El relato que quiero compartir es una historia de lo que pasó una vez con mi padrastro, espero les guste.
Me llamo Adriana tengo 22 años y cuando conocí el placer del sexo ya practicaba la masturbación sin llegar a penetrarme ni siquiera con los dedos. Yo tenía 18 años cuando mi madre se volvió a casar después de separarse de mi padre. Ella tenía 35 años y se casó con un hombre muy atractivo de la misma edad se llamaba Rodrigo; cabe señalar que Rodrigo me miró con ojos de deseo desde la primera vez que me vio.
Y como no hacerlo si mi cuerpo juvenil le atraía a cualquiera mis pechos copa 34 B se veían constantemente apretados por mis blusas entalladas y mis caderas y nalgas lucían redondas y antojables; siempre me pasaba con minifaldas y pequeños shorts frente a Rodrigo él babeaba pero contenía su calentura cogiéndose a mi madre todas las noches, yo escuchaba desde mi cuarto: - Así, así, ahhh más fuerte. Que rico mi amor sigue sigue!! - mientras me masturbaba oyendo los gemidos de los dos y terminaba casi al mismo tiempo que mi madre.
Pero un día mi madre tuvo que salir de viaje y nos quedamos solos mi padrastro y yo. ¡¡¡Todo un fin de semana!!! yo estaba lista para la acción y así fue. La misma noche que mi madre se fue yo salí con unas amigas a bailar llevaba puesto un minivestido violeta que remarcaba en especial mis pechos, regresé a la casa como a la una de la mañana, me quité los zapatos por que creía que Rodrigo estaría dormido y no quería hacer ruido, pero al acercarme a mi cuarto (que como ya dije estaba junto al de mi madre) oí unos gemidos de placer; me acerqué y noté el resplandor de la televisión y con curiosidad abrí la puerta de un solo golpe. No podía creer lo que veía me llenaba de placer y me excitó al momento. ¡Rodrigo estaba viendo una película pornográfica y se estaba masturbando con una tanga mía!
-Vete de aquí, Adriana- me dijo apenado y escondiendo mi tanga.
-No, no creo. Me gusta lo que estas viendo y se me antoja hacer algo de eso- le contesté mientras me sentaba a la orilla de la cama y abría el cierre de mi vestido dejándo al aire un par de tetas deliciosas con su pezón rosado y virginal.
-¡Adriana vete! - Me volvió a insistir, a lo que yo contesté acariciándome los pezones despacio hasta que se endurecieron.
- ¿Sino que me vas a hacer?, entiende que te deseo, te escucho con mi madre y deseo que me toques, que me llenes como a ella, ¿no quieres?- le dije mientras me ponía de pie y dejaba caer el resto de mi ropa mostrándole mi panty negra de tela transparente. Él se quedó mirándome y el bulto bajo la sábana se elevó considerablemente.
- No sabes como te deseo también, desde el día que llegué a esta casa deseo comerte esas ricas tetas y cogerte el culito que tanto me enseñas tan descaradamente - me dijo mientras se paraba de la cama y se acercaba a mí. Alcanzó uno de mis pezones y sin más comenzó a pellizcarlo despacio tomando mi teta derecha por completo y acercando su boca a la izquierda hasta lamer con la punta de su lengua mi caliente pezón, comenzó a succionar mis pechos cada vez con más rapidez.
- Mmmmm, mmm más ahhh, que caliente estoy- yo gemía su boca mamaba fuertemente mi pezón izquierdo provocándome placer extremo.
- Ven recuéstate- me senté en la cama y él se hincó
- A ver que tienes entre las piernitas, déjame ver tu conchita - y con las manos separó mis piernas viendo mi coño de cerca y a través de mi mojado panty pudo contemplar mi concha casi sin pelo por que me la depilo. Empezó a acariciarme sobre la tela con su dedo de arriba hacia abajo.
- mmm que placer sigue, tócame por dentro quiero sentirte- yo le rogaba sin pudor que me masturbara
Hizo aun lado la delgada tela y metió un dedo acariciando toda mi rajita mojada, al ver lo mojada que estaba decidió meter un dedo a mi vagina despacio, yo me sobre salté pero abrí más las piernas.
-Así acaríciame ahí- me tocaba los pezones mientras el metía un segundo dedo. - Que buena estás chiquita, ¿te gusta? Claro que te gusta mira nada más como te mojas toda- me decía en el momento en el que encontró mi clítoris, tierno mojado y necesitado de fricción; lo tomó entre sus dedos y lo masajeó yo gemía y sentía cada vez más la necesidad de terminar, cuando de dio cuenta dejó el masaje y me quitó por completo la ropa interior dejándo mi vagina húmeda y ardiendo.
Abrió mis labios y comenzó a lamer mi vagina - AHHH, AHH, OHH, OHHH- yo me sentía como poseída, metía su lengua tan adentro como podía y sus labios pellizcaban mi perla caliente -Ahh, ahhh, no pareeeessss, ssiiiiii, siiiiiiii, ahhhhhhhhh, ooooohhhhhhhh!!!!!!! - me retorcía y mis piernas comenzaban a convulsionar.
- Termina preciosa, que rica vaginita que se moja tan fácil y que conchita tan caliente dan ganas de mamarla- me decía mientras su dedo frotaba mi clítoris y su dedo entraba y salía de mi coño lubricado, sus palabras solo me calentaban más y terminé en un orgasmo riquísimo.
- Córrete bonita, ¿rico? Espera a ver lo que sigue- levantó mis piernas y su pene erecto y duro se colocó en la entrada de mi vagina subiendo y bajando para lubricar más. Su roce me excitaba más si eso era posible, y sin pensarlo mucho metió primero la cabeza y empujó un poco, no puedo negar que dolió un poco. -mmm,mmm ayyy- yo pujaba al sentir la presión sobre mi coño tierno. -Que estrecha, mmm apretadita, ahí te va mi amor- dijo mientras sacaba su hinchada verga un poco y la metió de un solo golpe en mi vagina roja y húmeda.
-Aaaayyyyyyy, uummmhh, uuummmhhh, ahh, ahh- yo casi lloraba, el impacto fue mucho mi canal virginal abierto de golpe por una gran verga dura. Él sin darse cuenta de mi virginidad empezó el bombeo adelante atrás, sólo se oía la humedad de su miembro saliendo y entrando, yo comencé a sentir placer de nuevo.
-Aaaahhh, ahhh, maaaaaaass, ahhhh, ahhhh, que rico. Mmh, mmmmmmh- gritaba de placer mientras veía su cara y mis piernas sobre sus hombros. -Así preciosa siénteme, ahh que rica vagina tan mojadita, ¿Quieres más?- dijo casi sin aliento.
-ssssiiii, más!!, dame todo!!!!- salió de mí y me puso en cuatro patas, comenzó el bombeo sin cesar rápido y duro. -Mas fuerte, ahhh, más fuerte, cógeme, cógeme- yo le decía sin cesar, su mano pasó por entre mis piernas hasta encontrar mi clítoris de nuevo y lo frotó hasta que el orgasmo volvió con más fuerza que el anterior. El comenzó a gemir fuerte -mmm, mmmm, casi, casi, ahhh. Terminó dentro mio inundando mi concha. -SIIIIIIIIII- que rico sexo me dio.
Quedé tendida en la cama escurriendo sus líquidos y los míos acompañados de un pequeño chorro de sangre que él no notó. -Lo tenemos que repetir, me encantó tu vagina tan mojada, se nota que te encanta el sexo oral, mmm tus pezones me encienden, definitivamente cogerte será del diario- dijo Rodrigo mientras metía y sacaba un dedo de mi todavía húmedo y caliente coño recién desvirgado.