miprimita.com

El pacto. (41).

en Grandes Relatos

PUESTERA - ORGÍA - LÍO DE MUJERES.

                                                  El lunes me desperté a media mañana, Carolina había ido a la Clínica, Ana María andaba por el parque, las chicas ordenaban la casa y yo no tenía ganas de levantarme.  Me obligué a ello y fui a prepararme el mate, estaba Graciela en la cocina que recibió el beso ya establecido y un apretón de nalgas sobre la piel porque debajo de su pollera usaba una tanga que las dejaba libres.  Estaba en la puerta con el mate y apareció Sol, siempre pizpireta y alegre, miró para todos lados y me besó poniéndose de costado para que pudiera tocarle el culo.

  • “Despacito Guille, todavía está convaleciente por la cogida recibida, mami apenas si se puede mover, estuvo fantástico.  Papá se despertó al mediodía siguiente pero está todo bien”.
  • Bueno, me alegro que así sea, ¿cómo andan las cosas con el Contador?
  • “Bien, ya archivé las copias de todas las facturas que le di y tengo todo al día”.

                                                  La dejé a Sol que siguiera con sus cosas y lo llamé a Ricardo para ir hasta la casa del Puesto número 2.  El muchacho de nombre Raúl, de unos treinta años, alto y de buena presencia me agradó además, tenía muy claros los conceptos impartidos por Fernando respecto al comportamiento y modos de desenvolverse.  Como en este puesto ya tenían armados los potreros para apartar la hacienda y los corrales, le pedí a Ricardo que se ocupara de hacerle llegar unas cincuenta cabezas de ganado y cuatro caballos, después nos volvimos a la casa principal.

                                                  Mientras volvíamos le pregunté a Ricardo como se encontraban en la casa nueva.

  • “Estamos de maravillas y la casa es un sueño, ayer vinimos temprano con una camioneta e hicimos toda la mudanza, la “petisa” está muy contenta y quédese tranquilo porque va a cumplir sin problemas todos los trabajos con la ventaja de no tener a los suegros volviéndola loca todo el día”.
  • Me alegro que se sientan bien y espero que no me trasladen acá sus problemas familiares.
  • “Les dijimos que no pueden venir a visitarnos y lo tienen claro, todo el pueblo sabe que usted es muy bueno pero muy estricto en el trabajo y con la Estancia”.
  • Muy bien, luego vas a ver si están terminados todos los alambrados y cuando estén, hacé lo mismo que con el Puesto número 2, llevá para tu casa unas cincuenta cabezas.  Antes que lo olvide, enseñale a tu mujer a manejar un cuatriciclo, yo voy a comprar uno más chico para ella así se puede mover con más comodidad.
  • “Listo Guillermo, yo me ocupo”.

                                                  Lo dejé en los galpones y seguí hasta casa, allí me recibió Ana María, vestía de pollera holgada con el largo a mitad de muslo.

 

  • “Hola amor, te estaba esperando, ya viene Carolina a almorzar”.
  • ¿Qué hacés vestida de polleras?
  • “Y con tanga abajo, es para que puedas tocarme las nalgas cuando quieras, todas estamos usando tangas”.
  • ¡Por Dios!, se me llenó la Estancia de “putitas”.
  • “Tus “putitas” Cielo, tus “putitas” y te recuerdo que hoy no me saludaste”.

                                                  Entré a la cocina con ella y nos dimos un hermoso beso, no me privé de apretar las nalgas prodigiosas de mi morocha preferida.  Rosalía y Marta nos miraron y también las saludé a ellas dos, Ana tenía razón, todas las “putitas” estaban usando tangas y apenas un hilo separaba las cachas del culo.  Carolina venía contenta, la había llamado la masajista del hotel, era Masoterapeuta diplomada, le había ofrecido un conveniente sueldo fijo, en blanco, una de las habitaciones de la Clínica para hacer los masajes y uno de los cuartos de la casa-residencia.  Ya había mandado a comprar la camilla profesional y los aceites necesarios.  El viernes estaría haciendo masajes a los pacientes y, seguramente, a todos nosotros, lógicamente, yo estaría anotado pero Caro me dijo que la Masajista vendría un día en la semana para atendernos a todos en la Estancia.

                                                  Estábamos sentados para almorzar y sonó el teléfono de Ana, era de la Funeraria para avisar que ya se podrían retirar las cenizas de Fernando, pasaríamos por ellas en la mañana del martes.  En base a esto Ana me preguntó.

  • “Guille, ¿podríamos ir al mar a dejar las cenizas?”.
  • Poder podemos pero, ¿quiénes vamos a ir?  Las miré a todas en la mesa y nadie emitía opinión, la solución la dio Carolina.
  • “Como Ana María quiera pero si nos apretamos un poco podemos ir todas a acompañarlas, seríamos ocho, salimos el viernes a la noche y regresamos el domingo”.  Ana dijo que le encantaría y todas me miraron a mí.
  • Está bien, el viernes a las cinco de la tarde salimos y podríamos hacerlo mejor, llevás tu camioneta y nos repartimos para ir más cómodos.  Esta idea les gustó más y yo me fui a dormir la siesta mientras ellas se quedaban a decidir que llevarían y como irían distribuidas.

                                                  Se me iba a presentar un problemón si tenía que atender a todas, otra posibilidad era evitar ir y tendría que buscar la forma de presentar la excusa.  El lunes pasó sin pena ni gloria y el martes a la mañana mientras Carolina y Ana María iban hasta la ciudad a retirar las cenizas de Fernando, me fui al pueblo a ver como marchaba el tema de la FM.  Los técnicos de la empresa que abastecía los equipos opinaban que se debería poner una antena en el pueblo y otra antena que haría de repetidora a unos diez o quince kilómetros.  Esto no sería mayor problema porque la distancia la cubría perfectamente colocando la antena en campos que me pertenecían y dentro de la Estancia.  El problema era el lugar en el pueblo y eso lo solucioné comprando una chacra semi abandonada con una casa grande de cuatro habitaciones, dos baños, cocina, comedor y dos hectáreas y media de terreno, a escasas diez cuadras de la plaza principal.

                                                  El arquitecto se encargaría de dejarla en condiciones de uso haciendo trabajar a los albañiles en dos turnos.  Los equipos estaban comprados y lo primero que se haría sería colocar las antenas.  Arreglar todo esto y dejar las directivas al respecto me llevó todo el martes y luego me desentendí del tema.  Acotación al margen, la radio comenzó a funcionar con el permiso provisorio de la Municipalidad a los doce días de todo este movimiento, luego se obtuvieron los permisos correspondientes del Ministerio de Comunicación que autorizó un alcance de 1.000 kilómetros y fue un logro que apoyó todo el pueblo, incluso los adyacentes ya que en las cercanías no había nada similar.

                                                  Cuando ese martes regresé a la Estancia eran pasadas las 20.00 horas y Ana había llevado la urna a la casa que antes habitaba con Fernando, ahí quedaría hasta que se hiciera el viaje al mar.  A la hora de la cena, se volvió a tocar el tema del viaje, lo que harían en la Ciudad de Mar del Plata, si saldrían la noche del sábado, que ropa llevarían, cuando volverían, dónde se hospedarían, como dormirían, si le avisaban o no a Gracia.

                                                  Se entusiasmaban con las conversaciones y me dejaban de lado, algo que nunca me gustó en absoluto además, se sumaba el hecho de mis pocas ganas de estar metido en todo ese desparramo de tetas, culos y ganas de tenerme.  Como me había prometido no “saltar a la primera de cambio”, las miré y las escuché en silencio y como mi cara y mis gestos son difíciles de ocultar, le bastó a Ana María una mirada para darse cuenta que la cosa no me estaba gustando.  Carolina también “pescó en el aire” el alerta en la cara de Ana y pretendieron cambiar la conversación.

  • Si es por mí sigan hablando y decidiendo, desde ya les aviso que hace una hora que están hablando sin parar, me tiraron la comida en el plato y me faltó poco para tener que servirme yo.  No es así la cosa en esta casa y hay dos que deberían saberlo bien.  Sigan con sus planes y luego yo voy a charlar con Carolina y Ana María.  Me levanté y dije que me iba a acostar.

                                                  No había pasado media hora y entraron las dos a la habitación, venían cabizbajas, se desnudaron y se metieron a la cama, una por cada costado, la primera en hablar fue Ana.

  • “¿Estás disgustado por algo Guille, hicimos algo que no te gustara?”.
  • Vamos a ver si nos entendemos y trataré de no enojarme, ¿no habíamos quedado que todo lo que pensaran hacer iba a tener que tener mi aprobación?  Entonces, ¿por qué están decidiendo sin consultarme?  Yo comprendo que son mujeres y que se embalan con los planes pero yo no soy el “Señor Paganini” que hago lo que mis “hembritas” me piden, de hecho les digo que no tengo ninguna gana de ir a Mar del Plata con ustedes y aguantar su “cotorreo”.
  • “Tenés razón, ya nos dimos cuenta que nos pusimos a hablar dejándote un poco de lado y no te consultamos, te pedimos disculpas, principalmente nosotras dos que somos las que tenemos que tener en cuenta quien sos y como querés las cosas”.

                                                  Seguía hablando Ana María porque Carolina ni se atrevía a abrir la boca, demasiadas “patinadas” tenía encima para arriesgarse a decir una “boludez”.

  • “De todos modos, si no tenés ganas de ir no vamos y listo, yo sólo quería cumplir con un deseo y nos dejamos llevar por otras ganas pero vos sos el que mandás”.
  • Sin embargo, yo quiero que cumplas tu deseo y que te acompañen tus amigas para eso, ya saben que soy de la idea de no aferrarse a determinadas cosas e incluso querría que se divirtieran como amigas.
  • “Bueno pero lo podemos dejar para otro momento y nos decís de ir cuando tengas ganas”.
  • No, esta vez la cosa va a ser distinta.  Se van a ir todas a Mar del Plata acorde a los planes que hicieron pero yo no voy a ir con ustedes, ya le dije a Caro que yo decido cuando quiero estar con alguna de ustedes y no quiero estar tratando de batir ningún record.  Voy a hablar con el hombre de la combi para que las lleve a todas, si quieren les alquilo un barco turístico para que las interne mar adentro y vos puedas cumplir tus deseos a gusto con todas tus amigas acompañándote, se van a alojar en el mejor hotel, almorzarán y cenarán de lo mejor, podrán salir a divertirse el sábado a la noche y hacer compras pero…  sin “desbocarse”.
  • “Eso sabés que ni lo pensamos”.

                                                  Las dos se miraban y no se esperaban lo que siguió a continuación…

  • Eso está todo muy bien acá pero todas juntas y en tren de diversiones donde no las conoce nadie es muy distinto.  Si me entero y tengan por seguro que me voy a enterar, que hubo algún coqueteo, “miraditas” o “pelotudeces” propias de mujeres “sueltas” o pensamientos de “cuernos” de por medio con algún tipo u otra mujer, no se los voy a prohibir pero le pego una patada en el culo a la que fuere o fueren, que quede claro desde ahora porque luego no voy a tolerar arrepentimientos ni excusas de que tomaron de más y que lo hicieron por joder un rato.  Solas y en “tren de joda” hacen “boludeces” como el “pedo” del otro día en la pileta.  Los tipos y tipas se les van a arrimar como moscas a la miel y no quiero la mínima sonrisa para nadie.  Lo mismo para el de la combi, se puede dar un buen trato manteniendo las distancias y cada una de ustedes sabe poner en su lugar a quien sea.
  • “¿Nosotras tendremos que responder por todas?”.
  • Ustedes van como “Encargadas” del grupo y esto es como en la milicia, si alguno de la tropa se manda una “cagada”, se castiga también a los jefes.  Entre ustedes “jueguen” como quieran, ya se conocen lo suficiente, llévense los “juguetes” o compren nuevos pero el más pequeño desliz con alguien de afuera va a echar a perder muchas cosas.  Esas son las condiciones, las toman o las dejan, tienen hasta mañana a la noche para hablarlo con las chicas explicándoselos bien y tengan en cuenta que yo no estoy jugando, ustedes se lo buscaron por no darme “pelota”.
  • “Te conocemos lo suficiente para saber que no jugás”.  No dijeron más nada y nos dormimos sin que hubieran “mimos”, salvo el hecho de abrazarme para dormir.

                                                  Dormí como un bendito toda la noche y me desperté “recaliente” y con “mi amigo” en su esplendor.  Las dos, con “mimos”, caricias y bocas hicieron que mi miembro se ablandara luego me levanté y me fui a bañar, si esperaban reciprocidad, no la obtuvieron.  Bajé a desayunar y saludé a todas como siempre pero nadie preguntó nada después me fui a hacer una recorrida dejándolas solas para que hablaran.  Me fui a hablar con Ricardo, el nuevo Encargado para enterarme de cómo había decidido separar la hacienda y ya lo había hecho para el Puesto 1 que era dónde estaba la mujer.  Le dije de ir a la casa para ver como mandábamos a hacer el gallinero y dónde, para que no se rompiera la armonía de la construcción, yo quería evitar un par de palos clavados, alambre y chaperío que siempre quedaban horribles.

                                                  Me dijo que estaba yendo con el ganado para el Puesto 2 pero que yo podía ir a fijarme porque la mujer debía estar limpiando el lugar para emplazarlo, no lo pensé más y le dije que iba para allá, que si quería se llegara él más tarde, el hombre con ganas de demostrar dedicación me dijo que tenía que controlar unos alambrados al otro lado del Puesto 4 y le iba a ser difícil,  Al llegar a la casa bajé de la camioneta y toqué bocina para llamar a Gloria, apareció rápido, estaba vestida con un jeans recortado tipo bermuda y una camisa de manga corta, bastante ajustada que dejaba adivinar un muy buen par de tetas.  Nos saludamos y le dije que venía a ver dónde quería emplazar el gallinero porque yo lo quería hacer con columnas de material y paredes de un metro de altura y luego el alambre, con puertas bien armadas y cómodo para moverse en él pues no quería algo desprolijo.

                                                  Ella se arreglaba el cabello con movimientos femeninos y me decía que estaba limpiando un lugar debajo de unos árboles con buena sombra.  Me llevó y el lugar me convenció entonces le pregunté qué es lo que pensaba hacer y si podía hacer un croquis, yo me encargaría de mandar gente para que lo hiciera sin que ella tuviera que trabajar en ello.  Cuando fue a buscar papel y lápiz para hacer el dibujo noté que tenía una cintura muy chica y unas caderas que llamaban la atención con nalgas paradas, las pantorrillas eran firmes y tenía tobillos finos. 

                                                  Me ofreció unos refrescos fríos o mates, elegí el mate y no quise aceptar de pasar a la cocina, nos sentamos alrededor de una mesita debajo del alero de la casa.  Allí me comenzó a dibujar el croquis solicitado y se notaba la zanja que quedaba entre las dos tetas, me distraje mirando lo poco que podía ver y al levantar la vista me “pilló” observando, se puso toda colorada y para evitar que se pudiera ofender, aunque no lo había pensado así, le hablé primero.

  • No lo tomes a mal, como es una pequeña debilidad que tengo y me dije, “tengo ganas” de verle las tetas a Gloria y aproveché a venir por el tema del gallinero, no quisiera tener problemas con vos o con Ricardo…
  • “Para nada Guillermo, sólo me sorprendí un poco pero me encanta, me gusta mucho que usted me miré las tetas.  Si quiere le muestro más porque con la camisa puesta no se puede ver mucho.  Dice mi marido que están duras y que tengo lindos pezones pero es un poco bruto, no me acaricia, él apreta nomás.  ¿Quiere que me saque la camisa para verlas mejor?

                                                  La chica se había lanzado y se me hizo que debería ser una “calentona” de aquellas.

  • Claro que me gustaría verlas pero acá la cosa, a partir de ahora, es así, desnudas sólo te las puede ver tu marido y yo, nada de “coquetear” con nadie ni darle “pelota” a ningún otro hombre, te engancho en algún renuncio y van los dos a la calle, ¿te queda claro?
  • “Si Guillermo, quédese tranquilo, sólo usted y mi marido las verán desnudas, le prometo no mirar a nadie”.
  • No te saques la camisa, desabrochá los botones y que queden sueltas, quiero verte los pezones.  ¿Me parece a mí o te gusta que te las toquen, te las chupen y te terminen cogiendo por todos lados?
  • “Es mi punto más débil, si se dedican un ratito a mis tetas me dejo hacer cualquier cosa”.
  • Me parece que tu marido ya es cornudo desde antes pero acá se te terminaron esas “mañas”, ¿lo “cagaste” varias veces, no?
  • “Sí, lo hice con un vecino y con un amigo, varias veces”. 

                                                  La muy puta se relamía acordándose de las veces que se la cogieron.

  • ¿Por dónde te gusta más?
  • “Por dónde sea, me caliento rápido y un poquito de rudeza también me gusta.  ¿No me las quiere tocar?, mire como se me pusieron los pezones de hablar nomás”.  Era verdad, los pezones grandes de casi un centímetro estaban durísimos, sus areolas eran también bastante grandes y las tetas de, aproximadamente, una talla 95 parecían más grandes porque era de espaldas angostas.

                                                   Le pedí que se quedara sentada porque se las iba a tocar y ella me diría si le gustaba.  Me paré y acomodé a “mi amigo” que me dolía al estar erecto y torcido dentro del pantalón, me puse detrás y llevé mis manos a sus tetas besando a la vez su cuello, el gemido de placer no se hizo esperar y toqué sus tetas acariciándolas lo mejor que pude, parecieron encabritarse, se pusieron durísimas, los pezones otro tanto y no podía ni pellizcarlos, eran dos piedritas.  Apoyé a “mi amigo” por toda su espalda y lo sintió perfectamente aún a pesar de estar adentro del pantalón, ella se puso a temblar y por la forma en que contrajo su cuello y tembló gimiendo estaba seguro que había tenido un buen orgasmo.  Imaginé que si respondía así con caricias, al tenerla adentro se derretiría.

  • “Chúpelas Guillermo, chúpelas, ayyy, ayyy, ¡qué caliente que estoy!, ya me hizo acabar, hágame lo que quiera, ¡qué manos que tiene, qué manos!

                                                  Me senté y la hice sentar a horcajadas sobre mis piernas, desde allí en más, mientras se las chupaba y mordía suavemente sus pezones, tuve que tomarla fuerte de la cintura pues sus movimientos se volvieron casi incontrolables y sus orgasmos se produjeron en cadena, cortos, chiquitos pero unos detrás de otros y ya no me aguanté.  Cuando pareció quedarse quieta tratando de recuperarse un poco, le dije que me la chupara, que me bajara el pantalón y se la tragara toda.

  • “No quiero “lengüita” ni pavadas, quiero que te la tragues toda, otro día te cojo por todos lados”.  Arrodillándose se apuró para bajarme el pantalón junto con el bóxer y me miró asombrada cuando mi pija le saltó en la cara.
  • “Es enorme, nunca tuve una tan grande, voy a soñar con esa pija”.  La agarré de los cabello y acerqué la cara a mi garrote.
  • Dejá de hablar y metela en la boca, vamos a ver si es cierto que sabés lo que tenés que hacer.

                                                  Sin ninguna duda le faltaba mucho para darme placer por la vía oral, fue peor que las primeras veces de Ana María aunque, estaba seguro que aprendería.  Abría la boca al máximo y se la metí hasta la mitad dos o tres veces, sacándola rápido para evitar que sus arcadas desembocaran en un vómito pero cuando ya no quise aguantar las ganas de acabar, la tomé de la cabeza y me dejé ir hasta el fondo de su garganta.

 

  • Respirá por la nariz y relajate porque te vas a tomar toda la leche.  Las lágrimas le caían por el rostro cuando le llené la garganta, tragó todo, no le quedó otra aunque le pareció gustar porque se esmeró en limpiarla con su lengua.
  • “¡Uffff!, qué terrible!, sentí que me moría ahogada pero me encantó aunque sé que voy a tener que aprender más”.

                                                  Al incorporarse noté que se había aflojado el pantalón y se bajó la ropa interior.  No pensaba cogerla pero me dio la espalda y se sentó encima diciendo:

  • “No sé cómo no se bajó pero no hay que desperdiciarla, tengo que intentarlo”.  Su hermoso culito pasó ante mis ojos y tomó mi pija con la mano para apoyar el glande en su agujerito delantero, despacio se dejó caer gritando ante cada centímetro que ingresaba en ese lugar bastante estrecho para mi tamaño-  “Ya no puedo más”, -dijo al llegar a la mitad y comenzó a moverse con cuidado para entrar y salir-.

                                                  En cada movimiento entraba un poco más y cuando faltaban unos cuatro centímetros, aún a pesar de notar que estaba haciendo un gran esfuerzo, la tomé de los hombros y ayudándome con un golpe de cadera, la penetré hasta el final.  El grito fue tremendo y tuve que taparle la boca.

  • “Sáquela Guillermo, por favor, sáquela, me duele mucho, es muy grande para mi concha, es mucha pija junta”-  Sollozaba sin poderlo evitar y me quedé quieto con su culo apretando mi pelvis.
  • ¿Querías pija porque eras la “gran cogedora”?, pues ahora aguantala, quedate quieta, esperá a que se acostumbre y después movete despacio.  Noté como se estremecía cuando le ordenaba-

                                                  Al poco rato comenzó con los movimientos que fueron acelerando y en medio de sus orgasmos me costaba mantenerla más o menos quieta, la tuve que abrazar de la cintura e inundarle la concha para que se fuera calmando y quedara con los brazos colgando a los costados y el cabello sobre la cara.

 

  • “¡Por Dios, esto fue tremendo, me debe haber quedado la concha como para que entren dos maridos.  No podía parar de acabar y de esta salgo preñada”.
  • No pasa nada, estoy operado y anda pensando que peor te va a quedar el culito porque si o si te lo voy a romper.
  • “Me dan escalofríos de pensarlo pero estoy dispuesta aunque no creo que entre, a mi marido y a mi vecino siempre les costó”.
  • Salvo de tu marido, olvidate de los que no han sabido cogerte, conmigo lo vas a sufrir pero lo vas a gozar, sólo hay que buscar la oportunidad de estar cómodos, te voy a dejar el teléfono para que me llames por cualquier cosa y tené en cuenta que yo cojo cuando quiero y puedo, no me gusta que me jodan.
  • “Quédese tranquilo Guillermo, yo voy a buscar el modo de encontrar esa comodidad y sólo cuando usted decida lo voy a estar esperando, aunque me tenga que matar “a dedos” en la espera”.

                                                  Se levantó, me limpió bien con la boca y se acomodó los pantalones abrochándose la camisa, yo también me arreglé la ropa y después de prometerle que le mandaría a un par de personas para hacer el gallinero, para lo cual lo llamé al Arquitecto que los mandaría al día siguiente, me fui tranquilo para casa.  No había ido con la idea de cogerme a Gloria pero, lo hecho, hecho estaba y no había sido para nada desagradable.

                                                  Regresé a la casa para la hora del almuerzo y, en la mesa, las chicas, todas con las miradas expectantes, pidieron hablar conmigo y la voz parlante fue la de Ana María.

  • “Guille, amor, hemos decidido ir todas juntas, ya hablamos con todas las chicas y han jurado que no tenés nada por qué preocuparte, a ninguna se le ocurre serte infiel ni con el pensamiento y a cualquiera que se acerque con esas intenciones se lo haremos saber entre todas”.
  • Bien, voy a creer y confiar en ustedes.  ¿A qué hora piensan irse?...
  • “Como vos nos dijiste, a las cinco de la tarde saldríamos de acá”.
  • Van a llegar como a las ocho de la tarde-noche, tienen tiempo para cambiarse, cenar y pasear un rato el viernes.  El sábado a la mañana, a eso de las diez puede ir en el barco y arrojar las cenizas, les queda todo el sábado para ir a la playa y parte del domingo para volver a eso de las nueve y estar acá a las once o doce de la noche”.  Pueden almorzar y cenar en el hotel o ir a cualquier otro lado, la tarjeta de Carolina les permite esos gastos además, yo le voy a dar dinero en efectivo para gastar sin problemas, ¿está bien?
  • “Sí, amor, está más que bien, te aseguro que no te vamos a fallar”.
  • ¿Quiénes van a ir?, porque tengo que reservar las habitaciones.
  • “Nosotras seis más Gracia y Belinda”.

                                                  No bien terminaron de decirme eso lo llamé por teléfono al dueño de la combi, a fin de contratar el servicio para todo el fin de semana, llevarlas, estar a disposición de ellas para movilizarlas a cualquier hora y traerlas, me contestó que podía ir el hijo con la mujer para turnarse en el manejo y me pareció correcto, ellos se alojarían en un departamento de su propiedad, arreglé los honorarios y me confirmó que estarían el viernes a la hora establecida.  Después llamé al hotel, reservé con mi tarjeta cuatro habitaciones en suite con comunicación y en el mismo piso para el viernes, sábado y domingo y les pedí que arreglaran la excursión al mar para las ocho a las diez de la mañana del sábado, me contestaron que no habría inconvenientes y lo del hotel y la excursión quedó todo saldado.  Después me dirigí a Carolina.

  • Caro, lo de las habitaciones y la excursión está todo pago, distribúyanse a gusto para dormir, con tu tarjeta tendrás que pagar las comidas, las compras que hagan y las salidas además, te voy a dar 5 mil Dólares a vos y otros tantos a Ana María para que gasten a gusto con todas, ya sabés como pienso al respecto, si van con ustedes ninguna gasta nada de su bolsillo, ni para chicles y guay de que se priven de algo, si salen a la noche le das 100 Dólares a cada una para que tengan encima, los cambien o no, eso lo deciden ustedes, ¿estamos de acuerdo?
  • “Sí Vida, eso está muy claro para nosotras dos.  ¿Querés que te traigamos algún regalo en especial?”.
  • En especial no, sorpréndanme.  Me fui a hacer la siesta en la hamaca, hacía rato que no la usaba, ellas se quedaron contentas y haciendo más planes y las dejé pues jamás entendí que tanto tenían que planificar las mujeres para una salida de amigas.

                                                  A la tarde “se pudrió” todo.  Había escuchado la bocina de la combi cuando vino a las cinco de la tarde a llevarse a los trabajadores, se fueron rápido y yo seguí durmiendo un rato más, al poco tiempo me desperté gozando de una mamada característica de Carolina, bien profunda y apretándome con los labios el tronco del miembro al salir, me provocó una sonrisa de satisfacción que se incrementó cuando vi a Ana María a nuestro lado acariciándome los huevos con las uñas de una mano y con la otra en las nalgas de Caro, ambas estaban desnudas.

                                                  Ya bien despierto me pidieron que las acompañara a la pileta desde dónde provenían gritos y risas de mujeres.  Habían venido en un auto de alquiler Gracia y Belinda, estaba la “banda” completa, todas desnudas, jugando con el agua y con ganas de llegar a más porque se notaba sexualmente caótico, plagado de miradas de lobas en celo.  Esta vez me habló Carolina.

  • “Guille, ¿podemos “jugar”?, estamos todas echando fuego”.
  • Bueno pero, yo sólo lo haré con el culo de ustedes dos y el de Gracia porque me gusta verla temblar.
  • “Síííí, chicas, síííí”, -gritó Carolina y todo se desbandó-.

                                                  Ana María y Carolina se dieron un beso como punto de partida y se pusieron en cuatro, una en cada reposera y mirando hacia la pileta.  La primera que me recibió, sin escalas y hasta el fondo, fue Carolina, el grito de dolor y placer pareció enardecerlas a todas que se trenzaron entre ellas, fueron ocho o nueve entradas y salidas fuertes, profundas y violentas y acabó con un grito enorme de placer y contorsiones, dejándose caer sobre la reposera, luego le tocó a Ana María que sabía lo que se le venía.  Mientras la penetraba hasta el fondo la morocha gritaba y le agarraba la mano a Carolina que apenas si le respondía con una sonrisa de satisfacción.  Las entradas y salidas fuertes y profundas también llevaban a Ana a un orgasmo magnífico y se incentivaba porque mirábamos a las dos mulatas que le hacían un “emparedado” a Gracia que se contorsionaba y gritaba su placer sin privarse de nada.

                                                  El grito mezclado entre el dolor y el placer de Sol nos hizo mover la cabeza, estaba en medio de Graciela y Marta quienes, cada una con un strapón, la penetraban a conciencia por el culo y la vagina.  Pronto fue Gracia nuevamente la que gemía junto a Belinda que recibía la lengua de la rubiecita madre, quien parando su culo y estando en cuatro patas, absorbía por la vagina y el culo el consolador que le metía Rosalía alternándolo con bastante saña.  Le daban la “bienvenida” a Gracia cogiéndola por todos lados y haciéndola gozar como nunca.

                                                  Ana María después de dos orgasmos fortísimos ya no pudo aguantar más la posición y quedó derrengada sobre la reposera, salí dejándole el culo abierto y me acerqué a Gracia con “mi amigo” en su apogeo, Rosalía me vio venir y la corrió para dedicarse a Belinda.  La rubia quedó en cuatro con el consolador en su vagina y no dudé en penetrar su culo hasta chocar con sus nalgas, ya no fue sólo gritar, fue un alarido que a todas las hizo mirar.

                                                  Dos segundos se quedó quieta, luego comenzó a moverse como electrificada y los orgasmos se sucedieron hasta quedar tirada.  Me daba cuenta que podría aguantar todo el día sin terminar y el culo parado de Rosalía me instó a seguir, tampoco hice paradas y la vagina de Belinda absorbió el grito de Rosalía no fueron muchas las penetraciones y volvió a gritar contrayendo todo su cuerpo, sentía la presión en el miembro cuando “escapé” de ese lugar “peligroso”.

                                                  Belinda no perdió tiempo, se corrió a aliviar el culo de Rosalía con lamidas y chupones y me dejó el culo a disposición, el “tratamiento” fue similar, fuerte y profundo y después de varios movimientos entrando y saliendo, la venezolana volvió a llorar con el placer de su orgasmo.  A Sol se le notó en la cara la mirada la alegría cuando me acerqué a ella y se giró para esperar lo que adoraba y, como siempre, me absorbió gritando a más no poder pero contenta, luego Marta y finalmente Graciela, todas lo recibieron por sus culos y todas tuvieron sus orgasmos. 

                                                  Después regresé hasta Carolina y Ana María a las que penetré por la vagina alternando en uno y otro cuerpo hasta que terminé con una y me esmeré haciendo lo mismo con la otra.  Para ellas fue muy importante que yo, habiendo “probado” a todas, me aguantara para terminar adentro de “mis” mujeres.  Mientras abrazaba a Caro y a Ana las demás hicieron “parejas” besándose y haciéndose “mimos”, Rosalía con Belinda, Graciela con Marta y las rubiecitas madre e hija.  En un momento estas dos se acercaron a nosotros y dirigiéndose a Carolina y a Ana María, Gracia les dijo que no tenía palabras para agradecerles todo lo que le hacían sentir.

  • “No somos nosotras Gracia, es él, sin él nada sería posible, lo que nos da a todas es invalorable”, -contestó Carolina y Ana asintió afirmando-.  Yo me levanté y me preguntaron por qué no me quedaba.
  • Voy a comer algo, ustedes me agotaron y debo reponer fuerzas.
  • “Jajaja, sos un caradura adorable, nos dejaste con el culo al norte y pidiendo ayuda a todas y decís que te cansaste”, -dijo Sol haciendo con su salida que se contagiaran las risas-.

                                                  Me fui riendo a prepararme el mate y unos emparedados.  Detrás de mí entraron Caro y Ana a la cocina.

  • “Nosotros te preparamos todo Cielo, estamos muy felices, principalmente nosotras dos, nos hiciste sentir reinas”, -dijo Carolina y Ana agregó-.
  • “Y como rey que sos queremos atenderte, no te enojes, yo soy así, necesito ser así, quiero prepararte el mate, cebártelo si es necesario, atenderte, estoy hecha y criada así, cambié mucho pero hay cosas que no puedo cambiar, Caro está criada y educada distinto aunque las dos te amamos con el alma”.
  • Lo sé mis ángeles, lo sé.  Las besé a las dos y dejé que me prepararan las cosas pues era parte de su felicidad hacerlo.

                                                  Faltando poco para la cena Gracia, Sol y Belinda dijeron de irse, la venezolana porque le iba a cubrir una guardia a Mónica en la Clínica y quería averiguar cómo andaba todo por allí y Gracia tenía que irse para su casa a atender al marido, por lógica, se iba con Sol.  Las llevó Carolina con la camioneta, la acompañaron Graciela y Marta para no volver sola.  Yo me quedé con Ana y Rosalía que todavía andaban en trajes de baño y recordando todo lo que había pasado en la pileta me volví a calentar, para colmo, las tangas de las dos no ayudaban.  El mejor culo de la Estancia y el culo de la mulata que más me excitaba se movían a gusto paseándose frente a mis ojos.

                                                  Les pedí a las dos que se sentaran conmigo en el sofá y una vez allí le pregunté a Ana.

  • Ana, ¿por qué no me dijiste que se estaban formando “parejitas” en la Estancia?
  • “No sé de qué me hablás, ¿cómo es eso de las “parejitas” en la Estancia?”.
  • ¿Me vas a decir que no te diste cuenta?, preguntale a Rosalía que tan equivocado estoy.  Lo que me jode es que no me lo hayan dicho.  Rosalía se puso de lo más nerviosa.  Rosiiii, ¿me vas a contar lo tuyo y lo de Graciela y Marta? 

                                                  Ana María me miraba a mí y a Rosalía.

 

  • “No te entiendo nada Guille”.
  • Esto tendría que haber sido parte de tu trabajo anterior Ana, yo estoy seguro que Graciela y Marta se entienden muy bien las dos y Rosalía anda haciendo sus “pinitos” con Belinda, Rosiii, ¿estoy muy equivocado?  A la mulata se le caían las lágrimas como si hubiera sido “pescada” en falta y se veía venir el mundo abajo.

                                                  Yo estaba tranquilo, de última, era parte de mi nueva temática destinada a no enojarme por todo y además, me venía bien para no estar pendiente de “atenderlas” a ellas muy seguido y era conveniente para los planes que yo tenía con mis dos “esposas”.

  • “¿Me podés explicar Rosalía eso que está diciendo Guillermo?”.  A Ana eso le molestó porque esperaba que se confiaran en ella ya que siempre le había dado todas las posibilidades y confianzas.
  • “Lo que pasa en que Guillermo nos dejaba “jugar” entre nosotras y las chicas se empezaron a sentir bien intimando más entre ellas dos, están probando y si sale bien le querían decir a Guillermo cuando se decidieran a algo más concreto, de una forma u otra, no pensaron nunca en salirse de brindarle a Guille lo que él necesitara.  Lo mismo pasa conmigo y Belinda, nos llevamos más que bien y queríamos ver si funcionaba para avisarles pero ninguna pensó en apartarse”.
  • Yo no veo mal eso y no pienso impedir una relación valedera y sincera pero… aun cuando piensen que todavía no están seguras, creo que no han actuado bien, en cierto modo han roto un círculo de confianza.  Yo tengo que contar algo y lo hago ante todas ustedes, todo lo que de alguna manera alegre o afecte al entorno lo he conversado con ustedes, les he dado toda la confianza, es cierto que he obtenido placer en la relación pero creí que era consensuado y pienso que les he otorgado placer, no las he “usado” para “sacarme ganas”.  Parten de una base equivocada, nunca fue “lo que yo necesitara”, se olvidan que es también “lo que ustedes querían”  ¿Acaso creen que no tengo o puedo tener las mujeres que quiero?  De todas maneras, no tengo ganas de enojarme con ustedes.
  • “Yo sí, yo estoy furiosa porque ocultaron algo, es más o menos lo mismo que decir “me estuve encamando con un flaco pero hasta saber si funciona o no, no voy a decir nada”, eso es “cagarse” en todos los demás y habían prometido que no sería así”.

                                                  La había “embarrado” lindo, quise sacar una conversación para deleitarme otra vez con esos lindos culos y ahora tenía a una de “mis esposas” enojadísima porque se sentía defraudada y a una de “mis chicas” llorando a “moco tendido”.  Tendría que tratar de arreglarlo.

  • No es tan así Ana, “bajá un cambio”, si hubiera sido con un flaco sería distinto porque yo no las dejo, en este caso yo las autoricé a “jugar” y puede haber nacido un sentimiento, no es para juzgarlo tan mal.  Con Belinda puede haberse dado el caso de una “cuestión de piel” desde que estuvieron en Buenos Aires y después buscaron de tratar de intimar para saber si podían tener una relación.  Algo similar pasa entre vos y Carolina.
  • “No, no es lo mismo, para nosotras estás vos primero, nuestra relación se dio más profunda cuando vos te fuiste y después por mi drama familiar pero JAMÁS tuvimos nada entre nosotras en función de una relación de dos para después contarte y decirte que no te vas a “quedar afuera”, eso hubiese sido como engañarte primero y después darte excusas.  Yo lo engañé a mi marido y si él lo hubiera descubierto tendría que haberme hecho cargo de todo porque siempre somos nosotras las que damos el sí, yo acepté engañar por querer a otro, nadie me exigió ni violó para eso”.

                                                  Lo que me decía Ana tenía una lógica que habíamos hablado y consensuado y nunca hicieron nada sin consultarme.  El “temita” presentado así generaba una ruptura de la armonía que reinaba y yo no quería eso.

 

  • No te quito tu parte de razón en eso pero no tenés que olvidar que yo las dejé explayarse con sus placeres sin tener en cuenta que cuando los sentimientos mandan se imponen por sobre todo lo demás y surgen temores porque uno no sabe cómo va a reaccionar la otra parte e inseguridades porque no hay nada consolidado del otro lado.  No por eso deben ser consideradas malas personas.
  • “Insisto en que deberían haberlo hablado”. 

                                                  Ya se escuchaba la camioneta de Caro y dije de cortar la conversación, que no se hablara más del tema para tener la cena en paz, yo pensaría y decidiría los pasos a seguir.  Nada de “cena en paz ni paz para cenar”.  Rosalía no quiso quedarse a cenar y se fue llorando para su casa.  Yo dije que cenaría en el escritorio y que vinieran Ana y Carolina a cenar conmigo allí, si nos quedábamos juntos “explotaría” todo.  Lo peor fue tratar de explicarle a Carolina porque se puso más “loca” que Ana María y lo que se negaba a entender de ninguna manera era lo de Belinda.

 

  • “¡Qué mierda hay que darle o qué hay que hacer para que no te claven un puñal en la espalda!  ¡Se les dieron todas las posibilidades y te pagan como el culo!  ¡Se las trató siempre como amigas y hacen “rancho aparte” sin avisar nada!, a mí no me la “venden” estuvieron juntas en Buenos Aires sólo una vez y para determinada compatibilidad han estado hablando por teléfono bastante seguido y nunca hicieron ningún comentario.  Belinda, nada menos que Belinda que hasta estuvimos juntas el fin de semana y no comentó nada”.

                                                  La rubia estaba furiosa.

  • Caro, tampoco es para tanto, le decía a Ana que yo se los permití y es factible que hayan nacido sentimientos que se estén consolidando, no es tan difícil de entender.  Yo no pienso tomar ninguna decisión drástica con ellas, hay que usar un poco de sentido común, las chicas trabajan bien y nos sería engorroso buscar y enseñar a nuevas y Belinda en una buena Médica dedicada a su trabajo.  Lo que hay que evitar en que cometan otra vez el mismo error y creo que este episodio les va a servir para poner “el culo en remojo” y pensar bien en lo que hacen desde ahora en más.
  • “Es que se les dio mucho para que expongan esa falta de confianza.  No tendrían que cogértelas más y deberían ser tratadas como mucamas y en el caso de Belinda como una Médica más de la Clínica”.

                                                  Me las quedé mirando a las dos y me puse a hablar con tranquilidad y frialdad, algo que ellas sabían que pasaba cuando la cosa derivaba a otros niveles conmigo.

  • Bueno, ahora, después de que mis dos mujeres despotricaron un poco y “nunca cometieron errores” por las que debieron ser perdonadas, les voy a decir algo: Primero: jamás “echo en cara” lo que doy en ayudas o en lo material.  Segundo: Las decisiones respecto al trato del personal, las tomo exclusivamente yo y cojo con quien quiero.  Tercero: Cuando volví de Corrientes me prometí ser un poco más tranquilo y comprensivo en mis decisiones para que no afectaran los sentimientos con las personas que me rodeaban.  Cuarto: La que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

                                                  Las dos bajaron la cabeza porque sabían que no me podían discutir lo que yo decía.

 

  • Bueno, viendo que comprenden algunas cosas, les voy a decir lo que van a hacer como amigas, nada de “patronas” o “Directora”, como amigas.  Tienen hasta el viernes al mediodía para hablar, “cagarse a puteadas”, entenderse y perdonarse, después se van todas juntas y acompañan a Ana en su momento tan especial, sin rencores y sin problemas y, Carolina, Ana María, sin diferencias de tratos o en gastos para con una u otra y las mandan juntas a las habitaciones para que se consoliden o no.  Por mi parte no voy a mover un pelo pero ya saben cuál es mi temática, si forman pareja, pasan a tener barba y bigote. 
  • Ahora cálmense y piensen en las “cagadas” que se han mandado ustedes antes de levantar “dedos acusadores” o exigencias desmesuradas, los errores en el amor y la amistad se solucionan hablando o dejando cosas de lado”.  Eso sí, desde ahora en más, cuando yo exija algo, si alguien me falla, no perdono más nada, háganlo saber.  Les estaba dando una especie de ultimátum y así lo entendieron.  Nos fuimos a dormir y como yo estaba “serio” no hubo “roces amorosos”.

                                                          El jueves a la mañana cuando me levanté a desayunar sólo saludé a Sol con el beso y el “toquecito” en las nalgas,  las tres chicas se acercaron y me pidieron hablar conmigo.

  • No, soy yo el que no quiere hablar con ustedes, antes de hablar conmigo van a tener que hablar entre todas las que se dicen “amigas”, acorde a lo que decidan después hablaré yo.
  • “¿Qué pasó, qué me perdí?”, -preguntó Sol-, le contesté que ya se iba a enterar, que yo tenía que irme. 

                                                  Me subí a la camioneta y me fui para el pueblo, tenía que traer a los Técnicos que iban a instalar la antena de la FM.  Los ubiqué, los dejé trabajando en el lugar estipulado, algo que Ricardo ya sabía y me volví al pueblo.  A mitad de camino me llamó Belinda por teléfono, estaba llorando y quería hablar conmigo con urgencia.

 

  • Si es por lo que armó anoche, te aviso que no es conmigo con el que tenés que hablar, es con Carolina y Ana María, de todos modos creo que no actuaste de frente, no me voy a poner en contra de tu posible felicidad ni te juzgo pero, me parece que he actuado más que bien con todo lo tuyo como para enterarme de algunas cosas de la manera en que lo hice.  De todos modos decidí que no hablaría con ninguna de ustedes hasta que no limen las asperezas.

                                                  Corté la comunicación y me fui para la Municipalidad, pasaría un rato de tiempo allí, luego iría a almorzar a lo de Francisco y después pasaría por la casa dónde instalaríamos la FM, no quería volver a la Estancia temprano.  Cuando estacioné frente a la Municipalidad me llamó Gracia.

  • “Guille, me podés contar que pasó, Belinda ha estado llorando y ahora se tomó un auto y se fue a la Estancia”.
  • Hola Gracia, no pasó nada que no deban solucionar Carolina, Ana, Belinda, Rosalía, Graciela y Marta, vos y Sol están excluidas del “temita” de amistad y de confianza que se presentó.  Yo no voy a decir nada hasta después que vuelvan de Mar del Plata, te dejo porque tengo que ver al Intendente, besos.  Me imaginaba que en casa las cosas estarían un poquito “alteradas” y hubiese pagado lo que fuera por tener micrófonos instalados en la cocina, el living o el comedor.

                                                  El Intendente me recibió sin inconvenientes y no dejé de observar que tenía tres Secretarias en la Privada, tres ante Secretarias en la oficina anterior y otros tantos administrativos, esto ni siquiera lo había visto en Municipalidades de Distritos con más de 250.000 habitantes y una de las quejas que se me había planteado después de la Auditoría obligada era porque esa Intendencia tenía muchos gastos, a simple vista quedaba claro que uno de los problemas era el gasto de personal porque no era sólo el sueldo que se le abonaba al empleado, otro tanto se abonaba por las Cargas Sociales.  Directamente le dije al Intendente que había que “atacar” por el lado del personal separando al de Planta de los Políticos, muchos de los cuales venían de la administración corrupta anterior.  El Intendente interino y candidato más potable que presentaba el Partido era un tarado que no sabía nada de lo que pasaba allí adentro.  Me fui a tomar un café y lo llamé por teléfono a José.

  • Hola José, ¿cómo estás?, voy a ser directo, te llamo para averiguar si verdaderamente el candidato que tienen en el pueblo es el único que hay para ustedes y que fue lo que hizo la Auditoría que mandaron.
  • “Hola Guille, yo ando bien, ¿qué te pasa, encontraste anomalías?, contame”.
  • No quiero perder el tiempo con boludeces ni con boludos, el tipo éste es un inútil y, a menos que haya algún entuerto de por medio, no sé que tanto le puede servir al Partido que sea elegido.
  • “Ya lo sabemos Guille, en realidad el que tiene que ir es el que va en la lista como Primer Concejal, se decidió esta semana y estaba por llamarte para avisarte, lo que sucede es que el candidato actual es el único que tiene cierto renombre en el pueblo, es comerciante y toda la familia lo ha sido desde hace mucho tiempo, el candidato a Primer Concejal ha sido empleado municipal muchos años y conoce todo lo del Municipio pero políticamente no lo conoce nadie y no hay tiempo para una campaña fuerte.  Respecto a la Auditoría fue sólo a las cuentas que movía el Intendente anterior, no se profundizó nada”.
  • José, “me cago en la hostia”, me estás haciendo invertir en un otario y me “escondiste la leche”.
  • “No Guille, nada que ver, la “jefa” me dijo que te pusiera al tanto de esto con “pitos y señales” ya desde la semana pasada, la “cagada” me la mando yo, con todo el quilombo de laburo que tengo siempre lo dejo para después y vos caíste en la “volteada”, no te enojes Guille, ya sabés como es esto”.
  • Está bien, yo lo comprendo pero me tienen que poner bien al tanto de la “jugada”.
  • “Te la hago corta, hay que hacerlo ganar, jura como Intendente y se viene a un cargo en la Provincia, ya está arreglado y asume el Primer Concejal electo.
  • Bueno, yo te llamo el fin de semana y vemos de conversarlo bien porque tengo que hablar con ese tipo.
  • “Dale, llamá y lo hablamos tranquilo”.  Lo saludé y me fui a almorzar por algo era que no me gustaban los entuertos políticos y pretendía apartarme de ellos.

                                                  Lo pasé bien en el restaurant con Francisco y me tiré casi una hora haciendo sobremesa y conversando con él después decidí darme una vuelta por la casa de la futura FM para ver cómo iban los arreglos en la construcción.  La antena de transmisión ya estaba colocada y la instalación eléctrica de toda la casa se estaba poniendo a nuevo y reforzada, según los técnicos, nos evitaríamos problemas a futuro.  Habían llegado los equipos y el Encargado de la radio se encontraba supervisando todo lo que le entregaban, conversé con él y me dijo que era “El” equipo, estaba muy conforme con lo que le entregaba la empresa contratada.

                                                  Me preguntó si no quería quedarme un rato más porque vendrían cuatro o cinco chicas a las que tendría que entrevistar, dos para administrativas y dos para promotoras de publicidad, pensé en Azul que quería trabajar -Celeste ya lo hacía en un turno de la Clínica- y le dije que le mandaría una.  Me puse serio y le expresé crudamente en estas palabras, “voltéate a quien quieras pero no utilices tu puesto para ello, vas a creer que las usás y acabás siendo usado, eso en tanto y en cuanto no te acusen y ahí vas a perder feo”.  Después de mi lección de “moralina” (yo podía hacer lo que quisiera por una condición muy particular pero, no costaba nada enseñarles a los demás lo que no debían hacer) me fui tranquilo para la Estancia esperando que las cosas se hubieran calmado…

Continuará…

Por favor, si le gusta, valoren y comenten…

Gracias…  GUILLEOS1.

Mas de tauro47

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (18) Editado y corregido

Me hicieron creer que era afeminado. (46)

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (17) Editado y corregido

Me hicieron creer que era afeminado. (44)

Me hicieron creer que era afeminado. (45)

Me hicieron creer que era afeminado. (43)

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (16) Editado y corregido

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (15) Editado y corregido

Me hicieron creer que era afeminado. (42)

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (14) corregido y editado

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (16)

EL PACTO. (54) y FINAL

El pacto. (53)

13 - mis primas de la capital.

El pacto.

El pacto. (51)

El pacto. (50).

El pacto. (49).

Me hicieron creer que era afeminado. (41)

El pacto. (48).

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (12). Editado y corregid

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (15)

El pacto. (47).

El pacto. (46).

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (11) Editado y corregido

El pacto. (45).

Me hicieron creer que era afeminado. (40)

El pacto. (44).

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (10). Editado y corregid

El pacto. (43).

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (9). Editado y corregido

El pacto. (42).

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (14)

Me hicieron creer que era afeminado. (39)

El pacto. (40).

El pacto. (39).

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (8). Corregido y editado

El pacto. (38).

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (7). Editado y corregido

El pacto. (37).

El pacto. (36)

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (13)

Me hicieron creer que era afeminado. (38)

Mis primas de la capital. (6).

El pacto. (35).

El pacto. (34)

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (5) Editado y corregido.

Me hicieron creer que era afeminado. (37)

El pacto. (33).

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (12)

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (4). Editado y corregido

El pacto. (32)

Me hicieron creer que era afeminado. (36)

El pacto. (31)

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL (3) Editado y corregido.

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (11)

El pacto. (30)

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL (2) Edición corregida.

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (10)

Me hicieron creer que era afeminado. (35)

El pacto. (29)

El pacto. (28)

Me hicieron creer que era afeminado. (34)

El pacto. (27).

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL (1) Edición corregida

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (9)

El pacto. (26).

Me hicieron creer que era afeminado. (33)

El pacto. (25).

El pacto. (24).

Me hicieron creer que era afeminado. (32)

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (8)

El pacto. (23).

El pacto. (22).

Me hicieron creer que era afeminado. (31)

El pacto. (21).

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (7)

El pacto. (20).

El pacto. (19).

Me hicieron creer que era afeminado. (30)

El pacto. (18).

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (6)

El pacto. (17).

Me hicieron creer que era afeminado. (29)

El pacto. (16)

Me hicieron creer que era afeminado. (28)

El pacto. (15).

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (5)

El pacto. (14)

Me hicieron creer que era afeminado. (27)

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (4)

Me hicieron creer que era afeminado. (26)

El pacto. (13)

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (3)

Me hicieron creer que era afeminado. (25)

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (2)

El pacto. (12)

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (1)

Me hicieron creer que era afeminado. (24)

El pacto. (11)

El pacto. (10)

El pacto. (09)

Me hicieron creer que era afeminado. (23)

El pacto. (08)

Me hicieron creer que era afeminado. (22)

El pacto. (7)

Me hicieron creer que era afeminado. (21)

El pacto. (6)

Me hicieron creer que era afeminado. (20)

El pacto. (5)

El pacto.3

El pacto.(4)

El pacto (1)

El pacto. (2)

Me hicieron creer que era afeminado. (19)

Me hicieron creer que era afeminado. (18)

Me hicieron creer que era afeminado. (17)

Me hicieron creer que era afeminado. (16)

Me hicieron creer que era afeminado. (15)

Me hicieron creer que era afeminado. (14)

Me hicieron creer que era afeminado. (13)

Me hicieron creer que era afeminado. (12)

Me hicieron creer que era afeminado. (11)

Me hicieron creer que era afeminado. (10)

Me hicieron creer que era afeminado. (9)

Me hicieron creer que era afeminado. (8)

Me hicieron creer que era afeminado. (7)

Me hicieron creer que era afeminado. (6)

Me hicieron creer que era afeminado. (5)

Me hicieron creer que era afeminado. (4)

Me hicieron creer que era afeminado. (3)

Me hicieron creer que era afeminado. (2)

Me hicieron creer que era afeminado (1)

Viaje de un jubilado a La Argentina (50) FINAL

Viaje de un jubilado a La Argentina (49)

Viaje de un jubilado a La Argentina (48)

Viaje de un jubilado a La Argentina (47)

Viaje de un jubilado a La Argentina (46)

Viaje de un jubilado a La Argentina (45)

Viaje de un jubilado a La Argentina (44)

Viaje de un jubilado a La Argentina (43)

Viaje de un jubilado a La Argentina (42)

Cada vez me encanta más la Navidad

Mi vecina de ático y sus habilidades.

Viaje de un jubilado a La Argentina (41)

Viaje de un jubilado a La Argentina (40)

El divorcio de mis padres me hizo feliz

Viaje de un jubilado a La Argentina (39)

Viaje de un jubilado a La Argentina (38)

Viaje de un jubilado a La Argentina (37)

Viaje de un jubilado a La Argentina (36)

Viaje de un jubilado a La Argentina (35)

Viaje de un jubilado a La Argentina (34) completo

Viaje de un jubilado a La Argentina (34)

Una Nochebuena especial

Viaje de un jubilado a La Argentina (33)

Viaje de un jubilado a La Argentina (32)

Viaje de un jubilado a La Argentina (31)

Viaje de un jubilado a La Argentina (30)

Viaje de un jubilado a La Argentina (29)

Viaje de un jubilado a La Argentina (28)

La conversión de mi hijo Eduardo

Viaje de un jubilado a La Argentina (27)

Viaje de un jubilado a La Argentina (26)

Viaje de un jubilado a La Argentina (24)

Viaje de un jubilado a La Argentina (25)

Viaje de un jubilado a La Argentina (22)

Viaje de un jubilado a La Argentina (23)

Viaje de un jubilado a La Argentina (21)

Viaje de un jubilado a La Argentina (19)

Viaje de un jubilado a La Argentina (20)

Viaje de un jubilado a La Argentina (17)

Viaje de un jubilado a La Argentina (18)

Viaje de un jubilado a La Argentina (16)

Viaje de un jubilado a La Argentina (14)

Viaje de un jubilado a La Argentina (15)

Viaje de un jubilado a La Argentina (13)

Viaje de un jubilado a La Argentina (12)

Viaje de un jubilado a La Argentina (11)

Viaje de un jubilado a La Argentina (10)

Viaje de un jubilado a La Argentina (9)

Viaje de un jubilado a La Argentina (8)

Viaje de un jubilado a La Argentina (7)

Viaje de un jubilado a La Argentina (6)

Viaje de un jubilado a La Argentina (5)

Viaje de un jubilado a La Argentina (4)

Viaje de un jubilado a Argentina (3)

Viaje de un jubilado a Argentina (2)

Viaje de un jubilado a Argentina (1)

Mis primas de la capital (30) y FINAL

Mis primas de la capital (29)

Mis primas de la capital (28)

Mi timidez y mis tías (50) y FINAL

Mi timidez y mis tías (49)

Mi timidez y mis tías (48)

Mi timidez y mis tías (47)

Mis primas de la capital (27)Estaba muy agradecido

Mi timidez y mis tías (46)

Mis primas de la capital (26)

Mis primas de la capital (25)

Mi timidez y mis tías (45)

Mis primas de la capital (24)

Mi timidez y mis tías (44)

Mi timidez y mis tías (43)

Mis primas de la capital (23)

Mis primas de la capital (22)

Mi timidez y mis tías (42)

El tío Culebra me quitó el miedo a los reptiles 1

El tío culebra me quitó el miedo. (2)

Mi timidez y mis tías (41)

Mis primas de la capital (21)

Un jubilado en el cine

Mi timidez y mis tías (40)

Mis primas de la capital (20)

Un pastor en el camino de Santiago

Mis primas de la capital (19)

Mi timidez y mis tías (39)

Memorias de un abuelo (2)

Mi timidez y mis tías (38)

Memorias de un abuelo (1)

Mi timidez y mis tías (37)

Mi timidez y mis tías (36)

Mi timidez y mis tías (35)

Mi timidez y mis tías (349

Mis timidez y mis tías (33)

Mi timidez y mis tías (32)

Mi timidez y mis tías (31)

Mi timidez y mis tías (30)

Mi timidez y mis tías (29)

Mi timidez y mis tías (28)

Mi timidez y mis tías (27)

Mis primas de la capital (18)

Mi timidez y mis tías (26)

Mi timidez y mis tías (25)

Mi timidez y mis tías (24)

Mi timidez y mis tías (23)

Mi timidez y mis tías (22)

Mi timidez y mis tías (21)

Mi timidez y mis tías (20)

Mi timidez y mis tías (19)

Mi timidez y mis tías (18)

Mis primas de la capital (17)

Mitimidez y mis tías (17)

Mi timidez y mis tías (16)

Mis primas de la capital (16)

Mi timidez y mis tías (15)

Mis primas de la capital (15)

Mi timidez y mis tías (14)

Mis primas de la capital (15)

Mi timidez y mis tías (13)

Mi timidez y mis tías 12

Mis primas de la capital 14

Mi timidez y mis tías 11

Mi timidez y mis tías 10

Mi timidez y mis tías 9

Mi timidez y mis tías 8

Mi timidez y mis tías 7

Mi timidez y mis tías 6

Mi timidez y mis tías 5

Mi timidez y mis tías 4

Mi timidez y mis tías (3)

Mi timidez y mis tías 2

Mi timidez y mis tías 1

Mi coño conquistó New York. (2)

Mis primas de la capital (13)

Mi coño conquistó New York.Cuando decidí labrarme

Para un concierto lo mejor es un trío… o más (3)

Para un concierto lo mejor es un trío… o más (2)

Mis primas de la capital (11)

Mis primas de la capital (12)

Mellizos y gemelas, de gavilán a paloma.

Mis primas de la capitál (10)

Para un concierto lo mejor es un trío, o más.

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mis tetas decidieron mi destino por mí.

Entre mi padre y mi tía me quitaron mis complejos.

Mis primas de la capital (9)

Mis primas de la capital (8)

Ayudando a mi mamá

Mis primas de la capitál (7)

Mis primas de la capital (6)

Mis primas de la capital (4)

Mis primas de la capital (5)

Mis primas de la capital (3)

Mis primas de la capital (2)

Mis primas de la capital

Dos que valen por tres.

Al conocer mi adopción encontré la felicidad

El chat me ayudó con mi sobrina (Continuación 2)

El chat me ayudó con mi sobrina (continuación)

Mi gran desgracia mi polla Final

Mi gran desgracia mi polla continuación

Mi padre y mi tio tienen los mismos gustos

He tenido mas corridas que km. en mi carrera

Mi gran desgracia .. mi polla

Me casé con una miss

Me gusta ser chófer (TOMO II)

Me gusta ser chófer (TOMO I)

Bienvenida mi jubilación

Tengo una familia atipica pero con mucha memoriT

Bienvenida mi jubilacion tomo 2

Mi primer viaje en avión

Desde el balnerario con amor

El chat me ayudo con mi sobrina