CAPITULO SEIS
Soy mujer
Carlos ya se había acostumbrado á verme vestida de niña y yo me sentía cómoda con esa ropa, y como casi todas las tardes la pasaba así, pronto me acostumbré a ir al colegio, con calzón de niña bajo mi uniforme escolar y a veces lo acompañaba ó iba yo sola á hacer algunas compras por las Tiendas ó Fríales del barrio, vestida de niña y nadie fue capaz de notar la diferencia, esto lo hacía para demostrarme a mi misma, de que en realidad era una niña, incluso mi abuela varias veces me vio desde la ventana y no me reconoció, lo que me encantó. Cuando se lo conté a Carlos este rió mucho y me dijo que realmente mi físico menudo, mi color de piel, de cabellos y mi cambio de peinado, hacía que nadie se pudiera dar cuenta de mi transformación. Los almaceneros, panaderos y la gente del barrio me miraban y nadie era capaz de descubrir quien era yo en realidad, y al que me preguntaba le decía que era la hija de Carlos y que mi nombre era Elvira. Con el paso del tiempo, aprendí a chupar su pene muy bien y sabía cuando apurar y cuando no, para que tarde más en terminar.
Mi culito se acostumbró a su lengua y á su dedo en él, me gustaba mucho lo que me hacía, y varias veces le pedí que me meta todo su dedo en mi culito, cuando estaba por tener uno de los orgasmos secos que me venían, pero él me volvía a decir que todavía no, que ya llegaría el momento en que lo haría. Mis maneras y mi forma de caminar comenzó a cambiar y cada vez me sentía más mujer, en la calle copiaba y no perdía detalle de cualquier mujer ó niña que pasara, y cuando estaba sola pensaba y actuaba como ellas, me sentía cada vez más convencida, que era lo que quería, que era lo que siempre había deseado, ser mujer.
Cuando estuvieron cerca las vacaciones finales, mi abuela me dijo que mamá vendría a llevarme a casa, tras que acaben las clases y como yo me había portado bien y no había hecho nada malo ella creía que mi madre ya no me mandaría más fuera de casa y que ella me iba á extrañar mucho. Esa tarde después que le chupé su pene a Carlos, le conté lo que me dijo mi abuela y le dije que yo no quería dejarlo, que no me quería ir con mi madre, que si me marchaba ya no lo volvería á ver más. Carlos me dijo que solo había una forma de que no nos separemos nunca, y que vivamos juntos, y que era que yo me escape con él, lo pensé solo un momento y le respondí que si, que solo quería vivir con él. Me dijo que era peligroso y que si nos descubrían, él podía ir preso a la cárcel, y a mi me meterían a un correccional de menores. Le dije que no me importaba, que lo que quería era vivir con él, mientras las lagrimas salían de mis ojos, sin que pueda reprimirlas, lo abrasé y lo comencé a besar por toda su cara, mientras él me decía que vería la forma de que estubiéramos juntos para siempre. Otra tarde por esa misma época, Carlos me llevó vestida de niña á un estudio fotográfico, me hizo sacar fotos para falsificarme documentos.
Cuando faltaba un mes para que se termine el colegio, Carlos me mostró mis nuevos documentos, con el nombre de Elvira y un apellido desconocido, mi nuevo y único nombre a partir de ese momento, mi apellido no lo diré por razones obvias, pero era otro distinto a mi original, cuando observé los nuevos documentos, vi que llevaba el mismo apellido de Carlos y en sus nuevos documentos de familia, decía que Carlos era viudo, que tenía una hija de 8 años. Salté sobre la cama desnuda como estaba de contenta, mientras Carlos se reía y me decía que no haga tanto alboroto, me monté en su pecho y le besé todo el rostro, mientras me decía que me explicaría como haríamos para estar juntos para siempre. Esa tarde le chupé su pene con más ganas y por primera vez Carlos me metió todo un dedo en mi culito, y me hizo tener tres orgasmos secos seguidos.
A la semana de estos acontecimientos, Carlos se cambió de casa ya con sus documentos falsos y su pelo teñido, después de vender su Departamento amoblado, yo lo visité en el cuarto que alquiló en un edificio viejo, al otro lado de la ciudad, dos días antes de que llegue mi madre, y le conté que al día siguiente de que termine el colegio, mi madre me llevaría a nuestro pueblo. Planificamos la fuga durante casi una hora, luego le chupé su pene hasta que terminó en mi garganta. Carlos me acompañó, hasta una cuadra antes del Departamento de mi abuela y nos despedimos, no sin que antes me vuelva á repetir, lo que tenía que hacer el día que habíamos marcado. Carlos hacía unos diez días que había dejado de trabajar para mi abuela y había traído un reemplazante, me había dicho como encontrarlo en esa fecha, para ultimar los detalles de nuestra fuga.
El último día de clases, lo pasé muy nerviosa y cuando sonó por última vez la campana de salida del Colegio, me escabullí de Nana entre los chicos más grandes, salí rodeado de los chicos más grandes y mientras estaba tapado por ellos, logré ver a Nana por última vez en mi vida, me esperaba conversando con otras mujeres, y no se dio cuenta de mi fuga. Frente al colegio había un parque con muchos árboles y después de cruzar la calle, delante de un grupo de chicos que me servían de pantalla, me interné en entre los arboles sin dejar de correr.
Carlos me estaba esperando sentado en un banco de madera, al lado de un lago pequeño, en medio del parque y me hizo señas de que me oculte entre unos arbustos que habían cerca a la orilla, á unos diez metros de donde él se encontraba, como los arbustos me ocultaban de la vista de cualquier persona, me desnudé y me puse la ropa de niña que había en una bolsa de papel, junto al tronco de uno de los arbustos, llevé mi pelo hacía atrás y me coloqué una vincha, metí toda mi ropa y mis libros en la bolsa plastica y salí a donde Carlos me esperaba, le entregué la bolsa y salimos del parque por una calle lateral, al otro lado del Colegio, y nos dirigimos a su cuarto, en una calle cualquiera, antes Carlos dejó la bolsa de papel con mis cosas en un basurero metálico de esos grandes, que recién se estaban colocando al lado de los Restaurantes y Super Mercados. Cuando lo vi tirar mis cosas en el basurero, me di cuenta que otra etapa de mi vida estaba por comenzar.
Carlos me volvió a preguntar si estaba decidida a todo, y que todavía podía volverme atrás. Le contesté que lo que quería era vivir con él, y que nada más me importaba. El cuarto de Carlos estaba casi vacío, solo su cama y algunas otras cosas que eran propias del cuarto, me explicó que nuestras cosas las había despachado los días anteriores, y que solo viajaríamos con lo que llevábamos puesto y un bolso de mano, con algunas cosas necesarias para el viaje, retocó un poco mi rostro y me dijo que estaba bonita. Solo nos pudimos dar un beso en los labios y salimos del cuarto, porque nuestro tiempo estaba bien limitado, Carlos devolvió las llaves en la portería, luego de que me dejó esperándolo en la vereda, caminamos unas dos cuadras y tomamos un Bús urbano hasta otro barrio, de donde tomamos un taxi al Aeropuerto, de donde salimos en un avión a las dos de la tarde.
Entramos al avión cuando ya todos los demás pasajeros estaban en sus asientos. Nuestros documentos falsos pasaron su prueba de fuego, cuando un Guarda Policial se los pidió a Carlos, el policía miró mis documentos y me miró, solo un momento y me sonrió, le devolvió los documentos á Carlos y nos dejó pasar, deseándonos un feliz viaje. Por la ventanilla del avión miré por última vez la ciudad mientras nos elevábamos en el cielo. Me despedí mentalmente de abuela y Nana y tomé la mano de Carlos, buscando la seguridad que necesitaría para lo que me deparaba el destino en adelante. Nadie había reparado en nosotros y hasta ese momento todo había salido como Carlos lo había planificado.
Llegamos á esta nueva ciudad a las tres y media de la tarde y como no llevábamos equipajes salimos directamente de la terminal á la calle y Carlos me hizo caminar hasta una parada de Bús que quedaba á unas tres cuadras del Aeropuerto, entramos en el Bús que pasó más lleno de gente. Nos bajamos en una calle del centro muy concurrida y nos mezclamos entre la gente. Caminamos varias cuadras, hasta que Carlos me llevó por un barrio cerca del centro, con muchos Edificios de Departamentos de clase media, todos iguales, descoloridos y un poco en ruinas, entramos en uno y luego de subir cuatro pisos por una escalera, ya que no había Ascensor llegamos al Departamento 405, nuestro nuevo hogar.
Era un Departamento pequeño con solo Dos Dormitorios, estaba amoblado y en el Living habían muchas cajas de cartón cerrada, casi hasta el techo. Carlos me explicó que lo había comprado hacía tres semanas, se lo habían vendido amoblado y que nuestras cosas las tuvo en un Deposito una semana, hasta que consiguió el Departamento y que hacía tres días que recién las habían traído. Trabajamos toda la tarde abriendo y acomodando cosas y para las siete de la noche ya teníamos casi todas las cosas en su sitio.
El Dormitorio más grande sería el de los dos, y el más chico lo acomodamos como si fuera el mío, para que la gente que nos pudiera visitar no sospecharan nada. En ese pequeño Dormitorio acomodamos mis juguetes y lo decoramos como si fuera el de una niña, pero mis ropas y mis otras cosas de uso diario, las acomodamos en el Dormitorio que compartiría con él. Carlos me tomó en sus brazos y me llevó al Dormitorio y me dejó parada en la cama y mientras nos besábamos me comenzó a desnudar, yo lo desnudé a él y cuando estuvimos sin ropas, me volvió a alzar en sus brazos y me llevó al baño. Estaba comenzando el Verano y todavía a esa hora hacía un poco de calor así que nos bañamos con agua fría. Carlos me bañó y me chupó mi culito, mientras jugaba con mi pequeño penecito, yo arqueaba mi espalda hacia adelante, para facilitar el ingreso de su lengua en mi culito, pronto comencé a mover mi cadera hacia los lados y para delante y atrás, tratando de que la lengua de Carlos penetre más adentro, hasta que sentí que mi penecito se hinchó entre los dedos de Carlos y un hormigueo recorrió todo mi cuerpito, jadeé y gemí sin poder controlarme, su lengua estaba bien adentro de mi abierto culito, mientras sentía que me venían como ganas de orinar. Había tenido un orgasmo muy intenso pero siempre seco, más que los que sentía anteriormente y me sentía muy excitada.
Después de esto le pedí a Carlos que se la quería chupar y mientras el se jabonaba el pelo, me hinqué frente a él y le comencé a chupar su semi erecto pene, hasta que se le puso muy grande y duro en mi boquita, se la chupé con ganas y lo pajeaba con mis dos manitas simultáneamente, hasta que lo hice terminar en mi boquita, me terminó en mi garganta, mientras con sus manos sujetaba mi pelo y me marcaba el ritmo, después que me tragué su semen, lo chupe como siempre un poco más y luego con mis manitas se lo lavé suavemente. Después de la ducha me llevó a la cama, donde me colocó un camisón pequeño y transparente que apenas me llegaba a las nalguitas y un calzón de seda haciendo juego. Me dejó acostada en la cama, mientras él salió a comprar para nuestra cena algo de comida. Cuando regresó a la media hora, me encontró dormida, ya que realmente estaba muy cansada de todas las emociones del día, así que preparó todo él solo, cuando desperté a la hora, él estaba en el Living mirando televisión en un aparato que recién hacía pocos días había comprado. Estaba de pantalón corto y sin camisa, sentado en un sillón con sus pies desnudos sobre la mesa central, al verme se sentó bien y me extendió los brazos, yo medio dormida fui y me senté en su falda y le pregunté que había para cenar, mientras lo abrazaba y lo acariciaba, solo tenía siete años y me había escapado con un hombre, al que sentía que lo amaba como á nada más en el mundo, ahora él era lo único que tenía, y me sentía satisfecha. Me llevó en sus brazos hasta la mesa del comedor y sentada en su falda, comí el pollo asado que Carlos había traído para la cena, mientras me decía que ya él había cenado y me acariciaba mi pelo y mi barriguita con sus manotas.
Después de cenar me llevó al Living y miramos un rato la televisión, que para mi era una cosa nueva ya que solo el mes pasado en la casa de mi abuela la había visto. Carlos se recostó de espaldas en el sofá y yo me recosté entre él y el espaldar, apoyada en su pecho y con una piernita sobre su barriga, mientras él me acariciaba la espalda con la mano con la que me abrazaba y con la otra jugaba con mi cabello.
Carlos me explicó como funcionaba la televisión y luego comentamos sobre los programas que daban en ese entonces, su mano que estaba en mi espaldita comenzó a bajar y me acariciaba mis nalguitas y mi culito, por sobre mi calzón, lo que me excitó mucho y comencé á acariciarlo y besar su velludo pecho, con su mano libre Carlos se desprendió los botones de su bragueta, y con mi manita le ayudé a bajar los pantalones cortos y su calzoncillos hasta que quedó a la vista su hermoso y moreno pene en toda su erección, tiró lejos con sus pies su ropa y quedó totalmente desnudo a mi vista. Bajé mi cabeza doblando mi cuerpito, hasta que me apoderé de su pene con mi boquita y mi mano derecha, mientras empezaba a chuparlo, él comenzó a jugar con mi pelo y á marcarme el ritmo. Al rato me acomodó al revés de él sobre su pecho, y mientras yo le seguía chupando su pene, él comenzó a comerse mi culito con sus labios y su lengua, haciendo á un lado la entre pierna de mi calzón, esta vez cuando estuvo por terminar me la sacó de mi boquita y me pidió que me coloque en cuatro patas al otro lado del sofá, dándole la espalda y que me apoye en uno de los apoya brazos, mientras hacía lo que me decía él se levantó y se colocó hincado atrás mío, ya de rodillas apoyé mi pechito en el apoya brazos del sofá y curveando mi espaldita broté mi culito hacia afuera, Carlos al verlo me dijo:
Que hermoso que es tu culito mi reinita! Me dan ganas de rompértelo!, Ya no me puedo aguantar más!, mi amorcito, mi chiquitita!!! Mientras me colocaba la punta de su pene sobre mi esfínter y hacía presión suavemente sobre el, yo pujaba esperando que me la meta y le decía:
Te amo Carlitos! Quiero que me metas tu pene!!! Quiero ser tu mujer papito!!!!. Carlos me pasaba su pene agarrado con una mano por toda la raya de mi culito sin tratar de meterlo y yo me movía loca de deseo y desesperada por sentir su pene dentro mío, con su otra mano me tenía de la cadera.
Rómpeme el culito, Carlitos!!!!! Rómpemelo papito!!!! Le decía, mientras Carlos solo movía su pene por toda la raya de mi culito, sin penetrarme y pajeándose, al rato me tomó con sus dos manos de la cadera y me comenzó a besar mi culito y me metió su lengua, habriéndo y mojando con su saliva mi esfínter, me excitaba mucho lo que me estaba haciendo y comencé á mover mi cadera hacia los lados y á apretar mi barriguita, sintiendo que mi penecito se hinchaba y explotaba en mi primer orgasmo seco de la noche, con su lengua dentro de mi culito. Al poco rato se levantó y de nuevo sentí que me colocó su caliente pene contra mi culito y me lo comenzó a pasar por toda mi raya, hacía presión contra mi culito pero sin meterlo, me volvía loca de deseo y excitación y movía mi cadera como invitándolo á entrar. Cuando me dijo que se estaba por venir, colocó su pene en mi esfínter, empujó un poco y sentí como la cabeza de su pene comenzó a abrir mi mojado y dilatado esfínter, yo me aferré con mis manitas al apoya brazos y cerré mis ojos al sentir un pequeño dolor, que se transmitió desde mi esfínter por toda mi espaldita hasta mi nuca, apreté mi dientes para no gritar, cuando sentí como la cabeza de su pene me penetró y abrió totalmente mi culito. Carlos me dijo.
Acabo!!!!! AHHH!!!!! AAHHH!!!!! Acabo en tu culito mi amorcito!!!!!! UUUGGGG!!!!!!!!!!!!!!.
Yo jadeaba y me faltaba el aire, pero el dolor había pasado, solo sentía un adormecimiento en mi culito y sentía mi esfínter totalmente abierto por la cabeza de su pene, solo tenía y sentía la cabeza de su pene dentro de mi culito, bien apretado por el anillo virgen hasta entonces de mi esfínter, pero era como si me hubieran metido una barra de acero candente, sentí que su pene se hinchó más y luego como me soltó su esperma dentro de mi culito, un espasmo de su pene, luego otro y otro más, llenando mi intestino con su semen, mi esfínter lo apretaba manteniendo dentro la cabeza de su pene, mientras yo jadeaba en busca de aire sin poder hablar, luego Carlos me la sacó suavemente para no hacerme más daño, y sentí como mi culito instantáneamente se comenzaba á cerrar, acomodó su pene en la raya de mi culito y se recostó sobre mi, me tendí boca abajo sobre el sofá y Carlos se acostó sobre mi y por primera vez sentí todo su peso sobre mi cuerpito, acomodé mi cuerpito bajo el de Carlos sintiendo su caliente pene entre mis nalguitas y mi adormecido culito mientras jadeaba por el esfuerzo y sentía ganas de hacer caca al mismo tiempo que mi hinchado penecito volvía á estallar en otro orgasmo seco.
Al rato Carlos se levantó y me llevó en sus brazos al baño, y me depositó en el inodoro, apenas me senté, mi estomago se vació, él se sentó en el borde de la tina y esperó que yo termine, luego me ayudó á levantarme y me limpió con papel higiénico, me puso de espaldas a él y me hizo agachar el tronco hacia adelante, y me abrió las nalguitas, me dijo que mi culito estaba bien y que no tenia ningún daño. Le dije que no me dolía, que me había gustado cuando la metió, pero que me dolió un poco, pero que después pasó y que me había gustado sentir su pene dentro de mi culito, y que si esto que habíamos hecho era coger, el me respondió que si, que esto que habíamos hecho era coger, pero que él solo me había colocado la cabeza de su pene, para terminar dentro mi culito, y que me vaya acostumbrando á su tamaño. Nos bañamos juntos y me llevó a la cama, donde estuvimos conversando sobre lo que habíamos hecho, y que a partir de ese día para la gente yo sería su hija y dentro de nuestro Departamento, sería su mujer, por primera vez pasaría una noche entera con él y eso me gustaba. Carlos me acurrucó entre sus brazos, lo abrasé sintiendo todo el amor que él sentía por mi, y no supe en que momento me volví a dormir, pero esta vez en sus brazos.
Al día siguiente desperté antes que él, y vi que eran las seis de la mañana, rememoré los rápidos acontecimientos de esos días, aparté el brazo de Carlos que tenía sobre mi barriguita y me levanté desnuda como estaba, fui y abrí las cortinas gruesas, y solo dejé cerradas las delgadas para que solo entre la luz filtrada del amanecer, me di la vuelta y miré a Carlos, que dormía desnudo de espaldas, con una pierna apenas flexionada y su moreno pene estaba con una pequeña erección, apoyado contra su muslo izquierdo, lo miré un rato más, pensando que la noche anterior ese pene me había penetrado, no todo, pero si lo suficiente para sentirlo y saber que yo era de él, y que ese pene era solo mío, era el pene de mi hombre. Me senté en la cama y llevé una mano a su pene y lo comencé á acariciar suavemente, mientras sentía como iba despertando de a poco y creciendo más entre mis dedos. Carlos abrió los ojos, me sonrió y me dijo:
Buenos días mi amor! Sin dejar de pajearlo, me acomodé más cerca de él y lo besé en la boca y le dije lo mismo, luego me subí sobre él dándole la espalda. Carlos abrió con sus manos mis nalguitas y llevó mi culito á su boca, Carlos abrió más mis nalguitas y me comenzó a besar el culito, mientras me masajeába las nalguitas, de la cabeza de su pene le salieron unas gotas de liquido pre seminal, y se lo esparcí por el tronco de su pene con mis dos manos, mientras me excitaba cada vez más al sentir su lengua en mi culito, como mi boquita no llegaba hasta su pene para chupárcelo, lo pajeé más rápido y Carlos se excitó mucho más y me preguntó:
Te la puedo volver a meter de nuevo mi amor?
Si, méteme tu pene papito! Quiero sentir tu pene en mi culito, Carlitos! Le dije, sin dejar de pajear su pene en ningún momento y sin dejar de mirar su erecto pene, que se hinchaba cada vez más. Carlos me dejó en la posición en que estaba, apoyada en mis codos y las rodillas y se salió de abajo mío, se colocó hincado atrás, tomó mi cadera con las manos, y colocó su pene en la entrada de mi culito, mientras me decía:
Quieres sentirla adentro mi amor? Quieres ser mi mujercita para toda la vida? Quieres que te rompa el culito mi reinita? Con una voz rara por la excitación que sentía en ese momento.
Si papito!!!!! Le respondí, muerta de excitación sin importarme el dolor que podía sentir, solo quería ser su mujer. Solo tenía en ese entonces 7 años, pero me sentía capaz de amarlo con toda el alma y quería que me penetre con su pene, no me importaba otra cosa, solo que me haga suya para siempre, y retenerlo a mi lado para toda la vida.
Sentíla mi amor!!!!! Sentí como te abre el culito mi amorcito!!!!! Me decía mientras me tomaba con una mano de mi cadera medio abriendo mi nalguita y con la otra agarrando su pene, me la colocó en la entrada de mi culito y me la pasó varias veces por toda mi raya, luego colocó la cabeza de su pene sobre mi culito, y empezó a empujar con su duro pene y con su cadera, mientras su mano me tomaba firme por mi caderita.
La siento!!!!! AHHH!!!! La siento mi papito!!!!! AHH!!!!! AAAAHHH!!!! AAAHHH!!! HAYYYY!!!! Le respondí y me comencé a quejar, cuando sentí como la noche anterior, su pene abriendo mi esfínter, y entrándose en mi virginal culito, el dolor me golpeó en el cerebro desde mi esfínter y esta vez grité y metí mi cara en la almohada y la mordí, mientras mi pechito tocaba las sábanas, arqueando mi espaldita y sintiendo como mis nalguitas se abrían más, mientras Carlos me metía otro poco de la cabeza de su pene en mi culito y me decía:
Entró otro poco mi reinita!!!! Ahhh!!!! La sentís mi amorcito?
Si, está en mi culito!!! AHHH!!!! AGGG!!!!! La siento en mi culito!!!! HHHAAAYYYYY!!!!! Grité cuando sentí como su pene resbaló más adentro de mi culito, abriendo más mi intestino y empujando todo lo que había en el hacia atrás, dándose espacio, sentí unas ganas locas de hacer caca y el dolor dio paso a un adormecimiento de toda la zona exterior de mi culito, mientras por dentro sentía un ardor terrible, y como el pene de Carlos abría las paredes de mi culito, enterrándose cada vez más adentro. Cuando Carlos ya había metido más de la mitad de su pene, paró un rato, y me preguntó:
Estas bien mi reinita? No quieres que te la saque? Aguantando el dolor y las lagrimas, aferré las sabanas fuertemente con mis dedos, y le dije:
No papito!!!! No me la saques!!!!! Me duele pero no me la saques!!!!!! AHHHHYYYY!!!!!!! HHHAAAGGGG!!!! Grité cuando Carlos me la metió otro poco y se quedó quieto otro rato, dándome tiempo a que acomode mi culito a su tamaño, y de repente lo tomé de sorpresa, cuando moviendo mi cadera para atrás, me clavé todo su pene hasta el fondo de mi sufrido intestino y sentí como sus testículos tocaron el interior de mis muslitos, mientras el dolor y la excitación hacían que las lagrimas brotaran de mis ojos sin control, jadeaba, lloraba y gemía sin control, mientras sentía patente su pene incrustado en mi intestino, partiéndome en dos y el dolor de mi esfínter daba paso de nuevo al adormecimiento, mis piernitas me temblaban y caí sobre la cama sin que el pene de Carlos se salga de mi culito, ya que él se recostó sobre mi.
Entró Carlitos!!!!!!! AAAHHHHYYYY!!!!!!! Entró papito!!!!!!!! Entró mi rey!!!!!!! HHHHAAAAYYYYYYY!!! Le dije y grité, ahogando mi grito desgarrador contra las sabanas, mientras brotaba mis nalguitas hacia afuera para que él pueda meterla más y fue como una invitación para él.
Si mi chiquitita hermosa!!!! Si mi amorcito!!!!! Si Elvira, estoy dentro de tu culito, mi amor!!!! Carlos se comenzó a mover y me la sacaba un poco y la volvía a meter, haciéndome pujar a cada envestida de su cadera contra mi cuerpito, sentía como entraba y salía cada vez más rápido de mi culito sin que mis manitos soltaran las sabanas y mientras que mis dientes mordían con todas sus fuerzas la almohada, ya que me dolía muy fuerte cada vez que entraba en mi apretado canal.
Te estoy cogiendo mi reinita!!!!! Te estoy cogiendo mi amorcito!!!! Ah!!! Ah!!! Mis nalguitas apretaban también el pene de Carlos, y no dejaba que me entre más que la mitad de su pene, por la posición en que me encontraba, entonces Carlos me levantó con una mano por mi barriguita y me colocó nuevamente de rodillas, con su mano me suspendió un poco, antes de envestir y enterrarme su pene esta vez totalmente en mi culito.
HAYYYYYYYYY!!!!!!! HHHHAAAAGGGG!!!!!!!! Volví a gritar, al sentirlo de nuevo todo dentro de mi culito, mientras con su otra mano apoyada en mi estomaguito, sostenía su cuerpo sobre el mío para no aplastarme, yo me sostenía por mis manos sobre la cama, mientras Carlos me cogía con fuerza, pero cuidando de no causarme más dolor del que ya sentía. Yo no paraba de gemir y pujar, mientras Carlos me decía:
Ya termino!!!! Ya termino mi reinita!!!!!!!! Ya termino Elvira!!!!!!!!! Ahhhh!!!!!!! Uhhhh!!!!!! Ya termino mi amorcito!!!!!!!!!!!! Mientras me comenzó á coger más fuerte, y me llenaba el interior de mi intestino con su caliente semen. Yo gemía sin parar y pujaba con cada embestida del cuerpo de Carlos sobre mis nalguitas, y en mi culito totalmente abierto sentía como su pene entraba y salía, llenándolo totalmente con su miembro húmedo y caliente, entre mis gemidos lograba escuchar los ruidos que causaban el entrar y salir de su pene, por mi abierto culito y el choque de su pelvis contra mis nalguitas, me dolía atrozmente y me gustaba al mismo tiempo, el entrar y salir de su pene en mi culito, yo pujaba y gemía cada vez más rápido, ya no apretaba mi estomaguito, porque sentía que mi esfínter estaba totalmente abierto, y todo el erecto pene de Carlos me entraba y salía fácilmente, sentía como la mano que Carlos tenía en mi barriguita, me levantaba cada vez que enterraba su pene en lo más hondo de mi culito, haciendo que mis rodillas se levanten de la cama y solo quede unido a él, por mi culito y su pene enterrado hasta el fondo. Cuando comenzó a llenar mi intestino con su caliente semen, sentía las contracciones de su pene dentro de mi estomaguito, y sin poder contenerme me oriné sobre la mano que me sostenía por mi barriguita, y sobre él colchón, mientras Carlos gemía y se recostaba sobre mi espaldita, y me decía:
Eres mi mujercita! Eres mi reinita! Elvira ya eres mía, mi amor!!!! AHHHHHH!!!!!! Cuando sacó la mano de debajo de mi barriguita, me dejé caer sobre la cama sollozando y gimiendo sin parar, Carlos me siguió sin dejar que su pene se salga de mi culito y quedó recostado encima mío, mi cuerpito quedó aplastado por su cuerpo y mi cabeza quedó a la altura de su pecho y su pene metido hasta la mitad de mi canal, abriendo totalmente mi culito. Carlos se sostenía por los codos apoyados en el colchón, mientras que sus manos acariciaban mi pelo como á mi me gustaba, y me decía que me amaba y que lo hacía el hombre más feliz del mundo.
Su pene se aflojaba un poco dentro de mi culito, el dolor dio paso a un nuevo adormecimiento de todo mi culito y nuevamente sentí las ganas de hacer caca. Me dolía todo mi cuerpito pero el calor de su amado cuerpo sobre el mío me relajaba, y hacía que sea soportable, jadeaba sin parar por el esfuerzo, mientras Carlos iba bajando por mi nuca besándome, luego fue sacando suavemente su pene de mi dolorido culito, lo sentí deslizarse por mi abierto intestino, dejándome una sensación de vacío desconocida.
Cuando terminó de sacar su pene de mi culito se acostó a mi lado y me abrazó, sin que yo me pueda mover, me besaba la mejilla y se vebía mis lagrimas, yo lo único que hacía era jadear acostada de barriga y toda despatarrada en el centro de la cama. Al rato abrí mis ojitos húmedos, y miré el rostro amado de Carlos, le dije que quería ir al baño, Carlos se levantó de la cama y suavemente me alzó de la cama, me acomodó en sus brazos contra su pecho, y con sus brazos bajo mis nalguitas me llevó hasta el baño, mientras yo hacía esfuerzos para no hacer caca sobre él, mi esfínter estaba totalmente abierto y me palpitaba locamente. Me dejó sentada en el inodoro y cuando me senté, sentí como la noche anterior que mi estomago se vació por dentro, mi culito me ardía y me hizo gritar y llorar. Carlos estaba a mi lado y me agarraba de mi manito y tenía mi rostro apoyado contra sus piernas, yo sentía su fuerza transmitiéndose a mi cuerpo a través de su mano y sus muslos, eso hizo que yo no me desmayara en ese momento, se apoyó más contra mi, y pegué mi mejilla sobre los vellos de su pubis sintiendo en mi cara, la humedad, el olor y el calor de su hinchado y casi flácido pene.
Lo abrasé por los muslos y sentí que el dolor pasaba un poco, mientras el calor que Carlos me transmitía me reconfortó, y dejé de llorar. Le dije que quería levantarme, me ayudó y me llevó alzado dentro de la tina, largó la lluvia de la ducha, el agua tibia me reanimó, y mis piernitas dejaron de temblar, Carlos entró conmigo a la ducha y me lavó todo mi adolorído cuerpito y cuando llegó a mi culito me hizo apoyarme contra la pared, me lo lavó bien, mientras me decía que había sangrado un poquito, pero que no me había causado un daño mayor y que en un par de días estaría bien, le pregunté porque seguía con ganas de ir al baño, y me contestó que era porque mi esfínter estaba muy abierto y que se me pasaría cuando se vuelva á cerrar mi culito, en un rato más.
Me llevó en sus brazos y nos acostamos en la cama, Carlos estuvo un rato más a mi lado abrazándome y acurrucada en sus brazos me sentí protegida por él.
Más tarde se levantó, y me trajo una pastilla y un vaso de jugo de naranja, me dijo que eso me haría pasar el dolor y dormir, mientras él iría á hacer algunas compras y hablar por teléfono, ya que al día siguiente empezaría á trabajar en el Hospital donde había encontrado trabajo en su anterior viaje, le dije que se quede un rato más conmigo y que salga cuando ya esté dormida, Cambió las sabanas manchadas con mi orín, mi sangre y nuestro sudor, luego se recostó a mi lado y me acariciaba mi desnudo cuerpito mientras yo me adormecía y me comenzaba á dormir de nuevo, acurrucada en sus amados brazos, sientiéndome más mujer, su niña mujer.