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El pacto. (16)

en Grandes Relatos

PREPARATIVOS - GIMENA.

                                                  Después de almorzar Carolina le pidió a Fernando que le ensillara un caballo y salió un rato a cabalgar, Fernando entró casi en el momento del café porque había conseguido toda la mercadería y se había tomado el tiempo de guardar todo en un freezer grande, comió un poco y se fue a dormir la siesta…  Recién saludé a Sol cuando nos sentamos a comer, había trabajado toda la mañana en silencio ordenando la papelería y su oficina…  Noté perfectamente que llevaba una pollera a medio muslo y le sonreí, sólo se sonrojó y bajó los ojos…  Tampoco la vi a Gimena que almorzó en su habitación…  Yo me busqué mi lugarcito en mi hamaca paraguaya y todas las demás se fueron a la pileta a chusmear, reírse un rato y a tomar sol…  Dormí como dos horas sin que nadie me importunara…  Cuando desperté me puse a pensar en lo que restaba hacer en el día…

                                                  Es increíble cómo cambia el modo de pensar de las personas cuando sabe que el “bolsillo” no lo aflige ni lo afligirá por todo lo que reste de vida…  Antes aparecía un problema y trataba de resolverlo, si no lo hacía rápido daba vueltas y vueltas en la cabeza hasta que le encontraba solución evitando que en el transcurso de ese tiempo, ese problema, no me enloqueciera…  Ahora era distinto, los problemas aparecían y solían ser más grandes pero, los resolvía rápido o pagaba para que los resolvieran, el tema es que nunca me sentía abrumado por ellos…  Indudablemente, esto de las soluciones prontas también tenías que aprender a “manejarlo” pero era muchísimo más sencillo…  Este era el caso del “idiota”, ni se me había pasado por la mente volver a recordar como se hizo “el pago”, ya se vería cuando apareciera el cuerpo…

                                                  Lo que pensé mientras remoloneaba no se estiró por mucho tiempo, las voces de Ana María y Carolina se acercaban llamándome…  Se acercaron, vestidas con sus trajes de baño, ahora cambiados, Ana tenía el biquini y Caro la malla enteriza, con cualquiera que vistieran, se veían fantásticas, se sentaron, una a cada lado de la hamaca en banquitos bajos utilizados para subir y bajar de ella…  Sus brazos apoyados en la hamaca y sus caras en los brazos las colocaban en cercanías de mi ingle…

  • “Guillermo, quiero… queremos, hablar con vos”…  -dijo Carolina-…
  • No hay problema pero, digo yo, mientras una habla, la otra, ¿no podría jugar un ratito conmigo?, ya que tienen las manos tan cerca se pueden turnar y……  Las dos miraron el bulto de mi entrepierna que parecía empezar a dar señales de tensión…
  • “Nooo, ni te acerques Ana, yo también me mojo toda pero si le empezamos a hacer “mimitos” nos olvidamos de todo lo que queremos hablar”.
  • Las dos juntas son muy malas, ¿qué querían preguntar?...

                                                  Una de mis manos bajó hasta la teta de Ana María que era la que estaba resguardada de las miradas y comencé a acariciarla, abarcando su forma y pellizcando su pezón, ella corrió el banquito y se acomodó mejor para darme más acceso…  No tardó nada en “calentarse” aunque trataba de disimular…  Carolina no podía ver mi mano pero un gesto de Ana al morderse los labios, la hizo sospechar y se incorporó para mirar, yo le hice una sonrisa de tonto…

  • “No se puede con ustedes dos…  sigan, sigan pero vos no hagas ni una mueca porque me le tiro encima y le hago una mamada a la vista de todos…  Mejor sigo hablando, ¿qué es eso que me cuenta Ana sobre que mañana viene el Ministro?, no tenemos nada de ropa para recibirlo, ¿viene con otras mujeres?, ¿vamos a comer todos en el galpón grande?, ¿no te parece muy grande para quince o veinte personas?”…
  • No mis Cielos, no dramaticen, lo de mañana es un almuerzo informal, el Ministro no viene con mujeres, un jeans elastizado, una remera y sandalias lo van a impresionar aunque sigo opinando que ustedes dos, aún vestidas de mamelucos de trabajo serían impresionantes por igual…  Lo del galpón grande es para el domingo que vienen más personas…
  • “Claro, invitaste a todos tus familiares y amigos para festejar algo y seguro que ellos vienen con mujeres, como comprenderás tenemos que estar bien vestidas y arregladas”…
  • Y sí, algunas mujeres vendrán pero no se equivoquen, ninguno es familiar mio, además, no soy amigo ni del Presidente, ni de la Primera Dama, ni de la Gobernadora, ni de ninguno de los Ministros del Gabinetes, ni de sus esposas o amantes, salvo el de Seguridad Provincial…
  • “¡Ayyyyy, la puta madre Guille!, ¿vienen?, ¿por qué no nos avisaste?, vamos a parecer unas pordioseras…  Anaaaaa, no tenemos tiempo de comprar nada, tenemos que ir a la peluquería, arreglarnos, estar impecables”…

                                                  Las reacciones fueron distintas, Ana María no se hacía tanto problema por la ropa que vestiría, propia de quien es más austero y, sin ofender, con menos “mundo”.   Carolina era distinta, sabía de reuniones, de fiestas y de “competencias” entre mujeres…  No le impresionaron tanto los “cargos”, sabía que, por Educación, por estudios e incluso por su Título, que podría conversar con quien fuera y la sorpresa inicial dio paso pronto a la imagen que debería exhibir ante las otras mujeres, en cambio Ana María se puso pálida, sus limitaciones se les hicieron todas presentes, ¿cómo hablar?, ¿cómo comportarse?, sabía que yo no la dejaría al margen, no podía aislarse porque yo le daba el lugar para estar allí rodeada de los máximos exponentes que gobernaban el país…  Las comprendía a las dos pero el tiempo nos apremiaba…

  • Chicas, no es para tanto, es todo muy informal…  Vengan vamos a mi escritorio y charlamos bien del tema, ya veo que Fernando no abrió la boca y ustedes tienen que enterarse bien…
  • “¿Qué, acaso Fernando sabía y no me dijo nada?”...  -saltó Ana María-.
  • Sí, sabía pero le dije que “a nadie”, que yo les informaría, esto es muy secreto…

                                                  Ingresamos a la casa y venían las tres chicas desde la casa ya cambiadas con sus uniformes…  Me dirigí a ellas…

  • Chicas, ahora no las necesito en la casa, vayan al galpón grande y ayuden con la limpieza…  Hablen con Fernando para ello, cualquier duda que él tenga que hable conmigo, le avisan también que estaremos en el escritorio, tenemos que confeccionar la lista de la que le hablé y nos va a llevar bastante tiempo, no nos jodan con pavadas…  ¿Dónde está Sol?...
  • “Después de la pileta, salió a dar una vuelta en el cuatriciclo por el campo”…-contestó Graciela-.
  • Bien…  Caro, Ana María, vayan a cambiarse con algo cómodo, las espero en el escritorio…

                                                  Me fui a esperarlas pensando que, el único modo de hacerlo más factible para las chicas era postergar los días de vacunación gratuita, en lugar de empezar la vacunación el jueves, deberíamos hacerlo el lunes, eso nos dejaba mejor margen de tiempo…  Ya conversaríamos eso y otras cosas que se me ocurrían…  La primera en llegar fue Carolina diciéndome que Gimena quería hablar conmigo…  Fuimos los dos a su habitación, golpeamos y nos permitió pasar…

  • Hola Gimena, ¿cómo estás?…

                                                  La pregunta fue retórica porque se la veía bien, salvo por el parche sobre la ceja y el golpe en la mandíbula…

  • “Bien Guillermo, mucho mejor, quería hablar contigo para agradecerte todas las molestias y decirte que cuando quieras me avisás y yo me vuelvo a mi casa”…
  • En principio, no es ninguna molestia y vos, por ahora, no podés volver a tu casa, primero porque lo tiene que autorizar Carolina y segundo lo tiene que pedir el Juzgado…
  • “Es que son muchas molestias y ni ropa interior tengo, no puedo seguir abusando de ustedes”…
  • Si no tenés, le decís a Carolina que las compre y listo, además… me interrumpió y yo aproveché para probarla…
  • “No, no, eso sería el colmo”…
  • EL COLMO LAS PELOTAS, VOS TE QUEDÁS EN LA CASA HASTA QUE SE RESUELVA EL PROBLEMA, TE DAS UN REGIO BAÑO Y A LAS OCHO DE LA NOCHE BAJÁS A CENAR CON TODOS, SE ACABÓ ESO DE SERVIRTE EN LA HABITACIÓN…  TE SERVÍS SOLA O PEDÍS POR FAVOR Y BUENA ONDA CON LOS PRESENTES, AQUÍ NO HAY “PATRONA” QUE VALGA…  EL ÚNICO QUE PUEDE LLEGAR A PEDIR ALGO A ALGUIEN SOY YO Y EL TRATO ES CON NOMBRE DE PILA SIN EXCEPCIÓN, SI NO LOS SABÉS LOS PREGUNTÁS Y NO ME MOLESTES MÁS CON ESTUPIDECES…  ¿LO ENTENDISTE?...

                                                  Bajó la cabeza, juntó las manos cerca de su entrepierna y contestó toda avergonzada…

  • “Si Guillermo, será como vos quieras, a las ocho estaré allí compartiendo”…  Carolina me miraba asombrada porque nunca me había visto con esa reacción…
  • Carolina, por favor, alcánzale la ropa que debe vestir y vamos a terminar esa lista porque eso me urge…

                                                  No dijo ni “ay”, yo salí de la habitación y me quedé esperándola afuera…  Me había sacado la duda con creces, la obediencia a la autoridad que gritaba exigiendo con autoritarismo la tenía incorporada casi genéticamente…  Cuando salió Carolina me miró seria y luego se sonrío…

  • “Sos tremendo, no acabás nunca de sorprenderme, “le sacaste la ficha” sin casi hablar con ella, se desesperaba para decirme que te avisara que ella cumpliría todo, todo lo que le pidieras, yo trataba de explicarle que no eras mala persona y me contestaba que mejor pero que no te desobedecería…  Tengo que confesarte que me dio morbo imaginar algunas situaciones en conjunto”…
  • Me encanta tu imaginación de “putita” y, a ver si nos entendemos, de MI “PUTITA”…
  • “No lo dudes nunca amor…  Estoy mojada hasta los tobillos, ¿cómo puede ser que me provoques todo esto?”…
  • Será que has encontrado al hombre de tu vida, lástima que soy tan “viejito”…
  • “¿El hombre de mi vida dijiste?...  No señor, sos todos los hombres que querría en mi vida, en la presencia, el físico y la mente de uno solo…  Te amo y te lo voy a demostrar siempre”…
  • Me parece que vos te querés “levantar” a un “viejito” con plata, mejor vamos a hacer la lista…

                                                  Entramos en el escritorio y nos estaba esperando Ana María…

  • “Los vi entrando en la habitación de Gimena y me quedé esperándolos…  Ya estaba por ir a buscarlos porque se me ocurrió que estarían “jugando” en otro lado”…
  • ¡Ana!, ¿qué te pensás?, ¿crees que porque yo “tengo ganas” de comer conchitas te iba a dejar afuera?…

                                                  Se miraron ambas y sin decirse nada, las dos al mismo tiempo levantaron hasta la cintura las faldas que traían puestas y apoyaron las manos en el escritorio dejando expuestos sus culos desnudos (supieron enseguida que lo de “ponerse algo cómodo” y más “en el escritorio” podría anticipar “algo” y no vistieron ropa interior), abrieron las piernas y esperaron…  Me arrodillé detrás de ambas y con besos, labios y lengua traté de darles el mayor goce…  Los labios íntimos rosados de Caro contrastaban con los más oscuros pero igualmente tentadores de Ana y mientras besaba y lamía a una, hurgaba con los dedos la vagina y el culo de la otra, luego alternaba…  Los movimientos se hacían desenfrenados y escuchaba los besos que se intercambiaban, después de un rato así, los gemidos al unísono más el apretón en dedos de una y la abundancia de flujos en mi boca de la otra me anunciaron un fuerte orgasmo que evitaron gritar…

                                                  Me levanté y se incorporaron las dos para besarme mientras las manos, izquierda y derecha, se apoderaron de mi miembro para continuar la fiesta, las otras, derecha e izquierda, abrazaban mi cintura…  Muy a mi pesar, me obligué a separarme, me miraron con ganas de seguir y les expliqué…

  • No podemos seguir chicas, hay que solucionar un montón de problemas, al terminar buscaremos el modo…  Tuvieron que aceptarlo…
  • Vamos por pasos, Carolina, mañana después que se vaya el Ministro, te vas con Sol para hablar con Gracia, hoy no, hoy que se vaya con la combi porque tendremos para rato…  Le pedís a Gracia que te acompañe a ver a la Directora de la Escuela primaria, seguro que la conoce, que la Directora avise en los cuadernos de comunicaciones de los chicos, el miércoles, jueves y viernes haciéndoles saber que la vacunación comenzará el día lunes a partir de las 09.00 de la mañana…  Esto nos deja tiempo para todo lo que tenemos que hacer acá y estarás más desahogada…
  • “Me parece perfecto, eso me tenía preocupada porque estaba pendiente de estar jueves, viernes, sábado y domingo en la vacunación”…

                                                  Noté que las dos se miraron y como que elucubraban algo y se lo comunicaban telepáticamente, no era tal cosa pero pensaban muy parecido y parecía que se ponían de acuerdo…  Se me ocurrían dos cosas o bien que el sábado podrían ir al Salón de Belleza o hacerme terminar lo que yo había empezado hacía un rato con ellas, la primera que amagó levantarse fue Ana y la paré…

  • Ana, Caro, primero tenemos que terminar todo esto, luego vemos…  se miraron sorprendidas y meneaban la cabeza, yo me sonreí y seguí…
  • Ana, ya le dije a Fernando que con los asadores que hay no alcanzará y él traerá más gente, con las chicas que sirvan pasará algo similar, ¿conocés a alguna más que pueda venir ese día para servir?…
  • “No Guille, la verdad no tengo trato con la gente del pueblo y no conozco a nadie”…
  • Bueno, les cuento lo que le voy a decir al Ministro, la gente invitada, estará sentada y nuestras chicas se ocuparán nada más que de recoger las fuentes con comida en las parrillas y colocarla en la mesa, luego que cada uno se sirva la porción que quiera, nadie sirve a nadie particularmente, lo mismo con las bebidas, si falta, se traen botellas nuevas y se dejan en la mesa, si la carne no se debe enfriar, las botellas no deben faltar…  Si alguno quiere atención individual que se traiga su mozo pero de eso se encargan los “chupaculos” de Ceremonial de Provincia o de Nación…
  • “Guille, respecto a esto que decís, nunca falta el que quiera dar órdenes para apurar a los empleados o para querer “figurar” él, ¿qué hacemos en estos casos?”… -preguntó Ana María-…
  • Me alegro que lo hayas preguntado y que esto se lo fijen en la cabeza…  Si alguno les quiere dar órdenes sin pedir las cosas educadamente, no les dan “pelota” y me avisan inmediatamente a mí…  Yo me encargo de ponerlo de vuelta y media o de echarlo “a la mierda” sin contemplaciones, sea quien sea, ninguno de ustedes debe pasar por algo así, en “mi casa” ningún invitado me puede faltar el respeto pasándome por encima y tratando mal a mi gente”…  Eso también se lo voy a aclarar al Ministro…

                                                  Las chicas me miraban con una especie de orgullo que no podía definir, principalmente Ana María, ella había sido siempre “la criada” o “la esposa del Encargado que ayudaba a los patrones”, nunca había sido tratada por una “igual” y escucharme la hacía sentir bien y considerada y Caro porque no le disgustaba en absoluto la faceta de “autoridad” de “su hombre”

  • Esta reunión es lo que ellos denominan “secreta” y  nadie puede enterarse de ella hasta después que se realice…  No habrá Prensa y si aparece alguno no podrá pasar de la puerta, lo mismo con el personal, estarán todo el día aquí, entran y no podrán salir hasta, por lo menos las 00.00 horas, las fotos que se hagan serán de Prensa propia para propaganda interna, ellos traerán sus fotógrafos o camarógrafos…  Yo ya lo aclaré, no figuro absolutamente en nada, mi nombre tampoco, ustedes trabajan para el Señor Guillermo, cualquier otro dato que les pidan, sólo “Señor Guillermo””…  Hay que recordárselo a las chicas”…  A cada uno de los que contratemos para ese día les pagaré X.XXX Pesos…
  • “Es una muy buena cantidad por un día de trabajo y por lo que vos decís, no tendrán que esforzarse mucho”…-dijo Carolina-…
  • Entiendo que sí, los asadores cobrarán un poco más…  Ahora que lo pienso Caro, cuando vayas a hablar con Gracia preguntale por cuatro chicas que puedan cumplir esa función, ella conoce a otras mujeres del pueblo…  Acordate jeans elastizados o ajustados, sandalias cómodas y blusas blancas o celestes, bien peinadas y maquilladas sin exagerar y en el pueblo recordá comprar 10 pañuelos de cuello de color rojo, las vamos a individualizar así…  Ana María, lo mismo para las chicas de esta casa…
  • “Perfecto Guillermo, igual yo tengo 6 juegos más de uniformes y ellas tienen blusas de repuesto así que podrían ser todas celestes”… -contestó Ana-.
  • “¿Por qué no decirle a Gracia y a las mellizas?, son simpáticas, jeans deben tener y no debe ser tan difícil llevar una fuente desde la parrilla a las mesas o botellas”… -opinó Carolina-.
  • Me parece buena idea y no creo que Sol lo tome a mal, de última le decimos a ella que se acople a la madre y las hermanas, de paso preguntale si el padre se da maña para la parrilla, de una solucionaríamos el tema de las chicas y le agregamos un parrillero más…  ¡Ahh!, es importante, para todos la reunión es con gente muy importante, es de 08.30 a 00.00 y no podrán abandonar el lugar hasta finalizar, a los personajes no los conocés, son amigos míos…

                                                  En ese momento apareció Sol para despedirse y me pareció oportuno “tantear el terreno” con esta idea de Caro…

  • Sol, me tenés que ayudar con un problema…  Mañana venís vestida de jeans y más elegante que de costumbre, tenemos un almuerzo con una persona importante y vas a estar en la mesa con nosotros pero el problema no es ese…  El domingo tenemos una reunión para casi 100 personas, son conocidos míos y necesitaríamos cuatro chicas para servir las mesas, es para llevar las fuentes con comida desde la parrilla hasta las mesas y poner las bebidas cuando falten, es de 08.30 a 00.00 todo el día y no podrán abandonar el lugar, voy a pagar X.XXX Pesos por persona…  Pensé en vos, tus hermanas y tu madre, ¿se animarían?, sino, tendrás que orientarme con alguna conocida que pueda realizar el trabajo…
  • “Por mi parte contá conmigo y creo que mis hermanas y mi madre no tendrán problemas, cuando hacen fiesta con asado en el colegio siempre somos nosotras quienes servimos las mesas a uno por uno, acá es más fácil”…
  • Genial y de paso preguntale a tu padre si se anima en la parrilla porque tienen que haber varios parrilleros, ellos cobran más…
  • “¿Quién te crees que hace los asados en esas fiestas?...  Mi papá sabe, yo le aviso”…

                                                  La despedimos con un beso teniendo casi la seguridad que ese tema estaba resuelto y le dije a Ana que le avisara a Fernando para sumarlo a Pedro a los parrilleros…  Yo le había dicho a mi amigo, “si, vengan, no hay problema” y el asunto era más complicado de lo que parecía…  Carolina anotaba todo lo que íbamos hablando para que no se le pasara nada por alto y yo no quería olvidarme de nada…  Recordé algo…

  • Ana María corré a ver si alcanzás al de la combi, tiene que hacer un viaje especial el domingo…

                                                  Salió como una exhalación y lo enganchó justito, salí y hablé con él, tendría que traer a los parrilleros y a la familia de Sol a las 08.00, lo cobraba como extra pero me aseguró el transporte…

  • Hay que preparar habitaciones con baño para darle al Presidente, al Vice y a la Gobernadora, los demás que se arreglen con las restantes con baño…  Voy a tener que usar la tuya Carolina, el sábado a la noche traes a la mía todo lo que pensás usar el domingo y dormís conmigo…  Le brillaron los ojos y saltó risueña Ana María…
  • “Yo también, yo vengo también así Fernando está bien descansado para controlar todo”…
  • Nos encantaría a los dos pero no creo que Fernando “transe” en esa…  ¡Ufff! -dijo haciendo “pucheros”-…
  • También hay que usar la habitación que hoy tiene Gimena y la de Gonzalo que seguro estará de regreso y ahora se me complica la cosa…
  • “No, Guille, hacemos igual que voy a hacer yo, que duerman en la habitación que tienen, lo que puedan necesitar el domingo que lo lleven a tu habitación, los despertamos temprano y las chicas preparan la habitación dejándola impecable”…
  • Bárbaro, hablalo vos con Gimena y yo me ocupo de Gonzalo cuando llegue…  ¿Lo de las habitaciones está listo?...  Bueno, me quedan las dos más jodidas…  Carolina y Ana María, piden turno y el sábado a la mañana se van al Salón de Belleza…  El jueves bien temprano, “desgraciadamente” voy a tener que llevar a las dos hasta la ciudad para comprarles ropa y unos presentes para los invitados, tendré que alquilar una o dos habitaciones en el mejor hotel para “dejar los paquetes” y “descansar del trajín” de… caminar de un lado para el otro y regresar un poco tarde…
  • “Síííí´”…  Dijeron las dos al unísono y se tiraron encima de mí para comerme a besos y comenzar a tocarme por todos lados…

                                                  No sé ni como hicieron, en un santiamén ya tenía los pantalones por los tobillos y a las dos ocupadas en besar, lamer y mamar a “mi amigo” que respondió rápido y contento…  Una cabeza morocha se lo tragaba hasta la base y lo llenaba de saliva, la cabeza rubia me besaba los testículos metiéndolos en la boca y mordiéndolos suave sin causar dolor, al rato cambiaban de lugar y si bien la técnica era distinta, no era menos placentera…  Me llevaban, me traían y ellas aprovechaban para meter los dedos de una en la vagina de la otra…  Aguantaron su orgasmo hasta que yo no pude más, acabé parte en la boca de una y lo que sobró en la boca de quien se ocupó de limpiarlo y dejarlo reluciente mientras se estremecían de placer…

                                                  Nos calmamos poco a poco, me levanté los pantalones y cada uno ocupó su lugar…

  • Se sacaron las ganas ¿no?, ya me voy a “vengar” con las dos juntas…  Carolina, acabo de pensar que se me presenta una disyuntiva que tendrás que resolver y decidir vos pues Gimena va a necesitar ropa y algunas otras cosas…  ¿Qué hacemos con Gimena, la llevamos o no?...
  • “Si, la llevamos, con tu permiso, sin enloquecernos y con vos haciendo de “moderador”, la llevamos, me gustaría saber, dale Guille, dale”…
  • Bueno, la llevamos…
  • “Pe, pe, pero, con esa mujer nos limitaríamos en todo, nos arruina el día…  Está bien, aunque no estoy muy de acuerdo, si ustedes así lo deciden”…
  • “Ana, ¿te gusta lamer una conchita o que te la laman mientras Guille te hace el culito?...  Nos viene brutal, Gimena es sumisa”…
  • “Claro que me gusta, me encanta pero con esa mujer…  ¿Sumi que dijiste?”...
  • “Sumisa, te va a hacer lo que le pidas y se dejará hacer lo que nos guste…  ¿Te imaginás?”…
  • “No conocía eso y claro que me imagino pero, no quiero tener el mínimo problema con Guille”…
  • No hay problemas, yo las dejo gozar como quieran, ya saben lo de “participar” todos, tampoco quiero violencia, porque una cosa es un “chirlo” y otra distinta, golpes, hay que tratar que aprenda a gozar lo más que pueda sin recibir “palos” ni malos tratos…

                                                    Lo de las chicas para servir ya estaba, lo de los parrilleros también, salvo que Fernando no pudiera conseguir a algunos, nos arreglaríamos con esos cuatro y cinco más de ayudantes…  Las parrillas y el lugar debajo de una buena sombra, platos, vasos y cubiertos teníamos como para 200 comensales…  ¡Las bebidas frías!, al estar los freezer ocupados por los alimentos, no se desocuparían hasta el sábado por la noche, habría que comprar como 100 bolsas de hielo o más para ponerlas todas en los piletones del galpón chico…  Todo se lo trasladaba a Carolina que anotaba para pedir el hielo a la empresa que abastecía a la Estación de Servicio o con tiempo al dueño de ésta…  Había que avisar al dueño del Almacén porque tenía que encargar el vino, las gaseosas, el agua mineral con y sin gasificar, los costillares, achuras, los lechones y los pollos, había pensado en chivitos pero desistí, tampoco quería sacrificar a ningún novillo y no podíamos olvidarnos de la verdura para la ensalada…  Era un despelote total que por momentos me superaba, menos mal que contaba con la ayuda invalorable de quienes me rodeaban y podía delegar sin problemas…

                                                  El trabajo fuerte empezaría desde el mismo sábado a la noche, entonces le pedí a Ana María que evaluara si era conveniente que le avisáramos a Gracia y a Pedro para que se vinieran a la Estancia desde el sábado a media tarde para que ayudaran con la limpieza de la verdura y la preparación de las ensaladas y con la leña y el carbón para dejar todo listo en las parrillas para iniciar el fuego, antes o apenas llegaran los parrilleros, ellos se arreglarían con dos habitaciones que se ordenarían también a la mañana temprano…  Dijo que no le parecía mal pues les aliviaban el trabajo a todas…  Le avisé a Caro que tuviera en cuenta esto para decirle a Gracia…  Llegó un momento en que me quería ir a cualquier lado…  Eso no era nada, cuando creía que ya tenía algo finiquitado, aparecía otro tema a tratar…

                                                  ¡Los postres!, habíamos pensado en postres helados y ensaladas de frutas envasadas, había que encargarlos y alquilar un freezer extra para poner todo esto…  Chacinados, quesos y fiambres junto con el aperitivo para la media mañana y luego los refrescos, infusiones varias, leche y masas secas que era lo que se tomaría o comería a la hora de la merienda, hasta 15 mates y termos descartables mandé a comprar pues nunca falta un “matero” al que le gusta juntarse con otros y hablar “pavadas” a la sombra de un árbol…  No quería olvidarme de nada y no sabía lo que se trataría en la famosa reunión “secreta” ni me interesaba pero, que saldrían “pipones” de mi casa y encantados de la atención, no lo dudaba…

                                                  Carolina tendría que pasarse la tarde del miércoles recorriendo el pueblo, yendo a hablar con Gracia y haciendo los diversos pedidos, a la Confitería, al Almacén, a la Estación de Servicio y otros…  De pronto, ¡los baños!, quedarían tres libres y sería un desfile interminable por la casa, solución: llamé a una empresa que alquilaba baños químicos y alquilé diez de ellos, los pondría en el garaje, con el portón cerrado se podía acceder desde una puerta lateral, allí había espejos, un lavatorio grande y buena ventilación con ventanas cerca del techo, junto con los baños me enviaban dos o tres personas para hacerles mantención y limpieza…

                                                  Las cantidades que había que comprar de cada cosa lo dejé a criterio de Caro y Ana, ya estaba saturado y me fui a caminar un rato hasta los corrales a ver las vacas…  No sé el tiempo que había transcurrido cuando escuché que me llamaban para la cena, al entrar en la cocina ya estaban todos y me gustó verla a Gimena charlando con todas las mujeres y llamándolas por sus nombres, prestándose incluso para ayudar a servir…  Vestía un short de Carolina que no alcanzaba a rellenar y era comprensible, los mejores culos de la Estancia, los de Ana María y Carolina y en ese orden, eran difíciles de comparar, la remera que no tapaba su ombligo le marcaba un par de tetitas en punta para nada despreciables…  La cena fue muy distendida y luego me fui al living con Carolina y Gimena a tomar el café porque, llena de pudores o como chico esperando un reto, Gimena me había pedido conversar conmigo y Caro…

                                                  Acepté y nos sentamos Carolina y yo en el sillón grande, de frente a ella, que se sentó en un sillón individual…

  • Bueno Gimena, ¿qué tenías que decirme o preguntarme?…
  • “En primer lugar decirles lo agradecida que estoy con vos y con Caro, no recuerdo haber recibido nunca este tipo de atenciones y por otro lugar preguntarles si han tenido noticias de mi marido o problemas con él”…
  • Por lo primero, ya te dije que lo olvides y no soy de repetir mucho las cosas… -bajo la mirada en clara señal de aceptación-…  Por otro lado tu marido ni ha aparecido ni a dado señales de vida, no le debe interesar tanto tu destino o lo que te pase o estará fugado y escondido en casa de alguno de sus “amigotes” o tratando de ocultar sus “chanchullos”, lo cierto es que ni siquiera llamó por teléfono para saber si sabíamos algo de vos…  Se le llenaron los ojos de lágrimas y se tapó la cara con las manos…
  • “Ahora sí que no sé qué va a ser de mi vida, no sé lo que voy a hacer”… y ya no pudo contener el llanto…

                                                  Me daba pena la situación de la mujer, la miraba y la asemejaba a un perro apaleado por su dueño al que habían tirado al costado del camino para que se arreglara solo con sus heridas y su vida venidera…  Ningún animal se merecía eso y mucho menos un ser humano…

  • Vos decís que no sabés y yo te voy a decir lo que vas a hacer, en principio, ¡DEJÁ DE LLORAR!...  -fue como algo instantáneo y se secó rápido las lágrimas-, así está mejor…  Caro no te va a dar el alta y yo no quiero que te vean por el pueblo, Sol y los policías son los únicos que saben que estás aquí y no van a decir nada…  ¡Ahhh Sol!, esperá un poco…  Saqué el teléfono y la llamé a Sol…
  • Hola Sol, necesito pedirte algo, es para Gimena que tiene un físico similar al de tu madre y al tuyo, hay que traerle dos o tres conjuntos de ropa interior, un par de blusas o remeras, un vestido y jeans elastizados, no vengas mañana con la combi, anda a comprarlos temprano, tratá que sean de la mejor calidad y de regalo te compras el más lindo para vos, luego tomá un auto y venite a la Estancia, te espero a eso de las 10.30, ¿tendrás dinero para eso?, yo te lo reintegro cuando vengas…  ¿Sí?, bueno, fenomenal, gracias Sol, que descanses…

                                                  La miré a Caro, me hizo una seña con el pulgar levantado y seguí con Gimena…

  • Mañana tenemos un almuerzo con un Funcionario importante del Gobierno Provincial que viene a ultimar una serie de detalles conmigo…  Vas a estar en la mesa acompañándonos y, como el almuerzo será informal, creo que el tema de tu ropa ya está solucionado…
  • “Pero”…
  • Estoy hablando, dedicate a escuchar y asentir…  No hay “tu tía” al respecto, cuando te toque volverás a ser la dueña de la Estancia “Los Nogales”, mientras tanto sos parte de la gente que me rodea y te guste o no tenés que integrarte porque todos son como mi familia y, mientras me cumplan, jamás los apartaré…  Para más, el domingo… -aquí noté que Carolina se movió en el asiento, anticipando vaya a saber que placeres- vamos a tener una reunión con gente muy importante del Gobierno Provincial y Nacional y te necesito resplandeciente…
  • “Por favor disculpame Guillermo pero… no tengo ropa que ponerme y ni un lápiz de labios”…

                                                  La ignoré y seguí hablando…

  • Tan resplandeciente que junto a Ana María y Carolina nos vamos a ir el jueves temprano a la ciudad…  Les voy a abrir las puertas de las mejores tiendas y las voy a “largar allí adentro” para que elijan a gusto lo que quieren comprar para su vestuario y que ninguna me venga con las “boludeces” del “¿puedo?”, “¿podría?” o algo similar, yo las esperaré en la Caja para abonar, lo mismo en las zapaterías o perfumerías…  Caro, de paso me podrías comprar dos pantalones talla 44, un par de pares de zapatos y zapatillas número 42 y también un par de remeras, yo no sé elegir lo que me puede quedar bien, te cedo la responsabilidad…
  • “Con todo gusto Guille, como si lo hiciera para con el “hombre de mi vida””…  Estaba “ancha” Caro y contenta por anticipado…

                                                  Gimena volvió a llorar y Carolina la abrazó consolándola…

  • “Es que no lo puedo creer Carolina, nunca me pasó una cosa igual y con alguien que ni siquiera me conoce”…
  • “Lo que vos no entendés es que Guille es así, si te quiere te lo demuestra de mil maneras, si no te quiere… mejor ni decirlo, no se lo aconsejaría a nadie”…
  • “Guille, ¿cómo podré pagarte todo esto?...
  • No hay caso, son “duras” para entender, me voy a caminar un rato afuera…

                                                  Salí de allí con Caro riendo y Gimena sorprendida…  En la cocina aún estaban Ana María y Rosalía, una para enterarse de lo que pasaba y la otra terminando de ordenar…

  • ¿Cómo están mi morocha más hermosa y la Diosa de Ébano?...  ¿Cómo se preparan para mañana?...
  • “Bien “Patro…” Guille, ya las chicas saben lo que tienen que hacer y dónde estarán ubicadas…  Fernando ya tiene la gente para mañana y el domingo, contándolo al papá de Sol”…

                                                  Se me escapó una mirada al culo de Rosalía pues era una de mis fantasías, el culo de negra o mulata parecía “independiente” del resto del cuerpo, la forma en que sus ancas paradas “dibujaban” casi un ángulo recto desde su cintura hasta la iniciación de sus nalgas duras era indescriptible…  Ana me sorprendió la mirada y se sonrió, Rosalía nos miró a los dos e interrogó con la mirada poniéndose seria…

  • No te enojes Rosalía, con todo respeto te lo voy a decir, Ana me estaba “retando” con la mirada porque yo, aparte de admirar todo el conjunto de tu cuerpo, quedé con la vista fija en la belleza de tus nalgas…  Disculpame pero, me es imposible evitar admirarlas…

                                                  Rosalía adoptó una actitud de vergüenza y seguramente con rubor que no se pudo notar…

  • “En tren de confianza Guillermo le diré que es la primera vez que no me dicen una guarangada por mi cola…  Ni se imagina las cosas que he tenido que aguantar, con patrones y hasta patronas que parecen creer que el hecho de pagarle a una empleada los “habilita” para otras cosas y no me enojo por lo que me dice, al contrario, me agrada, es más, aunque hace poco tiempo que estoy aquí ya pude palpar la libertad que se respira junto al respeto que existe”…  No pudo disimular su coquetería y me gustó eso…
  • Mejor me voy a pasear, me estás “pintando” como algo bueno y yo soy un Demonio disfrazado…

                                                  Ana María salió corriendo detrás para preguntarme por Gimena pero no pudo evitar comentar sobre Rosalía y su culo…

  • “Se nota que te gusta el culo de Rosalía y yo que pensé que el mío era el que más te gustaba”…
  • El tuyo ha sido el primero aquí y es espectacular, me encanta igual que toda la dueña…  Junto al de Carolina y eso ya lo sabés, son los mejores de mi vida y a “mi amigo” ni te cuento, se siente protegido y acunado dentro de ese lugar “sagrado”…  Ana sacaba pecho y sus pezones parecían querer reventar la remera…
  • Lo que sucede es que ese tipo de culo “parado” es una fantasía que aún no he podido concretar y, para que te lo voy a negar a vos, me gustaría hacerle “morder la almohada” a Rosalía…  Volaba de calentura y me gustaba enloquecerla así…
  • “¿Escuchaste Guille?...  Escuchá, escuchá”…
  • ¿Qué decís?, yo no escuché nada…
  • “Es mi culo Cielo, me estaba diciendo que hace mucho que no lo rompés, que necesita sentirte adentro”…
  • Andá, andá con Fernando y avisale a tu hermoso culo que no diga más nada, el jueves es lo primero que voy a hacer, lograr que grite de placer…

                                                  Se fue contenta para la casa y entré para verla nuevamente a Carolina, el “tironcito” de “mi amigo” me anunciaba que tenía ganas de estar adentro de algo cálido…  En el comedor no encontré a nadie, la llamé en voz alta a Caro y me contestó que estaba con Gimena en su cuarto, me fui para allí imaginando que Carolina no se había podido aguantar y estaba acostada con Gimena y, de ser así, se iba a armar una podrida infernal…  Abrí la puerta muy tranquilo y las miré a las dos, estaban vestidas y peinadas, con un montón de ropa arriba de la cama…  Algo notó Caro en mi mirada porque me contestó rápido…

  • “Pasá Guille, estábamos mirando algo de mi ropa para usar como alternativa por si lo que trae Sol no le queda y por favor, no digas nada y ni se te ocurra pensar nada, lo que te dije antes lo voy a respetar a rajatablas aunque tenga que darte muestras todos los días”…
  • Me alegro pero no veo que se hayan probado nada…  ¿De qué hablaban, algo para decirme?… -habló Gimena-.
  • “¿Me das permiso para que te conteste yo?”…
  • Sí pero, olvidate de pedir permiso para hablar, sos una mujer, carajo y aquí se te va a tratar como tal, sin pegarte, sin basurearte y sin hacerte sentir menos…  Una cosa es que te guste recibir algunos chirlos y algún tirón de pelo y otra cosa muy distinta es que te demuestres como una “cosa de mierda” en el trato cotidiano…  Esto te tiene que servir no sólo para ahora, desde ahora en más vas a actuar con más dignidad…  ¿Me entendiste?…
  • “Si Guillermo, te entendí y ¿cómo supiste como soy?”…
  • Como eras, Gimena como eras y me di cuenta porque lo tenés marcado en la frente, como si fueras una idiota inútil al servicio de un idiota impotente…

                                                  Se tapó la cara y se puso a llorar de un modo convulsivo que alertó a Carolina y hasta a mí me dio pena…

  • Dejá de llorar y vamos a hablar “a calzón quitado”…  Trato de entregar todo pero EXIJO tres cosas que no son negociables, Sinceridad, Discreción y Lealtad…  ¿Me seguís?...  -afirmaba con la cabeza pero continuaba llorando e hipando-…  ¡GIMENA, DEJÁ DE LLORAR, ASÍ NO SOLUCIONAMOS NADA!...  ¿Me entendiste?...  -Me miró y contestó-…
  • “Te entendí Guillermo, te entendí…  Sinceridad implica no mentirte nunca…  Discreción es no divulgar nada de lo que vea o me cuenten…  Lealtad es responderle a una sola persona y no fallarle…  Durante toda mi vida, desde chica, me metieron esas premisas en la cabeza, hablándome o golpeándome para que lo tuviera claro y te aseguro que podés contar conmigo pero te lo quiero demostrar con hechos”…
  • Te creo y sé que no te puedo borrar de la cabeza todo lo que pasaste pero te aseguro que comenzarás a ser otra persona…  ¿Te contó Carolina que nos acostamos?…

                                                  Carolina pegó un salto como si la hubiesen pinchado con algo…

  • “Guille, ¿cómo pensás que haría una cosa así?”…
  • Está bien Caro pero es bueno que lo sepa y también que Ana María disfruta acostándose conmigo y cualquier otra mujer que se me ocurra y quiera hacerlo, solos o acompañados, con una única prioridad por sobre cualquiera de ella…  Caro está por encima de todas y nada se hace sin mi consentimiento…  Carolina me observaba sorprendida y con la boca abierta…
  • Te vas a preguntar por qué te digo esto, porque estoy probando tu discreción y vine a verlas porque “tengo ganas” de cogerlas a ambas por dónde se me ocurra y que me des una buena mamada…

                                                  Carolina tardó segundos en sacarse la remera y con sus preciosas tetas al aire, abrazarme y partirme la boca con un beso, parecía querer comerme toda la boca con lengua y labios incluidos, yo pellizcaba sus pezones, ya con durezas de piedra y sentí las manos de Gimena que bajaban mis pantalones y se tiraba boca abajo en la cama con su culito ya completamente desnudo, con la cabeza en el borde de la cama se aferraba desesperada al glande con sus labios, una mano aferraba mi pierna a la altura del muslo y otra apretaba la base del miembro presionando lo más que podía…  La Doctora se sentó en la cama, apretó las nalgas de Gimena y me miró como pidiendo autorización, se la di con un movimiento de cabeza y los “chirlos” uno en cada nalga, sonaron fuertes y claros arrancando un gemido de satisfacción de la que mamaba…  Me separé de Caro que se desnudó totalmente y se corrió a la parte trasera del cuerpo de Gime…  La boca de ésta, de labios golosos era chica y podía albergar el glande y un poco más…  La tomé fuerte del cabello, se lo tironeé enredándolo en mi mano y comencé a forzar su boca, ella abría sus ojos desesperada…

  • Caro, no me la quiere comer toda, aflojale las nalgas y usá los dedos como quieras…

                                                  Ahora los “chirlos” fueron dos en cada nalga, se le pusieron rojas y luego tres dedos de una mano en la vagina y dos de la otra en el culo junto al ritmo fuerte que imprimió, aceleraron definitivamente a Gimena, no podía gritar por mi miembro pero los gemidos y los movimientos no paraban…  Acabó con un orgasmo convulsivo, derramando lágrimas y atorada con mi miembro totalmente alojado en su garganta…  Le dije a Caro que se pusiera en cuatro y que aguantara,                             a Gimena que le arrancara un orgasmo a “mi mujer” con sus mamadas…  De inmediato se puso abajo aprovechando la pasada para lamer los hermosos y duros pezones de Caro que chorreaba de placer y, estaba seguro, por lo que había escuchado que yo decía…  Cuando Gimena se “prendió” a la vagina y al clítoris de Caro, ésta lanzó un gruñido de satisfacción, momento que aproveché para penetrar ese culo de ensueño…

                                                  La introducción brusca del glande la expresó con un quejido, todo lo demás, hasta tocar sus nalgas, fue lento, tal como a ella le gustaba al principio, luego incrementé los movimientos hasta hacerlos rápidos y profundos, alternándolos con los pausados pero también profundos…  Creo que se le juntaron los dos orgasmos, el anal y el vaginal y apagó su grito tirándose hacia adelante y metiendo su boca y lengua en la vagina de Gimena que se movía como una culebra…  Ya estaba a punto de terminar, aguanté un poco, empujé el culo de Caro y con la cabeza y boca a mi disposición, penetré hasta la garganta a Gimena y se la llené de leche, tragó sin inconvenientes y con algo de desesperación, no me dejó salir de su boca hasta que no lo dejó brillante…

                                                  Giró el cuerpo y me expuso sus dos agujeros levantando las piernas por sobre sus hombros, sus tetitas que se perdían en mis manos, similares a las de Sol, aunque con pezones más grandes me encantaron y comencé a retorcerlas escuchando sus gemidos que entremezclaban el dolor y el placer…  “Mi amigo” seguía igual de erguido y duro, busqué su vagina empapada, no fue nada fácil meterlo, estrecha de por sí y seguramente acostumbrada a algo de menor tamaño, oponía cierta resistencia…  Comencé a “pincelar” la zona haciendo presión de a poco en su abertura hasta que la miré, su cara de sufrimiento por lo que venía y a la vez de ansiedad queriendo sentirla, más la afirmación diciéndome “si” con la cabeza, me decidieron…  Entré lento y de una hasta chocar en su interior y no pudo gritar, Carolina, previendo lo que pasaría, se sentó depositándole el agujero de su culo en la boca…

                                                  Gimena luchó unos instantes para liberarse y se aflojó enseguida porque yo no la esperé y seguí moviéndome, la tocó a Caro para que se moviera un poco y poder respirar y comenzó a gozar de mi miembro que entraba y salía chocando fuerte contra su interior…  Dos, tres y cuatro orgasmos consecutivos empaparon mis testículos y el borde del cubrecama…  Caro no se quedó atrás y algo gritó antes de morderse la mano, la chupada de culo había sido sensacional…  Cuando “mi amigo” aflojó -muy poco- salí de Gimena y nos tomamos un momento…  Aún faltaba más…

                                                  Sabiendo que estábamos solos, Caro fue por refrescos, ¡cómo me gustaba verla moverse desnuda!...  Regresó enseguida y, sentado en el medio del respaldo de la cama, con las almohadas en los riñones, las abracé a las dos, Gimena seguía aferrada a mi miembro, lo tocaba, se reía y nos miraba…

  • “Cuando te la vi, me asusté, mi marido la tiene más corta y mucho más fina y jamás tuve orgasmos con él, no se imaginan como me sentí hoy, antes tenía que masturbarme, dale que dale con caricias y dedos hasta tener una satisfacción…  Él la metía ocho o nueve veces y acababa, luego acababa de nuevo tocándose y dándome palmadas y golpes o poniéndome broches en los pechos o un collar para que anduviera en cuatro patas…  Si se la chupaba no podía meterla mucho porque terminaba rápido, no me compartía con nadie porque es muy celoso, una vez sola estuve con otra mujer que trajo y él al vernos acabó dos veces casi seguidas, sin llegar a participar y después me dio una de las grandes palizas acusándome que había sido culpa mía, en el culito creo que llegó a entrar hasta la mitad y no se aguantó…  ¡Menos mal que no se te ocurrió entrar por ahí!”…  Carolina lanzó una carcajada, ¡todavía!, le dijo besándome el miembro que ya estaba recuperado…
  • “Si vos lo querés, yo me aguanto pero creo que Caro va a tener que preparar aguja e hilo”…  Me miró con temor…
  • “Con paciencia y con saliva, el elefante se cogió a la hormiga” dice el dicho…  Caro, mi Cielo, te cedo el honor…

                                                  Se arrimó a Gime y se la comenzó a comer a besos, a poco, se prodigaban las dos para demostrar quién hacía gozar más a quien con besos y lenguas, después las tetas con pequeños mordiscos en los pezones y Gimena pareció enloquecer besando y lamiendo los pechos maravillosos de la Doctora…  En el 69, con boca, lengua y dedos comenzó Carolina la dilatación…  Tres dedos penetraban la vagina apretada de Gime y las sensaciones y el placer juntos con los movimientos casi enloquecidos no le permitían brindarle lo mismo a Caro, ésta no se preocupó estaba en otra cosa, mientras absorbía el clítoris con sus labios acompañaba a esa succión con la penetración de uno de sus dedos en el culito casi intacto de Gimena, ésta notó la introducción y se tensó, algo que Caro solucionó aplicando un sonoro cachetazo en una de sus nalgas y el dedo se perdió por completo en la suavidad de ese agujerito…

                                                  Sonó otro golpe acompañado del gemido de placer de Gime y ya dos dedos se ocuparon de entrar y salir, girando y perforando…  El orgasmo no se hizo esperar y el flujo expulsado ayudó a que tres dedos ingresaran dilatando más su estrechez…  Yo las miraba tocándome y como no la quise dejar a Caro sin su placer forcé la cabeza de Gimena para que no se separara de la entrepierna de mi mujer…  Carolina acusó la lengua de Gimena y hundió y siguió girando sus dedos, instándome con sus ojos a ocupar mi lugar…  Sin que ellas cambiaran su posición, pasé una pierna por sobre la cabeza de Caro y mientras ésta lamía mis testículos, apoyé el glande en el agujerito tentador de Gimena, abriendo sus nalgas con mis dedos…  En un acto reflejo hizo fuerza para mantener cerrado el lugar a profanar y esperé, apenas aflojó un poco su tensión, el glande ingresó junto a un poco más del cuerpo del miembro…

                                                  El grito no se hizo esperar y Caro apretó sus muslos para que su vagina lo amortiguara, otro empujón y sólo quedaron mis huevos afuera para que Caro se entretuviera lamiendo y mordisqueando…

  • “¡Ayyyy, por Dios, Virgen Santísima!, me partiste el culo, me lo rompiste, por favor no te muevas, Guille, por favor”…  Alcanzó a decir, moviendo su cabeza y con la voz un tanto ahogada por los muslos de la Doctora…  Yo empecé con los movimientos hasta hacerlos cada vez más violentos y abrió los muslos de Caro con las manos para girar la cara y decir casi gritando…
  • “Bien, mi macho, bien, más fuerte, destrózalo…  Me están dando los dos la cogida de mi vida…  Haceme sentir quien manda, meteme hasta los huevos adentro, destrózame, dame más, montame el culo como una yegua…  ¡Por Dios, que tremenda pija!...  Más, más, máááássssss”…

                                                  Tirarle fuerte del cabello hacia atrás y forzando la penetración hasta lo más profundo fue el detonante de un orgasmo que la dejó abatida, seguí dando un par de golpes profundos más y llené sus entrañas de leche, ya no podía moverse y salí despacio de su interior, me hice a un lado y acercándome a la cara de Caro, la besé profundamente, el estremecimiento de todo su cuerpo por ese beso y la mirada que me dedicó fue como el mejor de los orgasmos…  Luego Caro se incorporó, abrazó a Gimena y comenzó a besar su cara, sus labios y sus pechos haciéndola reaccionar con dulzura…  Gimena se abrazó fuerte a la Doctora poniendo su cara entre sus pechos y otra vez irrumpió en llanto…  la dejamos llorar y cuando se calmó nos dijo:…

  • “Ninguno de los dos se imagina lo que acaban de hacer por mí…  Es toda una montaña de sensaciones que te rebalsan y no se pueden explicar…  Me sentí cogida y bien cogida, experimentando dolores que derivan al placer y no perduran sólo como dolores, por primera vez me he sentido mujer, entendiendo y sintiendo eso de “hacerme el amor”, sin gritos, sin imposiciones, sin golpes violentos, gozando las penetraciones y entendiendo el sometimiento como una entrega consensuada, teniendo orgasmos, ¡Ohh, por Dios!, teniendo orgasmos, plena, cansada, satisfecha…  Gracias a ambos y desde ya sepan que tienen mi discreción asegurada, mi lealtad y mi entrega sin condiciones y sin exigencias cuando quieran”...
  • Tengo además otra condición, sólo conmigo o con otras si yo estoy de acuerdo, si querés “experimentar” con otros o “cortarte” sola, no contés con ninguno de nosotros…  Parece una imposición dura pero, es lo que hay…
  • “Guille, te juro por mi vida que, si mi marido apareciera ahora y quisiera tener relaciones, se la corto…  Nadie más va a usarme ni por nadie más me dejaré usar, salvo por ustedes, por supuesto, aunque esto no es “uso”…  El único problema que se me ocurre pensar es en como caminar mañana porque el placer que experimentó mi culito conlleva un “dolorcillo” que ni les cuento, jajaja”…

                                                  Yo pensaba que si “apareciera” ahora, hasta yo me hubiera asustado, me reí interiormente y noté que tanto a Caro como a mí, nos gustaba ese modo de pensar y reaccionar que demostraba Gimena…

  • Me alegro por ti y creo que nos alegramos, ahora descansá y sola, yo me llevó a Carolina porque me parece que todavía hay una conchita que necesita atenciones…

                                                  Nos despedimos con un beso y Caro se aferró a mi brazo para ir a dormir conmigo, bueno, lo de dormir fue relativo, estaba desatada y me hizo cumplir…

Continuará…

 

Si les gusta, por favor, valoren y comenten.  

 

Gracias.  

 

GUILLEOS 1

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Mi timidez y mis tías (27)

Mis primas de la capital (18)

Mi timidez y mis tías (26)

Mi timidez y mis tías (25)

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Mis primas de la capital (17)

Mitimidez y mis tías (17)

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Mis primas de la capital (16)

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Mi timidez y mis tías (13)

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Mis primas de la capital 14

Mi timidez y mis tías 11

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Mi timidez y mis tías 9

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Mi timidez y mis tías 7

Mi timidez y mis tías 6

Mi timidez y mis tías 5

Mi timidez y mis tías 4

Mi timidez y mis tías (3)

Mi timidez y mis tías 2

Mi timidez y mis tías 1

Mi coño conquistó New York. (2)

Mis primas de la capital (13)

Mi coño conquistó New York.Cuando decidí labrarme

Para un concierto lo mejor es un trío… o más (3)

Para un concierto lo mejor es un trío… o más (2)

Mis primas de la capital (11)

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Mellizos y gemelas, de gavilán a paloma.

Mis primas de la capitál (10)

Para un concierto lo mejor es un trío, o más.

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mis tetas decidieron mi destino por mí.

Entre mi padre y mi tía me quitaron mis complejos.

Mis primas de la capital (9)

Mis primas de la capital (8)

Ayudando a mi mamá

Mis primas de la capitál (7)

Mis primas de la capital (6)

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Mis primas de la capital (2)

Mis primas de la capital

Dos que valen por tres.

Al conocer mi adopción encontré la felicidad

El chat me ayudó con mi sobrina (Continuación 2)

El chat me ayudó con mi sobrina (continuación)

Mi gran desgracia mi polla Final

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Mi padre y mi tio tienen los mismos gustos

He tenido mas corridas que km. en mi carrera

Mi gran desgracia .. mi polla

Me casé con una miss

Me gusta ser chófer (TOMO II)

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Bienvenida mi jubilación

Tengo una familia atipica pero con mucha memoriT

Bienvenida mi jubilacion tomo 2

Mi primer viaje en avión

Desde el balnerario con amor

El chat me ayudo con mi sobrina