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El pacto. (13)

en Grandes Relatos

¡QUE CAGADA! - LA CENA - LA CLÍNICA.

                                                  La mañana del domingo era espectacular, me desperté a las 09.30 y Carolina ya no estaba a mí lado, me di una ducha y bajé a desayunar…  Los chicos habían salido a recorrer el campo en el cuatriciclo, Caro estaba ordenando el precario consultorio que había armado en la última habitación de la casa pegado casi a la puerta trasera, Fernando en su casa ordenaba los certificados de vacunación y lo referente a la documentación del ganado, todo lo cual debía ser entregado a Sol para proceder a archivar y en la cocina sólo se encontraba Ana María, la saludé y me dijo que me sentara, que enseguida me servía…  Me senté y cuando me sirvió el café con leche pasó deliberadamente sus nalgas por mi brazo…  Su hermoso y duro culo “encendió” rápidamente a “mi amigo”

  • “¿Qué te pasa Ana, andás buscando que te coja?...
  • “Si, Guillermo, necesito sentirte adentro…  Necesito sentir que me hacés gozar, aunque me uses o me hagas lo que quieras, es superior a mí…  Hablé de más, no supe guardar mi lugar, me enloquecí y me mandé una “cagada” grande, yo también  acepto cualquier castigo que quieras darme”…  -Era evidente que había hablado con Carolina y me di cuenta que mi enojo “explosivo” ya había pasado… 

                                                  Más de una vez me había “pasado de vueltas” con mis reacciones y no siempre hubo oportunidades o ganas para disculparme, no era de pedir disculpas, era parte de mi esencia y, sin dudas, los “deseos otorgados” habían potenciado esto, evidentemente era cuestión de aprender a “manejarlos” (fácil de decir, difícil de conseguir)

  • “Coger no sé si te voy a coger pero te voy a atorar la garganta a pijazos y llenártela de leche por “charlatana” y “calentona”…  ¿Por qué no hablaste primero conmigo?, hubiésemos hecho las cosas bien entre los tres y esto no habría pasado”…
  • “Es que no sabía cómo actuar, tenía vergüenza por sentir todo lo que sentía y temor a que lo tomaras a mal, con Fernando no podía hablar nada, sólo se pone arriba y se descarga, cada vez tengo menos ganas de cumplirle, con él no existe ni la mujer ni la hembra parece que paso a ser sólo un agujero y solamente uno porque de otras cosas no entiende”…
  • “Si pero… vos sabías como era la cosa, era cuestión de ir enseñándole de a poco para que no echaras todo a perder”…
  • “Sí, sí, lo sé y te lo entendí, es más, no dudes de cuanto lo quiero pero…  No sé explicarlo mejor, es que cuando la concha y el culo empiezan a “pedir” no hay razonamientos que valgan, me da mucha vergüenza decírtelo así…  Yo lo quiero pero ahora todo es muy difícil”…

                                                  Lo que ella me contaba era más “común” que lo que se podría creer y no es tema o potestad del hombre de campo, es potestad o producto de la ignorancia y, muy posiblemente de la falta de diálogo y entendimiento…  El ignorante “pela, emboca, se mueve, acaba” y “a otra cosa mariposa”…  Sólo se “descarga”, no tiene tiempo, no le interesa o no le da la cabeza para entender, “aprendió” así y así lo practica…  Como no sabe o no quiere y ni siquiera escucha para aprender, mal puede enseñar, para colmo define él los roles que le corresponde a cada parte de la pareja, si el hombre es “así”, la mujer también debe ser “así” y entre humanos, no suele ser tan simple.  Siempre existe en el otro una neurona que aspira a un poco más pero, no deja de existir una cierta “culpabilidad” porque en principio se aceptó todo y ahora “aguantar o agachar la cabeza” parece ser la única solución…  El resultado suele ser insatisfacción, peleas, discusiones, “cuernos”, depresiones, ¡ahh!, con el agravante que resulta de no entender que, con una o dos neuronas más aceleradas no se logra nada, porque la ignorancia primaria de los dos sigue existiendo…

                                                  Veía venir un problema enorme en un futuro inmediato que podría perjudicarme pero, como ya había decidido que los problemas debían solucionarse a medida que se presentaban y que era “al pedo” estar pensando en “que es lo que se haría” cuando ni siquiera habían “asomado”, sumado a esto que Ana María seguía estando muy bien, la iba a seguir cogiendo aunque con determinadas imposiciones, después se vería…

  • “Tengo ganas de atarte a la cama y dejarte el culo morado a sopapos u ocuparte la boca con la pija en la garganta para que no hables de más”…  Me causaba gracia escucharme, parecía un Dominante de juguete pero ella, subyugada por el “tengo ganas” no se percataba de nada, sólo entendía de deseos de estar conmigo a como diera lugar y como fuera…
  • “Sí, Guillermo, si, lo que vos quieras, dame algo”…

                                                  Le señalé mi habitación y le dije que tenía que arreglarla…  Entró y se quedó parada esperando, me iba a abrazar y la detuve con un gesto de la mano, luego con la misma mano acaricié una de sus tetas y pellizqué uno de sus pezones duros y prestos para el “combate”…  Me senté en la cama desabrochando mi cinturón y la miré, estaba pronta a saltar sobre mí pero se aguantaba esperando mis decisiones…

  • “Bajate los pantalones hasta los tobillos, quedate con el culo al aire apuntando a la puerta y chúpame la pija, atórate con ella, cogeme con la boca y sacame toda la leche”…
  • “Si “patroncito”, lo voy a dejar seco”

                                                  Realizó lo que le pedí en un parpadeo y se agachó a ensalivarme y chuparme el miembro con avances profundos y retrocesos por el ahogo y las arcadas…  Tomé su cabeza de los costados, con las dos manos, la mantuve con mi pija en la boca y la llamé con un grito a Carolina…  Ana María al escuchar mí grito endureció su cuerpo pero pronto se aflojó resignada…  Carolina entró apurada y se encontró con el hermoso culo de Ana mirándola en primer plano…  De inmediato, sus maravillosos ojos se encendieron llenos de lujuria…

  • “Metele los dedos por todos lados, tocala, acariciala pero NO LA BESES, está castigada y traé eso que está sobre el sillón”…  Supo enseguida que se trataba del rebenque…  A todo esto Ana, con la pija en su garganta, comenzó a entrar y salir de su boca baboseando toda mi pelvis y sus cuartos traseros entraron en un vaivén suave debido a los dedos de Caro…  El orgasmo la “asaltó” sin aviso y mojó la mano que Caro ocupaba en sus agujeros…
  • “Lubricá bien “eso”, metelo sin miedo porque después le espera otro destino”…

                                                  Asintió con la cabeza y Ana no podía ver pero su gemido con algo de dolor y satisfacción se dejó oír cuando el mango del rebenque penetró lentamente hasta el fondo de su vagina…  Carolina estaba a sus anchas ayudando a “su hombre” para cogerse a Ana María, una de sus manos, después de aflojar su short, se movía frenética en su entrepierna y se doblaba toda cuando los pequeños orgasmos le llegaban en oleadas, así y todo no aflojaba en su mete y saca con el “consolador improvisado” haciendo que Ana María se contorsionara y siguiera con su ritmo en mi boca pues yo no dejaba que disminuyera…

  • “Sacalo de ahí y ya sabés que hacer”…

                                                  La orden fue acatada de inmediato y el mango del rebenque se perdió en el estrecho aunque ya receptivo culo de Ana hasta que la mano de Caro, en el límite del madero, actuó de tope…  El movimiento desaforado de las ancas y el zapateo con una sola de sus piernas de Ana no detuvo a Caro y comenzó a salir para volver a entrar en un ritmo parejo y tranquilo pero constante…  Sacó la mano de su entrepierna y acarició el clítoris de Ana, ésta sólo podía mirarme forzando la cara con sus ojos abiertos, muy grandes, casi desorbitados y llorosos pero se notaba claro que no era dolor…  De pronto, el ritmo se emparejó y en esa calma, los tres acabamos abandonándonos…  Carolina se dejó caer de rodillas sin sacar el mango del culo de su amiga, Ana tragó todo lo que le eché en su garganta, la sacó de la boca y aferrando mis caderas con sus manos, ocultó su cabeza entre mis piernas estremeciéndose con su orgasmo, yo me dejé caer hacía atrás y quedé mirando el techo…  El primer trío compartido había sido muy bueno, tranquilo, sereno, con gusto a poco pero bueno…

                                                  Le di un beso a Caro y le dije que se fuera al consultorio, se arregló el short y se fue feliz luego de sacar despacio el mango del culo de Ana María, llevándolo a lavar…  Yo me incorporé y le pedí a Ana que mantuviera contento al marido, que se dejara de joder con buscar de aplacar sus “calenturas” con él, que sólo le cumpliera y que le enseñara algunas cosas, él era el marido, yo su “único y exclusivo macho” con el que podía gozar distinto, con Carolina o con quién fuera haríamos el resto para satisfacer sus necesidades recientemente “despiertas”.  Que podían ser ocasiones de dos o de a tres pero que serían satisfactorias, además, le “prohibí” que se guardara sus inquietudes, que hablara con los dos, que consultara, que nadie le cerraba las puertas pero que jamás se volviera a “cortar sola” o a fallarme porque no volvería a perdonarle nada…

  • “Sí mi “patroncito”, lo quiero mucho, no le fallaré y gracias por esto y por todo”…

                                                  La dejé arreglando la habitación, a todas luces satisfecha y me fui a bañar nuevamente en otra habitación…  Luego, ya bañado y cambiado, fui a verla a Carolina, la abracé y toqué sus nalgas mientras ella, con su cabeza apoyada en mi pecho levantaba su mirada “mimosa” para deleitarme con sus ojos bellos de color raro…  Me encantaba tenerla así…

  • “¿Estás bien?...  ¿Te gustó?”…
  • “Si mi Cielo, me hizo sentir muy bien que me hicieras partícipe y sabés que para todo podés contar conmigo”…

                                                  Me fui a tomar unos mates al frente de la casa y esperé a que volvieran mis hijos y mi nieta…  Los chicos no regresaban y Ana y Caro salieron para decirme que usarían un rato la pileta antes de ponerse con el almuerzo…  regresaron al poco tiempo luciendo sus cuerpos esculturales con el bikini y la malla enteriza y las seguí, quería continuar viéndolas, riendo entraron a la pileta por las escaleras anchas de material y se lanzaron al agua…  Caro nadó hacía la parte más profunda, Ana apenas se defendía con las brazadas y no la quiso seguir, parecían dos niñas disfrutando y regresé al frente con mis mates…  A poco de volverme a sentar se me acercó Fernando, traía una carpeta con un puñado de papeles para dejarme, diciendo que todo estaba en orden, que los traía por si quería revisarlos antes de dárselos a Sol…  Tomé la carpeta, la dejé a un lado y le señalé la silla del costado…

  • “Hoy es domingo hombre, descanse y tómese unos mates conmigo aunque le aviso que los tomo dulces”…
  • “No hay problemas, “para amarga está la vida” dicen y en una de esas es cierto”…  (Me cago en los “negativos)
  • “¿Qué le pasa Fernando, algún problema?...
  • “No, Guillermo no, bahh, algunos “tironeos” personales pero en el trabajo todo está bien”…

                                                  Se notaba que lo jodía la actitud de su esposa, que usara la pileta, la malla y las risas con la Doctora…

  • “Si me permite Fernando le voy a decir algo, yo soy un hombre “veterano” y por experiencias y vida estoy capacitado para los consejos, además, tengo cuatro matrimonios encima y algo sé de todo esto…  A usted se lo nota molesto por cómo se comporta su esposa y creo que se está equivocando…  Tiene a una mujer hermosa a su lado que lo quiere pero usted está demasiado acostumbrado a estar solo y siempre serio, eso, por un lado está bien pero por el otro lo lleva a que choque con otras formas de ser…

                                                  El hombre me escuchaba y buscaba sus argumentos para defender su posición pero se encontraba con su limitada capacidad y con el “patrón” de frente y, se quiera o no, eso suele “pesar”

  • “Puede ser pero, anda en malla, meta risas y debería estar haciendo otras cosas”…
  • “La cosa no es así Fernando, anda en malla porque vestida quedaría ridícula en la pileta, disfruta con otras personas porque es curiosa y más dada que usted, no hay nada pecaminoso en eso, no pierde el respeto con nadie y se sabe ganar su respeto sin necesidad de andar con cara de culo, es una persona decente…  Trabaja como la que más y es alguien en que se puede confiar, además, por lo que sé, es con usted con el que duerme no (lógicamente, lo “mío” no lo mencionaría)”… 
  • “A mí no me jode que hoy no barra el piso o que haga el almuerzo un poco más tarde, me basta con saber que si le pido que lo haga, deja todo y se pone a trabajar con ganas, sabe ocupar el lugar que le corresponde sin tomarse atribuciones que no le corresponden…  ¿Acaso pretende que los tenga “cagándolos a gritos” a los dos para apreciarlos más?...  Ganan bien, creo que están cómodos, adáptese un poco a los tiempos Fernando”…
  • “Me va a costar un poco, estoy hecho a la “vieja escuela””…
  • “No lo tome a mal, está hecho a una “escuela de mierda”, yo tengo una “escuela” más vieja que la suya y sé que cuando hay que trabajar, hay que trabajar y hay que hacerlo bien y cuando hay que aprovechar momentos de relax y de esparcimiento hay que aprovecharlos…  Siempre con el respeto por delante y sabiendo quien es quien, ni a mí ni a nadie de mi familia nos joden, ni “bola” a los de afuera “son de palo”, no me molestan ni me importan, mi gente es primordial y ahora, ¡déjese de joder! y váyase un rato al agua, yo le alcanzo uno de mis short de baño”…
  • “No, por ahora no, le “escapo” un poco al agua pero le prometo que voy a tratar de mirar todo con su óptica y no hacerme problemas “al pedo” que le dicen”…
  • “Así se habla, siempre se aprende algo, tómese otro mate”…

                                                  Se me hacía que no podía obligar a la esposa porque ésta, con las nuevas “experiencias” aprendidas, “se le paraba de manos” ante lo que le quisiera imponer y, de alguna forma, vino a buscar un aliado en el “patrón”, terminó saliéndole “el tiro por la culata”…  Ya veríamos que pasaba…  Se levantaba para irse y entró, con cuatro personas a bordo, una camioneta 4x4 dando vuelta al bosquecillo, Fernando miró mal y se le escapó un “¿qué querrá éste ahora?...  Rápido me dijo que era el dueño de “Los Nogales” y supe quienes serían sus pasajeros…  Le pedí a Fernando que se quedara sentado junto a mí… 

                                                  El tipo, como de unos 45 años, vestido como todo un estanciero de época, con pañuelo al cuello y botas de caña alta descendió y se acercó a nosotros seguido por mis “sobrinos políticos” y la que luego supe era la esposa…  Me paré para saludarlos con Fernando a mi lado.

  • “Buen día señor, mi nombre es Matías XXXX, soy el dueño de la Estancia “Los Nogales”, ella es mi esposa Gimena y, bueno, creo que a ellos dos, Mauro y Silvia, ya los conoce”…  Me extendió la mano que acepté…
  • “Encantado Matías, encantado Gimena, hola sobrinos, mi nombre es Guillermo, sin señor y soy el dueño de la Estancia “Tranquilidad”, el caballero a mi lado es Fernando y es el Encargado General de la Estancia”…  -No le dio la mano y me “hinchó las pelotas-, ¿cómo, no le va a dar la mano para saludarlo, pensé que eso se estilaba por aquí?...
  • “Sí, sí, claro, disculpe, me había quedado mirando la casa, es muy bonita”…  Habíamos empezado mal…

                                                  Zafó pero se vio obligado a saludar a Fernando que le aceptó la mano, orgulloso del reconocimiento que había recibido de mi parte…  Me dio que, por el gesto que hizo mirándolo y que yo sólo pude advertir, a la mujer del “fulano” no le había gustado su actitud altanera y, a todas luces, de mala educación…  Me parecía que me esperaba un domingo de “mierda”

  • “Tío, como no apareciste quisimos venir a saludarte”… -dijo mi sobrina besándome y tomándome del brazo-…
  • “Pasa que no salgo mucho, además me dio no sé que ir a comerme un chorizo “de arriba””…  Hacía tiempo que había aprendido que la ironía, bien utilizada, era una de las mejores formas de “dar palos”, aunque algunos no la entiende porque piensan siempre con una mentalidad “cortita”

                                                  Mi sobrina sólo se sonrió y mi sobrino no sabía dónde meterse ante la mirada interrogante de la pareja…  Para completarla y “ayudar” a las “babas” de los dos idiotas aparecieron en malla y bikini dos espectaculares mujeres a las que presenté…

  • “Ella es Ana María, Encargada General de la Estancia al igual que Fernando su marido, ambos son “asalariados” pero ella en el área específica de las casas y el personal doméstico y ella -señalando a Carolina-, es la Doctora Carolina, es mi médica personal, especialista en Clínica Médica y Neumonología y ahora Encargada de la atención médica para todo el personal de la Estancia”.

                                                  Les presenté a los recién llegados, haciéndole saber a Carolina que Silvia era Médica Clínica, lo que dio lugar a un diálogo entre ellas…

  • “¿Cómo fue que te viniste a enclaustrar en este lugar?...
  • “Es muy simple, puedo hacer los Cursos que quiera por Internet satelital, Guillermo nos trata a todos de maravilla, puedo ayudar a toda esta gente y a sus familiares con atención médica y remedios gratuitos de una farmacia muy bien surtida, tengo todos los equipos de primer nivel, disfruto cuando quiero, como ahora en la pileta, ando a caballo, camino, paseo, uso el gimnasio sin horarios determinados, me están haciendo una casa a mi gusto y cobro un sueldo limpio y en blanco que es cuatro veces más que el mayor sueldo de cualquier médico de la mejor Clínica en la ciudad, eso sin contar de otras posibilidades que van a surgir de aquí a dos o tres meses en el pueblo pero ese es un secreto, ¿qué más puedo pedir?”…  Los “caló” en el aire y les aplicó un golpe al hígado a todos…

                                                  Mis sobrinos estaban mudos mirando para todos lados tratando de descubrir más y Ana María los invitó con bebidas o refrescos mientras nos acomodábamos en los sillones del jardín debajo de una linda sombra…  El idiota “Estanciero” no tuvo mejor idea que ponerse a hablar de dinero…

  • “Por lo visto y lo que imagino ha invertido una buena plata aquí, esta Estancia no se vendía porque salía varios millones… de Dólares”…
  • “Es verdad, salió unos cuantos millones pero… los gustos hay que dárselos en vida y todavía falta invertir para que todo sea a “mi gusto” pero, plata y ganas hay así que no será problema”…
  • “Yo tengo una idea por el precio de mis campos pero esto debe haber salido un poco más porque son más del doble de hectáreas”…

                                                  Me “tiraba de la lengua” para que le dijera cuanto había pagado y lo iba a apabullar con otras cosas sin decirle en realidad cuanto había pagado…  Me “jodía” hablar de eso pero algunos sólo lo entienden de una manera…

  • “Pues bien, hágase a esa idea, aumente un 150% el precio de sus tierras y tendrá un valor muy aproximado…  Dólares más o Dólares menos no tienen tanta importancia, lo verdaderamente importante pasa por otro lado…  La casa-consultorio de Carolina tiene lo que le pida para la atención de cualquier paciente, ¿qué compramos Caro, porque yo no entiendo de eso?...
  • “Tenemos máquinas portátiles para Rayos X, computadoras para Espirometrías, tomógrafos computados, aparatos para Flebología, instrumental de todo tipo, electrocardiógrafos, tomógrafos cerebrales, no nos falta ningún accesorio y los remedios gratuitos que son muy importantes para toda esta gente”…  Saltó la Doctora-sobrina sorprendida…
  • “Pero, pero, hay muchas de esas cosas que no las tienen Clínicas u Hospitales”…
  • “Es verdad, muchos son carísimos pero Guillermo insistió en que yo tuviera lo mejor, hasta un servicio de urgencias para traslado contrató, me puso únicamente una limitación, sólo tengo que atender al personal de la Estancia y a sus familiares directos y/o alguna urgencia extrema de los trabajadores vecinos pero sin hacer visitas ni salir de la Estancia y para mí es fantástico”…

                                                  Yo notaba que Carolina se mordía para decirles de la Clínica gratuita en el pueblo pero se contenía y yo seguí con mi relato…

  • “Hay muchas cosas que se están haciendo y muchas más por hacer, tengo una filosofía, la plata la tengo y la uso, si ayudo, exijo, el que rinde y trabaja sin ocasionar problemas tiene beneficios, el que no me rinde, a la calle y para llevar a cabo lo que pretendo trato de darles lo mejor…  Por ejemplo: El personal viene al trabajo y se retira del mismo con una combi que los trae y los lleva hasta el pueblo…   La jornada es la común de cualquier trabajador, con una hora para comer pues se les da la comida…  Hay dos jardineros, una empleada administrativa y tres mujeres para cocinar y atender la casa…  Las mujeres viven los cinco días de la semana en una casa que antes era “de huéspedes” pero no la necesito, la casa tiene diez habitaciones y seis baños, la Doctora tendrá su casa, los Encargados tienen la suya y hoy están mis hijos y mi nieta pero cuando se vayan quedaré solo, posiblemente con mi mujer… (En mi interior lo comenzaba a dudar)…
  • “Si pero sigue gastando y no le generan beneficios”-intercedió el “estanciero sabelotodo”-…
  • “Puede ser, es una cuestión de mentalidad, yo no necesito los beneficios de la Estancia para vivir, de todos modos, algunos hay pero, con lo que me ingresa me alcanza para solventar todo o para viajar por el Mundo por dónde quiera y como quiera o para irme a pescar a Corrientes, vestir y comer bien y coches puedo manejar uno solo o dos, ¿para qué quiero más?, ya estoy “grande” para acaparar y empacharme de cosas”...

                                                  Me “fui de boca” y le di pié a mi sobrina para que preguntara…

  • “¿Cómo hiciste tanta plata tan rápido?, antes vivías bien pero “peleándola””…
  • “En principio, es legal y contestándole de paso a tu marido a su primer pregunta del viernes, “No estoy ni fugado ni escapando de nadie”…  Es tan simple que parece difícil, me levanté una mañana, compré por Internet un ticket de una lotería internacional de EE.UU y salí favorecido, gané una “ponchada” de “verdes” y me estoy dedicando a disfrutarlos, teniéndolos pero aplicando la misma mentalidad que si no los tuviera…  Tengo plata afuera y plata en el país y como le dije al Gerente del Banco, no me traiga ningún “negocio” porque no me interesa ni ganar más ni joder a nadie, por eso le puse “Tranquilidad” a la Estancia, porque es lo que busco alejado de los “pelotudismos” y las ostentaciones”…

                                                  Con eso cortaba la posibilidad que cualquiera de los dos me intentara sondear para “negociar” algo porque creía que por allí “venían los tiros” y lo entendieron porque se cruzaron sus miradas…

  • “¡Qué suerte tuviste!...
  • “Me “iluminaron”… -sonreí para mis adentros pensando en que hacían hincapié en el dinero y no sabía de mis otras infinitas posibilidades, algo que, por supuesto, no diría-…  También como esto es muy extenso, compraré más ganado y pondré “Puesteros” en los cuatro límites, el lunes empiezan con la construcción de los chalets, allí contrataré matrimonios sin hijos”…  La mujer del “Estanciero” me miraba sorprendida y lo miraba al marido como comparando…  No sólo los cuatro visitantes se asombraban con lo que yo contaba, los demás también porque no conocían en profundidad esto que salía a la luz…
  • “¡Ohh!, disculpen, soy un desconsiderado, ustedes vinieron a visitarnos y estoy hablando de plata, (no les dije que ellos habían preguntado pero lo asumieron) vengan que les hago conocer las instalaciones”…

                                                  Mi “sobrina” se colgó de mi brazo, Carolina se puso un pareo y nos acompañó, Ana María se quedó a recoger y Fernando se retiró a su casa luego de despedirse, en ese momento llegaban los chicos con mi nieta, saludaron a todos y se fueron a la pileta…  La “sobrina” que iba vestida con bermudas y una remera me apoyó “mimosa” las tetas por el brazo y me habló en voz baja…

  • “Cuando te fuiste el otro día me quedé pensando, no sabía si había escuchado bien”…
  • “¿Qué recordás haber escuchado, que tenía ganas de cogerte el culo?”…  -Me apretó fuerte el brazo y tuvo un estremecimiento-…
  • “¡Si tío, si!, escuché bien y no te imaginás las ganas que tuve desde ese día hasta ahora, quiero sentirte en mi culo, por favor buscá un lugar y metémelo, estoy desesperada, me estuve pajeando como loca estos días”…
  • “Pedí que querés ir al baño y yo te llevo al de mi habitación”… 

                                                  Mientras ella les decía a los demás que tenía unas ganas tremendas de ir a un baño “apartado”, le dije, en voz baja, a Carolina que los llevara atrás de los galpones lo más alejado posible, que tenía que “romper el culo” de una “interesada”

 

  • “¿Necesitás que te ayude?...
  • “No viciosa, luego te cuento”…  Se quedó riendo y sé fue con todos los demás a continuar haciendo de “cicerone”

                                                  Nosotros fuimos a mi habitación y mi sobrina no disimulaba sus ganas, me besaba, me tocaba, me acariciaba, refregaba sus tetas en mi pecho y me pedía que la penetrara rápido, que ya le era imposible aguantar…  En realidad yo la veía “fea” porque conocía de sus modos y actitudes pero era una muy linda mujer, linda cara, buena altura, piernas bien formadas, las tetas de una copa 90 no se veían para nada caídas, lo único que desentonaba un poco eran sus nalgas grandes aunque macizas y bien formadas, el conjunto no era en absoluto para despreciar y ella lo sabía…

  • “No te apures, tenemos un rato, antes chupámela un poco”…  Lo tomó en sus manos mirándome asombrada…
  • “Tío, eso no me va a entrar en el culo, ¿cómo hacemos?”...  Estaba claro que fue en lo primero que pensó porque éste era su “llamador” para “cazar”…
  • “Te va a entrar en todos lados, empezá con la boca y soltate el bermuda”…

                                                  Se bajó el pantalón junto con la ropa interior y se acuclilló frente a mi pija erguida…  A pesar de tener la boca bastante grande, su fama de “puta” fue un fiasco, me rozaba con los dientes y no pasaba de la mitad, eso sí, gemía y se movía como si estuviera gozando y mi experiencia me decía que era todo pantomima…

  • “No me raspes con los dientes y dejame a mí”… -le dije tomando su cara con las dos manos-.  Casi vomita cuando toqué su garganta y le pedí que se tranquilizara respirando por la nariz, con dos o tres intentos comenzó a mover su cabeza sola y ya los gemidos eran de otro tenor…  Salí de su boca y le pedí que se apoyara en el borde la cama, no quería perder tiempo con arrumacos ni besitos, yo pretendía “perforarla” y ella quería gozar con ello...
  • “Tratá de estar callada y no gimas fuerte porque nos pueden escuchar”…

                                                  Le decía así y pasaba el glande por toda su vagina y por el agujerito, no tan fruncido, de su ano…  Su culo entre mis manos se veía más grande, debía ser un “paso obligado” de sus amantes y seguramente lo utilizaba seguido, ignoré la celulitis que en poco tiempo se haría más que incipiente y omití comparaciones porque no saldría para nada beneficiada…

  • “Sobrina, te voy a coger de tal manera que cada vez que algún otro entre por cualquiera de tus agujeros pensarás que es una “cagada” de macho”…  Asintió con la cabeza y esperó…

                                                  Diciéndole eso y, haciendo más fuerza que lo acostumbrado, penetré su vagina de un sólo envión y mi pelvis chocó contra sus nalgas sin llegar al tope final de la misma…  Se notó que  aguantó para no gritar por la introducción en su conducto extrañamente estrecho y de inmediato comenzó a moverse y a gozar las entradas y salidas…  No sabía llevar el ritmo, su movimientos era desacompasado y no perdí la erección porque podía controlarla como parte de mis “habilidades adquiridas”, entonces le pedí que no se moviera que sólo gozara recibiéndome…  Así estuvo mejor y mi ritmo se aceleró hasta que tuvo un orgasmo mordiendo las sábanas y apretándome fuerte… 

                                                  Seguí a mi ritmo pero ahora jugando con los dedos pulgares en su ano que dilataba rápido y bien…  Cuando noté que tendría otro orgasmo, saqué mi miembro y apoyé mi glande en su ano, no le di tiempo a pensar, el ¡Uffffff! se escuchó claro cuando entré sin detenerme y no aguantó sin hablar llorisqueando…

  • “Me duele mucho tío, sacalo, sacalo, sentí que me rajabas, lo desvirgaste de nuevo”…
  • “Aguantá sobrina, vos aceptaste que te lo rompieras, ya lo hice, ahora goza y no pienses en otra cosa, bastantes te habrás “comido” ya”…  Yo también había notado cierta resistencia que rompí al forzar el paso pero no me importó…
  • “Si pero nunca con una pija como la tuya, ahora seguí no pares que por ahí me encanta”…

                                                  Me lo pedía ayudando a la penetración con sus propios movimientos de retroceso…  Claro que seguí y no aflojé mi ritmo hasta que tuvo otro orgasmo, lo que me llevó a aminorar un poco mis embestidas…  Cuando aflojó un poco su tensión momentánea seguí hasta recuperar nuevamente mi cadencia, entraba y salía, entraba y salía aferrándome de su cintura y sus caderas…  Seguramente nunca la habían cogido con tanta intensidad y en su tercer orgasmo, no bien se aflojó, esto coincidió con una profunda estocada y una copiosa acabada en lo más profundo de su recto… De resultas de ello, la “cagó” o, para ser más preciso, literalmente “se cagó”, la leche actuó como una enema y la pija como un émbolo, lo que ocasionó que despidiera a presión un chorro de mierda y leche que empapó mi pelvis, ensuciando mis piernas, lógicamente mi miembro, los huevos junto con el pantalón que tenía enrollado en mis tobillos y la alfombra, la remera zafó porque la tenía levantada a la altura de mis tetillas…

                                                  A ella no le fue mejor, toda la raya de su culo, sus piernas, su pantalón y su ropa interior estaba chorreada y manchada, el olor era insoportable y mi risa se tornó imparable, las lágrimas me caían cuando ella salió disparada, gritando y llorando de vergüenza hacia el baño…  Me limpié como pude con una toalla húmeda en el baño de otra habitación, luego me cambié el pantalón por otro del mismo color y aún llorando por la risa me fui a buscarlos a todos los demás…  Al llegar les dije que mientras esperaba a Silvia en el Comedor le fui a preguntar si necesitaba algo y me pidió que le consiguiera alguna ropa porque había ensuciado la de ella, que por eso tardaba tanto…  Luego que Carolina entrara a la habitación tapándose la nariz y le alcanzara un pantalón amplio de bambula que le quedó muy ajustado, pidieron disculpas y la pareja y mis “sobrinos” huyeron despavoridos…

                                                  Yo entré a sentarme en un sillón del living, recordaba y me reía casi gritando, no podía parar de lagrimear y Carolina se sentó a mi lado para que le contara pero no podía, cada vez que intentaba decir algo la risa surgía y se volvió contagiosa, ella sabía y tampoco pudo contenerse, pensando en la mancha de mierda de la alfombra y acorde a lo que le había dicho de “romper un culo” cuando me aparté del grupo…  Se daba una cabal idea de lo que había pasado y también reía y lloraba sin parar…  Vino Ana María que estaba en la cocina para servir el almuerzo y hasta los chicos que escucharon las risas desde la pileta…  Carolina, a media voz, les dijo que vieran en la habitación principal, que mi “sobrina” se había descompuesto y ella le tuvo que prestar ropa…

                                                  Se fueron los cuatro y cuando regresaron, mi nieta la completó…  “¡ABU, HAY UN OLOR A CACA TREMENDO EN TU PIEZA!...  ¡ALGUIEN SE HIZO CACA EN TU ALFOMBRA!”...  Ya la risa desenfrenada fue de todos…  Eran casi las tres de la tarde, todos los demás almorzaron informalmente al costado de la pileta, Carolina y yo no pudimos hacerlo, teníamos el estómago revuelto porque no lográbamos parar de reír…  La mínima mirada o cualquier comentario era suficiente para volver a reír y a llorar…  En cuanto tosí un poco Carolina aprovechó para mandarme a dormir la siesta aduciendo que podría ahogarme y me vino fantástico como excusa…

                                                  Dormí hasta las 18.00, (en otra habitación, por supuesto, Ana había lavado y desinfectado todo sin parar de reír pero allí no podría “pegar un ojo”) cuando me levanté, recién salían de la pileta, Fernando inclusive y eso me puso bien…  Almorcé merendando y luego los llamé a todos, una vez reunidos en derredor de la mesa le dije que había algo que tenían que saber…  Todos me miraron con atención y me lancé…

  • “Como hoy ha sido un domingo espectacular he decido hacer algo y quiero que todos me acompañen…  Ana hoy no hay cena para nadie en la casa, nos vamos todos a cenar al Restaurant del Club Social o a algún otro, que nos sirvan a nosotros y si quieren jugaremos unas partidas de pool…  Yo invito, ¿qué les parece la idea?”...

                                                  Todos estuvieron de acuerdo y ya se juntaron las dos mujeres para saber cómo se vestirían…

  • “¿A qué hora nos vamos y en qué vamos?”… -preguntó Gonzalo-…
  • “Fernando y Ana María en la camioneta más chica y nosotros vamos todos en mi camioneta…  Si salimos a las 20.00 encontraremos lugar y cenaremos tranquilos…  Fernando, ¿estará bien a esa hora?...  Me dijo que le parecía que sí, que el grueso de la gente solía llegar un poco más tarde…  Se lo notaba un tanto reticente para salir de “su” lugar…
  • “Guillermo, ¿Vamos a dejar esto solo?”…
  • “Si hombre, ¿quién se va a llevar lo que no es de uno?, salí a disfrutar con tu mujer y no me pongas “peros””…

                                                  No me dijo más nada y fueron a cambiarse…  La primera en aparecer fue Carolina, estaba deslumbrante, maquillada sutilmente con un toque de brillo en los labios, el cabello suelto cayendo como cascada enmarcando la belleza de su rostro y ojos violetas que encandilaban, tacos altos y un vestido de tirantes de tonos rosados combinado con algo de rojo y negro que llegaba hasta la mitad de sus muslos dejando a la vista la mitad de sus perfectas piernas…  Entallado hasta la cintura dejaba adivinar la perfección y dureza de sus erguidos pechos, la planicie de su estómago, de su vientre y lo estrecho de su cintura…  Las nalgas, seguramente con tanga porque no se notaba ropa interior, parecían elevadas y no podrían pasar nunca desapercibidas…

  • “No puedo hablar, cualquier cosa que diga resultaría insignificante ante tanta belleza”…
  • “Tonto”… -dijo sonrojándose orgullosa-…

                                                  La llegada de Ana María también fue impactante, también de tacos altos, blusa amarilla clara con unos bolados cruzados que aguantaban la presión de sus pechos firmes y pantalón de jeans elastizado de color negro resaltaban un culo perfecto…  La cabellera negra suelta también destacaba su rostro junto a sus bellos ojos claros finamente delineados…

  • “Estás muy hermosa Ana María y no te puedo decir ningún piropo porque Fernando los debe haber agotado todos, te felicito por la mujer tan bella que tenés Fernando”…

                                                  Se le caían las “babas” y no contestó nada…  Mi nieta también se había “producido”, su cabello rubio, bien cepillado por Carolina hacía su rostro más agradable y bello aún, donde resaltaban sus ojos verdes…  Su vestido con bolados de una boutique exclusiva para niños era una exquisitez en color crema con una cinta más oscura que partía de su cintura y descendía a lo largo del vestido…  Cuando se dejó ver pedí un aplauso…

  • “Un aplauso para la más linda de la noche, mi nieta Moira”…
  • “Gracias Abu, sabía que te darías cuenta”…

                                                  Los varones vestíamos bien pero informales, los más chicos jeans y remeras, los mayores pantalón de vestir y camisa y después de la contestación de mi nieta nos fuimos todos a las camionetas riendo…  La llegada al restaurant del Club Social fue apoteótica…  Primero entraron mis dos hijos y mi nieta, las dos mujeres entraron juntas y Carolina más “canchera” que Ana María, la entretuvo en la puerta arreglando no sé qué cosas del cabello de Ana y cuando los chicos estaban a mitad de salón, la tomó del brazo e ingresaron completamente, Caro hablando al oído de Ana haciéndose la desentendida pero tenía perfecto dominio de todo el entorno…  Se pararon los relojes y todas las cabezas se giraron a verlas por unos instantes… 

                                                  Previendo lo que iba a hacer también retuve un poco a Fernando preguntando dónde nos convendría más sentarnos, no podía contestarme, no sabía pero eso no me importaba, quería observar cómo se desenvolvía Carolina y me encantó…  La independencia y el don de algunas mujeres para moverse acorde a los lugares, me fascinaba…  Maître no había pero uno de los mozos se acercó raudo a las dos mujeres y Caro le pidió que nos ubicara a los siete en una mesa no tan cercana a la entrada, recién allí se percató que estábamos todos juntos…  Yo ocupé la cabecera con vista a la entrada del Restaurant y ella, luego de dar toda la vuelta a la mesa para preguntarle algo a Ana, volvió sobre sus pasos y se sentó a mi derecha, mi nieta a mi izquierda, luego Ana y Fernando al lado de la nena y Lucas y Gonzalo al lado de Caro…  Yo la miré a Caro riéndome…

 

  • “¿Ya está?, ¿ya te mostraste?, ¿habrán quedado conforme o todavía tienen que ir al baño?”...
  • “¡Guilleeee, sos terrible!, no se te escapa una”…
  • “Soy “viejo” Cielo, acordate siempre que soy un “viejito experimentado”, aunque debo reconocer que nunca me senté a cenar con una mujer tan hermosa”…
  • “Mejor no te contesto”…  Nos reímos ambos…

                                                  Para beber pedimos champán seco que resultó de muy buena marca y exquisito, gaseosas para la nena y acompañamos con una entrada de quesos variados, uno más rico que el otro y jamón de jabalí y de ciervo y también jamón serrano en fetas y en cuadraditos para mondar, tostadas caseras tibias con paté de foie…  Me extrañó ese tipo de “entradas” para un Club Social pero levantando la vista me percaté que los comensales eran los “pudientes” y “fifí” del pueblo, Comerciantes, Hacendados o Políticos…  No les di mayor importancia y seguí degustando los quesos y los jamones, amén de deleitarme con la cara de sorpresa de los “Encargados” cuando les decíamos sobre los quesos que estaban probando y de que animales provenía el jamón que comían, no lo podían creer, lo mismo que tomar ese champán…  Carolina se reía y le decía a Ana que tuviera cuidado, que era muy rico y no se sentía pero las burbujas te “pegaban” fuerte…

                                                  La entrada fue muy abundante y riquísima, esperamos un rato para pedir el plato principal y buscamos en la carta que elegir, para la nena fue una milanesa con jamón y queso y con guarnición de, según ella, papas “redonditas”, los chicos pidieron un “Besugo a la crema” porque tenían ganas de comer pescado y los cuatro más grandes pedimos “Sushi”…  Ana María dijo que había oído nombrar ese plato y Caro dijo que lo conocía pero nunca lo había probado, le habían comentado que era muy rico y alguna vez había que probarlo y que hoy era esa vez…

  • “No sé que será pero, definitivamente, nos salimos de los ravioles, los fideos, el pollo y la carne”… -dijo Ana-…
  • “Son comidas raras”… -agregó Fernando-.
  • “Lo probamos, si no nos gusta, cambiamos, hoy es noche de festejos”…

                                                   El pedido nos lo vino a tomar el dueño de la concesión del Restaurant, un hombre de unos 50 años, elegante, amable, más que educado y simpático, evidentemente capacitado para la atención y las RR.PP…. Se presentó con el nombre de Francois o Francisco, si nos quedaba más cómodo, nos dijo riendo…  No nos preguntó los nombres, nos dio la bienvenida y nos dijo que estaba a nuestra disposición…  Cuando dijo que “estaba a nuestra disposición” noté que “se le cayó una pluma”, además se había dirigido más a mí y a Fernando que a las mujeres, yo lo saludé francamente con un apretón de manos diciéndole que mi nombre era Guillermo, al retirarse Carolina me comentó que era un gusto tratar con gente educada y elegante, Ana María estuvo de acuerdo con ella, Gonzalo, con mucha “noche” encima sólo se sonrió…

  • “Los de su condición, en su mayoría son muy educados y elegantes”… -le contesté-…
  • “¡No jodás Guille!, no me vas a decir que…”…  Gonzalo la miró y le dijo…
  • “Ay, Caro, Caro”… y siguió sonriendo…  Ana María no entendía nada, Fernando menos…
  • “Cuanto mundo me falta recorrer, ya me “comí” un “paquete” y no aprendo”… -nos dijo Carolina sonriendo-…

                                                  Nos trajeron los platos pedidos y el vino que esta vez fue blanco, el Sushi estaba exquisito y a Ana María le encantó la salsa, los ingredientes y el pescado…  Carolina, que lo probó un tanto reticente y como para experimentar porque sabía lo que era, también se lo devoró…

  • “Nunca he comido algo tan rico, la salsa, lo que tenía de guarniciones, el pescado en sí, habría que tener una receta para hacerlo en casa”… -expresó Ana contenta con lo que había degustado-…
  • “¿Te gustó?, ¿te pareció exquisito? Y vos Fernando, ¿lo disfrutaste?”…
  • “La verdad que si, nunca había probado nada parecido y eso que he comido cada bicho en el campo”…
  • “Carolina, contales lo que comimos y cuyo secreto está en el preparado de la salsa”…
  • “Yo también tenía un poco de “no sé qué” pero alguna vez tenía que probarlo…  El Sushi es pescado crudo”…  Lo tomaron muy bien y la risa fue general…

                                                  Mis hijos no pudieron terminar de comer el pescado y la nena sólo comió un cuarto de milanesa, fue todo muy abundante, el postre fue helado para todos que Ana María y Fernando repitieron cambiando los gustos…  Al momento del café, se acercó a saludarnos Gimena, la esposa del dueño o dueña de la Estancia “Los Nogales”, Matías, el marido nos saludó desde otra mesa con la mano, estaba con amigos “del palo” cenando…  Gimena no hizo ninguna mención a lo acontecido en la mañana, ni siquiera nombró a mis “sobrinos”, de seguro el marido los había sacado de raje de la Estancia, la “cagada” de mi sobrina los había hecho quedar mal…

                                                  Estaba muy bien vestida, tenía un físico menudo pero muy agradable y parecía que alejada del idiota de su marido era más dada y simpática…  En síntesis, nos contó que se reunían con un grupo de “señoras” del pueblo y estaban tratando de organizar un evento (Bingo o Kermesse, no daba para más) para juntar fondos a fin de destinarlos a la compra de vacunas o multi-vacunas para todos los chicos del pueblo, dado que la Municipalidad carecía de fondos o no se los habían bajado del Ministerio de Salud y en la Salita no había existencias (si le habían mandado los fondos, de seguro, ya se los habrían robado)…  Eran aproximadamente unas 2.000 dosis de vacunas y pedían la ayuda de todos los vecinos… 

                                                  La hice “corta” porque me calentaba pensando que los “pelotudos miserables” de sus maridos, poniendo un poco cada uno, podrían haber juntado lo necesario o más y no me iba a poner a discutir eso…

  • “Mirá Gimena, a mí los eventos sociales no me “cuadran” pero todo lo que tenga que ver con Salud lo maneja Carolina, te digo más, incluso de los eventos sociales puede ocuparse ella, si le queda tiempo, por ella y en mi representación, así que conmigo no cuentes…  Lo que si te puedo decir es que, si ella quiere, mañana puede averiguar el precio de esas vacunas que se necesitan y se vería de cómo proveerlas pero, esto es decisión pura y exclusiva de Carolina”…
  • “¿Vos se lo permitirías desde tu punto de vista de patrón?, porque hay que reconocer que sos muy estricto para algunas cosas”…
  • “Acá no me queda más remedio que aclararte algo, lo mio es estricto en todo lo que respecta a trabajo y a cumplimiento y no soy “patrón” de nadie, a lo sumo “empleador amistoso” y en esta no me queda otra, hablaste delante de ella y si le digo que no, me vuelve loco, arréglenlo entre ustedes”…

                                                  Carolina estaba en el aire, si tenía que ayudar a alguien por el tema de Salud, se desesperaba en favor del necesitado…  En el acto se pusieron de acuerdo para que Gimena se pasara por la Estancia a las diez de la mañana con los requerimientos…  Lo único que le pedí es que tratara de no decir nada, que no tenía problemas en que dijera que yo lo iba a pensar y no le había dado ninguna respuesta…  Estuvo de acuerdo y volvió a su mesa después de saludar…

                                                  Al momento de abonar la cuenta, saqué la tarjeta y se la di al mozo, la miró extrañado y se la llevó al dueño, éste apenas la vió me hizo una señal con el pulgar levantado y luego me la trajo personalmente con la factura, no firmé nada y daba por descontado que más de uno de los que vivían aparentando se enteraría de lo que esa tarjeta significaba…  Saludamos con la mano a todos y a la salida Carolina se colgó de mi brazo y dijo que estaba “pipona” de comer y beber, estábamos todos iguales y subimos a la camioneta, ya no iríamos al pool…  Apenas nos sentamos, puse la camioneta en marcha y me acordé, le dije a Carolina que yo le sacaría el sopor…  Me miró extrañado y los chicos y ella se miraron…

  • “Abrí la guantera y sacá un manojo de llaves que hay ahí, tenela en la mano que son de “TU” Clínica, vamos a ver la casa”…

                                                  Mis hijos no entendían nada, no sabían de cuando Caro se puso a llorar porque no habían estado en la conversación con Pedro y la familia…  Ella les explicó y terminó lagrimeando, balbuceando y a punto del llanto, Fernando y Ana nos seguían…  Hicimos cuatro cuadras y la casa estaba en la esquina de la plaza o parque público como le dice en algunos lados, estacionamos, bajamos y Carolina abrió la puerta con mano temblorosa…  La casa era grande y antigua, tenía siete habitaciones y cinco de ellas eran de 5 x 5 metros, lo que daba lugar a divisiones para consultorios y dos baños, junto a dependencias, los techos estaban bien pero serían bajados, toda la cerámica de los pisos sería puesta a nuevo y recubiertas la mayoría de las paredes con algo similar…  Salvo la Sala de Espera y atención al público, la oficina administrativa y el despacho de la Dirección, quedarían unas nueve habitaciones chicas más para consultorios, Sala de Rayos X y Tomógrafo, sin olvidar el vestuario para el personal, además tenía jardín adelante y a los costados y un fondo de terreno de más de 30 metros…  Lugar había de sobra, incluso para construir una pequeña Sala de Internación de tres o cuatro camas…

                                                  La futura Directora estaba enloquecida, hacía planes imaginarios para ubicar tal o cual cosa y corría de una habitación a la otra llorando y riendo acompañada de Ana María y Moira…  Mis hijos y Fernando me felicitaron por la compra y por la idea que beneficiaría a todo el pueblo y se me ocurrió que la Clínica podría llamarse con el nombre de mi nieta…  “Cartón lleno” mis hijos me abrazaron emocionados y todos aceptaron la idea sin discusiones y con gran algarabía, hasta la nena, que por el momento no entendía nada…

                                                  Salimos para la Estancia y Carolina que parecía que le habían dado cuerda, hablaba sin parar, le explicaba a mis hijos todo lo que significa para ella haber aceptado el trabajo que le ofrecí, les decía que, lo que para muchos era “enquistarse” en un lugar y no crecer en la profesión para ella era todo lo contrario, había hecho realidad su sueño de Consultorio propio con el máximo nivel tecnológico y el mejor instrumental, algo que a la mayoría de los Médicos les resulta difícil de acceder y gracias a la tecnología de Internet podía tener acceso al Curso de Actualización que quisiera o a Video Conferencias y para más, el sumun de sus sueños a punto de hacerse realidad, una Clínica último modelo de atención gratuita para todo un pueblo y, seguramente, en un futuro, pueblos aledaños, sin contar que ninguno de los pacientes tendría inconvenientes para acceder a los medicamentos que se les entregarían ya que contábamos con la ventaja que en la localidad no había Farmacia, apenas un dispensario municipal y no se perjudicaría a nadie…

                                                  Les contaba que, a pesar de entender todo, todavía estaba “en el aire” y que de contar esto entre sus colegas jóvenes, tendría una larga fila de aspirantes para cubrir los puestos necesarios, ya que había muchos profesionales con ganas de brindarse a la gente sin pasar por las “picadoras de carne” que eran las Clínicas Privadas o los Hospitales Públicos…  Menos mal que llegamos a casa porque no nos dejó meter una palabra a ninguno de los tres…  Cuando llegamos y antes de entrar en la casa, Fernando y Ana María se despidieron y me agradecieron la noche encantadora que habían pasado, les corté un poco los halagos…  Su deslumbramiento era lógico, no conocían nada fuera de los límites de la Estancia…  Les dije que se dejaran de “pavadas” que ellos se lo merecían y se fueron contentos y abrazados para su casa, creo que hoy les tocaba seguir “festejando”…  Mis hijos se despidieron rápido, mi nieta estaba dormida en brazos de su padre y yo me quedé solo con Carolina en la cocina para tomar un último café…

                                                  Caro me miraba sin decir nada mientras preparaba el café pero por sus ojos pasaban todos sus pensamientos y sentimientos…   Al momento de tomar el café me tomaba de la mano y sólo me decía:…

  • “¡Gracias, Guille, gracias!”…  Y se notaba que tenía miles de cosas más por decir…
  • “Tanto lío por un bisturí más o menos”…
  • “No seas malo, lo tuyo es mucho más profundo que mantener contenta a una “minita” que se encama con vos y muchos tipos con dinero no lo harían así tuvieran a Miss Mundo con ellos…  Lo tuyo es verdadero sentimiento por el otro, das vida, esperanzas y a mí en particular, un placer enorme en todo, incluso en la cama porque has sabido descubrir a una mujer que se desespera por tenerte a su lado sin imposiciones, lo mismo le pasa a Ana María y ni siquiera tuviste que intentar “levantarnos””…

                                                  Hice una pausa pensando en eso que me dijo del “levante”…  Sabía lo que era, lo había intentado muchas veces antes, unas ganancioso y otras totalmente derrotado, eran “reglas de juego” normales…  Implicaba invitar a la dama en cuestión y esperar que aceptara salir contigo, gastar en tomar algo o llevarla a un espectáculo o a cenar haciendo ostentaciones, piropos, “mimos” en sus oídos, algún regalito, esperando llevársela a la cama y, como ellas tienen la última palabra, quedabas expuesto a una negativa que te amargaba bastante y te desparramaba el ego…  Ahora, ni lo pensaba, era una idiotez y una pérdida de tiempo inútil, verdaderamente, desde mi perspectiva, propia de inútiles quizá incapaces, yo, con dos palabras lograba que no se resistieran a ninguna de mis “atenciones” y se volcaban rápidamente a lo sexual y sin pruritos, hasta me daba el gusto de elegir sólo a las que más me gustaban, tampoco era una compulsión propia de “babosos” o “calentones”, no vivía obsesionado con “embocarla” a cualquier hora en concha o culo que anduviera dando vueltas, primaba sólo lo que yo deseaba… 

                                                  Quedaba claro que a nadie le podía explicar sobre el “Pacto” pero si pudiera hacerlo, cualquiera con dos dedos de frente entendería que el “levante” o tratar de convencer a una dama con subterfugios remanidos era una tremenda idiotez…  Además, la edad no contaba, era un “viejito engañador”, seguiría musculado y con “tabla”, atractivo, con excelente recuperación, con aguante a como se me antojara, con una sola o con diez, mejor que uno o varios de 20 y seguiría igual hasta los 90 años, la estupidez de mirarme como un “viejito” no contaba para mí, se desvanecía al decir dos palabras, hasta Carolina que, en principio no lo entendía, se dedicó a gozar y no a buscarle vueltas al tema, eso sí, análisis de por medio que le permití sonriendo porque nadie sabría nunca que el Diablo me bancaba…  Luego de esto que se me cruzó por la mente, seguí prestando atención a lo que me decía…

  • “Me parece mucho halago, no si se lo merezco porque también tengo mis “locuras””…
  • “Está bien, desde ya te aclaro que las acepto todas y no te digo más nada pero, para completar la noche feliz que me diste te quiero pedir otro favor”…
  • “Dale, pedí, hoy estoy en “dador””…
  • “Dejame dormir esta noche con vos, no importa si no hacemos nada, quiero darme el gusto de dormir abrazada a “mí hombre””…

                                                  Nos fuimos los dos a mi habitación y mentiría si digo que no hicimos nada, ver cuando me miraba, soltaba los breteles del vestido y lo deslizaba por su cuerpo hasta quedar parada erguida sobre sus tacos y vestida solamente con una tanga diminuta, hizo que se “aceleraran” todas mis neuronas…  No hubo gritos ni escándalos, sólo besos, caricias, dulzura, gemidos apagados y satisfacción plena, me “regaló” sus mejores e íntimos orgasmos en una entrega de amor y complicidad, recién nos dormimos como a las 3 de la madrugada…

Continuará…

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Gracias.   GUILLEOS 1

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El divorcio de mis padres me hizo feliz

Viaje de un jubilado a La Argentina (39)

Viaje de un jubilado a La Argentina (38)

Viaje de un jubilado a La Argentina (37)

Viaje de un jubilado a La Argentina (36)

Viaje de un jubilado a La Argentina (35)

Viaje de un jubilado a La Argentina (34) completo

Viaje de un jubilado a La Argentina (34)

Una Nochebuena especial

Viaje de un jubilado a La Argentina (33)

Viaje de un jubilado a La Argentina (32)

Viaje de un jubilado a La Argentina (31)

Viaje de un jubilado a La Argentina (30)

Viaje de un jubilado a La Argentina (29)

Viaje de un jubilado a La Argentina (28)

La conversión de mi hijo Eduardo

Viaje de un jubilado a La Argentina (27)

Viaje de un jubilado a La Argentina (26)

Viaje de un jubilado a La Argentina (24)

Viaje de un jubilado a La Argentina (25)

Viaje de un jubilado a La Argentina (22)

Viaje de un jubilado a La Argentina (23)

Viaje de un jubilado a La Argentina (21)

Viaje de un jubilado a La Argentina (19)

Viaje de un jubilado a La Argentina (20)

Viaje de un jubilado a La Argentina (17)

Viaje de un jubilado a La Argentina (18)

Viaje de un jubilado a La Argentina (16)

Viaje de un jubilado a La Argentina (14)

Viaje de un jubilado a La Argentina (15)

Viaje de un jubilado a La Argentina (13)

Viaje de un jubilado a La Argentina (12)

Viaje de un jubilado a La Argentina (11)

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Viaje de un jubilado a La Argentina (6)

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Viaje de un jubilado a La Argentina (4)

Viaje de un jubilado a Argentina (3)

Viaje de un jubilado a Argentina (2)

Viaje de un jubilado a Argentina (1)

Mis primas de la capital (30) y FINAL

Mis primas de la capital (29)

Mis primas de la capital (28)

Mi timidez y mis tías (50) y FINAL

Mi timidez y mis tías (49)

Mi timidez y mis tías (48)

Mi timidez y mis tías (47)

Mis primas de la capital (27)Estaba muy agradecido

Mi timidez y mis tías (46)

Mis primas de la capital (26)

Mis primas de la capital (25)

Mi timidez y mis tías (45)

Mis primas de la capital (24)

Mi timidez y mis tías (44)

Mi timidez y mis tías (43)

Mis primas de la capital (23)

Mis primas de la capital (22)

Mi timidez y mis tías (42)

El tío Culebra me quitó el miedo a los reptiles 1

El tío culebra me quitó el miedo. (2)

Mi timidez y mis tías (41)

Mis primas de la capital (21)

Un jubilado en el cine

Mi timidez y mis tías (40)

Mis primas de la capital (20)

Un pastor en el camino de Santiago

Mis primas de la capital (19)

Mi timidez y mis tías (39)

Memorias de un abuelo (2)

Mi timidez y mis tías (38)

Memorias de un abuelo (1)

Mi timidez y mis tías (37)

Mi timidez y mis tías (36)

Mi timidez y mis tías (35)

Mi timidez y mis tías (349

Mis timidez y mis tías (33)

Mi timidez y mis tías (32)

Mi timidez y mis tías (31)

Mi timidez y mis tías (30)

Mi timidez y mis tías (29)

Mi timidez y mis tías (28)

Mi timidez y mis tías (27)

Mis primas de la capital (18)

Mi timidez y mis tías (26)

Mi timidez y mis tías (25)

Mi timidez y mis tías (24)

Mi timidez y mis tías (23)

Mi timidez y mis tías (22)

Mi timidez y mis tías (21)

Mi timidez y mis tías (20)

Mi timidez y mis tías (19)

Mi timidez y mis tías (18)

Mis primas de la capital (17)

Mitimidez y mis tías (17)

Mi timidez y mis tías (16)

Mis primas de la capital (16)

Mi timidez y mis tías (15)

Mis primas de la capital (15)

Mi timidez y mis tías (14)

Mis primas de la capital (15)

Mi timidez y mis tías (13)

Mi timidez y mis tías 12

Mis primas de la capital 14

Mi timidez y mis tías 11

Mi timidez y mis tías 10

Mi timidez y mis tías 9

Mi timidez y mis tías 8

Mi timidez y mis tías 7

Mi timidez y mis tías 6

Mi timidez y mis tías 5

Mi timidez y mis tías 4

Mi timidez y mis tías (3)

Mi timidez y mis tías 2

Mi timidez y mis tías 1

Mi coño conquistó New York. (2)

Mis primas de la capital (13)

Mi coño conquistó New York.Cuando decidí labrarme

Para un concierto lo mejor es un trío… o más (3)

Para un concierto lo mejor es un trío… o más (2)

Mis primas de la capital (11)

Mis primas de la capital (12)

Mellizos y gemelas, de gavilán a paloma.

Mis primas de la capitál (10)

Para un concierto lo mejor es un trío, o más.

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mis tetas decidieron mi destino por mí.

Entre mi padre y mi tía me quitaron mis complejos.

Mis primas de la capital (9)

Mis primas de la capital (8)

Ayudando a mi mamá

Mis primas de la capitál (7)

Mis primas de la capital (6)

Mis primas de la capital (4)

Mis primas de la capital (5)

Mis primas de la capital (3)

Mis primas de la capital (2)

Mis primas de la capital

Dos que valen por tres.

Al conocer mi adopción encontré la felicidad

El chat me ayudó con mi sobrina (Continuación 2)

El chat me ayudó con mi sobrina (continuación)

Mi gran desgracia mi polla Final

Mi gran desgracia mi polla continuación

Mi padre y mi tio tienen los mismos gustos

He tenido mas corridas que km. en mi carrera

Mi gran desgracia .. mi polla

Me casé con una miss

Me gusta ser chófer (TOMO II)

Me gusta ser chófer (TOMO I)

Bienvenida mi jubilación

Tengo una familia atipica pero con mucha memoriT

Bienvenida mi jubilacion tomo 2

Mi primer viaje en avión

Desde el balnerario con amor

El chat me ayudo con mi sobrina