...
Creo que él se dio cuenta de eso, pues a pesar de que lo que él hacía en ese momento era revisar su billetera, pude percibir que me miraba, así que de inmediato retiré mi mirada de su bulto y me dirigí al otro sujeto:
Bueno, pues espero que se hayan sentido cómodos, pero ya es tarde y en verdad tengo sueño.
Increíblemente me noté bastante relajada, era verdad, me había ya acostumbrado a la presencia del par de hombres que el miedo que sentía había desaparecido por completo.
Por supuesto que si señorita Vanessa, le agradezco su amabilidad dijo Roberto mientras el tipo pequeño se levantaba del antecomedor.
Diciendo esto ambos se dirigieron a la salida, sin pasar desde luego por la sala, pues, como comenté, hay un muro que impide el paso y la visibilidad a la misma, así que no se podía apreciar lo vacía que la habían dejado, además de que yo estaba tan relajada en ese momento que me olvidé por completo del robo del que habíamos sido víctimas; iba detrás de ellos vigilando su retirada, como debí haberlo hecho desde el principio, no saben cuánto deseaba que ahora si se fueran y que lo hicieran de inmediato, pero no por el peligro que pudiera estar corriendo, sino porque pensaba que con lo ocurrido en la cocina aprovecharía ese momento de excitación que había tenido para terminar la noche con una tremenda masturbada, tal como lo hacía desde hacía ya mucho tiempo, estaba realmente caliente para ese momento, caminaba mientras recordaba cómo sentí sus miradas posadas en mi colita cuando estaba frente a la nevera, cómo observaron mis pezones erectos mientras servía las sodas, lo que sentí cuando caminaba impúdica hacia el cesto de basura y me agachaba para depositarla dejándoles ver mi tanga por entre la tela del vestido, y el calor que me envolvió cuando vi el bulto del pequeño, que rica sensación, así que ya sin tomarle importancia al asunto esos últimos momentos fueron sensacionales, pero algo malo ocurrió, a unos cuantos pasos de la puerta estúpidamente los apresuré un poco para comenzar a dar rienda suelta a mis bajos deseos, así que el tal nacho se detuvo y le dijo al otro sujeto, destapando por completo su plan:
Te lo dije, a la cabrona le urge que nos larguemos para llamar a la policía e indicarles que nos metimos a robar a su casa, y nos joderá para siempre.
"Jesús, qué he hecho, por estar ya en otras cosas no me percaté de lo que hacía y lo eché a perder" pensé en ese momento.
El tipo pequeño arremetió contra mi, empujándome fuertemente hacia adentro de mi casa.
Déjala coño, no te atrevas a hacerle daño dijo Roberto.
Ah!, ya veo, te gusta la chamaca verdad respondió Nacho pues olvídate de ella porque se va a morir.
No seas imbécil, no lo hagas, no compliques más la cosas, desde un principio te dije que era mala idea hacer esto, mejor déjala y vámonos de una buena vez.
En ese momento el tipo pequeño sacó de entre su ropa una pistola, le apuntó al sujeto grande y en tono amenazante le dijo que dejara ya de chingar con eso, que habían quedado en venir a robar porque sabían que me encontraba sola y que sería fácil hacerlo si me tomaban por sorpresa y me desmayaban, pero que se había jodido todo cuando los había descubierto. Lo que hizo después fue llevarme a la sala a empujones y bajo amenazas de que me mataría si intentaba algo; con esta nueva situación que se presentaba volví en sí y pude darme cuenta que el miedo volvió a mi, y aterrada como estaba y con lágrimas en los ojos, les decía que no me hicieran nada, que se fueran y no sé que otras cosas más con la intensión de convencerlos de que se marcharan, pero era demasiado tarde ya, me di cuenta de que habiendo una arma de por medio ahora sí pasaría algo realmente malo. Cuando entramos a la sala Nacho dijo en tono realmente molesto, casi gritando:
¿Lo ves?, te lo dije, esta pendeja ya sabía lo que habíamos hecho, mira, no está sorprendida de ver vacía la sala de la casa de su papito.
De pronto, me dio media vuelta y me empujó una vez más, cayendo de espaldas sobre el sillón y poniéndome a llorar en tono bajo. Se paseaba como animal enjaulado por toda la estancia, haciendo movimientos bruscos con la pistola, miró hacia la cocina, se detuvo y viró poniéndose de frente a mi, me miró de pies a cabeza y le dijo al otro sujeto:
Ya sé lo que quiero de recuerdo. Me llevaré su tanguita después de violarla. Luego la matamos y nos largamos de esta pinche casa.
No la hagas, - dijo el tipo grande - por favor, no nos metas en más problemas de los que ya estamos, entiende, con esto es más que suficiente.
¿Sigues con esas estupideces? de dijo Nacho apuntándole con la pistola una vez más.
Mírala, está muy asustada, no creo que vaya a decir algo, es más, podemos dejarla inconsciente en su cama, y cuando regresen sus padres subirán de inmediato...
Y no se van a dar cuenta del robo, claro, como no.
No seas güey, no te diste cuenta que para subir no hay que pasar por la sala, ni siquiera de ve, así ellos subirán y la verán dormida, y será hasta por la mañana que alguien se de cuenta de lo ocurrido y para entonces si ella habla, nosotros ya estaremos muy lejos.
Noté, por un segundo, que el tipo pequeño se veía algo convencido con lo que Roberto le había dicho, y esperaba en verdad que así fuera, pues me estremecía la idea de ser ultrajada y asesinada, pero más me daba miedo saber que podían descubrir a mi hermanita hasta ese entonces escondida debajo de mi cama, al menos eso creía, y pensé que si se iban sin hacerme daño no diría nada de lo ocurrido, ni al siguiente día, por si estos estuvieran vigilándome o la casa por la presencia de alguna patrulla, pero todo para mi había terminado cuando escuche una voz excitada y algo rara, como si de un esquizofrénico se tratara, era el tal nacho, que le decía al otro mientras miraba de nuevo a la cocina:
Sabes qué, no lo creo, es una zorrita, ¿No ves que la perra nos dio bola desde hace rato?, si es una puta, ¿Acaso no te diste cuenta como andaba con las chiches listas para ser chupadas, y la forma en que paraba el culo y lo movía cuando caminaba?, ¿no viste cómo nos dio la espalda para provocarnos, al agacharse y mostrarnos su rico culo que seguramente aun tiene virgen?, ella quería ser violada desde ese momento, me di cuenta cuando me miró la verga, mira lo sabrosa que se ve con ese vestidito, con solo su tanguita debajo, además, desde la tarde que la vi en el callejón se me antojó hacerla mía, es una putita, si, esta zorra quiere que se la cojan y la voy a complacer.
Al escuchar todo lo que decía, traté de ocultar mi cuerpo como pude, apreté mis piernas contra mi estómago y rodeé mis rodillas con mis brazos, como si de una posición fetal se hablara, y pensé que en parte tenía razón, yo había dado pauta para que pensaran eso, me había comportado como una verdadera ramera y me solté a llorar más.
El tipo grande, al ver mi reacción, dijo algo que escuché desconcertada:
Ok, está bien, pero te propongo algo. Mira, la verdad es que la niña sí está muy buena, y a quien se le presentara una oportunidad como ésta y no la aprovechara sería un pendejo, pero vine aquí a robar, y saldré como un ratero y un violador, pero no quiero salir también como asesino, así que te propongo que nos la chinguemos y nos larguemos, además, no falta mucho para que sus padres regresen y no quiero tener que comprometerme con una situación así, qué te parece.
Ya vas dijo el pequeño.
No lo podía creer, no sería uno quien me ultrajara, sino dos, así que sin pensarlo, y aprovechando ese momento de diálogo entre ambos tipos, traté de levantarme del sillón para salir corriendo a la calle y pedir ayuda, pero fue inútil, las piernas no me respondieron y lo único que ocasioné fue que nacho estallara en coraje y me golpeara con la pistola, quedando inconsciente.
Lo que sucedió posteriormente no lo recuerdo, por más que trato, no hay nada en mi memoria que me diga lo que ocurrió.
Lo que sí puedo decir es que cuando desperté lo hice completamente desubicada y con una fuerte jaqueca, y sin recordar nada de lo sucedido traté de incorporarme inútilmente, siendo cuando pude darme cuenta, al levantar mi cabeza, que tenía el vestido subido hasta la cintura y mi tanguita un poco más abajo de mi pubis, mostrando un poco de vello, fue en ese momento que recordé lo que había pasado antes de que fuera golpeada y me sentí realmente impotente, había sido violada cruelmente por dos sujetos; no podía pensar en otra cosa mas que en volver a intentar levantarme para llegar al teléfono y llamar así a mis padres y contarles lo que había sucedido, pero cuando logré sentarme para acomodar mi ropa, frente a mi, mirándome, estaba el hombre grande, Roberto, al que no había visto por lo aturdida que estaba, y el pánico se apoderó de mi una vez más, pensé "aun no termina la pesadilla, ahora me matarán y será todo", pero decidí intentarlo una vez más, le hable y le dije suplicante:
Por favor, ya no más, váyanse, les juro que no llamaré a la policía, por favor.
Tranquilícese, no le haré daño, no pasó nada y ya todo terminó...
¿Qué? le dije sorprendida.
Que ya no tiene por qué preocuparse Vanessa, la verdad es que nada ocurrió...
Cómo estaba eso, cómo que nada había ocurrido, me era difícil de entenderlo, en parte porque aún no me recuperaba del todo, y en parte porque cómo iba a ser eso posible si estaba casi desnuda cuando desperté. El siguió diciendo:
... es que cuando nacho ya le había subido el vestido y le comenzaba a despojar de su... tanga... sonó el teléfono y nos desconcertamos, entonces el contestador tomó la llamada y eran sus padres que avisaban que no llegarían esta noche porque habían tenido un problema con el auto y que se quedarían en algún hotel a pasar la noche, pero que regresarían temprano, y que por favor cuidara a su .... su semblante cambió - hermanita, ...
Al escuchar eso me asusté "mi hermanita, la olvidé por completo", Roberto se dio cuenta de ello por la expresión de mi rostro que reflejaba preocupación, pero siguió diciéndome:
... entonces nacho, al oír que tenía usted una hermanita y que se encontraba en la casa, se puso como loco y se levantó, dejándola tal como se encontró cuando despertó, tomó la pistola con la intensión de dispararle y me dijo que usted era una ... bueno, no importa, pero que la mataría por haberle mentido y que después subiría a buscar a su hermana para matarla también.
No dije con la voz entrecortada mi hermanita no, por qué Dios mío, por qué.
Vanessa, por favor, no se ponga así, le hará daño me sujetó de los hombros - su hermanita está bien, tampoco a ella le pasó nada, la verdad es que no sé cómo fui capaz de decir semejante cosa, así como no sé cómo lo fui al decir antes que la violaríamos, pero lo hice para protegerlas, le dije que mientras él buscaba a la niña me dejara estar con usted para ... usted sabe .. y que luego regresara para acabar con usted, perdone la rudeza de mis palabras, pero no hice nada, se lo juro, porque cuando él subió las escaleras yo lo seguí sin que se diera cuenta, y al llegar a la habitación del fondo lo golpeé en la cabeza con un alhajero que estaba ahí, y se desplomó, luego lo cargué hasta el auto y lo metí al maletero, y luego regresé a buscar a su hermana y la encontré dormida bajo su cama, pero no la quise despertar, así que cuando bajé usted seguía inconsciente y la verdad es que no supe que hacer, hasta que por fin despertó. Bajó su mirada.
Se hizo un silencio total. Al escuchar lo que me dijo sentí un alivió, pero sin olvidar que él aún estaba allí.
Hice eso en parte porque no soporté ver que la había golpeado y me dio rabia, pero también para proteger a su hermana continuó en tono de enojo.
No supe que pensar ni que decir ni que hacer, lo único que se me ocurrió, y creo que fue instintivamente, fue incorporarme y decirle:
- Si no va usted a hacer algo, vallase de una vez por todas, no quiero volver a verlo en toda mi vida.
Confiada en que me haría caso, subí por las escaleras para dirigirme, primero, a comprobar que efectivamente mi hermana estaba dormida debajo de mi cama, y segundo, para meterme al baño a arreglarme. Pasaron como 10 minutos, yo ya estaba completamente tranquila y tal vez resignada con todo lo que había pasado, cuando bajé decidida a llamar a la policía, pero pude darme cuenta de que ese hombre se encontraba aun allí, en la casa, y al acercarme más al final de la escalera escuché que el hombre lloraba, pero no comprendía el por qué, y la verdad es que no tenía intensiones de hacerlo, sólo me dispuse a correrlo definitivamente. Los sollozos provenían de la cocina y fue a ese lugar a donde entré, pero pude observar que el tipo, al verme, se secó las lagrimas y agachó la mirada, en verdad se veía que sufría, y me dijo, así inclinado como estaba, que había devuelto todas las cosas que habían sacado de la casa y que estaban en la sala, que subiera a ducharme, que cuando saliera el ya no estaría allí y que la disculpara de nuevo, que si quería llamar a la policía cuando saliera que lo hiciera, ya no importaba.
Lo siguiente me hizo entrar en shock; él, con lágrimas una vez más en los ojos, me dijo:
Le ruego que me perdone, nunca fue mi intensión hacerle daño, sólo íbamos a entrar a robar y nos iríamos. En verdad, necesito que me perdone, yo no soy así, sólo me dejé convencer por mi cuñado de entrar a una casa a robar, ya que si no lo hacía mataría a mi hijo. Y se confesó ante mi asombrada actitud Hace unos años, cuando era un estudiante, conocí a la que fue mi esposa, nos enamoramos y nos casamos, tuvimos un hijo, Robertito, que tiene 10 años, pero por desgracia también entró a mi vida ese desgraciado de nacho, mi cuñado, que en aquél entonces se dedicaba a robar carros, y en esa ocasión me invitó a participar en uno de sus robos, pero me negué a hacerlo, entonces me amenazó con que si no lo hacía iba a matar a mi mujer, su hermana, y sabía que lo haría, así que no tuve más remedio que aceptar, pero cuando llegó el día del robo me acobardé y lo denuncié, y fue así como lo detuvieron. Meses después, en venganza, él mando golpear a su hermana, pero la mataron. Me odiaba por eso, así que decidí venirme a vivir acá con mi hijo, esperando que cuando saliera no nos encontrara, pero fue en vano, dio con nosotros y me dijo que iba a robar una casa, y que yo le ayudaría, que sería sencillo, pero que si volvía a fallarle ahora le tocaría a Roberto, mi hijo. Como ve, no pude negarme a hacerlo, ya había sido capaz de matar a su propia hermana y no dudaría en hacerlo con mi hijo. Y cuando vi la forma en que la trataba a usted recordé a mi mujer y me dio rabia, quise matarlo en ese momento, pero no soy así, no podría, y cuando supimos que usted tenía una hermana pequeña pensé en mi hijo, y fue entonces que me decidí a terminar con todo, sin importarme nada.
Y se soltó a llorar de nuevo. Sinceramente me conmoví mucho con su historia, y le creí todo, pensé que en verdad era un buen hombre y que sólo trataba de proteger a su hijo, de la misma forma en que yo lo hice con mi hermana, pero qué podía yo hacer, así que me di la vuelta y me comencé a alejar, dando a entender con ello que se fuera, pero me dijo casi al llegar a la puerta de la cocina:
En verdad me siento arrepentido. Ojalá la hubiera conocido en otras circunstancias.
Fue en ese momento que recordé que él siempre me defendió del otro tipo, recordé que cuando el tal nacho había querido subir por un recuerdo él no se lo había permitido, que cuando recibí la llamada de mis padres él no le permitió subir a matarme cuando sospechó, que cuando estaba en el sillón, tendida y sin oportunidad, él lo convenció de que no me matara y usó lo de la violación tumultuaria para lavarle el cerebro, y que cuando se enteró de la existencia de mi hermana no permitió que le hiciera daño, y aunque estuvo a punto de violarme el otro tipo, de no haber sido por la segunda llamada de mis padres, creo que de igual forma hubiera inventado algo a fin de evitar que fuera ultrajada, pero claro, amenazado como estaba no podía sino esperar a que el otro sujeto entrara en razón, aunque no siempre funcionó su estrategia.
Me di cuenta entonces de que en verdad sus palabras eran sinceras, que en verdad estaba arrepentido de lo que había hecho, y no me fue difícil decirle que lo perdonaba, a fin de cuentas todo regresaba a la normalidad, las cosas estaban en casa, mi integridad física estaba completa y lo más importante, mi hermana, sana, salva y durmiendo como un angelito. Me alejé rumbo a las escaleras.
No sé por qué lo hice, pero no llegue a éstas y regresé rápidamente, él ya estaba de pie, dispuesto a marcharse, pero se sorprendió al verme, me acerqué a él lentamente y lo miré a los ojos, después de todo no era mal parecido, y le di un tierno beso que aceptó más sorprendido aún. Al alejarme de sus labios le confesé que había deseado hacer eso desde que lo vi entrar la primera vez, cuando preguntó por mi papá, que me había parecido un tipo rudo al principio pero que en el transcurso de la noche pude darme cuenta de que no lo era tanto, que esa noche que había planeado salir con amigos había esperado tener mi primer encuentro amoroso con el chico que me gustaba pero que sería mejor tenerlo con alguien con experiencia, Y nos besamos.
Continuará...