... Creo que no estaba muy lúcida por lo que le decía, ¿a qué venía ese comentario de tener mi primer encuentro amoroso con alguien con experiencia?, ¿en verdad lo deseaba?, ¿en verdad quería que ese hombre me hiciera el amor?, ¿qué me estrenara?. Ese beso que nos dimos causó en mi un efecto sorprendente, tal vez por la ternura con que se dio, y fue, tal vez, como un beso de perdón sincero con el cual pretendí hacerle ver que todo estaba olvidado. Cuando lo entendió no pudo contener las lágrimas y se soltó a llorar como un niño pequeño, creo que estaba en shock al saber que lo había disculpado después de todo lo que me había hecho, y como dije, también yo lo estaba.
Ese era un momento singular, pues luego de que un par de sujetos completamente desconocidos para mi entraron a mi casa a robar las pertenencias de mi familia y trataron de violarme y matarme, después de que Roberto me protegió de nacho, después de que ya estaba lejos del alcance del segundo, incluso después de la confesión de Roberto sobre el por qué había entrado a robar, me sentía, por primera vez, completamente tranquila y segura aun cuando Roberto seguía en la casa, y la verdad no lo sé, pero fue una sensación muy hermosa el haberme sabido protegida por un hombre, y qué hombre.
Ustedes estarán pensando, y en dónde está lo de no consentido, pues esta es la parte.
Justamente cuando todo iba mejorando, y siendo alrededor de las dos de la mañana, el timbre sonó, y por supuesto que tanto Roberto, como yo, nos exaltamos, pues a esa hora quién podía ser, así que me dirigí al auricular y pregunté:
¿Quién es?
Soy Martha, abre por favor se escuchaba con voz agitada.
¿Martha, que pasó?, empuja la puerta.
Desactivé el cerrojo para dejarla pasar, y al mismo tiempo le hice la seña a Roberto de que se escondiera para evitarnos problemas, lo que así hizo en la cocina, y cuando Martha entró:
Vanessa, ¿qué fue lo que pasó afuera?
¿A qué te refieres?
Es que como nunca llegaste pensamos en pasar a ver qué había ocurrido, y justo cuando nos bajábamos del carro, escuchamos unos ruidos, ay, cómo te digo, es que frente a tu casa hay un carro con un hombre dentro del portaequipaje que está gritando que lo saquemos me quedé fría, por favor Dios, no permitas que algo malo pase, pensé en ese momento y están los muchachos tratando de abrir el carro.
En ese instante salí corriendo para tratar de evitar que lo hicieran, no sabía que les diría, pero algo se me ocurriría para no delatar a Roberto, pero fue muy tarde, lo único que alcancé a hacer fue cerrar la puerta, pero sin conseguirlo, pues entró de golpe y cayendo a mis pies uno de mis amigos, y detrás venían los otros dos de ellos, Sandra, otra de mis amigas, y por supuesto el tal nacho, amenazándolos con una pistola, diferente a la anterior que llevaba, más grande tal vez. Pensé que todo había acabado, él estaría tan molesto que terminaría por dispararnos a todos. Nos ordenó entrar a la casa de inmediato y sin hacer ningún ruido, ningún movimiento, porque de hacerlo nos mataría, y obviamente yo le creía, y mis amigos estaban muy desconcertados, temerosos, y cómo no habrían de estarlo, era la primera vez que alguien los amenazaba de muerte. Nacho me miró y me dijo:
Eres una ramera de mierda, te mataré, mataré a todos, y esperaré a que llegue tu familia para matarlos también, y empezaré con el imbécil de mi cuñadito.
Martha, no sé por qué, tal vez pensó que era una broma, hizo un comentario en muy mal momento.
¿Es el hermano de Verónica, la novia de tu hermano? tonta, nacho reaccionó con un cállate estúpida y le acomodo tremendo golpe en la cara con la cacha de la pistola que ésta cayó al suelo, desmayada.
Aprisa mis amigos corrieron a auxiliarla, pero no podían reanimarla, no sabíamos cómo reaccionaría nacho con ello, así que me enfrenté a nacho.
Está bien maldito, si me quieres a mi, pues de una vez, pero no quiero que ellos estén presentes.
Eso es muy cierto respondió nacho.
Acto seguido nos llevó con amenazas al cuarto de servicio que se encuentra en el patio trasero de la casa y los encerró. Me tomó de un brazo de forma muy severa y me llevó a jalones hasta la casa. Allí, me preguntó por Roberto, pero yo le dije que él ya se había marchado, pero él dijo:
Mientes perra, él no se ha ido, yo sé que sigue aquí y me volvió a tomar del brazo, poniéndome la pistola en la sien derecha dime en dónde está ese infeliz, me las pagará, me voy a cobrar lo que me hizo, ¿dónde está puta?.
Ya te dije que se ha marchado, no tienes nada que hacer aquí.
Ah!, ¿no?, veremos. Ahora subiré por la pendeja de tu hermana y si no me dices en donde está, la que morirá primero será ella.
No, mi hermana no, a mi hazme lo que quieras, pero a ella déjala tranquila, por favor nacho.
Ni madres, me dirás en donde está mi cuñado o la mataré y empezó a subir la escalera.
Nooooo!!!
En ese momento de la cocina salió Roberto, armándose de valor para tratar de impedir que algo le hiciera a mi hermana.
Aquí estoy nacho, por qué no salimos y arreglamos esto como hombres, ambos tenemos una deuda pendiente que cobrar.
Estás estúpido cuñadito, ¿crees que me batiría contigo a golpes sabiendo que me romperías toda la cara?, no, por favor, por quién me tomas, yo te lo dije, vas a pagar, ahora morirás y al medio día alguien más lo hará.
No por favor nacho, no le hagas nada a su hijo interrumpí.
Así que este idiota te contó todo, pues ahora con mayor razón a ambos se los cargará la chingada. No debiste hacerlo cuñado, no debiste contar nada.
Nacho levantó su brazo para apuntarle con el arma a Roberto, lo mataría y yo no podía permitir que eso pasara, y no por lo que se estaba dando entre Roberto y yo, sino porque Roberto era mi mejor carta en ese momento, pues con mis amigos encerrados en el cuarto de servicio, si no era él quien detuviera a nacho entonces quién podría hacerlo; así que se me ocurrió una idea. Con la mano que tenía libre decidí tocarle su verga a nacho para llamar su atención, y así ocurrió, nacho volteó a verme, y yo aproveché para sacar mis senos del vestido y mostrárselos, con la esperanza de que Roberto tomara oportunidad de esa distracción y se abalanzara contra nacho y lo despojara del arma.
¿Esto es lo que querías desde un principio no nacho?, pues hazme tuya, desde que hace rato ando caliente y en verdad quería ser violada por ustedes, en la cocina me deseaban y te vi como tenías la verga parada, anda, no esperes más.
Si ya lo decía yo, eres muy puta, y sabes, no es mala idea, te desfloraré todos tus hoyos y sangrarás, y a final de cuentas tal vez no te mate le hice una seña a Roberto y la entendió pero a él nadie lo salva, ni tu perra.
Se giró y sin piedad disparó contra Roberto, que ya se dirigía hacia nacho, y cayó al piso como un muñeco de trapo.
Noooooooo!!!!, Robertooooo!!! ...
Jajajaja, te lo tenías merecido cuñadito, por cobarde, a mi nadie me la hace dos veces...
...eres un malditooooo, lo matasteeeee, Diooooos!!!
...ya cállate pendeja, tu tienes la culpa por ser tan ofrecida y puta, si no hubieras sido tan zorra en la cocina el imbécil no se hubiera enamorado de ti, siempre fue un enamoradizo el idiota, jajajaja.
¿Qué?
¿No te lo dijo mi cuñadito? El estúpido me confesó que cuando entramos y te vio por primera vez le habías gustado, y cuando salió de tu recamara me dijo que contigo sí se casaba, y yo le dije "¿qué, ya te enamoraste de la mamacita esa?, y me dijo que si por él fuera ya estarían viviendo juntos, ... a que mi cuñado, siempre fue así, pero que lastima, ahora ya no te lo dirá nunca.
No alcanzaba a comprender lo que pasaba, Roberto, ¿enamorado de mi?, debía serlo, pues en ese momento supe que yo también había estado enamorada de él desde que lo vi llegar, pero era inútil ya, estaba muerto. Oh!, y yo semidesnuda, era el fin, ahora si, nacho me violaría y luego me mataría, mataría a mi hermanita y a mis amigos, y sabiendo que era un hombre que cumplía lo que decía lo haría también con mis padres, Dios mío, ayúdame (y obviamente me ayudó, pues no estaría hoy, aquí, relatándoles esta horrible experiencia).
Así, tomada del brazo como me tenía, me llevó escaleras arriba, a jalones, diciéndome palabras altisonantes, como que era una perra, que era la más puta que había conocido, que me la metería sin piedad y terminaría pidiéndole más, que tenía una boca como si de una mamadora profesional se tratara, que mi culo parado le daría un placer sin igual, y que me desfloraría y sangraría. La verdad he de confesarla, no entendí por qué demonios todo eso que me iba diciendo mientras subíamos a la habitación me calentaba, en verdad me estaba sintiendo como una vil prostituta, y me sentía culpable porque pensaba que en verdad yo había causado todo ese embrollo, al grado de sentir que merecía lo que me iba a ocurrir; pero justamente cuando pasamos por mi habitación recordé que allí se encontraba mi hermana y fue como si yo despertara de pronto, por lo que opuse resistencia, pero lo que conseguí fue:
Tranquila mamacita, es mejor que no te resistas, porque ando bien caliente y si no es contigo será con una de tus amigas y hasta con tu pequeña hermana.
¡Por Dios! pensé será mejor que lo complazca en todo lo que me pida, por mi hermana. Así que dejé de oponerme a sus pretensiones.
Llegamos a la habitación que es de mis padres y de un jalón me tiró en la cama, yo en ese momento estaba aterrada, mi mundo se me cerraba, que podía hacer, y nacho me dijo:
Ahora si mamita, verás lo que es un hombre de verdad, te traigo unas ganas desde que te vi pasar en el callejón y me las quitaras, así que comienza a excitarme perra.
¿Qué quieres de mi?, yo no sé como hacerlo, nunca lo he hecho.
No te creo, si se ve que eres bien puta, seguramente en el colegio ya te has de haber tirado al menos a todos los pendejitos de tu salón, se te ve la cara de puta y ahorita lo comprobaré.
Por favor nacho, para ya, detente, no me hagas daño, por qué no sólo tomas las cosas de la sala y te marchas, déjanos tranquilos.
Ni madres pendeja, yo lo que prometo lo cumplo, y te prometí una cogida de campeonato, y te la voy a dar; a la última vieja que me chingué le duró el dolor del culo una semana, así que procuraré ser cuidadoso para que a ti te duela un mes completo, perra desgraciada.
No nacho, por favor .- qué otra cosa podía decirle.
Entonces, como ya traigo un chingo de ganas de metérsela a una vieja, voy por tu hermana, además está más apretadita que tu y siempre quise saber que se siente cogerse a una niña.
No nacho, por lo que más quieras, a mi hermana no, está bien, ¿dime qué quieres que haga y lo haré?
Así me gusta. Sácame la verga y chupala.
Pero...
Has lo que te digo estúpida.
No pude negarme, la integridad de mi hermana estaba de por medio, así que me dirigí hacia su pantalón y...
Espera perra, sí, eres muy puta, ya lo sabía, seguramente te gustaría chuparme la polla, lo sé, sé que deseas chuparla toda desde que me la viste parada en la cocina, pero no te voy a complacer, pensé que te seguirías negando, y cuando una hembra se me resiste me excita más, pero tu no, si eres bien zorrita, se trata de que sufras no que disfrutes así que te haré hacer algo que seguramente no estás dispuesta a hacer ni lo disfrutarás, traeré a tu hermana y entre los dos nos la vamos a coger.
Que enfermo mental es éste sujeto pensaba -, en primera cómo sería posible que me gustara ser violada, aunque tal vez tenía razón en decir que lo iba a terminar disfrutando por lo excitada que ya me sentía por sus palabras, pero mi hermana, eso si que no estaba dispuesta a permitirlo, así que me le abalancé desde la cama antes de que se retirara más de ella y me le colgué del cuello muy fuerte, casi como para estrangularlo, pero no podían compararse mis fuerzas con las suyas, así que me tomó del brazo, se giró y me aventó a la cama, cayendo yo descompuesta, pero me incorporé justo cuando él se dirigía hacia la puerta y volví a aventarme, pero esta vez ya se encontraba muy lejos, y caí sobre sus pies; esto parece que lo enfadó mucho, pues se dio media vuelta y me acomodó semejante patada en el vientre que sentía que perdía la conciencia, sus manos me tomaron de los hombros y me levantó, volviéndome a empujar a la cama, pero no podía dejar que se marchara, así que como pude, saqué fuerzas y me le fui a golpes, asestándole uno en el rostro, pero para mi desgracia él respondió de la misma forma, me ha dado un puñetazo en el rostro que casi me noquea:
Eh?, así te gusta ser tratada ¿verdad perra? me decía pues toma dándome otro puñetazo, pero ahora en el estómago.
Así continuó por un corto espacio de tiempo, moliéndome a golpes, creo que hasta que me vio sangrando por la tunda que me acababa de dar; todo el cuerpo me dolía, el rostro, los brazos, mi cuerpo se entumecía a cada instante.
Esto me gusta dijo -, me excita mucho el golpear a una mujer y dejarla indefensa, ahora si pendeja, ya te cargó la chingada.
Diciendo él eso me levantó de nuevo y me tiró a la cama, yo no podía moverme, era inútil defenderme y me daba rabia el saber que estabamos, tanto mi hermana, como yo, a su entera disposición, no tendría fuerza para tratar de defender a mi hermana si nacho quisiera hacerle algo, todo estaba acabado. Nacho, sin delicadeza alguna, comenzó a manosearme por todo el cuerpo, desde mi cuello hasta mis piernas, pasando por mis senos, mi vientre, mis caderas, mis nalgas y mi vagina, todo por encima del vestido que traía, y haciendo sonidos de excitación, era asqueroso escucharlo, y su respiración entrecortada.
Mamacita, no sólo te veías buena, ahhhh!, estás como quieres perra, ohhhh!!, se siente de poca madre tocarte vestida, se nota tu tanga bien ajustada mmmhhh!!, tengo la verga a reventar de lo caliente que me has puesto puta ahhhhh!!!, te voy a coger de una vez, y por el culo.
No tenía yo fuerza ni para mover un solo dedo, así que me tomó de ambas piernas, las levantó hasta ponerlas sobre sus hombros, mi vestido se me subió hasta la cintura, y empezó a bajar lentamente mi tanga, recorriendo con ella mis piernas y hasta llegar a colocarla frente a su cara, yo lloraba, él aspiró el olor que desprendían, y al mismo tiempo que su respiración se agitaba más habría dicho que lo calentaba el aroma del miedo, pero que lo ponía muy cachondo el aroma de las braguitas; sentí y vi como soltó mis piernas que, como dije, se encontraban recargadas sobre sus hombros, para dirigir sus manos, primero, a mi culo, que en ese momento estaba levantado y a su disposición, para masajear frenéticamente mis nalgas, y escupiéndolo, saliva que sentí había caído justo en mi orificio rectal, y segundo, a su pantalón para desabotonarlo y bajarlo, dejando al descubierto su verga, la cual no podía ver en parte por lo golpeada que estaba de la cara y lo débil que me sentía, y en otra por la posición en la que me encontraba. Es muy perceptible una verga ardiente y parada al acercarse con lujuria a tu cuerpo, se siente el calor que emana de ella, y en ese momento supuse, más bien, supe que me violaría inevitablemente.
Ha llegado el momento de chillar como marrano en el matadero, si te quedan fuerzas claro dijo al momento que sentí muy cerca su verga en mi ano.
Pero en ese momento algo golpeó su cabeza por detrás, algo que al contacto se hizo añicos, cayendo trozos de ese objeto en mi cuerpo, algo que provocó que nacho se desplomara sobre mi; no sé cómo pude razonar que si no me movía, nacho, aún desmayado pero con la verga parada, terminaría introduciéndola en mi cola por la inercia de la caída, así que con lo que me quedaba de fuerza, de un movimiento levante mi cadera, lo que provocó que, cuando nacho cayó, su pene resbalara por entre mis nalgas en dirección a la cama, gracias a la saliva que había echado segundos antes, y su cuerpo quedó sobre mi. Quizá por lo golpeada que estaba, lo cansada que me sentía, o no sé por qué, sólo percibí una silueta de alguien que se encontraba de pie, pero había sido mucho el esfuerzo que había realizado y me desplomé.
No pasó mucho tiempo cuando desperté, o tal vez sí, con el sujeto inerte sobre mi, pero, aun cuando estaba adolorida completamente, me incorporé, quitando al infeliz de nacho de arriba de mi cuerpo, me senté en la orilla de la cama, tomé mi tanga y como pude me la acomodé de nuevo, lo mismo hice con el vestido, "que pesadilla Dios mío" pensaba; estaba muy débil, pero no dudé en comprobar si nacho seguía con vida, así que haciendo uso de mis pocos conocimientos de medicina que había aprendido mirando la TV sostuve entre mis manos una de sus muñecas, pero no sentí pulso alguno, así que me incliné un poco más hasta alcanzar el cuello del hombre que se encontraba tendido sobre la cama, boca abajo, y no percibí nada, estaba muerto; de pronto, a mi mente se vino el recuerdo de aquélla imagen que había percibido antes, levanté la mirada para buscar al hombre que había golpeado a nacho, pensaba "Roberto, está vivo, él me salvó una vez más", pero no alcancé a ver a nadie. Pasaron unos cinco minutos cuando pude al fin levantarme de la cama, ya mi mente estaba en blanco, de hecho esto que les relato pudo no haber sucedido, pero son vagos recuerdos que tengo. Caminé hacia el pasillo, y a unos metros tropecé con algo, y caí. No había mucha luz, pero pude ver que, tirado y bañado en sangre, estaba Roberto, inconsciente; me dirigí a él y le hablé, pero no obtuve respuesta alguna, así que realicé el mismo procedimiento que con nacho, y a diferencia, Roberto sí tenía pulso, aunque muy débil; no podía hacer nada más, yo no estaba en condiciones de levantarlo o auxiliarlo, y de cualquier forma, de haberlo estado, el hombre era mucho más grande y pesado, era imposible, así que traté de tranquilizarme y comenzar a pensar, llegando a la conclusión de que no habría otra solución que sentarme junto a él, recargada en su pecho, a esperar a mis padres que seguramente no tardarían, y de esa forma, si me encontraban inconsciente o muerta, ello daría seña de que el hombre con el que me encontraba había sido mi protector.
Amigos lectores, esto que les he narrado, y que seguramente muchos de ustedes tacharon de aburrido por no haber habido sexo, y que tal vez para tantos más les resultó interesante, fue verdad; esta situación la viví en carne propia, y como dije al principio, hasta ese día fui virgen, pero la historia de cómo deje de serlo, aun cuando tiene relación con este relato, se las contaré en otra ocasión.