Papito
Esta es la historia de mi vida, hoy que estoy al doblar el camino de mi existencia, y con la tranquilidad de los años felices, que pasé de la vida que escogí por propia decisión, me atrevo á contarla. Esperando que algunas personas que pasaron por lo mismo que yo viví, me puedan comprender, y los que no, por lo menos piensen, que en 50 años de vida supe vivir intensamente un amor prohibido para muchos, pero grandioso, hermoso y pleno, que hasta hoy me sigue dando todo, todo lo que necesito.
Primera parte
Mis hermanitos eran menores que yo, tenían 8, 7 y 4 años, todos varones, en el momento en el que empiezo mi relato, por lo que eran más pegados a mi madre, que por ese entonces solo tenía 24 años. Yo siendo mujercita con 10 años cumplidos, era más pegada a mi padre que tenía 27 años recién cumplidos. Jugaba con él, lo acompañaba al fútbol, y me encantaba acostarme a su lado, en su cama cuando dormía la siesta, para mirar televisión, ó por las noches antes de irme a dormir.
Cuando estabamos solos, él me tocaba mis pechitos y las nalguitas y cuando jugábamos a la lucha, siempre acababa con mi papito entre mis piernas y yo podía sentir en mi chuchita, la dureza de su pene, aunque por esa época no lo interpretaba de esa forma. Para mí siempre fue natural que mi papito me acaricie por todas partes, mis partes intimas, mi barriguita, mis nalguitas y más cuando me bañaba. A mi me encantaban sus caricias, y siempre lo estaba buscando cuando se encontraba en la casa, para estar con él y que me acaricié. Mi madre siempre fue una mujer fría y callada, aunque nos quería mucho, no era afecta a demostraciones de ternura con ninguno de nosotros.
Cuando tenía 6 años, me di cuenta que las caricias de papito solo eran para mi, y que nadie más tenía que enterarse, porque me las hacía cuando estabamos solos, y me soltaba si alguna persona se acercaba . Aparte de saber que eran caricias prohibidas, descubrí que me gustaban mucho y si mi papito por algún motivo dejaba de acariciarme yo me creía morir. Aunque el me bañó y me ayudó á cambiarme hasta casi mis 10 años, dejó de hacerlo, cuando mi madre dijo que ya estaba grande para que mi padre me siga bañando.
Desde que tengo memoria, mi padre fue cariñoso conmigo y al bañarme ó al cambiarme la ropa, siempre me acarició y yo me acostumbré a sus caricias, á los regalos que me traía a escondidas, de mis hermanos y mi madre, a sus palabras cariñosas, a sus exquisitas caricias, tanto así, que cuando se enojaba conmigo por alguna travesura, no me acariciaba ni me decía palabras cariñosas, al rato ya estaba yo, pidiéndole perdón y extrañando sus caricias. Lo amaba, lo quería desde siempre. Me encantaba mostrarme desnuda en su delante, y él siempre trataba de estar presente cuando salía de la ducha ó cuando me tenía que cambiar para irme a dormir. Desde siempre tuve la costumbre de irme a media noche a su cama, y acostarme al medio ó al lado de mi padre, y me volvía a dormir mientras sentía la caricia de mi padre en mi barriguita, mi cabeza ó mis pechitos. Me encantaba cuando él me llevaba alzada en sus fuertes brazos hasta mi cama, porque yo me hacía la dormida, para que me tenga que alzar. Yo lo había visto algunas veces desnudo, cuando se cambiaba de ropa ó cuando estaba en el baño, y observé que su pene tenía mucho pelo alrededor, como la chucha de mi mamá y que su pene parecía un dedo grandote y gordo apuntando para abajo, ya que siempre que se lo lograba ver, estaba flácido y en reposo.
Hasta que un día, cuando ya tenía 10 años cumplidos, y pocos meces desde que mamá prohibió a papito á que me bañe, que entró al baño desnudo, cuando yo me estaba bañando, cerró la puerta y se quedó quieto á medio camino, observándome, cuando yo lo vi porque tenía la cortina de la ducha sin cerrar, me dijo que no me preocupara, pero que tenía que afeitarse y que se le había hecho tarde, que ya no tenía tiempo, que llegaría tarde a una reunión en su trabajo, yo lo veía que a ratos él me miraba bañarme, y cuando miré hacia abajo, vi que su pene estaba creciendo y que se le estaba parando. Todavía extrañaba que mi papito ya no me bañara, y esta era una ocasión extraordinaria, ya que desde que no me bañaba, no había logrado verlo desnudo. Cuando me terminé de bañar me quedé quietita en la ducha mirándolo, viendo como su pene se le hacía cada vez más grande y grueso. El rápidamente terminó de afeitarse, luego dándose la vuelta, quedó frente a mí, me miró y vio mi carita de asombro, me sonrió y se colocó una toalla al rededor de la cintura, tapando ese instrumento que me tenía turulata, se acercó a mi y tapándome con otra toalla me dijo:
- Te quiero mi chiquitita hermosa, cada día que pasa estás más divina! Me dio un beso en los labios levemente, y se fue dejándome muda de asombro ya que era la primera vez que veía que la cosa de mi papito podía crecer y pararse, hasta ponerse enorme. Ese rato sentí como un cosquilleo en mi chuchita, y cuando me estaba secando me la apreté, y el cosquilleo pasó, pero sentí que mi chuchita por dentro estaba húmeda.
Desde ese día comencé a prestar más atención y á buscar estar á solas con mi papito, para tratar de volver á ver su pene en erección, porque me di cuenta que lo que le había pasado a él, fue porque me estaba mirando desnuda, lo que quería decir que mi papito se había excitado al verme bañar. Por esa época ya en el colegio, escuchaba algunas cosas sobre los penes de los hombres y mi curiosidad se estaba despertando, por todo lo que sea sexual. Desde ese día esperaba que llegara mi padre para bañarme, y dejaba la puerta entreabierta para que él me pudiera ver y así era, cuando estaba por terminar de bañarme, aparecía mi papito, y me miraba un rato desde la puerta entreabierta, y luego se iba. Yo me acostumbré á entrar á su cuarto cuando sabía que él estaba por cambiarse de ropa, para poder verlo desnudo, y aunque ninguna vez lo pude ver como en el baño, si se la veía en reposo, él me sonreía sin decirme nada mientras se cambiaba en mi delante. La oportunidad llegó al mes siguiente.
Mi madre desde su último parto de mi hermano más chico, quedó muy enferma, y siempre le estaban realizando tratamientos médicos, hasta que esta vez fue más grave, y después de que la vieron varios médicos, la internaron en el Hospital y quedaron de operarla a los dos días. Ese día que la llevamos al hospital, mi madre me pidió que ayudara con mis hermanos, que no hiciera renegar a mi padre, que me comportara como una niña madura y me ocupara de la casa en su ausencia. Dejamos el Hospital a las 7 de la noche, y regresamos a la casa con mis hermanos. Mi padre se sonreía, al verme actuar como una grande, ya que yo creía que estaba reemplazando a mi madre, y me sentía muy importante a los ojos de mi papito. Cuando llegamos a la casa mandé a mis hermanos a la ducha, y me puse a preparar la cena, mientras mi padre me ayudaba a ratos en la cocina y en la atención de mis hermanos. Después de la cena miramos un rato televisión con mis hermanos, luego hicimos tareas y más tarde mi padre los mandó a la cama, mientras yo limpiaba la cocina. Cuando terminé con la cocina, busqué a mi padre y lo encontré en el cuarto donde dormían mis tres hermanos, lo miré sentado en una silla, mientras terminaba de leerles un cuento, me miró y me sonrió, por señas le dije que me estaba yendo a la ducha, me hizo una seña afirmativa con su cabeza.
Me encontraba desnuda en la ducha, terminando de lavarme el pelo, cuando siento que se abre la puerta del baño, y escucho la voz de mi papito que me pregunta que como está el agua.
- Esta riquísima papito! Le dije limpiando mis ojos para poder verlo.
- Quieres entrar conmigo?, le pregunté emocionada al escuchar su voz y pensando que lo que quería en ese momento era verlo desnudo.
- No!, mi amor esperaré que tu termines, me dijo.
- Entra conmigo papito, hay lugar para los dos! Le dije mientras abría la cortina de la ducha y lo miraba, solo estaba tapado con una toalla en la cintura.
- Y si se enoja tu mamá? Me dijo
- Yo no se lo contaré! Y si tu no dices nada papito, jamas se enterará! Le dije, abriendo más la cortina para que me vea desnuda. El siempre me había visto desnuda, pero esta vez era especial, ya que por primera vez, él me miraba como mujer y yo lo miraba como hombre, y no solo como mi papito. Me miró un rato sin decir palabra, luego se sacó la toalla y por segunda vez lo vi totalmente desnudo, y con una semi erección, avanzó hacia mí y entró en la ducha, me abrazó y me besó en la cabeza, ya que yo con mis 10 años le llegaba a la altura de su pecho, él tenía que agacharse para poder besarme, yo también lo abrasé mientras un poco más abajo de mis pechitos sentía la dureza y el calor de su pene, clavándose en mi piel, emocionada y excitada le decía:
- Te quiero, papito! Mientras lo abrasaba más fuerte y sentía su pene aprisionado contra mi cuerpito.
- Yo también te quiero mi amorcito, te amo mucho! Me dijo, mientras me acariciaba la nuca y la espalda. Luego se separó un poco de mí y me dijo:
- Pero como a crecido mi chiquitita no parece de 10 años!!!
- Pero papito si ya casi tengo 11 años!!!! Le dije yo medio ofendida y medio en broma. Luego él me ayudó a bañarme como lo hacía cuando era más chica, solo que esta vez se demoró más tiempo en jabonarme los pechitos y la entrepierna, y a mi me encantaba que me abra los labios vaginales y juegue con ese botoncito que me hacia pasar como electricidad, yo jadeaba y me reía, muerta de nervios, mientras él me tocaba dándome mucho placer y estremecimientos, mis pechitos apenas se notaban, ya que las aureolas de los pesoncitos eran de un color idéntico a mi piel, pero sentía cosas ricas cuando papito me los tocaba y se me ponían duritos.
- Te gusta que te jabone los pechitos? Me preguntó papito.
- Si papito! Le respondí, mientras la piel de mi cuerpito se me estremecía con sus caricias.
- Y si te toco aquí, te gusta? Me dijo cuando tocó mi pequeño clítoris, abriendo mi rajita con sus dedos.
- Si papito, me gusta mucho!, le respondí, abriendo un poco mis muslitos y agarrando su cabeza con mis dos manitas. Luego me dio la vuelta y después de enjabonarme la espalda, me abrió las nalgas, y me enjabonó y acarició mi culito, yo me agaché un poquito, y brotaba hacía afuera mi culito, y con mis dos manos abría mis nalguitas, para que él lo pueda ver bien.
- Que culito lindo tiene mi nenita, te gusta que te lo lave? Me dijo, mientras me sobaba toda la raya de mi culito, y hacía presión sobre mi esfínter.
- Si papito! Me gusta mucho!!! AHH!!! Le dije, luego me hizo dar vuelta y me dejó frente a él, se agachó y enjabonó mis piernas y mis pies, y luego me enjuagó. Mi pelo ya lo había lavado yo, así que miró entre mis piernas, yo me abrí la rajita de mi chuchita ( como le decía mi madre á mi sexo) para que él pueda ver que ya estaba limpia, hincándose frente a mi, me tomó con sus manos por mi caderita y me dio un beso bien en medio de mi chuchita que me hizo estremecer de pies á cabeza.
- Hay papito! AAAHHH!!! UUMMM!!!!! Le dije, al sentir sus labios en mi chuchita por primera vez, Luego me dio vuelta y yo me abrí las nalguitas, inclinando un poco mi cuerpito, para que él pueda ver de nuevo, que mi culito quedó bien limpio.
- Mira papito también mi culito está bien limpio! Le volví á decir, se agachó y me dio otro besito en mi culito y me hizo cosquillas muy ricas, que me hicieron fruncir mi culito y apretar los músculos de mi barriguita, no solo me besó mi culito sino que con su lengua me lo lamió y me gustó lo que sentí. Cuando estuve lista, me dijo que me salga, yo estaba tan excitada, que le dije que no, que no me quería ir, que lo que quería era lavarlo yo a él, me sonrió y me dijo que bien. Le enjaboné el pecho, y luego bajé a su barriga, mientras contemplaba los pelos negros y ondulados de su pubis y su pene, que estaba mucho más grande que cuando entró a la ducha conmigo, enjaboné los pelos de su pubis y con mis dos manitas tomé su pene por el tronco, y también lo enjaboné, estaba casi hincada en el piso de la ducha y su pene estaba a centímetros de mi cara, me encantaba tocarlo, perecía una barra de carne, firme y dura, estaba fascinada con su tamaño, el calor que se transmitía á mis manitos, y sentir como se contraía entre mis deditos, y con el jabón se lo sobaba una y otra vez, a todo lo largo, me encantaba como palpitaba y crecía en mis manos, era la realización de mis sueños de los últimos días, estaba fascinada con el pene de mi papito, lo apretaba y se lo seguía sobando, me gustaba ver como al descubrir la piel que cubría la cabeza de su pene, aparecía la hendidura de su canal seminal, como si fuese la boca de un animal, mi papito tomó mi cabeza con sus manos y me dijo:
- Que rico lo que me haces tesorito! Sigue mi vida!!!! AHHH!!!!! Yo dejé de mirar su pene, y lo miré a los ojos, vi que tenía una cara de gozo como la vez que me vio en la ducha, hacia un mes, y eso me excitó aun más, seguí sobando su pene y veía como su piel se retraía y asomaba la abertura de la cabeza de su pene, para después quedar tapada por la piel nuevamente, lo comencé a hacer más rápido, ya que veía que a él le encantaba lo que le estaba haciendo. Me encantaba su pene, ya que desde pequeñita que me acostumbré a vérselo, y lavárselo y más ahora, que me llamó la atención al ver que podía crecer y ponerse duro en mis manos.
- Que grande esta papito, puedo seguir acariciando tu pene? Parece un pepino de carne! Le dije, sin soltar y sin dejar de mirar su erecto pene.
- Tómalo con las dos manitas mi amorcito y muévelo así! Me dijo, y me enseñó como lo tenía que pajear, colocando una mano sobre mis manitas, y así se lo hice por un largo rato, con mis dedos y las palmas de mis manos, tomé su pene por el tronco y lo apreté suavemente, lo comencé a mover, cubriendo y descubriendo la cabeza de su pene, lo hice cada vez más rápido, hasta que sentí que comenzaba a terminar con mis caricias, porque se le doblaron un poco las rodillas y luego su pene se hinchó más en mis manitas y comenzó a palpitar.
- Ya termino, mi amorcito!!! AAH!!!! UUMMMHH!!!!! Me dijo, cuando de repente me largó
un chorro, de un liquido que era como leche en la cara, mientras me decía:
- HHHAAAAA!!!!!!! MMMMM!!!!! Gracias mi amor, que rico lo que me hiciste, mi hijita! Yo no soltaba su pene, que seguía duro y caliente, entre mis manitas, soltó otros dos chorros más entre las contracciones de su pene, que cayeron en mis pechitos, en mi brazo y entre mis deditos, sentía como palpitaba en mis dedos y en la palma de mi mano, él me tomó por los hombros y me hizo parar, me esparció su semen por la cara, mientras yo no soltaba con mis manitas el tronco de su pene, le pregunté que era eso que le salió de su pene y me dijo que era la leche que votaban los hombres, cuando sentían el placer más grande del mundo. Sentí que su pene se le comenzó a desinflar y papito hizo que lo suelte. Nos volvimos a lavar un poco y luego de secarse, me envolvió en una toalla grande y me alzó en sus brazos para llevarme a mi cama, pero yo le dije que quería dormir con él, en vez de mi madre, así que me llevó a su cama. Me dejó parada sobre el colchón y fue y trajo, una polera sin mangas de uno de los cajones de su cómoda, después de sacarme la toalla, me secó todo mi cuerpito, y luego de mirar un rato mi cuerpito totalmente desnudo, mientras yo lo miraba y le sonreía, me puso su polera que me quedó como un camisoncito. El se puso un boxer, me dijo que me acueste en la cama, mientras iba a ver a mis hermanos, prendió el televisor, y salió del cuarto.
Aparté las sabanas, y me acosté en el lugar que dormía mi mamá, como estaba sin calzón, me bajé un poco la polera para tapar mi sexo, y se me destaparon los pechitos, los sentía duritos y en mi chuchita sentía como una calentura, me sonreí y la dejé como estaba, ya que lo que quería era que mi papito me siga mirando, para que por mi parte yo pueda seguir viéndolo desnudo, me puse a mirar televisión, sin importarme como me quedó la polera. Al rato volvió mi papá, me miró y me sonrió, mientras me decía que mis hermanos ya dormían. Apagó las luces y dejó prendida solo la luz de su mesa de noche, se acostó a mi lado, me sonrió, y agachándose me dio un beso en la boca, yo le tiré mis brazos y lo abrasé por el cuello, mientras él me besaba en la boca, yo apretaba los labios y los pegaba con fuerza contra los de él, papito dejó de besarme y me explicó como era un beso con lengua, yo moví mi cabeza afirmativamente y dejé que me vuelva a besar, esta vez abrí mis labios y dejé que me meta su lengua dentro de mi boca y juegue con mi lengua, después me chupó los labios y yo los de él. Sentía su cuerpo medio apoyado arriba mío, y pegué más mi cuerpito contra el de él. Después de besarnos apasionadamente y recibir mi primera lección de besos de enamorados, me hizo que lo suelte, y me dijo:
- Hasta mañana mi amor! Yo lo miré y le respondí que no tenía sueño, que quería seguir jugando con él, que quería que me enseñara más cosas. Mi padre medio se incorporó y de costado sobre un codo, me miró y á la luz débil de su lampara de noche, con su mano libre me levantó la polerita hasta dejar descubiertos mis pechitos, comenzó a acariciar mi barriguita, y me decía que ya era tarde y que al día siguiente yo tenía que ir al colegio, como yo estaba de espaldas, recibía sus caricias en mi barriguita y mis pechitos desnudo, lo que causaba una ansiedad y un gusto muy grande, después me coloqué medio de costado hacia él, para poder mirarlo, y le puse un brazo por arriba de su hombro, mi papito llevó su mano hacia atrás y comenzó a sobarme las nalguitas desnudas, luego la puso sobre la rajita de mi culito y me lo comenzó a tocar, yo apreté mi culito al sentirlo y lo miré a los ojos diciéndole con la mirada que no me mande a dormir, me sonrió y me dijo:
- Te enseñaré una cosa deliciosa si me prometes que luego te duermes tranquilita.
- Si papito te lo prometo! dije yo, mientras acariciaba su pecho desnudo y rogaba con mi mirada para que me siga acariciando. El me sacó la camiseta y me dejó desnuda, anhelante, ansiosa por saber que era lo que haríamos después, comenzó a besar todo mi cuerpo, besaba mis pechitos que apenas se notaban.
- Son como dos medios limones grandecitos! Decía mi papito, me los besaba y chupaba, lo que me producía como corrientes eléctricas, sentí como mis minúsculos pezones se me ponían duros, mientras él me los chupaba, me los mordía levemente, les pasaba la lengua y me los volvía a chupar, succionando mis pequeños pezones, mientras con su boca me daba un placer desconocido en uno de mis pechito, con su mano me acariciaba y me lo apretaba el otro, me encantaba lo que me hacía, y sentía como contracciones dentro de mi chuchita y mi barriguita, luego fue bajando y besando mi barriguita, y jugó con mi ombliguito, lo chupaba y me metía la lengua, las contracciones en mi vaginita y en mi culito seguían, y sentía que mi chuchita se estaba mojando, como si me estuvieran saliendo gotas de pís, cuando llegó a mi entrepierna me abrió las piernitas, acomodándose de rodillas entre ellas, se agachó y me comenzó a besar desde mis rodillas, fue besando al interior de mis muslos, hasta que llegó á besar mi chuchita, luego con sus manos abrió mis casi invisibles labios vaginales y comenzó a besar mi pequeño clítoris y mi virginal vaginita, luego me la comenzó a chupar, y a pasar su lengua, yo abría y flexionaba mis piernitas al máximo, porque me encantaba lo que estaba sintiendo, me producía un placer indescriptible, sentía que iba a explotar de gozo, comencé a gemir y a jadear sin poderme controlar, llevé mis manitas a la cabeza de mi papito y lo agarré por los cabellos, empujando su cabeza para abajo, para que entierre más su boca dentro de mi chuchita, me mordía los labios para no gritar, no quería que pare, no sabia en ese momento lo que me pasaba, estaba muy emocionada y jadeaba sin parar, solo sabia que era bueno y rico lo que mi papito me estaba haciendo, lo mismo que le hacia a mi mamá, estoy segura, y á mi me gustaba.
Lo apreté contra mi chuchita y sentí como mi papito metía su lengua en mi vaginita, y como esta se abría para dejarlo entrar, me sentía con fiebre, me sentía en las nubes, eran oleadas de placer, que en ese momento no entendía bien, pero que me gustaban mucho, mi papito metía y sacaba su lengua de mi vagina cada vez más rápido, lo que me producía una ansiedad muy grande y que crecía cada vez más y más, dentro de mí, de pronto sentí como si algo estallara dentro de mi cabeza y en mi chuchita, y grité sin poderme controlar, sentí como que me orinaba en la boca de mi papito, y grité, y apreté fuerte, la cabeza de mi papito con mis manitas contra mi chuchita, y sentí más adentro de mi vagina su lengua, grité con los ojos cerrados.
- HHHHAAAA!!!!!!!!!!! PAPITO!!!!!!!!!! HHAAAAAAA!!!!!!!!! Y mi corazón se quería salir de mi pecho, sentía que estaba á punto de desmayarme, y solté la cabeza de mi papito y dejé descansar mis brazos a los costados, quedé toda despatarrada y con mi cuerpo laxo, como si hubiera corrido mucho, mi corazón se quería salir de mi pecho y respiraba con dificultad. Mi papito sacó su cara de mi chuchita y se recostó a mi lado, me acariciaba el rostro y mis pechitos suavemente, cuando me calmé un poco y mi corazón se tranquilizó, mi papito me preguntó si me había gustado. Abrí mis ojos, lo miré y le dije:
- Papito nunca había sentido algo así, que fue lo que me pasó?
- Tubístes tu primer orgasmo, mi amorcito. Me dijo. Es igual a lo que yo sentí en la ducha, cuando tu agarraste con tus manitas mi pene y lo moviste hasta que me salió mi leche que se llama semen. Tu mi hijita solo soltaste por tu chuchita un poco de liquido, que yo me lo tragué, junto con tu orgasmo.
- Porque é quedado tan cansada, como si hubiera corrido mucho. papito? Le pregunté.
- Porque así es cuando uno termina de hacer el amor, pero al rato se te pasa y quieres hacerlo de nuevo!, pero mi niñita ahora le da un beso a su padre, y se me duerme, que si no mañana me cuesta mucho despertarte.
- No! papito yo quiero seguir haciendo cosas contigo, me gusta mucho lo que me haces! Y bajando mi manita toqué su pene por sobre su boxer, y sentí que estaba en una media erección y se lo apreté suavemente, mientras metía mis deditos por la bragueta de sus boxer y tocaba la piel caliente de su pene le decía:
- Yo también puedo besar tu pene?
- Si mi amor, pero eso te lo enseñaré mañana, ahora a dormir, mas tarde te pondré tu camisoncito y tu calzón, duerme así como estas, para que pueda abrasarte y sentir tu piel contra la mía, hasta mañana mi hijita querida, hasta mañana mi amor! Me decía mientras me besaba en los labios.
- Hasta mañana papito, te quiero mucho! Le dije y me acomodé de costado frente a él y mirándolo en la semí penumbra lo abrasé y me dormí en sus brazos.
Como sería mi cansancio que me dormí de un tirón hasta el día siguiente, no sentí cuando mi papito me puso los calzones y mi camisón. Cuando desperté el seguía durmiendo, así que me levanté despacito, y desperté a mis hermanos y luego me fui a la cocina, y preparé el desayuno para todos, luego me cambié en el baño de mi papito, más tarde me acerqué a su cama y con un gran beso en la boca lo desperté, sentía su aliento todavía con mi olor y mientras lo besaba, llevé mi manita debajo de su boxer, toque con mis deditos su erecto pene, luego lo agarré con mi mano y se lo saqué por su bragueta, lo comencé a mover hacia arriba y hacia abajo, el dejó de besarme y se destapó, dejando a mi vista su gran pene erecto que yo tenía agarrada con una de mis manitos, me miró a los ojos y me dijo :
- Dale un besito mi amor! Sin dejar de agarrársela, me agaché y le di un besito en la cabeza de su pene y luego me quedé contemplando su pene y sintiendo en mis labios su calor y su olor tan caracteristico, él me dijo:
- Mételo a tu boquita y chúpalo un ratito! Abrí mis labios y me lo metí en la boca, y se lo comencé a chupar, mientras lo tomaba con mis dos manitas por el tronco. Apenas me cabía en la boca, tuve que abrir al máximo mis labios y salivar mucho para mojarlo y que me entrara unos 10 centímetros de su pene en mi boquita, sentí un sabor medio agrio y dulzón y un olor raro como a veces olía mi chuchita, cuando hacía mucho ejercicio y mi mamá me mandaba a bañar, y me gustó ese olor y sabor, porque era el olor y el sabor del pene de mi papito. Comencé a meterlo y sacarlo mientras él me explicaba como hacerlo, y que no utilice mis dientes, lo metía y sacaba de mi boquita cada vez más rápido, y cuando ya le estaba agarrando el ritmo, por meter más de lo que me permitía mi boquita, me vinieron como arcadas, mi papito se dio cuenta y me apartó de su pene que salió de mi boquita produciendo un ruidito como de plop! Lo miré a los ojos y me sonrió, y me dijo que lo pajee despacio con mis manitas, así lo hice y lo pajee como en el baño, hasta que le salieron varios chorros de semen, que cayeron sobre su pecho, en su entrepierna y mojaron mis manitas, cuando se tranquilizó, me mando al baño á que me limpie, cuando volví, me dijo mientras me sentaba en su cama y me daba un beso.
- Esta bien mi amorcito, después lo haremos mejor, ahora vaya a ver a sus hermanitos y los lleva al colegio, yo los pasaré a buscar después de clase, para ir a almorzar y después iremos a ver a mamá, y esta noche cuando estemos en casa seguiremos, te parece?
- Si papito! Le dije yo, y después de darle un beso en los labios me levanté, antes de salir papito me dijo que no lo comente con nadie, que seria nuestro secreto, le dije que si, le mandé un beso y me fui.
En el colegio, las horas me parecía que pasaban muy lentamente y me moría por volver a ver a mi papito, en mi boca sentía el sabor de su pene, y lo sentí hasta el recreo, cuando comí mi merienda, lo amaba mucho, me sentía su mujer, quería ser su mujer, cuando estuviéramos solos se lo diría. Sentía celos de mi mamá, pero como la quería, también dejaría que ella estuviera con mi papá, pero solo hasta que yo sea mayor, y luego me casaría con mi papito, y nos iríamos bien lejos, y formaríamos una familia nueva, y yo le daría muchos hijos, y nos amaríamos mucho. Yo sabía entre mis pobres y pocos conocimientos de la vida, que lo que hacía con mi papito era una cosa prohibida por todos, pero lo quería demasiado, y quería que él sea solo para mí, seria nuestro secreto, y ni a mi madre, ni a mi mejor amiga se lo contaría nunca, comparaba á papito con mis profesores, y sentía que nadie era igual que él, era lo máximo para mi y jamás diría nada á nadie, porque mi miedo a perder a mi papito, era muy grande.
Por fin llegó el medio día, y sonó el timbre de salida. Reuní a mis hermanos y salimos a esperar a papito, él ya estaba esperándonos en el auto, y nos fuimos directo a la Clínica a ver a mamá, la encontramos mucho mejor, y ya la tenían preparada para la operación, ese día supe que mi mamá tenía un tumor en el útero, y que se lo extirparían, y que estaría casi una semana en el hospital, y que luego tendría que hacer reposo por casi dos meses. Por lo que mi mamá pidió a papito, que consiguiera á alguien, que se hiciera cargo de la casa, y de nosotros por ese lapso de tiempo, mi papito dijo que no podía pagarlo, que con la operación de mi madre se había gastado todos sus ahorros, y que hablaría con su hermana para que viniera a la casa a ayudarnos, yo protesté y dije que yo sola, y con la ayuda de papito, podíamos encargarnos de la casa y de mis hermanos. Mi papito salió en mi ayuda, dijo que tomaría unas vacaciones de dos semanas de su trabajo, y que con ir una hora á la tienda sería suficiente, se ocuparía de la casa, y que contrataría una cocinera por horas, ya que eso sería más barato, y sería lo mejor, ya que a ninguno de nosotros nos gustaba mucho la cocina, y no estabamos acostumbrados a tener a nadie extraño en casa. Al fin mi mamá aceptó, y luego de charlar otro rato, y a la insistencia de mis hermanos, que se morían de hambre, nos fuimos a comer, después de decirle a mamá que regresaríamos al caer la tarde.
Después de almorzar en un restaurante, volvimos a la casa, y cada uno fue a hacer sus cosas y mi papá entró a su baño. Yo me cambié de ropa, me puse un vestido de estar en casa, que me había hecho mi mamá, y que me quedaba un poco grande, me llegaba á los tobillos, pero era muy cómodo, me saqué mis calzones, y así como estaba, me fui al cuarto de mi padre, después de ver que mis hermanos estaban jugando en el dormitorio de ellos. La puerta del baño de papito estaba cerrada y la abrí porque no estaba asegurada, y lo encontré sentado en el inodoro, estaba leyendo un diario, me miró y me sonrió, me preguntó por mis hermanos, le dije que no se preocupara, que estaban en su cuarto jugando, que yo quería estar con él.
Caminé hasta donde él se encontraba y me senté en su falda, sobre sus muslos desnudos, ya que el estaba con los pantalones y los boxer en los tobillos, me abrazó y nos comenzamos a besar en la boca, le metí mi lenguita en su boca y nos comenzamos a besar con pasión, mientras, él me comenzó a subir mi vestidito hasta mi barriga, y luego me hizo abrir mis piernitas para poder tocar mi chuchita. Sentía sus gruesos dedos abriendo mis pequeños labios vaginales, y como con sus dedos comenzaba a jugar con mi pequeño clítoris, causándome mucho placer, con su otra mano sacó la parte de mi vestido, de debajo de mi cuerpo y quedé con la piel de mis nalguitas, sobre la piel de sus muslos, luego me sacó el vestido y me dejó desnuda, sentada en sus piernas, me miró y me dijo:
- Estas sin calzones, mi amorcito! Y me izo parar para verme mejor, me miró durante un rato mientras acariciaba mi cuerpito, desde mis pechitos hasta mi entrepierna, yo lo ayudé, y con mis manitas me abrí mi chuchita, y le mostré mi invérve coñito, para sentir las caricias que él a continuación me comenzó a dar. Mi vagina estaba muy mojada y yo estaba congestionada del deseo, y miraba como él me acariciaba mi pequeño y sensitivo clítoris, y luego me metía la puntita de su dedo en mi vaginita, solo me metía unos dos centímetros de su dedo, pero me gustaba y no me lastimaba, porque mi vaginita estaba muy mojada, después de meterlo y sacarlo durante un rato, en los que me hizo suspirar y acelerar el corazón, me lo sacó y se lo llevó a la boca, y se lo chupó y me dijo:
- Que rico que son tus jugos mi amor! Y tomando su pene que estaba semí erecto con una mano, me pidió que se lo chupara. Me hinqué entre sus piernas y tomando su pene con mis dos manitas, se lo comencé a chupar, lo apretaba con mis labios y lo llenaba de saliva, ya que la boca se me hacía agua, y así mojado me entraba mejor, y se lo podía chupar, metiendo su pene más adentro de mi boquita, luego él puso las manos en mi cabeza y me marcó el ritmo de meter y sacar su pene de mi boquita, esta vez se lo chupé bien, ya que lo hice sin tratar de tragármelo todo y tratando de no lastimarlo con mis dientes, solo metía lo que me entraba en la boquita, que serían unos doce centímetros, lo chupaba apretándolo con mis labios y con mi lengua, a ratos lo sacaba de mi boca, para tragar mi saliva mezclada con sus jugos, luego me lo metía en la boquita y se lo seguía chupando, moviendo mi cabeza para atrás y para adelante, siguiendo el ritmo que me marcaba con sus manos en mi cabeza, hasta que sentí que estaba por terminar.
- Ya termino mi hijita!, ya termino mi amorcito!, sácala de tu boquita y vení sentáte encima mío!, así mi amor de frente a mí, ahora abrí más las piernitas!, levántate un poquito para que pueda acomodar mi pene en tu chuchita, así mi amor! Mira como se acomoda entre la rajita de tu chuchita, ves?, yo miraba todo, no me perdía detalle.
- Si papito! Dije yo entre jadeos, luego tomó su pene con su mano, y se comenzó a pajear haciéndome sentir la cabeza de su pene, en la entrada de mi vagina, mis piernas me temblaban y sentía como su pene presionaba en la entrada de mi chuchita, dándome un placer indescriptible, yo comencé a presionar para abajo para que me entre más, pero el no me dejó, y moviendo su pene y sus caderas lo sentí terminar y me llenó con su leche mi chuchita, caí sobre sus piernas, presionando su pene con mi chuchita y sentí como la cabeza de su pene estaba encajada en la entrada de mi vagina y palpitaba llenándome con su semen.
- Termino mi reinita!!! Termino mi vida!!!!!!! HHOOO!!!! AAAHHH!!! MMMMMM!!! papito estaba como loco, y yo no podía dejar de mirar y de mover mi cadera. Luego mi padre me abrazó y me besó y me agradeció por hacerlo terminar.
Luego me levantó de su falda, las piernas me temblaban, y mi chuchita me palpitaba y la sentía totalmente mojada, mientras su semen me chorreaba por mis muslitos, la cabeza de su pene palpitaba contra mi chuchita, mientras papito se empezó a mover sacándose del todo los pantalones y sus boxer, yo esperaba que mi papito se desnude, sin desprenderme de su abrazo y con mis piernitas rodeando sus muslos y sin sacar mi vista de su pene encajado en mi chuchita, luego me tomó en sus brazos y me llevó a la ducha, me ayudó a ducharme y jugó otro rato con mis pechitos y mi chuchita mientras nos bañábamos, luego él salió envuelto en una toalla y yo me quedé vistiéndome. Cuando salí lo encontré recostado en su cama, me senté a su lado y me dio dinero para llevar a mis hermanos al Hospital en taxi y me dijo que nos encontraríamos en ese lugar, a la vuelta de su oficina, por la noche.
Me recostó contra él y mientras me besaba en la boca, metió su mano y acariciaba mi desnuda chuchita, en eso escuchamos que mis hermanos venían por el corredor, y nos separamos, mis hermanos entraron y mi papá se puso a conversar y jugar con ellos, y yo me fui a mi cuarto.
Al rato vino mi padre a despedirse y me encontró mirando la Televisión, acostada en mi camita, se sentó a mi lado, y mientras me daba un beso, agarré una de sus manos y la metí dentro de mi vestido y la dejé sobre mi chuchita desnuda y sin ningún pelito, para sentir sus caricias mientras me besaba, abrí mis piernitas cuando sentí que su mano acariciaba todo mi sexo, luego sus dedos comenzaron a hacer presión en mi rajita, sus dedos apartaron mis pequeños labios vaginales y uno se adentró en mi vaginita húmeda, entró casi la mitad de su dedo y sentía como mi vaginita apretaba con sus paredes su dedo y me sentí gemir en la boca de mi papito, cuando su dedo tocó una cosa como una pared al final de mi vagina, sentí un pequeño dolor y contraje mi esfínter y me quejé en su boca, el dejó de meter su dedo y lo sacó un poco, con ese poco de su dedo que me dejó adentro, me comenzó a pajear, hasta que sentí que me venía esa nueva sensación tan gustosa y entre gemidos y jadeos, terminé, con su dedo metido a medias en mi estrecha vaginita. Mi papito sacó su dedo despacio, se agachó y me besó en mi chuchita suavemente, y luego parándose, me dio otro ligero beso en la boca, y se fue. Por la tarde dormí una pequeña siesta y no me puse calzón, ya que tenía mi chuchita muy irritada y roja, luego miré Televisión, con mis hermanos, vino una compañera de colegio, que era mi vecina é hicimos tareas.
Cuando se fue mi vecina, hice bañar a mis hermanos y cuando estuvieron listos, pedí un taxi y nos fuimos al Hospital a ver a mamá, estuvimos con ella hasta que llegó mi papito, después de conversar otro rato con mamá, nos fuimos con la promesa que le hice á mamá de que, yo no iría al colegio al día siguiente para estar en la casa mientras papá estaría en el Hospital, mientras operaban a mamá, y que yo recibiría a la señora, que iría a prepararnos el almuerzo.
Cenamos fuera y luego nos fuimos a la casa, mis hermanitos menores de 7 y 4 años, ya llegaron dormidos y papito los llevó alzados a sus camas. Mi hermano de 8 años, le pidió permiso a papito para mirar Televisión un rato en el living, y mientras nosotros mirábamos Televisión, papito se bañó y luego se vino donde estabamos con mi hermano a mirar con nosotros. Estaba de bermudas y con una polera sin mangas, y me di cuenta que era la que llevaba puesta yo la noche anterior. Cerca a las 10 de la noche mi hermano se durmió y mi papito lo llevó en brazos a su cama, luego vino donde yo estaba, lo miré mientras se acercaba y me dijo que nos fuéramos a dormir, le pregunté si me dejaba dormir con él, me sonrió y agachándose sobre mi cuerpito, me dijo que ya nunca más podría dormir separado de mí, me tomó en sus fuertes brazos y me llevó alzada a su dormitorio, coloqué mis bracitos alrededor de su cuello, mientras recostaba mi mejilla sobre su pecho y me llenaba con el amor que sentía por él. Me dejó parada sobre su cama y después de darme un beso en los labios, salió del cuarto á apagar todas las luces y asegurar todos las puertas y ventanas de la casa, tardó como tres minutos que los sentí eternos.
Cuando volvió cerró la puerta de su dormitorio con llave, mientras me decía que más tarde la abriría por si alguno de mis hermanos despertaba, mi corazón latía aceleradamente en mi pecho y lo esperaba anhelante, parada en la cama como él me había dejado. Se acercó a mí y me abrazó, su rostro amado quedó a la altura de mi cara y lo abrasé y comencé a basarlo en la boca, mientras nos besábamos, me sacó mi blusa, bajó mi short y mis calzones, le ayudé con mis pies y los pateé fuera de la cama, y quedé desnuda frente a él, y mientras nos seguíamos besando lo ayudé a desnudarse. Luego nos acostamos sin apagar la luz del centro del cuarto, para poder mirarnos a gusto, mi papito se desprendió de mi por un momento y encendió las dos lamparas de las mesas de noche y luego se recostó de costado a mi lado.
- Soy todo tuyo mi hijita querida!, me dijo y me abrazó. nos comenzamos a besar, me acariciaba la espalda, mi nuca y mis nalguitas, yo tenía un brazo bajo su cuello y el otro lo llevé hacía abajo, y tomé su pene flácido con mi manita y lo comencé a acariciar, se lo apretaba y lo movía como él me había enseñado, y cuando sentí que comenzó a crecer y a hincharse, me largó y me dijo:
- Ahora vamos a hacer un 69!
- Que es eso papito? Le dije
- Colócate de costado, mientras me acuesto a tu lado, ahora súbete sobre mí, mirando a mis pies y toma mi pene con tus manitas, así!, mi amorcito, ahora acuéstate sobre mi barriga y acerca tu chuchita a mi boca, así mi reinita! Me decía mi papito. Mientras, yo me llevaba su pene a mi boca, y comencé a chupar su cabeza, sentí como mi papito me abría mis pequeños labios vaginales y comenzaba a besar mi clítoris, y a meter su lengua en mi vaginita, y luego me volvía á chupar causándome un placer increíble, yo comencé a chupársela golosamente, a lamer su pene, a meterlo y sacarlo de mi boca, mientras le chupaba su ya erecto pene, me hizo tener mi primer orgasmo de la noche, saqué su pene de mi boquita, para poder respirar y gemir al sentir las oleadas de placer que la lengua y los labios de mi papito me daban en mi chuchita.
Cuando mi papito sintió que me venía mi primer orgasmo me siguió chupando y metiendo su lengua en mi chuchita y acabé largando los jugos de mi vaginita en su boca. Se tragó mi corrida, mientras yo gemía sin poder contenerme, y para tenerme excitada me siguió chupando mi clítoris, yo volví a chupar su pene con ganas, mojándolo con mi saliva y llevándolo casi hasta mi garganta, cuando lo metía hasta dentro de mi boquita, con mis manitos lo movía por el tronco, pajeándolo como me había enseñado, luego me tomó por la cadera y me hizo ponerme a un costado de él, en la posición del perrito, él se levantó y se colocó atrás mío, y abriendo mis piernita, me colocó su pene en la entrada de mi vaginita y comenzó a metérmela, yo gemía de la excitación y los nervios, suavemente empezó a empujar y me metía un poquito de la cabeza de su pene, yo sentía como mi vaginita se ensanchaba, para dejar entrar ese poquito del pene de mi papito, luego lo sacaba y volvía a meterla otro poquito, yo gemía y movía mi cadera sin poder contenerme, y empujaba para que me la meta más, pero mi papito con sus dos manos en mi cadera, regulaba mi avance y retroceso y de esa forma no me causaba ningún dolor, sino por el contrario, yo me moría por que me meta más, pero el seguía metiéndome solo un poquito, yo sentía que las paredes de mi vaginita apretaban la cabeza del pene de mi papito, y me moría de nervios y curiosidad, le pedí que quería ver como entraba, porque estaba muy excitada y todo esto era nuevo para mi, me la sacó despacito y luego él me acomodó acostada de espaldas en la cama y sobre las almohadas, agarrando mis piernitas por los tobillos, me las dobló llevándolas hacía adelante, mis muslos casi tocando mi barriguita y me las abrió totalmente, y mi cadera se levantó hacía arriba, abriendo tanto mi sexo, que quedó expuesto y totalmente abierto á su vista, levantando mi cuello pude ver que mi papito estaba con hincado, con su pene a la altura de mi abierta chuchita. Se acercó más y comenzó a empujar y a abrir aún más mis labios vaginales con la punta de su pene, luego soltó una de mis piernitas y llevando la mano a su pene, lo acomodó bien en la entrada de mi sufrida vaginita, y comenzó a empujar, y mi vagina se abrió y su cabeza se enterró dentro mío, yo miraba lo que me hacía y cuando la sentí dentro mío, abrí la boca y lancé un pequeño quejido más de emoción que de dolor, y cuando empujó más y vi como me entró un poco más de su pene, lancé otro quejido, esta vez me dolió un poquito, y sentí como la cabeza del pene de mi papito, abría al máximo las paredes de mi vagina. Mi papito me miró y me dijo:
- Te está doliendo mi amor?
- No papito!, pero la siento caliente y me está apretando dentro de mi chuchita, Hay! Uhhhh!, me gusta papito!, mirá papito!, me entró otro poquito!, hmmmm! Hmmmm!, ahhhh!,ahhhhh!, papito!, papitooooo!!!!! HHHAAAYYY!!!!!!!!!! Grité cuando sentí que me entró otro poco.
- Si!!!!, mi hijita querida, tu papito tiene su pene en tu chuchita, te gusta mi amor? Me preguntó.
- Ahhhh!!!! Siiiiii!!!!!! Papito me gusta mucho, entró otro poquito!!! MMM!!!! Comencé a mover mi cadera, al ritmo que me marcaba el movimiento que hacía mi papito con su pene entrando y saliendo de mi chuchita, yo pujaba y gemía mientras mi papito me cogía, sin meterme todo su pene, me estaba cogiendo con la cuarta parte de su pene, pero yo lo sentía, como si me hubiera entrado todo, su pene entraba un poco y salía, entraba y salía, apretado mi vaginita y me causaba mucho estremecimiento en todo mi cuerpo.
- Uhhhh!!!!, Ahhhh, Papito que rico!!!, te quiero papito!!!!!!!, ahhhh!!!!, Ahhhh!!!!!!! Papito se movió otro rato más, metiendo y sacando su pene de mi chuchita y luego me la sacó toda y hincándose bien y bajando mis piernitas de sus hombros, con una mano empezó a pajearse y con la otra me acariciaba mi ardiente chuchita, dándome mucho placer, yo lo miraba con mis ojos nublados por el deseo y la ansiedad, y al ver lo que hacía con su pene, me excité mucho más y llevando mis manos a mis pechitos me los comencé a acariciar y apretar, sin saber porque lo hacía, mientras que mi papito comenzó a eyacular sobre mi barriguita, yo veía como le salía su semen y caía en mi barriguita y por sus caricias en mi chuchita yo también terminé junto con él, gimiendo y largando un gritito de gozo al igual que él.
- Que rico papito!!! Estoy terminando!!!!! Ahhhh!!!! Uhhhh!!!!!, aaaaaahhhhh!!!!, así!!!!, papito que rico!!!, mmmmmm!!!!!!
- Siiiiiii!!!!!!, mi hijita, yo también estoy terminando mi amor, mira como me sale la leche!!!!, mira como cae en tu barriguita mi amorcito!!!!!, mira mi hijita!!!!!!!!!!, aaaahhhhhh!!!!!!. Esparcí todo su semen por mi barriguita y mientras mi papito se acostaba a mi lado, me puse de costado y tomé su pene con una mano, y se lo acaricié suavemente, mientras con la otra mano lo abrasé y lo besé en la boca.
- Me gustó mucho papito! Le dije mientras lo besaba, mi papito respondió a mi beso y me abrazó y me besó apasionadamente, mientras me decía que lo hacía el hombre más feliz del mundo, que me amaba mucho y que ya no podría vivir sin mi. Dejé de acariciar su pene para abrasarlo y decirle que lo amaba mucho, y que era feliz de ser su mujer, y que yo quería que nunca se separe de mi.
Después de un rato mi papito se levantó, se puso unos boxer y me dijo que iría a ver a mis hermanos y salió del cuarto, me acomodé para esperarlo y sin querer me quedé dormida. Mi papito regresó al cuarto después de ver a mis hermanitos y al verme dormida, se desnudó y se acostó a mi lado y después de abrasarme se durmió a mi lado.
Cerca de las dos de la mañana me desperté sobresaltada y cuando tomé conciencia de las cosas, sentí que mi papito me estaba acariciando la barriguita y los pechitos, estabamos de costado y mi espaldita estaba tocando su pecho y su barriga, y entre mis nalguitas sentía como su pene erecto estaba puesto sobre mi culito, bajé una manita y le acaricié su caliente pene, para que se diera cuenta de que estaba despierta, sentía como él empujaba y apretaba mi culito con su pene, después de un rato de estar así, abrí los ojos y vi que la luz de una de las mesas de noche estaba encendida, mi papito me hizo dar vuelta y me colocó de espaldas en la cama, me acarició el rostro mientras me decía que me amaba y que lo tenía loco de deseo, yo le sonreí y lo besé en la boca, mientras él con su otra mano me comenzó á acariciar mi pubis y mi chuchita, luego le dije que lo amaba con locura, mientras que me sentía cada vez más excitada, mientras acariciaba su espalda y su cuello, mi papito me comenzó a besar los pechitos, me succionaba los minúsculos pezones, mordía y chupaba todo un seno dentro de su boca, yo estaba con las piernas abiertas y flexionadas, mientras mi papito metía un dedo en mi vaginita y me comenzó a masajear el clítoris, respiraba y gemía cada vez más rápido, á causa de las caricias de mi papito, al rato papito dejó de tocar mi vaginita y me abrió más las piernitas, y se subió arriba mío, mientras me besaba en la boca, llevó los brazos hacía atrás y agarrándome de mis muslitos, me hizo subir las piernitas, luego llevó sus brazos hacia adelante, sosteniendo mis piernitas bien abiertas y levantadas, mis muslitos tocaban los costados de mi barriguita y sentía mi chuchita bien abierta, y su erecto pene en tocando la entrada de mi vaginita, y sin tocarlo con las manos me lo fue metiendo. Yo sentí al principio, que su pene buscaba la entrada de mi vaginita, y moviendo mi caderita lo ayudé á que lo coloque en posición, y cuando lo tuve en la entrada, mi papito comenzó a empujar y me fue enterrando su pene en mi vaginita. Sentía como abría las paredes de mi vaginita al entrarme, y como poco a poco me entraba más de su pene, por mi virginal canal vaginal, sacaba un poquito y luego empujaba otro poco y así sentía desplazarse por dentro de mi vaginita, hasta que entró casi la mitad, yo estaba muy excitada ya, y cada vez gemía más fuerte, mientras nos mirábamos á los ojos, ya no éramos padre é hija, éramos un hombre y una mujer que se amaban y que estaban por hacer realidad la consumación de un acto de amor. Sentía mi vaginita muy mojada y llena, con su pene clavado hasta la mitad, solo gemía y acariciaba el rostro de mi papito. Cuando el pene de mi papito llegó a tocar mi himen, se quedó quieto por un momento.
- Quieres que te la meta toda, dentro de tu chuchita, mi amor? Me dijo.
- Siiii!!!!! SIIII!!!!! Le dije, muerta de nervios y de deseo, papito se dejó caer sobre mi entrepierna y moviendo su cadera me enterró todo su pene en mi vaginita.
- AAAAAAYYYYY!!!!!!!!!!!!!! Yo grité sin poderme controlar, cuando la sentí entrar toda apretada por mi chorreante vaginita, y luego comencé a jadear fuerte, y cuando sentí que su erecto y caliente pene entró toda dentro mío, sentí un dolor tan agudo, que levanté la cabeza y lo mordí en un hombro, mientras me tragaba un grito de nuevo, sentía mi vaginita totalmente llena con su caliente y duro pene, sentía también un ardor dentro mío y algo como un liquido caliente en el fondo de mi vaginita, cerré los ojos mientras algunas lagrimas se me escapaban, y apretaba mis dientes, mi esfínter y mi barriguita, para que el dolor se fuera, mientras mi papito me decía:
- Ya sós mía mi hijita!!!!!, sós mía mi amorcito!!!!!!, ahhh!!!, ahhhh!!!!!!. Yo dejé de morderlo y comencé a gemir y cuando la oleada de dolor pasó, abrí mis ojos nublados por las lagrimas, y lo miré.
- Te amo papito! MMMMHHH!!!!! Le dije, con mi voz entrecortada, mientras el comenzaba de nuevo a moverse, encima mío apoyándose en sus brazos para no aplastarme. Suavemente me la sacó un poco del fondo de mi vaginita, y mirándome a los ojos, me la metió toda, adentro de mi estrecha vaginita de nuevo, yo volví a gritar y luego me puse a gemir, mientras papito me decía palabras cariñosas mirando de frente mi congestionado rostro, moviendo sus caderas comenzó a meter y sacar su erecto pene de mi sufrida vaginita. Con mis manitos lo abrazaba y lo apretaba contra mi cuerpo y largando y apretando con mi esfínter y mi barriguita logré que la entrada y salida de su pene fuera más fácil y me comenzó a causar a pesar del dolor una excitación increíble, yo pujaba y gemía fuertemente, cuando dejó mis piernitas para medio erguirse sobre mi, me aferré más a mi papito con mis manos, apretando los costados de sus hombros y levanté mi cabeza, y miré hacía abajo para ver como tenía todo su erecto y caliente pene dentro de mi estrecha vaginita, apoyé mis pies sobre el colchón y comencé a mover mi cadera, apretando mi culito y la barriga me lo metía y sacaba yo misma, regulando el ritmo de la cogida que me estaba dando mi papito, gemía y pujaba al sentir los golpes que me daba la cadera de mi papito contra mi entrepierna, cuando enterraba dolorosamente su pene hasta el fondo de mi vaginita.
- Te estoy cogiendo, mi reinita!!!!!! Sentís mi pene dentro de tu chuchita, mi amorcito? Me decía papito mientras se movía cada vez más rápido arriba mío, yo abrí mucho mas mis piernitas, mientras sentía que mi vaginita se expandía más permitiendo que el pene de papito, entre y salga más fácilmente. Me partía en dos con su caliente y duro pene, y yo no dejaba de gemir y pujar, ya no sentía dolor, ahora solo sentía ganas de que me siga metiendo más adentro de mi encharcada vaginita con su duro y caliente pene. Al rato sentí que el pene de mi papito se hinchaba más y los dos moviéndonos y empujando cada vez más rápido, llegamos a un clímax fantástico, una mezcla de dolor y de gusto, que no sé hasta hoy como explicarlo bien.
- Ya termino mi hijita!!!!!, ahhh!!!!, ya termino amorcito!!!!! MMMHHHH!!!! Me decía mi papito, mientras yo le decía al mismo tiempo.
- Así!!!, Papito!!!!, yo también termino!!!!!, papito!!!!!!, papito!!!!, te quiero papito!!!!!!!. AAAHHHHH!!!!!!!! Te amo papito!!!!! AAAAAHHHH!!!!! Terminamos juntos, me salían lagrimas de mis ojos, mientras sentía dentro mío como el pene de mi papito largaba todo su semen en contracciones que me hicieron terminar en un orgasmo doloroso, largo y profundo, con contracciones de mi vaginita que me hacían cerrar muy fuerte mi esfínter. Mi papito cayó encima mío y me besaba los ojos y me decía que era su chiquitita, que me amaba, que era su mujer y que lo sería para toda la vida. Los dos jadeábamos por el esfuerzo, y cuando pude abrir los ojos lo miré con todo el amor que sentía por él, y le dije entre sollozos:
- Te amo, papito!!!!!, soy tu mujer para siempre!!!!!!. Y le acaricié el rostro, mientras lo besaba en la boca como él me había enseñado, se recostó a mi lado, luego de sacar su pene suavemente de mi enchastrada vaginita, y me abrazó y continuamos besándonos. Después de descansar un rato, mi papito se sentó en la cama y me hizo abrir las piernitas, y vimos que mi chuchita estaba bien inflamada, y que tenía restos de sangre en mis labios vaginales, y vimos que el pene de mi papito tenía también, restos de sangre, así que mi papito se levantó, y así como estaba fue al baño y trajo una toalla húmeda, me limpió bien y luego me puso una crema en toda mi chuchita, mientras hacía esto, me explicó que la sangre era de mi himen, que era una membrana que tenía dentro de mi chuchita, y que se había roto, en el momento que mi papito me metió todo su pene dentro de mi vaginita, y que á eso la gente le decía desvirgar, y que a partir de ahora ya no había nada que impida, que me pueda meter todo su pene en mi vaginita. Después que nos besamos otro rato, y cuando vio que yo estaba mejor y que ya no me dolía tanto mi chuchita, me dijo que como ya era muy tarde, que era mejor que me duerma, que si no mañana no podría despertar temprano, me tapó con una sabana y él se fue al baño.
Cuando quedé sola comencé a pensar en lo que habíamos hecho, y que me había gustado que fuera mi papito él que me hubiera desvirgado y que aunque me dolió, lo había gozado casi tanto como mi papito, y lo dejaría que me meta su pene en mi chuchita, cada vez que él quisiera. Cuando regresó del baño, se puso sus boxer y fue a ver a mis hermanos, yo no podía dormir y lo esperé despierta, cuando regresó de nuevo, se acostó conmigo, y me preguntó que como me sentía, le contesté que estaba bien, aunque un poco dolorida en mi chuchita y muy macurcada de mis piernitas, pero que me había gustado que mi virginidad sea de él solamente, y que solo quería vivir para ser su mujer toda la vida, papito me respondió, que él sentía lo mismo que yo y que no me preocupara, que me daría mucho placer y todo su amor siempre, nos besamos un rato más y diciéndonos palabras de amor, nos dormimos abrazados.
Al día siguiente mi papito se levantó sin despertarme y preparó el desayuno para mis hermanos y luego de cambiarlos y darle el desayuno, los llevó al colegio. Cuando regresó a la casa me encontró todavía durmiendo. Así que me trajo el desayuno a la cama, después de destaparme, para admirar mi cuerpito desnudo, me despertó con caricias y con besos, cuando desperté y lo vi a mi lado lo abrasé y le dije que lo quería mucho. Mientras el me sentaba en sus almohadas y acomodaba la charola sobre mis piernas, me explicó que estabamos solos en la casa y que había pedido permiso para mi, en el colegio por ese día, y que la Sra., que vendría a preparar el almuerzo recién llegaría a las once de la mañana, le dije que sentía mis piernas y mi barriguita, muy macurcadas y que mi chuchita la sentía irritada, y aunque no sentía dolor, la sentía bien inflamada, mientras yo tomaba el desayuno, mi papito me revisó y me dijo que mi chuchita estaba un poco roja é inflamada, pero que estaba bien, en ese momento descubrimos que la sabana estaba manchada con sangre, y papito me dijo que fue en el momento de mi desvirgada, y que la guardaría como recuerdo. Luego de llevar a la cocina las cosas del desayuno, se desnudó mirando mi cuerpito desnudo y me llevó alzada hasta la ducha y nos bañamos juntos.
Después de bañarnos me secó con delicadeza, mientras nos decíamos palabras de cariño, después me tomó de nuevo en sus brazos, y me llevó de vuelta a su cama, mientras yo lo besaba aferrada a su cuello, me recostó en medio de la cama, sobre los almohadones, se hincó entre mis piernitas bien abiertas y me besó en mi chuchita, levantando mis piernitas con sus manos, y dejó a merced de su lengua y sus labios mi vaginita, mi clítoris y mi culito, me excitó mucho, aunque me ardían los inflamados labios vaginales, cuando me los comenzó a besar y chupar, luego metió su lengua en mi adolorida vaginita y me masturbó con su lengua, hasta que me arrancó un orgasmo. se tragó todos mis jugos y luego se recostó a mi lado, mientras yo me recuperaba. Al rato me senté en la cama y tomando su semi erecto pene con una manito, me agaché y llevándolo a mi boca se la comencé a chupar como el me había enseñado, y sentí como creció dentro de mi boquita y cuando la tuvo bien parada, sobre las sabanas arrugadas y manchadas con la sangre de mi virginidad perdida en nuestra noche de amor prohibido, me volvió a coger.
Me acostó de espaldas en el medio de la cama, y después de abrir bien mis piernitas con sus manos, se acomodó hincado entre ellas y con su lengua chupó mi chuchita, excitando mi inflamado y sensitivo clítoris, cuando me escuchó gemir más fuerte y vió que mi vaginita estaba bien mojada, se acomodó de rodillas encima mío, me tomó por los tobillos y me hizo abrir mis piernitas a lo máximo, luego me puso su pene a la altura de mi chuchita y con un movimiento de su cadera, me la fue enterrando de a poco, mientras acomodaba mi cuerpito, llevando mis macurcadas piernitas hacía adelante y las cruzaba sobre su espalda, hasta que sentí todo su erecto y caliente pene dentro de mi apretada vaginita, ya no me dolió nada cuando me la metió, y solo sentí un ardor intenso bien dentro de mi vaginita, sentía como las paredes de mi vaginita, se abrían para que el pene de papito entre cada vez más adentro, cuando el pene de papito estuvo todo adentro de mi húmeda vaginita, nos quedamos quietos un ratito, lo sentía tocando mi útero con la punta de su caliente pene, papito se irguió un poco sobre mi cuerpito, con sus manos a los lados de mi cabeza, y comenzó a mover su cadera con todo su pene dentro de mi estrecha vaginita y yo lo seguí moviendo la mía, luego comenzamos a movernos cada ves más rápido, haciendo que el pene de papito, entre y salga de mi cada vez más chorreante vaginita, mientras nos decíamos palabras de amor.
Un rato de esos, mi papito me sacó su pene, y haciéndome poner de barriga, me colocó en la posición del perrito, y abriendo un poco mis piernitas, me la volvió a meter desde atrás, y me dolió un poco, pero me encantó porque la sentía como entraba toda apretada por las paredes de mi estrecha vaginita, su pene golpeaba en mi útero, con cada envestida que me daba desde atrás, me seguía doliendo un poquito, pero era más el placer que sentía, con sus manos me agarró por mis caderitas, y comenzó a empujar contra mis nalguitas, metiendo y sacando, sacando y metiendo su erecto, caliente y duro pene dentro de mi estrecha, pero ya receptiva vaginita, a ratos llegaba á levantar mis rodillas del colchón por la fuerza como metía su pene, y quedaba solo unida a mi papito por su pene enterrado en mi vaginita.
Cuando sentí que estaba por acabar, me la volvió a sacar, se recostó en la cama de espaldas y me acomodó sentada de frente a él, en su barriga, y me dijo que me levante un poco sobre mis rodillas, y que yo solita me meta su pene, me levanté un poco sobre mis piernitas y después de acomodarme sobre el pene de mi papito, lo tomé con una mano y me lo acomodé sobre mi mojada chuchita y me fui sentando despacito sobre el pene de mi papito, sentí como mis labios vaginales se abrían y eran empujados para adentro por la cabeza del pene de mi papito, se fue enterrando en mi vaginita sin esfuerzo, bajé más mi cuerpito sobre el duro pene de mi papito, y me lo metí hasta casi las tres cuartas partes de su tamaño, en que tocó el fondo de mi estrecha vaginita, yo jadeaba y miraba la cara de mi papito, que me tenía agarrada por la cintura y entre mis jadeos logre decirle que ya no entraba más dentro mío. Sentía como me tocaba con la punta de la cabeza de su pene mi útero.
- Si mi hijita, ahora muévase para arriba y para abajo!, así mi amorcito!!!!!!, así mi chiquitita hermosa!!!!!!!, ahhh!!!!, Ahhh!!!!. Me decía mi papito.
- Hay papito!!!!, ahhhh!!!!, hmmmmm!!!!!, que rico!!!!!!!!! AAAHHH!!!! Le dije, mientras me apoyaba con las dos manitas sobre su barriga, y movía mi cuerpo para arriba y para abajo cada vez más rápido. Sentía que mi vagina se ensanchaba de a ratos, y luego se contraía, apretando el pene de mi papito que cada vez me entraba más adentro, hasta que sentí como me entró todo por la dilatación de mi vaginita, mis nalguitas tocaron la piel de sus muslos. Paré de moverme con el pene de mi papito todo dentro de mi dilatada vaginita, y acomodé mis piernitas hasta quedar hincada sobre él, sin sacar su erecto pene de mi chuchita, y agachándome un poco hacía él comencé a moverme de nuevo para arriba y para abajo, metiendo y sacando el pene de mi papito de mi dolorida pero hambrienta vaginita, lo hacía cada vez más rápido, mientras mi papito me acariciaba las tetitas, el cuello y el rostro, mientras me decía palabras de amor, yo gemía y me movía cada vez más rápido y cuando me vino mi primer orgasmo, caí sobre él lanzando un gritito de gozo y quedé recostada con mi rostro sobre su pecho, jadeando de cansancio y placer. Su pene seguía enterrado en mi vaginita, y mi papito seguía moviendo su cadera, así que lo sentía como se movía apretado por mis irritadas paredes vaginales, levantando un poco mi cuerpito y arqueando mi cintura me metí más adentro el duro pene de mi papito y nuevamente me lo comencé a coger. Cuando sentí que a mi papito le venía su orgasmo, me moví más rápido y acariciándole su barriga y su pecho, sentí como su pene estalló, llenando mi vaginita con su semen.
- Acabo!!!!!, mi hijita!!!!! Acabo mi amor!!!!!!!. Me decía, mientras su leche salía a chorros calientes dentro de mi vagina, me moví otro rato más, mientras jadeaba y gemía por el esfuerzo, luego me recosté sobre su pecho, sin sacar su pene de dentro mío. Así estuvimos por un rato sin movernos, mientras sentía como el pene de mi papito decrecía dentro de mi vagina y su semen salía por mis labios vaginales y chorreaba por mis muslos. Nos quedamos quietos y abrazados y yo arriba de él, luego que el pene de mi papito se salió de por si solo de mi vagina, nos levantamos y papito me llevó alzada al baño, me limpió suavemente, y luego me bañó, mientras yo le preguntaba si podía quedar embarazada, él se rió y me contestó que no, ya que yo todavía no mestruába, y que cuando comience a mestruár, tomaríamos recaudos para que eso no suceda, hasta que yo sea mayor y le pueda dar hijos. Le aseguré á mi papito que así sería, y que le diría el día que me baje por primera vez, para que sea él quien se entere primero de mi menstruación, luego me llevó alzada a su cama y después de ponerme la pomadita, me dejó recostada mientras se cambiaba. Cuando estuvo listo me miró, me vio desnuda y despatarrada sobre su cama, me sonrió y se sentó sobre la cama, mientras me acariciaba y besaba todo mi maltratado cuerpito, me dio sus instrucciones. Al rato mi papito se fue al hospital y me quedé solita, en espera de la señora que trabajaría en casa los medios días.
La Señora llegó a las Once, poco después que mi papito saliera y le enseñé donde estaban todas las cosas, y luego se puso a cocinar. Mientras yo hacía la limpieza de la casa, sentía mis piernitas macurcadas y me dolía levemente la barriguita, los muslos y la chuchita me ardía y la sentía caliente é inflamada, así que en ningún momento me puse calzones y estuve así todo el día, solo con el vestido y sandalias. A medio día llegaron mi papito y mis hermanos, papito los dejó y después de explicarme que mamá estaba todavía en la sala de operaciones, me dio un beso y se fue.
Despedí a la Sra., a las dos de la tarde, y luego ayudé a mis hermanitos con sus tareas y cuando se fueron a jugar al jardín, me encerré en mi cuarto y con un espejo pequeño me recosté en mi cama, me subí el vestido casi hasta mi barriguita, abriendo mis piernitas miré mi chuchita y vi que aunque estaba roja é inflamada estaba bien, mientras con una mano me abría los hinchados labios vaginales, con la otra tocaba mi pequeño y rojo clítoris, y la entrada de mi vaginita y mientras me revisaba me fui excitando, y cuando acordé estaba haciéndome una paja con un dedito, me gustaba esta nueva sensación de jugar con el botoncito de mi clítoris, así que me acosté bien en mi cama, y mi vestidito seguía arrollado en mi cintura, así que comencé a tocar mi chuchita con toda la mano y pensando en las cosas que habíamos hecho con mi papito, comencé a excitarme cada vez más y terminé con un dedito masajeándo mi sufrido clítoris, hasta que me llegó un intenso y prolongado orgasmo, que me dejó un poco más dolorida, pero tranquila toda la tarde.
Mi papito regresó cerca de las ocho de la noche, y durante la cena nos comentó que nuestra mamá estaba bien, y que la operación había sido un éxito, luego de la cena, bañamos a mis hermanos y después de acostarlos, nos quedamos un rato mirando con mi hermano de 8 años la Televisión. Ayudé a papito con la mesa y la cocina, y luego seguí mirando Televisión. Al rato me sentía aburrida, y con ansias de estar a solas con mi papito, así que me despedí de los dos y me dirigí al cuarto de mi papito, después de que cruzamos miradas cómplices, llenas de amor y deseo.
Me saqué mi vestido ya sola en su Dormitorio, y quedé desnuda, ya que seguía sin calzones, me metí en su cama a esperarlo, prendí su Televisor, y estuve mirando acostada y con las piernitas abiertas en medio de la cama, hasta que escuché que mi hermano se fue a acostar, a los diez minutos escuché como mi papito abrió la puerta de su dormitorio, y sonriéndome cerró la puerta con seguro, luego se acercó a la cama y se comenzó a desnudar, sin dejar de mirarme. Me destapé de la ligera sabana que me cubría, para que el pueda ver de que yo ya estaba desnuda y lista para ser de él, y para que hiciera todo lo que quisiera conmigo, porque era mi papito, mi amor, mi hombre, mi vida.
Cuando estuvo desnudo, sin dejar de mirarme en ningún momento, se hincó en la cama y se acomodó entre mis piernitas, subí un poco mis rodillas, con las piernitas bien abiertas y llevé mis manos a mi lampiño sexo, y abrí los labios de mi vaginita, para que mi papito me pueda ver toda. Mientras él me miraba, se comenzó a masturbar y cuando su pene comenzó a crecer, se acomodó recostado a mi lado y subiéndome encima de él, dándole la espalda, tome con mis dos manitas su pene y lo llevé a la boca y se lo comencé a chupar, mientras el me chupaba y besaba mi sensible chuchita y mi culito, acariciaba mis nalguitas, excitándome más de lo estaba. Cuando sentí que su pene se puso inmenso dentro de mi boquita, me lo sacó y agarrándome por los costado, me levantó de arriba de él y dándose la vuelta me acomodó, acostada de espaldas en medio de la cama y sobre los almohadones, levantándose, se colocó entre mis piernitas y las llevó a sus hombros, tomó su pene con una mano y lo acomodó en la entrada abierta de mi chuchita y me la comenzó a meter despacio, mientras me decía que me había extrañado todo el día. Yo estaba con la cabeza levantada, mirando como el pene de mi papito me entraba por mi estrecha y lubricada vaginita, con mi cadera y cerrando y habriéndo mi culito, y apretando y soltando mi barriguita lo ayudaba a que entre cada vez más, sentía como mi vaginita se extendía para que el pene de mi papito ingrese, apretado por las húmedas paredes de mi vaginita, hasta que lo sentí y vi que me entró casi todo, entonces me acosté del todo y acariciando su cara le dije:
- Sós mío papito!!!, soy tu mujer!!!! Hmmmm!!!!, la tengo adentro papito, la siento en mi barriguita papito!!!!, ahhhh!!!, así papito!!!!, te quiero mucho!!!!!, ahhh!!!!, se la metes así, a mi mamá? AAAHHH!!!!
- Si mi amorcito!!!!!, pero no es lo mismo, contigo es más rico, ahhh!!!!, mira como entra y sale!!!!!!!, ahhh!!!!
- Te gusta mi chuchita papito? Le dije, con una calentura, que ni yo misma me puedo explicar hasta hoy, mientras mi papito me metía y sacaba su erecto pene de mi estrecha y húmeda vaginita.
- Te gusta mi chuchita papito? Le repetí loca de excitación, mientras lo tomaba por el pelo.
- Si mi amor!, me encanta tu chuchita! Mira como tengo todo mi pene dentro de tu chuchita, mi hijita!. Me decía, mientras con sus manos acariciaba mis pechitos, y jalaba de mis pesoncitos causándome un dolor y un placer único, luego cuando comencé a mover mis caderas, siguiendo el ritmo de las de él, mi papito me tomó por las caderas y me comenzó a coger con más fuerza, y me hizo terminar por primera vez esa noche.
- HAAAA!!!!! Papito te quiero mucho, mucho!!!!!! AHHH!!!!! Le decía, mientras él siguió cogiéndome con fuerza, llevándome a tener dos orgasmos más y cuando le dije que ya no sentía mis piernitas, me las sacó de arriba de sus hombros, y sacando todo su pene de mi chuchita, se acostó de espaldas, me tomó por la cintura y me acomodó encima suyo, sentándome de frente a él, sobre su barriga como en la mañana, hizo que yo solita me la meta y que sea yo la que le haga al amor a él, como ya sabía. Me comencé a mover arriba de él, hasta que tuve otro orgasmo y cuando sentía los estremecimiento de mi cuerpito y las contracciones de mi apretada y chorreánte vaginita, sentí que mi papito también se venía dentro mío, y derramaba su esperma en mi útero, me moví otro ratito, mientras las contracciones del pene de papito pasaban y las de mi chuchita dilatada se contraían, y luego me recosté encima de él, sin sacar de dentro de mi vaginita su caliente miembro, y dejé que me acaricie la espalda, mi pelo y mis nalguitas suavemente.
- Te quiero papito! Me gusta mucho sentir tu pene dentro de mi chuchita! Le dije, mientras sentía como se le achicaba su pene y se salía suavemente de mi vaginita, cuando se salió todo su pene de mi vaginita, me acosté a su lado sin dejar de abrazarlo. Estuvimos un rato largo sin hablar y sin movernos, gozando de nuestros cuerpos unidos y sudorosos, en un abrazo del que ninguno de los dos quería que termine nunca.
Después de un rato mi papito se levantó, y fue a ver a mis hermanos, y me trajo un vaso de jugo de frutas de la cocina y se volvió a acostar a mi lado, luego que lo tomé, comenzamos a conversar, y le pregunte si podría hacer siempre el amor con él, y me dijo que si, pero que nadie tenía que enterarse, porque me podía perder, ya que lo que hacíamos no lo permitía la sociedad, y que nos podrían separar, así que lo haríamos cuando estuviéramos solos, ó cuando tuviéramos la oportunidad y que algún día, podríamos estar juntos para siempre. Luego me preguntó que como me sentía, y si me gustaba lo que hacíamos, y yo le dije que me gustaba mucho, y que aunque era pequeña lo amaba mucho, lo quería demasiado como para llegar a perderlo, así que no se lo diría a nadie y que sería nuestro secreto, hasta que yo fuera grande y entonces si, podríamos vivir juntos y yo le daría muchos hijos. Papito me abrazó más fuerte, y me besó en los labios, un beso apasionado y profundo que nos hizo excitar a los dos, y nuevamente nos empezamos a acariciar, y terminé chupando su pene, mientras mi papito me chupaba mi sexo en un 69 que ya sabía realizar muy bien. Más tarde él se sentó sobre sus pies mientras yo me paraba sobre la cama, quedó en una posición casi hincado, y me hizo subir sobre él en cuclillas, y sentados uno sobre el otro, y frente a frente, me fui metiendo su pene en mi estrecha y húmeda vaginita, mientras yo me sentaba de a poco en su falda, de esa forma yo veía desde arriba como me entraba su duro y grueso pene, abriendo al máximo mis paredes vaginales, pero ya no me dolía, si no por el contrario, me estaba causando una excitación y un placer increíble. Pronto todo su pene se enterró dentro de mi vaginita, ya con facilidad y cuando lo tuve totalmente adentro, mi papito tomándome por las nalguitas, me comenzó a mover sobre su duro pene, hacia arriba y hacia abajo, y me cogió con fuerza por un buen rato.
Luego sin sacarla de mi vaginita, me recostó de espalda en el medio de la cama, y me siguió cogiendo, mientras yo lo abrasaba con mis piernitas por su cadera, y me sostenía de sus hombros con mis manitas. Al rato nos pusimos de costado, e irguiéndose sin sacarme su erecto pene, se puso casi en cruz con mi cuerpito, y levantando una de mis piernitas, me siguió cogiendo, y de esa forma yo sentía su pene muy apretado en mi vaginita, y lograba ver como me entraba su pene, totalmente en mi sufrida vaginita, y me vino otro orgasmo, y cuando terminaron las contracciones de mi vaginita, él ya estaba por terminar y me la sacó, y me pidió que se la chupe y que me trague su semen. Así lo hice, me acosté arriba de él, y me llevé a la boca su pene y se la chupé hasta que terminó en mi garganta, y me tragué todo su semen, mientras mi papito gemía y me llamaba su amorcito, su mujer, su vida. Al rato me alzó en sus brazos y me llevó al baño, y nos duchamos juntos, luego en sus brazos me devolvió a su cama y abrazados y besándonos, y diciéndonos palabras de amor, nos dormimos, desnudos, cansados, pero satisfechos.
Esta vez fui yo, la que se despertó a las dos de la mañana , desperté sudada, ya que mi papito me había tapado con una sabana, y como estabamos en verano, realmente me hacía calor. Me destapé y luego me puse de costado, y toqué con una mano a mi papito, y lo sentí dormido, recorrí su cuerpo con mi mano, y pegué mi cuerpito al suyo, el dormía boca abajo, dándome la espalda y me pegué más a él, mientras lo acariciaba con una mano, de su pecho fui bajando mi mano hasta llegar a su entrepierna, y le acaricié sus vellos púbicos y bajando un poco mi cuerpo pude llegar con mis deditos hasta su pene, y se lo comencé a acariciar, rodeé con mis deditos su pene flácido, y apretándolo suavemente lo comencé a pajear, mientras con la otra mano me servía de apoyo, para levantar un poco mi cuerpito y comenzar a besarlo por la espalda y su costado.
Papito se despertó, y ronroneó como un gato y estirándose encendió la lampara de su mesa de noche, y luego se acomodó de espaldas, en ningún momento yo solté su pene, y cuando terminó de acomodarse, medio me senté y agachándome llevé mi cabeza hacía abajo y comencé a chupar su pene, mientras mi papito acariciaba mi espalda, mi cabeza y luego con las dos manos me dio vuelta, y me acomodó encima y de espaldas a él, abriendo mis piernitas, me comenzó a acariciar mi chuchita y mi culito, ninguno hablaba, mi papito me acariciaba, y me metía un dedo en mi vaginita, mientras yo le seguía chupando su pene, sentía como crecía en mi boca, lo mojé más con mi saliva, y comencé a sacarlo y meterlo bien adentro de mi boquita, mientras lo apretaba suavemente con mis labios.
Cuando se puso grande y gorda, dentro de mi boquita, lo tomé por el tronco con mi manito, y seguí chupando y tragándome sus jugos, mientras lo pajeaba, sentía como la cabeza del pene de mi papito, tocaba cada vez que entraba hasta el fondo de mi boca mi garganta, sin producirme las arcadas que tenía antes, al rato papito me atrajo hacía su cara con sus dos manos en mi cadera, y enterró su cabeza en mi chuchita, y me comenzó a chupar el clítoris y a meter su lengua en mi vaginita, con una mano lo seguí pajeando, ya que su pene se me salió de mi boquita, y mientras me apoyaba en la otra sobre la cama, y movía mi cadera al ritmo de su lengua, comencé a jadear y a gemir por el placer que sentía, me recosté sobre su barriga y estirando mi cuerpito, logré llegar hasta la punta de su pene y comencé a lamer y chupar la cabeza de su pene, mientras con mi mano libre lo pajeaba, cuando comencé a sentir que me venía mi primer orgasmo, lo abrasé por las caderas y enterré mi cara en su pubis, y grité, ahogando mi grito contra los pelos de su pubis, mi papito se tragó mis jugos, y luego me hizo dar la vuelta y sin bajarme de encima de él, me acomodé su pene en la entrada de mi vaginita con una mano, y me la fui enterrando de a poquito, era increíble como entraba abriendo mis paredes vaginales al máximo, cuando me la metí toda, me quedé un momento quieta, hasta acostumbrarme a su tamaño y grosor, y luego me comencé a mover arriba de él, mi papito comenzó a gemir y a llamarme su chiquitita, su amor, su mujer, su vida. Lo cabalgaba metiéndome todo su erecto pene hasta el fondo de mi estrecho canal, me ardía dentro de mi vaginita, me dolían los labios vaginales y el fondo de mi canal, sentía los músculos de mi cuerpito adoloridos, pero no me importaba, me gustaba tanto lo que estabamos haciendo, que era más mi gozo que todos los dolores del mundo, sentir como su pene erecto y caliente, entraba y salía de mi apretada y chorreánte vaginita. Era la sensación más exquisita del mundo, y me hacía estremecer todo mi cuerpito, mientras apoyada con mis manos en su barriga, lo cabalgaba, metiendo y sacando, sacando y metiendo su gran pene de mi ya totalmente mojada vaginita.
Cuando comenzó a terminar me recosté sobre él y comencé a besarlo en el pecho y en sus tetillas, mientras el me agarraba por las nalguitas y me movía sobre su pene que me entraba y salía cada vez más rápido, hasta que acabó llenando mi útero con su semen caliente de su palpitante pene, haciéndome terminar casi junto con él. Quedé recostada sobre mi papito por un rato largo, mientras nos recuperábamos, sentí como su pene se volvía flácido dentro mío y luego como se salía suavemente de mi mojada vaginita, me dormí arriba de mi papito, y no supe cuando me recostó a su lado y me abrazó.
Desperté a sus besos y sus caricias, ya de madrugada, luego me llevó al baño y nos duchamos juntos, en la ducha se la chupé, cuando su amado pene se le puso enorme, me desprendió de él y me tomó en sus brazos, y así de parado, me alzó por las axilas, y me colocó sobre su erecto pene, yo abrí en el aire mis piernitas, y las coloqué a los costados de su cadera, mientras con mi cadera me acomodaba, para que la punta de su pene quede en medio de la raja de mi sexo, él me penetró de un solo envión por mi chorreaste y adolorida vaginita, coloqué mis piernitas cruzadas en su espalda, al rededor de sus cintura, y con mis brazos sobre sus hombros me comencé a mover a su ritmo, mientras mi papito me tomaba por abajo de mis nalgas, sus manos hacían que mi sexo se abra al máximo y aun así yo sentía como su caliente y erecto pene, me entraba apretada por mi vainita, mi papiro me cogió por un rato largo y cuando comenzamos a terminar caímos al suelo, mi papiro de rodillas, con sus nalgas en los talones, y yo encima de él, sin sacar su pene de mi chorreánte vaginita y terminó dentro mío, causándome mi tercer orgasmo seguido, cuando nos recuperamos, mi papito me terminó de bañar y lo ayudé a bañarse y luego tapada con una toalla me llevó a su cama en sus brazos, y después de secarme, me dejó para que me ponga mi ropa, mientras él se cambiaba. Luego salió rumbo a la cocina a prepararnos el desayuno.
Cuando estuve vestida y lista para salir, desperté a mis hermanitos y después de desayunar, papito nos dejó en el colegio, él se fue a ver a mamá y luego a la casa. Fue otra mañana interminable en el colegio hasta que tocó el timbre de salida. La única novedad fue que en el descanso de media mañana, me comenzó a salir semen de mi vaginita, y tuve que ir al baño a limpiarme, ya que me mojó mi calzón y me chorreaba por las piernitas. Por suerte nadie se dio cuenta, y me pude limpiar bien y me coloque entre mi calzón y mi chuchita, un buen trozo de papel higiénico, para que absorba lo que me siguió saliendo durante el resto de la mañana.
Después de juntar a mis hermanitos salimos a donde mi papito nos esperaba en su auto, para ir a ver a mamá. El auto de papito era nuevo y enorme, un ford año 62 de un solo asiento delantero, grande y confortable, yo subí adelante y mis hermanos subieron en el asiento de atrás, mientras papito manejaba, conversaba con nosotros y reía de nuestras historias, y en cada semáforo en que paraba, nos mirábamos, y sin palabras nos decíamos todo nuestro secreto amor, y yo colocaba mi manito cerca a la de él en el asiento, para que me la acaricie.
Cuando mis hermanos comenzaron a jugar entre ellos, y al verlos distraídos me acerqué más hacía mi papito, y este puso su mano sobre mis muslos, y subiéndome un poquito mi pollera de colegio, me comenzó a acariciar mis desnudos muslos, yo abrí mis piernitas y me subí un poco más mi faldita, y papito metió su mano y sobre mi calsoncito me comenzó a acariciar mi chuchita, puse mis dos manos sobre la mano de mi papito, que me estaba acariciando mi chuchita y lo ayudé a que me apreté y acaricie mi sexo, luego con una mano aparté a un lado el elástico de mi calzoncito y retirando el papel higiénico que lo cubría, se lo entregué a mi papito, este miró el papel y me sonrió, lo tiro por la ventana de auto, sin que ninguno de los dos dijera palabra alguna, dejé que mi papito vuelva a meter su mano en mi entrepierna, mientras yo con una de mis manitos, apartaba la entrepierna del calzón, para que mi papito me toque y acaricie mi clítoris y mis labios vaginales y luego me meta uno de sus dedos en mi mojada vaginita, tuve dos orgasmos mientras papito me metía su dedo y me masturbaba, mientras mis hermanitos seguían jugando sin darse cuenta de nada, y cuando estábamos llegando a la clínica, papito me sacó su dedo de mi chorreánte vaginita, y mientras se lo llevaba á su boca y lo chupaba, yo me acomodé lo mejor que pude, sonriéndole antes de que nos bajáramos del auto.
Después de estar con mamá, y regresar a la casa a almorzar, papito se fue a dormir la siesta, mientras yo ayudaba a la Sra., a lavar y a acomodar todo en la cocina, y luego la acompañé hasta la puerta. Cuando se fue, entré a la casa y vi que mis hermanos estaban en sus cosas, me dirigí al cuarto de papito, y después de entrar cerré la puerta con llave, y después de ver que mi papito dormía, entré a su baño y me lavé mi chuchita y me saqué mi calzón, que todavía estaba húmedo de mis corridas en el auto, luego me acerqué a la cama de papito, y me saqué mi uniforme y cuando quedé desnuda, me acosté a su lado, el me sintió y me abrazó, y siguió durmiendo. Yo me quedé quieta a su lado y lo abrasé, y creo que también me dormí un rato, porque cuando me di cuenta, mi papito me estaba acariciando mi espaldita y las nalguitas, me di la vuelta y le dije que quería que me haga el amor, pero me dijo que no podía, que estaba cansado y que mejor guardaría fuerzas para la noche, yo le dije que quería sentirlo dentro mío, y el me dijo que me haría otra cosa rica y se puso entre mis piernas y como la primera noche que estuve con él, me las abrió bien y se las puso sobre sus hombros, y me comenzó a besar mi chuchita, me chupó mi clítoris y luego metió su lengua en mi vaginita y así me hizo terminar dos veces. Me chupó mi vaginita y se tragó todos mis jugos, luego me besó todo mi cuerpito, y me dijo que mis pezones estaban más duritos y que me estaban brotando hacia afuera, luego se levantó, y se fue al baño, cuando quedé sola, miré y toqué mis pechitos y realmente los veía todavía chiquitos, pero las aureolas estaban un poco más oscuras, aunque seguían siendo chiquititas, mis pezones estaban más crecidos y duros, mis pechos se veían como decía mi papito, "dos limones". Cuando salió del baño, se cambió y me miró, yo seguía acostada como el me dejó, desnuda, echada de espaldas y con mis piernitas abiertas, ya que mis labios vaginales y mi vagina estaban hinchadas, muy sensibles y muy mojadas, se paró delante de mi y me estuvo mirando un rato, y luego me dijo:
- Toca tu chuchita con tus manos!. Yo llevé mis manitas a mi chuchita y me abrí los labios vaginales, como me ordenaba y para que él me viera.
- Con una mano ábrete los labios vaginales y con la otra toca tu botoncito!. Hice lo que me decía y comencé a tocar mi clítoris, y me fui excitando cada vez más, luego me enterré un dedo en mi vaginita mojada y palpitante, y me comencé a masturbar en su delante, mi papito me miraba con cara de deseo, mientras yo me masturbaba cada vez más rápido, él saco su pene luego de desprender los botones de su bragueta, y comenzó á masturbarse, verlo masturbarse y tocarme me hicieron acabar dos veces, cuando me tranquilicé, mi papito dejó de tocarse y se sentó a mi lado, y mientras me acariciaba mi chuchita con una de sus manotas, me acomodé á su costado, y tomé su duro pene con una mano, y lo llevé a mi boquita y se lo comencé a chupar, hasta que largo su semen en mi garganta, cuando lo saqué de mi boquita, papito se levantó se acomodó su pene dentro de su pantalón, se agachó y me dio un beso en mi boquita que todavía tenía restos de su semen, y me dijo que se iba al hospital y que en la noche estaría de vuelta.
Cuando papito se fue, me puse una polera de él, que me quedaba un poco grande, y así sin calzones estuve toda la tarde, ya que sentía mi sexo muy caliente, como si tuviera fiebre y lo sentía hinchado, jugué con mis hermanos, hice mis tareas del colegio, y dos veces me encerré en el baño a masturbarme, pensando en el pene de mi papito, solo me sentaba en el inodoro, me subía un poco la polera, abría mis piernitas y me metía mis dedos en mi dolorida é inflamada chuchita, y sobaba mi clítoris, y me metía un dedito en mi vaginita, hasta que terminaba, me encantaba masturbarme y había aprendido a hacerlo muy bien, era un gusto nuevo, recién descubierta por mi, y como ya mi chuchita no me dolía para nada, y me daba mucho placer, así que soñando con el pene de mi papito me masturbaba cada vez que podía.
Papito regresó cerca de las nueve de la noche, le serví su cena y más tarde lo ayudé a acostar a mis hermanos, papito les llevó el televisor, de la cocina, al dormitorio de mis hermanos, y los dejó acostados y mirando. Yo lo esperaba en su cuarto, ya me había desnudado, y lo esperaba en su cama, tapada solo con una sabana, cuando lo vi entrar me destapé, para que me viera y abrí mis piernitas, mi papito se paró frente a la cama y se desvistió mirándome, yo llevé mis manitas a mi chuchita y me comencé a masturbar, mientras él parado frente a la cama, se masturbaba también mirándome, mi papito se acercó y se paró cerca de la cabecera y yo me senté al borde de la cama, y tomé con mis manitas su pene y se lo comencé a chupar, ya había aprendido y lo podía meter y sacar chupándolo y tragándome sus jugos, solo se escuchaban los ruidos que hacía mi boquita, al chupar el pene de mi papito, lo metía y sacaba de mi boca, mientras con mis manitos lo pajeaba, y cuando estuvo tan grande que apenas entraba en mi boquita, papito me la sacó, y me recostó en medio de la cama, se hincó delante mío y me subió las piernitas sobre sus hombros, y me la metió de un solo golpe en mi estrecha y mojada vaginita, haciéndome gemir de dolor y gozo, luego me cogió con fuerza, y mientras el acabó una vez, yo terminé tres veces, me la sacó despacio de mi adolorida y húmeda vaginita, y luego se agachó entre mis piernitas y me chupó mi chuchita, haciéndome alcanzar otro orgasmo, luego se recostó en la cama, mientras yo lo abrazaba y le decía que lo amaba, y que me encantaba que me meta su rico pene en mi chuchita, y que cuando él no estaba, yo había aprendido a masturbarme pensando en su amado pene. Esa noche me volvió a coger dos veces más y en la madrugada me hizo el amor de nuevo y por primera vez trató de meter su pene por mi culito.
Serían como las cinco de la mañana, cuando mi papito me despertó, porque me tenía abrazada de costado y su pene que estaba en erección, estaba encajado entre mis nalguitas, en la entrada de mi culito, y papito se movía como tratando de penetrarme.
Cuando me di cuenta de lo que él quería, llevé una mano hacía atrás, y me abrí las nalguitas, él separó un poco su cuerpo para poder ver mejor lo que hacía, y comenzó a empujar con su cadera, yo empujé hacía él mis nalguitas y sentí como la cabeza de su pene, comenzó a abrir mi esfínter y comenzó a entrar en mi culito, cuando una parte de la cabeza del pene de mi papito entró en mi culito, sentí un dolor muy fuerte en mi culito, y le dije a mi papito que me dolía mucho, papito la sacó y me dijo que no me preocupe, que de a poco, iría acostumbrando mi culito a su pene, y que pronto también mi culito sería suyo, me puso en cuatro patas y colocándose hincado detrás mío, me comenzó a besar mi vagina y mi culito, y pronto comencé a excitarme, papito besaba y chupaba mi vaginita y trataba de meter su lengua en mi mojado culito, y pronto sentí como mi culito se distendía, y la lengua de mi papito se adentraba por mi intestino, y me causaba el mismo placer que cuando me chupaba mi clítoris.
Cuando vio que estaba bien excitada, lamió y beso un momento más mi vaginita, estaba bien mojada, me acomodó su pene en mi chuchita, abriendo mis labios vaginales y me la metió, me cogió con fuerza haciéndome pujar y gemir de dolor y placer, y cuando estaba por acabar, sacó su pene y me lo colocó, en la entrada de mi culto, y lo comenzó a pasar por sobre mi esfínter presionándolo, y á ratos metía un poco de la cabeza de su pene en mi vaginita, y luego lo volvía a sacar, la pasaba otro rato por mi culito haciendo presión sobre mi esfínter, luego me la volvía á meter por mi vaginita, y después de un rato la sacaba de nuevo, y me lo hacía encajar en la entrada de mi mojado culito, hasta que acabó dentro y fuera de mi culito, ya que yo no apretaba mi esfínter al sentir placer en lo que me hacía, solo gemía y pujaba, gozando con esta cogida diferente, después que papito terminó en mi culito y me llenó de semen que resbalaba por la parte interna de mis muslitos, yo caí sobre la cama boca abajo, y con una mano esparcí su semen por mis nalguitas, mientras el se acostaba a mi lado.
Más tarde le pregunté, si yo sentiría igual por mi culito, como sentía por mi chuchita, y me contestó que si, aunque era distinto y al comienzo era un poco difícil, al final se disfrutaba igual, yo le pregunté, si se lo había hecho a mi madre y me dijo que si, ya que mi madre le gustaba casi todo del sexo, y que jamás se negó á ponerse en la posición del perrito ó patas al hombro y solo muy ocasionalmente, lograba hacer que se la chupara, eso no le gustaba mucho dijo, incluso a mi mamá ya no le gustaba hacer el amor con luz, y siempre obligaba a papito a apagarla. Yo le dije que conmigo podría hacer todo lo que quisiera, porque yo lo amaba, y que sería su mujer toda la vida. Papito me besó, y me dijo que él también me amaba mucho, y que él sería solo mío, aunque tenga que dormir con mi mamá, y aunque tenga que hacerle el amor a mi mamá, sería a mi a quien estaría haciendo el amor. Por la mañana mi papito se despertó, antes que lo haga yo, después de vestirse preparó el desayuno, y luego despertó a mis hermanitos, después del Desayuno, nos llevó al colegio, y a medio día nos pasó a buscar, para llevarnos a ver a nuestra mamá. Ella ya estaba despierta, y se encontraba un poco mejor. Esa tarde y mientras mis hermanos miraban televisión, en su dormitorio.
Me fui al dormitorio de papito, me desnudé al lado de la cama y viendo que él estaba durmiendo desnudo, lo desperté cuando se la comencé a chupar, y me volvió a hacer el amor, su pene ya entraba muy fácilmente en mi hinchada chuchita y a mi cada vez me gustaba más, luego me acostó de espaldas, y mientras me chupaba mi hinchado clítoris, me comenzó a meter un dedo mojado con saliva en mi culito, y mientras me chupaba mi chuchita, metía y sacaba su dedo de mi culito, y para cuando tuve mi segundo orgasmo con su boca, ya su dedo entraba más de la mitad en mi culito, y no me causaba dolor, me excité mucho más, con su dedo moviéndose en mi culito, y su boca chupando mi chuchita y acabé dos veces más. Esta sería nuestra penúltima noche que dormiríamos juntos, así que me dijo que quería que fuera especial y que quería desvirgar mi culito, y que no me preocupara, que había comprado una crema especial, y que con ella no abría ningún problema, y que yo también lo gozaría tanto como él.
Cuando mi papito se fue por la tarde, me quedé medio preocupada, y después de masturbarme en el baño, mojé un dedito y me lo fui metiendo despacito, pero cuando se secaba, no quería entrar más y me dolía si me lo quería meter seco, así que cada rato me lo llevaba a la boca, lo mojaba y me lo metía, hasta que entró casi todo en mi culito, y lo comencé a mover, pero no sentí casi nada, como cuando lo metía en mi chuchita, seguramente con la crema que mi papito compraría sería otra cosa, y dejé de preocuparme por eso, y me fui a jugar con mis hermanos y unas vecinitas, en la calle durante toda la tarde. Mi papito llegó como siempre, por la noche y después de cenar y mirar televisión, acostamos a mis hermanos, y mientras mi papito les leía unos cuentos, yo me fui a su cuarto, me desnudé, deshice la cama y me acosté a esperarlo, como tardaba, me comencé a masturbar, acostada de espaldas y con mis piernitas bien abiertas, cuando mi papito llegó, estaba en mi segundo orgasmo.
Después de trancar la puerta, se desnudó y subiéndose sobre mi, apartó mi manito de mi chuchita, y con su boca chupó mi sexo hasta que me hizo terminar de nuevo, luego se acostó a mi lado y yo me subí encima de él, y dándole la espalda, haciendo un 69, nos empezamos a chupar, lamer y besar mutuamente, cuando á mi papito se le puso su pene bien grande, me lo sacó de la boquita y me acostó a su lado, él se recostó a mi lado, y mientras yo con mis manitos masturbaba su pene, sacó del cajón de la mesa de noche, un pote de una crema blancuzca, la abrió y me dijo que con mis dedos, se la pase por todo su pene, así lo hice y tomando la crema con los dedos, se lo esparcí por todo su pene, y luego me dijo que me acueste de espaldas y que abra mis piernitas.
Mi papito se acomodó de rodillas, frente a mi y tomó con sus manos mis tobillos, y los llevó hacia adelante, y arriba, luego me las abrió bien, llevando mis muslitos hasta mi pecho, con lo que mi vaginita y mi culito quedaron bien abiertos, y a la altura de su pene, luego soltando una de mis piernitas, tomó un poco de crema y me la comenzó a colocar en mi culito, yo tomé con mis manitas mis tobillos, y los tiré hacia mi para que mi culito se abra más, y papito pueda utilizar sus dos manos, él me colocó la crema por fuera y luego por dentro de mi culito, con sus dedos, los metía y los sacaba, mientras yo gemía y sentía como sus dedos untados con la crema entraban y salían fácilmente, abriendo y relajando mi esfínter, al rato me metió dos dedos juntos, con más crema, yo los sentía entrar y salir, resbalando sobre las paredes de mi culito, por causa de la crema que más tarde supe que se llamaba vaselina.
Cuando mi papito vio que yo ya estaba relajada, y que mi esfínter estaba bien abierto, sacó sus dedos de mi culito, y me colocó su pene y sentí como la cabeza comenzó a entrarme, al comienzo cuando hizo presión sobre mi esfínter, me dolió un poquito, porque mi esfínter se abrió más de lo acostumbrado, y cuando sentí que la cabeza de su pene estuvo dentro de mi culito, papito se quedó quieto y me dijo:
- Ya, mi hijita querida, estoy dentro de tu culito, lo sientes mi amor?
- Si papito, lo siento!, siento tu pipí en mi culito, hay!!!, papito entró otro poquito!!!!!!, uhhhmmm!!!!!!!!, papito!!!!!!, aaahhhhh!!!!!, me esta entrando por mi culito!!!!!!, la siento en mi barriguita papito!!!!!!!, aaahhh!!!!!, aaahhh!!!!!, aaahhh!!!!!!! AAAYYYYYY!!!!!!!!!
- Hmmm!!!!!!, que rico mi hijita , ya entró la mitad en tu culito mi amorcito!!!!!!!, abrí más las piernitas!!!!, así mi hijita!!!!!, así mi amorcito!!!! Que apretadito que es tu culito mi vida!!!!!, aaaahhhh!!!!!!. Y mientras mi papito me hablaba, me la comenzó a meter más adentro abriendo mi intestino, me vinieron unas ganas enormes de defecar, y el dolor que sentía se fue convirtiendo en adormecimiento, sentía que mi esfínter se partía, y que el pene de mi papito empujaba algo duro dentro de mis tripas, cuando me metió casi todo su pene en mi culito, me tomó de nuevo por los tobillos, y luego hizo presión y mis piernitas se abrieron más y mis rodillas casi tocaban mis pechitos, y mi culito se abrió más, y se suspendió, por lo que el pene de mi papito, se enterró aún más dentro de mi culito, y sentí como los testículos de mi papito tocaron mis nalguitas, mi culito lo sentí totalmente lleno con el erecto y duro pene de mi papito, y las ganas de hacer caca fueron más intensas. Miré como me entraba mientras apretaba las sabanas con mis manitas y le dije:
- Hay papito tengo ganas de hacer caca!!!!!!, ummmhhh!!!!!, aaahhhh!!!!!!
- Si mi amorcito, ya lo sé, puja como si lo quisieras hacer!!!!!!!!!!, así mi vida!!!!, así mi hijita querida!!!!!!!, mira como entra y sale de tu culito, mi amorcito!!!!!!!, mmmhhhh!!!! Me decía, mientras se comenzó a mover, metiendo y sacando su pene de mi culito.
- Ah!!!, ah!!!!!, ah!!!!!!, haaayyyyy!!!!!, papito!!!!!!!!, papito!!!!!!!, la veo papito!!!!, veo como entra en mi culito!!!!!!!, aaaaaahhhh!!!!, está en mi barriguita papito!!!! Haaaaa!!!!!!!!. Con la cabeza levantada, y mis ojos y boca bien abiertos, miraba como el pene de mi papito se enterraba en mi culito, y ya no sentía dolor, solo sentía como el erecto pene de mi papito abría al máximo mi adormecido y abierto esfínter, y las paredes de mi intestino al entrar, y luego cuando salía de mi culito se contraían para luego ensancharse, y sentía como ráfagas de placer y estremecimientos en todo mi cuerpito, y un ardor en mi culito, que lo sentía abierto al máximo por el duro y caliente pene de mi papito.
- Hay papito que rico!!!! Siento tu pene en mi barriguita!!!! HHHAAAGGG!!!!!!!. Mi papito largó uno de mis pies, y comenzó a masturbar mi clítoris y mis labios vaginales, lo que me causó un primer orgasmo, y para sentirlo mejor recosté mi cabeza sobre la almohada, y serré los ojos que se me llenaban de lagrimas.
ACABO,PAPITO!!!!!!!,AAAHHH!!!!!!!,ACABO,PAPITO!!!!!!!,UUMMMM!!!!!!!!!!!,AAAAHHHHH!!!!!!!!!!! Papito se movió un rato más, enterrando y sacando su pene de mi culito, hasta que lo sentí que entraba y salía fácilmente, y me estaba por venir otro orgasmo. Mi papito, soltó mi otra piernita y me tomó de la cadera con sus dos manos, y me levantó de la cama, sin sacar su pene de mi culito, y echándose para atrás, se recostó contra los pies de la cama, quedando sentado con sus nalgas sobre sus talones, y yo quedé arriba de él en cuclillas y sentí otra oleada de dolor, porque lo sentí más grueso, y más adentro de mi culito, con sus manos en mi cintura me comenzó a mover sobre su duro pene, y yo con mis pies apoyados en la cama, comencé a subir y bajar, clavándomelo y cabalgándolo, mientras que él me puso de nuevo, una mano en mi chuchita y me masturbaba mi clítoris y mis labios vaginales, y terminé en un grito de pasión y de locura mientras mis ojos se llenaban de lagrimas, y todo mi cuerpito me ardía, mi papito también terminó llenando mis tripas con su semen caliente, y me atrajo hacía él, y me recosté en su pecho, mientras mi papito besaba y acariciaba mis cabellos, me decía que me amaba, y que lo hacía el hombre más feliz del mundo.
Yo volví a sentir unas ganas locas de hacer caca, y se lo dije, mi papito me dijo que aguante un poco, y luego tirando mi cuerpito hacía arriba de él, me fue sacando su pene despacito de mi culito. Cuando sentí que salió todo, me recostó a su lado, se paró y me alzó, y me llevó al baño rápidamente, y me depositó sentada en el inodoro y nada más sentarme, sentí que mi estomago se vació, mi papito me miraba sonriendo, dándome valor, parado frente a mi, todavía con su pene semi duro, mojado y brillante por la Vaselina y su semen, yo estiré una manito y se lo comencé a sobar, mientras con la otra mano lo atraje hacia mi, y apoyé mi rostro contra sus piernas, y le decía:
- Que rico papito, pero porque me vinieron ganas de venir al baño?.
- Es normal mi amorcito, esto pasa las primeras veces y después tu estomaguito se acostumbra y no sentirás esa molestia.
- Ya terminé papito, me limpias?. Le dije sin soltar su pene, que resbalaba entre mis dedos, ya que lo había agarrado con las dos manos y se lo acariciaba suavemente, papito me ayudó a pararme y limpió suavemente mi culito y luego me llevó al Videt, y después que me sentó, abrió el paso de agua y una fina lluvia mojó mi chuchita y mi culito, refrescando mi ardiente sexo, y papito me lo limpió con sus dedos y luego de levantarme, me secó con un paño, y alzándome en sus brazos me llevó hasta su cama, donde después de recostarme de barriga, me hizo abrir mis piernitas y revisó mi culito, y me dijo que no había sangrado, y que aunque estaba bien abierto todavía, pronto se cerraría en forma normal y estaría bien, que no lo haríamos por mi culito, por unos días, porque seguramente al día siguiente, yo estaría un poco dolorida, pero que él me iría acostumbrando mi culito con sus dedos, y que yo podría hacer lo mismo cuando me masturbe sola en mi cama, ó cuando me esté bañando, yo le dije que eso haría, pero que en ese momento no me dolía, si no que lo sentía como adormecido, y que las ganas de hacer caca, no se me pasaban, mi papito me explicó que mi culito estaba todavía abierto y que tardaría un rato más en cerrarse, y que cuando mi esfínter se contraiga bien, esa sensación se me pasaría, me puso un poco de la crema, y me dijo que se llamaba vaselina, y luego se recostó a mi lado, y estuvimos conversando un tiempo más, y no supe en que rato me dormí, abrazada a mi papito.
Mi papito tuvo que levantarse durante esa noche, ya que uno de mis hermanos lloraba, y después de atenderlo, darle un remedio y hacerlo dormir, recién pudo venir a acostarse cerca de las dos de la mañana, y yo desperté al sentir que el se acostaba a mi lado, y lo abrasé preguntándole a donde había ido, el me contó lo que le pasó a mi hermanito, y luego me dio un beso en la boquita, respondí a su beso y lo comencé a besar apasionadamente, y el comenzó a acariciar mi cuerpito desnudo, y cuando tocó mis nalguitas, sentí un pequeño dolor en mi culito, pero no le dije nada, y seguí besándolo, después le desprendí su pantalón de pijama, y se lo bajé hasta donde pude, y él me ayudó á sacárselo con sus pies, lo dejé desnudo, y agachándome comencé a besar y chupar su pene, mientras él acariciaba mi cuerpito, papito me preguntó si quería que me la meta en mi chuchita y le dije que si. Que lo quería dentro mío, se la chupé otro rato y luego mi papito se recostó con su espalda contra el espaldar de la cama, sobre las almohadas, y quedó medio sentado, luego me tomó con sus brazos, y me sentó arriba suyo, y dejó que yo misma me meta su pene en mi chuchita, lo coloqué en la entrada de mi chuchita y me lo fui metiendo de a poquito por mi vagina mojada y olorosa, á sexo suyo y mío, mi culito me dolía pero era más el deseo por tener el pene de mi papito en mi chuchita, que me lo aguanté y puse mis brazos al rededor de su cuello, y bajé mi mirada para ver como el pene de mi papito entraba en mi vaginita llenándome totalmente, estirando al máximo mis labios vaginales.
Mi culito palpitaba y sentía un ardor que no lograba disipar el placer que causaba el pene de mi papito, entrando por mi resbaladiza y estrecha vagina, mi papito colocó sus manos, a los costados de mi cadera y me ayudó a subir y bajar sobre su pene, y comenzamos a hacer el amor suavemente, mientras me decía palabras de amor y de deseo, yo gemía en su oído, acariciando su nuca y su pelo, a ratos me quedaba quieta con todo su pene dentro de mi vagina, y luego lo cabalgaba, hasta que me vino un orgasmo largo é intenso. Acabé cuatro veces, mientras mi papito me cogía. Cuando mi papito comenzó a terminar, moví mi cadera sin sacar su pene de mi vagina, y sentí su caliente semen inundar mi pequeño útero, cuando terminaron sus espasmos, me quedé quieta, el dolor de mi culito había dado paso á un adormecimiento de todo mi culito y mi vaginita, recostada con mi cara en su pecho, y mientras su pene se ablandaba dentro de mi vaginita, me volví a dormir satisfecha y rendida sobre mi papito, me dejó dormir un rato largo sobre él, y después me acomodó a su lado y nos dormimos abrazados.
Al día siguiente por la mañana, no tuvimos tiempo de hacer el amor, y desperté muy dolorida de mi culito y mi chuchita, papito me puso una crema anestésica, en mis partes genitales, y luego me dejó acostada en su cama. Después se bañó y se vistió, despertó y atendió a mis hermanitos y se los llevó al colegio y pidió permiso para mí por ese día. Luego regresó a la casa, y me dejó dormir hasta cerca de las 10 de la mañana. Cuando desperté me vi sola en su cuarto, que olía á sexo, y así desnuda como estaba, me levanté y lo busqué por la casa, lo encontré en el cuarto que le servía de escritorio, y lo vi sentado leyendo, me paré en el dintel de la puerta, y el levantó la vista y me vio, me saludó con una sonrisa y me preguntó que como estaba, caminando hacia él le contesté que bien, y me senté en su falda, mientras lo besaba en la boca y rodeaba su cuello con mis brasitos, papito acarició mi cuerpo desnudo, respondiendo a mis besos y luego me sentó arriba de su escritorio, frente a él y abriendo mis piernitas, las llevó hacia arriba, mientras yo me apoyaba sobre su escritorio, observó mi chuchita y mi culito, me dijo que mi chuchita estaba un poco inflamada, pero que eso era normal, cuando se hacía mucho el amor, y de mi culito, me dijo que se lo veía bien y que estaba totalmente cerrado, me preguntó si ya había ido al baño, le dije que no y que iría solo si él me acompañaba. Papito metió su cabeza entre mis piernas abiertas y comenzó a besar mi chuchita, y yo me comencé a excitar, y tomándolo por el pelo, hice que me chupe mis labios vaginales, y chupe mi clítoris, y luego enterró su lengua en mi vaginita y con ella me excitó, hasta que me hizo acabar en un hermoso orgasmo.
Después me chupó y se tragó todos mis jugos, luego me llevó alzada al baño, y se desnudó, mientras yo hacía mis necesidades fisiológicas. Entró conmigo a la ducha, y nos bañamos, más tarde en su cama hicimos el amor suavemente, ya que mi papito tenía que ir á ver á mi mamá al hospital, en un rato más. Me hizo el amor mientras yo estaba acostada de espaldas y con las piernitas bien abiertas, él sobre mi, sin tocar mi cuerpito, ya que se suspendía él mismo, con sus brazos extendidos a cada lado de mi cuerpito, y cuando estuvo por terminar, sacó su duro pene de mi mojada vaginita, y se hincó al lado de mi carita, me puso su hinchado pene en mi boquita, mientras se la chupaba, terminó en mi boca, me tragué todo su semen, y luego se recostó a mi lado y mientras me acurrucaba entre sus brazos, pegada á su cuerpo, papito me dijo que trataríamos de comportarnos normalmente delante de mamá, y que solo haríamos el amor, cuando tengamos la oportunidad, y estuviéramos seguros de que nadie nos vería. Al rato nos vestimos y yo salí a recibir a la Señora que venía a prepararnos la comida, papito conversó un rato con ella, y luego se fue al hospital, yo me fui a mi cuarto a descansar.
Papito regresó con mis hermanos á medio día, y después de almorzar, me comentó que ya habían pasado por el hospital, y que mi madre estaba mucho mejor, y que al día siguiente ya podría regresar á la casa. Luego del almuerzo, le ayudé a la señora en la cocina y después que la despedí, corrí al cuarto de mi papito.
Lo encontré dormido, aseguré la puerta de su dormitorio, y al lado de su cama me desnudé, y me acosté abrazándolo, él despertó al sentirme, y se dio vuelta y me besó en la boca, mientras yo llevé una manita y me apoderé de su pene, y se lo comencé á acariciar, papito comenzó a besar mi cuello y mis orejas, causándome escalofríos, mientras le decía que ya no podía vivir sin su pene, y que lo quería dentro de mi chuchita todo el tiempo, él me acariciaba la espaldita y luego bajó hasta mis nalguitas y me las apretaba suavemente, haciendo que mi culito sienta un poco de dolor, me lo aguanté, mientras restregaba la cabeza del pene de papito por mis muslos, al rato papito dejó mi cuello, y me comenzó a besar todo mi cuerpito hasta llegar á mi entrepierna, nos pusimos de costado y abrí mis piernitas, para que él pueda besar mi chuchita, mientras yo me llevaba su pene á la boca, y se lo comencé á chupar con ganas, hasta que sentí que se le puso bien duro y erecto, luego me lo saqué de la boca y me levanté, y mientras él se acomodaba de espaldas, me subí sobre él y con ambos pies a sus costados, me enterré su pene en mi chorreánte vaginita, y lo comencé á cabalgar, mientras él gemía y me decía que era su mujer, y que le encantaba tenerme así.
Le hice el amor hasta que terminó llenándome con su semen mi útero, me recosté sobre su pecho, mientras me abrazaba y jadeaba, luego mientras él se volvía á dormir, entré a su baño y me lavé mi chorreánte chuchita, luego me volví á acostar á su lado y me dormí abrazada á mi papito.
Por la tarde, después que papito se fue, me puse un vestido, y sin calzón estuve toda la tarde en casa de mi compañera, haciendo mis tareas. Al atardecer regresé á la casa, y bañé á mis hermanitos, y preparamos todo lo que la señora dejaba listo para la cena, luego me bañé y me puse mi mejor vestido, para esperar a papito. Mientras me peinaba en el espejo grande de su dormitorio, miré mi cuerpito, que enfundado en el vestido seguía siendo un cuerpo de niña, pero mi mente y mi sexo era el de una mujer, la mujer de papito, y me puse á pensar que no importaba que todavía no tuviera once años, porque ya era una mujer, la mujer de papito, me volví a repetir mentalmente, y que todo lo que haría a partir de hoy, sería para que él se sienta feliz conmigo.
Mis pechos pequeños, no necesitaban todavía sostén, aunque mis pequeños pezones se notaban por sobre la tela de mi vestido, marcándose como dos puntas bien visibles. Papito regresó cerca de las nueve de la noche, y durante la cena me dijo que estaba hermosa, yo le sonreí, y bajando la vista no le contesté, para que mis hermanitos no se dieran cuenta, de todo el amor que sentía por mi papito.
Después de la cena, me fui a la cocina á lavar los platos, mientras mi papito acostaba á mis hermanitos, cuando terminó, vino á la cocina y me tomó en sus brazos, y me besó en la boca, y así colgada de su cuello, me llevó y me sentó en el mesón de la cocina, y abriendo mis piernitas dejé que se pegue á mi cuerpito, y me vuelva á besar con pasión, mientras papito me besaba, llevé mis manitos hacia abajo, y con las dos apreté suavemente su pene, por sobre el pantalón, mientras me besaba con una mano sobre mi espalda, con la otra levantó el ruedo de mi vestido y tomó con toda su mano mi chuchita, y me comenzó a sobar. Así estuvimos por un rato largo, hasta que sentí que el pene de mi papito comenzó a crecer, sin dejar de besarnos, él me estaba metiendo un dedo en mi vaginita, y me masturbaba, enterrándolo bien adentro de ella, desabotoné su bragueta, y metí una mano dentro de sus boxer, y saqué para afuera su duro pene, y lo tomé con mis dedos y se lo comencé a mover, llevándolo hacia adelante, hasta que quedó á la altura de mi chuchita, papito sacó su dedo de mi vaginita, y acercó aun más su pene, y yo sin soltarlo lo encajé entre mis labios vaginales, y dejé que mi papito me penetre de un solo golpe todo su pene hasta el fondo de mi vagina, lancé un grito sofocado, cuando el pene de mi papito llegó a tocar mi útero, mientras mi papito me decía que era muy rico metérmela, llevé mis manos a los costados, y hacía atrás, y me apoye en el mesón, y comencé a mover mis caderas al mismo ritmo que movía mi papito su pene en mi vaginita, subí mis piernitas a los costados de su cadera, y apoyé mis talones en la punta del mesón, y sentí como el pene de papito se enterraba aun más adentro de mi vaginita, papito me tomó por las nalguitas, y me comenzó a coger más rápido, hasta que terminó dentro mío, llenándome con su semen, justo en el momento que me venía mi segundo orgasmo.
Descansamos así como estábamos por un rato, y luego papito me sacó su pene, y lo acomodó dentro de su pantalón, luego me bajó al piso, y me ayudó a terminar de limpiar toda la cocina, sentía como el semen de papito, se salía de mi vaginita, y corría como un hilo por un costado de mis muslos. Cuando terminamos, me cargó en sus brazos y me llevó hasta su cama, y mientras yo me desnudaba, él se fue a ver á mis hermanitos y asegurar toda la casa. Cuando regresó me encontró acostada de espaldas, en medio de la cama, con las piernas bien abiertas, y con mis manitas mostrándole mi vaginita abierta, llena de su semen blanquecino.
- Mira papito!, es tuya, solo tuya! Mi chuchita en tuya papito!!!! Le dije mirándolo con amor y deseo. El se comenzó a desnudar, sin dejar de mirar mi chuchita toda abierta, mientras yo me metía un dedo en la encharcada vaginita, y me comenzaba á masturbar, cuando se terminó de desnudar, se hincó frente a mi, y se comenzó él también a masturbar, viéndome hacerlo, cuando vio que yo estaba por terminar, se acercó a mi y sacó mi dedo de mi chuchita, y me enterró su lengua en mi vaginita, y me hizo tener otro orgasmo, y se tragó toda mi corrida junto con parte de su semen. Me siguió chupando mi vaginita un rato más, y luego se levantó y tomando mis piernitas con las manos, me las abrió y me enterró su pene por mi chorreánte vaginita, y me cogió con fuerza, haciendo que mi culito me duela un poco, pero no me importaba, porque mi papito me cogía con fuerza, y me estaba haciendo acabar de nuevo, grité y gemí, varias veces, mientras papito terminaba dentro mío.
Quedamos un rato con nuestros cuerpos pegados, sin movernos, mientras nuestra respiración se tranquilizaba, y luego me levanté, sacando su semi erecto pene de mi chuchita, y me paré sobre la cama con las piernas abiertas, papito me miraba, mientras yo le decía que quería vestirme con las ropas de mamá, papito se rió y me dijo que lo haga, salté el suelo y corrí á abrir los cajones del ropero de mi madre, y saqué ropa interior, un vestido rosa pálido, y un par de zapatos negros de tacón alto, y mientras mi padre se acomodaba sobre sus almohadas, me los fui colocando, papito se reía, mientras me decía que el sostén me quedaba muy grande, luego me coloqué unos calzones blancos de mi madre, que me quedaron también un poco grandes, me puse su vestido que me llegó a los tobillos, y por último me puse los zapatos, y mientras papito me miraba sonriendo, desfilé para él mirándome en el espejo, y diciéndole á papito, si me parecía a mi madre.
Papito se sentó sobre el borde de la cama, y cuando pasé cerca de él, me tomó en sus brazos y me besó en la boca, mientras me sentaba en sus piernas, me comenzó á acariciar por sobre la ropa de mi madre, mientras yo le devolvía sus besos, levantó el ruedo del vestido, y tocó mi chuchita por sobre el gran calzón, y me la comenzó a sobar, yo bajé una mano y lo comencé a masturbar, papito se excitó rápido, al mirarme así vestida, y su pene se puso muy duro en mi manita, dejé de besarlo y me hinqué en medio de la cama, y me puse a chupar su pene, mientras mi padre acariciaba mis nalguitas y metía una mano por la entrepierna del calzón de mi madre, y me acariciaba mi chuchita, al rato papito se levantó y se colocó atrás mío, y como yo me coloqué de cuatro patas, me apartó a un lado la entrepierna del calzón, y así sin sacármelo, me enterró su pene de un solo empujón por atrás, en mi vaginita, que lo recibió fácilmente por todo el semen que tenía, la fricción de nuestros sexos producía unos ruidos jugosos, lo que nos excitaba aun más, me tomó por la cadera y me cogió con fuerza, me dijo después de un rato, que me lo quería meter por el culito, mientras me metía un dedo mojado con saliva en mi culito, le dije que lo haga, aunque todavía me dolía un poco.
Mi papito me estuvo metiendo y sacando de mi culito su dedo, mientras me cogía con fuerza por mi vaginita, yo gemía y le decía que me haga lo que quisiera, que yo era solo de él, me sacó su erecto y caliente pene de mi chuchita, y agarró el pomo de la vaselina y rápidamente se untó su pene y con un dedo me metió vaselina dentro de mi culito, y lo esparció por dentro y por fuera, luego colocó en la entrada de mi culito su brillante pene, y lo apretó contra mi esfínter, y me lo fue metiendo de a poco, mientras yo gemía y pujaba al sentirlo apoyado y apretando mi esfínter, hasta que mi esfínter se abrió, y dejó que la cabeza del duro pene de papito entre toda dentro de mi culito, lo sentía todo abierto, al máximo, me dolía pero me gustaba, mi papito siguió enterrando más adentro su pene, mientras yo comensé a gritar de dolor y placer, tenía la mitad de su pene dentro cuando diciéndome que me tranquilice, se quedó quieto por un momento.
Yo le contesté que estaba bien, y que aunque me dolía todavía un poco, me gustaba sentir su pene en mi culito, apenas terminé de hablar, cuando me enterró todo su pene de un solo envión, dentro de mi intestino, haciéndome gritar de dolor y de placer, se quedó quieto otro rato más, y con sus manos en mi cadera, me comenzó a coger con fuerza, mientras me hacía gritar, gemir, y pujar, sentía que me partía en dos con su erecto pene, pero me agarraba fuertemente contra las sabanas, y moviendo mis caderas, seguí el ritmo de su cogida, hasta que sentí que su pene se hinchó dentro de mi culito, y me llenó el intestino de semen, los dos gritábamos y terminamos juntos. Se quedó quieto por un momento, mientras su pene terminaba de largar los últimos chorros de semen dentro de mi culito, luego jadeando se recostó sobre mi, y caímos sobre la cama, él sobre mi, sin sacar su pene de mi culito, que me ardía, y lo sentía totalmente lleno por su pene.
Papito se movió dos veces más, vaciando totalmente su semen dentro de mi culito, y luego se quedó quieto, con una pierna encima mío, mientras yo sentía, como las oleadas de dolor pasaban, y mi culito se insensibilizaba, mientras mis ojos se llenaban de lagrimas, solo cuando se le ablandó su pene, papito me lo sacó suavemente, y se recostó de espaldas á mi lado, yo quedé despatarrada, acostada de barriga y agarrando fuertemente las sabanas con mis deditos. Papito me desnudó despacio, y luego me llevó al baño, y me sentó en el inodoro, hasta que largué fuera todo lo que tenía en mi estomago, después me lavó bien, y me limpió, y después que él se lavó, en sus brazos me devolvió a la cama.
Nos dormimos abrazados por un rato, y cerca á la media noche desperté, y no lo vi á mi lado, y cuando estaba por levantarme, papito entró al cuarto y me dijo que venía de ver a mis hermanitos, se sacó su boxer y se acostó a mi lado y me abrazó, preguntándome como me sentía. Le dije que me dolía un poco mi culito, pero que estaba bien, y lo bese en la boca, diciéndole cuanto lo amaba, nos comenzamos á acariciar y al rato ya estaba chupando el irritado pene de mi papito, y cuando lo sentí que se puso grande y duro, me lo saqué de la boca y le dije, que me la meta por mi chuchita, papito dejó de acariciar mi cuerpito, y me ayudó a subirme sobre él, y de frente me fui metiendo su pene en mi vaginita adolorida pero chorreánte, y cuando me entró toda, me comencé a mover sobre mi papito, y pronto comencé a tener mi primer orgasmo, y cuando mi papito me agarró por la cintura, y me hizo cabalgarlo más rápido, tuve mi segundo orgasmo, y mi papito acabó llenando con su semen mi útero. Esa noche cogimos tres veces más, y por la mañana, mientras mi papito me llevaba á su baño, desperté en sus brazos, y le dije que lo quería, y aunque me dolía todo mi cuerpito me sentía feliz, y quería que me siga haciendo suya, papito me sonrió, y me dijo que yo era su mujercita, y que lo sería siempre. Mientras nos bañábamos me cogió de parado como la vez anterior, y terminó dentro de mi vaginita, y conmigo apoyada en la pared de la ducha, y con mis piernitas cruzadas en su espalda, mientras él me sostenía por las nalguitas, mi culito me dolía horrores, pero me aguantaba, porque era más fuerte el placer que el pene de papito me daba dentro de mi vaginita.
Cuando terminamos de bañarnos, me llevó a su cama y mientras me secaba mi cuerpito, me dijo que hoy traería a mi madre del hospital, y que a partir de ese momento tendríamos que tener mucho cuidado, y que solo lo haríamos cuando no existiera peligro de que nos vean, y cuando se nos presentara la oportunidad, lo haríamos, le dije que si, y que haría todo lo que él me dijera, porque era su mujer, y lo amaba mucho.
Papito se fue con mis hermanos después del desayuno, y yo me quedé recostada en su cama desnuda, despatarrada, dolorida, pero satisfecha, después de haber hecho el amor toda la noche con mi papito. Regresó á la media hora y me encontró en la misma posición en que me dejó, cuando lo vi á mi lado, abrí mis labios vaginales para que él me vea, y se excite más, mi papito se desnudó sin dejar de mirarme, y sin decir una palabra, cuando estuvo desnudo, se comenzó a masturbar mirando como yo hacía lo mismo, cuando su pene se le puso duro y grueso, yo me di la vuelta y me coloqué en cuatro patas, ofreciéndole mis intimidades, para que me tome como quisiera, papito se subió a la cama y tomándome por la cadera, se acomodó entra mis piernitas abiertas, y me enterró su caliente y duro pene de una sola estocada, resbaló por mi estrecha vaginita, hasta que tocó mi útero, y yo lancé un grito mezcla de dolor y deseo, mientras movía mi cabeza para todos lados, papito me cogió con fuerza, mientras yo resoplaba y gemía sin contenerme, y cuando sentí que me venía un orgasmo, volví a gritar, y junto con la explosión de mis sentidos, caí sobre la cama arrastrando el cuerpo de papito, que se recostó sobre mi, sin sacar su pene de mi estrecha pero receptiva vaginita. Papito se siguió moviendo sobre mi cuerpito, mientras su pene me seguía abriendo mi vaginita, hasta que también terminó derramando su semen bien adentro, y llenando completamente mi estrecha vaginita.
Más tarde me ayudó a bañarme, y antes de irse al Hospital, me dejó acostada en su cama con mis piernitas bien abiertas, y me dijo que me amaba, y que ya no podría vivir sin mi, cuando se fue me puse a pensar que yo también ya no podría vivir sin mi hombre, mi amor, mi vida. Me dormí sobre la cama de papito, sintiendo que de alguna manera, había reemplazado á mi madre en los brazos y en la mente de mi padre.
Fin de la primera parte