiré de él hacia arriba, se dobló con dificultad  dentro del pantalón hasta que asomó por la bragueta, cuando vio la luz estaba rojo, con la boquita como un pez.

 Al principio quedé impresionada de la perfección del glande aún más que de su tamaño pero pronto me quedé hipnotizada cuando fui sacando todo el miembro que no cesaba de salir, cuando hizo tope metí las manos dentro del pantalón y cogiendo con toda la palma abierta el par de huevos que estaban duros, ásperos y prietos, pegados al final de la polla, los saqué levantándolos y quedaron fuera junto a la polla, el conjunto no tenía nada que ver con la polla normal del hijo pequeño ni con la polla que estaba taladrando a mi hermana en ese momento, era mucho más larga, mucho más gruesa y mucho más potente y atractiva que la de sus hijos.

Tímidamente la cogí desde bajo y la sopesé, al estar morcillona se dejaba caer en mi mano, estaba caliente y suave excepto el glande que estaba reseco, estaba palpitando como llamándome, con la punta de la lengua lo toque y dio un pequeño salto, tuve que sujetar la polla con las dos manos para poder guiar mi lengua alrededor del glande hasta humedecerlo por completo, no me atrevía a meterlo en la boca pues estaba segura de que no me cabría, pero aplique los labios rodeándolo y aspirando un poco pude meterme todo el glande, con la lengua lo lamia por dentro y lo presionaba contra mi paladar, notaba sus palpitaciones y como salía un poco de liquido preseminal por su boquita, sus huevos los notaba totalmente pegados al nacimiento de la polla, estaban cubiertos de pelo canoso que disimulaba el negror de su escroto, las venas de la polla se hinchaban por momentos, apenas podía mantener el glande dentro, pero no podía sacarlo pues el capitán me tenía la cabeza presionada sobre su polla, pretendía metérmela, pero mis mandíbulas no lo permitían y mis labios estaban a punto de desgarrarse, al acariciarle los huevos, perece que comprendió la imposibilidad y se fue retirando hasta sacarla.

Me cogió por debajo de los brazos y me dejo caer suavemente sobre unos fardos sobre la cubierta, estaba tumbada de espaldas con las piernas totalmente abiertas colgando al suelo, él frente a mí, los pantalones de los había quitado y solo llevaba una leve camiseta, con las manos apretó las tetas sobre todo pellizcando los pezones hasta sacarlos como cerezas, mi hermana estaba a mi lado y no pudo resistir la tentación de cogerle la polla mientras cabalgaba a su hijo lentamente, se la estuvo pajeando mientras él me tocaba las tetas, cuando tuvo la intención de meterme la polla en el coño abierto, mi hermana le guió el falo hasta dejarla a la entrada de mi vagina, yo estaba muy asustada esperando lo que se veía venir, pero cuando se abrió paso entre mis labios mojados por mis jugos, dilatada ya por la polla del hijo pequeño y lubricada por la corrida del joven no tuvo la menor resistencia y fue entrando suavemente pero sin parar hasta que sus huevos chocaron en mis nalgas, mi coño se iba ensanchando y adaptándose al tamaño de la polla, apenas podía respirar, mientras el hombre me susurraba palabras dulces, aunque no entendía el árab, notaba que era un gran seductor, me envolvía con su dulce voz, su hijo le animaba, se notaba el morbo que tenían el follarse a dos rubias idénticas con unos cuerpos muy excitantes.

El padre se tomaba su tiempo, se notaba su experiencia, el hijo guiaba con sus manos las caderas de mi hermana que se dejaba caer sobre su larga polla, pero el padre con las manos al lado de mi cabeza, solamente apoyaba su polla en mi coño y flexionaba sobre sus brazos metiéndola despacio, y sacándola, notaba como su glande iba saltando mis pliegues vaginales, dándome un placer supremo, cuando llegaba dentro retrocedía lentamente hasta casi sacarla del todo, por mis piernas corría mis jugos chapoteando con los huevos del capitán, yo le cogía la polla cuando la sacaba y la acompañaba hasta notarla desaparecer en mi coño.

Era todo un espectáculo ver los centímetros de polla entrar despacio pero interminables, no se inmutó cuando sentí como me recorría una corriente eléctrica desde la nuca hasta mi coño, empecé a agitarme, los espasmos se sucedían en una ráfaga incesante, mientras la polla imperturbable seguía bombeándome el coño, el hombre solo sonreía mirándome, yo me retorcía de placer, mis manos no sabían dónde acudir, me pellizcaba mis pezones o me frotaba mi clítoris sin piedad, él solo entraba y salía, por un segundo recordaba las caricias de mi hermana, el sabor que me dejaba en mis labios cuando le comía el coño, la suavidad de su lengua en mi clítoris, todo pasaba por mi mente como un tren a gran velocidad, solo el martilleo continuo de la polla dentro de mi me trajo a la realidad, esta polla no tenía nada comparable a la que me quitó la virginidad, se notaba como vibraba dentro de mí cuando tocaba mi útero, mi hermana estaba feliz de verme tan entregada a esta polla, su coño también gozaba con la nada desdeñable polla del hijo mayor pues la llenaba por completo, ella movía las caderas y se excitaba los puntos más sensibles a voluntad, mientras que el chico le masajeaba las tetas, cuando empezó a notar la llegada de un fuerte orgasmos aceleró sus movimientos ascendentes y se dejó caer de golpe cuando estalló dentro de ella, el chico no tardó en seguirle y sujetándole las caderas para que no se levantara se vació dentro de su vagina inundándola de leche espesa que tardó en salir cuajada.

Cuando mi hermana se corrió, me cogió de la mano y me trasmitió sus vibraciones, yo estaba a punto de experimentar mi segundo orgasmo cuando el padre después de meter y sacar por enésima vez, se paró en seco y sacó la polla casi completamente.

Solo quedó dentro la punta del glande y la metió de golpe hasta dentro, al segundo empujón se quedó dentro y noté como a través de su polla llegaba una oleada de semen que salía por el glande hasta llenar toda mi vagina completamente llena de carne hasta hacerla salir a presión entre mis labios. Estuvo un rato dentro de mí, sin sacarla, solo cuando se fue calmando poco a poco se retiró hasta salir todavía horizontal y amenazante, creí que ya había acabado pero parece que quería despedirse mejor, cuando me la volvió a meter de una forma violenta, su polla entraba y salía como un embolo en una máquina de vapor hasta que desde los huevos le subió un torrente de leche que me quemó las entrañas.

Al coincidir su segunda corrida con mi segundo orgasmo creí flotar en el aire, todos los  placeres del mundo estaban concentrados en mi coño y se irradiaban a todo el cuerpo, mi rostro y me pecho estaban rojos de rubor ardiente, notaba mis orejas como me quemaban y mis pezones me dolían de tan duros como estaban.

Cuando se separó de mi, la leche llegaba por bajo de mis rodillas, de su polla goteaba aún un resto de semen y el glande brillaba con mis jugos vaginales, cuando me incorporé note que me fallaban las piernas, pero estaba radiante de felicidad.

Mi hermana antes de que pudiera pensar algo, le dijo al joven que quería probar la de su padre, éste se lo dijo y se echó sobre una lona, mi hermana se abalanzó sobre él, le cogió la polla entre las manos y se metió la polla dentro de la boca, solo un gemido largo indicó el placer que sentía, sus tetas se balanceaban sobre el padre y el hijo al ver el culo tan blanco de Pati no se lo pensó dos veces, se situó detrás metió la cara entre sus nalgas, le humedeció el ano rosado y rugoso y cogiéndola de las caderas le metió el glande de una vez, mi hermana abrió la boca cogiendo aire, la polla del padre la llenaba por completo la boca, ya estaba lo suficientemente dura para metérsela en el coño y lo hizo, la del hijo aunque más fina le llegó hasta el intestino, encontrándose con la de su padre dentro de ella, se alternaban en las metidas, cuando uno salía el otro entraba, sus huevos se juntaban entre sus piernas, cuando el joven se corrió, estuvo dentro hasta que la leche se escurría del culo mojando la vagina de Pati y los huevos de su padre, la polla enorme dio varios empujones secos, mi hermana se quedó quieta, recibió varios chorros de leche hasta el coño de Patí.

Los hombres quedaron apoyados por la borda de la barca, nosotras desnudas con los coños dilatados al máximo, las piernas bañadas hasta las rodillas, tumbadas sobre las mercancías amontonadas, la barca surcaba en silencio las aguas turbias del Nilo, cuando miré hacia atrás vi al chico joven, estaba al timón, apenas nos miraba avergonzado, yo me sentí mal por él, su hermano y su padre lo habían humillado, su juventud lo había traicionado, por eso cuando me acerqué a él en silencio le levanté la cara y le miré a los ojos, estaba apenado, tenía los ojos húmedos, solo cuando metí mi mano por la cintura del pantalón y lo desabroché, me miró a los ojos, yo sin apartar su mirada le saqué la polla que no tardó en ponerse dura y mirándolo desde abajo me la metí en la boca después de lamerla cuidadosamente, el chico suspiró mirando hacia el cielo, mis manos sacaron toda la polla al aire junto a sus huevos, el vello rizado y suave apenas cubría el tronco de la polla, acuné los huevos con mis manos y luego de lamerle el frenillo abrí los labios y la metí hasta casi atragantarme con ella, mi lengua succionaba el glande hasta tocarme la campanilla, el chico soltó la caña del timón, la barca derivó hacia la orilla, su padre rápidamente la cogió y volvió al rumbo mientras su joven hijo se dejaba caer en un banco de madera, yo sin soltarlo le estuve chupando la polla hasta que me sujetó la cabeza con sus manos y me llenó la boca de leche sin darme tiempo de tragarla toda.

Su padre me lo agradeció con una sonrisa, mi hermana me estaba esperando con mi ropa en la mano, ella ya estaba vestida, a lo lejos se veía el muelle de nuestro destino.

Cuando la barca atracó, saltamos nada más poner la pasarela, nos despedimos con la mano y fuimos directas a buscar un hotel.

Cuando cerramos la puerta de la habitación tras nosotras corrimos a la ducha, fue una delicia el sentir el agua purificadora en nuestra piel, olíamos a sexo y sudor, cuando nos secamos nos echamos en la cama y besándonos nos quedamos dormidas.

El sol entrando por la persiana de la ventana nos despertó, habíamos estado muchas horas durmiendo, nos fuimos a comer a un buen restaurante, estaba lleno de turistas, en recepción nos aconsejaron lo que teníamos que ver, decidimos empezar al día siguiente, pero de momento teníamos un plan más urgente, teníamos que comer una lenteja.

En la habitación las ropas cayeron nada más entrar, mi hermana subió a la cama y abrió los brazos esperándome, me fundí entre ellos, nuestras bocas se unieron, las lenguas saborearon el aliento, las manos acariciaron las cuatro tetas iguales, eran cuatro pezones repetidos, apuntando enfrentados, cuando nos dejamos deslizar sobre nuestros cuerpos buscando nuestros sexos nuestras bocas llegaron al unísono a nuestros labios, los clítoris estaban muy sensibles, ya sabían lo que les esperaba, las lenguas sabiamente entrenadas lamian y los excitaban haciéndoles salir de su capuchón, los dedos desaparecían entre las ingles y se perdían dentro de nuestras vaginas mojadas, los orgasmos llegaron casi al mismo tiempo, el mío fue más explosivo, todavía me notaba en mi coño el grosor del marinero, mi hermana soñaba con las dos pollas que la habían tenido en vilo hasta correrse dentro de ella, cuando noto los espasmos en su vientre que le obligaron a morderse los puños de las manos.

Decidimos que al día siguiente continuaríamos el viaje y disfrutaríamos de todo lo que la vida nos ofrecía.

Continuará

Agradeceré sus comentarios.

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Viaje de un jubilado a La Argentina (32)

Viaje de un jubilado a La Argentina (31)

Viaje de un jubilado a La Argentina (30)

Viaje de un jubilado a La Argentina (29)

Viaje de un jubilado a La Argentina (28)

La conversión de mi hijo Eduardo

Viaje de un jubilado a La Argentina (27)

Viaje de un jubilado a La Argentina (26)

Viaje de un jubilado a La Argentina (24)

Viaje de un jubilado a La Argentina (25)

Viaje de un jubilado a La Argentina (22)

Viaje de un jubilado a La Argentina (23)

Viaje de un jubilado a La Argentina (21)

Viaje de un jubilado a La Argentina (19)

Viaje de un jubilado a La Argentina (20)

Viaje de un jubilado a La Argentina (17)

Viaje de un jubilado a La Argentina (18)

Viaje de un jubilado a La Argentina (16)

Viaje de un jubilado a La Argentina (14)

Viaje de un jubilado a La Argentina (15)

Viaje de un jubilado a La Argentina (13)

Viaje de un jubilado a La Argentina (12)

Viaje de un jubilado a La Argentina (11)

Viaje de un jubilado a La Argentina (10)

Viaje de un jubilado a La Argentina (9)

Viaje de un jubilado a La Argentina (8)

Viaje de un jubilado a La Argentina (7)

Viaje de un jubilado a La Argentina (6)

Viaje de un jubilado a La Argentina (5)

Viaje de un jubilado a La Argentina (4)

Viaje de un jubilado a Argentina (3)

Viaje de un jubilado a Argentina (2)

Viaje de un jubilado a Argentina (1)

Mis primas de la capital (30) y FINAL

Mis primas de la capital (29)

Mis primas de la capital (28)

Mi timidez y mis tías (50) y FINAL

Mi timidez y mis tías (49)

Mi timidez y mis tías (48)

Mi timidez y mis tías (47)

Mis primas de la capital (27)Estaba muy agradecido

Mi timidez y mis tías (46)

Mis primas de la capital (26)

Mis primas de la capital (25)

Mi timidez y mis tías (45)

Mis primas de la capital (24)

Mi timidez y mis tías (44)

Mi timidez y mis tías (43)

Mis primas de la capital (23)

Mis primas de la capital (22)

Mi timidez y mis tías (42)

El tío Culebra me quitó el miedo a los reptiles 1

El tío culebra me quitó el miedo. (2)

Mi timidez y mis tías (41)

Mis primas de la capital (21)

Un jubilado en el cine

Mi timidez y mis tías (40)

Mis primas de la capital (20)

Un pastor en el camino de Santiago

Mis primas de la capital (19)

Mi timidez y mis tías (39)

Memorias de un abuelo (2)

Mi timidez y mis tías (38)

Memorias de un abuelo (1)

Mi timidez y mis tías (37)

Mi timidez y mis tías (36)

Mi timidez y mis tías (35)

Mi timidez y mis tías (349

Mis timidez y mis tías (33)

Mi timidez y mis tías (32)

Mi timidez y mis tías (31)

Mi timidez y mis tías (30)

Mi timidez y mis tías (29)

Mi timidez y mis tías (28)

Mi timidez y mis tías (27)

Mis primas de la capital (18)

Mi timidez y mis tías (26)

Mi timidez y mis tías (25)

Mi timidez y mis tías (24)

Mi timidez y mis tías (23)

Mi timidez y mis tías (22)

Mi timidez y mis tías (21)

Mi timidez y mis tías (20)

Mi timidez y mis tías (19)

Mi timidez y mis tías (18)

Mis primas de la capital (17)

Mitimidez y mis tías (17)

Mi timidez y mis tías (16)

Mis primas de la capital (16)

Mi timidez y mis tías (15)

Mis primas de la capital (15)

Mi timidez y mis tías (14)

Mis primas de la capital (15)

Mi timidez y mis tías (13)

Mi timidez y mis tías 12

Mis primas de la capital 14

Mi timidez y mis tías 11

Mi timidez y mis tías 10

Mi timidez y mis tías 9

Mi timidez y mis tías 8

Mi timidez y mis tías 7

Mi timidez y mis tías 6

Mi timidez y mis tías 5

Mi timidez y mis tías 4

Mi timidez y mis tías (3)

Mi timidez y mis tías 2

Mi timidez y mis tías 1

Mi coño conquistó New York. (2)

Mis primas de la capital (13)

Para un concierto lo mejor es un trío… o más (3)

Para un concierto lo mejor es un trío… o más (2)

Mi coño conquistó New York.Cuando decidí labrarme

Mis primas de la capital (11)

Mis primas de la capital (12)

Mellizos y gemelas, de gavilán a paloma.

Mis primas de la capitál (10)

Para un concierto lo mejor es un trío, o más.

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mis tetas decidieron mi destino por mí.

Entre mi padre y mi tía me quitaron mis complejos.

Mis primas de la capital (9)

Mis primas de la capital (8)

Ayudando a mi mamá

Mis primas de la capitál (7)

Mis primas de la capital (6)

Mis primas de la capital (4)

Mis primas de la capital (5)

Mis primas de la capital (3)

Mis primas de la capital (2)

Mis primas de la capital

Al conocer mi adopción encontré la felicidad

El chat me ayudó con mi sobrina (Continuación 2)

El chat me ayudó con mi sobrina (continuación)

Mi gran desgracia mi polla Final

Mi gran desgracia mi polla continuación

Mi padre y mi tio tienen los mismos gustos

He tenido mas corridas que km. en mi carrera

Mi gran desgracia .. mi polla

Me casé con una miss

Me gusta ser chófer (TOMO II)

Me gusta ser chófer (TOMO I)

Bienvenida mi jubilación

Tengo una familia atipica pero con mucha memoriT

Bienvenida mi jubilacion tomo 2

Mi primer viaje en avión

Desde el balnerario con amor

El chat me ayudo con mi sobrina