Tenía yo 14 años el día que me desvirgó una amiga. Fue una tarde de ferias en una ciudad del centro de España. Recuerdo que salimos todo el grupo en pandilla, mi amigo Jesús y su novia Esperanza, Benito, Noe y yo. Jesús y su novia no tardaron en perderse después del concierto, supongo que a pegarse el lote en algún jardín. Quedamos sólo los tres, Benito, de 12 años y hermano de Noe y yo. Estuvimos dando vueltas por el recinto ferial montando en diversas atracciones y bebiendo algunas litronas de cubata.
Serían ya cerca de las dos de la madrugada cuando Benito dijo que estaba cansado y se marchó a casa, quedándonos solos Noe y yo. Yo todavía no tenía novia, aunque había tonteado con varias chicas pero sin llegar a nada más.
Noe llevaba saliendo algunos meses con otro amigo mío llamado Javi. Es una chica alta, algo más que yo, de mi misma edad, delgadita y con un cuerpecillo que quita el hipo.
Aquella noche, Noe se encontraba sola porque su novio Javi había ido hacía una semana a un campamento como castigo por su bajo rendimiento en el colegio.
La confianza que existía entre la novia de Javi y yo era mucha, pues habitualmente salíamos los tres juntos y yo era como parte de ellos, permitiéndome algunas confianzas que seguro que si es otro le cuesta caro.
A menudo, cuando sabía que Noe y Javi habían estado revolcándose por el campo, preguntaba directamente a él o a ella que tal le había sido el polvo y ellos se enrollaban a contarme como lo habían hecho. Siempre procuraba preguntar cuando estaban solos, pues si iban ambos supongo que por verguenza no decían nada. Sabía que a él le gustaba que se la chupase, cosa que Noe hacía con gusto hasta tragarse la leche. Por su parte a ella le gustaba que le chupase las tetas cuando se la metía, y que Javi se corriese en sus tetas mientras ella le apretaba los huevos. Normalmente follaban con preservativo, salvo un par de días antes de que a ella le viniese la regla y un par de días despues de finalizar la misma, pues sabían que durante esos días era imposible que se quedase preñada.
La última vez que pude hablar íntimamente con ella, hacía apenas media hora que se había recogido mi amigo. Me la encontré camino de su casa y le pregunté por el polvo. Creo que la chica llevaba alguna cerveza de más porque me dijo que acababan de echar un casquete en el prado. Le pregunté que que tal había sido y me dijo que super, que Javi se había corrido adentro ya que estaba en el último día antes de la regla.
Le dije que no me vacilara, que seguro que lo había hecho con condón, aunque si me apuraba mucho seguro que ni lo habían hecho.
-Que te apuestas a que lo que te he dicho es verdad...? me desafió.
-No te creo...me apuesto una noche de juerga los tres..., y pago yo toda la bebida...- le dije.
-Dáme la mano...-dijo.
Miró a su alrededor y como no había nadie me guió la mano derecha bajo su falda.
-Métela dentro...-dijo.
Yo metí la bano bajo la falda y separando el elástico de la braga tanteé. Bajo la fina tela encontré un bosque de pelo húmedo.
-Mete el dedo....-ordenó
Con un poco de nervios separé los labios y metí un poco el dedo. Enseguida noté que entraba con facilidad, llegando hasta el nudillo.
-Notas la leche...-me dijo.
-Joder que si la noto...-me limité a decir.
Enseguida me sacó el dedo y me obligó a jurar que no dijese nada a Javi.
Algunos días después pagué lo que debía. Desde aquel día nuestra relación como amigos sufrió un cambio, pero para mejor.
Javi me trataba super bien, y más de una vez me dijo que cuidase de su novia si él no estaba, pues tanta era la confianza que tenía en mí.
Volviendo al día de feria, mientras regresaba con Noe a su casa tras la salida, y debido a las cervezas y cubata que llevábamos los dos, le eché el brazo por encima. Ella aceptó mi movimiento sin decir nada. Continuamos andando un rato más, pues el camino hasta su casa era largo, así que aproveché para con disimulo pasarle la mano por el bulto de su teta. Como no dijo nada seguí con mi juego y ahora le planté toda la mano derecha en su teta. Como lo único que me dijo es -no te pases...- pero no hizo además alguno para quitarla, me lancé y le agarré toda la carne con fuerza.
-Tío, que me la cojas es una cosa......pero no me hagas daño...- me dijo con malestar.
-Perdona...- me limité a decir mientras aflojaba la presión sin soltarla.
Ahora ya no me limitaba a agarrar su seno sino que jugaba con él, apretando el pezón y jugando con él sobre la camisa. Con cuidado le solté un par de botones y metí la mano. Seguí avanzando bajo la tela del sujetador y por fin toqué su carne caliente. Ahora sujetaba el pezón con los dedos índice y corazón y apretaba y soltaba la carne con ternura.
-Me estás poniendo malo Noe...-acerté a decir.
-Pues saca la mano...- me dijo.
-Ven, vamos a sentarnos allí...- le dije.
Me la llevé tras una pared oscura y le besé la boca metiéndole la lengua hasta el fondo. Ella me siguió el juego sin decir ni pío.
-Hazme una paja...- le ordené mientras le apretaba las dos tetas bajo la camisa desabrochada.
-No te pases tío, venga, déjalo ya... si se entera Javi nos mata...- replicó mientras se abrochaba los botones.
-Te prometo que yo no se lo pienso decir... pero por favor, no me dejes así...- le supliqué.
-No me jodas... ahora te la cascas cuando llegues a casa y ya está...-
-Por favor Noe...te prometo que haré lo que tú me digas...- dije casi sin voz.
-Venga vale, pero rápido,... y me debes una...-
-Lo que quieras...te lo juro...- prometí.
Enseguida la niña me abrió la bragueta y me la sacó. Mi polla estaba ya como un palo, pero al sentir el calor de su mano creció aún más.
Nos sentamos en lo oscuro, y comenzó con el meneo. Su mano subía y bajaba con rapidez y de seguir así no tardaría mucho en correrme, por lo que temiendo que le leche comenzase a subir le tiré una mentira.
-Noe, así no llego, déjame que te la arrime un poco al coño para que me caliente...- le dije
-Joder macho, eso no es una paja...- se limitó a decirme mientras paraba.
-Venga, que más te dá...no seas así...-dije.
-Vale, pero sólo un poco....-asintió.
Se subió sobre mis piernas, y en un rápido movimiento le bajé las bragas hasta los tobillos. Como se sentía incómoda ella misma que las quitó. Se abrió un poco y cogió mi rabo para acercárselo hasta el conejo. Sentí el roce de su pelambrera en la cabeza de mi rabo y si no es porque me mordí el labio me corro en ese instante.
Comenzó a maniobrar el pellejo de mi picha mientras rozaba sus rizos. Estuvo así un rato, y viendo yo que aquello se terminaba opté por volver a engañarla.
-Déjame a mí...que contigo no llego...- mentí.
-Vaya mierda de tío....que pasa...es que no estoy buena...o qué...- me regañó mientras soltaba de mala manera mi rabo.
-Es que no me concentro...déjame que la meta un poco...-
-No me jodas, eso no es lo que habíamos quedado...- dijo poniéndose de pie.
-Venga, sólo la punta,..te prometo que cuando me caliente la quito...- mentí de nuevo.
-Venga vale...pero si no te corres ya, me quito y paso... me dijo cabreada.
De nuevo volvió a bajar sobre mis piernas con las suyas separadas. Yo había cogido mi rabo y con ciudado lo dirigí hacia los labios de su coño. Jugué un poco con ellos hasta notar su humedad y cuando creí conveniente metí un poco la punta. La cabeza de mi rabo se clavó en ella apenas un centímetro. Noté como sus músculos se cerraban en torno a ella y casi me corro en ese momento.
La mantuve allí un momento sin moverme, y tras algunos segundos comencé a realizarme una paja. El placer que me estaba dando con la mano y el calorcillo de su almeja comenzaron a hacer su efecto. Supongo que ella también estaba sintiendo lo mismo que yo pues noté como su cuerpo se relajaba y tras agarrarme de los hombros comenzó a comerme la lengua.
Mientras nuestras bocas se fundían, paré de agitarme el nabo y como quien no quiere la cosa empujé un poco las caderas hasta meter algunos centímetros más dentro de ella. Como ví que no decía nada- pues su boca estaba ocupada- solté toda la mano y se la clavé hasta los huevos. Paré y dejé que creciese dentro de ella. Tras un momento de duda, comencé con suavidad a sacarla y meterla de milímetro en milímetro, pues si lo hacía con brusquedad corría el riesgo de que ella se quitase. Poco a poco aceleré el vaivén que casi no tenía fricción debido a sus jugos y a los primeras gotas de lubricante que hacía rato que había expulsado mi rabo. No sé lo que pudo durar aquello. Enseguida noté como una corriente me partía el cuerpo y ascendía desde mis pies hacia arriba. Mis muslos se tensaron y mis huevos explotaron. Noté como se inflamaba mi polla y como la leche subía por ella. Tan pronto el primer chorro salió de ella hasta chocar con el fondo de su almeja, apreté su cuerpo hacia abajo para evitar que se saliese. Creo que con la calentura que tenía ni se dió cuenta de que la estaba regando, así que aproveché su inmobilidad para vaciarme totalmente dentro de ella y disfrutar cada segundo, mucho más que con la mejor de mis pajas.
No sé si fueron cuatro o cinco los cañonazos que le lancé. Pero ella no dijo nada hasta que notó como mi rabo ya flácido se salía de entre sus rizos.
-Que cabrón eres...podías haberme avisado de que te ibas a correr dentro...-
-Lo siento Noe...pero es que me has puesto a cien..- acerté a decir como escusándome.
Se levantó despacio, momento que aproveché para plantarle toda la palma de la mano en el coño. Noté sus rizos mojados y como mi leche goteaba de su almeja hasta caer sobre mi mano. Ella se agachó y se abrió bien de piernas para evacuar el jugo que la llenaba. Con las bragas se limpió la entrepierna y después las tiró lejos.
-Que cabrón eres...si se entera de esto Javi nos mata a los dos...- me dijo.
-No se enterará por mí...y supongo que tú no dirás nada.-
-Venga, acompáñame a casa que me van a echar la bulla si tardo más...-se limitó a decirme mientras se arreglaba la falda.
Tras vestirme yo le volví a poner el brazo sobre los hombros y continuamos el camino. Tras unos minutos andando llegamos a su portal. Allí, y con la luz apagada le planté de nuevo un beso que no rechazó y volví a tocarle entre las piernas. Tras sentír su matorral mojado decidí que aquella noche había terminado y salí de allí.
Al volver recogí sus bragas mojadas, que aún guardo de recuerdo.
Javi volvió y ella no le dijo nada. De aquello han pasado ya tres años, y aún siguen de novios. Yo de vez en cuando me la camelo y me hace una paja recordando viejos tiempos, pues desde entonces no he vuelto a follármela. Ahora yo también tengo novia y salimos los cuatro juntos y aún me caliento recordando aquella noche, sobre todo cuando se sienta en la hierba y le veo las braguitas, sabiendo que debajo de ellas y entre sus rizos estuvo mi leche una noche de ferias. Así que cuando me pasa eso tengo que llevarme a mi chica a lo oscuro y llenarle el vientre, cosa que ella agradece profundamente. Estoy pensando en hablar con Javi y proponerle un intercambio, aunque no sé que dirá mi chica. Lo que tengo claro es que antes de que se casen, le volveré a meter los pelillos para adentro y mi leche recorrerá de nuevo los pliegues de su almeja, o eso espero.
FERNANDO D.