Gracias por leer lo que les envío. Me llena de alegría ver como miles de amables lectores pasan por mis relatos. Primero que nada, me excita mucho y después me sirve de desahogo compartir mis aventuras sexuales con gente de todo el mundo.
Estos últimos días han sido muy excitantes para mí y también muy relajantes. Al compartir con ustedes mis vivencias, vivencias que me han llenado de nostalgia al acordarme de mi nada ejemplar comportamiento de cuando era adolescente, plagado de morbosidad y malicia, lleno de encuentros incestuosos altamente perversos y donde siempre o casi siempre YO tuve el control, aprovechándome de mi temprano atractivo y de ese talento nato para sacar de quicio a mis víctimas: Los hombres de mi familia..
Los eventos relatados son reales 100 %, incluso los nombres han sido respetados. La relación con mi familia está rota completamente, mi única relación familiar es con mi hermana, con la que vivo actualmente. Se llama Martha, es madre soltera de una muchacha de 23 años de nombre Mayra. Entre las tres sostenemos la casa. Mi hijo vive con nosotras, se llama Eduardo y le decimos Lalo, tiene 16 años.
Mi nombre es María del Carmen, Maricarmen, me dicen desde niña.
Les decía en mi ultimo relato: ¿Seré una Perra?- 3, que ya la situación era insoportable en casa y me tuve que ir con mi hermana. Mis devaneos sexuales con mi papá, mi hermano Javier y mi primo Paco, ya eran del conocimiento de mi mamá. Hubo un escándalo terrible en casa antes de ésto. Paco cumplió sus amenazas y se cogió a mi hermana Rosa de 12 años de edad, cuando yo lo saqué completamente de sus casillas y me negué a seguir "jugando" con él, eso sí, sin dejar de provocarlo con mi coquetería, excitándolo hasta la locura y dándole celos cada que podía. Les platico...
Una tarde, sentados en el porchesito de la casa, solos él y yo, como si estuviéramos platicando, bajito le estaba diciendo sonriéndole, para que nadie se diera cuenta, que traía muchas ganas de mamarle la vergota, que andaba muy caliente, que Javi mi hermano, me había dejado así, ardiendo. Ya antes le había comentado lo de mi hermano, desde luego para molestarlo. Disimuladamente, me abría de piernas y le enseñaba mis pantaletitas y arrojada me las hacía a un lado para que viera mi vaginita bien resbalosa y brillante por mi babita vaginal. Pasándome los dedos por allí y mostrándoselos para que viera como andaba.
Mientras mis papás y hermanos estaban dentro de la casa, yo estuve molestándolo cerca de media hora ahí afuera. Se acercó con todo y mecedora y me quiso meter la mano entre las piernas, las cerré y le dije que ni se atreviera, que eso era sólo de mi hermanito lindo, que era mucho más hombre que él y que la tenía mucho más rica y gordota. Se dio una enojada de aquellas y me dijo que era una puta; que no fuera cabrona e indicándome hacia su entrepierna me enseño la hinchazón que tenía en los pantalones. Se le veía deliciosa, como platanote gordo, no me aguanté, se le veía rica; se la acaricié con mi manita mientras miraba a nuestro rededor, vigilando que no nos viera nadie. Se la manoseé durante un ratito hasta que se le paró bien y entonces le pedí que se la sacara para jalársela allí mismo. Se resistió desconfiado por las condiciones tan riesgosas y le dije que si no lo hacía ya nunca me tendría, que no fuera cobarde. Se desabrochó los pantalones y se la sacó, se la zarandeó para que se la viera y le dije, mirándola fijamente y haciéndome la inocente, que la tenía "bieeen garaaande!!", me dijo que sí, que nadie la tenía tan grande como él en todo el pueblo. MAMÓN, estúpido, pensé... ahorita me la pagas... Le pedí que se la jalara delante de mí, que me gustaba mucho verlo masturbándose. Me levanté la falda y le mostré mis muslos para que se emocionara y le dije que lo hiciera rápido, que alguien podría venir.
Mientras lo miraba y le enseñaba mis piernas, vigilaba también que no saliera alguien de la casa o llegaran por el frente. Se la estuvo jalando, qué digo jalando, arrancándosela!! Y cuando estiró las piernas en clara señal de que ya se venía me tomó de la mano para que yo continuara, le tomé la verga parada al máximo, gruesota y caliente y muy a mi pesar, porque yo ya me había calentado mucho con todo eso, recordé lo que me había dicho minutos antes y justo cuando se iba a venir, se la solté y fríamente le dije: "Vé a que tu chingada hermana termine de jalarte el chile, pendejo, ella sí que es buena de puta, ya se la ha puñeteado a muchos en el pueblo y tú bien que lo sabes, cabrón de mierda". Se puso rígido, le corté la venidota, me miró con odio contenido y yo le seguí diciendo que no se hiciera HUEY, que bien que sabía que mi prima Laura Leticia, su hermana, era putísima. Que no me comparara con ella, que ella era Generala para mamar y masturbar vergas, tal vez más grandes que la de él.
Con esto último se super encabronó, me quiso alcanzar con una bofetada y yo me puse de pie y le grité a Javi, mi hermano, que saliera. Paco se guardó rápidamente la cosota y se volvió a sentar buscando esconderse la protuberancia que traía en la bragueta.
Javi salió y calmado preguntó qué se me ofrecía, le dije que a mí nada, que Paco quería hablar con él. El otro, destanteado, lo invitó a sentarse en la mecedora que yo había ocupado, pero no quiso y mi hermano se recargó en el barandal del porche y se cruzó de brazos, dispuesto a saber que le quería decir nuestro primo. Les dije que iba al baño, me urgía limpiarme la vagina, se me escurría por los lados del calzón, estaba muy cachonda. Ya en el baño, se me iluminó el foco y planeé la manera de enloquecerlos a ambos al mismo tiempo.
Me quité las pantaletas y las escondí en el baño, me fui a la cocina y agarré una paleta Tutsi, de esas rojas y redondas; me salí con ellos a seguir la conversación. Paco seguía sentado donde estaba y Javier seguía recargado en el pasamanos de la reja. Me fui con mi hermano y coqueta le dije: "Quieres paletita, papi?", sacándomela de la boca llena de mi saliva y abrazándome a su cintura, ofreciéndosela en su boca. Javi, nervioso por sentirme tan cerca delante de Paco, sólo abrió su boca y aceptó que yo misma le metiera la paleta con mi manita izquierda, mientras él me tomaba de la cintura con su brazo. Cuando él saboreaba el dulce yo me acerque a su oído y le dije tiernamente: "Te amo, estás bien rico, chupa la paletita como si fuera yo, mi amor"... y me recargué en su pecho, dejándole la paleta y abrazándolo por la cintura, embarrándole los senos en el pecho y rozando mis muslos con los de él. Paco seguía platicándole algo; ya estaba oscureciendo, casi era de noche y adentro de la casa se escuchaban los ruidos normales de esa hora del día-noche.
Alcé mi cara para ver a mi hermano sin dejar de abrazarlo y le dije, mimosa, que no se acabara mi paleta, que me dejara algo. La sacó y me la puso en la boca. La puse a un lado con mi lengua y le dije mirándolo a los ojos: "Mejor me hubieras metido la lengua en la boca, mi cielo". Sentí claramente el brinco que dio su camote en mi abdomen y cerrando los ojos le dije quedito que se sentía muy grandota y gorda y empecé a frotarme suavemente sobre ella. Me puse de puntas en mis pies y al oído le dije que no traía calzones... ¡otro brinco de su vergota!... pero ahora en mi mera entrepierna. "Haay, papito, que rica te la siento, traigo muchas ganas... se me hace que hoy sí me dejo que me la metas toda", le dije al oído, apoderándome de su voluntad completamente.
Sentía como la respiración de Javi se hacía cada vez más fuerte y Paco seguía con su platica, seguramente disimulando su envidia y molestia por lo que estaba presenciando.
Entonces me volteé y le di la espalda a mi hermano, quedando de frente a mi primo. Inclinándome un poco, pegué mis pompis a la bragueta de Javier y mirando a Paco seguí chupando mi paleta. Sentía claramente el bulto de mi hermano hincándose en mi traserito respingado. Javi sólo se mantenía quieto gozando de la caricia que mi culito le daba a su inflamado chilote. Sin medir consecuencias me alcé la falda por la parte de atrás y seguí restregándole a mi hermano mis nalgas desnudas, incluso lo tomé de sus manos y lo hice que me agarrara de la cintura, siempre mirando fijamente a los ojos a mi primo sin dejar de chupar mi paletita, sacando toda mi lengua para lamerla exageradamente, como si fuera una verguita.
Así estuve un rato, haciendo gozar a mi hermano y molestando a mi primo. Cuando anocheció más, me volteé de frente a mi hermano tirando la paleta a un lado y le dije autoritaria y ya mucho muy caliente: ¡BESAME!, él se quedó de palo, incrédulo y yo, desesperada, le repetí fuerte: "Te digo que me beses, cabrón, ándale!!" . Abrí toda la boca y lo jalé a mi cara por el cuello, él como ya sabía cómo le iba si no atendía a mi voluntad, me metió toda la lengua y yo se la chupé con desesperación sin dejar de frotarme en su bulto completamente fuera de mí. No conforme con esto lo solté y me llevé las manos a la espalda para yo sola, alzarme la falda a la cintura enseñándole a Paco completitas, mis redondas nalgas. Javier al sentir que yo lo soltaba del cuello, se quiso separar de mis labios, ya algo escandalizado, pero yo le dije que ni se le ocurriera y que me siguiera besando... Además le ordené que me agarrara las nalgas, que las traía bien suavecitas. Sin perder tiempo me agasajó el culito con sus manotas besándonos todavía más fuerte, intercambiando salivas y lenguas como posesos, ya sin que nos importara la presencia de nuestro primo.
Cuando estábamos más entretenidos, escuchamos el ruido de un motor encendiéndose y nos separamos, era Paco, que ya no pudiendo más soportar mi provocación, se fue sin decirnos nada y echó a andar su camioneta, alejándose a toda velocidad, enfurecido.
Javier me volteó a él de nuevo y pretendió seguir en lo mismo, pero yo acicalándome la ropa le dije con fastidio: "Ya suéltame, no me toques, déjame..." Con cara de sorpresa me preguntó qué me pasaba y yo simplemente le dije que quería poner celoso a nuestro primo; desolado me preguntó que porqué era así con él y empezó a llorar. Puta madre!!, desde entonces odio a los hombres que lloran cuando los mando al carajo. Descarada le dije que no se hiciera, que ya le había dicho yo misma que el que me traía loca era Paco con su vergota, que yo quería que él fuera el que me cogiera por primera vez, que quería que me reventara toda. El pobre se tapaba los oídos para no escucharme, pobre...pobre diablo. JAJAJA!!! Haciéndome la arrepentida, lo tomé entre mis brazos y le dije cariñosa: "Ya, mi amor, ya no llores, manito, manito. Oye, papi, escúchame...- (cuando tuve completa su atención y dejó de chillar) - mira, cuando Paco me la meta y me la dé mucho en mi cosita, te voy a dejar que me cures con tu lengua, de seguro me va a dejar bien lastimada, la tiene bien gorda y chueca, ¿verdad que sí sabes eso?; no me voy a lavar cuando se venga mucho dentro de mí, así como se viene él, mucho más que tú, y te voy a ordenar que me limpies con la lengua, para que veas que no te digo mentiras: que tiene bien rica la lechita..."
Se quedó callado, yo pensé que de un momento a otro me iba a soltar un madrazo, pero contrario a eso me preguntó haciendo pucheros: "¿Te gusta mucho la leche de Paco?".
Me quedé de a seis... y le seguí: "Sí, Javi, me encanta. Le sale mucha, muchísima, más que a tí y me la bebo todita, calientita, directo de su manguerota, perdóname mi cielo, perdóname por favor... es que me tiene loca, no sé qué me pasa con él, su cosota y su leche me tienen perdida. Es más a veces, cuando tú y yo nos besamos, no hace mucho que acabo de mamársela a él, y yo todavía traigo restos de sus moquitos en la boca, ¿no los has sentido?". Me dijo que no y tranquilo, me trató de convencer de que Paco me iba a lastimar mucho, que le habían dicho por ahi, que las muchachas y algunas señoras del pueblo se habían quejado de que la tenía demasiado grande y que con esa curva que tenía en la cosa las dejaba muy fregadas del coño, que yo era sólo una niña. Yo le contesté que en unos días cumplía los 14 años y que así me gustaba Paco, que soñaba con el día que me la metiera y que de seguro me iba a enamorar más de él de lo que ya lo estaba. !Puras mentiras, pero cómo lo tenía!, al borde de la locura... ¿Seré una perra?, qué poca, verdad?
En eso estábamos, cuando salieron mis papás. Preguntaron por Paco y les dijimos que ya se había ido. Mi papá me dijo que lo acompañara, que fuéramos al pueblo. Yo le dije que me esperara, que iba por un suéter (lo que quería era ponerme los calzones), y no quiso, me insistió que no nos tardaríamos mucho. Ante la insistencia, incluso de mi mamá, me tuve que ir así, "a puro pelo". Javier se quiso acoplar, pero papá le dijo que no, que se quedara con su madre, que se pusiera vivo. Vivo, vivo mi papá... ya sabía por dónde venia el golpe, y yo sin chones!!
En cuanto nos arrancamos mi papi me dijo que me acercara a él, era de esos hombres a la antigua que cuando traen a una dama en la camioneta quieren que se siente enseguida de ellos, sin importar que vayan solos. Pues así lo hice, me puse a su lado sintiendo lo frío del asiento en mis piernas y mis nalgas sin pantaletas. Conduciendo y platicando me iba acariciando la pierna izquierda muy disimuladamente, al ir subiendo la mano se la detuve, me dio cosa sentirlo avanzando por no traer calzón. Él me miró y yo le dije que lo que pasaba era que no traía pantaletas y me daba vergüenza, haciéndome la estúpida. Con cara de qué onda me preguntó por qué y yo le dije que me molestaban por quedarme muy apretados, que había lavado los que me quedaban bien y los tenía en el baño pero él no me había dado tiempo de ir a ponerme alguno. No muy convencido, me metió la mano por entre las piernas y lo que encontró fue una vaginita empapada y resbalosa por la acción que había tenido con su hijo y su sobrino. Me pasó la manota por mi coñito con brusquedad, mi papá era un hombre tosco, muy fuerte, y la sacó empapada. Manejando vio su mano y me preguntó que por qué andaba así. Yo pensando rápido, le respondí con mi vocecita de niña: "No sé, papi, así me pasa cuando estoy cerca de ti", solita para no perder el efecto causado y que fuera a sospechar de Javier, me tendí sobre el asiento a lo largo y abrí mis piernas mostrándole "inocentemente" mis partes y diciéndole: "Mira, pá, cómo me pongo... tócame... no estaré enferma?. Papá mirando el camino y mirando mi ingle alargó su mano y me empezó a recorrer la vagina con el dedo gordo. Tenía un dedote... parecía una polla!
"Huiii, papi me pica...", le dije, él preguntó si me gustaba y yo le dije que sí. Me calentó mucho y le dije: "¿Papi, porqué no te paras y me la chupas como por las noches cuando vas a mi cuarto?. Se detuvo en donde pudo, alejado del camino y se bajó de la camioneta, rodeo la troca y abrió la puerta del copiloto. Sacó de debajo del asiento una lámpara de mano y la encendió poniéndola, apuntando al techo, en el piso de la camioneta. Sin decir más me acostó ahora al contrario, con mis pies a la derecha del asiento y me abrió bien las piernas. Se clavó en mi íngle y me lamió toda la chucha metiendo su lengua rasposa lo más que pudo mientras me sobaba las piernas sin mucha suavidad que digamos. Su lengua me dolía, la tenía muy larga y fuerte, me la metía mucho en la cosita y casi sentía que me desvirgaba con ella, me rellenaba todo el chocho sorbiendo todo lo que me salía, haciendo ruidos muy fuertes. Era rudo, no tenía mucha idea del cariño y la consideración a las mujeres.
De repente se me separó y se desabrochó el cinto y se bajó los pantalones y los calzones saltándole la reatota, era la primera vez que se la veía, sólo se la había sentido cuando me subía en su regazo o cuando, últimamente iba a mi cuarto por las noches y haciéndome la dormida sentía como me la pasaba por la cara o por las nalgas y la rajada de la cola, cuando estaba de espaldas a él o me bajaba la regla.
Con la luz de la lámpara pude ver un vergón tan grande como el de Javier mi hermano, pero mucho más grueso. Anchísimo, increíblemente gordo y cabezón. De la impresión me salió una maldición: "¡¡No mames!!", papá me regañó y yo disculpándome le dije que no había visto nunca la cosa de los hombres y que la de él me parecía gigantesca.
Sin decirme nada me jaló y me sacó las piernas de la cabina, como buen ranchero se echó un escupitajo en la mano y se frotó la cabezota del pene, repitió la operación y cuando vio que tenía cubierta de saliva la cabezona me abrió de piernas y me empezó a cabecear la vaginita con la vergona.
Ya se imaginaran cómo estaba yo: ATERRORIZADA. Empecé a llorar y a decirle que no fuera malo conmigo, que me iba a destrozar con esa cosa, que me iba a tener que llevar a un hospital... Me respondió que no me iba a pasar nada, que todos los días reventaban viejas y nada les pasaba, le dije que yo no era una vieja, que sólo tenía 13 años, que se esperara de perdido a que cumpliera los 14. Le volví a decir que no fuera malo, que yo lo quería mucho, que no me lastimara así, que si con su lengua me había dolido mucho, que con esa cosota me iba a matar... seguí llorándole, no podía dejar que me desgarrara tan gacho, me iba a hacer mucho daño.
Por fin comprendió; yo me sequé por completo, sólo su saliva lubricaba las cabeceadas que me daba. Tomó la lámpara del piso de la camioneta y alumbró directamente hacia su cabazona y mi vaginita. Movió la cabeza y dijo: "Sí, está cabrón para que entre, está muy cabrón". Yo me incorporé y viendo lo mismo que él ,le dije haciendo pucheros: "Ves, papi, nunca me va a caber tu cosota, está muy grandota... pero se ve muy rica..." El me respondió sin dejar de alumbrarla, enseñándomela: "¿Le gusta, mi´ja?". "Huy sí, pá, está muy bonita", tratando de que se olvidara por completo de quererme meter semejante grosería. "La traes muy hinchada, ¿no te duele?", haciéndome la inocente. No, me dijo, pero necesito "descansarla". Y yo viendo la oportunidad le dije:"¿Qué es descansarla, papi; si me enseñas yo te puedo ayudar?"
Sí, hijita, pero eso no está bien... ¡¡PINCHE VIEJO!!, no estaría mal destriparme con ese camote, pero si estaría mal que lo masturbara, por poco se me sale otro: NO MAMES, más sincero que el anterior.
Comprendiendo que se debía a su palurdez, no me fijé y le dije que me dijera cómo que se hacía tarde y todavía teníamos que ir al pueblo, que al cabo sólo sería como hacerle cariñitos. Me agarró de las manos y me sentó en el estribo de la cabina, se paró frente a mí y me dijo que se la agarrara con las manos y que se la sacudiera y se la pelara y se la volviera a cubrir con el cuero: Una chaqueta, vaya. No me quería decir. "O sea, que te masturbo, papi", le dije. Me preguntó que cómo sabía eso y le dije que en la clase de Naturales, nos enseñaron eso...Ahhh, bueno, pos eso, dijo secamente, mastúrbeme pues...
Agarré aquello con mis manos haciéndome la tonta y lo empecé a jalar cada vez más rápido, al ver que lo puse bien excitado me lo llevé a la boca y se la empecé a chupar, sorprendido, preguntó qué hacía y sacándomela de la boca y sorbiendo mis babas para que me viera, le dije que no lo podía evitar, que se le veía que la tenía rica; pero que si estaba mal, no se lo hacía, que me perdonara... De volada me respondió que no, que le siguiera si era lo que quería. Y adentro... qué vergota, se me acalambraba la quijada, estaba muy, muy gorda, se la estuve comiendo un rato y ya sin preguntar le empecé a acariciar los huevotes, también bien grandes. Le olían mucho a sudor y a meados, pero me gustaba, ya le estaba agarrando gusto a ese olorcito a hombre. Papá me agarraba de la cabeza y se ponía de puntitas echando su abdomen adelante, me la sacaba toda de la boca y me la ponía frente a la cara, se movía a los lados, como bailando twist y se la zarandeaba frente a mis ojos sin dejarme agarrársela con mi boca abierta, jugando conmigo. Luego, me decía que abriera la boca lo más que pudiera y tomándome de los chongos me la metía lentamente hasta donde topara y allí me la dejaba un momentito y empezaba el mete saca lento y firme, sin soltarme el pelo, recorriendo lo más que podía del interior de la boquita de su hija de 13, con su reatota de hombre de 39 años.
Literalmente, me cogió por la boca, ya no sentía la quijada, la traía adormecida por el esfuerzo de tragarme ese camotote tan ancho. De repente me lo sacó y se volteó de lado, empezó a jalárselo y le salieron varios chorros muy espesos de moco amarillento y con mucha presión. No le quise decir que me diera a probar, se me hizo muy salido y además ya traía muy cansada la boca. Se la sacudió y se puso de frente a mí y se la exprimió, como para que viera lo que le salía. Lógico, haciéndome la inocentona le pregunté: "¿Qué es eso, papi?". Se me quedó viendo, no me supo decir que era, no supo cómo llamarlo para decírselo a su hija. Se la guardó y nos fuimos al pueblo, ni supe a dónde; me quedé bien dormida. Cuando regresamos sentí que se detenía la camioneta y me quedé tirada en el asiento, papá me dijo que ya habíamos llegado, que me levantara, yo le respondí adormilada: "No, no... tú llévame, no quiero caminar..." Bajó las cosas que compró de la camioneta y me sacó cargada, ya no había ruido en la casa, cada quien estaba en su cuarto, ya era tarde.
Papá me llevó hasta mi cuarto y me acostó en la cama, la luz del patio entraba por la ventana e iluminaba muy bien la habitación, en una camita enseguida de la mía Rosa mi hermana, dormía o por lo menos eso parecía. Yo solita me levanté la falda hasta la cintura y abriendo las piernas y metiéndome una mano en medio, le dije a papá: "Me pica aquí, papi, siento calientito, chupame tantito, ándale, tantito, papi". Papá volteó a ver a Rosy y se cercioró de que dormía, se puso de rodillas en el suelo y se metió de cara entre mis piernas lamiéndome la vagina con desesperación, me metió la lenguota hasta donde pudo y al rato me volteó boca abajo y me mordisqueó las nalguitas y me lamió la cola otro rato. Sin que me lo pidiera, me puse de rodillas y me incliné empinada sobre la cama para que así me lamiera toda la rajadita de entre mis esponjosas nalgas y pudiera llegarme a lenguetear el culito. Me orgasmé un par de veces. Se retiró y se puso de pie, se había sacado el garrote por la bragueta mientras me comía para masturbárselo, me volteé y se lo agarré prendiéndome de él como si fuera bebedero, se lo estuve mamando cerca de 5 ó 6 minutos y me separó de él, diciendo que ya era tarde... "Tarde, para tí, papá, yo apenas voy empezando...", le respondí, recostándome en la cama y abriendo mi florecita completamente con mis dedos, enseñándosela descarada. "¿Prefieres acostarte así como andas, o "descansarla" con mamá en lugar de conmigo? ¿Qué prefieres?"... Sin contestar nada se acercó y puso una rodilla en la cama, me agarró de los chongos y me la metió en la boca, a cogérmela otra vez, sin compasión, abriéndomela al máximo con su gordota y dura cosa. Los dientes se me atoraban en sus venas, la traía bien parada, bien rugosa. Mi boca producía mucha saliva y me escurría al pecho cuando me la iba sacando, era una gran cantidad de baba, me empapaba la blusita que traía.
Cuando vi que se venía, en un respiro, le dije que me diera a probar, que quería saber a qué sabía eso. Lo agarré de las nalgas y me prendí de su manguera; con presión aceptable se vació en mi boca y todo me tragué, era fuerte su sabor pero más soportable que el de Paco. Se la limpié bien con mi boca y se la besé mucho en la cabezota, se la guardó y se fue, besándome en la frente mientras yo me chupaba los dedos lamiendo los restos de leche que quedaron en ellos. Me dijo que no iba a aguantar mucho así, que él "ya no era de mamaditas y puñetas, que quería darme pá dentro lo más pronto que se pudiera"; que ya no era ninguna niña, que a él no le iba a ver la cara de pendejo, que se notaba que ya me la comía toda, que ya tenía experiencia y que si no me cabía la verga de él, ese era otro pedo, pero que se le hacía que ya no era virgen. Que cuándo??. Le respondí que ya habíamos dicho que cumpliendo los 14, que si no se acordaba. Se quedó tranquilo y se fue.
El siguiente día fue crucial, yo creo que el peor de mi vida, hasta ese entonces. Yo tuve una merienda con una amiga y me fui desde las 2:00 PM, regresé pasadas las 8:00, sólo para enterarme que a Rosa se la habían llevado a un hospital, que parecía que la habían violado y que no había querido decir nada. Que acostada en su cama no se quería levantar hasta que mamá fue a obligarla y ahí se dio cuenta. Me fui a mi recamara a revisar la cama de Rosy y allí estaba la manchota de sangre, justo a la altura de sus nalgas. Maldito Paco, cumplió su amenaza: Se cogió a mi hermanita de 12 años con su animalón de 25 centímetros, maldito perro... Me senté en mi cama observando fijamente la mancha de sangre, imaginándome a Rosa tan delgadilla, quien a pesar de tener edad no se había desarrollado como yó, ensartada por el vergón de Paco y lo poco que este desgraciado debió insistirle para que se dejara coger... ESTÚPIDA PENDEJA!!
Regresaron casi a la media noche, mi hermana venía sedada, bien dormida. Pregunté que había pasado y nada me respondieron. Así era en el rancho, si eres mujer a tí nada te importa, ni preguntes... Uta!. Me encerré en mi cuarto a ver tele. Rosa durmió con mamá. Y papá con Javier. Al otro día busqué a Paco para echarle la viga, no lo encontré, el infeliz se había ido a la capital del Estado toda la semana. Hijo de la chingada....
A los dos días, llegando de la escuela, mi mamá me la hizo de tos en grande, hubo chingazos al por mayor. Me dejó bien golpeada. Rosa le contó todo lo que pasaba con Paco, con Javier y hasta con papá; no estaba dormida la muy canija, todo lo veía cuando papá se iba a meter conmigo, incluso la última vez.
Mamá quería meter a Paco a la cárcel por abusar así de sus "hijitas". Yo pensaba: "Tus hijitas... si yo sola puedo con ese perro, ya sé cómo... A la que debería de meter al bote es a tí, mira nada más como me dejaste, pinche vieja".
Cuando llegó papá por la tarde, fue a verme a mi cuarto y me encontró hasta con fiebre por la golpiza que me dio mamá, me quejé con él y le dije que ella quería meter a la cárcel a mi primo y hasta a Javi y que a él quién sabe cómo le iría. Le dije que ya no se iba a poder acercar a mí sin que ella se lo impidiera y que yo estaba muy triste por eso porque estaba "muy ilusionada" con entregarle mi virginidad, que lo amaba como hombre, que lo adoraba ya como mujer y no como su hija. Que no quería que mi mamá hiciera tanto escándalo, que nos iban a señalar con el dedo y yo, tal vez, me iba a suicidar de la pena, que era demasiado. Llorando en todo momento, mientras él estaba sentado en la cama y yo tirada en su estómago, no dejé de acariciarle la verga por encima del pantalón y ésta, aún y con todo lo que había pasado, estaba bien paradota y gordota. Se la saqué por la bragueta y mientras se la masturbaba muy suavemente, le dije: "Ayúdame, papi, estoy desesperada, haz algo... no quiero que me separen de tu cosota que tanto me gusta... Si papi?... Me ayudas?" Seguro, como ahora me gustan los hombres, me respondió:
"Sí mi´ja, no se preocupe, ya sabe que aquí y todas mis otras casas, mando yo".
Feliz le dije que lo amaba y me puse a chuparle el palote allí en mi camita, aunque me dolía la boca por los golpes que traía, no me importó: De esta mamada dependían muchas cosas.
Lo hice que se viniera en mi boca, hasta sentí rico su semen en mis labios reventados. Se abrochó la bragueta y me dijo que no saliera de mi cuarto oyera lo que oyera.
Cerró la puerta al salir y a los cinco minutos todo era gritos y golpes; vidrios y muebles sonaban allá afuera y se escuchaban los gritos de papá que parecían más bien rugidos de león y los gritos agudos de mamá y sus lloriqueos. ¡¡Ahora fue ella la que estuvo en el hospital!!, papá le dio una santa madriza y le echó la culpa de TODO: "Por no cuidarnos como le correspondía, como madre que era de nosotras". Le dijo que era muy fácil arreglar SUS pendejadas haciendo un escándalo familiar y encarcelando a medio mundo, cuando era ella la culpable de todo por no vigilar a sus hijas, que lo olvidara, que él no iba a permitir que la siguiera cagando y que si me volvía a tocar a mí, se las iba a ver con él otra vez.
Como se imaginarán mi relación con mi madre se acabó completamente, no nos hablábamos para nada, sólo peleábamos por cualquier cosa. Con Rosa todo volvió a la normalidad y me platicó lo ocurrido con Paco. Dice que fue terrible, que sentía morirse con el fierro de él encajado sólo a la mitad en sus chochito. "Pero que ahora se lo mete casi todo sin chistar". ¡¡DESGRACIADA!!, siguió con él cogiendo después de lo que pasó!! Y sí, se le notaba, agarró más cuerpo, a los 13 años se le veían muy bonitas las caderas, aunque algo plana de arriba, de la cintura para abajo estaba buenísima, más que yó la méndiga. Me acuerdo que Paco iba por ella a la escuela y a media mañana se la llevaba. Rosy me platicaba que se iban al campo y él se estacionaba debajo de un árbol y ella se le montaba metiéndose todo el garrotote de su primo hasta donde pudiera y así se pasaban toda la mañana y parte de la tarde. Que Paco se venía hasta tres veces y ella tenía una cantidad incontable de orgasmos.
Yo también seguí con Paco y con Javier en el faje, exasperándolos hasta donde podía, pues me seguía poniendo muy buenota y los hacía batallar para conseguir algo conmigo, incluyendo a papá. No se las ponía tan fácil, me gustaba que desvariaran y se pusieran bien locos de lo calientes, me gustaba hacerlos babear por mí, JAJAJA. Qué perra, verdad?
Cuando cumplí los 14 años, a los dos meses, poco antes de acabar la primaria, mi papá dijo que me iba a inscribir en un colegio de la capital del Estado, que no tenía caso que siguiera allí con mi madre peleándonos a todas horas, que el mes siguiente íbamos a irnos él y yo a inscribirme. Claro pensé, lo que quiere es, primero: desquintarme ese día que vayamos a "inscribirme", con su gordísimo camote, en algún hotel, diciendo "que se nos había complicado la situación y nos tuvimos que quedar una noche", y segundo: poner OTRA de "sus casas", pero ahora conmigo, su propia hija y en la Capital. No, gracias. Le hablé a Martha, quien ya se había ido del pueblo años antes para el norte del país y le dije que me llevara con ella, que ya no aguantaba, que a veces me daban ganas de suicidarme de la depresión que sentía en ese mugre pueblo.
Ella organizó todo y sin mayores problemas me vine con ella.
Amigos: Otra vez, gracias mil por leerme, en mi próximo relato les contaré de mi llegada a esta hermosa Ciudad que tanto quiero, porque aquí nació mi hijo y por todo lo que me ha dado y prometo anotar mi correo electrónico, para que me escriban y opinen de mis vivencias... Un beso... MARICARMEN...