Hola, mi nombre es Analía, tengo 16 años y desde hace tres, soy la chica más feliz del mundo al lado de la persona que más quiero: mi papá. Me explico.
Yo soy hija de Sonia, mi mamá, y de un tal Alfredo, que nunca conocí, debido a que sólo estuvo con mi mamá una noche y punto, (aunque tengo oído que murió debido a su adicción a las drogas duras).
A mi actual y queridísimo padre, lo conoció mi mamá cuando yo tenía 10 años, y como no teníamos mucho dinero, (y mis abuelos habían fallecido), nos fuímos a vivir enseguida con él. A los pocos meses ya estaban casados y éramos una familia legal, y por fín tenía papá.
Su nombre es David. Es un apuesto hombre moreno,de 35 años, de 1´75 m. y 75 kg. de peso. Es representante de una importante empresa, y mi madre en cuanto lo supo dijo que era su salvación económica.
David era muy bueno conmigo, muy cariñoso y enseguida olvidé su condición de padre político y lo adoraba cada día más. Todo lo contrario que a mi madre, que se pasaba el día metiéndose cocaína, me maltrataba y no dejaba de pegarme durante 3 años horribles.
Cuando yo tenía 13 años mi madre conoció a un alemán del que se enamoró y se fue con él. Quiso llevarme con ella pero David luchó por mi potestad legal, y debido a que mi madre era adicta a las drogas (que le pagaba David), a que era una claro caso de abandono del hogar, y a que el Juez me preguntó, y dije sin dudarlo, que prefería a David, me quedé con la persona que más he querido en mi vida.
El caso es que David lo pasó muy mal al principio, lloraba, no tenía hambre... pero con mi cariño, fue saliendo de ese estado, y poco a poco su vida se empezó a normalizar. Se centraba mucho en su trabajo y el resto del tiempo lo dedicaba a hacerme feliz, darme caricias y besitos que yo adoraba, y sin darme cuenta empecé a sentir que me estaba enamorando de él. Lo miraba a escondidas cuando se vestía o se cambiaba de ropa, (esto es posible porque su habitación tiene un gran ventanal que da hacia una galería donde tendemos la ropa, cerrada también en ventanales, y por la cual yo empecé a espiarlo para observar su maravilloso cuerpo), también cuando se duchaba, y cuando veía esa polla tan bonita que tiene, empezaba a sentir latir con fuerza mi cosita y a hacérseme la boca agua.
Era increíble como se humedecía tanto mi coñito como mi boca, y deseaba tocarla, apretarla, meterla en mi boca... de todo, Dios¡¡¡, era increíble, de verdad.
Un día, cuando ya estaba en cama me dio sed, y al ir a la cocina sentí que David estaba en el salón viendo una película. Me acerqué con sigilo y vi aquella herramienta entre sus manos moviéndose rítmicamente. Me quedé boba, era enorme, con el tiempo supe que le mide algo más de 19 cm (auténticos) de largo por 16 de contorno, casi me ahogo al vérsela.
Yo vi que en esa película había mujeres chupando pollas a hombres hasta que se corrían en la boca de ellas y después se bebían la leche, me pareció divino, y me excitó tanto¡.
David veía muy calmado la película y después de un rato moviéndose la polla, empezó a soltar un líquido blanco sobre el piso. Vi su cara de satisfacción adsoluta, y me di cuenta de que le había gustado mucho. Después limpió la leche del suelo, y se fue a dormir. Yo hice lo mismo pero me costó mucho conciliar el sueño.
Al día siguiente le miré a la cara, y lo empecé a ver de una forma distinta, deseándolo. En cuanto llegué del colegio fui a ver la película que había escondido David, ("I Swallow", de Rodney Moore), intenté aprenderlo bien, y deseaba ardientemente hacerle todo eso a David.
A partir de ese día no perdía ocasión de ver a mi papá pajeándose, y cuando ya se había ido a la cama, yo iba hasta donde se había corrido y buscaba alguna gota de esa ambrosía divina. Me agachaba y lamía el barniz para soborearla. Había muy poquita, pero a mí me sabía a gloria bendita.
Con el paso de los días, David empezó a traer algunas mujeres a cenar, y cuando yo me iba para cama, ellos se metían en la habitación, momento que yo aprovechaba para ir a espiarlos, y veía cómo se desvestían y entonces ellas empezaban a chupar la polla de David hasta que se corría en par de veces en sus glotonas bocas. Después David les daba dinero y ellas se iban.
Yo estaba tan celosa que no dejaba de fastidiar a mi papá, le gritaba, no le hacía caso, me enfadaba con él siempre, hasta que comprendió lo que pasaba, y un día vino a hablar conmigo. Me sentó en el sofá y me dijo:
Ana cariño mío, ¿qué te pasa conmigo, si yo sólo te doy cariño a ti?, ¿no es suficiente, te falta algo?, Se que estás en una edad dificil, pero habla conmigo de lo que sea, por favor.
Pues sí, estoy muy enfadada contigo, no creo que me quieras, cada vez estás menos conmigo.
Pero mi vida, yo trabajo mucho...
Sí, de acuerdo, pero cada vez tienes más amigas que vienen a casa y ya no juegas conmigo.
Pero tonta, esas chicas no son amigas, sólo pasamos un rato juntos y no las vuelvo a ver.
Y por qué tienes que traerlas, no lo pasas bien conmigo?
Si mi vida, pero un hombre con mi edad necesita amigas de vez en cuando.
Y para qué?
Pues verás mi niña, los hombres tenemos una especie de leche dentro, y tenemos que sacarla todos los días porque sino nos ponemos malitos. Esas amigas me ayudan a sacar la leche que me molesta.
Y porqué no te puedo ayudar yo?
No, preciosa, eso estaría mal visto por la gente, incluso podría ir a la cárcel y no nos veríamos más, entiendes?
No, porque si tu y yo no le decimos nada a nadie, no se enteraría la gente.
Ya pero es que no está bien y... bueno nooo... no se debe...
En ese momento se puso muy nervioso y le dije:
Mira papá, mis amigas del golegio me dicen que ellas le sacan la leche a sus amiguitos de las pollas, y yo nunca he visto una polla, ¿me la enseñas?
Pero eso está mal, Ana
Por favor David, nunca he visto una, necesito verla, todas mis amigas ya han visto varias, y yo prefiero que la primera sea la tuya, anda, por favor...
David se quedó un poco pálido, pero noté que en su pantalón estaba creciendo mucho un bulto, David se sintió acorralado y consintiendo me dijo:
Bueno, está bien, pero prométeme que no vas a decírselo a nadie, ni siquiera a tus amiguitas.
Te lo juro papá, a nadie.
En ese momento bajó la cremallera de su pantalón y con sacrificio sacó su enorme polla, yo abrí mucho los ojos y le dije:
-Papá es hermosa, te la puedo tocar?
-Bueno, está bien pero tócala con cuidado que es muy sensible.
Empecé a tocarla despacito, y después la agarré y empecé a pajearlo con suavidad, y él empezó a suspirar con gusto. Al cabo de un rato le dije que quería meterla en la boca para probarla, y él asintió con su cabeza. Estuve un rato chupándola con glotonería que a mi, me parecía lo más bonito del mundo. Miraba su cara y lo veía disfrutando relajadamente, con la boca abierta y sus ojos cerrados, suspirando y dando gruñiditos de placer.
Entonces y después de mamársela durante 15 maravillosos minutos él me dijo:
Mi niña, ya me viene la leche.
Papá, me la dejas probar, por favor? Quiero bebérmela toda.
Sí mi niña, levántate y ponte de rodillas.
Así lo hice; mi papá se puso de pié frente a mí pajeándose con dulzura y me dijo:
Bien mi niña, echa un poquito la cabezita hacia atrás y abre tu boquita, que papá te va a dar su lechita, sí?
Sí papito apunta bien, quiero toda tu lechita en mi boca, que no caiga nada, por favor.
En ese momento se puso tan caliente que acercó la puntita a mi boca y la abrió más con su mano izquierda mientras con la derecha se seguía pajeando. De repente empezó a soltar toda la leche en mi boca, me la llenaba toda, era densa y calentita, dulce y salada. Y mi papá seguía pajeándose miéntras daba gemidos de placer, placer que yo estaba recibiendo en mi boca.
Cuando terminó de vaciarse me miró sudando y aún temblando de placer. Yo le ofrecí la visión de mi boca completamente llena de su leche, y entonces cerré los ojos y me tragué todo su semen. Me encantaba el sabor de su leche, su calor, me parecía riquísima. Y lo mejor es que fuese espesita y densa para poder tragarla rico.
Entonces se agachó y me dio un beso en la frente y me dijo:
Has estado muy bien mi niña, ya sabes cómo sacarle la leche a papá, te ha gustado preciosa?
Sí papá, lo que quería hacer desde hace mucho tiempo, pero no me atrevía a pedírtelo, yo lamía el suelo donde tu echabas tu leche, y te juro que me encanta como sabe.
Mi niña, mira que eres mala
Papá, si me prometes que no vuelves a traer a más amigas a casa yo te sacaré toda le leche que tengas, sí?
Sí mi niña, pero no me digas eso así que ya me está dando ganas de que me la saques otra vez, no ves que ya la vuelvo a tener grande otra vez?.
Sí?, qué bien papi¡, es que me he quedado con ganas de más lechita tuya, ¿me das otra vez el biberón?, anda...
Claro mi vida, todas las veces que quieras, si mi Ani quiere lechita, yo le doy lechita. Pero ven a mi habitación, a partir de hoy dormiremos juntitos.
Qué bien papi, tenía tantas ganas de dormir contigo¡.
Muy bien Ani, ahora desnúdate y métete en la cama de papá que yo también lo haré.
¿Te gusta mi cuerpo desnudo papi?
Claro, eres preciosa. Bueno, ahora baja dándome unos besitos hasta la polla, anda.
Así te gusta, papi?
Si preciosa, ahora chúpame este dedo. ¿Te gusta?.
Si, pero me gusta más chuparte la polla.
Está bien, métetela en la boquita y chúpala rico.
Oh¡ que rica polla tiene mi papá, ummm, ummm, ummm, me vas a dar lechita papi?.
Si mi niña, qué rápido me la haces salir. Ya estoy a punto. A ver, esta vez me voy a correr en tu boquita, mámala rico hasta que notes los chorros de leche y no la saques de la boca. Vete tragando la leche según me vaya saliendo, y chúpala fuerte para sacármela todita.
Sí papi, dame lechita, ummm...
Ahora mi niña, bebe mi leche, toma dulce rico en la boca, aaaaah, toma lechita, aaaaah, traga mi niña, traga, aaaaah, aaaaaaaaaah...
Mi papi me volvió a dar mucha leche, y después se quedó dormidito y relajado. Desde esa noche me ha vuelto adicta a la leche de David; hasta en el colegio estoy pensando que cuando llegue a casa me dará su lechita, y empapo las braguitas sólo de pensarlo. Me gusta tanto su semen que me vuelve loca.
Desde ese día no he parado de sacarle con mi boquita su preciado néctar, y no ha vuelto a traer a ninguna chica a casa. Él me besa por todo el cuerpo y después me lame el clítoris hasta que yo también me corro en su boca. Me siento tan afortunada¡, porque sé que muchas chicas no han tenido nunca un orgasmo y yo lo tengo todos los días.
Eso sí, lo he tratado de convencer para que me folle, pero él se resiste porque dice que mi virginidad se la debo dar a otro hombre, pero yo sé que tarde o temprano se la daré a él.
De momento me conformo con su riquísima leche y el extraordinario placer que me dá su lengua. Si consigo convencerlo, lo escribo y se lo mando, pero creo que no será tan pronto, aunque yo mantengo la esperanza...J
Nota del autor@: Todo lo que acaba de leer es totalmente falso y producto de mi imaginación. La única función que debe tener este relato es la de despertar la excitación mediante la FANTASÍA.
Como fantasía para masturbarse, es lícita en términos no-morales, y para despertar el morbo, la líbido etc, por ejemplo ante situaciones de monotonía ritual-sexual.
Jamás he pretendido hacer apología de la pedofilia, y desde aquí invito a que se persigan y denucien tales delitos.