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MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (8). Corregido y editado

en Amor filial

                                      La sensación que tenía era a la vez de curiosidad y temor ante las consecuencias e impaciencia por ver como respondía ante las pretensiones de mis tíos.  Después de pensar mucho sobre esto, al final me convencí para dejar que las cosas pasaran y luego ya vería lo que hacía, por lo tanto me levanté con buen humor y bajé al salón, mi tío estaba plácidamente en su sillón con una taza de café en una mano y el periódico en la otra, al verme llegar separó la vista del papel y me sonrió cordialmente, yo le correspondí y le pregunté por mi tía, me informó que había ido a una peluquería, pues como sabía era su cumpleaños, no me dijo cuantos cumplía, yo por delicadeza tampoco se lo pregunté, de todas formas físicamente estaba muy joven. 

                                      Me decidí a cruzar la calle y visitar a Emi, aún era pronto para visitas pero tenía curiosidad para saber el motivo de la salida de la tarde anterior con mi tía.  Al poco de llamar, Emi apareció en el umbral de la puerta, todavía no se había arreglado pero tenía la belleza natural de una chica de venti y tantos, estaba en lo mejor de la vida y no le hacían falta muchos adornos para estar apetecible, cuando entré en la casa ya sentía en mi entrepierna el hormigueo de la presencia de la chica. 

                                      Me invitó a sentarme después de disculparse por no estar presentable, no le contesté por prudencia, si le hubiera dicho lo que pasaba por mi mente se habría asustado o no.  Llevaba un chándal holgado y el pelo recogido en un moño mal hecho, la cara sin maquillar y unas chanclas de estar por casa, me miraba con simpatía, como queriéndome contar algo pero no se atrevía, yo le ayudé a empezar.

  • ¿Cómo estás Emi?  Hace tiempo que no te veo, es imperdonable por mi parte, bueno no es verdad del todo, ayer te vi cuando salías con mi tía, me gustaste mucho como ibas de elegante, mi tía también por supuesto, parecíais dos adolescentes saliendo de marcha,-la adulé­- compadezco al joven que ligarais, -le dije riendo-.

                                      Emi también se rió con ganas, se levantó y ahuecando el chándal, dijo como excusa…

  • No te burles de mí, ¿tú crees que esta chica puede ligar con alguien?
  • No sólo ligar sino hacer a un hombre el más feliz de la tierra, tienes el cuerpo más excitante y ardiente que he conocido. 

                                      Emi se volvió a reír con una risa cristalina, se volvió a sentar a mi lado y poniendo los pies en el apoyabrazos del sofá apoyó su cabeza sobre mis piernas y pasándome la mano por las mejillas, me dijo…

  • Ayer fui de compras con Ana, quería comprarse ropa para su cumpleaños, tu tío le había dado un buen pellizco de dinero para que se comprara lo más sexi que encontrara y fuimos a buscar las novedades en vestidos, lencería y demás, lo cierto es que tiene buen gusto y con el cuerpo que tiene lucirá bastante los modelos, esta noche verás unos cuantos pero te puedo adelantar según vi en el probador que hasta yo me puse cachonda cuando se los probaba, si hubiera tenido una polla entre las piernas se la hubiera metido hasta adentro.
  • ¿Quieres decir que me los va a dejar ver?
  • No sólo eso, sino que se los ha comprado en tu honor, bueno y en el de tu tío claro.
  • ¿No te ha contado nada de lo que piensa hacer?
  • No con detalle, sólo que piensa follarte sin más esta noche, está decidida y caliente, no tienes ninguna oportunidad y es una fiera en la cama, lo sabes, ¿no?
  • Sólo la he visto follar con mi tío y luego me arrinconó contra las cuerdas un día pero me lo imagino.
  • Me gustas mucho y me caes muy bien, lo mismo que tu tía, por lo que ayer mientras estaba probándose salí y te compré esta crema retardante para ti, esto te permitirá aguantar mejor sin correrte y satisfacer mejor a tu tía.

                                      Sacó de un armarito una caja envuelta en papel normal y me la dio.  Destapé el frasco, olía bastante bien, puse un poco en mi mano era suave y lubricante, sin pensármelo dos veces me levanté, me bajé los pantalones, luego el bóxer y cogiendo mi polla semierecta, la embadurné de crema, un frescor inmediato me recorrió toda la polla, los huevos se me encogieron como nueces y el glande se escondió como un caracol, me miré pasmado…

  • Pues vaya, me hace el efecto contrario, ¡no se me levanta! -La chica se tronchaba de risa-.
  • Lo has hecho mal, eso se pone cuando estás excitado no antes, de todas formas se me ha ocurrido una idea, espera aquí.  

 

                                      Al momento volvió, yo ya me había subido la ropa cuando dejó unas cosas sobre la mesita baja.  Extendió una toalla sobre el sofá y me dijo…

 

  • Túmbate sin pantalones en el sofá. 

 

                                      Lo hice sin rechistar, me separó las piernas al máximo y sacó de un neceser un tarro de depilatorio, una tijeras y unas cremas, sin decirme nada me untó la polla, los huevos, el pubis y el culo con talco, luego con las tijeras fue recortando los pelos hasta un nivel casi raso, mi polla tenía un aspecto raro pero parecía el doble de grande, después puso la crema depilatoria y procedió con sumo cuidado a quitarme todo el vello hasta que parecía el culito de un bebe. 

 

                                      Cuando estuvo todo totalmente depilado repartió abundante crema por toda la zona, lo hacía con toda delicadeza, tanta que mi polla pasado el temor de la depilación empezó a despertar, hasta el punto que se irguió hacia el techo, larga, gruesa, imponente, parecía un milagro, Emi viendo el resultado se felicitó y dándome un pequeño mordisco en el glande me dijo…

 

  • Ahora sí que tienes una polla de exposición, vas a impresionar a tu tía y con la crema no se le va a acabar pero no es justo que se la coma ella sola, creo que me merezco ser la primera en disfrutarla. 

                                      Sin mediar más comentarios se la puso entre los labios y mirándome a los ojos se la fue engullendo milímetro a milímetro, hasta que desapareció toda, de sus ojos salían lagrimas, le daban arcadas pero se aguantaba con las manos, me acariciaba los huevos y me los apretaba, sus dedos se infiltraban entre mis nalgas calvas pasando por mi culo pelado.

                                      Cuando se sacó la polla de la boca se quitó el chándal y se sentó a mi lado, abrió las piernas y se las cogió por debajo de las rodillas, dejó sus nalgas abiertas mostrando en primer plano sus labios enrojecidos rodeando su vagina y me dijo…

 

  • Ahora métemela tú primero y no te corras, cuando te vengan ganas, te sales despacio. 

                                      Hice lo que me pidió, acabé de quitarme la ropa que me quedaba y me dejé caer sobre ella, mi polla no falló, a la primera se hundió hasta el fondo, era un efecto óptico pero parecía que tenía cinco centímetros más de carne dura, a ella creo que también se lo pareció por el suspiro que dio. 

                                      Estuve bombeando sin compasión, hasta que noté como mis huevos se pegaban duros a mi polla y por la espalda recorría una corriente eléctrica, la saqué y Emi cogió la crema que me había regalado y la repartió por la polla y los huevos, una sensación muy grata se apoderó de mí, inmediatamente se calmó la serie de palpitaciones peligrosas en el glande y un fuerte subidón de sangre rellenó mi polla hasta casi hacerla reventar. 

                                      Un instinto de seguridad se apoderó de mi y se la volví a meter con la tranquilidad que me iba a correr sólo cuando yo quisiera, me permití clavarla de golpe, Emi sólo cerraba los ojos y gozaba de las embestidas que le daba, en su vientre se acusaban los golpes con leves hinchazones donde llegaba la punta, estaba exultante de placer y la clavaba como un embolo, no quería salir de aquel hogar húmedo y tierno que era la vagina de Emi.

                                      Mientras yo entraba y salía llenando de carne todos los pliegues del coño, la chica empezó a recibir una serie de calambrazos en todo su cuerpo, iban en aumento, se cogía las tetas y se las amasaba pellizcándose los pezones, estirándolos hasta lo impensable, su boca se abría y gritaba sin cesar, me decía que parara y a la vez que siguiera hasta el fondo, levantaba las caderas para recibir más polla y a la vez me abrazaba para estar más pegada a mí.

                                      Por fin abrió los brazos sobre su cabeza, sus piernas cayeron a mi lado abiertas del todo, los labios del coño rojos de excitación y el clítoris totalmente erecto, las tetas a cada lado de su pecho con los pezones salidos y duros, gritó como un lamento y quedó inmóvil, respirando agitadamente, yo preocupado, saqué la polla, estaba igual que cuando la había metido, podía aguantar media hora más al mismo ritmo, me tumbé a su lado esperando que descansara, cuando lo hizo me besó en los labios suavemente y me dijo al oído…

  • Si te portas igual esta noche, ya no dormirás solo nunca. 

 

                                      Después de esto Emi se recuperó y cuando cogí mi polla con la mano para dirigírsela otra vez hacia su coño, ella con suavidad me paró la mano y me susurró…

 

  • Por mí está bien por hoy y tú debes reservarte para esta noche, te conviene tener plenas facultades y los huevos bien llenos, te harán falta, ya me contarás.

                                      Con un poco de decepción de no haber provocado algún orgasmo más a Emi y por no descargar mi depósito de semen en ella, me vestí y después de charlar un rato abrazados volví a mi casa.  Desde mi habitación oí cacharrear en la cocina, a la vez que subía un olor a comida delicioso, esperé un momento mientras me leía el prospecto de la crema de Emi, si era verdad lo que prometía, mi tía iba a tener una buena ración de polla. 

                                      Cuando bajé la mesa estaba preparada y mi tío se acercaba con las botellas de la bebida, era una comida más o menos normal, mi tía iba con ropa de casa aunque el pelo lo llevaba recogido y recién peinado en la peluquería, también la habían maquillado, estaba hermosa, los ojos tenían una mirada especial y la boca… el rojo sangre le hacía el efecto de querer comer carne fresca, los dientes blanquísimos destacaban aún más los labios carnosos, dejé de mirarla por temor a reacciones imprevistas de mi “colega” aunque mi tía siguió mirándome fijamente durante toda la comida. 

                                      Cuando terminamos, mi tía estaba recogiendo la mesa y poniendo el lavavajillas y mi tío me dijo que me sentara con él a tomar café, él mismo lo hizo en la cafetera exprés y me lo sirvió, se acercó a mí y me dijo…

  • Juan, imagino que habrás notado una serie de cambios extraordinarios, la verdad es que estoy preparando un detalle para celebrar el cumpleaños de Ana, te agradecería que colaboraras conmigo, ¿te parece bien?
  • Tío, gracias por tu confianza, me encanta todo lo que tú haces por mi tía, sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras. 

                                      Al decir esto remarqué la frase intencionadamente apretándole el brazo.

  • Bien gracias, esta tarde pienso darle una sorpresa, siempre me ha dicho que le gusta el ballet y tengo tres entradas para ver el Lago de los Cisnes, por lo que si te parece nos vamos los tres al teatro, iremos un poco arreglados, luego tomaremos algo y volveremos a cenar en casa, tengo preparado algo especial, ¿estás conmigo?
  • Al cien por cien, me encanta el plan y estoy impaciente por ver la reacción de mi tía.

                                      La verdad que la idea de ir al teatro no me hacía mucha ilusión, aunque tengo que reconocer que no he ido nunca pero por otra parte era una experiencia nueva y excitante.  A media tarde me vestí con mi traje nuevo, sólo me lo había puesto una vez, al verme mi tío me dijo…

  • Espera un momento, te falta un detalle. 

                                      Volvió y me quitó la corbata, aunque no soy ducho en hacer los nudos, me apaño bien pero él sacó una pajarita del bolsillo, me subió el cuello de la camisa y me la anudó perfectamente, tengo que reconocer que el cambio fue significativo, de estar pasable a ir elegante, después nos sentamos en el salón esperando a mi tía. 

                                      Como es normal se hizo esperar pero cuando bajó… nuestras caras parecían un poema, su rostro no tenía nada que ver con la de un momento antes, el maquillaje, el pelo y sobre todo el vestido… era un primor, de color azul noche, con un escote pronunciado, estrecho y lo suficientemente largo para dejar un poco de sus piernas visibles, una medias con costura que le resaltaban sus pantorrillas y unos zapatos de aguja con más de 15 cm de tacón estilizaban toda su figura.  Estaba radiante, ella misma nos tuvo que llamar la atención para que saliéramos del shock, se reía con ganas, después se dio la vuelta pidiendo nuestra opinión, mi tío apenas pudo decir…

  • Preciosaaa. 

                                      Yo ni eso, sólo abrí la boca y balbuceé algo.  Nos levantamos al unísono, al momento sonó un pito en la calle, un taxi nos esperaba en la puerta.  Mis tíos se sentaron detrás juntos, yo no quise estropear el vestido de mi tía y me senté adelante con el conductor, cuando bajamos del taxi caminamos un trecho hasta el teatro, mi tía se cogió de un brazo de mi tío y después de un momento con el otro brazo del mío, íbamos los tres por la acera y la cabeza de mi tía en el centro nos rebasaba claramente, la gente se volvía a mirarnos, mi tío iba orgulloso, yo no sabía que pensar.

 

                                      En el teatro yo seguí a la multitud al entrar pero un aposentador me indicó que los siguiera, nos llevó a un  palco, en primera línea, estábamos prácticamente sobre el escenario, mi tía sentada en el centro, mi tío a su lado, yo me senté más retrasado al otro lado.  Estaba curioseando la platea, pues era todo desconocido para mí, cuando se apagaron las luces por completo, un silencio se extendió por todo el teatro.

                                      Cuando subió el telón me maravillé, la música, las luces, los trajes, los bailarines todo me parecía de ensueño, lamentaba mi ignorancia hasta ahora de lo que era el teatro, nada que ver con lo que había visto hasta ahora, mi tío me miró interrogativamente, yo por toda contestación le hice un gesto de aprobación al máximo.  La música me envolvía pero más aún el perfume de mi tía, delante de mí veía su nuca despejada, el pelo subido tirante, brillante, el cuello, delgado, las orejas tiernas, con unos lóbulos transparentes adornados por unos pendientes que destellaban colores y unos hombros suaves, blancos y tibios. 

                                      Por detrás me acerqué a mi tía y le soplé levemente en el cuello, noté como se erizaba el vello del cuello a la vez que le daba un estremecimiento, al momento pasó la mano hacia atrás del sillón, yo se la cogí y entrelacé mis dedos con los de ella acariciando la palma, mi tío al otro lado no se percató, estaba ensimismado con la función.

                                      Ella dejó caer la cartera de mano que llevaba, yo solícito la recogí y lentamente se la di, no cogió la cartera sino mi mano, se la llevó despacio a la altura de su pecho y me la apretó contra su teta izquierda, bajo el suave vestido noté un sujetador que sólo pasaba bajo el pecho y elevaba la teta juntándola a la otra, el pezón se marcaba claramente.  

                                      Mi polla empezó a espabilar, el bóxer, recién estrenado estaba demasiado tirante para aguantarla, me molestaba, al soltar mi mano, me abrí la bragueta y me bajé el calzoncillo, una vez liberada la polla me volví a cerrar el pantalón.  Intentaba centrarme en la escena, era una maravilla ver evolucionar a los bailarines, la mano de mi tía sobre mi rodilla me hizo dejar el baile, me apretó suavemente tirándome hacia delante, empujé el sillón casi a su altura, a su lado y su mano se apoyó sobre mi muslo. 

                                      Yo solamente acariciaba su brazo hasta el codo, poco a poco fue retrasando la mano hasta posarla sobre mi bragueta, al notar la dureza la abarcó por encima de la tela y la tuvo un rato bajo presión, los latidos de mi glande golpeaban su mano, pensé que se conformaría con eso pero en un momento que la orquesta atacaba fuerte, me bajó la cremallera y metió la mano que enseguida encontró el trozo de carne caliente que buscaba, en la oscuridad su mano desapareció en mi pantalón, cuando la sacó llevaba consigo mi falo tieso, yo me preocupé por el público pero la baranda del palco nos ocultaba, además estábamos en penumbra y mi tío más adelantado no dejaba de mirar hacia abajo.

                                      Cuando me descapulló el glande, su mano se apropió de él y lo tuvo quieto un rato, simplemente lo apretaba de vez en cuando, mi mano pasó sobre su cadera, luego su cintura y bajo su brazo, hasta pasarla hacia adelante, ya mucho antes de llegar al pezón se notaba como la teta nacía y se desarrollaba más y más, iba creciendo, yo la apretaba abriendo mi mano cada vez más hasta abarcarla toda, mis dedos pellizcaron el pezón y un apretón en mi glande me confirmó su conformidad. 

                                      Me parecía imposible pero solamente con la presión que ejercía su mano en mi polla y el morbo de la situación hizo que empezara a sentir síntomas de la eyaculación inminente.  Mi tía al notar las palpitaciones seguidas en mi glande aflojó la polla y suavemente pasó el dedo por el agujero y retirando el líquido pre seminal se lo llevó a los labios, luego me dio dos palmaditas en la rodilla dando por terminada la sesión. 

                                      Yo deslicé el sillón hacia atrás, me guardé la polla y subí la bragueta otra vez.  Apenas acomodado correctamente en el asiento se encendieron las luces, todo el mundo se levantó y rompieron en aplausos, yo lo hice pero medio oculto, pues el bulto del pantalón sin calzoncillo era más que evidente, para cuando terminaron ya la excitación había bajado y mi tío le retiraba el sillón a mi tía para salir, yo me aparté detrás de una cortina y me subí el bóxer. 

                                      Al salir a la calle ya era de noche, mi tío nos invitó a un coctel en una terraza de moda y luego llamó a un taxi.  Por el camino íbamos comentando la maravilla del ballet, yo no dejaba de alabar el acierto de llevarme a ver algo así, mi tío no cabía en el traje. 

                                      Cuando llegamos a casa, algo llamó mi atención, todas las luces del bajo estaban encendidas, yo estaba seguro que lo habíamos dejado todo apagado, miré  a mi tío y me tranquilizó, cuando iba a meter la llave, la puerta se abrió y un chico vestido perfectamente con smoking nos recibió, quedé alucinado y mi tía más aún, en el salón se veía una mesa perfectamente montada con las velas encendidas y en una mesa auxiliar una serie de platos preparados y bandejas con manjares, mi tío sonreía por lo bajo. 

                                      Nos sentamos a la mesa y el camarero empezó a servirnos con la mayor discreción y eficacia, estaba atento al más mínimo detalle, cuando terminamos nos sirvió el café en una salita aparte y discretamente se despidió de mi tío, éste le dio la mano, yo noté como en la palma llevaba algo que parecía una buena propina, por la cara que hizo el chico. 

                                      Mi tía sugirió que pasáramos al salón, allí se sentó en el sofá grande, en el centro y nos invitó a cada uno a su lado, un momento antes aprovechando que ella se iba a cambiar de zapatos mi tío me rogó que le siguiera la corriente pasara lo que pasara, no me dio más explicaciones pero me guiñó un ojo.  La hermana de mi madre se sentía a gusto, estaba eufórica, pasó los brazos sobre nuestros hombros y junto las tres cabezas, nos besó en la frente y nos dijo que era muy feliz al estar juntos, después se quedó mirando a mi tío fijamente.

                                      Nuestras cabezas estaban muy cercanas, sobre el pecho de mi tía, a mi tío le buscó la boca y le estampó un beso en los labios lento, sensual, mordiéndole el labio inferior, le comía la boca, yo casi pegado a ellos notaba los latidos del corazón de mi tía en la oreja, parecía un caballo desbocado.  Después de un rato comiéndose la lengua se separaron.

                                      Yo sonreía al verlos pero cuando mi tía me miró a mí de la misma manera tragué saliva, sus labios se acercaban a mi lentamente, yo estaba hipnotizado miraba alternativamente sus ojos y su boca, cuando se pegaron a los míos cerré los ojos y me dejé llevar por el momento, no pensaba que a escasos centímetros estaba mi tío mirando, cuando los labios carnosos de Ana presionaron para que abriera la boca, su lengua rozó los míos y entró como un  torrente, se enredó en ella y recorrió hasta el paladar, yo luchaba por corresponder pero ella no me daba ocasión. 

                                      Instintivamente mi mano se posó sobre la teta izquierda que tenía debajo de mí, estuve amasándola y acariciándola alternativamente, en algún momento dado, mis dedos tocaron los de mi tío que se ocupaba de la otra, cuando ya casi no podíamos respirar mi tía se separó de nosotros e incorporándose un poco se despasó la cremallera que cerraba el vestido por debajo de la sisa y se lo bajó hasta la cintura. 

                                      Lo que vi, confirmó mi teoría, el sujetador que llevaba sólo pasaba por debajo de las tetas, no tenían copa, éstas sueltas del todo ofrecían altivas los pezones duros y brillantes, al mismo momento las dos cabezas chocaron al morder cada una un pezón mi tío aún llegó antes que yo, mi tía recostada en el sofá suspiraba profundamente mientras buscaba en nuestras entrepiernas algo duro que acariciar. 

                                      La polla de mi tío no tardó en salir al aire, creo que ya se la había sacado cuando me besaba mi tía, por el rabillo del ojo se la vi, era más larga que la mía, todo un ejemplar, se soltó para mayor comodidad el pantalón y le recorrió todo el tronco, cuando me abrí el pantalón no esperó que me bajase el bóxer, su mano se coló debajo de la prenda y cogiéndolo la sacó de un tirón, apenas afuera le bajó el prepucio y la descubrió mientras con la otra mano masajeaba el pepino de mi tío. 

                                      Se inclinó sobre mí y acercando la cara a mi regazo, me besó el glande, aún así no soltaba la de su marido, sus labios abiertos engulleron el glande después de que su lengua repasara toda su longitud, noté una sensación especial, de la humedad de su aliento a la suavidad de sus labios y al calor de su paladar, nada más pasar el anillo del capullo aspiró hasta que se engulló el tronco. 

                                      Para mayor comodidad se arrodilló frente a mí, mientras tenía la polla dentro de la boca me miraba a los ojos, con las dos manos cogió el pantalón y tiró de él hasta abajo arrastrando al bóxer con él, quedé a su vista con las piernas separadas, el pubis depilado al igual que la polla y los huevos y la polla que al no esconderse entre el vello se veía en toda su longitud y gordura, me guiñó un ojo de aprobación y de un golpe se tragó todo el tronco hasta que sus labios tocaron mis huevos y mi pubis, sus ojos lagrimeaban pero su lengua me apretaba contra su paladar la polla con las venas hinchadas. 

                                      Mi tío no perdía el tiempo, le había acabado de soltar el vestido, éste en el suelo seguía siendo bonito, alrededor de las rodillas de mi tía hacían de alfombra, mi tío le separó las piernas y ladeando un poco la tira de las bragas de tul que sólo ocultaban el ojo arrugado se pegó a él con la boca, mi tía arqueó la cintura ofreciéndole el culo y separando las nalgas, los chupeteos en el ano los oía yo perfectamente a la vez que los de la boca de mi tía en mi polla, con mis manos apretaba sus tetas colgantes.

                                      Cuando se oyó un cachete en la nalga de mi tía, me soltó la polla y se dio la vuelta, mi tío estaba sentado en el sofá a mi lado apoyado en el reposabrazos, con una pierna sobre el asiento, mi tía se lanzó sobre su polla mientras tumbada de lado abría las piernas, yo terminé de quitarle las bragas tan bonitas, transparentes que sólo dejaban ver la raja de sus labios. 

                                      De rodillas en el suelo atraje hacia mí el cuerpo de mi tía hasta ponerlo en el borde del sofá, su coño pegado a mi cara despedía aromas de mujer ardiente, los labios entreabiertos dejaban asomar a un clítoris arrugado y entre la piel rosada unos labios más morenos que escondía la vagina apenas abierta, un poco más allá un ano mojado por la saliva de mi tío palpitaba entre las nalgas.  La polla de mi tío no podía ser absorbida tanto como la mía, no obstante llegó hasta donde pudo, casi tres cuarto de polla, mientras le apretaba los huevos. 

                                      Con la primera pasada a lo largo del coño de mi tía sus labios se abrieron como un abanico, el clítoris se irguió y los labios morenos se abrieron dejando a la vista el pozo rosado de la vagina.  Al rodear mi lengua el clítoris, éste se levantó como si fuera una polla pequeña, sólo faltó que le rozara la piel que lo cubría para que apareciera brillante duro y rosado, incluso tenía palpitaciones que lo hacían moverse.

                                      Cuando lo puse en la máxima dureza pasé despacio abriendo los labios con la lengua hasta que sentí el sabor de sus jugos, ella, al notarme, levantó su cadera abriendo un poco más sus piernas, mi cara se acopló entre sus muslos, con la boca abarcaba casi todo el sexo y con mi mano empecé a explorar entre las nalgas todavía húmedas por mi tío.

                                      Cuando hube lamido y explorado la vagina con la lengua rodeé con un dedo la orilla de los labios, poco a poco iba acercándome a la entrada, mi tía impaciente acercaba más y más su sexo hacia mí, ya no se apoyaba en el sofá, mi dedo corazón fue introduciéndose lentamente entre los pliegues vaginales a la vez que el pulgar y el índice apretaban suavemente el clítoris enardecido.

                                      La caderas tenían un movimiento intermitente hacia arriba y hacia abajo, un dedo de la otra mano rozó sutilmente el anillo del ano, primero apenas perceptible, el agujero se contraía y dilataba rápidamente, al posar el dedo quieto en un movimiento de subida se introdujo hasta la primera falange, por un momento mantuvo la pelvis arriba del todo mientras una vibración en su sexo me indicaba que estaba disfrutando de su primer orgasmo. 

                                      Cuando se le pasó se dejó caer sobre el asiento.  Al mismo tiempo mi tío le cogía la cabeza con las dos manos y la guiaba para que su polla entrara sin obstáculos hasta la garganta de Ana, las tetas bailaban una sobre la otra sin ningún orden, cuando se repuso del orgasmos se acercó más a la orilla del asiento, me pedía que siguiera, el dedo del coño y del culo todavía estaban adentro, sólo tuve que moverlo despacio para hacerle notar su presencia, escupí sobre el dedo que perforaba el culo y lo moví para lubricar el interior, junto a su compañero se hundieron despacio pero sin descanso hasta los nudillos, en el interior de mi tía se sentían juntos.

                                      Mi tío se paró después de sacar la polla de la boca de Ana y reptando sobre ella fue lamiendo sus tetas, su vientre y finalmente su sexo, yo al verlo venir le cedí mi puesto con gusto, mi tía quedó tumbada sobre el asiento mientras la polla de mi tío colgando le llegaba desde arriba de su cabeza en dirección a su cara, cuando la tuvo a su alcance la boca la atrapó y aspirándola se la tragó hasta donde pudo, mi tío apoyado sólo con los codos, metía la cabeza entre los muslos de su mujer.

                                      Me conformé con la teta que salía por el costado de mi tía, además de la redondez y suavidad el pezón endurecido me recibió con gusto, el brazo de mi tía bajó hasta que su mano rozó mi muslo, su mano no tardó en encontrar lo que buscaba, mi polla en 45º la esperaba. 

                                      Apenas se oían ruidos, sólo los chupetones y algún gemido, mi tía acusaba las lamidas de coño que le propinaba mi tío, levantaba el culo hasta apoyarse solamente con los talones, las piernas totalmente abiertas, una serie de saltos de sus caderas me mostraron que su segundo orgasmo llegaba sin avisar, casi se atraganta con la polla que tenía en la boca y empezó a toser, mi tío se dio cuenta y se bajó al suelo y dijo que me sentara donde había estado él antes.

                                      Mi tía se incorporó y metiendo la cabeza entre mis piernas empezó a lamerme el tronco de la polla hasta llegar a mis huevos, los absorbió hasta casi tragarse uno, me abrazó el culo y me atrajo hacia ella, estaba apoyada en los codos y las rodillas, ofrecía el culo a mi tío que estaba detrás, él no tardó en abrirle las nalgas y pasarle la polla desde arriba hasta que llegando a sus labios entreabiertos y lubricados fue presionando hasta ver desaparecer el glande en la vagina de su mujer, paró de lamer unos instantes hasta que notó como el cuello del útero recibía al glande, aún quedaba polla por entrar. 

                                      Mi tío sabía sus límites, por eso no solía clavarla del todo pero hoy era un día especial y la vagina dilataba mucho así que, a la segunda estocada, metió dos centímetros más, vi abrir los ojos a mi tía mientras me chupaba la ingle pero a la quinta metida no se conformó y acabó de enterrar toda la polla dentro del coño. 

                                      Ella se quedó paralizada pero ante los hechos consumados, suspiró y levantándome el culo en el aire pasó la lengua por mi ano completamente depilado, estaba disfrutando de la piel suave de mis bajos, no había rincón que no explorase, su lengua se introdujo lo que pudo dentro de mí, yo estaba para explotar pero recordé a Emi, debía seguir, en el bolsillo de mi chaqueta aguardaba mi arma secreta.

                                      Los gemidos iniciales de mi tía fueron transformándose en lamentos cada embestida en su coño representaba una metida más profunda de mi polla en su boca, era un movimiento pendular que yo acompañaba sujetando las tetas sueltas.  Por fin mi tío sacó su falo y se sentó en el sillón de al lado, miraba cómo mi tía me comía la polla mientras él se pajeaba y se mantenía en forma.

                                      Cuando la tuvo otra vez al máximo llamó a mi tía, esta sacó de una mesita auxiliar un tarro, lo abrió y se puso entre las nalgas una buena cantidad y se lo dio a mi tío.  Éste no escatimó en pringarse toda la polla con la crema, cuando ya le brillaba toda mi tía se acercó a él de espaldas, frente a mí, pasó las piernas por fuera de las de él y cuando estuvo encima se dejó caer, lentamente. 

                                      Pasó la mano entre sus muslos y agarró el miembro de mi tío, lo encaró con su culo y se dejó caer mirándome, mi tío pasándole las manos bajo sus brazos le apretaba las dos tetas guiándola hacia abajo.  Tras una breve pausa, hasta que el glande pasó la primera barrera, no dejó de bajar hasta estar sentada totalmente sobre mi tío, yo desde la posición privilegiada que tenía vi como desaparecía la polla totalmente, ahora sólo se veían los huevos de mi tío y el coño abierto de mi tía.

                                      Estaban recostados sobre el respaldo del sillón y cuando estaban los dos relajados mi tía me llamó con la mano para que me acercara, con la polla en ristre me acerqué sin saber muy bien que prefería pero un movimiento de apertura de sus piernas me lo dejó claro, me pegué a su cuerpo y levanté mi pierna para que no se enredara con las suyas, cuando mi polla estaba frente al coño de mi tía, no tuve más que empujar, me rodeó la cintura con sus brazos y me atrajo hasta ella, mi polla se hundió hasta el fondo, no obstante acusó su grosor, llevaba mucho tiempo esperando éste momento y un suspiro hondo se le escapó.

                                      Mi tío levantó la pelvis y le hundió un poco más la polla en el culo, nuestros respectivos huevos se quedaron pegados, a los pocos movimientos ya nos habíamos organizado y nos movíamos al unísono, las pollas entraban y salían en un orden exacto, mi tía siempre estaba llena de carne caliente.  Mi tío mordió el cuello de mi tía cuando ésta ladeó la cabeza, me pareció que era su punto vulnerable pues un fuerte latigazo la sacudió, haciéndome casi salir de adentro de ella, empezó con gemidos y terminó gritando, llorando y diciendo palabras inteligibles. 

                                      Entre mi tío y yo la sostuvimos pues su cuerpo estaba como fulminado por una fuerte descarga eléctrica, nuestras pollas en el alboroto chocaban dentro de ella, a duras penas pudimos sujetarla para que no se desmayara y cuando por fin de relajó parecía otra, la cara desencajada y el pelo alborotado…

  • Gracias cabrones, entre los dos me habéis dado el mayor orgasmo de mi vida.

                                      Me separé de ellos, pues vi que ya estaba bien, ella se levantó y cuando se salió la polla de su marido se oyó un ¡plop! fuerte.  Fue a tumbarse en el sofá grande a descansar, cuando ya parecía estar más recuperada mi tío se acercó al sofá y subiéndose sobre ella se instaló entre sus piernas y apoyando los codos en sus costado se dejó caer hasta meterle la polla en el coño, cogió un almohadón y se lo puso bajo el culo, las caderas de mi tío empezaron a funcionar, primero lentas pero fueron ganando velocidad, mi tía le apretaba el culo y lo pegaba contra ella, según aceleraba el sudor corría por su frente y caía sobre mi tía, aunque a ella entre sus tetas aparecían perlas de sudor también. 

                                      Yo aproveché este lapsus y acercándome a mi ropa saqué el frasco de Emi, disimuladamente me unté bien desde los huevos hasta el glande de crema, un frescor y una sensación de excitación recorrió el falo, las venas parecían hincharse más, cuando me volví hacia ellos parecía otro.  Al llegar cerca de ellos mi tío gruñía como un oso, sus movimientos no eran para nada ordenados y después de unas últimas metidas se quedó paralizado, sólo se le movían los músculos del culo y los huevos, se estaba vaciando de leche en las entrañas de mi tía, ella se removía, seguro que escurriéndole con sus músculos vaginales. 

                                      Cuando se bajó de mi tía estaba demacrado, fue a sentarse en el sillón, mi tía mientras se había incorporado y con las piernas abiertas y una copa en la mano esperaba que la descarga de semen le saliera para recogerla en la copa, no tardó en asomar una buena cantidad de leche espesa, parecía lava en un volcán, cuando dejó de salir metió dos dedos en su vagina y sacó el resto, luego dejó la copa al lado de otra vacía. 

                                      Después se recostó en el respaldo, se adelantó hasta la orilla del asiento y me dijo que me acercara, lo hice y cuando estuve a su altura con los dos dedos separó sus labios y dejó al descubierto y desprotegido a su clítoris, me pareció que quería que se lo chupara aunque me parecía raro después de la lechada que tenía pero sus dedos fueron hacia abajo hasta abrirse la vagina y me dijo…

  • Juan, ahora sólo soy para ti méteme la polla. 

 

                                      Me incliné sobre ella y se la metí sin más pero como no la podía clavar hasta el fondo la rodeé de la cintura y le di la vuelta sentándome yo, ella se quedó sobre mi polla, no se había salido y empezó a cabalgarme lentamente, mis manos pegadas a sus tetas, según iba cambiando el ritmo, ya iba al trote cuando empezó a temblar un poco pero al pasar al galope una nueva sacudida le sacudió el cuerpo.  Mi tío sentado en el sillón nos observaba mientras intentaba ponérsela otra vez dura y me animaba…

 

  • Vamos Juan, hazla correrse hasta agotarla, sabes, tenía muchas ganas de follar contigo y la verdad le está gustando como lo haces. 

                                      Animado por sus palabras, yo seguía metiéndosela hasta donde podía, la levanté en vilo y la dejé sobre el sofá a cuatro manos, sólo le abrí las nalgas lo necesario para que mi polla resbalara hasta sus labios y se hundiera hasta los huevos, mi polla me respondía de maravilla aún estando a punto de explotar no temía por eyacular, la cabeza estaba morada pero los huevos estaban tranquilos. 

 

                                      Ella soplaba con cada embestida, yo con las manos en sus caderas la atraía y la alejaba hasta casi sacársela, tenía el coño todo rojo de inflamado pero chorreando de flujo, con sus suspiros y gritos se oía chapotear la polla al entrar y el ruido del aire saliendo a presión de su vagina, casi me rogaba que parara pero era más el placer que sentía que el agotamiento, cuando la saqué también estaba sudando yo, la frente el pecho y la espalda pero no quise rendirme sólo levanté un poco la punta de la polla y presioné contra el culo.

                                      Estaba sudado y con la saliva que le lancé tuvo suficiente para hundirse aplastado por la estrechez del agujero, cuando cedió ante el empuje toda la cabeza desapareció mi tía lanzó al aire un ¡ooooh!, para luego musitar…

 

  • Siiiii eso es lo que más me gusta, que dura y que gorda la tienes sobrino, me estás rompiendo pero no pares aunque grite de dolor. 

                                      Mi tío aún la tenía blanda cuando me vio clavársela a mi tía en el culo y gritó…

  • Muy bien Juan, así se hace, con esa polla la habrás hecho gozar como ella quiere. 

                                      Enardecido con sus palabras seguía metiendo sin parar, ella me rogó descansar por el culo, en deferencia a lo que había soportado la saqué pero ella dio la vuelta y se la metió en la boca, estaba escocida en el culo pero no en la boca, mis huevos pegados a la polla estaban ya pidiendo ser vaciados, se lo dije…

 

  • Ana, me voy a correr, ¿dónde quieres que lo haga? 

                                      Ella por toda contestación sólo me dijo…  “Mmmm  mmmm”.  La cogí por el pelo de la nuca se la fui metiendo sin detenerme, ella me miraba a los ojos, en algunos momento parecía que se le salían de las órbitas, cuando noté que una corriente salía de mis huevos en dirección a mi polla me apreté contra ella, una serie de ráfagas de leche entraban sin cesar, las primeras directas a su garganta, las otras salieron por su nariz y por la comisura de sus labios.

                                      Cuando la saqué ella cogió la copa vacía y dejó en ella lo que había podido retener sin tragar, había el mismo nivel que la otra, con la lengua le limpió lo que le había salido por la nariz y se lo tragó.  La crema de Emi hacía su efecto, me había puesto la polla a mil, había aguantado lo indecible y me había corrido cuando yo quería, además aún me sorprendió que mi miembro siguiera con ganas de guerra, no lo dudé, le abrí las piernas y se la metí en el coño, estaba caliente y mojado.

                                      Los pliegues me animaban a seguir follando, era una sensación que iba a más, como un poseso se la metía y sacaba sin parar, me acordé de algunas películas porno que había visto, sonreí pues nunca lo había creído, yo no estaba pendiente de sus posibles orgasmos, de vez en cuando notaba como me abrazaba temblando para luego desmadejarse pero mi polla seguía incansable, mi tío se acercó a ella, la cogió de la mano y le dijo…

  • Animo Ana, es la mejor follada que te han dado en tu vida, disfrútala. 

                                      Ella por toda respuesta le cogió de la polla y se la estuvo acariciando como si fuera un gatito.  Por fin, agotado me dejé caer sobre ella, me abrazó y me besó en la boca, eso fue lo que me dio el último aliento para erguirme y de varias clavadas llenarla de la leche que quedaba en mis huevos, después, nada.

                                      Cuando me espabilé vi a mi tío sentado en el sofá, mi tía tumbada con la cabeza en su regazo, el pelo alborotado, el maquillaje había casi desaparecido y del pintalabios no quedaba rastro, aún así estaba hermosa, estaban hablando apaciblemente, incluso con cierta complicidad, él le acariciaba distraídamente las tetas mientras que ella le masajeaba la polla semi erecta, cuando vieron que estaba despejado mi tía me invitó a sentarme en el sofá con ellos. 

                                      Al acercarme mi tía levantó las piernas para hacerme sitio, yo me senté en el hueco que me ofrecía y luego dejó descansar las piernas sobre las mías, siguieron hablando despacio, como unos enamorados, haciéndose caricias y guiños, apoyé mis brazos en sus muslos, ella cogió una de mis manos y se la llevó a su pubis, abrí suavemente sus labios y dejé quietos mis dedos en el interior cálido, mi tía separó las piernas y cogiendo mi polla bastante endurecida la colocó entre sus muslos a la altura de su coño, luego la mantuvo quieta. 

                                      Así estuvimos un buen rato, de pronto me acordé, me separé de mi tía y fui a buscar el regalo que le había comprado, había escondido el paquete detrás de unos libros de mueble del salón, volvía sentarme y se lo di, ella se sentó al verlo y me dijo.

  • Por favor Juan, ¿por qué te has molestado?  Bastante regalo me has hecho ya, ésta noche ha sido la más caliente de mi vida, gracias por todo. 

 

                                      Me besó en los labios levemente y destapó el paquete, cuando lo vio abrió el frasco y se puso unas gotas en el reverso de la muñeca, lo olió y me volvió a besar un piquito, después mi tío me estrechó la mano y me dijo…

 

  • Gracias Juan, no me has defraudado.  ¡Ah!  Esto se merece un brindis…  

                                      Se levantó raudo, fue al frigorífico y trajo una botella de champan francés y tres copas, la imagen era chocante, mi tío cuando venía con las manos ocupadas y la súper polla colgándole entre las piernas de un lado a otro.  Nos levantamos todos y destapando la botella con gran estruendo, primero sirvió a mi tía, a mí y por último a él, levantando su copa dijo…

 

  • Brindo por nuestra familia tan especial.  Bebimos un sorbo, luego rellenó las copas y pedí hacer el mío…
  • Brindo por la pareja más enamorada,  compenetrada y encantadora que conozco, dije yo. 

 

                                      Mi tío volvió a llenar las copas esta vez Ana se adelantó y dijo…

  • Porque esta noche no tarde en repetirse. 

                                      Dicho esto, cogió las copas de semen que había guardado y las vació en su champan y de un trago se lo bebió, luego chasqueó los labios y se relamió.  Los tres estallamos en una carcajada y nos abrazamos, después decidimos irnos a dormir.  Yo cogí mi ropa, la crema y demás y me subí a mi habitación, ya era muy tarde pero estaba agotado y necesitaba imperiosamente una ducha.  Abría los grifos de la ducha cuando oí un pitido en el móvil, era un mensaje de María, me preguntaba…

  • ¿Qué tal el “cumpleaños”?  

 

                                      Me hizo mucha gracia que estuviera pendiente de mi, se me ocurrió contestarle, me cogí la polla y en dos meneos la puse levantada, le hice una foto bajo la luz de la mesita, un primerísimo plano, se veía con toda claridad el glande, el tronco y los huevos depilados y se la mandé sin comentario.  Me metí en la ducha y el agua me envolvió, a lo lejos oía sin parar el montón de mensajes que me entraban en el teléfono, cuando salí me acosté desnudo como estaba, decidí leer los mensajes a la mañana siguiente cuando mi cuerpo quisiera despertarse.

                                      Cuando me desperté no sabía la hora que era, por la ventana apenas entraba luz pero notaba que una mano me había tocado, me incorporé y vi a mi lado sentada a  tía…

 

  • Buenos días, ¿has dormido bien?  -Mi cara se lo dijo todo, apenas podía abrir los ojos, luego me dijo-…  Ahora vuelvo, no te duermas. 

                                      Yo maquinalmente abrí el cajón de la mesita de noche y saqué el frasco de crema de Emi, me meneé la polla hasta ponerla dura y me unté toda, hasta los huevos.  Mi tía tardó más de lo que yo creí, ya estaba amodorrado cuando oí la puerta de la habitación, me incorporé y vi a mi tía con un camisón negro, de tul transparente excepto una franja en la cintura, con un escote inmenso y largo hasta a los pies, sin decir nada se dio una vuelta sobre sí misma  y se coló en mi cama. 

                                      Nada más entrar me inundó una ola de perfume del que yo le había regalado, se había puesto detrás de las orejas y entre las tetas, se pegó a mí y me dijo…

  • Ahora yo, me toca follarte.
  • Pero y el tío nos va a ver…
  • Tranquilo ha sido él quien ha puesto el despertador y me ha dicho que folláramos a solas. 

                                      Quedé alucinado, era demasiada generosidad, cuando fui a pasarle la mano entre las piernas, me detuvo con suavidad y me dijo…

  • Un momento, hoy voy a ser yo quien mande, sólo puedes tocarme las tetas. 

 

                                      Dicho esto, se sacó como pudo el camisón debajo de las sábanas y lo dejó sobre una silla, luego se subió sobre mí, me cogió las muñecas y me las dejó sobre la cabeza, mi polla tumbada sobre mi vientre casi llegaba al ombligo pero ella prefirió sentarse sobre encima, sus labios abiertos la rodeaban presionando su clítoris a lo largo de mi vena gruesa, se acoplaba perfectamente.

                                      Cuando empezó a pasearse sobre ella yo intenté tocarle el clítoris pero ella me sujetó las manos y me lo negó con la cabeza, siguió cabalgándome, pasaba desde los huevos hasta mi ombligo, con un movimiento lento pero apretándome cada centímetro.  Ya mi polla estaba al máximo de excitación y se incorporó lo suficiente para separarse, pasó la mano por detrás de sus nalgas, imaginé que se estaba poniendo crema en el coño, cuando acabó dejó caer entre mi piernas el frasco, cogió el tronco de mi falo y se lo aplicó.

                                      Seguidamente se dejó caer y no paró hasta sentarse sobre mí, miré hacia abajo, mi polla había desaparecido dentro de ella pero lo más sorprendente es que vi claramente el clítoris y los labios vaginales abiertos, entonces caí en la cuenta, se había metido mi polla en el culo de un  tirón, sin ningún esfuerzo. 

                                      Lo noté, pues el tacto sedoso del recto era diferente a la rugosidad vaginal, de todas formas la polla estaba metida hasta los huevos, empezó a moverse lentamente y sacando y metiendo a su voluntad, yo me contenté con coger sus tetas y llevármelas a la boca, le chupaba, mordía, lamía con todas las intensidades posibles y ella me las ponía a mi alcance, entre las piernas noté la dureza del frasco de crema, lo quise apartar pero entonces descubrí que era un plug anal, mi tía se había estado dilatando el culo antes de venir a mi habitación, por eso tardaba tanto.

                                      Mi polla estaba durísima y con un grosor apreciable cuando entraba en el culo de Ana, ella se acariciaba el clítoris, dio un salto y se quedó quieta, después siguió pellizcándose el clítoris desesperadamente hasta que unas convulsiones la hicieron caerse sobre mí, me mordió en el lóbulo de la oreja y me dijo…

  • Me he corrido como una perra pero ahora voy a follarte con el coño y quiero que me llenes de leche hasta desbordarme.

                                      Al posarse sobre mí, la polla se salió de su culo, al volver a bajar ella encaró el falo a la entrada de su vagina y se volvió a sentar sobre mí, esta vez apenas se le veía el clítoris y menos mi polla entre sus labios vaginales, cuando empezó a cabalgar apenas levantaba unos centímetros pero según iba acelerando casi se salía del todo, sólo cuando notaba el glande en la entrada se dejaba caer de golpe a fondo, me pellizcaba mis tetillas mientras yo tenía sus tetas cogidas en mis manos y se las amasaba juntándolas, dándole a chupar sus pezones. 

                                      Llegó un momento que sus suspiros se transformaron en gemidos, mis huevos me pidieron imperiosamente ser vaciados, a la explosión interior de mi tía se unió las primeras descargas de leche caliente en sus entrañas, al dejarse caer el semen salía de su vagina a presión hasta mis huevos, cuando dejamos de sufrir los estertores del orgasmo mi tía se levantó y agachándose lamió mi polla hasta dejarla limpia de leche y jugos, luego se tumbó junto a mí y me besó en los labios, noté el sabor de mi semen y sus flujos, la verdad es que no hacían mala combinación. 

                                      Cuando se marchó y me dejó rendido, me dormí hasta muy entrada la tarde, cuando bajé mi tío estaba leyendo un libro, mi tía una revista de moda a su lado en el sofá, cuando sonó el teléfono se puso mi tío, eran mis primas estaban en el aeropuerto, se volvió a mí y ofreciéndome las llaves del coche me dijo…

 

  • ¿Juan quieres recoger a tus primas en el aeropuerto?

Continuará…

Si les gustó valoren y comenten,

Gracias.

 

 

 

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Mi timidez y mis tías (13)

Mi timidez y mis tías 12

Mis primas de la capital 14

Mi timidez y mis tías 11

Mi timidez y mis tías 10

Mi timidez y mis tías 9

Mi timidez y mis tías 8

Mi timidez y mis tías 7

Mi timidez y mis tías 6

Mi timidez y mis tías 5

Mi timidez y mis tías 4

Mi timidez y mis tías (3)

Mi timidez y mis tías 2

Mi timidez y mis tías 1

Mi coño conquistó New York. (2)

Mis primas de la capital (13)

Mi coño conquistó New York.Cuando decidí labrarme

Para un concierto lo mejor es un trío… o más (3)

Para un concierto lo mejor es un trío… o más (2)

Mis primas de la capital (11)

Mis primas de la capital (12)

Mellizos y gemelas, de gavilán a paloma.

Mis primas de la capitál (10)

Para un concierto lo mejor es un trío, o más.

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mis tetas decidieron mi destino por mí.

Entre mi padre y mi tía me quitaron mis complejos.

Mis primas de la capital (9)

Mis primas de la capital (8)

Ayudando a mi mamá

Mis primas de la capitál (7)

Mis primas de la capital (6)

Mis primas de la capital (4)

Mis primas de la capital (5)

Mis primas de la capital (3)

Mis primas de la capital (2)

Mis primas de la capital

Dos que valen por tres.

Al conocer mi adopción encontré la felicidad

El chat me ayudó con mi sobrina (Continuación 2)

El chat me ayudó con mi sobrina (continuación)

Mi gran desgracia mi polla Final

Mi gran desgracia mi polla continuación

Mi padre y mi tio tienen los mismos gustos

He tenido mas corridas que km. en mi carrera

Mi gran desgracia .. mi polla

Me casé con una miss

Me gusta ser chófer (TOMO II)

Me gusta ser chófer (TOMO I)

Bienvenida mi jubilación

Tengo una familia atipica pero con mucha memoriT

Bienvenida mi jubilacion tomo 2

Mi primer viaje en avión

Desde el balnerario con amor

El chat me ayudo con mi sobrina