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El chat me ayudó con mi sobrina (continuación)

en Amor filial

EL CHAT ME AYUDO CON MI SOBRINA(Continuación)

 

Si han leído el relato anterior (8-9-2016), recordarán la ayuda del chat en la relación con mi sobrina Bea, dándome grandes satisfacciones, es que tengo una familia maravillosa.

Cuando mi sobrina Bea vino a vivir conmigo para estudiar en la universidad, era una chica bastante inocente, pero el tiempo y alguna ayuda exterior hicieron que conmigo aprendiera lo que es el sexo, de paso reencontré a mi familia con la que no me relacionaba demasiado.

Cuando vi a mi otra sobrina Cris y a mi cuñada Sofía estaba de lo más feliz, cada una en su estilo eran unas mujeres fantásticas, además de tener unos físicos ideales, eran unas mujeres de una pieza, y me querían mucho.

Después de la estancia en mi casa donde terminamos de conocernos, volvieron a su casa, Bea continuó conmigo, como siempre acudía a la universidad y hacía una vida social lógica para su edad, salía con chicas y chicos, alguna vez venían a recogerla para salir o traerla de alguna fiesta, con algunos de sus compañeros llegué a coger confianza, eran buenos chicos y chicas, por supuesto les gustaba divertirse y lo hacían, iban a todos los sitios donde había juerga y disfrutaban a lo grande.

Una tarde me preguntó qué opinaba de  una amiga suya que se llamaba Patricia, realmente no la conocía más que de vista, era simpática y parecía ser una buena chica, físicamente estaba muy bien, tendría unos 20 años y vestía muy formal, acababa de salir de un colegio interna, sus padres habían hecho un esfuerzo tremendo para que fuera a la universidad, la chicas se veía perdida en la ciudad y Bea había pensado que estuviera en casa, solo hasta que encontrara un piso compartido, en principio no me gustó la idea, no conocía de nada a la chica para meterla en casa, por otro lado le vendría bien a Bea tener una compañera y amiga para sus estudios, la habitación sería la misma y de su manutención se ocupaba ella naturalmente, además se veía bastante formal, no tuve más remedio de consentir, pues Bea me miraba como un corderito.

Patricia se trasladó desde la pensión que estaba, se instaló rápidamente ayudada por Bea y me dijo…

--- Muchas gracias Sr. Alfonso por dejarme estar en su casa hasta que encuentre un piso económico, le prometo que no lo lamentará.

--- Por favor Patricia, en primer lugar llámame Alfonso, y después darte la bienvenida a mi casa… mejor, nuestra casa, como ves Bea y yo no llevamos muy bien y con toda la confianza, más que tío y sobrina somos ante todo amigos, ya lo irás viendo, por supuesto siéntete como en tú casa, estoy a tu disposición.

Bea nos miraba contenta y abrazando a Patricia le enseñó la casa. Yo me quedé en el salón oyéndolas como se contaban cosas en su habitación. Instalaron el ordenador de la chica y la ropa en el armario.

Bea le había informado sobre mí, de mis costumbres, y mis horarios, por lo que en unos días estaba integrada con nosotros.

Se pasaban las tardes estudiando y contándose cosas, me gustaba oír las voces juveniles de las chicas en una casa normalmente silenciosa, después de cenar solíamos hacer un poco d sobremesa o se iban a su cuarto.

Una tarde de sábado Bea me preguntó si creía que su ropa le vendría bien a Patricia, pues querían salir y no tenía aún ropa moderna.

Yo creí que muchas cosas no le vendrían bien, pero asentí, mi sobrina sacó un montón de prendas al salón para ver que podría valer, Patricia estaba entusiasmada, pues le encantaba la ropa, yo ejercía de juez, mientras Bea le iba seleccionado las prendas, Patricia se las ponía en su habitación, parecía un pase de modelos.

La chica era un poco más alta que Bea,  más delgada, tenía más pecho y menos caderas, los vestidos se iban sucediendo, llegó uno que era escotado por detrás hasta casi la cintura y con la falda ancha y corta. Cuando salió Patricia con él estaba muy guapa, pero cuando se acercó se apreciaron los defectos que se le notaban, en principio le tiraba de delante y se le veía el sujetador por detrás, Bea me pidió parecer, pues le gustaba mucho pero no le quedaba bien, en principio le dije que tenía un problema de “base”, no entendieron y les tuve que aclarar que el primer problema venía de debajo de la ropa, la chica se entristeció, le dije que tendríamos que hacer algunos ajustes, le chica se quedó pensativa pero Bea le animó a hacer cambios.

En principio le dije que las pinzas del vestido no le coincidían y le tiraban por todos lados y teníamos que ajustarle algo, le dije a Bea que le soltara los tirantes y le bajara el vestido hacia delante, la chica se cubrió el pecho con las dos manos, mi sobrina me miró, mal comienzo, me quería decir, con mucha delicadeza le cogió las manos y se las dejó caer, el sujetador que llevaba estaba bastante usado, de un modelo muy antiguo de color gris, no decía nada, los tirantes anchos y un poco rozados, me miró por el rabillo del ojo y le dije con la mirada que eso era lo primero que habría que suprimir. Le preguntó si no tenía más y la chica dijo que otro igual de color carne. Bea me dijo que intentara yo ajustarlo para ver si se podía aprovechar, me acerque y lo primero que hizo fue cubrirse otra vez, le tranquilice, le dije que no pasaba nada, que ya había  visto chicas en la playa en bikini y no pasaba nada, me dijo…

--- Es que yo no he estado en ropa interior delante de ningún hombre, me da mucha vergüenza, no sé como reaccionaré, estoy muy nerviosa.

--- Bueno tranquila, si no quieres no hacemos nada, pero piensa que ya no estás en el internado, ya debes vestir como una chica moderna y un sujetador solo es un sujetador.

--- No, si yo quiero que me adaptes los vestidos, pero me da vergüenza, perdona, intentaré evitarlo, tú sigue.

--- Mira, lo primero es ver si podemos ajustar el tuyo y si no, te pruebas uno de Bea, vale? creo que usas una 100 y Bea una 95, pero servirá.

--- Muy bien, haré lo que me digas, gracias Alfonso, ya estoy tranquila.

Con mucho cuidado de no tocarle, le estiré de los tirantes, el sujetador se tensó, se subió levantando el pecho, mejoró bastante pero seguía bajo, seguí estirando los tirantes y como no le apretaban los corchetes del contorno, le escaparon por bajo del sujetador una pequeña parte de las tetas, ella no lo notó pero se veía la piel blanca y redondeada, le volví a subir los tirantes y asomaron dos dedos más de piel tierna por debajo de la prenda, se adivinaban las areolas a punto de asomar, le dije para tranquilizarla que pusiera las manos bajo sus tetas, lo hizo y le bajé los tirantes de los hombros, las copas del sujetador quedaron fláccidas sobre las manos de Patricia que sujetaba las dos tetas, le dije que no las soltara, ella estaba tranquila pues no se veía nada, le solté los corchetes de detrás y el sujetador se aflojó del todo, me volví de espaldas y le dije que soltara el sujetador, cuando me volví tenía una teta en cada mano, eran redondas, blancas, duras y con unos pezones grandes que apenas se ocultaban entre los dedos de la chica, Bea miraba expectante, quería saber cómo le iba a quitar la vergüenza a la chica.

Estuve probando a acortar los tirantes del sujetador de Patricia, cuando lo había conseguido le dije que se cogiera los pezones y los levantara, eran unas tetas preciosas, jóvenes y blanquísimas, colgadas de los pezones parecían unos pasteles de merengue, cogí el sujetador y se lo apliqué por debajo, después le dije que se lo sujetara ella, pasó las manos bajo el sujetador, las copas cayeron sobre sus manos que sujetaban las tetas quedando al aire los pezones y las tetas subidas al máximo, cogí una copa, le pasé el tirante por el hombro, después la teta correspondiente se la coloqué apretándole un poco el pezón entre mis dedos, sin pretenderlo, se puso terso y salió un centímetro, con el otro hice lo mismo, ya Patricia como sabía la operación soltó su parte y la teta quedó al aire con medio sujetador colgando, miraba como su teta antes oculta a todo el mundo ahora la cogía con mi mano abierta, la sostenía hasta que la otra subía el tirante para meterla dentro de la copa. Se sintió más cómoda al notar sus tetas altas saliendo entre las copas hinchadas, le dije que se probara otra vez el vestido, ahora le quedaba bastante mejor, pero se veía mal ajustado.

Le hice una seña a Bea que trajo una caja con sujetadores de lo más sugerentes, la dije a Patricia que se bajara otra vez el vestido, ya lo hizo ella sola, se quedó en sujetador esperando mis órdenes, lo primero le dije que se lo soltara por detrás y se lo quitara, me obedeció sin titubear, las dos tetas quedaron a la vista, eran redondas y con los pezones grandes y rosados, con el frio se salieron, ella me miró como pidiendo disculpas, le sonreí, le dije que pusiera los brazos en jarras hacia atrás, sacando pecho, con las modelos presentadas a tamaño natural, le iba sobre poniendo los diferentes sujetadores de Bea, las tetas le nacían desde los lados bajo los brazos, hasta que se juntaban casi las dos en un canalillo profundo, le ponía el sujetador y lo elevaba hasta que Patricia le parecía bien, si no le cabía la teta, la subía o la ladeaba hasta que estaba cómoda, los pezones estaban duros y brillantes, cuando era un sujetador de encaje se los mojaba para ver si los marcaba el sujetador, las primeras veces lo hacía con los dedos, pero después si tenía las manos ocupadas con alguna prenda, se los lamía, las primeras veces se encogía, pero después se acercaba para que los cogiera con los labios, los chupaba y los mordía, ella cerraba los ojos y suspiraba, las manos no las quitaba de las caderas, yo le cogía las tetas con las manos y las chupaba desde bajo hasta rodearlas hasta llegar al pezón, estaban duras, se notaban las venitas, mi cara se apretaba entre sus tetas mordiéndolas hasta que le dolían.

Le dije si se podía quitar el vestido, no se hizo de rogar, se lo bajó y dejo a la vista las bragas del mismo juego que el sujetador, le hice una cara de desaprobación, se las quitó bajándolas hasta los pies, sacando uno tras otro lanzándolas aparte, tenía el pubis sin depilar, el vello negro le subía desde el triangulo como un hilito hasta el ombligo, le seguía por los labios en las ingles hasta donde no llegaba a ver, volvió a poner las manos en las caderas, Bea sentada en un sillón nos miraba callada.

Me acerque a la chica, le pase un brazo entre los suyos, la abrace por la cintura y la atraje hacia mí, se quedó en la misma postura, su pubis estaba pegado a mi polla dentro del pantalón, le besé en el cuello, su piel hacía un olor a piel caliente y perfumada a la vez, el rubor marcaba sus mejillas y su pecho se agitaba con las respiración, con la pierna separé las suyas y mi muslo se apretó sobre su sexo, ella se acoplaba mojándome el pantalón, mi polla que estaba debajo se alargaba camal abajo, mi boca lamía los lóbulos de las orejas, ella me ofrecía su piel más sensible, cuando le busque entre la maraña de pelos en su pubis, note el calor que subía entre sus labios, pese a no verlo, se notaba su clítoris asomando entre ellos, era grueso y estaba hinchado, mi mano lo encontró y le retiré la piel protectora dejándolo brillante y mojado, al fin dejando caer la cabeza sobre mi hombro se dejó hacer, mi mano separó sus labios mientras mi boca buscaba la suya, fue un beso tierno al principio, pero mi lengua no tardo en encontrar la suya, me la absorbió ávidamente, sus brazos por fin se movieron y me abrazó estrechamente, su mano buscó el cierre de los pantalones, se oyó un ziiiip y mi polla salió como un muelle, no llegó a desplegarse del todo cuando la tenía cogida y le retiraba el prepucio, me empujó al sofá, cuando caí sentado se montó entre mis piernas, cuando abrí los ojos tenía dos tetas en la cara y mi polla dentro del coño de Patricia, me besaba en la boca y se metía la polla hasta dentro, no paró hasta correrse, no habló ni una palabra, estaba concentrada en el placer que le llenaba, cuando vino el orgasmo solo dio un suspiro profundo desde el fondo de su ser, solo dijo…

--- Gracias Alfonso, hace muchos años que he soñado con esto, me alegro que hayas sido tu el primero.

Cuando se levantó, vi que mi polla estaba un poco ensangrentada.

Bea estaba alucinada, era testigo de la desfloración de Patricia, la chica había pasado una pubertad reprimida, hoy  había nacido a la vida.

El chat me ayudó con mi sobrina(2)

Desnuda como estaba, se abrazó a Bea, la besó y se fue a la ducha, por sus muslos resbalaba mi leche hasta el suelo.

Mi sobrina se acerco a mí, se sentó sobre mi piernas me abrazó y me besó, hasta sentir que mi polla lacia le golpeaba entre las piernas, simplemente  ladeó las bragas y metiéndose la polla se dejó caer.

Debía estar muy excitada con lo que había visto, pues se corrió al poco de metérsela y de recibir mi corrida dentro de su coño, para cuando Patricia salió de la ducha, Bea estaba sentada a mi lado bajo mi brazo.

Patricia desnuda como iba se sentó al otro lado y pasando mi brazo sobre sus hombros se acurrucó contra mí.

A partir de aquel día Patricia y Bea estaban menos en su habitación hablando y las tertulias después de cenar eran más largas.

No tardó mucho a encontrar un piso compartido de estudiantes, el día que nos lo dijo quedamos tristes, andábamos por la casa callados, hasta que se dio cuenta, nos cogió de las manos y nos dijo que no nos iba a olvidar, aquella noche después de cenar se fue a la habitación, vino desnuda, solo con una bolsita.

Se sentó sobre mis rodillas y me dio un beso, mi polla no tardó en presionar las nalgas de la chica, solo abrió las piernas un poco y se pasó la polla entre los labios peludos, se restregó un poco por encima de ella y sacó la bolsita, se la dio a Bea que saco con cuidado un tubo de espuma para el afeitado una maquinilla de rasurar y unas tijeras, nos quedamos mirando incrédulos, cuando se sentó en el sofá con las piernas abiertas ya no dudamos de los deseos de Patricia, quería irse transformada totalmente gracias a nosotros, rompía con su pasado, quiso que la depiláramos entre los dos, Bea se quitó el suéter que llevaba, se quedó con un sujetador blanco de encaje, estaba preciosa, sus tetas tiernas cabían en la mano abierta, sus pezones grandes, eran sensibles, yo me quité los pantalones y me quedé en bóxer, nos adelantamos entre las piernas de Patricia, Bea cogió las tijeras, fue cortando la mata de pelo rizado que caía al suelo, La chica se abría cada vez más facilitando que las manos de mi sobrina no se dejaran ningún rincón sin recortar, cuando estaba cortándole la melena entre las ingles, sus labios estaban mojado, y desprendían un olor a mujer ardiente, Bea le cogió el labio para no pincharle, al quitarle los pelillos le rozó el clítoris, estaba muy sensible, Patricia se encogió y gimió,  Bea se dio cuenta y al pasar al otro lado le volvió a rozar, otro gemido más suave, cuando me toco el turno con la maquinilla de afeitar enjaboné todo el pubis, hasta el ombligo, las ingles y los labios, llegué hasta el ano, estaba más oscuro y el agujero rugoso, con la maquinilla fui rasurando a la vez que estiraba la piel, en el pubis no tuve problemas, estaba abultado y liso, llegué hasta el ombligo, era morena, se le notaba suave, cuando llegue a los labios tuve que cogerlos, separarlos y con cuidado pasar la cuchilla, pasé una toalla quitando los restos de espuma, al separar los labios el clítoris se quedó expuesto, estaba duro, no pude reprimirme y lo mordí suavemente, entre mis labios creció el doble de su tamaño, cuando acabe entre sus nalgas le pasé crema suavizante hasta el ombligo, no escatimé caricias, mi mano resbalaba entre el ano, la vagina y el clítoris, Patricia levantaba las caderas ofreciéndonos su coño, mi mano se aplicó en el ano, cada vez levantaba más las caderas y suspiraba, Bea le cogió la mano y ella se la llevó a las tetas, a mi sobrina le gustó el tacto de los pezones de otra chica y los estuvo pellizcando hasta ponerlos duros, por eso cuando Patricia le quitó la mano de las tetas y la llevó al clítoris no le extraño, simplemente lo acarició, Patricia abrió las piernas todavía más, mi boca no pudo reprimir pegarse al coño abierto de la chica lamiendo desde los labios menores hasta el pubis, me cogió de la cabeza y me atrajo hasta la suya y cuando mi polla estuvo a su altura me rodeó la cintura y me atrajo hacia ella metiéndose la polla sin apenas encararla, Bea me cogió de los huevos y me estuvo acariciando hasta que le descargue varios chorros de leche dentro, quedó desmadejada, con las piernas abiertas, Bea se quitó las bragas, se apoyó sobre el asiento del sofá y me invitó a que le clavara la polla entre las piernas, no dejé de moverme hasta que Bea, empezó con sus estertores y yo le rocié los labios de leche, me dejó seco con dos corridas tan seguidas.

Bea cogió de la mano a Patricia, se llevó a su amiga a la habitación, el orgasmo la había dejado exhausta, nos fuimos a dormir.

Por la mañana, la maleta y el ordenador estaban en el recibidor, Patricia me besó en la boca se levantó la falda y me enseñó el coño liso como una manzana madura, luego subió al taxi que la esperaba, nos dijo hasta pronto, y desapareció.

El chat me ayudó con mi sobrina,continuación(3)

Esa noche cenamos pronto, casi en silencio, cuando terminamos no fuimos a nuestras habitaciones, me cogió de la mano y cuando llegamos nos separamos, antes de cerrar mi puerta, entró Bea y me abrazó apasionadamente, según me besaba íbamos hacia la cama, caímos los dos abrazados como íbamos, mi sobrina se tumbó a mi lado…

--- Gracias Alfonso, me has hecho muy feliz, esta noche he visto lo dulce que eres con otra persona, Patricia no había estado ni de lejos con ningún hombre, me lo dijo en un momento de confianza, yo pensé que tú eras la persona ideal para hacerla mujer, pero no quería presionarte, siempre he tenido la duda de si hice bien o mal en hablarte de mi hermana, pero al verte hoy, me he convencido de que tratas a las mujeres con la dulzura y suavidad que nos gusta, me encanta estar contigo, eres la persona más varonil que se puede imaginar una mujer y además nos haces volar hacia el cielo.

Me besó en los labios suavemente, sus tetas estaban sobre mi pecho, casi no me dejaban respirar, le subí todo el cuerpo sobre mi y le dejé los brazos sobre mi cabeza, la abrace y solté el sujetador, noté como sus tetas dejaban de presionar en mi pecho y se adaptaban a mi lado, su pelvis estaba sobre mi polla dura pegada a mi ombligo, al bajar la cremallera de su falda la saqué por las piernas, su pubis hinchado se pegaba a mi bragueta, ella aflojo mi cinturón y abriendo el pantalón dejó mi polla sobre mí, se quitó las bragas y se volvió a tumbar sobre mí, separando las piernas a mi lado abrió sus labios abrazando mi polla, sus tetas estaban sobre mi pecho, yo recorría la espalda con mis dedos.

Según notaba que mi polla, levantó las caderas y se la colocó entre sus piernas, estaba atrapada en sus ingles y sus labios, simplemente con levantar las caderas mi hacia una paja tremenda, los pezones me rozaban en mi pecho, yo los acariciaba con las manos apretando las tetas duras, el clítoris rozaba el tronco de mi polla y notaba en mis venas en roce del duro botón, la cabeza, al lado de la mía, su aliento en mi cuello y sus manos alrededor de mi cabeza, noté como vibraron sus tetas sobre mí, luego lo noté en su estomago, en su vientre y al fin en su coño, cuando llego a su vagina explotó en un orgasmo que la tuve que sujetar sobre mí, no se podía controlar hasta que le pasó suavemente, al momento le acerque mi polla el clítoris y aún dio un espasmo, cuando me corrí yo le eche la leche sobre las nalgas, entre la raja, que rego el ano y después la vagina, estuvimos más de 15 minutos respirando agitados hasta que nos dormimos, poco a poco se deslizó a un lado.

Cuando llegaron las vacaciones, Bea me dijo que se iría con su familia, lo encontré lo más lógico, después de todo el curso, tenía ganas de estar acompañada de los suyos, aunque me entristecía, me conformé.

Una semana antes de marchar Bea, me llamó mi hermano, me contó que habían alquilado un chalet en la playa, como las chicas estaban tan contentas conmigo, habían pensado que me fuera a pasar las vacaciones con ellos, además así estaríamos más tiempo juntos, porque con el trabajo y demás estábamos un poco distanciados.

Yo casi di saltos de alegría, aunque me mostré agradecido por acordarse de mí, le dije que yo también lo había pasado muy bien con las mujeres, no mentía.

Cuando se lo conté a Bea me abrazó y me besó, para ella también era duro separarnos, aunque solo fuera en vacaciones.

Cargamos las maletas y en mi coche llegamos a la playa. El chalet estaba muy bien, se notaba que mi hermano ganaba dinero, tenía varias habitaciones, un salón muy grande, con un jardín muy cuidado y una piscina con forma de riñón. La playa estaba muy cerca, en primera línea y era una zona bastante tranquila.

Mi hermano nos recibió muy bien, sinceramente no lo esperaba tan afectuoso, mi cuñada Sofía estaba radiante, me abrazó apretándome contra ella, me besó dos veces, me pareció que en la comisura de los labios, lo de Cris fue espectacular, vino corriendo hacia mí y saltando me rodeó con sus piernas en la cintura, me estrujó contra sus mínimas tetas.  Mi hermano quedó alucinado, no creía que me apreciaran tanto con dos días que me habían visto.

Después de enseñarme el chalet, repartieron las habitaciones, lógicamente la mayor con una cama grande la ocuparon mi hermano y Sofía, la de dos camas, enfrente la tuvo Bea y Cris, yo la del fondo del pasillo y aún quedó una vacía.

Todas eran espaciosas, las de las chicas y la mía daban al jardín y la piscina, la de mi hermano detrás donde habían unos árboles frondosos.

Nos fuimos al pueblo a comprar viandas, yo quise colaborar, pero mi hermano en un gesto de poderío no me dejó, cargamos de todo, bebidas, comida y licores, lo llevamos al coche aparcado y entramos a un restaurante, nos sentamos a una mesa, tenía un gran mantel y las sillas forradas, mi hermano, no podía ser de otra forma, le dijo al metre que nos recomendara la especialidad de la casa, sin mirar gastos, lo cierto es que comimos de maravilla, las chicas que tenía a mi lado, Cris y Bea me atendían con solicitud, además de algún roce de sus piernas con las mías, alguna dejada de mano en mis muslos con la excusa de decirme algo de cerca.

Sofía se sentaba delante y me dirigía unas miradas que muchas veces me costaba aguantar, Bea y Cris lo habían notado y era cuando ellas más me tocaban los muslos, se apreciaba una complicidad total entre madre e hijas. Mi hermano ajeno a estos escarceos le dejaba la tarjeta al camarero incluyendo una buena propina.

Cuando llegamos al chalet, estuvimos instalándonos del todo, e hicimos planes para los siguientes días, había muchas opciones, desde nadar en la piscina, hasta tomar el sol en la playa o hacer excursiones etc.

Por la mañana decidimos ir a la playa, era una zona pequeña, solo visitada por los habitantes de los chalets vecinos y algún nativo sibarita.

Mi hermano con su periódico de finanzas bajo el brazo, el sombrero de paja y las chanclas, por supuesto el bañador tipo bermudas, Sofía estaba explosiva, a su belleza serena añadía un bikini amarillo, con un escote ancho que recogía sus tetas redondas y un pantaloncito con la sisa alta, en la mano sus gafas de marca y el pelo recogido en una coleta.

Cris llevaba un tanga mínimo tipo brasileño, el sujetador con dos triángulos que pasaban por una cinta atada a la espalda y la braguita lo justo para taparle el pubis, era de color granate.

Bea se puso un bañador azul, con un escote delantero hasta el estómago, se  asomaban las tetas en un canalillo eterno.

Yo me puse un bañador con camal ancho, para evitar malos ratos, sabía que se podía complicar la mañana para mi polla, me ofrecí a llevar la sombrilla y una hamaca hasta la orilla.

Mi hermano acaparó la sombrilla y la hamaca, se puso el sombrero y abrió el periódico, las chicas extendieron las toallas un poco aparte y me hicieron sitio entre ellas.

Sofía se tumbó, me dijo que me pusiera junto a ella, Bea a mi otro lado y Cris al lado de su madre, el sol era de justicia, yo soy bastante blanco de piel y me protegí con un poco de crema pero al rato me puse como una gamba, Bea que es la más morena, se dio cuenta y sacó la crema protectora y me puso por el pecho. A mi lado Sofía estaba recibiendo la crema por parte de Cris, le bajó los tirantes y le dejó el sujetador a la mínima altura antes de asomar los pezones, al terminar por delante se dio la vuelta, su hija le soltó el cierre y le puso por la espalda.

Cuando me di la vuelta para recibir la crema por detrás, al ir a echarme encontré la mano de Sofía bajo de mi cuerpo con la palma hacia arriba a la altura de mi polla. Me dio un sobresalto pero la mano se cerró atrapando mi miembro todavía fláccido, me tuve que dejar caer, Bea aunque se dio cuenta siguió como si nada, Cris le había soltado el sujetador del cuello y bajado la braguita del bikini hasta el nacimiento de la raja de las nalgas, los flancos de las tetas sobresalían sobre la toalla.

Me volví a mirar a mi hermano, seguía absorto en las acciones y obligaciones del periódico financiero, Cris con su cuerpo nos ocultaba a los tres.

Los dedos de Sofía se movían como un cangrejo boca arriba,  la polla estaba dura en su palma y seguía buscando, cuando llegó a la cintura soltó el cordón, me cogió el glande, lo atrapó con dos dedos, lo descubrió y siguió hasta conseguir tener toda la polla en su mano cerrada. Yo estaba pegado a la toalla como si fuera el dibujo, no me atrevía a mirarle a la cara, estaba vuelta hacia mí, me miraba con esos ojos tan lindos, cerrando los labios como un beso.

Bea cuando termino de ponerme crema en la espalda me bajó el bañador hasta la mitad de los muslos, con la mano engrasada separó mis nalgas y bajándola me cogió los huevos, los estuvo amasando, se encogieron arrugándose y pegándose a la polla.

Mi mano se alargó entre los muslos de Bea , el bañador dejaba sus ingles a la vista, quedaba su coño apretado marcándose los labios, su pierna levantada facilitó que dos dedos pasaran bajo la tela y separaran los labios hasta atrapar su clítoris, la reacción fue rápida, me apretó los huevos haciendo que la polla se endureciera más lo que agradeció Sofía.

Cris seguía con la crema, ahora por los muslos separados, el bikini de Sofía estaba húmedo y su pubis se restregaba sobre la toalla, mis ojos no se separaban de sus tetas aplastadas asomando por los lados con parte de la areola fuera y el pezón clavado en la arena, la mano de Bea soltó mis huevos y buscó mi agujero entre las nalgas, estuvo acariciándome el perineo, mis dedos bajo el bañador de mi sobrina no tardaron en provocarle un orgasmo brutal, casi lo oyó su padre. La polla parecía que me iba a estallar, y no tardó mucho en hacerlo con el dedo de Bea pasando del ano a los huevos, la mano de Sofía se llenó de leche caliente, no dejó de ordeñarme hasta que me salió toda, sus dedos estaban llenos a rebosar, cuando los sacó, se los metió uno a uno en la boca, me los mostró limpios completamente.

Tuve que esperar un rato hasta bajar el falo, cuando ya estuvo más presentable, miré a mi hermano, me levanté dándole la espalda y me metí en el agua.

Al entrar, sentí como me relajaba los huevos, duros todavía, me quité el bañador y estuve nadando con él en la mano, mi polla flotaba bajo mi vientre.

En un momento que miré hacia la orilla, vi a Cris que corría hacia donde yo estaba, un triángulo del sujetador se había desplazado al no tener casi teta y se veía todo el pezón, no tardó en estar a mi lado, al ver que llevaba el bañador en la mano se lanzó buceando bajo de mí y me cogió la polla, estuvo hasta que pudo aguantar la respiración meneándomela vigorosamente, cuando salió el tanga había desaparecido, lo tenía dentro de un puño, se pegó a mí, me rodeó las nalgas con las piernas y apretó su coño contra mi polla dura, como flotaba en el agua se echo hacia atrás, se acercó hacia mí hasta meterse la polla en el coño salado, estaba caliente en comparación con el agua, por lo que se puso todo lo gorda que podía, Cris, cerró los ojos y se estremeció braceando, se bajo y me cogió la polla, me pajeó hasta que notando mi próxima eyaculación buceó metiéndose la polla en la boca, al momento subían hebras de semen entre las orejas de Cris hasta la superficie.

Cuando salí del agua, Cris ya se había tumbado en la toalla boca abajo.

Me tumbé en mi toalla, Sofía estaba boca arriba, Bea se dio la vuelta, sobre el pecho de Sofía estaban las dos tetas hinchadas, solo ocultas por el sujetador dejado caer, en una ráfaga de viento una de las copas se desplazo y dejó al sol una teta con un pezón que parecía el volcán Fuji, yo no podía más, pasé la mano por encima de ella y se la cogí, dio un gemido profundo.

Al oírlo Bea se pasó al lado de Cris, las dos se sentaron juntas ocultándonos de la vista de su padre, Sofía me cogió la mano y la pasó sobre su otra teta, la presionó sobre su pezón, mi polla estaba como una tienda de campaña, mis dedos bajaron a su pubis, estaba hinchado, liso, depilado, Sofía se ladeó de espaldas a mí y se bajó la braga hasta las rodillas, las nalgas blancas me acabaron poniendo la polla como un poste de teléfonos, me pegue a sus nalgas, ella levantó una pierna y pasando su mano entre ellas me cogió la polla y se la encaró en la vagina, le pasé la mano por delante y tocándole el clítoris, me apreté a sus nalgas metiéndole la polla hasta dentro en dos golpes, cuando gemía, sus hijas se juntaron para que sus cuerpos nos cubrieran, Sofía empezó a jadear sus hijas se pasaron los brazos por la espalda haciendo un muro de sombra entre las dos, cuando al final el orgasmo le iba a llegar, dijo lo bastante fuerte que las chicas lo oyeron…

--- Alfonso me voy a correr, me viene ya, métela hasta dentro del todo por favor, no pares ahora, me corro, me corro ya.

Mis manos atrapaban las tetas, con la polla empujando hasta dentro, me corrí llenándola de leche a rebosar, Cris sin volverse, le acercó una toallita húmeda a su madre.

Cuando se volvió a poner boca arriba cogió de las manos a sus hijas y se las apretó agradecida. Mi hermano fue plegando el periódico, se volvió hacia nosotros y preguntó…

--- Aquí no se come hoy?

Nos levantamos perezosamente, como si hubiéramos estado durmiendo y sacudiendo de arena las toallas nos dirigimos a la casa directos a la ducha.

Después de comer en el salón con grandes ventanales al mar, mi hermano se despidió pues iba a hacer la siesta, nos advirtió que no hiciéramos ruido, pues no se podría dormir, nos miramos y asentimos todos, le dijimos que saldríamos al jardín, el se fue más conforme.

Al bajar al jardín no había nadie, me había cambiado el bañador por un modelo más ajustado.

Al rato llegaron las chicas, Sofía llevaba un pareo tapándole todo el cuerpo, Bea un bikini negro y Cris una camisa con un short.

Nos pusimos alrededor de la piscina, estábamos un poco ocultos de los ventanales del comedor, Bea se quitó nada más llegar el sujetador, las tetas saltaron fuera con los pezones negros, Sofía la miró y después me miró como estaba embobado, sonrió orgullosa.

La madre se quitó el pareo y vi que levaba un tanga como el que había llevado Cris, pero en ella los triángulos solo conseguían ocultarle las areolas, el resto de las tetas estaban sueltas, en el triangulo se notaba el botón furiosamente salido, entre las piernas el tanga solo ocultaba la raya de los labios, las ingles estaban carnosas y morenas. Por detrás un hilo se le metía entre las nalgas.

Cris se quitó la camisa, como suponía no llevaba nada debajo, no me sorprendió, pero cuando se quitó también el short me quedé con la boca abierta, el coño abierto con una leve rayita de vello sobre sus labios.

Me dio apuro que se me notara tanto la erección, me puse las manos sobre el bañador, Cris se acercó a mí, me apretó la polla y metiendo la mano por el elástico de la cintura la sacó, me bajó el bañador y se rodeó la cintura con el pareo de su madre, se sentó sobre mi miembro y metiéndolo en su coño se dejó caer, cuando llegó al tope suspiró, Sofía me miró y me lanzó un beso al aire.

Cris se movía lentamente, quería saborear mi polla dura, pronto sintió que le venía un orgasmo, su madre lo notó cuando cerraba los ojos y abría la boca como si se ahogara, se puso detrás de ella y le dijo…

--- Cris, hija mía, no pares ahora, sigue moviéndote sobre su polla, nótala dentro como estimula todos tus pliegues de tu vagina, córrete hasta que te sientas volar…

Le dio en beso en la frente justo en el momento que Cris se plegó para después estirarse con los brazos por encima de la cabeza, fue un momento corto pero intenso, mis manos estaban bajo el pareo acariciando su clítoris, se levantó y se tumbo sobre el césped boca abajo.

Yo me levanté y corriendo me lancé al agua, mi polla sintió como cuando mojas a una brasa, creo que salió hasta humo, solo había dado dos brazadas y Bea se levantó, bajando la escalerilla se metió despacio, cuando dejé de nadar la polla se me había calmado.

Bea estaba en la orilla con las manos apoyadas en el borde de espaldas a mí, a través del agua agitada vi su cuerpo moreno hasta los pies, pero no vi la braga del bikini, la llevaba en la mano, me acerque a ella y la abrace por detrás , cogí las tetas que flotaban sin ninguna sujeción y le besé en la nuca, sus nalgas se apretaron contra mi polla que con el agua fría estaba caída, cuando lo notó separó las piernas y se quedó casi horizontal, mi cuerpo se acopló entre ellas y pasé la polla entre sus labios que  pese al agua fresca se notaban tibios, la sujeté por las caderas y buscando la entrada le fui metiendo mi falo despacio, sus tetas flotaban al ritmo de mis movimientos, mire hacia las chicas y Sofía nos miraba sonriendo, Bea estaba casi horizontal parecía una X, metía la cabeza bajo el agua y aguantaba los envites, cuando aceleré sus piernas temblaron desde los pies, pasando por sus muslos hasta el coño que me apretó la polla cuando le vino el orgasmo, estuvo flotando un momento hasta que se dejó caer y salió fuera del agua, se puso la braga del bikini.

Yo también me salí, pero me senté en el borde con los pies en el agua, quería que se me calmara el calentón, la polla estaba a 45º y salía por encima de los muslos. Sofía se levanto y desde la orilla se lanzo de cabeza, cruzo las piscina a lo largo y buceando llegó donde estaba yo, me di cuenta cuando apareció su cabeza entre mi piernas que colgaban en el agua, con el pelo mojado solo se veían los ojos almendrados y los labios carnosos, se apoyó en mis muslos y sacando más la cabeza me lamió la polla, repitió varias veces la broma, con los dedos de los pies descorrí los triángulos del sujetador como si fueran dos visillos dejándolos bajo sus brazos, las tetas libres se movían en el agua con mil formas, los pezones estaban salidos por el frescor del agua y la calentura de las tetas, Sofía me miró y me dijo…

--- No es justo que te vayas a dormir con esta fiebre, quieres que te calme?

--- Estoy con los huevos a tope desde esta mañana, cómeme la polla por favor.

Sofía ya tenía esa idea cuando se lanzó al agua, me atrapó la polla con los labios y me subió la piel con la lengua, el glande estaba morado cuando rozaba su paladar, su cabeza se perdía entre mis muslos, Cris se volvió y se acercó a mi por la espalda, me cogió de los hombros y me dejó caer sobre la hierba, su madre aunque la vio no dejó mi polla suelta, le dije a Cris que se agachara sobre mi cara, cuando lo hizo le lamí el coño delgado abriéndole los labios, tuvo un mini orgasmo, pero mi polla aumento de grosor, Sofía lo acusó dando una arqueada pues la tenía metida hasta la garganta. Cris se alejo con bastante brillo entre sus delgados muslos, cuando avisé a Sofía que me iba a correr, simplemente aceleró la cabeza, fue tragando la leche que salía según le llenaba la boca, luego se cabeza se hundió como había salido hasta que apareció al otro lado de la piscina.

Me senté en el césped con la polla calmada, ya me pude poner el bañador, cuando se oyeron ruidos dentro de la casa, las chicas se pusieron la ropa y al momento apareció mi hermano entre los arbustos diciendo…

--- Vaya juventud, los cuatro aburridos con el día tan bueno que hace.

El chat me ayudó con mi sobrina,continuación(4)

Cuando nos sentamos a la mesa a cenar estábamos hambrientos, las chicas de vez en cuando me sacaban la lengua o me daban un beso al aire, en la velada estuvimos mirando un mapa con los sitios que podíamos ver en los alrededores.

Acordamos que iríamos a visitar un monasterio de monjes Carmelitas que había en las montañas cercanas, hacían un licor dulce con bastante grado.

Salimos temprano, mi hermano al volante del coche de alta gama conducía orgulloso, a su lado Sofía con una Pamela de paja, detrás estábamos Bea detrás de su padre, yo en el medio y Cris a mi derecha, el monasterio no estaba muy cerca, pero el coche volaba por la carretera, Sofía llevaba un vestido estampado escotado con la falda muy ancha bajo la rodilla, Bea un vestido con escote palabra de honor y Cris un short elástico y una camisa de bambula.

Cuando ya llevábamos medio camino hecho, Bea dejó su mano sobre mi muslo, mi polla empezó a desperezarse pero estaba plegada en el bóxer, pasé el brazo sobre los hombros de Bea y dejé caer la mano sobre su vestido, levanté el escote y encontré una teta sin sujetador que ya estaba dura y tirante, me pereció que el pezón buscó los dedos pues se salió marcándose bajo el vestido, yo miraba apurado el retrovisor, Cris se despasó la camisa varios botones y le veía las mini tetas con los pezones negros en punta, apoyo su mano en el otro muslo, en los vaivenes de las curvas sus manos se paseaban sobre mi polla doblada, Sofía se volvió, al vernos nos pasó su Pamela para que la sostuviésemos, se la cogí rápidamente y la puse sobre mi bragueta, Cris no tardó nada en coger el cierre de mi cremallera, se oyó claramente ziiip, mi polla quedó en su mano dentro del bóxer, metió la mano en la cintura, lo sacó bajo el sombrero, la mano de Bea se unió a la de su hermana, una se ocupaba del glande y otra del tronco, se iban alternando, mi mano pellizcaba el pezón hinchado de Bea, yo ya miraba más tranquilo el retrovisor de mi hermano, solo Sofía se volvía de reojo de vez en cuando, las manos de las chicas se pusieron de acuerdo y me pajeaban a la vez, Cris hizo como si estornudara diciendo…

--- Huy, me parece que me he constipado del aire acondicionado, mamá no tendrás pañuelos?

--- Toma hija, creo que habrán bastantes.

Cris sacó varios pañuelos y los metió bajo el sobrero, aceleraron las manos y cuando me corrí estirando las piernas bajo los asientos Bea me recogió la leche que salía con varios pañuelos. Sofía le preguntó…

--- Nena, has tenido bastantes pañuelos?

--- Si mamá, me han venido justos.

Mi hermano olisqueando dijo…

--- No habéis notado un olor raro? Ha llegado hace un momento.

Mi cuñada olio también y dijo…

--- Si, yo también lo huelo, es como a fresón maduro.

Mi sobrina acercó su mano a mi nariz y me dijo…

--- Si eso, a fresón maduro.

Cuando llegamos al monasterio, nos pareció imponente, un sacristán nos enseñó la iglesia, el claustro y el refectorio, no se veía a ningún monje, por un pasillo lejano vimos como uno pasaba a lo lejos en actitud de rezo, el sacristán muy amable nos contó la historia del monasterio y nos acompaño a la sala donde estaban expuestas las bebidas que hacían los monjes, había desde cerveza con distintos grados de alcohol a licores dulces también bastante fuertes, compré varias botellas variadas sobre todo de licor.

Le preguntamos al sacristán qué pueblo se veía en la lejanía, pues estábamos en un monte bastante alto desde donde se alcanzaba un precioso paisaje, incluso el mar, nos informó que era un pueblo pequeño medieval, que se había conservado con su muralla y todo porque allí no llegaba la especulación inmobiliaria.

Nos dirigimos allí y efectivamente era precioso, apenas pudimos aparcar en las calles tan estrechas, salimos, mi hermano cogió de la cintura a Sofía, mis sobrinas se cogieron a mis brazos, mi hermano se volvió y me dijo…

--- Que tal Alfonso? Parece que le has caído muy bien a mi familia.

--- Si, yo también las quiero mucho, me hacen muy feliz.

Subimos las calles empinadas con el suelo empedrado, las casas de piedra y los tejados de pizarra negra, apenas había gente, solo alguna tienda de carnes, una de souvenirs, tabaco y prensa, dos restaurantes y un bar, el hogar de jubilados, la iglesia en la plaza, frente al ayuntamiento, las casas con aleros largos para las nieves del frio invierno daban sombra y frescor.

Entramos a un restaurante con aspecto limpio y pedimos la especialidad de la casa, nos sirvieron carne a la brasa, regado con buen vino, cuando salimos después de una larga sobremesa, dimos un paseo para rebajar la comida por las murallas bien cuidadas, cuando volvimos al coche, estaba anocheciendo.

Mi sobrina Cris se empeñó de sentarse delante con mi hermano, no le pereció muy bien, pero ante la insistencia de Cris accedió, Sofía se sentó detrás de mi hermano y Bea a mi derecha.

La carretera se veía muy bien iluminada por los potentes faros del coche, Cris le daba conversación a su padre y le señalaba los detalles del camino insistiendo que mirara. Sofía se me cogió del brazo y se pego a mi pecho, la cogí por la cintura y la atraje hacia mí, el olor de su pelo me embriagaba más que el buen vino de la comida, soltó su cinturón de seguridad y levantando el culo del asiento se subió la falda por detrás hasta la cintura, me cogió la mano y la puso bajo la falda entre sus muslos cuando llegué a su pubis me di cuenta que no llevaba bragas, se las había quitado en el servicio del restaurante, separó las piernas y pude meter mis dedos entre sus labios, el clítoris me recibió con alborozo, cuando notó mi mano dentro de su coño mi cuñada sacó el culo a la orilla del asiento, Bea se inclinaba hacia delante entre los asientos y también entraba en la conversación de Cris y su padre.

Sofía estaba casi estirada del todo con las piernas bajo el asiento delantero, las piernas separadas bajo su falda, le bajé los tirantes del vestido y los del sujetador, saque las tetas iluminadas por el reflejo de la luz del coche, estaban duras, los pezones rosados destacaban sobre las areolas, la mano de Bea, por detrás de ella alcanzó mi bragueta apretándola, su madre me la sacó y tumbándose sobre mi se la metió en la boca, Bea se incrusto entre los dos asientos delanteros haciéndole a su padre que mirara si se cruzaba algún animal en la carretera, Sofía pasó una pierna sobre mí y se fue subiendo poco a poco a mis muslos, Bea sostenía mi polla vertical cuando su madre abrió sus labios menores encarando la polla a su vagina y se dejó caer, un bache en la carretera le ayudo a clavársela más hondo, la mullida suspensión del coche hacía todo el trabajo, la carretera ayudaba mucho con sus ondulaciones, a veces la cabeza de Sofía rozaba el techo del coche, iba cogida al reposa cabezas de mi hermano, Cris la veía de reojo como cerraba los ojos y se mordía el labio inferior, Bea me acariciaba los huevos, los apretaba cuando el coño de su madre le tocaba la mano, cuando le vino el orgasmo tenía la cabeza pegada al respaldo delantero, se aferró a él y me estrujó la polla con los músculos del coño, cuando se levanto, se sentó de nuevo en el asiento, mi polla estaba reluciente de los jugos de su vagina.

Bea ya se sentó bien, se apoyo sobre mi hombro como dormida, Cris seguía dándole a su padre el tostón señalándole las señales de tráfico y las luces de los pueblos lejanos, Sofía tenía mi polla en la mano sosteniéndola vertical, a Bea no le costó mucho resbalar sobre mi pecho hasta que su boca alcanzó mi polla, me estuvo lamiendo desde el capullo hasta los huevos, Sofía solo me la tenía, con mi mano pasada por detrás de culo de Bea le acariciaba el culo pasándole el dedo entre sus nalgas, cuando me vino la descarga, Sofía retiró la mano para que su hija la cogiera y metiéndosela hasta el fondo de la garganta  fue mamando y tragando las oleadas de leche que salían de mí, yo acariciaba el pelo de mi sobrina con una mano, con la otra apretaba la teta de su madre por encima del hombro, me quedé exhausto. Cuando Bea se sentó bien y su madre se arregló la ropa, Cris dejó de hablar, su padre dijo…

--- No habéis notado un olor raro? Ha llegado hace un momento, igual que la otra vez.

Las tres mujeres dijeron al unísono…

--- Si, a fresón maduro.

Cuando llegamos a casa estábamos cansados, mi hermano, bajó saltando y nos dijo…

--- Vaya juventud, estáis como si hubieseis venido corriendo.

Nos miramos y asentimos.

Cenamos con ganas, pareció como un milagro, las chicas bromeaban entre ellas y mi hermano me dio una charla sobre la bolsa que me dejó para el arrastre, cuando terminamos, pensamos para el otro día, mejor descansar en la playa.

No fuimos a acostar pronto, mi hermano parecía tener prisa, dijo que quería madrugar.

Cuando el silencio se adueñó de la casa, salí de mi habitación y abrí con cuidado la de Bea, estaba dormida boca abajo en su cama apenas tapada con la sabana, en la otra estaba Cris durmiendo destapada boca arriba con las piernas abiertas, la luz de la luna creciente entraba por la ventana.

Levanté la sabana de Bea y me metí en la cama a su lado, solo llevaba unas leves braguitas, durmiendo como estaba se hizo a un lado y me dejó espacio, me pegué a ella y me pasó un brazo sobre mi pecho, estábamos respirando acompasados, no oí ningún ruido pero una mano pasaba sobre mi polla y me la masajeaba, comprobé las de Bea y estaban a la vista, no me moví pero ya me había puesto dura, siguiendo la mano vi a Cris arrodillada en el suelo desnuda, con la otra se estaba acariciando el clítoris, apoyo su cabeza sobre mi vientre y nos quedamos un rato quietos.

Al poco de estar juntos, oímos un zumbido, parecía una máquina de afeitar eléctrica, pero a esas horas?

Cris soltó mi polla y se asomó a la puerta, me dijo que fuera donde estaba, en eso se despertó Bea que se unió a nosotros, el ruido definitivamente salía de la habitación de sus padres. Salimos descalzos, con mucha precaución nos acercamos a la puerta y empujamos, no estaba cerrada del todo, la luz de la luna también alumbraba la estancia, vimos a su padre que tenía un gran consolador vibrador en una mano y su polla en la otra, su madre sobre la cama con las piernas separadas y desnuda, su padre aplicaba el vibrador en el coño de Sofía mientras se hacía una paja, nos quedamos helados, volvimos a juntar la puerta, Sofía la vio cerrarse, cuando volvimos a la habitación de las chicas nos acostamos los tres en una cama, comentamos apresurados hablando los tres a la vez lo que habíamos visto, las hijas no se lo acababan de creer, aunque su madre les había contado las rarezas de su marido.

Las dos chicas mientras hablábamos bajito, tenían mi polla en sus manos, Cris fue la primera en actuar y dijo…

--- Alfonso es hora de silencio.

Se puso sobre mi boca con las piernas abiertas, Bea ocupo mi polla y se sentó sobre ella, yo acariciaba los clítoris de ambas  frente a mí, las tetas de Bea oscilaban en el aire mientras los botones de Cris se veían desde bajo como sobresalían de sus casi invisibles tetas, hasta que se corrieron sobre mí, Bea recibió el extra de mi leche dentro de su coño, entre mi polla y su coño salió mi semen mezclada con sus jugos, pero Cris me inundó la boca de los flujos de su coño.

Salí de puntillas, aún se oía el zumbido cuando entré en mi habitación y me acosté.

Por la mañana temprano oí ruido en la cocina, el tostador y la cafetera, luego un portazo y el coche de mi hermano alejarse, aún se oía en la lejanía cuando se abrió mi puerta silenciosamente y Sofía subió a mi cama, se abrazó a mí y me dijo…

--- Lo habéis visto verdad?

--- Si, estábamos los tres, nos despertó el zumbador.

--- Tu hermano estaba caliente, creí que me iba a follar, pero sacó el vibrador y me lo metió en el coño, se hizo una paja a mi lado, encima tuve que fingir que me corría.

--- Nos impresionó verlo, sobre todo a tus hijas.

--- Yo ya les había contado algo pero verlo… sí que lo siento.

--- Parece que no les ha extrañado, ya son mayores.

--- Quiero que me folles tú, con tu polla me siento completa, y con tu leche me siento más mujer.

Sofía me besó en la boca, quitó la sabana y se fue quitando el camisón que llevaba, era de encaje negro, largo y transparente, las tetas se adivinaban bajo el tejido sutil recogidas por una gran cinta, la falda ancha quedó en el suelo como un pavo real, le cogí de las manos y la invité a mi cama, me quité el bóxer y mi polla saltó fuera, se acostó a mi lado y se acurrucó en mis brazos, mi polla estaba dura, pero ella no la cogió hasta que yo le metí la mano entre sus labios, el clítoris aún estaba excitado del vibrador, con solo rozarlo sintió un estremecimiento, esa fue la señal para que ella pasara mi mano por sus tetas y se pusieran duros sus pezones, con las manos ocupadas, ya tenía libertad para cogerme la polla y bajándome el prepucio me acarició el frenillo, el grosor creció al máximo, la calentura en su coño también, se dio la vuelta, creí que quería que se la metiera en el coño por detrás, pero no, simplemente levanto las nalgas y volviéndose a mí dijo…

--- Tengo el coño con el recuerdo del vibrador, me gustaría que me la metieras por el culo.

--- Pero no te he preparado, no estás dilatada.

--- Tú crees? Antes de entrar he pasado por la cocina y me he metido un pepino untado con mantequilla, métela sin problema, te espero dentro de mí.

--- Solo porque me lo pides, no me perdonaría hacerte daño.

--- No te preocupes fóllame el culo, pártelo en dos, pero no pares hasta que tus huevos se peguen a mi coño.

Por el tono que lo decía deduje que además de estar caliente, estaba harta de tanta humillación, puse el glande en su culo y empujé, mi cuñada sabía lo que decía, pues mi polla entró sin interrupción hasta dentro, solo gimió un par de veces cuando le entró el glande y cuando notó mis huevos en el calor de su vagina.

Cogida por las caderas aún me acariciaba los huevos por debajo de sus piernas, sus tetas se balanceaban de una forma alocada, con el primer orgasmo solo levantó la cabeza y la agitó sin control, con el segundo, doblo los brazo y pego la cara en la cama, con el culo elevado mi polla le tocaba los intestinos, se llenaron cuando les inyecte unos cuantos chorros de leche caliente.

Se dejó caer de lado, la polla salió limpia pero más limpia quedó cuando se la metió en la boca y la relamió limpiando todo resto de semen.

Al rato cuando nos habíamos repuesto de las corridas, recogió el camisón negro y salió hacia su cuarto, sus hijas aún dormían.

El chat me ayudó con mi sobrina,continuación(5)

 

Por la mañana cuando llegó mi hermano gritaba…

--- Buenos días, que hacéis aún durmiendo, ya es tarde y hace un día especial.

Salimos poco a poco con cara de soñolientos, Sofía con un batín largo hasta los pies, Bea con un pijama cortito y Cris con una camiseta y las braguitas asomando. Cuando pasó por el lado de su padre, con un periódico le dio un golpecito en el culo.

--- Venga Cris, que te gusta mucho dormir, os parecéis a mamá.

Desayunamos bien, las tostadas desaparecieron en un momento y la botella de zumo fue ver y no ver.

Cuando nos preparamos para la playa, mi hermano nos dijo que no podía acompañarnos, que se tenía que acercar al despacho, yo guarde la sombrilla y la hamaca, con cara de pena, les dije a las chicas que les esperaba en la playa.

Solo habría 200 m. de arena hasta el agua, no había nadie a estas horas, me puse a pasear y me fijé que no estaban habitados los dos chalets contiguos y no había ni pescadores, al estar alejada del pueblo la gente prefería ir a otras que tenían más servicios, chiringuitos, duchas etc.

Me senté en la arena húmeda, el agua llegaba a mis pies con las olas, en el horizonte una vela apenas se distinguía, cuando oí el rumor de las risas de las chicas me quité el bañador, lo tapé con arena dejando solo la punta del cordón a la vista, mi polla colgaba junto a los huevos entre mis piernas, la primera en llegar fue Cris, venia corriendo por la arena aún fresca, se sorprendió al verme y me preguntó…

--- Pero Alfonso, te van a ver los vecinos.

--- Tranquila, he revisado los dos chalets y no vive nadie, en toda la playa no hay nadie más, si viniera alguien lo veríamos de lejos.

No tardó ni medio minuto en quitarse el bikini que llevaba puesto, les hizo señas con él en la mano a las otras dos que venían más retrasadas. Salió corriendo a recibirlas y les contó lo que le había dicho, cuando llegaron a mi altura ya se habían quitado sus bikinis respectivos.

Era todo un espectáculo ver a las tres juntas desnudas por completo, cada una diferente a la otra, pero iguales respecto al sexo, tendimos las toallas y nos tumbamos juntos, la madre dejó que su hija pequeña estuviera a mi lado, cuando estuvieron mirando al cielo, tres pares de pezones a cuál de todos más excitantes se veían alineados.

Sofía empezó a hablar…

--- Hijas, lamento mucho lo que habéis visto esta noche, comprendo que aunque ya sabíais algo, era difícil de creer, de todas formas lo más importante es que tu padre y yo nos queremos, cada uno a su manera, pero no voy a dejarlo, esto de anoche es una pequeña muestra de lo que he pasado, tengo los labios perforados para llevar pesas, en el clítoris he llevado un anillo, he llevado un plug en el culo hasta por la calle, todo por complacer a tu padre, para él su máximo placer es hacerse una paja, no deja ni que se la haga yo, no había follado desde hace mucho tiempo hasta conocer a Alfonso, vuestro tío es todo lo contrario que papá, no tengo que deciros como folla y como os trata, os agradezco que hayáis querido compartir conmigo su polla, hoy estando en esta playa me siento con fuerzas para hablaros desnudos como estamos, soy muy feliz y estoy orgullosa de vosotras, os gusta follar como a mí o más, sois discretas y buenas chicas.

A ti Alfonso te tenemos que agradecer que comprendas nuestras vidas con nuestras apetencias y nos llenes de placer y atenciones, sabes que puedes contar con nosotras para lo que quieras, nuestros coños son tuyos, para siempre.

A mí se me hizo un nudo en la garganta, no pude contestar con palabras, simplemente me puse a cuatro patas sobre ellas y las fui besando en la boca, fueron unos besos ardientes, nuestras lenguas se encontraron, cuando iba por la segunda, ya mi polla estaba como una pierna más, al llegar a Sofía mi boca se encontró con la suya sedienta de cariño y de comprensión, mientras nos besábamos Bea me había cogido la polla entre las piernas y la estaba poniendo dura, Cris me pellizcaba las tetillas a mí, su madre me atrajo sobre ella, abrió las piernas, sus labios se abrieron brillantes, Bea guió mi polla hacia su madre, cuando la iba a encarar con su vagina, apretó su clítoris para ver la cicatriz del anillo, al verlo, lo acarició consolándola, su madre aún abrió las piernas más y enseño entre los brillantes labios menores sus dos agujeros de las anillas de los pesos, Bea antes de meter mi polla entre ellos, se agachó y los besó, en el vientre de su madre se notó un estremecimiento, Bea después del primer beso, se lamió los labios y saboreó el flujo de su madre, estaba un poco salado, volvió a besarlo, esta vez se entretuvo más, luego sacó la lengua y los lamió despacio, lentamente, se volvió a relamer los labios, poniendo la lengua en punta la metió dentro de la vagina de Sofía hasta donde pudo, Sofía seguía besándome, pero levantaba las caderas instintivamente al notar una lengua en su coño.

Cris que estaba pegada a ella, le cogió las tetas, besándolas primero y lamiéndolas después, hizo que salieran sus pezones, Sofía no me soltaba la boca, por ella salía todo su ser, era todo sentimiento, mientras sentía el coño comido, sabia quien lo hacía, igual que le chupaban las tetas con una maestría que la llevaba al cielo, tanto qué se corrió en ese momento, las piernas sostenían a las caderas elevadas contra la cara de Bea, que recibió los jugos de su madre, espesos, blancos y abundantes, Cris notó como vibraba el pecho de su madre y las tetas parecían tener un terremoto dentro.

Bea cuando hubo relamido los labios del coño de su madre, cogió mi polla colgante, la llevó hasta ir colocando el glande primero, después cogiéndome de detrás de los huevos la enterró dentro hasta que desapareció, Sofía se quedó abierta de piernas con los brazos abiertos, mientras la follaba buscó entre las piernas de sus hijas los labios húmedos, cuando metió los dedos en unos finos con el clítoris grande reconoció a Cris, se entretuvo con él, con la otra mano encontró uno más carnoso, con mayor tamaño que estaba mucho más mojado, era de su hija mayor, cuando notó que sus hijas se movían aceleradamente, sintió que le llegaba su orgasmo, siguió acariciando rápidamente a sus hijas, levantaba rápidamente su pelvis yendo a mi encuentro, la explosión fue cuádruple, las hijas notaron como los dedos de su madre salían chorreando de sus coños, no los querían dejar ir, la madre además de notar mi polla expulsar chorros de semen, sentía entre sus dedos el placer concentrado de sus hijas, todo esto se concentraba en su coño explosivo.

Nos metimos en el agua, las olas se estrellaban contra nuestros cuerpos, las chicas iban delante, yo detrás con Sofía cogida por la cintura, cuando le agua nos llegaba por el cuello nos reunimos, las tetas de la madre y la hija mayor nadaban entre dos aguas, mi polla y mis huevos un poco más abajo, cuando Sofía cogió mi mano y la puso sobre la teta de Bea, automáticamente el mecanismo de mi polla empezó a funcionar, Cris se sumergió y se metió en la boca mi falo todavía blando hasta que tuvo que salir a respirar, después se puso a flotar haciendo el muerto, flotando sobre el agua se quedaba a la altura de nuestras cabezas, estaba haciendo una X perfecta, Bea y su madre la fueron guiando hasta orientar su entrepierna a mi boca, vi llegar flotando el coño de Cris, abierto en una fina línea pero deformada por el grueso clítoris, el agua salada llenó mi boca pero mi lengua lleno los labios de la chica, su madre y su hermana le besaban los pequeños pechos coronados por unos pezones puntiagudos, yo la sujetaba contra mi boca, cuando suspiraba de placer se dejó resbalar sobre mi pecho hasta que mi polla la detuvo en la entrada de su coño, su madre y hermana la sostenían en alto, cuando se corrió la chica, salimos del agua, en las toallas nos tumbamos un rato, Bea apoyo su cabeza sobre mi pecho yo acariciaba las facciones, sus labios, sus cejas, su pelo, Sofía puso su mano sobre mi vientre, enredaba sus dedos en mis pelos del pelvis, tocaba de vez en cuando mi glande, mi polla daba saltos, poco a poco iba creciendo, cuando mi polla descansaba sobre mi vientre la madre giró la cabeza a su hija y le puso mi polla entre sus labios, Bea no tuvo que hacer muchos esfuerzos, solo abrir los labios para tener dentro mi glande caliente, su madre acercó su cara y me lamió los huevos, estuvieron un rato hasta que esperaron que los chorros de leche cayeran sobre sus rostros.

Se lavaron en el agua, Cris se encargó de limpiarme la polla de leche.

Cuando volvimos a casa íbamos vestidos con los bañadores y preparamos entre todos la comida, no esperábamos a mi hermano hasta la noche, por lo que dejamos los bañadores tendidos yendo por casa desnudos, las tetas sobre la mesa hacía una imagen de lo más sexi, los pezones como eran de una variedad extensa cada uno se salía de vez en cuando y por diferentes motivos.

Después de comer, nos sentamos en el sofá, estuvimos hablando de los días que llevábamos de vacaciones, todos estábamos muy satisfechos de las folladas que hacíamos, las chicas me trataban como a un rey, procuraban de darme el máximo placer, yo intentaba corresponder y aunque eran tres, las iba alternando, la única que se quejó un poco fue Cris, no se quejaba de la follada, sino de que nunca me corría dentro de ella, todos nos reímos, su madre le explicó que era como precaución para evitar embarazos no deseados, la otra hermana y su madre tomaban anticonceptivos, pero a ella el médico no se los había recomendado, yo personalmente prefería no correrme dentro que usar preservativo, y ella también hasta ahora, su madre le contó el encuentro que habíamos tenido después de la escena del vibrador, por lo que podía contar con la opción del sexo anal, cuando quisiera que le metiera la leche dentro, Cris se interesó por el tema, su madre le dijo que se confiara a mí que le guiaría muy bien, dijo…

--- Alfonso te enseñará cómo hacerlo sin molestias, tendrás unos orgasmos similares, sin el peligro del embarazo.

--- De verdad que no me hará daño Alfonso?

--- Haré lo mejor para que así sea.

Por la noche cuando ya estábamos rato acostados, se abrió la puerta de mi habitación, por bajo de la puerta de sus padres aún había luz, su padre había llegado casi a la hora de cenar.

Apareció Cris, su madre le había dado un tubo de crema suavizante acuosa, me lo enseñó lo primero, me imaginé lo que quería, le hice un lado en mi cama y estuvimos hablando de las ventajas y pegas del sexo anal, a ella le encantó la información, se levanto y a los quince minutos volvió, yo pensé que ya no lo haría, pero allí estaba, me dijo al oído que se había puesto un enema que le había dado su madre, me gustaron los buenos consejos de madre, con la higiene interior, le quedaba la dilatación, con mucha suavidad le acaricié el clítoris, ella se extrañó, pensaba que se la iba a meter en directo, pero preferí calentarla primero, el gran botón le hizo sentir un calor que ya conocía de sobra, sus labios se mojaron y con su flujo mojé el dedo y acaricié suavemente alrededor del ano juvenil, en principio dio un encogida al notar mi dedo, éste recorría el camino del clítoris al ano, un corto trayecto pero con gran variedad de sensaciones, me buscaba con sus caderas para que acariciara el botón, después al pasar por sus labios menores y entraban en su vagina sus gemidos expresaban mejor sus placeres pero al llegar al ano lo desconocido le hacía reprimirse, estuve acariciando con crema alrededor de su agujero rosado, todavía no estaba rugoso, cuando ya no se retiraba, mi dedo ya incidió más sobre el agujero en sí, lo estaba lubricando para que se distendiera, cuando ya podía presionarlo, podía introducir el dedo untado de crema, Cris estaba expectante, entre sus manos tenía mi polla examinando más de cerca lo que le iba a meter por un sitio demasiado estrecho de momento, hasta entonces solo me lo lamía o chupaba, pero ahora miraba mi glande y el efecto que le producía en su coño.

Cuando ya podía meter la primera falange, se notaban los latidos del corazón en el esfínter, solo cuando estaba todo el dedo dentro y lo acariciaba desde dentro fue cuando empezó a relajarse, el segundo dedo ya entró fácilmente, el esfínter estaba relajado para admitirlo, la suavidad del recto limpio no era comparable con la rugosidad de la vagina, y la sensación tampoco, aplique con el tubo directamente sobre el ano y le llené de crema, le encargué la misión de lubricarme a mí haciéndole partícipe de la enculada, cuando le dije que se pusiera de rodillas en la cama y me puse detrás, sentí que una mano me cogía del tronco de la polla, no me volví, creí que era Sofía, pues estaba al tanto, pero estaba con mi hermano, sería Bea, no la había oído entrar, lo importante es que tenía apoyo físico y moral.

Solo me permití pasar la mano hacia detrás para notar la teta de Sofía, estaba excitada y con los pezones duros, me cogió la polla y la fue alargando hacia el culo de Cris, cuando iba a llegar, noté dos manos que separaban las nalgas de Cris, con la otra mano palpe la cabeza de Bea, allí estaban apoyando a su compañera de sexo, entre las dos me guiaron hasta el ano de Cris y fueron presionándome hacia dentro, Bea rociaba continuamente crema, el glande se iba hundiendo poco a poco, Cris no se oía, solo respiraba fuerte, cuando el glande pasó el borde, la chica suspiró, ya sabía que lo más duro había pasado, su madre le acariciaba el clítoris para que no estuviera pendiente del culo, cuando lo agitó rápidamente sintió que le llegaba un orgasmo, empezó a gemir frecuentemente, cuando le empezaba a llegar, su madre me dio una palmada en la nalga y le empujé mi polla hasta la mitad, no llegó a enterarse, el placer del orgasmo era muy superior a la molestia del culo, al segundo empujón ya lo estaba deseando, me dijo…

--- Ya está todo dentro?, me encanta, estoy llena de tu polla, muévete por favor quiero sentir toda la polla, gracias por ayudarme.

--- Me alegro, pero no es a mí a quien tienes que dar las gracias.

En ese momento se oyó abrirse la puerta, a lo lejos se oían los ronquidos de mi hermano, la puerta se cerró tras las mujeres.

Mi polla entraba y salía ayudada por la crema que me mojaba hasta los huevos, Cris me presionaba la polla con los músculos pélvicos, me estrujaba el pene, me iba hacer correr, le dije que se tumbara de lado y sin sacarla estuve apretando un pezón y con otra mano excitando el clítoris ya hinchado por su madre, cuando me anunció que se iba a correr, le dije que lo haríamos juntos, le clavé la polla dentro lo más que pude, mis huevos se descargaron, por fin me vaciaba dentro de Cris, para mí era una asignatura pendiente, cuando la saque fláccida Cris estuvo mirando con un espejo su culo, hasta que empezó a salir mi corrida, me abrazó y me besó, con la lengua me quitó de la polla la leche que se quedó entre el prepucio y el glande.

Cuando Cris se recuperó del esfuerzo mental, me preguntó…

--- Quieres metérmela otra vez?

Yo le di un beso en la boca y una palmada en la nalga y la envié a su habitación.

El chat me ayudó con mi sobrina,continuación(6)

Las vacaciones iban pasando, íbamos alternado la playa con las excursiones y los paseos.

En una comida mi hermano nos comento que había invitado a su socio, tenía gran interés en impresionarlo y quedar bien en la empresa, cuando llegó con su esposa lo primero que me fijé era en el coche, si el de mi hermano era lujoso, éste era un clásico inglés perfectamente restaurado, le di una vuelta para verlo mejor, el socio, Paco se sintió orgulloso del coche, me dijo que lo había comprado en una subasta, lo habían restaurado para él.

Era un poco mayor que mi hermano, unos 50 años, y vestía con mucho gusto conjuntado y con ropa muy cara.

Su mujer Adela era más alta que él y de la edad de mi cuñada más o menos, también vestía con mucho gusto, con la ropa y complementos de marcas lujosas.

Mi hermano se deshacía en halagos, cuando entraron les obsequió con un refrigerio, su coche no tenía aire acondicionado.

Les ayude a poner las maletas en la habitación reservada para ellos, estaba frente a la mía, era muy espaciosa con cama de matrimonio, tenía una gran cómoda con un espejo decorado a la antigua.

Adela se sentó en el sofá y se cruzo de piernas, las tenía muy bonitas, era muy morena de piel, ojos café y pelo rizado, hacía contraste con la mayoría rubia hasta entonces, vestía un conjunto muy fresco, con un escote generoso sin mangas.

Sofía congenió pronto con ella y se juntaron para contarse sus cosas, mientras las chicas y yo nos fuimos a la playa.

Estuvimos andando por la arena mojada, en principio la playa no parecía muy grande pero andando un rato la casa se veía en la lejanía, las chicas estrenaban  bikini, el de Bea era sin tirantes color azul, la braga estrecha, Cris llevaba un conjunto con el sujetador negro con dos triángulos pequeños que le sobraban, pues no tenía casi nada de pecho, solo se apreciaban las puntas de los pezones salidos como garbanzos.

Yo iba en el centro y con un bañador corto de licra, estuvimos andando mucho, no nos encontramos con nadie, el sol nos quemaba, decidimos meternos en el agua, estaba fresca al principio por lo que las chicas marcaban pezones, al verlo se rieron y me los enseñaron por el lado del sujetador, en el agua estábamos por la cintura, las chicas se quitaron los sujetadores y me rodearon, rozándome con sus pechos hicieron que me quitara el bañador, la polla estaba ya preparada pero cuando mis manos pasaron por debajo de las bragas de las chicas, abriendo sus labios, atacando sus botones de placer, ellas cogieron entre las dos mi polla, estaba entre el agua y fuera de ella, con una mano me cogían la polla y otra me rodaban la cintura para no separarse, cuando una mano bajaba desde el glande dirección a los huevos la otra empezaba otra vez desde el glande hacia abajo, por el mismo camino, era una paja eterna, las chicas me protegian de las pequeñas olas, yo solo tenía las dos manos dentro de sus respectivos coños, no tardamos en corrernos, yo primero solté varios chorros de leche sobre las olas y al momento y mirando fijamente a las manchas de leche que se difuminaban se apretaron contra mí estremeciéndose y gimiendo, cuando salimos no me puse el bañador ni ellas los sujetadores, mi polla oscilaba entre un muslo y otro.

Cuando llegamos a casa, las mujeres estaban en la piscina, los hombres hablando con las tabletas mirando la bolsa.

Al llegar a ellas nos habíamos puesto los bañadores, Sofía llevaba un bikini amarillo muy bonito, las tetas se salían a los lados, Adela llevaba uno blanco con una tela muy fina, se acababan de bañar y estaban secándose al sol, Adela al vernos se levantó y nos invitó a quedarnos con ellas.

El bikini que Adela estrenaba ahora, mojado se pegaba a su piel como un film transparente, además de notarse fielmente sus pezones, se veían su color y textura, la braga se metía entre sus labios depilados, al verla, mi polla no podo reprimirse y empezó a engordar, Sofía me miró, se había dado cuenta de los dos detalles, de la trasparencia y de mi reacción, me indicó con los ojos que me tirara a la piscina.

No lo dudé y estuve hasta que se calmó el aparato, mientras miraba hacia las chicas que estaban en las hamacas tomando unas bebidas.

Sofía no conocía las costumbres de Adela por lo que intentó indagar, como primera acción se bajo los tirantes del sujetador, después lo bajó hasta rozar la línea del pezón, Adela parece que se animó también, las hijas vieron el juego y decidieron seguirlo, Cris no tuvo problema, como no tenía, se quitó el sujetador de primeras, Adela vio que era una familia bastante liberal y le gustó, le dijo a Sofía…

--- Que guapas son tus hijas y tiene unos tipos estupendos, sobre todo Cris, me encantaría tenerlo igual, estoy harta de estas tetas, me voy a operar y quitarme.

Al decir esto se bajo el sujetador del cuello y las enseñó, mi cuñada aprovecho y quitándose el suyo del todo dijo, yo tengo menos que tú pero es una incomodidad, Bea también se lo quitó y dijo…

--- Pues yo estoy contenta con lo que tengo, una 95 no está mal.

--- Ya quisiera yo, tengo una 100 con una copa grande.

--- Pues yo tengo una talla más grande que mi hija.

--- Pues yo una 70. o menos.

Cris lo dijo pellizcándose los pezones, todas se rieron.

Mi cuñada dijo…

--- Queréis saber la opinión de los hombres?

Adela dijo despectiva…

--- Los hombres ya tienen bastante con los negocios.

--- Bueno, tenemos al lado un hombre con más criterio que estos dos…

--- Alfonso! Te puedes acercar por favor? Tenemos una duda.

Salí del agua, me miré el bañador, de momento la polla se portaba.

Las cuatro chicas estaban sin sujetador, ocho tetas delante de mí a la vez, era demasiado para mí,

Sofía me acercó una hamaca y me puso al medio.

--- Mira Alfonso, tenemos un dilema entre las cuatro, tú como hombre que opinas de nuestras tetas?

--- Glup, … Bueno me ponéis en un aprieto, sois todas muy guapas y si se me permite decirlo estáis muy buenas todas, elegir la mejor es imposible, por lo poco que las he visto, (mentí) cada una tiene su encanto, Bea tiene unas tetas jóvenes tersas, morenas unos pezones sensibles y unas areolas grandes, no conozco a nadie que no quisiera comérselas. Cris, tiene el morbo de una tetas que solo son el pezón y poco más pero cuando se ponen duros son como cerezas. Sofía parece que aunque un poco más que Bea, también las tiene duras y elevadas, sus pezones rosados hacen hormiguear el paladar.

Adela, las tuyas no las he visto nunca.

--- Pues Alfonso, acércate y opina de cerca, veo que tienes muy buen criterio.

Me acerqué, procurando no ponerme derecho del todo, para no delatar a mi polla.

Adela se levantó y sacando pecho se puso con los brazos caídos, la rodee y le miré las tetas, lo cierto es que tenía unas tetas preciosas, especiales para meter la polla entre ellas hasta correrse.

--- Bueno, no están del todo mal, son más grandes que las demás, algo más caídas y no sé si más blandas…

--- Como más blandas?, toca, toca y verás que duras están.

Miré a Sofía y le pregunté qué hacía, me dijo que adelante, ya veríamos que pasaba.

Me acerqué a Adela, la pasé las manos bajo las tetas, las fui subiendo a la vez que las apretaba, con dos dedos le presioné los pezones, hasta sacarlos, eran grandes y duros, casi negros y las areolas muy oscuras.

--- Mira que sensibles son, aún pueden salir más, sácalos si quieres.

Con los pezones apretados en mis manos, acerque la boca y rodee la areola con los labios, con los dientes mordí el pezón y con la lengua los masajeé, salieron casi el doble. Aspiré y los metí en la boca, me llegaban al paladar, apretaba las tetas hacia arriba y las subía juntándolas, estaban durísimas, Adela suspiraba y se cogía a mí para no caerse con los ojos cerrados, cuando dejé sus pechos se sentó lentamente buscando la hamaca bajo de ella.

--- Ejem… Tengo que reconocer humildemente que me he equivocado, Adela tiene las tetas muy duras, los pezones más sensibles que me he echado a la boca desde hace mucho y creo que no debería torturarlos embutiéndolos en un sujetador, son como una adolescente, se me pone dura la polla nada más recordar lo sabrosos que son sus pezones.

Las chicas miraban expectantes, había apostado fuerte, Sofía cruzaba los dedos, podía pasar de todo, pero Adela cuando se repuso de lo que parecía ser un vahído, me dijo…

--- Chicas, espero que lo que os voy a decir no salga de aquí, Alfonso me ha comido las tetas mejor que nadie en mi vida, ha sacado los pezones hasta hacerme daño, he tenido un orgasmo cuando los tenía en el paladar, si con la polla haces estas maravillas, tenemos un buen futuro por delante, quiero tenerla dentro y lo antes posible.

Con los ojos le señale a su marido.

--- Ah! Tranquilo, los lleva bien puestos, casi no puede salir por la puerta, pero nunca he follado a nadie con ese arte.

Mi polla estaba cruzada en el bañador, se marcaban hasta los huevos, me fui hacia la piscina y me lancé, cuando saque la cabeza, vi a mi lado a Adela, estaba casi pegada a mí, me cogió la mano y bajándose la braga del bikini se la metió entre las piernas, con eso pasó directamente a meter su mano dentro de mi bañador y cogiéndome la polla la sacó hasta los huevos, su bañador salió a la superficie, el mío salió después, se apoyo de espaldas a la pared de la piscina, cogiéndose al borde con sus manos por encima de la cabeza, me ofreció su cuerpo de una pieza, las tetas morenas duras y rellenas, con los pezones inflamados, las piernas abiertas, a través del agua ondulada se veía el coño casi negro pero depilado del todo, cuando me acerqué entre ellas se abrazaron a mi alrededor y me atrajeron hacia ella, con un golpe de cintura encaró su vagina a mi glande y cerró las piernas de golpe, me di de bruces contra ella, las tetas hicieron como los topes de tren contra mi pecho, nuestros vientres pegados, su cadera agitándola contra mí, follándome salvajemente, cuando me corrí ella llevaba dos orgasmos ya, no me di cuenta pero era multi orgásmica y sus corridas eran continuas y seguidas, no me soltó al correrme dentro de ella y solo lo hizo cuando recibió mi segunda lechada y porque mi polla se rindió. Cuando salí del agua después de ella, me miraron todas con interés, mi bañador en la mano, la polla encogida por el agua y el castigo que había recibido, salí agotado y derrotado, Adela dijo…

--- Por si no lo sabéis, me he corrido media docena de veces, es un semental, os recomiendo que os lo folléis.

Me puse el bañador, pasé entre ellas y me tumbé boca abajo sobre el césped, no me enteré de nada hasta que me tocaron el hombro para decirme que la mesa estaba puesta.

A la noche, cuando terminamos de cenar, Paco sacó una caja de habanos, me ofreció uno, pero decliné, mi hermano sí que lo encendió, salí al jardín a respirar aire limpio, al momento una sombra se paró detrás de mí, una mano pasó por mi pecho bajando a la bragueta, mi polla me traicionó pues se puso dura en un momento, Adela me dijo al oído…

--- Alfonso, tengo el coño más caliente que antes, no quiero acostarme sin antes tener tu polla dentro.

--- Adela, por favor están todos ahí, tu marido, mi hermano, las mujeres.

--- Por tu hermano y mi marido no te preocupes y las mujeres, ya te las follarás otro día, o crees que no me he dado cuenta que te las follas a todas?

No sabía que contestar, solo balbuceé una excusa que ni yo me creía, la seguí a la playa, al salir cogí una toalla, iba como al matadero, al llegar a la orilla solo se veían las luces de la casa y las voces y risas.

Extendió la toalla y se sacó el vestido por la cabeza, no hizo falta quitarse más, porque no llevaba nada, se pegó a mí,  me soltó el cinturón, me lo bajó de un tirón, sacó la camisa cobre la cabeza y me quitó el bóxer hasta los tobillos, arrodillada, se metió la polla blanda en la boca hasta notar cómo iba creciendo dentro de ella, con la lengua me descubrió el glande y me lamió el frenillo, según iba creciendo no salía nada de la boca, se iba adaptando hasta que estando dura tenia los labios pegados a mis huevos, creía que se había atragantado pero cuando se fue separando de mi, vi aparecer mi polla dura, gorda y mojada y entera! se puso a cuatro patas y me dijo…

--- Métemela hasta el fondo, de un tirón, pégame los huevos al clítoris, y no pares, cuando te canses clávamela por el culo.

Se la metí casi con rabia, la estuve follando, casi desde el principio le estuvieron viniendo orgasmos, no se notaba cuando la follaba por el culo o por el coño, seguía corriéndose igual, las tetas hermosas y duras campaneaban colgando de su pecho, las cogí y le pellizqué los pezones, me llenaron las manos, cuando me corrí dentro de su culo, se dio la vuelta y me puso tumbado sobre la toalla, me dio una mamada mientras me ponía su coño encima de mi boca, no podía hacer otra cosa que chuparle los labios y el clítoris, se corrió dos veces más sobre mi cara, cuando me iba a correr no quise decir nada y le llené la boca de leche, no salió ni una gota fuera de sus labios, se tragó toda la descarga, se volvió hacia mí y me preguntó…

--- Te quedan fuerzas para otro polvo?

--- Solo uno más.

Sin más se sentó sobre mí, se metió la polla sin manos, me cabalgó a galope, gimiendo y gritando cada vez que se corría, de mí solo me funcionaba la polla en automático, el resto parecía un muñeco de trapo, cuando se corrió dos veces más, apretó el coño y me sacó la poca leche que me quedaba en los huevos, se levanto y se encaminó a la casa sin esperarme, cuando estaba a unos metros se puso el vestido por la cabeza y entró.

Cuando entré yo, las chicas se quedaron mirando, llevaba arena en las zapatillas, Adela también…

Yo iba abatido, sonrieron imaginando lo que había pasado, después de saludar lacónicamente, me excusé y me fui a dormir.

No tardé nada en quedarme frito, estaba cansado, agotado, quizá por eso me desperté sobre las tres de la madrugada, tenía la boca seca, en la nevera encontré zumo de naranja, me bebí dos vasos y volví a mi habitación, cuando iba a entrar oí rumores en la habitación de Paco y Adela, por bajo de la puerta se veía un hilito de luz, la puerta estaba junta, apoye la oreja y escuche la voz de Adela, estaba gimiendo y su marido soplaba como un toro, me volvía a mi cuarto cuando me picó la curiosidad y volví abriendo un poco la puerta, estaba Adela a cuatro patas sobre la cama y Paco con la polla en la mano encarándola en el coño, aún no se la había metido por lo que se la pude ver bien, era bastante más grande que la mía y más gruesa, Adela le gritaba que se la metiera ya, Paco le apuntó el glande y se la clavó de un tirón, ella solo suspiró, sonreí y cerré la puerta otra vez y me metí en mi cama. Pensé que además del dinero Paco tenía un incentivo más.

Una hora más tarde noté como se metía alguien en mi cama, estaba agotado y no quise ni abrir los ojos, solo necesitaba dormir, cuando llevaba dos minutos durmiendo otra vez, me sacudió una mano y después me cogió la polla dormida…

--- Alfonso, estás dormido? Soy Adela.

Mis ojos se abrieron como dos semáforos, la voz susurrante de Adela estaba diciéndome al oído…

--- Alfonso, no me puedo dormir, necesito tu polla urgente.

--- Pero si hace un momento te estaba follando Paco.

--- Ah! Me has visto?, si es verdad, pero aun no me he calmado, estoy como una perra en celo.

--- Pues tu marido tiene una polla tremenda, ya quisieran muchas tener una así dentro, la mía es enana a su lado.

--- Pero solo me he corrido dos veces, el no aguanta mi ritmo, tiene la polla que me llena el coño del todo pero se corre pronto, yo necesito por lo menos seis orgasmos. Tú sí que tienes aguante, el tamaño no me afecta, sino que la tengas dura mientras me estoy corriendo.

--- Pues yo estoy rendido, me has estrujado, secado los huevos, no podré follar en tiempo.

--- No te conoces bien, déjame a mí y verás cómo te pones a tono enseguida.

--- Pero tu marido está al lado mismo, te va a echar en falta, si nos pilla se va a armar la gorda, mi hermano, mi familia, tu marido nos mata…

--- Tranquilo, mi marido duerme como un bebé, después de follar lo dejo para el arrastre, y si no me ve en la cama, ya supone que estoy follando en otra, no es la primera vez, con que le dé su ración de coño, se conforma.

--- Yo no puedo, palabra, estás muy buena Adela, follas como los ángeles pero nos matas jodiendo.

--- No te preocupes, te trataré bien.

Yo me convencí que no tenía nada que hacer conmigo, pero cuando se dio la vuelta y me atrapó la polla con la boca, mi mejor amigo me abandonó a mi suerte, actuó por libre y se puso duro y creció sin cesar, Adela se volvió y pasó si pierna encima de mi cabeza y me dijo…

--- Ves como si puedes? Tienes una polla incansable, aún no la conoces, si quieres cómeme el coño si te parece bien, con el clítoris tengo bastante, en la vagina puede que me quede semen de mi marido.

Miré hacia arriba y vi su coño abierto, estaba brillante, pero la idea de tragarme la leche de Paco no me fascinó, aplique solo mi lengua a su clítoris, moje dos dedos en su vagina y se los metí en el culo. Yo quería correrme pronto y acabar, pero mi polla y mis huevos aún no estaban recargados y tardaban lo indecible, aún no estaba del todo dura cuando noté una vibración en el coño de Adela que me avisó del primer orgasmo, no eran estruendosos pero eran muy seguidos y abundantes. Mis dedos estaban metidos hasta los nudillos en su culo, notaba la piel aterciopelado de su interior y de los espasmos dentro de su vagina, desde el recto acariciaba la vagina y ella se seguía corriendo, mi polla se iba enderezando y desaparecía en su garganta, cuando ya estaba lo suficientemente dura se dio la vuelta y me montó. Yo esperaba que con el coño mojado sería un paseo, pero se adelantó y antes de que me diera cuenta se había sentado sobre mí, pero con mi polla en el culo, al no tener lubricado el agujero, mi glande me escoció mucho, me ardía en su interior, pero ella solo culeaba y me decía que le acariciara el clítoris, los orgasmos se sucedían, mi polla me ardía, solo quería salir y dormir, pero aún debía aguantar, ya no contaba los orgasmos, solo quería correrme y que se quedara blanda para salir del infierno anal.

Cuando Adela quiso terminar, yo estaba vencido con los brazos caídos y el pecho agitado, solo me funcionaba la polla y mal, en un último esfuerzo Adela me metió un dedo en mi culo, yo salté aún sin fuerzas, pero me acariciaba la próstata y revivió mi polla lo suficiente para que me viniera, la poca leche que me quedaba le regó el culo, antes de sacarla, aún noté un último latigazo en su coño, tenía furor uterino.

--- Gracias Alfonso, sabía que podía contar contigo, eres todo un semental.

Me dio un piquito y salió silenciosamente.

A la mañana siguiente me levanté solo para desayunar y despedirlos, el coche clásico no arrancó y mi hermano tuvo que llevarlos a la ciudad, luego excusándome me fui a dormir.

A mediodía me despertaron Bea y Sofía, me preguntaron que me pasaba, me destapé la sabana, como no llevaba nada vieron mi polla, con la cabeza roja, irritada, hinchada, la piel sanguinolenta, una piltrafa.

Al contarles la noche que había pasado, Sofía salió de la habitación, creí que se había enfadado, pero volvió con unas esponjas jabonosas, me puso una toalla de baño bajo el culo y me estuvo lavando la polla y los huevos detenidamente, luego lo secó todo con una gasa y me embadurnó de crema hidratante, me buscó un pantalón de pijama suave y me tapó, me dieron un beso las dos y me dejaron en penumbra.

Por la noche Cris me despertó, junto a ella su madre tenía el tubo de crema en la mano, me quitaron las sabana y me bajaron el pijama, mientras Cris me sacaba la polla y la descapullaba, su madre me aplicaba la crema abundantemente, aun tenía mal aspecto, pero se notaba la mejoría. No tardaría en estar en forma otra vez.

Ellas no habían salido, por si yo necesitaba algo, estuvieron aburridas de no tener mi compañía.

Escucharon con detalle la salida a la playa y la visita de Adela por la noche, Sofía nos dijo que le había contado Adela que había probado de todo, tenía un amigo que la follaba asiduamente y que le había propuesto llamar a otro amigo y entre los dos follarla, lo habían hecho más de una vez, desde follarla por el coño y el culo hasta los dos por el coño y los dos por el culo a la vez, también habían sido tres hombres a la vez los que se habían corrido por todos los agujeros, aquel día también como fin de fiesta se le corrieron los tres en la cara, era insaciable.

Las chicas estaban alrededor de mi cama, Sofía a mis pies me acariciaba las espinillas mientras hablaba, Bea a mi cabecera, me acariciaba el pelo y la frente, y Cris tumbada junto a mí al otro lado de Bea, estaba cobijada bajo mi brazo sobre mi pecho, me abrazaba y se apretaba junto a mí.

Nunca me he creído sentimental, pero al estar rodeado por las chicas, independientemente del parentesco, claro, me sentí muy querido, una por una eran unas mujeres de lo más sensibles y me querían a mí, a Alfonso, solo el tacto de sus manos hacía ponerme carne de gallina, era tal el cariño que me trasmitían que me parecía volar ente nubes, estuve pensando, mientras las veía a mi lado haciéndome compañía, que las quería a las tres por igual, ellas me daban lo mejor de ellas y yo intentaba corresponder igual en lo físico y lo moral, éramos una sola cosa.

Si no estuviera tan mal, pensé, no me importaría meterlas en mi cama a las tres y dormir abrazados dos días seguidos.

Pero a veces el destino o qué se yo, cumple nuestros deseos, a los dos días Paco le llamó a mi hermano y le pidió que llamara a un mecánico e intentara arrancar el coche y si lo conseguía se lo podía cercar.

Carlos, mi hermano llamó a un mecánico del pueblo, trajo un arrancador de batería y tras unos balbuceos, el motor arrancó furioso, era un espectáculo ver i oír rugir el inmenso motor, mi hermano se frotaba las manos de la ilusión de correr con un coche así, por la tarde salió después de comer, nos dijo que como tenía cosas que hacer volvería al otro día, salió disparado, chirriando las ruedas, nos miramos los cuatro, suspiramos y gritamos…

--- Por finnnn! Estamos solos.

Ya quedaban pocos días de vacaciones, el tiempo se notaba otoñal, por lo que estábamos un poco tristes, al irse mi hermano por lo menos respiraríamos libertad, ese día estábamos más activos, todo eran risas y bromas, cenamos mejor que nunca, sin prever nada, cada uno comía lo que le apetecía, estábamos pletóricos de alegría, después nos sentamos en el salón, hablábamos por los codos, mi cuñada desapareció un momento, creí que al servicio o algo así, cuando volvió se había cambiado de ropa, llevaba un camisón cortito, se le notaban los pezones y las bragas apenas asomaban bajo la orilla, dijo…

--- Tachannn, os invito a mi cama.

Se fue corriendo a su habitación, casi llegamos antes que ella, por el trayecto había un reguero de prendas de ropa de los tres, Sofía nos sorprendió al entrar, había corrido la cama al medio de la habitación, como era de tamaño gigante subimos por los lados, Sofía ya estaba dentro y nos recibía con los brazos abiertos, la rodeamos, era la única que llevaba algo de ropa y aunque era muy sexi, no le hacía falta, el camisón salió por la cabeza y las bragas por los pies, nos abrazamos los cuatro, con las cabezas juntas mirando hacia abajo, solo se veían seis tetas y una polla, estaba claro, yo estaba en minoría, propusieron un sinfín de juegos, Cris pidió la palabra y por ser la menor pidió ser la primera, tenía que vendarme los ojos y tumbado irían pasando ellas chupándome la polla, debía acertar quien era la chupadora, la cosa se presentaba difícil pues cada una era tan buena como la que más.

En teoría Cris era la más joven e inexperta, pero en la práctica mamaba la polla como la que más, la descubrí por la impaciencia que tenía cuando la tenía dentro de la boca, me aspiraba y con la lengua me lamía el glande.

Cuando sentí que unos labios carnosos besaban y me iban metiendo en su interior hasta llegar al paladar y rozarme con la lengua el frenillo no tuve dudas, era Bea.

La otra no había caso, pero Sofía se hizo distinguir de las hijas, se tragó toda mi polla hasta la garganta, con la lengua presionaba el tronco y me hacia una paja dentro de la boca, tuve que dar palmadas en la sabana rindiéndome, había acertado, pero casi termino allí mismo nada más empezar.

Bea propuso que me irían poniendo un pezón en la boca y tenía que adivinarlos, lo encontré muy fácil, creía yo, Bea había contado con todo, trajo un sujetador de bikini y le hizo un agujero en el centro, solo lo justo para meter un pezón pequeño, primero se lo puso Sofía, solo chupé un pezoncito rodeado de tela, lo tuve claro, un pezón tan pequeño… Cris sin dudarlo.

Sin hablar nadie hicieron el agujero grande y se lo puso Cris, supuse que al pasar la boca no podía ser más que Sofía.

Luego Bea, se hizo el agujero más grande todavía y sacó media teta por él, ya me descolocó, otra vez Sofía, no podía ser, me quité el antifaz y se rieron de mí, había caído en el engaño, me enseñaron los pezones todavía mojados de saliva.

Sofía fue más lejos, me taparon los ojos otra vez, en esta ocasión me ataron con una cinta las manos a la espalda, se pusieron las tres de rodillas en el suelo apoyadas en la cama, se trataba de que bajo sus indicaciones ir aproximándome detrás de ellas hasta meterla en sus coños y acertar de quien era.

Yo confiaba en mi intuición, Sofía lo tendría más ancho y Cris más estrecho, pero ya dudaba.

Lamentaba no poder ver los tres culos abiertos, sin manos mi polla era ciega, por lo que concentré todos los sentidos en el glande.

Las chicas se burlaban de mí, la primera fue Bea que poniendo la boca con los labios sacados esperó hasta que las chicas me dijeran… a la derecha, a la izquierda y se la metí, estaba muy mojada y no noté la diferencia, solo cuando dije Cris! Bea me mordió un poco, la saque huyendo. Las risas se oían hasta en la playa.

Cuando se la metí a Cris de verdad en el coño, le habían lubricado todo y le separaban los labios entre las otras dos, yo esperaba notar una vagina estrecha pero me confundió la suavidad en que entró.

Sofía ya había pensado en eso, su vagina era por supuesto la más dilatada, había parido dos veces ya. Le pidió a Bea que le lubricara el culo y le metiera dos dedos, mientras yo estaba indagando con Cris.

Al pasar al segundo coño, yo estaba más que seguro, sería el de la madre, pero entre las dos hijas le separaron las nalgas y me indicaron que me pusiera detrás apuntando al culo, solo fue apoyarme cuando Sofía se echo hacia atrás y se metió mi polla ella sola, estaba caliente y suave, sin duda era Bea, las chicas contenían su risa.

Al tercer coño, lo tenía claro, pero no contaba con la astucia de las chicas, un momento antes de meterla, Sofía fue a por él consolador que le compró mi hermano y sin encenderlo se lo metió lubricado a Bea, cuando entré yo parecía un paseo en barca, lo metí hasta dentro de un golpe, por supuesto era Sofía.

Al quitarme la venda de los ojos, las vi tronchándose de risa, no había acertado ni una, no las creí, por lo que lo repitieron todo pero ya sin venda, no tuve más remedio que aceptar mi derrota total.

Yo pensé en otro juego, quizá les gustara, les reté a ver quién de todas se corría antes, se tumbarían con las piernas separadas, cogidas por las rodillas, yo les comería el coño y cronometraría el tiempo.

La primera voluntaria fue Cris, como siempre, la chiquilla que aún no tenía los 18 años, tenía entre sus muslos delgados un coño fino, salvo el clítoris muy abultado que se asomaba abriéndolo aun estando en reposo, le cogí de las caderas y la arrastré hasta la orilla de la cama, yo arrodillado en un cojín tenía a mi altura justa los labios del coño de la chica, ese era mi objetivo, primero empecé suave, pasándole la lengua entre lo finos labios, los abría y se volvían a cerrar al pasar la lengua, poco a poco me entretenía más al llegar a su vagina, hurgaba entre sus labios mojados, la chica levantaba su pelvis buscando mi boca, cuando lo hacía cada vez que apoyaba mi lengua, ataque el clítoris con viveza, ya no bajaba la pelvis estaba en tensión continua hasta que dando un grito soltó las piernas y se quedó en cruz.

Miré el reloj y anoté.

Bea se puso a su lado en la misma postura, frente a mí estaba el coño depilado como un cepillo, moreno, con los labios gruesos, tenía el clítoris menos expuesto pero yo sabía que estaba allí.

Cuando pasé mi lengua por sus muslos, las piernas se separaron al máximo, no creí que pudiera tanto, mi boca fue descendiendo por los muslos hasta llegar a las ingles, estuve un momento lamiendo las ingles de derecha a izquierda, sin tocar los labios, Bea se movía siguiendo mi boca esperando que le metiera la lengua en el coño, pero era inútil, la sorteaba, la oía suspirar y soplar, el olor a jugos me embriagaba pero resistí la tentación, cuando estaba con los labios menores totalmente despegados y mostrando el interior de la vagina, aplique la boca entera, mi lengua entró hasta lo que pude, ya me hacía daño, la movía en su interior, no sé si tocaría el punto G pero dio un espasmo que vino seguido de una oleada de flujo que me lleno la boca, solo tuve que tocar con la punta de la lengua el clítoris para que gimiendo se apretara las tetas pellizcándose los pezones hasta caer rendida.

Sofía viendo a sus hijas gozar, estaba con la mano entre sus piernas, las cruzaba para no delatar el brillo que bajaba por sus muslos.

Cuando se acostó al lado de Bea, subió sus piernas casi a la cabeza, vi el coño más bonito que había visto, era un coño maduro, los labios eran las más largos de las tres y tenía un color rosa que parecía una ostra a punto de ofrecer su perla, le separé las piernas al máximo y le pasé la lengua desde el monte de Venus hasta el culo, cuando rodee el agujero arrugado suspiró profundamente, se notaba como palpitaba bajo mi lengua, por eso cuando incidí en mojarlo, no opuso resistencia y se relajó, mi lengua entró un centímetro pero quería más, delante de mis ojos tenía el clítoris y los labios perforados, los chupe y metí dos dedos entre ellos, los saqué mojados hasta la palma de la mano, rozando el perineo al llegar al ano, solo tuve que presionar un poco para enterrarlos despacio pero seguidos, mi lengua dentro de su vagina notaba los dedos en su recto se acariciaban mutuamente, la espalda de Sofía estaba encogida, casi se tocaba la cabeza con los pies, las tetas desparramadas a los lados tocando casi a las rodillas, con las manos la levanté aún más cogiéndola de los hoyuelos de sus nalgas y atrayéndola hacia mi boca me metí todo el clítoris entre los dientes y la lengua, casi no podía respirar, pero si se le oía susurrar…

--- Por favor, déjame correrme ya, no me retengas el orgasmo, ya me han venido dos, y este es el más fuerte.

Los dientes fueron el gatillo que hizo disparar la corrida, solo con tocar dos veces más y soltó las piernas y vino como una eyaculación que me salpicó la cara, el líquido blanquecino, estaba espeso y salado pero manaba como una fuente.

Cuando bajó las piernas estaban las tres tumbadas en el mismo lado de la cama con las piernas abiertas, los coños brillantes y las tetas coronadas por los pezones salidos.

Yo rompí el papel que había anotado los tiempos.

Cuando se les pasó la excitación empezaron a moverse perezosamente, le dije a Sofía que se diera la vuelta, se quedó con las rodillas en el cojín, sobre ella acosté a Bea, sus piernas abrazaban las de su madre, sobre ellas se puso Cris, su raja coincidía con la de su hermana y su madre, era una columna de coños y culos, las tetas salían por los lados de sus pechos aplastadas pero coronadas de los pezones duros.

Mi polla estaba dura casi mirando al cielo cuando me acerqué a la torre de nalgas blancas, me proponía ir la metiendo por orden pero cuando estaban a mi alcance preferí clavarla de forma aleatoria, las chicas me lo agradecerían, cuando alguna abría las piernas para recibirme, yo cambiaba a otra, les gustaba la intriga de saber si la llenaría a ella o a otra, estuvimos un rato jugando, mi polla se metía en un coño u otro, mientras estaba metiéndola en uno, la otra esperaba impaciente, me provocaban abriendo y cerrando sus labios, yo atendía como podía las llamadas apremiantes de carne dura, según iba cambiando, las chicas se iban excitando hasta que se sucedían los orgasmos, cuando las chicas abrían las piernas impacientes procuraba llenarlas con mi polla, la sorpresa agradable se la llevó Sofía, sus nalgas estaban mojadas por los flujos que brotaban de lo coños de sus hijas en la parte superior, por lo cual no me costó nada presionar con mi glande en su culo y entrar despacio pero sin parar hasta estar metido en  su culo, los coños de las hijas se pegaron a mi pecho y vientre.

Cuando se desmontó la torre, los muslos estaban empapados, yo estaba seco, por dentro, claro.

Cuando nos tumbamos los cuatro mirando al techo, Cris nos dijo que quería notar mi leche dentro del coño, nos volvimos todos hacia ella, ella insistió en que todas lo habían experimentado, pero ella siempre estaba limitada por el miedo a quedar embarazada, su madre le cogió la mano y le explicó que era muy normal su deseo, pero tenía que pensar en las consecuencias, de todas formas le ayudarían en lo que pudieran.

La cara de Cris se iluminó de momento, nunca creyó que su familia la apoyaría, se abrazó a su madre y a su hermana, después me besó a mí, ya no eran besos de cría, era toda una mujer, y quería serlo del todo, me dijo al oído sin que lo oyeran las otras dos mujeres…

--- Alfonso, quiero que me folles ahora, quiero que me llenes el coño de tu leche, delante de mi madre y mi hermana, se que cuento con su ayuda, me faltas solo tú, quieres?

--- Sabes que cuentas conmigo siempre.

Me rodeó con sus brazos y me besó tierna pero apasionadamente, las dos mujeres, se juntaron y se abrazaron mirando, Cris se tumbó arrastrándome sobre ella, aun siendo delgada tenia la apariencia de ensancharse de felicidad, sin dejar de besarme me dejó sobre ella, según iba dejándose caer iba abriendo las piernas, al quedar tendida sobre la cama mi polla estaba a la entrada de su coño, me abrazo sin dejar de besarme, sus piernas se enroscaron detrás de mí, me dejé llevar, solo dejó de presionar cuando su pubis depilado presionó al mío, yo me encargue de sacarla despacio, y volverla a meter, mis manos cubrían sus mini tetas, pero sus pezones me rozaban en las palmas, cuando notaba que llegaba su orgasmo pasé los brazos bajo su espalda y la estreché contra mí, sus primeros espasmos me alertaron, aceleré los movimientos y cada vez me clavaba más hondo si cabe, cuando sus gemidos eran audibles miré a su madre y me dijo que siguiera hasta el final, mis caderas subían y bajaban como un embolo, Cris me susurró al oído…

--- Alfonso lléname de tu leche, quiero sentir el calor dentro de mí, vacíate del todo, te prometo no olvidar este momento nunca.

Todavía se apretó más contra mí al recibir mis chorros calientes en su vagina de mujer.

Estuvimos abrazados varios minutos, su hermana se puso detrás de nosotros, cuando saqué la polla fláccida, puso la mano bajo la vagina de su hermana y recogió el semen que brotaba.

Su madre la besó y le dijo que al día siguiente le traería la píldora del día después, pero que no se acostumbrara.

Cris estaba radiante, se abrazaba a su madre y a Bea, me besaba a mí, cuando el cansancio nos fue venciendo, nos quedamos los cuatro sobre la cama, estábamos en completo desorden pero todos abrazados.

Cuando vino mi hermano nos conto que había disfrutado mucho con el coche de Paco, se lo había dejado en el garaje y lo había invitado a comer en su casa, su mujer se alegró mucho de verlo, le preguntó por nosotros, especialmente por mí, le dijo que un día podríamos quedar en su chalet, preguntó si me gustaría, le dije que lo dejara correr sin comprometerse.

A los dos días, mi hermano nos dijo que las vacaciones se acababan, yo consulté con Bea, nosotros nos iríamos a mi casa, la universidad no tardaría en empezar las clases, cuando llegó el día hubieron lágrimas, pero nos prometimos seguir viéndonos, mi hermano nos dijo muy solemne…

--- Eso tenéis que hacer, no os distanciéis de vuestro tío, esta nueva relación no se debe enfriar.

Por mi parte no será.

Continuará

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