Voy a cumplir 16 años y estoy en vísperas de hacerme cambiar de sexo, el médico me ha pedido que escriba la forma como se fue despertando mi sexualidad y las experiencias sexuales que he tenido hasta ahora; seguramente va a parecer un relato pornográfico, pero se trata de un resumen de experiencias sexuales a lo largo de 4 años, lo que en cualquier adolescente hombre entre los 12 y los 16 también será un cúmulo de experiencias por las innumerables veces que se ha masturbado en la cama, en el baño, en la tina, en la ducha y hasta en el cine, sus experiencias con chicas de su edad, mujeres mayores y con prostitutas, solo que las mías fueron con chicos de mi edad, mayores que yo y también menores.
La diferencia está en que a ellos no los han violado como a la mayoría de las personas como yo, según he conversado con algunos y con mi médico también; a los que tienen mi sexualidad los violan a veces casi siendo niños empezando su adolescencia, ya sea en el colegio por sus mismos compañeros, en el campo o en la playa como me sucedió a mi.
Desde que era muy niño no me gustaban las cosas con que jugaban los otros chicos, me gustaban las muñecas y los juegos que no eran violentos, y cuando me ponían enema por algún motivo, sentía rico cuando me entraba el agua caliente; una vez le dije a mi tía poco antes de cumplir 12, que me pusiera un enema, creo que sospechó algo, pero se rió y no me dijo nada, aunque tiempo después me dijo que siempre sospechó de mis inclinaciones.
Cuándo cumplí 12 años sentí que no era igual a todos los muchachos, me gustaban los perfumes y siempre andaba bien limpiecito, los otros chicos me decían! Hueles a hembrita!, Poco a poco se fueron despertando en mí muchas sensaciones, me empezaron a gustar los chicos, primero de una manera creo que inconsciente por que podría haberse confundido con amistad, no me gustaban todos, solo algunos, me gustaban sus risas, su manera de ser, luego les miraba las manos, el pelo, los labios, y por eso me empezaron a gustar algunos chicos mayores que yo, de trece, catorce o quince por que tenían vello en la parte de arriba de los labios, hacia los costados y me daba ganas de besarlos en la boca o que me besen a mi, también me gustaba mucho que empiecen a tener voz gruesa, después de un tiempo me di cuenta que me gustaba también el olor de sus cuerpos, un olor natural a muchacho, un poco ácido, más bien picante, a sudor, me gustaba cuando sudaban jugando fútbol o cuando brillaban sus cuerpos tostados en la playa, el olor a su cuerpo me excitaba bastante, sentía como mareos y deseaba que me abracen con su cuerpo caliente; en los baños los miraba de reojo y me entraban cosquillitas en la espalda cuando se bajaban el cierre del pantalón, sacaban su miembro, orinaban y antes de guardarlo lo sacudían; yo veía que tenían
como un dedo bién grueso que les colgaba, alardeaban del tamaño o el grosor de su pene y de las cosas que les gustaría hacer; todos hablan de romper el poto, culear, llenar un culo de leche, lo duro que se les pone y otras cosa por el estilo; por eso llegaba a mi casa con la cabeza que me daba vueltas, era como una hembra en un corral de machos; les tenía temor, pero también me gustaban, me daba ganas de sentarme en las rodillas de un chico que me gustaba; cuando le veía el bulto entre las piernas me entraban cosquillitas, llegaba a mi casa y echado en mi cama pensaba que el chico al que le había visto el bulto era mi enamorado, que me sentaba en sus rodillas, que él se habría la bragueta, se lo sacaba y yo se lo agarraba calatito.
También me daban ganas de tener vagina; el tamaño de mi pene chiquitito hacía que me sienta diferente a los otros chicos; no quería que me crezca; todos los chicos querían tenerlo bién grande y grueso, pero yo quería que se achique aún más, todas las mañanas me revisaba para ver si estaba más chiquito; me imaginaba que deseando fuerte, se me iba a meter dentro de mi cuerpo hasta desaparecer, luego me aparecería una raya vertical con una piel delgadita y un buen día se me abriría la piel y aparecería la vagina y después ve vendría la regla y me comenzarían a crecer las tetas, los pezones se me agrandarían y las caderas se me pondrían más anchas; quería tener un poto más grande, por que sabía que eso les gustaba a los chicos; a escondidas de mi tía usaba calzón y me gustaba orinar sentado; también me encerraba en mi cuarto y me maquillaba, me pintaba la boca y los ojos, como tenía el pelo un poco crecido a propósito, me adornaba la cabeza con una cinta, me ponía aretes y en la cama ponía una tela brillante y dorada que había en la casa y me echaba encima boca abajo, levantando el potito, encogiendo una pierna y entreabriendo la boca como una foto de una mujer que había visto; en eso también era diferente, los otros chicos cuando veían una foto así, se les paraba y decían ! que rico culo ¡, pero a mi me daban ganas de tener el cuerpo de esa mujer; así echado en la cama, me imaginaba que algún chico de mi colegio que me gustaba, abría la puerta y me encontraba en esa pose, al principio se sorprendía, luego recorría todo mi cuerpo con la mirada, cerraba la puerta de una patada, se paraba con las piernas un poco abiertas como se paran los chicos y se empezaba a quitar la camisa, yo le miraba entre las piernas y le veía el bulto, el se lo sobaba como veía que hacían en el colegio, se aflojaba la correa del pantalón, se habría la bragueta y se sacaba el pantalón y los zapatos, y entonces yo movía el trasero provocativamente y siempre con la boca entreabierta, él tenía ahora un gran bulto como una punta bajo el calzoncillo que era como bikini de nadador ( así lo vi una vez a un chico de trece años en el baño del colegio, tenía la punta mojada del calzoncillo y parecía que iba a romper la tela ), me seguía imaginando que yo gemía un poquito moviendo el trasero sensualmente al verle el bulto y que él entonces se bajaba el calzoncillo y aparecía su pene erecto, todavía no había visto uno así sin calzoncillo pero me lo imaginaba, entonces yo gemía más y él me miraba ya solamente el poto acercándose y colocándose detrás mío, entonces yo le decía ! nooo, que me vas a hacer ¡ y el me decía ! tu lo has querido ¡ y entonces me penetraba y me hacía gritar; yo sabía que tenía que ser así la primera vez por que ellos hablaban de "romper el poto" , me tocaba el ano y estaba cerradito, no entraba ni el dedo, solo la puntita con saliva y como les veía que ellos tenían como una salchicha gruesa que yo me la imaginaba además tiesa, estaba seguro que me iba a doler, por eso gritaba; esa fantasía la repetía cada vez que podía, también me imaginaba que estaba con la regla, a veces cuando me dolía un poco la cabeza o me fastidiaba el estómago, estaba seguro que ya me venía la regla y me ponía una toalla higiénica entre las nalgas y así iba al colegio; el sentir la toalla entre las nalgas me hacía sentir hembra y esa sensación me gustaba, por que los chicos como que detectaban.
Poco después de cumplir 13 años, los deseos se hicieron más fuertes, llegaba a mi casa, y en el baño me desnudaba, me ponía medias nylon negras de mi tía, me miraba el poto en el espejo acariciándome los pezones, tenía el poto blanquito, más bien rosadito, de piel suave y de piernas y nalgas un poco gorditas y carnosas, abriéndome las nalgas con los dedos y agachándome me miraba el ano, lo hacía palpitar, estaba cerradito, varias veces me metía la punta del dedo con saliva pero no entraba más de la punta y me daba miedo forzarlo, entre otras cosas por que los chicos decían que les gustaría "un culito cerradito" y yo quería tenerlo así.
Toda la parte de entre las nalgas, la tenía muy sensible al roce de cualquier cosa, cuando me daba baños en la tina, el primer contacto con el agua tibia al sentarme me producía placer, especialmente cuando el agua tocaba mi ano, entonces repetía el movimiento varias veces y el placer se repetía y era mayor, por eso siempre procuraba bañarme en tina, también me gustaba usar calzón de mujer, pero también no usar nada, usaba cremas para untarme las nalgas y me gustaba sentir que resbalaba una contra la otra cuando caminaba, creo que sin proponérmelo movía un poco el poto de un lado a otro al caminar, por eso notaba que algunos chicos me miraban y como reacción se agarraban los huevos sin mucho disimulo; también me compré varios calzoncitos "hilo dental" negros, bien chiquitos, me tapaban todo lo de adelante, no tenía huevos por que no me habían bajado y mi pene era de cuatro centímetros y cuando estaba excitada se hacía todavía más chiquito y nunca tenía erección, entonces el hilo dental que tenía un triángulo negro en la parte de adelante, tapaba muy bien todo, por atrás el hilo dental se me metía entre las nalgas y se me veía un potito provocativo, así me iba al colegio y me gustaba saber que los chicos usaban calzoncillos y suspensores porque tenían un bulto grande que se les notaba cuando se sentaban con las piernas abiertas o con bluejeans.
Sabía que a los chicos desde los trece y medio a catorce les empezaba a salir semen, nos explicaron en el colegio que era un líquido espeso y medio blanco, pegajoso que salía expulsado a la temperatura del cuerpo, generalmente de noche o en la madrugada después de tener sueños eróticos y cuando se acumulaba y el chico no desfogaba, se sentían los testículos abultados y el pene más grueso, además las erecciones se producía frecuentemente, sentían el cuerpo más pesado y no podían concentrarse en los estudios y estaban de mal humor, entonces tenían que desfogar con la mano para sentirse tranquilos.
Yo me imaginaba todo eso, y cuando veía algún chico guapo, quería que se desfogue conmigo, yo quería ser la que lo tranquilice y que me deje su semen dentro de mi cuerpo, quería sentir los chorritos fuertes que el profesor dijo que así les salía, quería sentir la sensación de salir encinta.
Una vez en el colegio, un chico de mi edad que me decía "potito parado" me hizo arrodillar doblándome el brazo y luego se echó sobre mí estando yo boca abajo, empezó a moverse con movimientos sexuales como cachando, al comienzo yo le decía !deja¡, !deja¡, pero poco a poco me entró una oleada como de calor y placer y me empezó a gustar, creo que terminó por que después de moverse muy rápido me soltó y me dejó ir; cada cierto tiempo hacía lo mismo y yo ya no ponía resistencia, me dejaba nomás; no tuvimos la oportunidad de estar mucho tiempo a solas aunque él ya planeaba hacerlo, un día me dijo al oído y agarrándome las nalgas, !ya no aguanto más, te tengo que romper el potito¡, pero no sería él el elegido, las cosas fueron de otro modo.
Yo era uno de los mas chicos en mi salón, la mayoría tenía 14 y unos pocos teníamos 13 años.
Otra vez uno de 13 que siempre me decía "culito rico" me vio cuando me estaba cambiando la ropa en el gimnasio, yo siempre me tapaba la parte de adelante por que me daba vergüenza tenerlo tan chiquito, y por eso descubría las nalgas, él me miró de cerca y los ojos le empezaron a brillar, tenía la boca entreabierta y los labios gruesos como a mi me gustaba, se agarró el bulto que se le notaba entre las piernas y sobándoselo para arriba y para abajo se acercó y me dijo !déjate agarrar el culito¡, !lo tienes bien gordito y redondito¡, !yo me la corro pensando en que te lo meto por ahí¡, yo retrocedí y le dije !no, no, tengo miedo, nos van a ver¡, y él me dijo !déjate un ratito, solo te lo sobo por afuera, me mojo y te dejo!, entonces se abrió la bragueta y yo me corrí por que me asusté, no se lo llegué a ver, solo le vi un bulto grande que parecía que iba a romper el pantalón.
Habían varios chicos que me querían cachar y creo que lo hubieran logrado por que yo tampoco hubiera resistido mucho tiempo, casi todos los días tenía una experiencia parecida, me pasaban la mano por el poto, me punteaban en la fila y más de uno quería que se lo agarre.
Una vez me encontré en el cine con un chico de mi salón, tenía 14 y era otro de los que me gustaba, me llevó a sentarme a la última fila donde no había nadie, cuando apagaron las luces, me comenzó a agarrar las piernas y luego introdujo su mano dentro de mi ropa para agarrarme las nalgas, su mano estaba caliente y la deslizó bien abajo, prácticamente yo estaba sobre su mano; con el dedo grande empezó a meterlo en mi ano, solo la punta y con toda la mano me apretaba fuerte las nalgas; los pezones me empezaron a escocer y a ponerse duros; por supuesto mucho más dura se le estaba poniendo la pinga a él; me tomó la mano y la puso entre sus piernas, me agarró la mano y me enseñó como moverla de arriba para abajo; yo sentía una cosa dura como un palo, pero no sabía cuan grueso o grande era por que estaba dentro del pantalón, yo siempre pensé que era del mismo tamaño que lo tenían cuando orinaban, solo que se les ponía tieso; tenía un poco de miedo pero me gustaba; al poco rato de estarle sobando, me cogió la mano y me indicó que la mueva más rápido; lo hice y entonces sentí mi mano húmeda y pegajosa; se había mojado el pantalón; retiré mi mano para que se levante a limpiarse y yo me quedé oliendo su semen y también me gustó.
En mi casa me gustaba mirarme al espejo de perfil sacando el poto y apretándome las tetas para que parezcan abultadas, me pelizcaba los pezones y quería sentir un cuerpo caliente que me abrace por atrás, me sobe sus huevos contra mis nalgas, que me agarre las nalgas con su mano caliente y fuerte y que me dé palmaditas, luego me lo coloque entre las nalgas y me penetre con placer y con fuerza haciéndome gemir; quería tener vagina para abrir las piernas y me penetren por delante.
Tenía los pezones muy sensibles, al menor roce sentía excitación y se me ponían duritos, no podía controlar el deseo de mover el poto y ajustar el ano varias veces, deseaba fuertemente ser forzada por un chico, me gustaba que sean fuertes.
Aprendí mucho sobre la sexualidad de los muchachos; a casi todos les gustaba agarrar el poto, no solo la vagina de las mujeres; siempre hablaban de querer meterlo por ahí; también casi todos querían que se lo mamen, de eso hacían muchos chistes; a todos les gustaba alardear del tamaño o del grosor de se "tronco" o que se les ponía bien duro, y según ellos, a todos les salía lechada bien espesa y abundante; siempre hablaban de hacer gemir, hacer gritar, hacer pedir agua y de "romper el poto" que era su frase favorita.
Una vez en el estadio hubo práctica de gimnasia, teníamos que desvestirnos en los vestidores que quedaban en el sótano, a la hora de quitarnos la ropa de deporte y antes de las duchas, un chico de 14 que siempre me metía la mano al poto, me dijo delante de varios chicos !ahora te voy a cachar¡, me agarró del brazo y me jaló a un cuarto donde guardaban las colchonetas, los demás chicos se rieron y dejaron que me lleve a la fuerza, cerró la puerta y empezó a pellizcarme los pezones y sobarse contra mí, me asusté mucho y le dije ¡no, déjame ir, me puedes hacer daño¡, me agarró la mano y se la puso entre las piernas, me dijo ¡toca mis huevos, están cargadasos¡ , !quiero desfogar¡, !déjate romper el potito¡, se pegó a mi cuerpo y me besó en el cuello, me gustó pero tenía miedo; me agarró de los hombros y me volteó, me bajó el pantaloncito de deportes y sentí que mi poto estaba al aire, sentí que él también se bajaba el pantalón de deportes con una mano y con la otra me sujetaba contra la pared; quise gritar pero tenía tanto susto que no podía, sentí una cosa caliente y dura como un palo entre las nalgas, con mis manos traté de defenderme como pude empujándole las piernas y la barriga, toqué su vientre, su ombligo y el calor y olor de su cuerpo hizo que me abandonaran las fuerzas, nuevamente el deseo me traicionaba, lo odiaba pero me gustaba, le toqué debajo de la entrepierna y palpé sus huevos, eran grandes, rasposos y se notaba que estaban cargados, me dijo !así, asííí¡ !agárrame la pinga¡, solo se lo toqué con la punta de los dedos, fue suficiente, como un potrillo arrecho empujó con fuerza y sentí que su verga se deslizaba entre mis nalgas hasta llegar al ano, allí se aguantó un poco, me dijo !saca bien el potito para que te entre¡, me pellizcó fuertemente los pezones, me pegó de manazos en las nalgas y trató de penetrarme, lo metió un poquito, creo que solo la punta de la cabeza de su verga, me dolió fuerte y grité, empujó con más fuerza y yo ajusté el ano, me dolió más, pero no me penetró del todo, yo gritaba fuerte ¡ya no, ya no, ya no!, entonces los otros chicos de afuera golpearon la puerta y dijeron !ya déjala¡, él dijo !ahorita, ahorita¡ se movió sobándoselo entre mis nalgas, ya sin quererme penetrar solo para sentir gusto, me volvió a besar en el cuello y me dijo !aprétamelo entre tus nalgas gorditas!, entonces para que termine y darle placer, casi instintivamente se lo apreté entre mis nalgas, al poco rato sentí que le latía y sentí como si me escupieran por atrás, un líquido caliente, pegajoso y espeso mojó mis nalgas y mi ano, entonces me dejó, abrió la puerta y salí, los demás chicos me miraron sorprendidos y noté que todos tenían como una carpa entre las piernas, al sentir mis gritos, todos tuvieron una erección.
Esa tarde comprendí que eso era lo que me gustaba, pero a su vez tenía miedo que me penetren del todo y me saquen sangre.
Otra vez llegó a alojarse a mi casa un ahijado de mi tía que venía de provincias, era medio cholito pero de cara muy agraciada y muy alegre, de ojos redondos y negros y también inteligente, me gustó desde que lo vi, tenía 15 años y vino a pasar las vacaciones a Lima, se alojó en mi cuarto, se hizo mi amigo y creo que no sospechaba nada por que además era muy inocente; como era verano, sudaba copiosamente y olía como a mi me gustaba, creo que me enamoré de él, era del tipo que me gustaban, la piel como bronceada, muslos gruesos, manos grandes, de espaldas anchas y contextura gruesa, ya había cambiado la voz y cuando hablaba fuerte me daban ganas de obedecerle por que su voz me dominaba, quería estar a su lado todo el día, quería que me proteja.
Para entrar a la ducha o acostarse se desnudaba delante mío por que pensaba que yo era hombre como él, tiraba su calzoncillo a un lado y entraba a la ducha, yo no podía resistir la tentación de coger su calzoncillo aún caliente y olerlo, me gustaba como olía, un olor fuerte a sudor y a su sexo, me gustaba observar cómo el calzoncillo se deformaba formando un globo en la parte delantera donde reposaban sus testículos que yo se los veía grandes y quería preguntarle si no sentía incomodidad de tener todo eso entre las piernas, observaba su calzoncillo por la parte de adentro y descubría manchitas blancas como almidonadas que yo sabía era su semen seco que se le había salido un poco involuntariamente en un momento de arrechura, por que varias veces al día me decía !se me ha parado! como la cosa más natural del mundo y riéndose por que era muy gracioso; una tarde me dijo !creo que hoy día me voy a correr la paja¡, eso también decían algunos chicos de mi colegio; esa noche sentí que su cama se movía, yo me hice el dormido y vi todo a pesar que había poca luz; se estaba masturbando moviendo su mano cada vez más rápido, hizo un sonido gutural como un gemido y entonces empezó un ruido como si batieran un huevo, por que sonaba mojado, luego el cuarto se llenó de un olor picante a sudor y sexo, reconocí recordando al chico del cine que era ese el olor de su semen, estuve bastante rato sin poder dormir de la impresión; al día siguiente cuando me levanté, miré su sábana y estaba con una gran mancha amarilla casi seca y dura como almidonada y todavía olía fuerte; me enamoré de él un poco más, sentí ganas de que me agarre y que me apriete y que se masturbe conmigo.
Una vez que para entrar a la ducha se quitó el polo y salió un fuerte olor de su cuerpo, casi le digo que me gustaba, pero no le dije nada, cuando estuve a solas, me desnudé y empecé a mirarme las nalgas en el espejo acariciándome los pezones y oliendo uno de sus calzoncillos que había dejado para lavar, pensaba en su cuerpo de macho, en sus testículos que almacenaban su semen, en su pene que era grueso aunque nunca se lo vi parado por que terminaron las vacaciones y él se fue, solamente cuando se despidió de mi, lo abracé fuerte y le di un beso casi en la boca, no sé que pensó de mí por que no lo volví a ver sino meses después cuando ya no tenía nada que ocultar.
Otra vez en el colegio un chico de catorce y medio que me gustaba mucho por su cara y su cuerpo y me lo imaginaba que tenía el pene grande, su voz gruesa recién cambiada me hacía sentir deseos; una vez en el baño lo vi orinar, se la sacó del todo y se la vi, era realmente como me la había imaginado, sentí como cosquillas en la espalda y no pude dejar de mirarle los genitales; él se dio cuenta, estábamos solos en el baño, terminó de orinar y no la guardó, se quedó agarrándosela y mirándome la empezó a mover de arriba para abajo, vi como la piel que cubría la punta comenzó a correrse para atrás, la cabeza de su pene quedó al descubierto y noté que se le ponía más grande y grueso; me dijo !te gusta no?, ven tócamela¡ y se acercó a mi, yo me quedé sin moverme y sin habla, entonces agarró mi mano y la puso encima de su pene, lo sentí tibio casi caliente y me gustó, él se bajó el calzoncillo del todo y le vi sus huevos grandes, ya tenía pelos al rededor de su pene pero se notaba que recién le habían salido, la piel de sus muslos su vientre y su pecho estaba abrillantada por su sudor que olía picante; de la punta de su pene salió una gota transparente; yo se lo agarraba solo con las puntas de los dedos, entonces me dijo ¡agárramelo con toda la mano¡, se lo agarré y me impresionó que sea tan grueso y duro como un palo, entonces me puse a temblar por que me imaginé que me lo iba a meter, entonces él me dijo !no te asustes, solo te lo voy a sobar por el poto¡ , !voltéate¡ y me volteó a la fuerza, yo no ofrecía resistencia, me gustaba pero tenía miedo, él pegó su cuerpo al mío y sentí sus huevos sobre mis nalgas y su verga pegada a su vientre encajaba a lo largo entre mis nalgas, hice un movimiento para apretársela con mis nalgas y lo sentí durísimo y a él le gustó; luego me lo puso entre las piernas por abajo, yo me agaché y vi que por delante de mis piernas salía la cabeza de su verga, estaba como hinchada, cabezona y húmeda, instintivamente se la garré suavecito y él se empezó a mover de atrás para adelante, sentía su cuerpo sudoso contra el mío y toda la fuerza de sus genitales golpeaban mis nalgas, su verga se ponía resbalosa pero dura con la piel que se le corría para atrás remangándosela y para adelante cubriéndole la verga, yo sentía lo rugoso de su piel a pesar que estaba resbalosa por el líquido como lubricante que él botaba; empecé a sentir placer y a desear ser su mujer y tener hijos con él, yo seguía acariciándole la punta de su verga hasta que sentí mi mano mojada de un líquido que le salía con fuerza de su verga dura, era espeso, blancuzco y pegajoso, fueron varios chisguetazos que sentía en la palma de mi mano hasta que terminó y se retiró; me vio con la mano conteniendo su semen y me dijo ¡huélelo!, lo olí y era como almidón, luego me dijo !pásatelo por el poto entre las nalgas, quiero verte el poto mojado con mi leche¡, le obedecí y me mojé el poto con su leche, luego él se vistió y se fue y yo me quedé temblando; al caminar sentí las nalgas resbalosas y me gustó; esa noche antes de acostarme, me desnudé, me miré al espejo inflando el vientre y tuve la sensación que me había puesto encinta y quise sentir esta vez su verga dura por atrás aunque me hiciera gritar; con la punta del dedo me excité el ano, me metí todo el dedo grueso, me dolió un poco por que no estaba lubricado, pensé que él me lubricaría con ese líquido resbalocito que le salía y luego me daría su semen a chorros fuertes por atras; había una pequeña bombilla de jebe en mi baño, la llené de agua tibia, me introduje la punta dentro del ano y apreté fuerte; un chorrito del líquido entró con fuerza y yo me vine, sentí el orgasmo varias veces.
Con ese chico aprendí que a ellos les exita que yo me muestre con sumisión; fué la siguiente vez que nos encontramos también en el baño del colegio cuando no había nadie, me puso contra la pared, me miró la cara y yo bajé la vista ruborizándome, tenía verguenza de lo que él sentía que era yo, que adivinara que me gustaba su hombría y que a lo mejor sabía que yo quería que me ponga encinta, entonces me agarró la cara con una mano y me besó en la boca, sentí rico y me gustaron los pelitos que le estaban saliendo encima de su labio, se abrió la bragueta y yo comencé a temblar, junté las piernas, esa actitud que tuve parece que lo exitó más, me dí cuenta que a ellos les gusta en ese momento al menos sentirse dominantes y que su pareja se muestre con deseos pero con miedo, yo sentía sinceramente ambas cosas, deseos de que me toque que me agare los muslos, que me sobe los pezones, deseos de sentir el calor de su cuerpo junto al mio, de sentirme deseada por él, también de sentir sus genitales, de que me pida que se los agarre, deseos al pensar que en sus huevos tenía leche caliente que podía chisguetear, pero también miedo que me penetre con su cosa dura y para mi gruesa, que me quite la virginidad, que me abra y ya no ser la misma persona, que lo haga y me deje; con esa mezcla de sensaciones, hizo lo que estaba esperando que haga, me volteó y yo temblaba y gemía bajito, al sentirlo jadeante, comprendí que le gustaba verme asi, me cogió la mano y la llevó entre sus piernas y se lo agarré, esta vez también estaba caliente y duro, yo gemí un poquito más fuerte, instintivamente supe que les gusta que tengan miedo de su verga erguida, le dije !que me haces, no, nooo¡, me lo sobaba, se apretaba contra mi, le gustaba sobar sus huevos contra mis nalgas con su verga para arriva contra su vientre, me decía !sientes lo cargados que están?¡, le gustaba que le diga !no me lo metas por favor, lo tienes muy grueso, por favor, noo, no seas malito, te lo apreto con mis nalgas hasta que termines, demórate todo lo que quieras, mi poto es tuyo pero no me lo rompas!, él en el fondo tampoco quería penetrarme, tal vez a él también le daba temor de hacerlo por primera vez, todas las veces que nos encontramos, terminaba entre mis nalgas, mojándo me con su semen, a veces en el mismo ano pero sin penetrarme, solo al momento de eyacular el instinto podía más que él y me penetraba un poquito la punta de su pene, con lo resbaloso que se ponía entraba un poco más, pero nunca empujó con suficiente fuerza como para que entrara siquiera toda la cabeza de su miembro, tal vez por que estábamos parados, tal vez si lo huiéramos hecho echados, me abría penetrado del todo y él hubiera sido el primero.
Es en esa actitud de mirarme las nalgas en el espejo acariciándome los pezones y contrayendo y soltando el ano, que una tarde mi tía abrió la puerta del baño y me vio, cerró rápidamente, pero cuando salí, me dijo que había visto algo que quería que le explique, me dijo que si no me gustaban las chicas, le dije que no; me preguntó si se me ponía tieso y le dije que nunca se me había puesto tieso, me preguntó si me gustaban los chicos y le dije que sí; me llevó al médico y me hicieron toda clase de exámenes físicos y sicológicos; el médico me mostró fotos de mujeres desnudas y le dije que no sentía nada, en cambio me mostró fotos de adolescentes desnudos y le dije que me gustaban; me desnudó y pasó su mano por mi entrepierna y no sentía nada especial, en cambio cuando me pasó la mano por las nalgas, sí sentí rico, luego me tocó el ano y la reacción fue instantánea, sentí una ola de calor, los pezones se me pusieron duros y el ano me empezó a palpitar; me preguntó si me había metido el dedo o una vela y le dije que solo la puntita del dedo y con saliba, me preguntó si tenía ganas de sentir algo grueso por atrás y le dije que sí pero que me daban miedo los chicos por que lo tenían muy grande; terminó de llenar su informe y luego llamó a mi tía y le explicó con detalles lo que era yo; le dijo que hiciera lo que hiciera, aún con hormonas masculinas, solo cambiaría mi cuerpo pero no mi sexualidad por que con eso se nace, le dijo que yo tenía una sexualidad muy desarrollada hacia lo hembra, que se me había trasladado la zona de placer hacia las nalgas y el ano y que más bien tenía que ayudarme a ser plenamente feliz terminando de formar mi sexo; le explicó que a esa edad un muchacho normal tiene una erección inmediata cuando ve una mujer desnuda, que a los trece años cumplidos ya tienen un pene bien formado, se les pone duro de verdad, que sus testículos son grandes como los de un adulto y que ya empiezan a producir semen, hacia los catorce alcanzan el completo desarrollo sexual, su semen se hace más espeso y abundante y sus órganos sexuales toman el tamaño máximo que tendrán toda su vida; en cambio, le explicó que yo no sentía nada ante una mujer desnuda, más bien viendo a un muchacho desnudo, sentía cosquillas por la espalda, los pezones se me ponían duros, las nalgas abultadas y chaposas por que la sangre fluía hacia allí así como en los machos fluye hacia el pene, eso le dijo no puede cambiarse, además le dijo que cuando me tocaban las nalgas, el ano empezaba a contraerse y aflojarse repetidas veces, señal inequívoca que mi cuerpo necesitaba un macho y lo mejor sería que pronto por que podía caer en manos de un depravado ya que se notaba por los ademanes, la manera de hablar y de caminar que necesitaba que me hagan sentir !una buena verga¡, así se lo dijo y que todo eso atraía a muchos; le dijo que era mejor que empiece con un chico conocido y sano, uno o mejor dos años mayor que yo, para que ya esté bien desarrollado y me pueda desvirginar bien de una vez por todas ya que los chicos de trece no me ivan a satisfacer del todo y podía pasar por varios, que era mejor que esté con uno solo que me satisfaga bien; le dijo que era mejor uno solo que sea bien hombrecito y me preguntó si entre los que conocía no había un morenito de catorce, quince o dieciseis que sería lo ideal; le dije que sí pero no en el colegio sino en la chacra en Chincha, donde teníamos casa de campo, le dije a mi tía el nombre del chico y me preguntó si había hecho algo con él, le dije que solamente una vez en la chacra me tropecé y como venía detrás, me ayudó a pararme y nos quedamos como dos minutos pegados uno junto al otro, yo de espaldas a él y sintiendo su cuerpo caliente y su olor a sudor y él cogiéndome de los hombros sin decir nada pero pegando su cuerpo al mío, cuando debido a mi sensibilidad senti que algo se le ponía duro entre las piernas, me solté y corrí; desde ese día pienso en él y cuando me ve se sonríe pero no me dice nada, tenía quince años y ya iva a cumplir 16 en dos meses, era morenito, bien formado por que trabajaba al aire libre en la chacra, tenía manos grandes, más alto que yo, su cuerpo y su cara me gustaban, tenía labios gruesos y olía rico un poco ácido; siempre lo veía haciendo algún trabajo, desnudo de la cintura para arriva y con bluejean, yo deseaba que me abrace y me bese, que me obligue a echarme en la hierba, que me voltee, me baje el calzón y me quite mi virginidad.
Una vez a través de la ventana, vi que hacía un alto en su trabajo, vió que nadie lo miraba, se bajó el cierre del bluejean, sacó su miembro y empezó a orinar un chorro grueso, seguramente no lo hacía desde hacía rato, yo no se lo veía por que lo tapaba con la mano, pero cuando terminó y empezó a sacudirlo, se lo ví todo, lo tenía más grande y grueso que los otros chicos y era de piel más oscura, luego se bajó a medias el pantalón para acomodarse el calzoncillo y le ví los testículos, eran grandes y casi negros, se los agarró, se acomodó y se vistió nuevamente; esa vez casi salgo a pedirle que me tienda sobre la hierba.
Tenía fantasías con él, me imaginaba que me ponía encinta, que se me hinchaba el vientre, me paraba frente al espejo mirándome de perfil inflando la barriga lo más que podía y pensaba que con su semen me había preñado, dejaba caer un chorrito de aceite de tocador entre mis nalgas que se chorreaba hacia mi ano, me miraba las nalgas mojadas pensando que él me las había mojado con su semen; y recordando el olor de su cuerpo, deseaba que me agarre y me penetre, quería sentir algo grueso por atrás, tenía tentación de meterme una vela gruesa, pero no lo hacía, quería mantener mi ano bién cerradito, solo mojaba el dedo con el aceite y me exitaba con la puntita moviéndolo rápidamente; con los dedos de la otra mano mojados con aceite, me acariciaba los pezones que quería que él estruje, yo mismo me daba palmadas en el poto pensando que era él quien lo hacía, empezaba despasito y luego más fuerte hasta que las nalgas se me ponía chaposas, me ponía más sensual, las nalgas me temblaban como gelatina, se ponían más carnosas y me daban ganas de mover el poto dando grititos hasta que me llegaba el orgasmo, que es una sensacion de sumo placer que siento en todo el cuerpo, especialmente en las nalgas, el ano y los pezones; cuando lo estaba sintiendo, deseaba el cuerpo de un macho que me domine, que me ponga sus huevos en la cara y que me dé palmazos en las nalgas mientras me penetraba haciéndome gemir; todavía no había sentido los chisguetazos de semen por atrás, todavía no sabía como era eso, pero deseaba que me dejen el semen dentro y que se me chorree por las nalgas y piernas.
Otra fantasía que tenía con ese chico, era que me agarraba y me echaba sobre sus piernas boca abajo, me bajaba el calzón y me sobaba suavente el poto con sus manos grandes, luego me empezaba a dar palmadas cada vez más fuertes y luego muy fuertes hasta que el poto se me pusiera rojo aunque me doliera, era como un deseo de sometimiento, de sumisión, de obediencia, me complacía que él tuviera el derecho de pegarme en el poto cuando quisiera y yo de obedecerlo y complacerlo y hasta de agradecerle mamándoselo.
Quería tener vagina para que me penetre por delante, que me quite mi virginidad con su miembro grueso, ser de él, sentir su penetración haciéndome gemir, mientras lo hacía quería que me bese en la boca, sentir su aliento jadeante y sus labios gruesos con un poco de pelitos en labio de arriva, acariciarle la espalda, los hombros, la parte de atrás de sus muslos, arañarle suavemente el trasero para que me penetre con más fuerza, que me haga gemir, besarle la frente, sentir su cuerpo caliente y sudoroso encima mío, acariciarle la cabeza y esperar que me riegue las entrañas con abundante semen y asi quedarme un rato con su miembro dentro de mi cuerpo y seguir acariciándole la espalda y la cabeza besándole la frente, quedarme con su semen dentro todo el día, atenderlo, servirle su comida, lavarle su ropa y que sienta celos de mí, que no me deje salir y que me pegue en las nalgas con una correa de vez en cuando.
Mi tía se convenció pero estaba preocupada por que temía que el muchacho podía hacerme algún daño, me explicó que los morenitos tienen desarrollado el pene, me dijo bien claro !lo tienen más grande y grueso que los otros muchachos! pero según el doctor es lo que tu necesitas, solo quiero hablar con el chico para que por lo menos la primera vez te lo haga con delicadeza, después puede dar rienda suelta a su sexualidad, ya no le puedo pedir que se mida siempre, también pobre chico, a su edad querrá desfogarse, es lo mismo que tú pero al revés, él si es macho completo.
Tu también tienes que prepararte, todos los días siéntate en el bidé dejando que un chorrito de agua tibia te dé en el ano, luego mueves circular y sensualmente las nalgas acariciándote los pezones y pensando en el chico, poco a poco lo desearás más, no te introduzcas en el ano nada, ni el dedo, preferible que se acumulen tus deseos para que cuando llegue el momento, no te resistas y sea más fácil que el muchacho te quite la virginidad.
Tambien te voy a enseñar a lavarte el poto por adentro con una bombilla con agua tibia con limón, siempre debes hacer eso antes de tener relaciones.
Tuve tres semanas de preparación, los últimos días cuando me sentaba en el bidé, sentía placer aún antes de que el chorrito toque mi ano, me sentía totalmente "dispuesta".
Mi tía fue a Chincha para hablar con el chico; cuando regresó, me contó que no solo él sino la mamá de él habían aceptado, les dijo que yo era mujer, que solo había nacido con la vagina cerrada pero me iban a operar, que el médico había dicho que tuviera relaciones ántes de la operación para que me vaya acostumbrando a sentir un hombre y que era mejor que el muchacho desfogara conmigo cuando quisiera y no buscara putas que podían pasarle enfermedades; a la mamá que era la encargada de asear y cocinar y me había conocido desde que nací, le pareció bien y al chico tambien le pareció bien, le dijo a mi tía que ya sabía que me gustaban los chicos, que él me tenía ganas desde hace tiempo y que tendría cuidado la primera vez.
Faltando tres días para viajar a Chincha, mi tía me llevó donde el médico para que me revise y me dé algunos consejos; el médico me aconsejó que llegado el momento me relaje y que ponga el ano flojito, que me entregue, que era mejor así que a la fuerza, que los adolescentes pierden el control por que están con toda su potencia y si resistía me iva a penetrar de todas maneras y me iva a doler; me dijo que lo mejor era que vaya pensando desde ahora lo que me iva a pasar y que preparara mi cuerpo mentalmente para recibir una cosa grande y dura por atrás, que me iva a doler un poco de todas maneras pero que ya me acostumbraría y despues de probar me gustaría cada vez más.
Me dijo que me desvistiera para enseñarme como debería hacer; me desnudé completamente y me dijo que me sentara sobre sus piernas; mi tía estaba esperando en la otra habitación; entonces me empezó a acariciar todo el cuerpo y me decía !te tienes que exitar para que no te duela!, !tienes que ser sensual y moverte despacio como invitando a que te penetren¡, yo no ví lo que hacía por que estaba de espaldas a él, pero sentí que me sobaba las nalgas con algo más duro que un dedo, luego sentí mojado; me dijo ¡párate y límpiate! , ¡casi me desgracio contigo, eres mucha tentación!, ¡un potito de trece años y que pide a gritos que lo rompan no se vé todos los días!, !pero no quiero ser el primero, más bién cuando el muchacho de Chincha ya te lo haya hecho unas 8 o 10 veces, si quieres vienes por tu propia voluntad y entonces yo también quiisiera hacerte pero solo si tu quieres!, !ahora vístete y anda a prepararte, !que lechero es el chinchanito de mierda!.
Llegado el día, me bañé, me lavé el poto como me habían indicado y me puse un calzoncito rosado que me dio me tía diciéndome que no podía usar calzoncillo igual que el del chico, que yo era la hembra y él el macho.
También me dio algunos consejos, me dijo que me muestre tímida y un poco asustada, que no me ponga boca abajo desde el comienzo sino de costadito, para que no me penetre de golpe; estando boca abajo ya no podía detener al muchacho, que llegado el momento despues de cierto tiempo cuando lo vea bien exitado, me ponga boca abajo levantando bien el potito y aflojando; sino aflojaba, el muchacho de todas maneras me iba a penetrar y podía ser como una violación.
Tambien me dijo que gimiera bastante, que eso les gustaba a ellos, que diga !Ay! Ay¡ asi no te duela, pero creo que eso está demas por que te va a hacer gemir así no quieras, el muchacho está aguantado y te está esperando, dice que hace 24 días que no se lo toca por que ha estado en campeonato de fútbol.
Cuando llegamos, el chico estaba en la puerta, entramos y mi tía le dijo !aqui te la traigo hijito!, es para ti pero trátala bien, ya sabes que al principio tiene que ser despacio, despues ya no importa, va a ser como tu mujer, al comienzo ya tu sabes por atracito nomás hasta que se haga operar y tenga vagina, tu le vas a quitar su virginidad por los dos sitios, es una suerte que esté virgen, te va a dar mucho placer, tu eres un muchachote fuerte que necesita desfogar sus energías, la puedes amoldar a tu manera de ser y a lo que te guste hacer con ella o a lo que ella quieres que te haga, es sumisa y obediente y con tu voz de mando la puedes dominar, le gusta obedecer, todos los muchachos tienen sus deseos tu sabes, poco a poco le puedes enseñar que es lo que te gusta, no hay problema, tu mandas, va a ser como tu mujer y la vas a poner contenta con lo que tu le puedas dar, recuerda que tu le vas a quitar su virginidad, por ahora por el potito y más adelante por la vagina que el doctor se la va a dejar virgencita para ti, si la tratas despacio al comienzo, le va a gustar bastante, se va a acostumbrar a recibir lo tuyo que no debe ser poco, eres un muchachote seguramente bién dotado, pero ella se va a amoldar a ti, vas a ver y te obedecerá en lo que le digas y hará en la cama lo que tu quieras, es muy obediente y sumisa pero también bién sensual, te va satisfacer bastante, con un par de palmadas fuertes en el poto de vez en cuando, es suficiente para que tiemble cada vez que te vea y no te desobedezca; el muchacho solo escuchaba sonriente pero el oir lo que le decía mi tía lo estaba exitando; le dijo todavía más, que si mi oía gritar cuando me esté desvirginando, me haga despacio pero que siga adelante hasta terminar, ¡tus mismos fluídos hijito, suavisará la cosa¡, tu sabes, ya eres un adolescente bien formado y fuerte, debes haber notado que cuando estás aguantadito como ahora, tu semensito sale abundante y espesito y todo eso lubrica así que empujas nomás hasta el fondo para que la dejes bién abiertita de una vez aunque le duela un poco, no importa, una sola vez bién y ya está¡ todo eso al comienzo le dolerá pero después te lo va a pedir con el calzón en la mano; ya sabes al comienzo despacio, después ya se acaban las delicadezas, como bién machito que eres vas a querer hacerla gemir fuerte cuando vengas de la calle o del trabajo con hartas ganas o cuando te despiertes en las mañanas bien armadito como dicen y sienta tu hombría, no hay problema, poco a poco se llega lejos tu sabes; recuerda que te la entrego virgencita, el placer que te va a dar al rasgarle el potito la primera vez que la penetres va ser muy grande, tu debes ser bién machito, sabes a lo que me refiero, una cosa así no la vas a encontrar así nomás, te lo va a dar virgencito, me consta, no ha tenido contacto con ningún chico y eso que varios le han dado vueltas, pero ella misma se lo ha cuidado, me consta hijito, yo se la he revisado, a lo más se ha metido el dedito de vez en cuando y eso pensando en tí ahora último, pero antes, se contentaba con caricias de su propia mano, nunca con algún objeto como velas como hacen otros, no eso nunca, siempre se ha guardado para este momento, solo cosquillitas con el dedito tu sabes, por recomendación del médico además, para despertar su sexualidad, ahora ya se le ha despertado y está listita para que la inicies, huy si vieras cuando piensa en ti, se le ponen los pezones duritos y el potito le tiembla, el médico y yo le hemos hablado y bya sabe lo que le espera; tiene miedo como es natural, es su primera vez, así es siempre, pero yo se que le va a gustar; nunca ha visto uno real, solo una foto que le mostró el doctor en una revista, para que conozca; se puso a temblar; si se asusta al vértelo así como se pone en ese momento, acaríciala, que te toque, que se acostumbre un ratito a sentirlo entre sus manos, que te agarre toda tu hombría, después de estar así un rato, ya la volteas; te respeta por lo que imagina que tienes, tu también prepárate a demostrar tu hombría, se te tiene que poner bién durito hijito o mejor diré duraso como seguramente se te pone cuando te exitas, si le sale un poquito de sangre no te asustes, sigue nomás es normal, le vas a rasgar el ojetito, porque se ancha a tu medida, va a ser un placer muy grande para ti; dijo que volvería al día siguiente y me dejó.
La mamá de él nos sirvió un cebiche y nos invitó un vaso de cerveza , yo tomé un poquito; él lo tomó todo por indicaciones de su madre.
Después del almuerzo subimos a la habitación, me senté en la cama y él se sentó a mi lado, me empezó a acariciar las piernas, también los pezones y eso me gustó, me dijo !quítate la blusa y siéntate en mis rodillas !, lo hice y le desabroché la camisa para acariciar su pecho, hacía mucho calor y estaba sudando, él más que yo, luego me dijo !bájate la ropa!, lo hice y me quedé en calzoncito; el dijo !que rico, pareces hembrita ! y luego él mismo me bajó el calzón; quedó sorprendido cuando vio que casi no tenía nada por delante, solo un muy pequeño apéndice que parecía el pene de un bebito; el me dijo ! eres hembrita, este es tu clítoris!, !estás bien rica!, !ahora agárramelo!; él todavía no se había bajado el pantalón, le puse la mano entre las piernas y sentí su miembro duro, me daba temor , curiosidad y deseo al mismo tiempo, me dijo ¿quieres verlo ? y yo le dije sí, quiero agarrártelo calatito, nunca lo he hecho a nadie, tengo curiosidad; entonces se abrió la bragueta, tenía un calzoncillo rojo tipo bikini que usan los chicos, se le notaba un gran bulto, me asusté un poco, luego se bajó el calzoncillo y lo que vi me quitó el habla, en realidad grité y la mamá de él que parece que estaba escuchando detras de la puerta, le dijo !no tan rápido hijito, hazlo despacio¡ por que seguramente pensó que ya me estaba penetrando, pero jamás había visto un pene erguido, yo creía que lo mismo que yo veía cuando orinaban y se sacudían que para mí ya era grande, se les ponía duro y nada más, pero no sabía que crecía tanto en largo y grosor; era como un tronco marrón oscuro, grueso, de unos 17 o 18 centímetros con una cabeza como un tapón, húmeda en la punta, luego se anchaba hacia la mitad de su miembro, se angostaba después ligeramente para volverse a anchar hacia la parte más pegada al cuerpo, llegando a tener un grosor que no me imaginaba como podía introducir todo eso dentro de mi, por eso grité y me asusté; él me tranquilizó, me dijo ! no te asustes, es normal! , ! a todos los chicos de mi edad se les pone así cuando tienen ganas!, yo le dije !eso no me va a entrar nunca! y el me dijo !poco a poco vas a ver que sí y hasta te va a gustar!, !para eso eres ¿no?!, ahora !agárramelo!, timidimante se lo toqué con las puntas de los dedos, luego poco a poco lo agarré con toda la mano, era tan grueso que mis dedos no alcanzaban a cerrarlo, lo sentí caliente y grueso y me gustó.
Me senté en sus rodillas, me acariciaba todo el cuerpo, luego me abrazó y me besó en la boca, un beso largo, sentí su lengua dentro de mi boca y lo deseé; haría lo que me pidiera, mojó su dedo con saliva y me acarició el ano moviendo rápidmente el dedo, !para que te arreches! me dijo, surtió su efecto, lo deseé más, quería que me penetrara pero tenía miedo que me duela, me acordé lo que me dijo mi tía y me eché de costadito; él se colocó detras mío y empezó a quererme penetrar pero no entraba, yo ajustaba y me iva para adelante, su cuerpo estaba empapado de sudor y empapaba el mío, en una de esas me cogio por la cintura y me pegó a su cuerpo, me penetró solo un poquito, dije !Ayyy! y quité el cuerpo ajustando el ano; se molestó, me dijo !te dejes o nó, te voy a cachar ahora!, me volteó, me besó de nuevo en la boca, se dio cuenta que eso me gustaba, me acarició nuevamente los pezones por que también se dio cuenta que eso me exitaba, luego me dijo !agárrame los huevos!, !están cargados de leche!, !estoy bien arrecho!, tu tía me dijo que te rompa el potito, tengo permiso para hacerlo, tu tía me dijo que te haga sentir bien mi pichula para que no putees con otros hombres, yo voy a ser tu marido, !déjate nomás!, ! te voy a hacer bien rico!, !cuando termine vas a ver que me vas a pedir más!, !si es lo que te gusta por que te asustas!, !mi mamá dice que a las loquitas como tú hay que hacerlas gemir hasta que griten¡, que les gusta que les abran el ojete, que ! para eso son carajo!, !para comerce una pinga bién grande como la mía¡, !, que ella te conoce desde que naciste y sabía que te gustaba la pinga desde hace tiempo pero que no decía nada, le voy a echar salivita para que resbale suavecito la primera vez por que tu tía me lo dijo, pero solo la primera vez, a partir de la próxima te lo zampo de golpe!, !agárramelo para que te arreches carajo!, ! tu no entiéndes a las buenas¡, !o mejor dale una mamada!, !mira como se me ha puesto carajo!, !estoy bien aguantado!, !chúpamelo carajo!, ¡te voy a enseñar quien manda¡ y lo acercó a mi boca, no sentí ninguna repulsión, al contrario, me gustó que me diga todas esas cosas por que me di cuenta que yo le gustaba, que lo arrechaba, que quería desfogarse conmigo, por eso se lo chupé, primero se lo besé y con la punta de la lengua recorrí desde la parte de abajo de sus huevos hasta la punta de su verga que estaba vibrante, rígida, gruesa y caliente; cuando llegué a la punta, estaba húmeda de un líquido transparente, resbaladizo y salado, intrudujo la punta de su miembro en mi boca y con la lengua recorrí todo el rededor; noté que la parte de abajo de la punta era un punto muy sensible para él, emitió un !Ahhhh!
Luego me dijo ! lo chupas bién rico carajo, échate boca abajo!, ponte una almohada para levantar bien el potito; obedecí, me coloqué la almohada bajo el vientre para que las nalgas estuvieran bien levantadas; pude sentir que me observaba con deseo, rozó mis nalgas con su miembro tibio y húmedo, dándome con él ligeros golpecitos, luego palmaditas suaves con las manos, poco a poco se volvieron más fuertes hasta que resonaron como cachetadas, yo sabía que se me habían puesto rojas por las palmadas, me dejó de palpar por un momento, dejó de tocarme, no sabía que venía después, al fin sentí que me abría las nalgas con las manos, me acariciaba suavemente el ano con el dedo y me dijo !ahora sí te voy a romper el potito! ; luego colocó su miembro rígido contra mi ano, yo ya no podía ofrecer resistencia, pensé que si ajustaba me dolería más, iva a aflojar lo más que pudiera, pero antes de hacerlo, él ya había decidido empujar con fuerza y me penetró con toda la cabeza de su miembro, sentí que el ano se me abría cada vez más a medida que me penetraba la cabeza de su verga, yo grité y empecé a gemir, eso lo exitó más y empujó de nuevo, abriéndome cada vez más hasta penetrar toda la cabeza, el ano me ardía y me dolía, él dijo !ya te entró la cabeza, ahora te lo voy a empujar un poco más¡, me cogió de las caderas y lo empujó hasta la mitad de su pichula, yo se la sentía claramente, todo por la sensibilidad en esa parte de mi cuerpo, la sentía gruesa, caliente, dura y su piel era rasposa, seguía gritando y gimiendo, no tanto de dolor sino tambien de placer, por fin sentía la penetración de un chico que me gustaba; lo había inmaginado muchas veces pero no sabía que era tan brutal, tan animal, me decía !asiii!, ¡asíii!, !mueve tu culito¡, !ya te está entrando¡, ¡ que rico ojetito tienes ¡, ! ajustadito ¡, ! te estás comiendo mi verga ¡, ! te la voy a meter hasta el fondo ¡, ! carajo que rico culo ¡, !grita mierda grita¡, me dió palmadas fuertes en las nalgas, me pellizcó fuerte los pezones y con otro empujón me penetró totalmente, y lo supe por que sentí sus huevos rozando mis nalgas, no sé como lo logró, la base de su pene era muy gruesa, no pensé que pudiera entrar a mi cuerpo hasta ahí, sin embargo lo hizo; sentí el ano abierto al máximo, parecía que se me iva a rasgar o ya se me había rasgado, me ardía, no sabía si me había roto el esfinter y estaba sangrando o solo se había dilatado al máximo, yo seguía gimiendo y diciendo !Ayyy!, !Ayyy¡, !Ayayayyyiiiii¡, pensé que a eso le llamaban los chicos ¡romper el culo¡ y su madre fijo que estaba escuchando; me tapó la boca con una mano para que no grite tanto y le empecé a lamer los dedos y la mano y me dijo ! no te dije que te iva a gustar? y seguía moviéndose, sacándo su verga casi hasta la punta y volviéndome a penetrar hasta el fondo muchas veces para hacerme sentir que él era el macho y yo su hembra a la que la hacía gemir, sentía su verga que me penetraba hasta mis entrañas, pensé que eso era lo que me gustaba y lo que me gustaría siempre; para mi eso ya era todo, sin embargo faltaba algo que ni siquiera sabía que existía, de repente sus dedos empezaron a acariciar con fuerza mis pezones, sus arremetidas se hicieron rápidas y más penetrantes, su respiración jadeante, húmeda y caliente; me empezó a lamer detras de la oreja, a darme mordiditas en el cuello, su aliento era caliente y húmedo; me empezó a decir balbuceando !que rico culo!, !que rico culito, cerradito!, ¿me lo sientes?, ¿está gruesote?, ¿te gusta?, ¿te gusta? yo le decía !Siiii, Siiii! , luego me dijo !estoy cargado de lechada!, !mis huevos están como hinchados!, !tócamelos!, hice esfuerzos por agarrarle los huevos y verdaderamente estaban enormes, en ese momento me seguía diciendo cosas que parecían insultos pero que me gustaban, me decía !que rico ojete concha de tu madre!, !lo tienes cerradito!, !te lo estoy rompiendo!, !gime, grita carajo, te estás comiendo mi verga!, !hace tiempo que te tenía ganas con ese culito blanquito que se te mueve al caminar!, !me he corrido la paja varias veces pensando en tí!, !muévete!, ¡muévete concha tu madre!, yo empecé a moverme como había ensayado en el bidé, moviendo el culo en círculo, sensualmente, al principio no podía mucho por que el grosor y el largo de su verga no me dejaba moverme mucho, pero poco a poco me entró la arrechura y no me importó que me abriera lo que quisiera, empecé a mover el culo lo más que pude, sentí su verga dura y larga dentro de mi cuerpo, sentí que el ojete se me habría más, se me rasgaba, pero me gustó, su madre tenía razón, me gustaba que me abran el ojete, que me hagan gemir y todo lo que me hacía y me decía, entonces me dijo !te voy a reventar el culo para que te acuerdes de mi toda tu vida!, ¿te gusta?, ¿te gusta?!, yo gemía y gritaba con cada embestida de su verga que invadía mis entrañas, sentía claramente que sus huevos chocaban con mis nalgas con cada arremetida; pero en vez de sentirme agredida, me sentí realizada, me gustaba lo que me decía y lo que me hacía, me sentía cachada, abierta, penetrada, hembra, estaba contenta de tener un macho como él, los chicos de mi colegio me parecieron menos que él, me pareció que podía vencerlos en todo, que yo sería más que su mujer, sería su esclava, luego me dijo !aquí va mi leche!, !te voy a llenar el culo de leche!, !tómala, tómala, toma mi leche¡, el ano me empezó a vibrar, se dilataba y se contraía rítmicamente, luego sentí que su verga vibraba tambien, le latía y sentí un chorro de líquido caliente en mis entrañas, creí que se estaba orinando, no sabía que era su semen, que le salía con fuerza por su juventud, sentí el chorro varias veces y el ano se me dilató más hasta que creí que se me iba a romper, era la verga del muchacho que se anchaba y se endurecía más al momento de la eyaculación, esa vez aprendí que siempre era así y no solo a él se le ponía así de rígido sino que a todos los chicos también por que meses después cuando me cachó el ahijado de mi tía que también tenía 15 años, sentí que cuando estaba por acabar y ya se iva a venir, su verga se ponía igual de dura y de gruesa y seguramente también más grande, aprendí que era algo normal en ellos y ahora es el momento que más me gusta por que después siento el chorro fuerte de su semen que se repite varias veces y siento como si su verga le latiera, en ese momento yo también siento el orgasmo siempre.
Como él sentía que mi ano vibraba, seguía diciéndome !que rico ojete!, ¡me estás exprimiendo los huevos!, ¡te estoy preñando carajo!,! te estoy llenando el culo de leche!, !mañana te doy mi lechada por la boca!, !cómetela!, !cómetela!, !loquita rica!, !te rompí el ojete carajo!, !Ahhhhh! , sentí que descargaba todo su líquido espeso y caliente acumulado en sus huevos, varias veces sentí el chorro en mis entrañas y la vibración de su verga al expulsar hasta la última gota de semen; todo mi cuerpo también vibraba, los pezones me escocían, las nalgas me temblaban como gelatina, sentí una oleada de placer, tuve orgasmo varias veces, el médico me explicó que yo podía sentir orgasmo varias veces por que mi zona sexual estaba en el ano y que yo no era como los chicos hombres, ya nada volvería a ser lo mismo, ya no quería nunca más disimular fingiendo que era hombre, decidí hacerme operar lo antes posible, tener vagina, salir encinta, lucir mi barriga y decir a todos que él me había puesto encinta, expresarle a él mi amor y deseo en público, decirle a todos que lo amo, decirle a todos que me da placer, alardear con otras mujeres y hombres que mi marido era muy macho y me dominaba en la cama, que tenía una verga que me hacía gemir, quería lavarle la ropa interior, cocinarle, obedecerle, que delante de sus amigos muestre que él era el macho y yo su hembra y que ellos al mirarme piensen que yo me comía su verga; sentarme en sus rodillas, besarlo y que delante de todos, aún de mi familia, me dé una palmada en el poto y me diga !anda al cuarto y prepárate que ya voy por que estoy arrecho! y sus amigos se sonrían y yo obedecerle delante de todos; y luego irme al cuarto, prepararme para él, lavarme el poto, esperarlo y cuando entre, ser sumisa y sensual y hacer lo que me mande, gemir fuerte para que oigan todos y dos horas después salir para que me vean y piensen que él me había cachado bien, entrabrir la boca con los labios húmedos para insinuar que se lo había mamado y cuando me ofrezcan asiento, decir que no puedo sentarme para hacer ver que me había dado por el culo; me acordé de lo que me dijo cuando estaba acabando, cuando estaba en el éxtasis !mañana te voy a dar mi lechada por la boca! y deseé que llegue mañana; haría lo que él quisiera, sería su esclava, le pasaría mi lengua por todo su cuerpo deteniéndome en las partes que él mandara, luego me arrodillaría y con la punta de la lengua le tocaría la parte de abajo de la cabeza de su verga gruesota, saborearía ese liquidito como aceite que le salía por la arrechura y luego se lo mamaría al ritmo que el quisiera, le agarraría las piernas fuertes, los huevos cargados de semen hasta que lo descargue con chorros fuertes dentro de mi boca, me tragaría hasta la última gota y luego le daría las gracias
En todo eso estaba pensando, no sé cuanto tiempo pasó, me quedé un buen rato sintiendo el peso de su cuerpo caliente y sudoroso, estaba feliz, se retiró lentamente, su verga mojada se deslizó fuera de mi cuerpo, sentí el vacío, me toqué, tenía las nalgas mojadas y pegajosas, un olor a semen invadió el cuarto, es el olor más arrechante del mundo; él se quedó dormido, yo me paré y me puse una toalla higiénica entre las nalgas por que quería quedarme el mayor tiempo posible con su semen dentro; una hora después lo repetimos y lo repetimos en la noche y al día siguiente en la mañana; dormimos juntos en una cama, en la madrugada me desperté, fuí al baño y me lavé el poto, regresé a la cama, metí mi cabeza dentro de las sábanas, quería mamárselo, cumplir con su deseo del día anterior, estaba todavía dormido pero con la verga dura, despues me dijo que todas las mañanas en la madrugada le sucedía lo mismo, recorrí su cuerpo oliéndoselo, olía a hombre, a sudor, hasta el olor de sus axilas me gustó, su cuerpo caliente me exitó, bajé la boca hasta su sexo, olía a semen y sudor, se lo empecé a mamar, se depertó un poco y me dijo !sigue, sigue!, yo seguí hasta que terminó , era la primera vez que sentía semen dentro de mi boca, era tibio y espeso, un sabor como almidón, me lo pasé todo, luego le susurré al oído !ya me diste tu lechada por la boca!, se sonrió y se quedó nuevamente dormido.
A media mañana vino mi tía a recogerme, se le notaba la curiosidad en los ojos, antes que me preguntara le dije que todo había salido muy bien, preguntó por el chico y le dije que había salido; le agradeció a la empleada y le encargó que por su cuenta alimentara bien al muchacho, que le dé carne, leche y huevos todos los días y que le encargue encarecidamente que no se meta con putas, que a mí me traería todas las semanas hasta que acabe el colegio y en las vacaciones viviría con el chico los tres meses, que yo aprendería a cocinar y ha hacerle lo que a él le gustaba, también le lavaría la ropa, por todo lo que decía parecía que me había leído el pensamiento, era lo que yo quería, luego subimos en su automovil rumbo a Lima y empezó a hacerme muchas preguntas, ¿me había dolido?, ¿el muchacho lo tenía grande?, ¿me gustó?, ¿el chico terminó?, me dijo que me veía radiante, con cara de stisfacción, con los cachetes rosados y hasta me dijo que había notado que al caminar se me movía el potito de un lado para otro y que le parecía que estaba más potoncita; desde ese día me trataba como mujercita y a mi me gustaba.
Cuando llegamos a la casa me preguntó si sentía algo por atrás y le dije que me ardía un poco, entonces me dijo que mejor me vería, no vaya a ser que tenga una heridita; fuimos a mi cuarto, me desnudé y me puse boca abajo, me revisó y dijo !Huau¡ lo tienes bien dlatado, está bien abierto, le dije que yo sentía que lo tenía abierto, que me daban ganas de ponerme una toalla higiénica , y me dijo que mejor me la pusiera hasta que se cierre un poco.
Me dijo !ese chico debe ser bien pingón!, !debe tenerlo grueso!, !como te habrá hecho gritar!, !pero te gustó ¿no?!, es que los morenitos son asi, ya casi tiene 16 años y está bien formado, que más quieres, tienes que serle fiel y cuidarte para él, para mantenerlo a tu lado y no te deje, muéstrale que él es el que manda, obedécele lo que te diga, muéstrate sumisa y baja la vista cuando te mire a la cara; cuando estés en la cama con él, hazle lo que te pida, ¡¿ya se lo has chupado?¡, fijo que te va a pedir otras cosas también, dile que que cuando te hagas operar, te ofrecerás a él para que te quite tu virginidad por delante tambien; siempre dile que lo tiene grande, duro y grueso, eso les gusta oír, ademas que es verdad, te ha dejado el ojete bien abierto, !que barbaridad!, con razón noté que hasta te ha hecho crecer el poto; ahora como vas ha hacer, en el colegio los chicos van a notar y se van a exitar; no te vas a hacer tocar con nadie, por último dí que tienes enamorado y que él es el único que puede tocarte, ya faltan solo dos meses para que acabe el colegio, yo voy ha hablar con el director para que te dejen acabar el año, tal vez un año más y ya puedas operarte, el doctor dice que la operación es simple, que en tu caso ayuda mucho por que no tienes casi nada, te extirpan esa pequeña tripita que no te sirve para nada, los testículos no desarrollados que son minúsculos y no se te ven y te van hacer una vagina virgen, con himen y todo, si sigues con este chico que sería lo ideal, él mismo puede desvirginarte por delante, quiero que seas su mujer, yo les daré plata para que vivan en Chincha; no podrás tener hijos ni salir encinta, pero pueden adoptar un bebito.
Ahora voy a la farmacia a comprar piedra alumbre para que te pongas en el ano y se te cierre un poco siquiera, para la próxima semana cuando vayas a Chincha ya debe estar cerradito nuevamente, ya no será como al comienzo por que ya se te anchó el esfínter para toda la vida, ya tienes el culito abierto, pero siempre debes ajustar cuando te vaya a penetrar de nuevo, siempre grita como si fuera la primera vez, muéstrale que tienes un poco de miedo cuando te lo enseñe, a ellos les gusta enseñarlo ántes, todavía tienes gotitas de semen que te están saliendo del ano, ponte la toalla higiénica de una vez y vístete como mujercita cuando estés dentro de la casa; cuando cumplas 14 entrarás a la clínica y saldrás convertida en una mujercita completa y ya podrás vestirte así para salir a la calle, por ahora descansa y trata de ajustar el ano un poco, parece que por ahí ha pasado un batallón, se ve que te lo ha movido muy bien, en un solo día te ha moldeado el poto, de perfil se te ve bien quebradita; el doctor dice que siempre vas a ser sensual, siempre vas a necesitar un macho que te domine y no quiero que pases de macho en macho, quedate con este chico que es bien hombrecito y te puede contentar siempre, él te ha roto el ojete, ahora vas a extrañar su verga más que nunca, él tambien estará contento, un culito cerradito como el tuyo no se encuentra a cada rato; mi tía se fué y me sentí como si fuera otra persona.