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El pacto. (26).

en Grandes Relatos

                                     LAS VISITAS - “PAGO” DE “YAPA” -

                                                  Me desperté con todas las ínfulas que una cariñosa Carolina y su hermoso culo se encargaron de aplacar…  Me contó que había arreglado con Gabriela para que le contara a Emilia y a la Doctora que yo le había conseguido primero un trabajo muy bien pago y luego nos habíamos “juntado”, que yo había ganado unos Pesos y me había comprado una casa en el campo y que juntos, con mi sustento, pensábamos poner una Clínica en el pueblo…  Gabriela sabía que era una Estancia pero no tenía idea de las dimensiones ni tampoco del consultorio construido ni de la enorme casa en si…  Estaba claro que les quería dar una sorpresa y no me pareció mal, de ser una Doctora empleada en la Fundación que se “mataba” corriendo de un lado al otro para subsistir con su Título, pasaba a mostrase ahora como “LA” señora de la casa y “LA” Directora de una Clínica gratuita para beneficio de muchos…

                                                  Aunque no lo necesitaba porque no era de mostrarse así, no me molestaba que quisiera hacer notar lo que tenía, lo único que le pedí, a pesar que de ella no lo esperaba, era que no se “agrandara” por sus mejores posibilidades y que les recordara a las chicas cual era el trato aquí, nadie era menos ni nadie le “servía” a nadie…  Me contestó que eso lo diera por descontado pues ella era la primera en llevarlo a cabo…  Luego de desayunar, se despidió y se fue a buscar a sus amigas…

                                                  Me quedé un rato haciendo bromas con Ana María, Sol y las chicas y lo mandé a buscar a Fernando para ir a delimitar los potreros y las extensiones que tendrían los campos de los Puesteros, era para tener una idea en el sitio, lo demás correría por cuenta de Agrimensores que tratarían de otorgarles una extensión pareja a cada puesto…  Lucas venía con las nenas a desayunar y les pregunté si querían acompañarme para ver las casitas nuevas…  Estuvieron encantadas y se subieron rápido a la camioneta para disfrutar del campo y los animales que pastaban así como de terneros que jugaban…  Las casitas les encantaron pero…  Cynthia me miró seria y dijo…

  • “No son casitas Abu, son casas grandes para personas”…

                                                  Nos causó gracia y Lucas les iba explicando para que eran y quienes vivirían allí…  En la primera casa a la que fuimos, terminada por completo con paredes, pisos y techos, nos encontramos con gente de la construcción trabajando, construían un piletón enorme redondo de unos ocho metros de diámetro por un metro de profundidad que serviría de abrevadero para el ganado y, ¿por qué no? de piscina.  Había también dos camionetas con equipos de perforaciones que se ocupaban de llevar los equipos necesarios, ya que eran dos perforaciones por casa, por detrás de ésta otros hombres estaban terminando de hacer un pozo séptico, sólo faltaba hacer el tendido eléctrico y de eso se ocuparía el equipo de Electricistas que habían colocado las columnas del frente, el gas se proveería con el mismo sistema que el que funcionaba en la casa grande pero con depósitos más chicos y al aire libre…

                                                  Los corrales, algunos de ellos techados, acorde a lo que indicaba Fernando se comenzarían a construir a la brevedad…  Habíamos decidido que, salvado el tema de la construcción de las casas propiamente dichas se procedería a realizar todo lo demás una por una, es decir, una vez terminado todo en una, recién se empezaría por la otra…  Lucas miraba y escuchaba todo con interés, seguramente pensando en lo que tendría que hacer si se daba lo del campo que habitaría…

                                                  Después de ver un par de casas más regresamos para la casa grande, ya era la hora del almuerzo y seguramente Carolina ya habría regresado de buscar a sus invitadas…  Efectivamente la camioneta ya estaba allí y cuando le pregunté a Rosalía por Caro, me dijo que andaban con Ana María y las otras tres chicas por el lado del Consultorio, las dos nenas salieron corriendo para encontrar a su “Abu joven” y Lucas y yo nos sentamos bajo el alero principal para picar un poco de fiambre y de queso, “ayudados” con un aperitivo…

                                                  Le conté a Lucas de dónde conocía yo a Gabriela y a Emilia, como se conocían con Caro y que la tercera chica que venía con ellas era una Doctora venezolana que tenía que revalidar el Título y se quedaría a trabajar en la Clínica del pueblo…

  • Sólo espero que no se me aparezca con un “aparato”, gordita y de “pelos duros”…
  • “Dale “viejo”, no discrimines, no te tenía haciendo esas “diferencias”…
  • No hijo, no la discrimino para nada pero… rompería la armonía del equipo que tengo, jajaja…

                                                  Los gritos de las nenas llamándonos cortaron nuestras risas y nos paramos para verlas acercarse…  ¡Madre mía!, ¡qué bellezas de mujeres!...  Emilia, si se quiere, la más “veterana” de las tres, de remera, shorcitos cortos y sandalias estaba espectacular y se te caían las “babas” al verla pero, con las otras dos no había palabras para definirlas…  Yo sabía que Gabriela era un monumento de mujer, muy similar a Carolina y así se lo había comentado a Lucas pero Belinda, que así se llamaba la venezolana, era un monumento y medio…

                                                  Morocha de piel cetrina clara, alta de casi 1,75 metros, rostro aniñado que escondía ojos negros plenos de picardías, labios tentadores, el cabello que caía suelto en ondas hasta debajo de sus hombros, enfundada en una remera de las que dejan “respirar al ombligo” dejaba adivinar unas tetas espectaculares de muy buen porte, una cintura fina y unas caderas y un culo que fluctuaba entre las medidas del de Ana María y Rosalía, posiblemente con la misma dureza…

  • “Bueno “viejo” ahí tenés a tu “aparato”, gordita de pelos duros, esta chica rompió la armonía del equipo sin ninguna duda, jajaja…  Si me da bola me caso y me voy rápido de luna de miel dejándote a las nenas, jajaja”…

                                                  Cuando llegaron a nuestro lado el abrazo de Gabriela y Emilia no se hizo esperar ante las miradas socarronas de Carolina y Ana María, luego vinieron las presentaciones de Belinda y de Lucas, ninguno de los dos se privó de abrazarla y darles la bienvenida…  Emilia fue la prime-ra en hablar…

  • “¡Miralo vos al “viejito” pícaro que nos decía piropos!, muy de calladito, primero nos salva el trabajo a todas desde el anonimato, después nos “roba” a una de nuestras mejores médicas y la mete en su habitación y para completarla me invitan a pasar unos días en una “quintita de fin de semana” y me encuentro con todas estas sorpresas de casas, campos, animales, consultorios ultramodernos y Clínica gratuita, sin contar el harem de hermosas mujeres que tu mujer te consiente, nietas, un hijo que es un bombón, camionetas nuevas, ropa de lo mejor, la salud muy mejorada, ¿habrá más sorpresas?”…
  • Siempre hay más sorpresas pero cuando Gabriela traiga a la Emilia calladita y modosita que conocí en la Fundación, les cuento…
  • “Esa se “murió” Guille, “alguien” me hizo comprender todo el tiempo que había perdido y, fuera de broma, te felicito de corazón, un tipo como vos se merece esto y más…  Me gustaría saber si todavía existe “alguna” que te trate mal y no te quiera atender”…

                                                  Allí saltó Gabriela colgándose de mi brazo…

  • “¡Qué mala que sos!, aunque me voy a pasar toda la vida reprochándome eso, ya pedí disculpas y las seguiré pidiendo el tiempo que él quiera”…
  • Que ni se te ocurra, hay que aprovechar todo el tiempo posible para ser feliz y aprender de las malas para no repetirlas…  Vamos a “picar” algo antes de comer y en esta semana no me hablen de régimen de comidas, de última, la fanática de la gimnasia y los aparatos tiene allí atrás un gimnasio montado para no perder la línea…

                                                  Conversaciones de unas cosas y de otras hicieron que se nos pasara el tiempo muy rápido, las chicas montaron la mesa en el lugar en que estábamos y sirvieron el almuerzo, lógicamente, nos las dejé hacer “rancho aparte”, se sentaron a comer con nosotros aunque eran las que se levantaban a servirnos…  El tono de voz, educado y parsimonioso de la chica venezolana nos cautivó a todos y nos contó algunas cosas de ella, de su familia y de su país…

  • “Tengo que agradecer mucho la posibilidad que me da Carolina y Gabriela y claro está, la suya, no cualquiera puede venir a hospedarse en una finca de esta naturaleza y con todas estas atenciones, no se disguste señor pero usted no es el típico “patrón de finca”, las chicas que trabajan para usted se sientan en la misma mesa, comen la misma comida, hasta en el trato se notan distintas, son todas hermosas y a ninguna parece que se le falta el respeto, parecen más familia que otra cosa, algo me explicó Carolina pero hay que estar adentro para entenderlo”…
  • Jajajaja, lo que sucede es que nunca fui ni quiero ser un “patrón” y vas a tener que acostumbrarte, tampoco soy “señor”, yo soy Guillermo o Guille, si te es más fácil…  No parecen, son “familia” y adultos que conocen su lugar y el mío, además, desde ya te aclaro que la más “jodida” de todas es la Directora de la Clínica y yo ahí no me meto…
  • “Pierdan cuidado, a veces no me encuentro con los modismos o las costumbres pero en mi trabajo aspiro siempre a ser lo mejor y no me incomoda demostrarlo”…

                                                  En este punto Carolina atendió el teléfono y mirándonos a todos nos dijo…

  • “Chicas, lo lamento pero me acaba de informar Gracia, que trabaja en la Clínica y es la mamá de nuestra querida Sol que está llegando el camión de los medicamentos y el camión de la empresa de suministros médicos para dejarnos varias de las máquinas que pedimos, me tengo que ir, amor, ¿necesitás a Sol para algo más? -le dije que no-, entonces la llevo yo, Belinda vení conmigo y te muestro todo, ¿alguna de ustedes viene?...

                                                  Gabriela se levantó para irse con ella y Emilia declinó la invitación alegando que estaba cansada…  “Si terminamos temprano nos venimos para la pileta”…  Se fueron en la camioneta y Lucas, las nenas y las chicas se fueron a tomar sol o a nadar, yo me quedé con Emilia…  Enseguida comenzó a descargarse…

  • “Me quise quedar un rato con vos porque quiero disculparme, -me hizo una seña con la mano- no, dejame hablar…  Primero me enojé porque pensé que me habías dejado colgada y te necesitaba, después lo recapacité, supe más cosas y entendí pero lo tuyo me sirvió para ponerme a observar lo que me rodeaba y allí descubrí que mi marido, al que siempre le había sido fiel, me engañaba con una amiga, lo peor es que mi hija lo sabía y yo era la estúpida de la película…  Con mi hija, más o menos, recompuse las relaciones pero con él inicié los trámites de divorcio, estuve un tiempo mal y pienso que, como vos dijiste hace un rato, hay que preocuparse por ser feliz y mirar hacia adelante y en eso estoy, surgió esto y me vine volando aunque no quiero que creas que es para molestarte”…

                                                  Mientras me hablaba yo pensaba en sexo, estaba seguro que Caro, Gabi y yo estaríamos juntos, además eso ya me lo había dicho Carolina y dudaba en hacer partícipe a Emilia porque no sabía cómo podía reaccionar pero… la libido casi desatada me decía que podía intentarlo, de última, que se entendieran con Gabriela, sexo no le iba a faltar y me decidí a probar…

  • De verdad, lamento mucho que hayas tenido que pasar por todos esos sinsabores y es mejor que así haya sido, es preferible eso a vivir engañada, eso por un lado, por el otro también es una lástima porque yo “tengo ganas” de volver a probar tu culito y debés tener el ánimo por el piso…
  • “Guille, mi cielo, eso no lo tenés que preguntar, ardo en deseos de que me revientes el culo o que me hagas lo que quieras, ¿cómo podemos hacer?, ya me estoy desesperando”…
  • Andá para tu habitación y esperame ahí, yo voy enseguida, primero me tengo que asegurar que estén cada uno en sus cosas…

                                                  Salió casi disparada hacia la casa-consultorio…  No bien dio la vuelta a la casa, fui para la pileta y la llamé a Ana María…

  • Ana, en unos diez o quince minutos agarrá un juego de sábanas y andá para la casa-consultorio, antes pasá por mi placard y agarrá uno de los “juguetitos” que más te gusten, te espero, si alguien pregunta, me fui a dormir la siesta y Ana, con cariño…

                                                  A la morocha le brillaron los ojos claros y no se hacía problemas porque Fernando dormía su acostumbrada siesta…  Cuando entré en la casa, Emilia me llamó desde una de las habitaciones, estaba completamente desnuda extendida en el medio de la cama…  Su mirada no podía disimular la lujuria que la asaltaba…

 

  • “Estoy dispuesta a lo que quieras y ahora en una cama, hace lo que quieras pero haceme feliz”…

                                                  Décimas de segundos me bastaron para desnudarme y aunque no me dijo nada, su mirada se dirigió a mi miembro erecto y abrió grande sus ojos…  Me arrojé a su lado y devoré su boca como le gustaba a la par que acariciaba con mis manos sus tetas firmes, luego se las besé y mordí sus pezones notando que sus gemidos no disminuían, buscaba con su pelvis y piernas que mi miembro se alojara entre medio de sus piernas pero yo no la dejaba lograr lo que quería…  Descendí con besos y lamidas mientras jugaba con mis dedos en su clítoris y labios, sólo me bastó penetrarla suavemente con uno para que el primer orgasmo con un grito contenido se dejara oír…

  • “Metela Guille, cogeme, te necesito cogeme, partime al medio que estás más grande y no me importa”…
  • No mi cielo, todavía no, me debés algo… 

                                                  Diciendo esto me coloqué en 69 y me apliqué a besar y lamer su vagina tratando de penetrar con mi lengua y acariciar con la misma su interior…  No le pedí nada, mi pija cerca de su boca fue suficiente y me sorprendió que su nariz tocara mis huevos en la primera entrada, luego se tomó fuerte de mis piernas y comenzó a entrar y salir con fuerza y ganas…  Yo no perdí tiempo y dos de mis dedos penetraron hondo en su vagina mientras otros dos entraban en su culo…  Me apretaba los dedos orgasmando, gimiendo y haciendo desaparecer mi miembro en su boca…

                                                  Si la dejaba seguir me iba a hacer acabar así y yo quería hacerla gozar lo más que pudiera…  Me salí de ella y cuando vi a Ana espiando, desnuda, parada en el marco de la puerta con una mano en su entrepierna, le pedí a Emilia que me montara mirándome…  Lo hizo sin dudar y acomodó el glande en su vagina para bajar despacio, sufriendo la penetración y gozándola, sus gemidos y el grito de “partime la concha” no dejaban lugar a dudas, después comenzó a moverse como si fuera una coctelera y la atraje hacia mí para chupar sus tetas…  Sus orgasmos se hicieron cortos y multiplicados, daba gusto escucharla gozar…

  • Emi, estás gozando tanto que lo único que me faltaría para darte vuelta a orgasmos es a otra persona que te coma el culo como sé que te gusta…
  • “Traeme a quien sea, esta felicidad es sublimeeeeeeee”…

                                                  La lengua de Ana María tratando de penetrar su culo y las manos en sus nalgas estrujándolas le produjo un orgasmo intenso que no se privó de gritar…  Ella se giró a mirar…

  • “Ana, ¡qué hija de puta!, esta no se las perdono, ahora sí o sí me revientan…  Borrame el culito con la lengua Ana, ayudame a gozar, no me esperaba este placer, perdoname Guille, estoy desatada, necesito otra pija más, meté los dedos Ana, abrime el culo con los dedos”…
  • “Esto es mejor”… -dijo Ana- y comenzó a penetrarla despacio con uno de los consoladores…

                                                  No la podíamos tener, se movía desesperada, insultaba y agitaba sus brazos irguiéndose para prácticamente sentarse sobre los dos falos…  Ana acabó con una mano entre sus piernas y Emilia gritó como desaforada y quedó tirada sobre mí…  Salimos despacio y la corrimos, lo que fue aprovechado por Ana para penetrarse sola y moverse como sólo ella sabía hacer…  Cuando notó que estaba por terminar, me gritó…

  • “No acabes Guille, metémela en el culo”…

                                                  En cuatro, cruzada sobre el cuerpo de Emilia que nos miraba, la ensarté en el culo y seguí moviéndome, con sorpresa noté que mis bolas pegaban en la cabeza de Emilia que se había amorrado a la vagina y al clítoris de Ana mientras ésta le metía tres dedos en la vagina…  El orgasmo fue de los tres casi a la vez y nos apartamos para recuperarnos…  Emilia se empezó a reír y tenía mi miembro aferrado con una de sus manos…

  • “Con vos siempre es algo nuevo Guille, hice realidad una fantasía que siempre me rondó en la cabeza, me hicieron gozar como nunca pero, explíquenme por favor como es esto”…  Ana se me adelantó…
  • “Es muy simple, todas somos de él y creo que digo todas sin equivocarme aunque nadie habla…  Todas nos respetamos y lo respetamos a él por sobre todas las cosas…  Su lema es, “Cuando yo quiera, como yo quiera y con quien yo quiera”, nadie hace nada sin su permiso, nadie cuenta nada ni entre nosotras y como todas lo amamos, lo aceptamos…  Ninguna busca nada afuera, salvo en mi caso que ya tenía a mi marido pero él no sabe nada”…

                                                  Emilia se quedó pensando y yo me imaginaba que era con respecto a “que pito tocaba” Caro en todo esto…

  • ¿Y con Carolina, qué pasa con ella?...
  • “Él la eligió como su mujer y la queremos y respetamos como amiga y como su mujer”…
  • “¿Pe, pe, pero ella sabe?...
  • “Te lo repito, TODAS lo amamos y lo respetamos más allá de lo que nadie comprendería…  Él está para todas en lo que fuere y nosotras estamos para él cuando lo quiera…  Más sencillo imposible”…
  • “¿Y si alguna dice algo?...
  • “Todas diríamos que está loca, además somos grandes Emilia, ¿quién es capaz de renunciar a que te traten como una verdadera mujer?”.
  • “Yo seguro que no porque me hizo descubrir cosas que me ayudaron en muchas otras más…  Por mí, quédense tranquilos, es demasiado goce y placer para arruinarlo con idioteces de criatura, aunque siempre me va a quedar ese “gustito a poco”…  Guille, esto se poniendo durísimo pero antes que me rompas el culo y te aseguro que de aquí no me voy hasta que lo hagas, decime, ¿qué pasó con Gabriela?, se alejó de cualquier admirador y comenzó a hablar maravillas de vos, ¿acaso ella también…?”…
  • Después de que nosotros estuvimos juntos en la Fundación, me hizo una escena para vernos y tuve que salir con ella, llevarla a un hotel y calmarle todas las ñañas de pendeja “creída”…  Ana me miró sonriendo…
  • “A vos te dicen el tonto para elegir mujeres, ¿no?”…
  • Tanto que a la primera que elegí aquí fue a vos…

                                                  La reacción lógica en la Ana María que conocía, no se hizo esperar, se lanzó sobre mí para comerme la boca y de inmediato Emilia hizo lo mismo…  “Mi amigo” estaba totalmente encabritado, Emilia lo había soltado y Ana se lo metió en la boca mientras Emi se sentaba en mi cara y hacía girar a la morocha para meterle dedos en su culo y vagina…  Así penetrada se movía con ganas y tuvo un orgasmo que, extrañamente, no gritó, retiró el falo de su boca y se dirigió a Emilia…

  • “Prepará el culito que ya te lo tengo listo”…

                                                  Aquella no perdió tiempo y se puso a cuatro patas, yo ya había ensalivado el lugar, apoyé el glande en el agujerito y forcé la entrada deslizando todo el tronco hasta topar con las nalgas de la penetrada…  Ella resoplaba y aguantaba por eso la dejé que se amoldara, apenas comenzó a moverse, me moví entrando, saliendo y aumentando el ritmo ante sus gritos, dolores y gemidos de placer, Ana desde abajo chupaba las tetas de Emi y hacía que esta chupara una de las suyas manteniendo la cabeza apretada contra su teta e imaginando lo que venía… 

                                                  Mis movimientos se hicieron fuertes y más apresurados hasta que no pudo más y comenzó a acabar con un grito que Ana trataba de acallar con su teta en la boca…  El último empujón fue como para perforarla y le llené las tripas…  Allí no quiso más y se desplomó encima de Ana quien la abrazó acariciando con una mano su espalda transpirada, luego levantó su mejilla y la besó con dulzura varias veces hasta que los besos dulces se convirtieron en apasionados, al segundo beso Ana se apartó y me llamó, le tiré un besó y le dije que siguieran que ya me iba a bañar, “¿puedo?”, fue lo único que Ana me preguntó y Emilia se dio perfecta cuenta de cómo era la cosa…

                                                  Cuando salí del baño el enredo era tremendo, consolador, dedos, bocas, lenguas y cuerpos sudados mantenían sobre la cama una “batalla amistosa” plagada de grititos y gemidos…  Ana me miró y le hice señas tocando el reloj y que me iba a dormir la siesta…  Me desentendí y me fui a la hamaca…  Al despertar fui para el lado de la pileta y Ana le ponía crema bronceadora a las nenas, la miré y me hizo una seña con el pulgar hacia abajo, alguien había quedado rendido…  Me puse a tomar mate y luego de unos cuantos vibró mí teléfono…

  • “Hola amor, disculpame, esto es un lío de remedios y máquinas, el camión de los remedios se retrasó y llegó hace un rato, los dejo amontonados y nos vamos para allí…  Belinda atendió a una señora y es un amor para tratar, además se conoce el vademécum nuestro de pe a pa…  Me gustó, Gracia también se quedó con nosotras”…
  • ¿Cómo médica o alguna otra cosa?, te tardaste bastante para llamar…
  • “Sólo como médica y ya sé y estaba preocupadísima, es que charlando y “chusmeando” se me pasó la hora”…
  • Está bien, no te apures y manejá despacio, besos, te quiero…

                                                  Le tuve que cortar porque los “te amo”, te quiero”, “te adoro”, “te necesito”, sin importarle que alguna escuchara, me atosigaron…  Llegaron cerca de las 19.30 y se pusieron a tomar algo en las cercanías de la pileta pero no se cambiaron…  Belinda estaba maravillada del pueblo y de la Clínica…

  • “Me hace acordar tanto a mi pueblito de origen, si mi mamá y mi hermana lo vieran se enamoraban de él”…
  • “Vivías en un pueblo así de chiquito” -preguntó Gabriela-…
  • “Sí, muy parecido, hasta los 16 años, luego me fui a la capital a casa de una tía, hermana de mi papá, era la única manera de poder seguir la carrera…  De la capital, en cuanto pude con el Título abajo del brazo, me vine para acá, ya estaban muy feas las cosas allí…  Cuando hoy miraba las cosas de la Clínica me daban ganas de llorar, no sé imaginan ustedes cuanta gente hay en mi país que haría cualquier cosa por una caja de esos medicamentos”…

 

                                                  Carolina fijó sus ojos en los míos, le conocía esa mirada, había un ruego implícito en ella…  La ignoré y seguí conversando con Belinda, preguntándole por su familia, por su madre, hermana o padre…

  • “Mi mamá trabaja en casa de gente más pudiente y tiene 45 años, mi hermana tiene 22 y ayuda a mi mamá en esos quehaceres y mi papá era conductor de camiones y falleció en un accidente el año pasado…  No la están pasando bien y por eso me urgía encontrar un trabajo pronto, necesito ayudarlas mandando algo todos los meses…  Gracias a Dios nuestros padres nos dieron una educación estricta y ninguna de las dos salió “torcida”.  Mi hermana y mi mamá son un poco más bajas pero somos las tres muy parecidas, mi papá era grande, medía como dos metros…

                                                  Las confidencias la estaban haciendo “aflojar” y decidí cambiar la conversación…  Ana y las chicas se fueron a hacer la cena, las nenas a bañarse, Gabi a ver como estaba Emilia que seguía dormida y quedamos Caro, Lucas y yo escuchando…

  • Contame como es la historia de tu Título o reválida…
  • “Yo tengo todas las materias aprobadas y revalidadas en la Facultad de Medicina Argentina, incluso hice la residencia en hospitales, el problema es con una materia en la que me exigen seis meses de residencia sin goce de sueldo, yo no puedo hacer eso porque necesito generar un ingreso, eso se lo expliqué al que se niega a firmar la reválida pero es muy intransigente”…
  • “Amor, yo no entiendo eso de la residencia, yo esa materia la cursé sin residencia y nadie me exigió nada, tampoco a ninguno de mis compañeros médicos”…

                                                  Mirando el “lomo” de la venezolana y escuchando lo que me decía Carolina, imaginé enseguida cuáles serían esas exigencias, Lucas también, su mirada fue muy significativa…

  • Belinda no tengo idea de cuánto te habrá dicho Caro de mí pero quiero que tengas claro una cosa, odio que me mientan y odio que me den vueltas para decirme las cosas o me las oculten…  A las personas les doy sólo una oportunidad para que me cuenten si me mienten o me “disfrazan” lo que me cuentan, se acabaron las oportunidades…  Esto es así, te puedo ayudar mucho o te dejo ir con una mano atrás y otra adelante…  ¿Me entendiste hasta acá?…
  • “Perfectamente señ… Guillermo pero, no sé porque lo dice no soy persona de mentir”…
  • Bien, mejor así, ¿qué te pidió ese tipo para darte aprobada la reválida?…
  • “Qué saliera con él unas cuantas noches y que me iba a presentar unos amigos…  En otras palabras que me acostara con él y con varios amigos”…
  • ¿Los conocés a los amigos?…
  • “No, nunca accedí ni siquiera a salir con él, es un asqueroso y es indigno acceder a lo que me pide, yo estudié y me sacrifiqué mucho para obtener el Título de Médica y no lo voy a tirar “al barro” por un tipo como ese”…
  • Carolina, ¿te interesa Belinda como Médica?, quiero una respuesta ya…
  • “Si mi vida, le voy a dar el trabajo”…

                                                  La chica no me estaba mintiendo, para ella acceder a ese pedido era prostituirse aparte del miedo a no saber en qué podía caer, además, me daba por pensar que el tipo ya lo habría hecho varias veces, vaya uno a saber cuántas porque cuando una decía que no, había varias que podían decir que si…  Mientras pensaba me comenzaba a corroer esa rabia sorda que tenía un solo destino, siempre malo para el “beneficiado”

  • ¿Qué papel te tiene que firmar este tipo para darte por aprobada la materia?…
  • “Ahora se lo traigo”…

                                                  Contestó, se levantó para darle las gracias a Caro con un abrazo y salió corriendo a buscarlo…

  • “¿Qué crees que es amor?”...
  • Esto es “trata” y lo están haciendo con las estudiantes que vienen de otros países, las obligan por necesidad a convertirse en Escort de lujo o “gatos”…  Tengo que averiguar un poco más y hablarlo con José para ver si puede darme una mano, ustedes ni abran la boca…  Belinda llegó corriendo con un papel en la mano…
  • “Este es el papel que me tiene que firmar, yo presentó este papel firmado en la Facultad y pagando un arancel me otorgan el Título habilitante, este hombre se llama “fulano de tal” y tiene un cargo importante en la Salud Nacional en la parte de Titulaciones o algo así”…

                                                  Miré el papel que tenía un detalle de todas las materias con reválida, las calificaciones eran espectaculares y faltaba rellenar el casillero de una sola…

  • Bien y esto es para vos sola, dejame este papel que luego voy a hablar con un Ministro amigo y veremos que se puede hacer, además, y ¡ojo con esto!, no te aseguro nada…  ¿Qué posibilidades hay para que tu madre y tu hermana se vengan a vivir a La Argentina?...
  • “¡Ayyy, por Cristo!, yo creo que si eso fuera posible dejan todo y se vienen caminando para empezar de cero en lo que sea, ustedes no tienen idea lo que viven allá pero, es imposible, ahora piden pasaportes y cuestan como 20 mil dólares cada uno, es un dinero muy importante en cualquier lado, para ellas y muchos compatriotas es como querer cruzar el océano a nado sin descansar y sin salvavidas, no se puede pensar en eso”…
  • Vos no pienses nada y dejame pensar a mí, anotá en un papel y bien legible los nombres completos, completos, que no se olvide ninguno, de tu hermana y tu madre, los números de documentos que imagino los tendrás y la dirección en que viven, paraje, pueblo y código postal, dame todo eso y veremos qué podemos hacer…

                                                  No había forma de hacerla parar de llorar, el trabajo otorgado con un buen sueldo asegurado más la posibilidad de sacarlas a la madre y a la hermana de la miseria y las necesidades que pasaban pudieron más que ella…  Carolina la abrazaba y Lucas le sostenía las manos, en eso se acercaron Ana María, Gabriela y Emilia y cuando estaba dejando de llorar, se preocuparon por saber que le pasaba y le preguntaron…  ¡Para qué!, otra vez el llanto como descocida…  Yo me levanté para ir a la cocina y le hice señas a Lucas para que me acompañara…

  • ¿Te va una madre y una hija venezolana para que te atienda la casa en el campo y a vos y a tus nenas?...
  • “Si son como Belinda me interesan y mucho, esa gente es muy respetuosa y se les nota la Educación mamada desde la familia, además, si dice que son iguales a ella, no, no quiero ni pensar”…
  • Si me decís que si, procedo con el pedido, yo no las quiero tan cerca dando vueltas para el “cotorreo” familiar, por el sueldo ni te calentés, se los pago yo, la decisión es tuya…
  • “Bueno, dale “viejo”, de todos modos les voy a poner los puntos de entrada como hacés vos y no creo que vaya a tener problemas…  De última te las mando para acá, jajaja”…
  • Lo de “poner los puntos” vas a tener que aprender a manejarlo bien, sin autoritarismo y con autoridad, contá siempre hasta diez, ahora tu nivel es otro completamente distinto pero no tenés que refregárselo a nadie en la cara, cualquier cosa me consultás antes y te digo como yo haría, después hacés vos como querés…
  • “Listo papá, quedate tranquilo, aprendí más en estos días que en toda mi vida para el trato con los demás, no vas a tener ninguna queja”…

                                                  Nos llamaron para la cena y antes de sentarnos todos, me puse a jugar un rato con mis nietas, el ambiente parecía más distendido y aprovechamos para presentar a Fernando a las invitadas pues él, normalmente almorzaba con el personal…  Cuando estábamos en el living tomando café y una copita que nunca venía mal, Lucas nos avisó que se iba con las nenas a pasar la noche y el día siguiente en lo de Gimena para que las nenas pudieran estar con el tío…  Se fueron con las risas de todos porque antes de salir las dos nenas se pararon frente a mí y Moira me dijo muy seria…

  • “Abu, nos vamos a ir a lo del tío Gonzalo y la tía Gimena y nos vamos tranquilas porque la tía Ana María nos dijo que nos va a cuidar a los cachorritos y les va a dar de comer y el agua”…

                                                  Luego me besaron y abrazaron las dos…  me jodieron, las miré asombrado y no les pude decir nada, después de que se fueron le dije a Carolina que iba a hablar por teléfono con José pero que lo haría desde el parque porque era importante y no quería ninguna pared “escuchando”, asintió y me pidió que le avisara, le contesté que sí, aún a sabiendas que no le diría nada de lo que hablara y con quienes verdaderamente lo haría…  Nuevamente me dirigí al punto ciego del bosquecito pensando en encontrar a quienes buscaba…  Al encontrarme en la parte más oscura me quedé parado sin saber qué hacer ni qué decir, normalmente eran ellos los que venían y, de pronto, me sorprendí hablando a la oscuridad…

  • No sé cómo hacer para comunicarme con ustedes ni con el “Maestro”…  Existe la posibilidad de “entregarle” a alguien que seguramente ha hecho mucho mal y creo que es hora de terminar con sus andanzas, tampoco sé si a ÉL le conviene que siga dónde está…  Esa gente hace mal amparado en las sombras y suelen ser hipócritas, solapados y cobardes, dan asco porque se aprovechan de las debilidades y necesidades de sus semejantes pero no de todos sino de quienes les pueden servir para sus propios y pervertidos intereses, además, necesito algo de él y no podría lograrlo sin ustedes…

                                                  Me quedé callado, ya no sabía que decir, me acuclillé y esperé un par de minutos, al levantarme y pronto a desistir, se encendió esa luz que sólo nosotros veíamos…  Desde la oscuridad, acercándose a la luz que me rodeaba, aparecieron mis dos “conocidos”, como siempre, uno de ellos habló…

  • “El “Maestro” sabe y conoce lo que usted piensa, como lo piensa y lo que quiere hacer pero no puede estar siempre a su disposición ni atender todas sus inquietudes”…
  • Lo entiendo y lo lamento, quizás me dejé llevar por mis emociones y no supe que hacer, yo lo único…  Me cortó de plano…
  • “Sin embargo, usted debe ser “especial” para Él pues nos ha ordenado ponernos siempre a su disposición cuando nos solicite y también para asesorarlo o hacerle saber cuándo se equivoque en sus decisiones o cuando Él entienda que hay algo que usted no debe hacer”…

                                                  Me quedó muy claro que la “cosa” no pasaba por hacer lo que me viniera en ganas, las limitaciones existían y ellos me lo harían saber, era lógico, tan “de arriba” no me la iba a llevar, lo que me provocaba un poco, bastante, de temor era el modo en que me dirían que me había equivocado en algo o cómo me harían “pagar” esas presuntas equivocaciones…

  • “Le diríamos si se puede o no se puede hacer tal o cual cosa…  Un sí o un no, sin mayores explicaciones, lo que usted haga después ameritará sanciones o no”…  -Me contestó, evidenciando que sabían lo que pensaba-…  “Lo que pretende con este individuo, si lo decide, se puede hacer esta noche.  Vive en un piso 12 de un barrio muy selecto en la capital pero, aunque hay cámaras, no grabarán la presencia de ninguno de nosotros…  y guarda todo lo que lo compromete a él y a otros en una caja fuerte y en el escritorio, como así también los sellos para acompañar su firma…  El “trabajo” final es suyo, sólo debe llevar ropas oscuras y lo pasamos a buscar en la salida de la ruta en una hora, el “Maestro” decidirá después si se aplica a su pago o no”.

                                                  También sabían que ya lo había decidido, Bahh, en realidad, lo sabían todo pero no me molestaba, viéndolo desde el lado positivo, me ahorraba explicaciones…

  • Allí estaré…

                                                  Otra vez, en un abrir y cerrar de ojos quedé a oscuras y volví para la casa… 

Cuando entré poniendo cara de preocupado me salió Carolina al encuentro…  Ahora quedaba “inventar” alguna excusa creíble aunque, aún sabiendo que últimamente había “afilado el lápiz” para esto, tenía por claro que mentir y mantener una mentira en el tiempo siempre había sido una constante enseñada y aprendida durante muchos años de “trabajo” y, acorde a lo que dicen: “lo que se aprende, no se olvida”…

  • “¿Qué pasó mi cielo, qué te dijo?...  ¿Hay posibilidades?”...  Me fui a cambiar a la habitación seguido por ella…
  • Sí, posibilidades hay pero está complicado, me voy a cambiar porque voy a entablar una comunicación con la línea segura de la Comisaría y el Ministerio, desde allí hablaré con un Funcionario de Venezuela para la tramitación de los pasaportes…
  • “¡Mierda!, no me ilusiones...  ¿Eso también vas a hacer?, amor, pensé que habías hablado sólo del Título”…
  • Yo pensé que te habías dado cuenta y no tendrías dudas…  ¿La querés o no la querés al 100% metida en la Clínica?...  Si pretendés eso no puede estar pensando en lo que puede estar pasando la familia, ¿no te parece?…
  • “Síííí, mi vida, síííí, se va a volver loca cuando le diga”…
  • No digas nada, esperá a ver los resultados de la conversación…  No sé a qué hora vuelvo, espero que te portes bien, no quiero estar pensando ninguna cosa rara y Gabriela anda con los colmillos afuera…
  • “Ni lo pienses, si vos no estás, nada de nada pero, yo tenía muchas ganas de que estemos los tres juntos, ella no me dijo nada pero las ganas se le notan”…

                                                  Carolina tampoco podía negarlo, los pezones endurecidos la traicionaban, yo había “desatado a la fiera” y me tenía que hacer cargo…

  • Como no sé a qué hora regreso, hoy te voy a permitir que “jueguen” pero no te lo tomes como costumbre, sólo por hoy, ya sabés como soy, no me falles, eso sí, le hacés saber muy clarito a las dos cual es mi modo de pensar…
  • “¿Cómo a las dos, qué dos?...
  • Sí a las dos, a Gabriela y a…  Emilia, ella ya me conocía y hoy a la tarde Ana María le enseñó todo lo que le faltaba aprender…  A Belinda dormila con una pastilla o mandala a dormir pero no la cuentes en esto…
  • “¡Mirala vos a la “señora modosita”!, se cogió a mi marido y a mi amiga”…
  • Error mi amor…  Tu amiga se la cogió y tu marido se la volvió a coger, hay una pequeña diferencia…  Me voy que se me hace tarde, “aclará los tantos”, confió en vos…

                                                  Me miró un tanto sorprendida, se colgó de mi cuello y me partió la boca con un beso de los que te infartan, “te amo, mi cielo”, me dijo y salimos a la puerta…  Subí a la camioneta y aún con un resto de tiempo recorrí el tramo hasta la entrada de la ruta, esperé un par de minutos y ellos fueron puntuales…  La hora de salida en estos “tours” la tenía clara, la hora de llegada a los lugares destinados nunca la pude saber, era como si “desaparecieran” los relojes, después sí, al descender en mi casa o en las cercanías recién allí tomaba noción de la hora, jamás lo pude entender y tampoco hice nada por averiguarlo, ahora me pasó igual y cuando descendí de la camioneta negra me encontré en un estacionamiento subterráneo, de los que existen en cualquier edificio que se precie…

                                                  Vi dos ascensores y uno de ellos con las puertas abiertas, a ese me subí y no tuve necesidad de marcar el piso, no bien subí comenzó a ascender, me fijé en lo lujoso que resultaban y tal como imaginé, se detuvo en el piso 12…  Las puertas se abrieron solas y me encontré en el rellano de la entrada a un departamento, tratándose de todo un piso era lógico…  La puerta estaba entornada y empujé para transponerla con la confianza que me daba el sentirme “protegido” por “algo superior”, de arriba, de abajo, de donde fuere pero indudablemente “superior” y ya me lo habían demostrado…  El tipo gordo, alto y calvo que estaba sentado y atado al respaldo del sillón me miraba con cara de terror…

                                                  La omnipotencia y el placer que sienten al torturar físicamente a alguien con el “verso” del BDSM y con las humillaciones físicas y psíquicas que imparten se convierten en liso y llano terror cuando les toca estar en el lugar del torturado…  No paraba de temblar y revolear los ojos, se me dio por pensar nuevamente que le habían mostrado mis amigos de negro o como se habían mostrado, no lo quería ni imaginar…  Uno de ellos se giró para mirarme y esbozó algo parecido a una sonrisa…  Con un escalofrío que me surcó la espalda me acerqué al tipo atado…

  • ¿Estás cómodo, pedazo de mierda?, lo único que necesito es que me firmes y selles un papel que te voy a mostrar, sin negativas y sin pelotudeces porque a la primera negativa los mando a ellos a despellejarte los brazos…

                                                  El tipo ni chistó, podía hablar pero estaba enmudecido del miedo…  Puse una lapicera en su mano, una carpeta de tapa dura sobre su muslo y allí apoyé el papel, firmó sin dudar y sin temblar, le pedí que me dijera dónde estaba el sello que correspondía y me señaló su escritorio, el sello estaba sobre él, probé en un papel y le pregunté si era ese, cuando dijo que si, lo puse en el papel de Belinda…

  • ¿Qué más va a necesitar esta chica para que le den el Título?...

                                                  No me contestó pero uno de los “muchachos” me hizo una seña negativa como diciendo “nada más”, evidentemente también sabía lo que el cerdo pensaba…

  • Bueno, a ésta ya no la vas a poder cagar, ahora necesito que me digas la combinación de la caja fuerte y además, en que otro lugar guardás las pruebas de tu comercio de mierda con las estudiantes u otras…

                                                  Volvió a negarse a contestar moviendo la cabeza pero uno de mis “apoyos” bajó un cuadro de la pared y abrió la caja sin hesitar, el otro fue hasta el escritorio y forzó un doble fondo en el mismo dejando caer al piso una cantidad enorme de C.D. con nombres de mujeres, antes de tocar nada me alcanzaron un par de guantes de cirugía, no quise ver ninguno pero, era “cantado” que le servían para extorsionar a sus víctimas y asegurarse nuevas “participaciones” acorde a los pedidos que el “mierda” tuviera…  Los C.D. quedaron sobre su escritorio…

                                                  Me quedaba revisar todo lo que se había sacado de su caja fuerte, había joyas, dinero en efectivo en Pesos y Dólares, para ser exactos 90 mil “verdes” y 60 mil Pesos, les pregunté a los “hombres de negro” si necesitaban el dinero, ambos me dijeron que no, entonces guardé 80 mil Dólares y 40 mil Pesos en una pequeña mochila que ellos mismos me dieron, lo otro lo dejé para que lo encontraran, papeles similares al que yo tenía recién firmado, listado de nombres en que reconocí a algunos Políticos, un Juez, dos Fiscales y actores, había  cantidades en dinero, nombres de chicas y fechas anotadas…  Fotografié todo con mi celular y fui a encender la computadora…

                                                  El tipo comenzó a moverse y a gesticular profiriendo gritos que no se escuchaban, no le di “pelota” y vi en la pantalla que aparecían toda una serie de archivos identificados con el nombre de “nacionalidades”, “edad” y uno que decía “menores”, éste fue el que abrí, las aberraciones que tipos grandes cometían con criaturas de ambos sexos de la edad de mis nietas me dieron vuelta el estómago…  No me pude contener y me volví loquísimo, completamente “sacado”

  • Desnuden a este reverendo hijo de mil putas, córtenle los parpados y que vea como lo despellejan, córtenlo en tiritas, también el miembro y métanselo en la boca… ¡Hijo de puta, hijo de puta, a los chicos no se los toca!, -gritaba sin poderme contener-

                                                  Me caían las lágrimas por la impotencia y la bronca y no pude llegar hasta él para emprenderla a golpes, unos de los “muchachos” no me dejó poniéndose adelante, pude ver que el otro, con los ojos brillantes de color rojo, ya le estaba encima al aterrorizado gordo inmundo…  Muy rápidamente y sin casi notarlo había empezado con los parpados, ni una gota de sangre y le quedaron los ojos abiertos sin poderlos cerrar…  Le pedí que esperara un poco porque se me ocurrió algo más ya que muchos de los que estaban en las listas y videos no podían llevársela “de arriba”…  En el Word de la computadora escribí:

Señor Ministro de Seguridad Nacional.

Señores Policías.

Señor o Señores Jueces a los que les toque la Causa.

Señor o Señores Fiscales de la Causa…

Le hemos dado un castigo merecido a la inmundicia de referencia…

 

Tenemos copia de todas las pruebas que quedan a vuestra disposición y esperamos que las usen como corresponde aplicando todo el peso de las Leyes sobre las personas involucradas,

¡QUÉ NO ESCAPE NADIE!…

 

Iremos controlando los nombres y las detenciones que se hacen, si alguno logra “zafar” de los delitos que les corresponde purgar, USTEDES y solo USTEDES serán los responsables y correrán, a como dé lugar, la misma suerte de este gordo inmundo… 

 

Por su bien, traten de cumplir y no tomarnos a broma…

Las víctimas son víctimas y deberán ser tratadas como tal, los culpables son culpables y, si o si, tienen que ser castigados…  No se conviertan en culpables, no nos obliguen a actuar en su contra…

                                                  Imprimí todo y les pedí que siguieran…  Se tomaron su tiempo y con precisión quirúrgica, sin sangre y, sin saber con qué, le sacaron partes de piel de manos, brazos, muslos y pecho… Era evidente que sentía un dolor inmenso y lo demostraba gritando como un loco sin que nada se escuchara, a la vez que se movía para tratar de escapar de su martirio…  Por último, antes que desfalleciera, fue su reducido pene el que se “guardó” en su boca… 

                                                  Yo miraba todo, ya recuperado y sin que se me moviera un pelo pensando en que uno podría contemplar o justificar, aunque no se estuviera de acuerdo, cualquier tipo de desviación sexual o la extorsión o el negocio sexual con las necesidades del otro pero… estaba convencido que había cosas que no tenían ningún tipo de justificación, por eso, cuando lo acercaron al balcón le di un fuerte empujón que, no puedo negarlo, me produjo una enorme satisfacción, quedó destrozado sobre el asfalto, 12 pisos más abajo…

                                                  Eran las 02.00 de la mañana cuando me dejaron al costado de la camioneta, me saludaron con una especie de gruñido pero no se los notaba enojados…  Fui a la habitación y me encontré con un cuadro que nada tenía que ver con el que había experimentado hacía un rato…  Tres bellísimos cuerpos desnudos dormían a sus anchas en mi cama y no quise despertarlas, me fui a la cocina a comer algo y tomarme luego un whisky disfrutando de la penumbra semi oscura del comedor…  Pensé muchas cosas pero no lo hice con el muerto, ya estaba por irme a dormir y tomé el papel de Belinda recién firmado, me sentí aliviado la fecha de la firma era de dos meses anteriores…  Habría que presentarlo rápido…

                                                   Me desperté a las ocho de la mañana, absolutamente descansado y totalmente despatarrado en la cama de la habitación que había elegido para dormir, me bañé y bajé a desayunar…  Me recibieron las sonrisas de Sol, Ana María y las otras chicas…  Ana se acercó y con una sonrisa pícara y en voz baja me preguntó…

  • “¿Qué pasó, te echaron de la cama?...
  • ¡Qué mala que sos!, vine tarde y ya me habían ocupado la cama.  ¿Cómo supiste?…
  • “Fui a despertarlos para ver si me “ligaba” algún mimo y tuve que salir volando antes que me violaran, además, vos no me habías autorizado”.

                                                  El apretón a una de sus nalgas no lo percibieron las otras pero la cara de satisfacción de Ana fue suficiente para mí…  Caro, Gabriela y Belinda se habían ido a la Clínica, Emilia estaba dando una vuelta en uno de los caballos que le había ensillado Fernando y yo estaba contento…  Me había convertido en un “Vigilante de la noche” y me comencé a reír solo ante las miradas interrogantes de las mujeres…

Continuará.

 

Si les gusta, por favor, valoren y comenten.  

 

Gracias.  

 

GUILLEOS 1

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Tengo una familia atipica pero con mucha memoriT

Bienvenida mi jubilacion tomo 2

Mi primer viaje en avión

Desde el balnerario con amor

El chat me ayudo con mi sobrina