CAPITULO DOCE
Totalmente mujer
Con Matías lo seguí haciendo casi todos los días hasta que se fue, pasadas las fiestas de fin de año. El llegaba á mi Departamento a los cinco minutos que se iba Carlos, yo ya le abría la puerta desnuda y con una lujuria tremenda lo desnudaba y le chupaba su pene hasta que se le ponía bien dura y bien larga, luego en la cama de Carlos me cogía casi siempre de espaldas y con mis piernas en sus hombros, ya que le gustaba tocar mi penecito hasta que me hacía acabar, mientras me cogía cada vez más fuerte, hasta que terminaba dentro de mi estomago, más tarde nos bañábamos juntos y en la bañera me volvía á sodomizár de parados, él se colocaba atrás mío y yo bajaba la mitad de mi cuerpo apoyada en el borde de la bañera, y me la metía hasta el fondo, y esta vez cuando estaba por acabar sacaba su pene de mi abierto culo y terminaba entre mis cada vez más grandes senos, mientras le chupaba la punta de su largo pene y me tragaba su semen. Me cogió por todo el Departamento, en la cocina, en el comedor, sobre la mesa, hincada en una silla, en la cama de Miguel, en mi cama y lo hicimos en todas las poses imaginables, me hizo terminar innumerables veces chupando mi pequeño penecito, para después cogerme con fuerza y llenar mi estomago con su semen.
Cuando se fue Matías, me quedé solo con Carlos y Miguel, por muchos años solo lo hice con los dos, ya que no necesitaba más y lo de Matías fue como una aventura, que me servía de recuerdos gratos cuando estaba sola. Cuando cumplí Quince años me hicieron una fiesta espectacular entre la familia de Miguel y Carlos. Los chicos de mi edad estaban locos por mi en ese entonces, ya que llegué a medir casi un metro setenta y tres, a esa edad y mi cuerpo era el de una modelo, muy bien torneado y con finas y largas piernas, gracias á las hormonas que me seguía colocando Carlos y Miguel, para la fiesta de mis Quince años tuve que ponerme de novia con un chico de mi Colegio que era mayor con un año, era el chico más apetecido por todas las chicas y se puso muy contento cuando lo nombré mi pareja para mi fiesta. Después de mi cumpleaños salí con este chico por casi dos meses, pero apenas lo dejaba que me de pequeños besos y con los labios cerrados, lo que lo enojaba y jamás lo dejé que me acaricie los senos ni la entre pierna, al final terminamos.
Cuando cumplí los dieciséis años, la mujer de Miguel enfermó gravemente y en el lapso de un año murió. En todo el tiempo de la enfermedad de Sandra yo estuve viviendo prácticamente en la Clínica y en la casa de Miguel, atendiéndolos á él y a Brigitte, que aunque era dos años menor que mi, parecía una niña de menor edad, por la constitución física y mental, ya que Miguel y la madre, siempre la sobre protegieron. Por las noches antes de irme a casa dejaba acostada á Brigitte y a Miguel le chupaba su gran pene ó dejaba que me encule normalmente sin desvestirnos, solo me hacía agachar, me subía la falda ó el vestido, hacía a un lado la entre pierna del calzón, me colocaba un poco de saliva en el culo y en su pene, y me lo enterraba haciéndome gritar de dolor y deseo. Varias veces estuvimos a punto de que Brigitte y Carlos nos descubrieran, las cosas se desarrollaban muy rápidamente y a Miguel no le gustaba que nos veamos así. Por lo que me dijo un día, que hablaría con Carlos y le diría lo nuestro, me opuse a esto y le dije que yo sería la que se lo diga, en el momento oportuno.
Ese momento llegó cuando supimos, que la enfermedad de Sandra era incurable y hubo que internarla en una Clínica para que esté cómoda sus últimos días. Miguel y Brigitte estaban desconsolados, por lo que después de hablar con Carlos decidimos que me iría a vivir por un tiempo con ellos. Carlos habló por teléfono con Miguel y este aceptó encantado mi ofrecimiento y por la noche vino al Departamento con Brigitte. Esa noche me di cuenta como esta coqueteaba con Carlos y me propuse aprobechárme de esto para mis intereses. Me dieron la alcoba de invitados que era muy espaciosa y tenía una cama matrimonial, acomodé mi ropa y mis otras cosas con la ayuda de Brigitte. Carlos llegó para la cena y mientras se desarrollaba esta, no perdía detalles de los coqueteos de Brigitte para con mi padre. Después de conversar un rato en el Living Carlos se despidió de nosotros, porque al día siguiente entraba muy temprano, lo acompañé hasta el auto, mientras le dije que tenía algo que contarle, y que al día siguiente iría al departamento por la tarde y se lo diría. Esa noche estuvimos conversando y mirando televisión con Brigitte, mientras Miguel salió a la Clínica para ver a Sandra. Miguel regresó cuando ya brigitte se había acostado, y estuvo conversando conmigo un rato, después me dijo que iría más tarde a mi cama, le dije que lo
esperaba, mientras me dirigía a la cocina con los vasos. Más tarde, ya en las primeras horas de la madrugada, desperté al sentir el cuerpo inmenso de Miguel que se recostaba á mi lado, me di la vuelta y lo abrasé, estaba totalmente desnudo, así que no perdí tiempo y después de darle un beso, me acosté la revés y formando el clásico 69, me puse a chupar su grueso pene, apenas me cabía en la boca la cabeza de su pene, pero de tanto chuparlo ya sabía como hacer para que se le pare, mientras lo apretaba por el tronco con una mano, con mi boca chupaba la cabezota y con mi lengua le acariciaba su canal seminal que parecía la boca de un animal, Miguel acariciaba mis nalgas y hundía su lengua dentro de mi culo excitándome, más tarde mientras él estaba acostado de espaldas, yo me subía arriba de él y me empalaba en su duro y grueso pene, mi esfínter quedaba totalmente abierto y al comienzo sentía todavía un poco de dolor, pero una vez que se me adormecía el culo, me gustaba moverme sobre su columna de carne y enterrármela hasta que sentía que sus testículos se enterraban también en mis nalgas, con mis manos le acariciaba y masajeaba su prominente barriga, hasta que lo hacía terminar en mi intestino, casi siempre yo terminaba dos veces, cuando estaba empalada por el penesote de Miguel y esta no fue la excepción y dos veces le mojé al barriga con mi semen, que ya me salía un poco más, y más denso, solo mi penecito no había crecido, cuando estaba en reposo no tenía ni cinco centímetros y cuando se ponía erecto solo llegaba a los nueve ó diez como máximo, pero eso me tenía sin cuidado, ya que lo que me gustaba era que me rompan el culo. Me recosté sobre su gran estomago y coloqué mi cabeza en su pecho, mientras Miguel se quedaba dormido. Al rato fui al baño y cuando regresé desperté a Miguel para que se vaya á su Dormitorio.
Por la tarde del día siguiente, regresé al Departamento de Carlos y este ya se encontraba, solo que durmiendo la siesta, me desnudé a su lado, mirando mi cuerpo de mujer adolescente muy bien formado, en el espejo del ropero al frente de la cama, me senté en el borde y tomando con una mano el pene flácido de Carlos, se lo comencé a chupar ya que siempre le gustó que lo despierte de esa forma. Me cogió montado atrás mío y cuando terminó, se quedó acostado encima de mi cuerpo, tomando con sus manos mis grandes senos y sin sacar su pene de mi culo. Cuando retozaba en sus brazos más tarde, nos pusimos a conversar y me dijo que era lo que quería decirle y le hablé de Brigitte, de la atracción que sentía por él. Carlos se rió y me dijo que eran figuraciones mías, le mentí diciéndole que brigitte me había contado que estaba enamorada de él. Carlos se puso serio y me preguntó que me parecía a mi, el que Brigitte esté enamorada de él, yo le respondí que yo no tendría problemas, y para que el pudiera estar tranquilo, le confesaba que yo quería hacer el amor con Miguel, le dije que Miguel estaba enamorada de mi desde que cumplí Quince años, que a mi me atraía mucho, pero que para hacer algo con Miguel tenía que tener su permiso, y que si Miguel se llegaba á enterar de lo de Carlos y Brigitte llegaran á hacer, no tendría como, ni porque enojarse, ya que estaría liado conmigo. Carlos pensó un rato mirando el cielo raso y más tarde me dijo que le gustaba Brigitte, que le gustaría desvirgarla. Me dijo Carlos que en el Hospital había escuchado que el pene de Miguel era muy grande, y que tal vez me sorprendería y que me podría hacer daño, le respondí que lo haría por él, y por el mismo Miguel ya que los quería a los dos, y no estaba dispuesta á perderlos a ninguno, que lo que quería era la felicidad de los dos. Esa tarde trazamos los planes con Carlos, para hacer caer á Brigitte en su brazos, yo le expliqué que Miguel andaba por las paredes por mi, y solo esperaba que le abra las puertas de mi Dormitorio, en su casa, para que caiga a mis pies, por el grosor del pene de Miguel le dije que no se preocupe, que con el de él ya tenía mi culo bien acostumbrado y que con la Vaselina no tenía miedo de nada.
Al atardecer regresé a la casa de Miguel y este no se encontraba, estaba en el hospital trabajando, así que ayudé a Brigitte con sus cosa, mientras conversábamos de cosas banales, fuimos derivando la charla hasta que salió el tema de mi padre. Brigitte quería saber de que murió mi madre y porque mi padre no se había casado siendo tan joven. Le contesté que por mi culpa mi padre no se había casado, ya que no quería darme una madrastra a la que yo no quiera, le dije que mi padre tuvo varias novias, pero que a mi no caían ninguna bien, así que él las dejaba y de esa forma no se había vuelto a casar de nuevo, le dije que me gustaría que papá encontrara una mujer como Sandra, y mirándola a los ojos le dije que ella se parecía mucho a su madre, Brigitte se sonrojó y bajó la mirada, fue en ese momento que le pregunté si le gustaba mi padre, me contestó que le atraía mucho, pero que le daba mucha vergüenza decírmelo, la tranquilicé diciendo que Carlos estaba enamorado de ella y que yo sabía que estaba loco por besarla, pero que por Miguel y por la edad de ella, no se atrevía á hacer nada, me contestó que no creía en lo de la edad y que su padre y yo eran los impedimentos que ella veía, para poder estar con Carlos, le dije que yo no sería un impedimento, sino por el contrario, yo la ayudaría para que pueda estar con mi padre. Brigitte saltó de alegría y me abrazó loca de contenta, ya que con solo catorce años era todavía muy efusiva.
Esa noche Carlos vino a cenar y Brigitte se desvivía por atenderlo, mientras yo distraía a Miguel para que no se dé cuenta, tuvimos la sobre mesa habitual en el Living y cuando Carlos se despedía, Brigitte quiso acompañarnos hasta la puerta, salimos los tres hasta el jardín y en ese lugar me despedí de mi padre, con el pretexto de que Miguel me necesitaba y los dejé solos. Más tarde Brigitte vino a mi cuarto y me contó que mi padre le había dado un beso en la boca y que se sintió en las nubes. Estaba totalmente enamorada de mi padre y apenas lo podía disimular frente a su padre, en varias ocasiones tuve que intervenir para que Miguel no se diera cuenta. Así pasaron casi dos semanas, en las que Carlos con mi ayuda, fue conquistando a la chiquilina, y de los primeros besos inocentes, pasaron a besos de mayor intensidad, Brigitte venía después a mi cuarto y me contaba todo, incluso el día que mi padre le tocó los pechos y las nalgas por primera vez.
Carlos me cogía con furia, pensando en Brigitte cuando estabamos solos, en el Departamento y me decía que ya no pedía aguantar más el momento de desvirgar á Brigitte. Brigitte venía a mi cuarto por las noches y me decía que mi padre la amaba, y que ella ya no podría vivir sin él, yo la alentaba y le dije que la ayudaría en todo, que buscaríamos el momento adecuado para que esté más tiempo con él, la situación se estaba tornando insostenible para los tres. Hasta que una tarde en que llamamos a Miguel para decirle que nos estabamos yendo a la Clínica a las siete de la noche, nos dijo que tenía turno en el Hospital y que no llegaría á la casa hasta la madrugada, así que después de la Clínica vayamos á comer algo por algún sitio las dos y luego nos acostemos temprano. Brigitte se despidió de su padre, y yo llamé al mío y le conté la conversación con Miguel, le pregunté si quería comer con las dos, al oír lo que decía Brigitte se alegró mucho y cuando escuchó que mi padre me contestó afirmativamente, saltó de alegría, le dije a Brigitte que era la oportunidad de quedarse á solas con mi padre y que no la vaya á desaprovechar, me contestaba afirmativamente con la cabeza, loca de contenta y muy nerviosa. Nos encontramos con mi padre en la Clínica y estuvimos con Sandra casi hasta las nueve de la noche en que la hicieron dormir. Comimos en un lindo y coqueto Restaurante al que mi padre nos llevó, durante toda la velada hablaban solo ellos, y yo era la convidada de piedra, solo mi padre, que me hacía participar de la conversación de vez en cuando. Mi padre nos trajo hasta la casa y Brigitte lo hizo pasar a la sala de estar y yo pretextando mucha tarea, me retiré a mi cuarto.
Pero no estuve mucho rato en el, me desvestí y me puse un camisón cortito y un calzón tipo Biquini, que recién se estaba poniendo de moda, salí sin hacer ruido en la moqueta, pisando con mis pies descalzos y acostándome en el piso, al final de la escalera en la planta alta, me puse a mirar lo que estaban haciendo. Desde donde estaba, los podía ver bien, ya que se encontraban a unos ocho metros de distancia de mi escondite y como a tres metros más abajo. Como las luces de la planta alta estaban apagadas, era imposible que me puedan descubrir, se habían cambiado de asiento, ahora estaban los dos sentados en el sofá y hablaban casi en susurro, a ratos escuchaba la risa de Brigitte, no su risa común, era otra risa, más forzada, como nerviosa ó excitada, me pegué más al barandal y logré ver que Carlos estaba con una de sus manos por la espalda de brigitte y jugaba con su rubia cabellera, mientras que Brigitte toda nerviosa jugaba con sus dos manitos con la otra mano de Carlos.
De pronto Carlos se levantó y Brigitte lo siguió. Brigitte le llegaba al hombro a Carlos, y su piel blanca casi lechosa contrastaba con el moreno intenso de Carlos. Carlos la tomó de la cintura y se pusieron a bailar, mientras Carlos le decía cosas la oído y Brigitte asentía con la cabeza, a ratos lograba ver el rostro de Brigitte, estaba colorada, me di cuenta que estaba muy emocionada, era la primera vez que estaba sola con un hombre, y por tanto tiempo, al rato cuando se acabó la música se quedaron quietos en el mismo sitio, después de unos segundos Carlos se agachó un poco y besó en la boca á Brigitte, esta respondió a su beso y le puso los brazos al cuello, mientras Carlos la tomaba por el talle y la apretaba contra su cuerpo sin dejar de besarla. Carlos bajó sus manos y comenzó a apretar las nalgas de Brigitte por sobre su vestido y esta le subía sus manos, sin mucha convicción, al rato Carlos las volvía a bajar y sobaba el culo de Brigitte que se pegaba más a él, le volvía a subir las manos y nuevamente Carlos las volvía a bajar, pero esta vez con las dos manos la pegó mas hacia su cuerpo y prácticamente la levantó del suelo dejándola de puntillas, se besaron más apasionadamente y Carlos aprovechó de sobar más rápido el trasero de Brigitte, que se pegaba la cuerpo de Carlos como queriendo que no se le escape.
Carlos dejó de besarla y soltándola le dijo que no estaba bien, que él era mucho mayor que ella y que aparte era la hija de su mejor amigo, Brigitte respiraba fuerte y entrecortada y lo miraba con cara de congoja y a punto de llorar, Carlos siguió con su teatro y le dijo que era mejor que se vaya, antes que pase algo, de lo que los dos tengan que arrepentirce después. Carlos comenzó a caminar hacia la salida, mientras Brigitte se debatía en sus dudas, de pronto lanzó un pequeño grito llamando a Carlos por su nombre, y corrió a su encuentro. Carlos se había dado la vuelta y Brigitte se tiró sobre él, Carlos la recibió en sus brazos y le dijo mi niña, mientras Brigitte recostada en su hombro le decía te amo entre sollozos, Carlos con una mano separó un poco la cabeza de Brigitte y la beso en los labios y la obligó a que se meta su lengua no se hasta donde, sus dos manos de Carlos bajaron de nuevo hasta el culo de Brigitte, mientras la suspendía para arriba y le masajeaba las nalgas, ya Brigitte estaba totalmente entregada, Carlos la llevó alzada de las nalgas hasta en sofá, la recostó entre los almohadones, mientras él se hincaba en el suelo y la besaba en el cuello y las orejas, los suspiros y jadeos de Brigitte, me llegaban hasta mis oídos cada vez más fuertes, como Carlos estaba hincado al lado de Brigitte que al recostarse mejor en el sofá había subido sus piernitas sobre los almohadones, fue muy fácil para Carlos subir la larga falda de Brigitte, hasta dejar a la vista sus largas y níveas piernas, Carlos se las comenzó a sobar, mientras la besaba en la boca y Brigitte se aferraba al rostro de Carlos con las dos manos, desde el lugar que me encontraba, podía ver como la mano de Carlos progresó por toda la pierna, hasta tocar toda la entrepierna de Brigitte por sobre su calzón blanco.
Ya los besos eran totalmente eróticos y brigitte no se defendía, dejó que Carlos le baje su calzón hasta la mitad de sus muslos, mientras ella lo acariciaba por el rostro y el pecho. Carlos se sacó la camisa y desprendió su cinturón y los botones de su pantalón, mientras la besaba, se sacó su miembro por arriba de su calzoncillo y lo dejó expuesto, oscuro, erecto y brillante. Brigitte tenía la falda de su vestido levantada hasta su estomago y podía ver su monte de Venus casi sin vellos, muy pocos y de color rubio, su piel de un blanco lechoso, contrastaba con el moreno de Carlos. Colocó una mano sobre la barriguita de brigitte y la fue bajando, mientras la besaba con más pasión en la boca y obligaba a que el cuerpito de Brigitte se arquee en sus brazos, por las nuevas caricias que por primera vez estaba recibiendo, con un dedo había penetrado la endidura de la vaginita de Brigitte y comenzado á excitar su diminuto clítoris, Carlos había sacado uno de los pequeños pechos de Brigitte por arriba de su escote, y se los comenzó a chupar, Brigitte gemía cada vez más fuerte, a punto de tener el primer orgasmo provocado por un hombre. Mientras le chupaba un pezón Carlos llevó una de sus manos y agarró por la muñeca el brazo izquierdo de Brigitte y suavemente lo llevó hasta su erecto pene, hasta yo me excité al sentir el jadeo y el gemido de la pobre Brigitte al sentir con sus deditos la lanza de carne caliente de Carlos, la recorrió con sus dedos antes de agarrarla con toda su manito.
Carlos le tenía metido dos dedos en su raja, que supongo estaba ya a estas alturas totalmente mojada por sus jugos vaginales, mientras le seguía chupando el otro pezón, que también había sacado por el escote del vestido de Brigitte, esta le apretaba el pene muy fuerte a Carlos y luego lo recorría con sus deditos. Carlos se irguió soltando los pechos de Brigitte y haciendo que esta suelte su erecto pene, avanzó de costado hasta colocarse a la altura de su cadera y terminó de sacarle el calzón, luego se acomodó entre las piernitas de esta, y tomándola por los muslos la fue acomodando hasta que la dejo casi recostada de espaldas, a lo largo del sofá, con sus piernas levantadas y un poco flexionada, Brigitte se dejaba hacer llevando sus manitas a la boca, mordiéndose las uñas y la punta de su vestido. Carlos metió la cabeza entre los blancos muslos de la adolescente y comenzó a besar y chupar su virginal vagina. Brigitte gemía sin parar y lanzaba pequeños grititos que la dejaban sin respiración, Carlos le debía estar chupando el clítoris, porque ya Brigitte no dejaba de mover su cabeza como loca y de gemir sin contenerse, cada vez más rápido, al rato Carlos dejó de chupar su vagina y se irguió y mientras la tomaba por los muslitos abiertos, escuché patente la voz de Carlos cuando le dijo:
Ya pequeña, ahora vas a ser mía!!!!! Te amo Brigitte!!!! Por fin serás mía!!!!!!!!! Con una mano dirigió su candente pene al orificio virginal de la nena y se lo comensó a meter, Brigitte lo miraba sin ver, solo sintiendo como ese palo de carne dura la estaba perforando, la estaba partiendo en dos por primera vez. Brigitte solo estaba con la boca abierta sin emitir ningún sonido. Carlos se la estaba metiendo de a poco, mientras Brigitte comenzaba á gemir, con sus manitas agarrando fuertemente la punta de su vestido, cuando Carlos le metió otro poco de su candente pene, Brigitte comenzó á morder la punta de su vestido, sin desprender los ojos del hombre que la estaba convirtiendo en mujer. Carlos seguía penetrando muy suavemente la virginal vagina de Brigitte y esta solo lo miraba con su carita de niña buena. De repente Carlos movió más bruscamente su cadera, y le enterró todo su pene en la vagina de Brigitte, esta soltó un grito y soltando su vestido, se aferró al cuello de Carlos con sus dos manitos y levantó todo su cuerpito mientras su rostro se le congestionaba, y gritaba de dolor, solo decía:
DUEEEELEEEE!!!!! Carlos, ME DUEEELEEEE!!!!!!!!!! HHHAAAYYYYYY!!!!!! YYY!!!! YYYY!!!! HHHAAA!!!! Carlos se quedó quieto un rato, mientras Brigitty se calmaba un poco, cuando la vio más calmada, se desprendió del sofocante abrazo con su mano libre, mientras con la otra sostenía á Brigitte por uno de sus muslos y le decía que se calme, que el dolor pasaría en un momento, movió su pene un par de veces, mientras Brigitte abría su boca sin articular palabra y lo miraba sin ver. Carlos se quedó quieto un rato largo, mientras Brigitte dejaba de sollozar y de gemir, llevando sus manos a la cabeza de Carlos, comenzó a acariciarlo por todo su rostro sin dejar de mirarlo. En el rostro de Brigitte estaba reflejada la tensión y el dolor que en ese momento sentía, pero en sus caricias le transmitía a Carlos su sometimiento. Fue en ese preciso instante que me di cuenta que había llevado mi mano a mi culo y que tenía enterrada un dedo en él y que mi penecito estaba a punto de explotar aprisionado contra mi calzón y el piso. Cuando Carlos empezó de nuevo a moverse sobre Brugitte, esta comenzó a lanzar pequeños grititos secos cada vez que le pene de Carlos tocaba el fondo de su vagina.
Los grititos de Brigitte me excitaron por demás y ver como Carlos se la cogía cada vez más rápido, hizo que termine eyaculando en mi calzón, y con dos dedos enterrados en mi culo. Carlos se movía cada vez más rápido sobre Brigitte, que ya casi no gritaba, sino que gemía cada vez más fuerte, los resoplidos de Carlos me llegaban a mis oídos como los había escuchado todas las veces, en que habíamos hecho el amor, pronto lo escuché decir que estaba por terminar, mientras Brigitte lanzó esta vez un aullido y se desmadejó y quedó como desmayada, mientras Carlos terminaba dentro de la desflorada vagina de mi amiga. Sin sacar su pene del coñito de Brigitte, Carlos se recostó sobre el pecho de ella, mientras sacando fuerzas de donde no tenía, Brigitte lo abrazó por la desnuda espalda. Brigitte seguía con su vestido arremangado sobre la barriga, con las piernitas bien abiertas y con los pechos fuera por el escote. Carlos estaba recostado sobre ella, con los pantalones y los calzoncillos casi por las rodillas, sin sacar su palpitante pene de la desflorada vagina de Brigitte. Me levanté de mi escondite y me dirigí a mi cuarto, después de cerrar suavemente la puerta, me empecé a desnudar, sacándome también mis mojados calzones. Viendo que la parte baja de mi camisón también estaba mojado por mi semen, me los saqué. Me recosté desnuda sobre la cama, pensando en lo que había visto, cuando sentí por el pasillo unos ruidos de pasos, me acerqué a la puerta y como estaba con la luz apagada, me atreví a abrirla un poco y logré ver cuando Carlos entraba al Dormitorio de Brigitte llevándola en Brazos.
Más tarde, Carlos me contaría que esa noche la desnudó en su baño y él también se desnudó, le limpió la sangre que salía mezclada con su semen de su entrepierna y en la ducha mientras la bañaba se la volvió a coger de nuevo, aunque esta vez muy suavemente, mientras el agua de la ducha los mojaba á ambos, al comienzo solo le metía la punta de su pene, por la posición en que se encontraban, mientras le chupaba los pechitos y cuando vio que Brigitte estaba bien excitada, la subió sobre su cuerpo, haciendo que esta lo abrase con sus piernitas, por abajo de su espalda y la dejó caer sobre su pene, que se entró hasta tocar su matriz, la tomó por las nalgas y se la cogió bastante rato, hasta que vio que Brigitte terminaba dos veces en medio de grititos, que es su forma de expresarse, al momento de hacer el amor, con la segunda acabada de Brigitte, Carlos también acabó dentro de ella. La lavó bien y le puso la ropa de dormir, La acostó y se sentó a su lado, se dijeron palabras de amor, mientras solo se tomaban de la mano, Brigitte acostada y tapada con una sabana, Carlos ya bien vestido y sentado al borde de la cama esperó que esta se duerma y salió sin hacer ruido, tan sigilosamente, que solo lo escuché cuando se paró al lado de la cama, donde me encontraba a punto de dormir, se sentó a mi lado y después de darme un beso en los labios, me dijo que acababa de hacerle el amor a Brigitte, le dije que lo había visto todo desde la planta alta y que me había excitado mucho.
Carlos me contó entonces lo del baño, mientras le abría los botones de la bragueta de su pantalón y sacaba afuera su flácido pene, lo vi muy irritado y sensible, pero igual me lo metí a la boca y se lo comencé á chupar, se acomodó de espaldas en la cama, mientras yo lo seguía y me acomodaba encima de él, sin soltar en ningún momento con mis manos su semi erecto pene, y me tragaba y succionaba su adorado glande que tocaba mi garganta, él me siguió contando lo que había hecho con brigitte, con sus manos me abrió las nalgas y metió sus dedos en mi excitado culo, más tarde y cuando terminó de contarme la segunda vez de Brigitte, metió su cabeza entre mis nalgas y comenzó a besar y chupar mi culo, mientras su lengua se introducía por mi esfínter, haciéndome acabar sobre su pecho, cuando su pene se puso nuevamente erecto, lo saqué de mi boca y me senté sobre él dándole la espalda, y agarrándome de sus tobillos, me fui sentando sobre su barra de carne dura y me la fui enterrando en seco, hasta el fondo de mi blando y hambriento culo. Me lo cogí con fuerza y con lujuria ya que estaba muy excitada, Carlos lanzaba pequeños gritos de dolor, y antes de que vuelva á acabar en mi culo, yo había terminado tres veces mojando sus muslos con mi semen.
Carlos se fue al Departamento un poco antes que regrese Miguel, muy de madrugada, me bañé y me acosté muerta de cansada y no supe de nada más. Brigitte y yo dormíamos tan profundamente que no lo sentimos llegar. Miguel después de ver que su hija dormía, se dirigió a mi Dormitorio, se desnudó y se metió en mi cama, me despertó a besos por toda mi espalda ya que yo estaba durmiendo de barriga y solo con calzones. Cuando me desperté ya me estaba besando cerca de mis nalgas y acomodando mi cuerpo dejé que me saque los calzones y me muerda las nalgas, que meta su cara en la raya de mi culo. Me lo besaba con pasión, arqueando mi cuerpo y suspendiendo mi cola, dejé que Miguel me acaricie las nalgas y que hunda su caliente y áspera lengua dentro de mi sufrido culo, como estaba acostado al revés de como me encontraba yo, tomé con una mano su gran pene y se lo comencé a pajear.
Miguel me volvió a excitar y por segunda vez esa noche me dejé coger con mi otro hombre. Miguel me cogió como me gustaba, desde atrás, me enterró de un solo golpe su grueso pene hasta el fondo de mi culo y me hizo gritar de dolor y lujuria, me cogió con fuerza, solo que esta vez Miguel me dejó el culo tan abierto cuando terminó, que tuve que ir al baño a botar todo el semen de Carlos y de él que me llenaban todo el intestino. Al día siguiente desperté tarde y por lo mismo ya no podía ir a clases, fue mejor ya que mi culo seguía dilatado y me costaba caminar, así que después de un baño de agua fría, para que me ayude a cerrar mi esfínter, me dirigí a la cocina para que la señora Helena, la empleada que trabajaba durante el día, me diera un jugo. en la cocina Helena me dijo que Miguel había salido temprano y que Brigitte seguía durmiendo. Me encaminé al dormitorio de Brigitte con otro jugo en la mano, cuando abrí su puerta la vi dormida. Estaba acostada de costado, destapada y con su camisón arrollado en la cintura, perecía de menor edad de la que tenía, se la veía como de doce años, una niña blanca y delicada, diferente a la mujer que se había entregado a Carlos la noche antes.
La desperté y después que me saludó, le di su jugo y mientras se lo tomaba le pregunté que como había pasado la noche, dejó el vaso sobre su mesa de noche y tapándose la cara toda ruborizada, me dijo que anoche había hecho el amor con mi padre y que había sido la mujer más feliz del mundo, pero que le dolía todo su cuerpito como si le hubieran dado una paliza, le dije que desde mi cuarto escuché sus gritos y me di cuenta de lo que pasaba y que por eso no quise salir. Brigitte me contó lo que había hecho con mi padre y que yo ya sabía, por último me dijo que amaba á mi padre y que algún día se casaría con él, si yo estaba de acuerdo por supuesto, me reí y la dije que solo tenía catorce años y que para casarse con alguien, tenía que pasar mucho tiempo a su lado, conocerlo mejor, saber de sus gustos y compenetrarse con esa persona totalmente. Me respondió que así se sentía respecto a mi padre, me preguntó de nuevo si yo aceptaba que ella sea la mujer de mi padre y le dije que si, y aprovechando la ocasión le dije que siempre y cuando ella me ayudara á conseguir á su padre.
Brigitte me miró asombrada, me preguntó si yo estaba enamorada de su padre, yo le contesté que si, que me gustaba, con su lógica todavía casi infantil, me preguntó que, que le veía a su padre, ya que este era un viejo de 36 años, y yo era una joven de 16, muy bonita y que todos los chicos en el Colegio estaban locos por mi, me reí y le dije que al igual que ella, desde que era una niña me enamoré de su padre, y que como este era casado, jamás le dije a nadie lo que sentía por él, que esta era una situación especial y que quería saber si ella estaba de acuerdo que yo enamore á su padre. Brigitte lo pensó un rato mientras miraba el techo y luego me dijo que ella no se opondría, siempre y cuando yo la ayudara á estar con mi padre, me miraba á los ojos anhelante y con su cara de inocencia, me sonreí y le dije que si, que le ayudaría en todo, para que esté con mi padre, y que de su madre no se preocupe nada, ya que yo quería mucho a Sandra y trataría que ella no llegara á enterarse de nada, y que sus últimos días sea feliz al lado de nosotros. Brigitte me abrazó y me dijo que yo era más que su hermana, y que me quería mucho. Más tarde Brigitte se bañó con mi ayuda, ya que estaba muy dolorida de todo su cuerpito y me decía que es duro convertirse en mujer.
Nos cambiamos y nos fuimos a la Clínica á ver a su madre, a medio día Miguel nos encontró riendo a las tres y compartió un rato con nosotras, después de un rato nos despedimos de Sandra y nos fuimos con Miguel a almorzar a la casa. Brigitte siguió acostándose con mi padre, con mi ayuda y a espaldas de Miguel. Yo seguí con los dos, aunque un poco menos con Carlos, que tenía que guardar fuerzas para la insaciable Brigitte, y un poco más con Miguel, ya que madrugada por medio se metía en mi cama, hasta que los sucesos trágicos, por la enfermedad de Sandra se desencadenaron y porque Brigitte se enteró que yo me acostaba con su padre. Una noche en que Miguel me estaba haciendo el amor Brigitte se despertó, y al ir hacía la cocina nos escuchó. Al día siguiente tuve que confesarle que me acostaba con su padre desde hacía casi un año(Mentira de por medio) y que lo hacía porque lo amaba mucho, que no interferiría con la enfermedad de su madre, sino por el contrario, haría que Miguel no sienta tan fuerte ante la partida de Sandra. Brigitte por último entendió y no se opuso a que me traslade al cuarto de su padre. Para Miguel fue un alivio muy grande que su hija hubiera entendido el amor que sentía por mi, y que aceptara que vivamos juntos.
Desde el día que me trasladé al cuarto de Miguel, despedimos a la empleada y yo me hice cargo de la casa de Miguel, dejé el Colegio con la aceptación de los dos, al principio Carlos se opuso a que deje el Colegio, pero cuando le conté que me acostaba con Miguel y los beneficios que nos podían traer estas acciones aceptó. Miguel estaba encantado que Carlos hubiera entendido la relación que tenía conmigo, el hecho de que yo ya viviera como su mujer sirvió para que cuando le contamos a Miguel que Brigitte ya no era virgen, y que Carlos era el hombre que la había hecho mujer, lo aceptara aunque de muy mal talante, ya que le parecía que Carlos era muy viejo para su hija, le hice ver que la diferencia que había entre los dos era la misma que la que había entre brigitte y mi padre. La gravedad de la enfermedad de Sandra se incrementó y cuando los Médicos que la atendían nos dijeron que solo le quedaban días, todo discusión se pospuso, y un mes antes de los Quince años de Brigitte, después de casi once meses de sufrimientos continuos, Sandra fallecía al amanecer de un día Lunes. En el entierro de Sandra, Carlos consolaba á Brigitte y yo á Miguel, nuestros amigos y los colegas de nuestros hombres lo tomaron como natural, por el grado de amistad que existía entre la dos familias. Por casi tres meses después del entierro, no tuvimos relaciones ninguno de los cuatro.
Yo regresé con Carlos al Departamento por todo ese tiempo, nosotros hicimos trampa, porque con Carlos no lo dejamos de hacer, por lo menos cuatro veces por semana Carlos me enculaba, y aunque nos veíamos con Miguel y Brigitte todos los días, tratamos de respetar el dolor que sentían por la partida de Sandra. Hasta que Miguel en una cena en su casa, nos propuso que tomáramos vacaciones separadas, él conmigo y que Carlos se lleve á su hija por una semana a otro sitio. Todos estuvimos de acuerdo y quedamos en que nosotros partiríamos al día siguiente, mientras que Carlos pediría permiso al Hospital y se iría tras que lo consiga. Con mi documento de nacimiento, Brigitte no tendría problemas para viajar, ya que pasaría por hija de Carlos, y yo que ya tenía Diecisiete años, parecía una mujer de veinte sin ningún problema y podía pasar por la mujer de Miguel. Partimos en un vuelo regular a una ciudad de veraneo en las montañas, mientras Carlos se llevó al Departamento a Brigitte y la semana de vacaciones de Carlos, se la pasaron en la cama y como después me contaría Carlos, le desvirgó su culito y la convirtió en una viciosa del sexo.
Con Miguel pasé una semana maravillosa en las montañas, de día nos divertíamos aprendiendo á esquiar, paseos y juegos. Por las noches cogíamos hasta el amanecer, creo que mi culo nunca terminó se cerrarse bien durante esa semana, por las cogidas que me daba Miguel. Cada noche antes de cenar Miguel hablaba con su hija y de esa forma sabíamos que se habían quedado en el Departamento, y que lo pasaban también como nosotros, un día antes de volver, durante la cena en un romántico Bistreau, Miguel me pidió que me case con él, me dijo que me haría operar en los Estados Unidos de Norte América, para que me coloquen una vagina y que de esa forma, sea una mujer completa. Cuando regresamos, nos encontramos con la casa vacía, acomodamos todo y por la noche visitamos a Carlos, luego de llamarlo por teléfono, anunciarle nuestra llegada, y que teníamos cosas importantes que contarles. Carlos nos esperó con una cena espectacular y Brigitte parecía una mujer mayor, por la forma como estaba vestida, ya que su cuerpo alto y su vestido de noche le daban un aire de mujer fatal, en su persona ya no quedaban ni rastros de niña que era, hasta unos meses atrás. Brigitte besó a su padre con cariño, y a mi me dio un beso con mucha ternura y me dijo al oído lo que yo ya sabía, que Carlos era un macho espectacular.
Me casé con Miguel una noche de Abril un mes antes de nuestro viaje y poco antes de cumplir los dieciocho años. Fue un matrimonio sencillo, en el que solo estuvieron los amigos más íntimos de Miguel y Carlos. Carlos vendió el Departamento y se vino a vivir con nosotros, días antes de nuestra boda. El cuarto de Brigitte fue ahora el Dormitorio de los dos, luego de que Miguel me ordenara que lo hiciera redecorar con muebles del agrado de Carlos. Para mi cumpleaños preparamos una gran é intima cena con Brigitte, por esa noche los dos pidieron permiso en el Hospital y se vistieron de acuerdo á la ocasión, estaban magníficos en sus trajes y pasamos una noche hermosa y para terminar bailamos entre los cuatro, hasta casi las seis de la mañana del día siguiente, a la hora de dormir Carlos y Miguel nos llevaron en sus brazos cada uno, a nuestros respectivos Dormitorios. Esa noche Miguel me culeó sin cerrar la puerta de nuestro Dormitorio, y como Carlos tampoco cerró el suyo, nos escuchamos mutuamente, por primera vez Miguel escuchaba los grititos de placer de su hija, mientras Carlos se la estaba cogiendo, y me culeó con fuerza y casi me vuelve a partir mi esfínter.
En el país de norte estuvimos casi tres meces en los que me operaron cuatro veces, hasta que me construyeron una vagina, luego de deshacer mi pequeño é inservible pene, me realizaron otra operación para separar un poco más los huesos de mis caderas, y por último pequeñas operaciones de cirugía estética en el rostro, en mis pechos me realizaron otra, para darle mejor forma y volumen. El último mes fue de recuperación pos operatoria, la pasé casi todo el tiempo sola, ya que Miguel tuvo que viajar a nuestro país, por motivos de negocios y de su trabajo, en ese lapso me trató un Psiquiatra de origen cubano, que me estuvo preparando para mi cambio de sexo y sensaciones nuevas un poco traumáticas. Miguel regresó una semana antes de nuestro regreso juntos y según él, yo estaba despampanante y muy hermosa. Esa noche hicimos el amor por mi culo, como siempre, ya que por mi nueva vagina, solo me lo podría hacer después de los seis meces, y una vez de que el medico que me operó, vea que todo había salido bien. Nuestro regreso a casa fue sin novedad y cuando llegamos, Brigitte y Carlos estaban esperándonos en el Aeropuerto, en el recibimiento me asombró el beso que se dieron en la boca Miguel y Brigitte, ante mi cara de asombro y la sonrisa de Carlos, el beso fue intenso y bien erótico.
Carlos y Brigitte no salían de su asombro la mirarme. Carlos me dijo que estaba muy linda y que parecía una mujer de veinte años, muy pero muy hermosa, lo mismo me dijo Brigitte. Salimos del Aeropuerto en el auto de Carlos, me senté adelante, porque Carlos me dijo que me tenía que contar algo, en el asiento de atrás se sentaron Brigitte y su padre, a los cinco minutos que salimos, Carlos me dijo que en mi ausencia habían pasado varias cosas. Me contó que se había casado con Brigitte cuando regresó Miguel, y que ahora viviríamos juntos los cuatro, que Miguel había comprado una casa más grande en las afueras del pueblo con inmensos jardines y que nadie entraría en nuestras vidas sin el consentimiento de todos, por unanimidad, Brigitte lo interrumpió y me dijo que se había enterado que yo no era mujer completa y que Carlos había sido mi primer hombre, también me dijo que con Carlos habían decidido que para que todo fuera equitativo, le hiciera el amor á su padre, me dijo que cuando este vino dejándome en Norte América, prepararon todo para seducir a Miguel, y este cayó en la trampa con gusto y se dejó seducir por su hija. Las cosas a un principio no salieron como lo tenían planeado, ya que por el grosor del pene de Miguel la vagina de Brigitte sufrió un desgarro y tuvieron que operarla, por suerte el que la operó fue Miguel y no hubieron mayores complicaciones, y que ya se sentía bien y con ganas de hacerlo con los dos nuevamente. La miré asombrada y después de pensarlo un rato, largué la carcajada al darme cuenta de todas las posibilidades que se habrían para todos nosotros.
Cuando escribo esto, estoy por cumplir los 40 años y soy una mujer feliz, ya que tengo dos hombres y una mujer, que me dan todo el sexo que necesito. Carlos tiene hoy 57 años y Miguel 60 pero se mantienen en muy buena forma, porque hasta hoy nos dan unas cogidas fantásticas a Brigitte y a mi, a veces juntas y en otras por separado, a veces los dos juntos con una sola y en otras las dos con uno solo. Con Brigitte aprendí a chupar una vagina y cuando nuestros hombres no nos pueden seguir el ritmo, hacemos uso de nuestras expertas lenguas y deditos, por mi vagina nunca pude tener los orgasmos, que tengo cuando me la meten por el culo, y aunque volví a los orgasmos secos de mi niñez, sigo gozando más cuando me entierran hasta el fondo de mi culo, los adorados penes mis dos garañones.
FIN