Me llamo Lola y tengo 18 años. Soy de Salamanca. El verano pasado, mis padres decidieron irse de 2ª luna de miel, y para no dejarme sola en casa, pensaron mandarme a casa de mi tía en Irapuato. Eso no me hizo gracia pero termine accediendo, pues nunca habían salido solos desde que se casaron. Mi tía tiene 2 hijos, mis primos, Ángel de 23 años a quien tenia varios años de no verle y Adrián de 19 años, con quien he mantenido contacto y me llevo bien, pero había salido de viaje.
Al llegar, mi tía me saludo de beso, y dirigiéndose a Ángel le dijo "¿te acuerdas de tu prima?" Indiferente él me saludo secamente. Y siguió con lo que hacia. En ese momento me pareció un mal educado, pero después me percate que los años lo habían hecho un cuero, con un cuerpo delgado y musculoso sin exagerar y guapo. Como tienen piscina, aprovechaba para asolearme y nadar. Así al tercer día, sentí que alguien me miraba y buscando vi a Ángel que me observaba desde su ventana, quien al verse descubierto cerro su ventana.
Su mirada no era la de un primo sino de deseo. ¿Le gusto pensé? En los siguientes días siguió espiándome pero yo simulaba no darme cuenta pero trataba de atraer su interés siendo sensual. Un día llego uno de sus amigos a casa. Yo estaba en bikini toman un refresco. Su amigo me saluda nervioso. Cuando se retiraban, escuche como le decía mi primo: "Oye, tu prima esta buenísima" él contesto "Ni tanto hay mejores". Esas palabras me desilusionaron, porque a estas alturas, ya estaba enamorada de Ángel.
Al día siguiente, mi tía salió a visitar el fin de semana a una amiga enferma. Yo sabía que esa era mi oportunidad de saber si las miradas de Ángel, habían querido decir algo o no. La tarde del viernes la pase sola en la casa, él había salido. Pasaron las horas y el no llegaba, después de la 1 de la madrugada decidí acostarme. Casi estaba dormida cuando escuche que abrían ruidosamente la puerta, oí su voz y de una mujer. Note como se metían en su recamara, y por el silencio de la casa, el gemir de su encuentro.
No podía contener la envidia y los celos por no ser yo la que estuviera con él. Ellos siguieron su fusión y yo tuve que dormir sola, llorosa y cansada. Cuando desperté, ya se habían marchado, solo quedaban las huellas de su relación sexual: las sabanas revueltas y manchadas de sus fluidos sexuales y un condón en la basura, el cual estuve a punto de sacar de ahí para probar el sabor de su semen pero me gano el asco. Decepcionada y celosa me encerré en mi cuarto a leer un libro. Al mediodía, él regreso y subió a mi habitación. Traje pizza ¿quieres comer? Dijo como saludo.
No, no tengo hambre, respondí.
¿Qué té pasa? ¿Estas deprimida? Inquirió tomando mi cara con sus manos.
Si no estaba decidida eso me decidió y le dije: Ángel, quiero que me hagas lo que le hiciste a tu amiga.
Azorado me soltó y dijo: ¿qué? ¿Oí bien? Estas loca, eres mi prima y además menor de edad ¿qué, quieres que me metan en la cárcel?
Sus palabras me hirieron y a gritos le recordé que hacia casi dos meses había cumplido los 18. Repetí. Atónito se quedo mirándome unos instantes y luego recorrió mis encantos. Y por fin tras sopesarlo dijo ¿estas segura? ¿Quieres ser como mis amigas?
Si respondí suplicante.
Bueno, pero no me hago responsable de las consecuencias y una vez que empecemos no me detendré aunque me lo supliques, ¿estas de acuerdo?
Si, te juro que no te reclamare y dejare que me hagas todo lo que quieras. Sentía un ligero temor pero también deseaba lo prohibido. Me senté en la cama mirando como se quitaba el pantalón y la camisa y se quedaba en calzoncillos. Pidió me levantara y comenzó a despojarme de mi ropa. Me dijo recuéstate y abre las piernas, temblé creyendo que lo haría sin misericordia, pero no, al contrario empezó un ritual amoroso, se recostó sobre mi, pero no para penetrarme sino para besar todo mi cuerpo, primero mis mejillas, luego mis labios tiernamente al inicio y luego con gran lujuria pues introdujo su lengua en mi boca buscando mi lengua. Luego mi cuello, parecía querer saborear cada tramo de mi cuerpo, mis bubis y ombligo, mientras tanto yo acariciaba su cabeza y hombros y trataba de acariciar su espalda.
Finalmente llego a mi entrepierna, y anhelante le pedía ya me penetrara, pero él no me escucho y le di mil gracias después, se dedico a saborear mi coñito pasando su lengua una y otra vez para luego dedicarse a mi clítoris, eso me provoco un placer inimaginado, mi interior estaba mas que lubricado y el seguía dándome placer con su lengua que intentaba penetrarme, así luego de varios minutos hizo que me llegara un gran orgasmo, que delicia, y solo estaba empezando. Entonces se levanto y quito sus calzoncillos, se puso entonces a horcadas sobre mi cuello y acerco su pene a mi cara. Me pareció enorme pero a la vez tan rico que sin que me lo pidiera alce la cara tratando de atraparlo con mi boca, pero casi no me cabía por lo que abrí lo mas que pude mi boca y pude meter un poco y comencé a chuparlo como dios me dio a entender, intentaba hacerlo lo mejor posible pero él se dio cuenta de que era la primera vez, y me señalaba como debía hacerlo para no lastimarlo luego de varios minutos de gemidos, dijo, no se si como a viso o afirmación: Me corro, y sentí un cálido chisguete de su semen, pero fue tan súbito que por poco me ahogo, solo tragué un poco ya que la mayoría escurrió por mis labios.
Saco su pene de mi boca y se tendió en la cama, yo imite entonces lo que él me había hecho poco antes, bese y lamí desde su cara hasta sus testículos y pene, pero lo que me atrajo fue su garganta, mejor dicho su manzana de Adán, que saboree como si fuera su pene.
Y entonces intento retirarse diciendo listo. No se si solo fue una argucia para tener un pretexto o qué. Pero en ese estado de excitación le dije no por fa, házmelo, y el respondió: Bueno recuéstate ya, que papi te dará tu platanito con leche.
Me recosté y su lengua volvió a reconocer mi rajita, y yo sentía un cosquilleo que bajaba por mi espalda hasta mi sexo, a gritos le pedía que me cogiera (era la primera vez que yo pronunciaba esa palabra pero denota cuan excitada estaba). Su mano empezó a recorrer mi rajita metiendo un dedo en ella, y lo movía en círculos. Yo no sabía por que pero luego comprendí que era para prepararme para recibir su riquísimo pene, se puso sobre mí y me dijo:
¿Estas lista?
Solo asentí con un movimiento de mi cabeza. Note como su pene intentaba entrar en mi vagina. Con cuidado, soy virgen, le dije.
Él vuelve a intentarlo restregando varias veces su pene al tiempo que lo mete un poco en mi rajita que empieza a ceder, luego sin detener su movimiento sujetaba mis manos con las suyas, mientras empujando con delicadeza llega a mi himen. Se detuvo un momento como para darme un respiro y sin avisarme embistió fuerza desgarrando mi virginidad. En ese instante sentí un profundo dolor y solté unas lágrimas.
Te dije que no quería reclamos ni lagrimas. Yo solo dije sigue, él entendió y me dio un beso, y dijo ya pasara y te va a gustar. Su pene se había quedado quieto, eso y sus palabras permitieron que pasara el dolor y mi vagina se adaptara al rico invasor, luego suavemente comenzó a meter y sacar su pene. Y el dolor se convirtió en placer. Si mi primer orgasmo había sido maravilloso esto era sublime. Mi cuerpo no deseaba dejar escapar ese manjar y buscaba tener más de su pene, no podía dejar de gemir.
Pasaron minutos de rico mete saca que me parecieron tan breves y eternos que no deseaba que terminaran nunca. Entonces sin aviso ambos tuvimos un orgasmo explosivo e intenso que casi me desmayo. Inundo mi vagina con su cálida leche, yo pase mis piernas sobre su trasero para impedir que se retirara y él continuo bombeando hasta que tuvo un nuevo orgasmo, luego su pene perdió dureza y salió de mí. Cansados nos quedamos dormidos.
Cuando desperté estaba sola en mi cama. Ángel se había marchado. Recogí las sabanas y las metí en la lavadora para borrar las huellas de nuestro encuentro. En la noche cuando regreso lo volvimos a repetir. Al siguiente día llego mi tía y no pudimos hacerlo mas, finalmente tuve que regresar a mi casa, y no nos hemos vuelto a ver, pero le agradezco esa experiencia pues a diferencia de varias de mis amigas que su mi primera vez han sido frustrantes o traumáticas la mía fue maravillosa.
Gracias Ángel fuiste en verdad un ángel y me llevaste al cielo.