Mi nombre no es importante. Soy una mujer de 36 años. Divorciada, con un hijo de 14 años de edad. Nací en un pueblo del centro de México y desde hace 20 años vivo en una ciudad del norte de la República. Soy morena, de 1.60 mts y peso 65 kgs. Mi rostro es típico de las mujeres de la zona donde nací, pero lo mejoro bastante con generosas capas de maquillaje y resalto bastante mis ojos con mucha sombra, delineador y rímel. La diferencia de cuando estoy en casa sin arreglar y cuando ando en la calle trabajando o "de cacería" es abismal. Es increíble lo que hacen los cosméticos por algunas de nosotras...jajaja.
Además uso faldas de tubo, arribita de las rodillas con medias casi siempre negras y SIEMPRE zapatos de tacón, lo que provoca que luzca más chichona y nalgona de lo que soy en realidad y mis piernas se vean más largas y torneadas también.
Estudié hasta la preparatoria y la dejé porque mi hermana, que se vino 6 años antes que yo del pueblo y ya era madre soltera de una niña de 4 años, y con la que hasta la fecha vivo, me exigió que cooperara con los gastos de la casa y adiós escuela.
Me divorcié hace 10 años. Después de ponerle el cuerno al despistado que fue mi esposo, desde que éramos novios; por fin me sorprendió , ya casados, con otro y me echó de la casa junto con mi hijo. Me tuve que ir de nuevo a vivir con mi hermana y hasta la fecha...
Mientras era novia del que fue mi esposo, me cansé de hacerlo con otros. Me gustaba que los supervisores de las tiendas donde trabajaba me llevaran a algún rincón del almacén (bodega) y me repasaran toda con sus manos y sus bocas, era virgen, no me dejaba coger todavía. Lo que me gustaba mucho eran los penes de los hombres, desde niña, ya les platicaré, me encantaban los moñotes que se les ven a algunos hombres en las braguetas. Ricos, abultados. Sólo tenía 8, 9, 10 años y ya quería ver uno en vivo. El de mi papá, los de mis dos hermanos mayores, los de mis primos mayores también, sobre todo el de mi primo Paco de 25 años, mmmm, qué delicia. Con sus vaqueros bien untados, una hermana menor que yo un año y yo no le quitábamos la vista de encima del bultote. Él se daba cuenta y sin que lo notaran los demás, se la empezaba a agarrar toda por sobre el pantalón, enseñándonosla hasta que parecía que iba a reventársele la bragueta. Mi hermanita menor fue la primera que se la vio, a los 9 años Paco se la llevó a la bodeguita del rancho y casi la ahoga con su cosota. Ella era más aventada que yo y a veces cuando mis papás se descuidaban, él se metía a la casa y delante de mí se la sacaba y se la metía por la boca a mi hermana hasta que se venía como caballo y se iba, amenazándome si me atrevía decir algo. Pero ese es material para otro relato.
Él, mi novio, siempre iba por mí a la hora de la salida, pensando que se llevaba a su noviecita tan limpia como la había dejado por la mañana. Me daba besitos cariñosos de lenguita en el bus y yo por dentro riéndome: ¿si supiera que ya había exprimido una buena vergota en la bodega de la tienda? ¿Y que todavía traía restos de mocos entre los dientes?, porque no quería enjuagarme la boca al terminar, me gustaba mucho el sabor a hombre, a su cremita, y más me excitaba besarlo a él así sin que se imaginara lo que se estaba comiendo... me calentaba acordándome del camote de 20 cm que me había tragado hacía rato y el idiota pensaba que sus besos eran los que me calentaban. Pendejo!!!
Después conocí a un proveedor de las tiendas, de esos que visitan las cadenas de comercios levantando pedidos y me supo llegar. Me empezó a llevar a moteles, me quitó la virginidad y me hacía de todo a su entender y yo lo suponía, él fue el primero que me cogió; pero era casado. Incluso yo terminé con mi novio por estar sólo con él, no me quería compartir. Aquel me seguía buscando y rogando que volviera con él, porque he de decirles que ya hasta fecha de boda teníamos y a mí me valió. Después de unos meses no veía claro con el otro, incluso se me escondía el muy cabrón y volví con mi novio. Ese mes no me bajó la regla y me asusté, así que fingiendo un gran amor sobrecalenté a mi novio y lo hice que me la metiera en el coche, hice un escándalo gritando que me dolía, que me diera despacio y el bruto creyó que él era "el bueno". Nos casamos , yo con dos o tres meses de embarazo y por mi hijo me calmé un tiempo. Tres años después volví a las andadas y caí con otro supervisor. Ese sí me enseñó TODOS los secretos del sexo. Ese sí sabía... Me enseñó a mamar bien la verga, a besar de muchas maneras, a coger en todas las posturas posibles, me la metió por la colita y me enseño a disfrutarlo, en fin ese sí me aprovechó. Incluso me puse más caderona y mis tetas se pusieron más bonitas. Total que mi esposo nos cachó un día cuando estábamos cogiendo en su coche a unas cuadras de la casa. Al despedirnos, mi rey y yo, no me aguanté la calentura y le pedí que me comiera un poco la panochita, de ahí pasamos a lo que sigue y de rato ya estaba yo arriba de él bien encajada en su delicioso camote que me volvía loca besándolo con desesperación con toda su lengua dentro de mi garganta en plena calle a la 9.00 pm., cuando llegó el cornudo por un lado y nos vio, ya sospechaba y se salió a buscarme, se me hace que alguien de la colonia ya le había dicho dónde nos parábamos a fajar. Después alguien que vio todo, me dijo que ya tenía rato de haber llegado a un lado del carro a espiar lo que hacíamos. Se imaginan ... su esposa con la falda hasta la cintura, la blusa desabotonada, el brasier enrollado en el cuello, montada en otro hombre gritándole: "¡qué vergota, papacito, qué vergota tienes, no me la saques nunca!" o "¡ muérdeme los pechos, papi, cómetelos rico, son tuyos!" o "¡ dame tu lengua, amor, métemela toda en la boca, me gusta y me vuelve loca!" y lo increíble: "¡ échamelos adentro, no te salgas por favor, quiero sentir cuando te vienes, pareces caballo, mi hombre, papito!" Pues aunque no lo crean, así fue: Se esperó hasta que acabamos, sin hacer ruido, sin interrumpir... y se fue a la casa y allá me esperó. Cuando llegué me la hizo de tos, empezó a chillar, uta qué hueva, lo convencí de que no lo volvería a hacer y quedó, pensé yo, contento. Le dí rico un par de noches y se calmó la cosa. Dirán que soy una perra, tal vez. Pero este bruto era un poco hombre, conformista, atenido y huevón, todavía a su edad hijito de mami, perra vieja nomás de acordarme de ella se me revuelve el estómago, y además pésimo en la cama, un asco el hijo de la chingada, perdón, me emocioné.
A los tres meses de este capitulo, mi esposo se fue con el niño de viaje a ver a sus papás, él también es foráneo, y yo pos feliz, me llevé a mi macho a la casa y nos encerramos tres días. Que delicia de fin de semana... vivir con mi amor sin preocupaciones. Cogíamos como conejos a toda hora, sólo comíamos algo y dale y dale. Y dale... que llega el bruto sin avisar, un día y medio antes de lo acordado y yo boca arriba en nuestra cama con mi papi bien introducido en mi puchita, mamándome la tetas bien agarrado de mis hombros como queriendo traspasarme con su garrote, parecía que quería que me saliera por la boca. Y aquel parado en la puerta de la recamara con mi hijo de 5 años agarrado de su mano. Al oído le dije a mi papi: " Tú sobre el bruto y yo sobre el niño...." y así fue. Nos despegamos y yo me le fui encima a arrebatarle a mi hijo y mi papito se encaminó decidido sobre él con la verga bien paradota gorda como una macana y chorreándole mi jugo hasta los huevotes que tiene, el otro estúpido, se le quedó viendo al fierro como hipnotizado y bolas! Lo durmieron de un derechazo a la mandíbula. Cayó a un lado de la puerta dentro del cuarto, noqueado.
Me puse una bata y me llevé a mi hijo a su cuarto y lo encerré, regresé y mi rey ya se había vestido, pero la traía bien parada todavía. Le dije que me esperara tantito y fui a ver al bruto. Estaba bien desmayado. Regresé, le saque sus 22 cm a mi papi y caí de rodillas, se la mamé como nunca, él me dijo que si estaba loca, pero no, estaba muy excitada con lo que pasó. Lo senté en la sala y le bajé los pantalones y los calzones hasta las rodillas. Se la seguí mamando rico. Le chupé los huevotes, qué huevotes, le metí la lengua en las íngles y le recorrí desde su culito peludo hasta la increíble y gigantesca bolsa de sus testículos amados, TODO como él me había enseñado desde hacía dos años.
Me puse de pie y me monté encima de él, ¡se me fue todita fácil, dura, gorda, mmmm qué rico! Grandota la vergota de mi amor... estaba por venirse cuando me salí, me paré y lo agarré de la mano, lo jalé y me lo llevé al cuarto donde el bruto estaba tirado. Me subí la bata hasta la cintura y me empiné junto al desmayado y le grité: Métemela por la cola, rápido!!! Mi rey incrédulo no reaccionó hasta que me agarré las nalgas con ambas manos y me las abrí, enseñándole mi culito y gritándole: ORALE!!!
Se hincó atrás de mí y me la metió por la pepita. No!, por el culo, le grité. Me respondió que necesitábamos lubricar un poco y ZAZ!! Me la hundió todita por la cola, me reventaba el recto con sus embates, la traía más gorda que nunca; me dio como 15 mins y cuando se iba a venir, me separé y me giré de espaldas en el piso y le dije que se viniera en mi cara. Acostada junto a mi esposo desmayado, se vino como nunca. Parecía fuente. Me bañó toda la cara y los pechos. Me embarró con su manota el semen por toda la cara metiéndome sus dedos en la boca llenos de leche y yo se los chupaba desesperada. Se paró, se subió los pantalones y me dijo: "Dile que ni se le ocurra ponerte una mano encima, porque se lo lleva la chingada". Señalando al bulto tirado a un lado de mi. Se dio media vuelta y se fue. Yo ahí me quedé tirada en el suelo un buen rato, hasta que el bruto de mi marido empezó a dar señales de vida. Me fui corriendo al cuarto de mi hijo y me encerré con él, le hablé a mi hermana por tel y hasta que llegó salí. Por supuesto ese perro ya le había contado todo, yo todo le acepté y le dí el recado de mi amorcito, agregándole que también si me quitaba al niño lo vendría a buscar y lo madrearía con todo. Me fui de la casa con mi hijo a vivir otra vez con mi sorprendida hermana mayor. Después no divorciamos y a darle vuelo duro con mi amor.... ahora sí sin impedimentos.
Próximamente les platicaré cómo mi papi, mi rey, me llevó por los caminos inimaginables, para mí, del sexo, de la lujuria y de la perversión. Incluso de cómo, en nuestros continuos viajes, me compartió en la cama con otras mujeres y después con otros hombres como él: ricos, machos y vergudos.