Todo empezó hace cinco meses, a partir de una de esas conversaciones que tanto se dan en internet. "La soledad y el aburrimiento aprieta", eso pensé cuando ese nick me abrió un privado, un privado en principio aburrido que solo condujo a demostrar mi frustración por el poco caso que me hacían las mujeres a pesar de estar bien considerado entre ellas (para eso siempre están las amistades femeninas, amistades nada más)
Fue pasando el tiempo y la felicidad que me quiso contagiar aquella noche aburrida con su vida maravillosa, una vida perfecta, con trabajo, con estudios acabados, con un chico que la quería y ya llevaban dos años y a por el tercero, se fue truncando. Nunca se sabe porqué la llama del amor se iba apagando, pero el caso es que se les apagó la luz del todo, y su vida dejó de mantenerse en equilibrio sentimental, posiblemente el equilibrio humano más necesario a tener. Y todo esto me lo contaba cuando yo estaba solo, pero al menos estable y tranquilo. Atrás quedó mi pensamiento de "Ojalá el que llevara dos años contigo fuera yo, no te arrepentirías" pensaba yo desde mis adentros.
El caso es que la tortilla emocional estaba girada. Realmente lo pensaba, era una pena que esa belleza (más pensé aquello de ojalá fuera yo cuando vi su foto, una moreno-pelirroja, con ojos ardientes, una figura llena de curvas, y a juzgar por su peso y sus medidas nada mal- incluso una crayola le dediqué a esos pechos voluminosos que en la foto estaban tras un polo blanco, junto al -querido de dos años-), y esa persona (Laura se llama) tan activa, de golpe siguiera igual de activa pero le tocara divagar entre rollos de una semana y cabrones que solo buscaban una noche potente, ella seguro que las daba (eso también pensaba yo pero de otra forma, para mi no hubiera sido una noche, por mi hubiera sido para una vida) Pero ése no era el caso, ya iba por el cuarto rollo roto en otros 4 meses desde que ese querido de dos años la dejó. . .
El caso es que el aburrimiento marcó nuestras conversaciones, y de forma casi casual salió el tema de la vida, lo mal que nos trataron a los dos los amores (cuánto se distorsiona la realidad por ambas partes cuando se está solo). Viviendo en el mismo pueblo costero (no diré el nombre, pero con sus calas y sus pocos más de 5000 habitantes es una suerte mayor el vivir, y el contar con vecinas de pueblo como ella). El caso es que surgió la idea:" por qué no quedamos y salimos un poco y tomamos algo y hablamos un poco más en la intimidad?" "Lo siento, estoy cansado, y poco presentable" (esa noche no era mi día) "pero si quieres el sábado que viene estaría encantado". Ahora venía cuando ella diría "Bueno, ya lo miraremos", y después nada de nada, pero no fue así. Me pidió mi movil, y me preguntó a que hora me iba bien (desesperada está esta belleza, que triste, una que tiene tanto y se debe ver obligada a pedir hora)"A las 7". un pensamiento rápido recorrió mi mente, una cena por el medio, podría ser un buen intento. . .
Pasó la semana rauda y veloz, he de reconocer que un poco emocionado por lo que había conseguido, por fin iba a ver en directo ese cuerpo que algunas noches soñé a mi lado y muy activo, tal y como debía ser ella, y sobretodo esos pechos libres de ese polo blanco y de ese querido de dos años.
Llegaron las 7, sonó el interfono y en menos de dos segundo estaba en su coche dirigiéndonos al paseo marítimo donde la llevaría a cenar. Cuando le di los dos besos de cortesía, para no interrumpir mucho el tráfico, ya me olí lo que pudiera pasar, llevaba un perfume, que por mi hubiera esnifado, incluso me acuerdo que me llegué a preguntar si sus muslos olerían igual.
Llegamos, aparcamos, y fue cuando realmente la vi, de pie, con sus 1, 72, con esas curvas, esa cadera, esos pechos, esta vez protegidos por un escote que daban ganas que fuera piscina, y por un culo, un trasero, redondo, que hubiera dado lo que fuera por sobar y ver libre de ataduras en ese momento, pero aún venía la cena.
En la cena, fuimos capaces de hablar como dos adultos, de todos los temas, de la política, cine, música, y sí, del amor. Ella me hizo saber que estaba sola sola sola, y yo me hice la comparativa de estar solo solo solo, a lo que sonrió con una sonrisa muy picarona, pero mi timidez impidió llegar más allí.
Salimos del restaurante, y paseamos hasta llegar al local de moda, donde me cogió de la mano para entrar, acompañándolo de un "Gracias por la cena y la conversación íntima, lo necesitaba", me dijo. Yo necesitaba otras cosas pero no las podía decir en ese momento.
Pasaron dos o tres vodkas para los dos, o sea que nuestras nociones de la realidad no debían de ser las mismas, que serenos, pero ella seguía siendo tan bella com siempre, y sobretodo más apetecible después de un baile de una lenta donde no dudó a pedirme que usáramos la confianza que habíamos adquirido, para usarla en el baile, que no temiera a acercarme a ella, y que si por algo debía agarrarla de según que zonas, lo hiciera, eso sí me pidió que sin propasarse. Ese baile, nuestras fragancias, nuestros aromas, un casi beso que estuvimos a punto de darnos en medio de ese baile, todo ello, hizo que me insinuara que estaba sola, y que la hiciera compañía, que estaba cansada y que quería que la llevara a casa (sabiendo ella de mi timidez y mis principio no propuso nada más, pues sabe que si hubiera dicho algo subido de tono yo la hubiera consolado y me hubiera negado, ella se merecía algo más que una noche loca). Estando solo como estaba en casa decidí acompañarla. Salimos fuera, a pasear, a que se nos pasaran los grados de alcohol. Aunque para cinco minutos escasos que teníamos en coche hasta su casa, tampoco nos iban a parar.
Llegamos a su casa, y sin soltarnos de la mano, entramos, yo me fui hacia la cocina, ella hacia el piso de arriba, a lo que inmediatamente me llamó.
Llevándole una taza de té y habiendome quitado mi jersey para quedarme en mangas de camisa subí las escaleras que llevaban al piso de arriba. Estaba la puerta de su habitación entreabierta, a oscuras a lo k decidí encender la luz del pasillo. . . para no estropear -el ambientillo- (lo que hacen tres vodkas). Allí estaba, descalza, estirada boca abajo, pude disfrutar con la sola vista de su trasero (si no hubiera sido como soy, se lo hubiera comido hasta llegar a su interior), me pidió un masaje de espalda, "Estoy tensa, podrías por favor hacerme un masaje?". "Yo no sé". "No importa, haz lo que sepas, lo daré por bueno, lo que cuenta es la intención, no tengas miedo". Así, k me dispuse a descalzarme y a ponerme de rodillas, entre su cuerpo (lo k me faltó para probar de encularla cual loco ninfómano), pero no, a pesar de no poder controlar mi erección por la situación, y de rozar sus posaderas con la misma en el momento en que subí hacia su espalda para hacerle el inexperto masaje, por lo que ella sabía de sobras mis sientimientos y mi sensación hacia esa situación, subí hacia su espalda y la ayudé a desprenderse de su blusa. Empecé con un masaje vertical, que ocupaba toda la espalda, como si con mis manos limpiara el polvo de su espalda, primero en lineas recta, después en líneas curvas, de izquierda a derecha, pasando por encima de sus sostenes, a lo que su respuesta fue interrumpir sus respiraciones placenteras para decirme, "espera, que me lo quito", se deshizo del enganche, y poco a poco se lo sacó de debajo de su peso de libélula (lo que hubiera dado en ese momento por ser ese sostén) y me pidió k continuara, a lo que yo no me pude negar, y mi erección no dejó de crecer. 15 minutos después, cuando el masaje se iba a acabar pues ya había recorrido su espalda con mis manos (lo hubiera hecho con todo mi cuerpo, con mi boca, con mi polla, pero no era mi intención visible aún).
Llegando al final del masaje me dispuse a bajarme de tan encantadora montura, a lo que cuando iba por su cadera, ella con un escueto pero rotundo "NO, Espera por favor", se giró sobresímisma, y por primera vez tuve la sensación de estar en un sueño, mirándola de arriba a abajo era bella, su cabello liso, aplastado por su cabeza, sus ojos, dos luceros en la oscuridad, su nariz respingona y pequeñita, su boca, sonriente como si esperara de mi la vida, su cuello, esta vez en su esplendor, y por fin sus senos, sus explondorosos pechos, sus pezones oscuros y puntiagudos, aquí descubrí también sus intereses hacia mi, la sombra que hacía sus pechos, su cintura de avispa, sus caderas donde cabería mi gozo. Y una falda, que mi sorpresa aún me impedía bajarla para acceder a su placer a lo que me restaba de su cuerpo. Después de esta vista de instantes, que para mi fueron minutos eternos, sonó un "Continúa por favor", a lo que mi timidez desapareció del todo y mi boca fue a buscar la suya en la que nuestras lenguas se unieron apasionadamente, y su manos se deshacían de mi camisa, para recuperar mi pecho no muy holgado y sí delgado, a partir de ahí, bajé mis manos y mi boca para continuar el masaje sobre sus pechos, por fin estaba ella ante mi y yo ante ella, con menos ropa de la prevista. Después de besar y masajear sus tetas, a lo que no pude dejar de añadir "Cuanto deseaba que llegara este momento", a sus respiraciones agitadas y a sus gemiditos cuando mi lengua y dientes se aprovechaban de sus pezones. Probé su ombligo, que llené de saliva mezclada con sus sudores, con la calor que iba aumentando en todos sitios, ya la sentía bajo su falda, bajo mis pantalones, sobre nosotros, y llegue a su falda, le pedí colaboración a lo que con una risotada medio borracha levantó sus nalgas y sus piernas para podersela sacar entera, después mi boca disfrutaría corriendo hacia abajo sus braguitas, que en ese momento me parecieron lo más sexy del mundo, y que deberían desaparecer así que con mis manos las fui bajando dejándoselas en los pies, realmente me excitaba ver su cuerpo sin posibilidad de moverse, enredado por su mismo corsé, que desde siempre guardó su tesoro, quien fuera su tanga. . .
Volví a fijar mi vista en su monte de Venus, peludo, como una espesa boscuria a explorar con mis dedos, en la que introducí dos, a lo que su cuerpo acceptó y mis caricias acompasadas obtuvieron la compañía de sus quejidos placenteros, de sus ronroneos, de sus sentimientos animales, al tiempo que mis dos dedos, entraban cada vez más y mejor, por mi metería la mano entera, mis yemas lubricadas cada vez llegaban con más placer a dentro mientras ella levantaba sus rodillas para ayudar en mi penetración a la que fui acercando mi cabeza, llegando ese olor brutal y salvaje para después recuperar en gusto mientras mi lengua llegaba a una zona sin vello y emepzaba a recoger gotas espesas de sus placer y que yo no dudé en tragarme ayudado por mis dedos. Pasado otro cuarto de hora, sus ronroneos se mezclaron con un "Gracias, lo necesitaba", a lo que añadió, "te mereces una noche que nunca se acabe y yo te lo voy a dar", y acto seguido con sus manos, me impulsó a dejar de beber de sus interioridades, y a que me estirara a su lado, a lo que me ayudó con un besó que llevó parte de lo que bebía de sus labios mayores, para llevarselo a sus labios bucales. Acto seguido, me estiró y me besó un pezón al tiempo que su mano fue a perderse por dentro de mi pantalón, sin desabrochar aún, acompasando un ritmo por encima del calzoncillo que me hizo empezar a respirar tal y como lo hacía ella antes.
Paró un momento ese meneo, y reclamando mi atención, para que la mirara, dijo, "disfruta de esto, recrea tu vista en lo que vas a ver porque te mereces que tus sueños y ganas se hagan realidad". Acto seguido bajó el pantalón, los calzoncillos, y besó la parte de la base de mi pene, junto con mis huevos, llenos ya de leche, no con un lengüetazo, sino con besos cortos y secos. Me pidió que me acercara al borde de la cama, de la cual ella bajó cual serpiente sinuosa sin separar su respiración de mis genitales.
La vista era maravillosa, yo, sentado en el borde de esa cama desconocida para mi, mientras una melena me tapaba los bajos, la cual de vez en cuando giraba la cabeza para que yo la pudiera ver actuar, y se apartaba el cabello de forma que yo pudiera ver, como se metía mis escasos 14 cm. enteritos en la boca, mientras con la otra mano masajeaba, apretaba mis cojones, y así me descapullaba aún más, ampliando la mamada de vez en cuando se metía unos de esos huevos dentro de su boca, y aparte de su respiración de alguien que estuviera sorbiendo sopa o chupando un helado (a veces a lengüetazo entero, a veces a mamadas, largas y profundas)mi placer crecía tanto que me iba a hacer eyacular, y por un momento mi timidez hizo k avisara. "Mmmme. . . me. . . me voy a correr, sé k no es romántico, pero no puedo más, lo haces muy bien y me gusta mucho, pero te voy a llenar".
A lo que ella paró un poco el ritmo y afirmó "Tú te mereces más que nadie llenarme, convierteme en tuya, invádeme, y no te preocupes por la forma, porque estoy segura k habrá otras más", a lo que reanudó mi placer, que realmente parecía el suyo sobretodo al ver su cara feliz conmigo dentro, quien lo diría que eso iba a gustar a las mujeres. . . Tanto se quejan y resulta que les gusta, a lo que yo internamente resolví: si realmente hay más veces te lo daré todas las veces que pidas, porque tú si que te lo mereces. Mientras empecé a acariciar su pelo, su cabeza, y con ello a controlar esa mamada, a lo que realmente me estaba follando con la boca, y decidí correrme por primera enteramente dentro de ella, de su gusto, de algo que indirectamente le estaba dando placer. Hasta que después de su mismo acelerón de la mamada, y de mi aceleración de mi respiración e incluso algún gemido-quejido placentero, dije: "con todo mi amor por ti", a lo que empecé a eyacular sin soltar su cabeza, a lo que ella comprendió lo que quería y sin hacer fuerza, accedió a seguir mamando y succionando, hasta haberse bebido todo lo que le di.
A lo que cuando acabó, se la sacó de la boca, se incorporó, y con un risueño, " Te ha gustado?" Y un "mucho" agotado por mi parte, subió a darme un beso, en el k recogí parte de lo que le había dado, devolviéndome la jugada anterior, a lo que afirmé jocosamente "nunca una eyaculación de hombre pude pensar que supiera tan sabrosa", a lo que ella estalló en risas, y poniéndose encima mío, deshaciendose de mis calcetines y empezando a buscar una penetración empezó a masturbarme poco a poco, hasta redespertarme, poner mis manos en sus pechos y empezar la penetración, a lo que poco a poco ella iba bajando su pelvis, y después a levantarla a forma de gancho, consiguiendo su objetivo y el mío, a lo que el vaivén iba ganando en potencia, velocidad y fuerza.
Cuando por la excitación iba a cerrar los ojos, le pedí por favor que no lo hiciera, es más le pedí que me mirara, que esos ojos me dijeran hasta que punto disfrutaba conmigo, y sonriendo aceptó volviendo a dirigir su atención a ese mete-casi-saca. Intérnamente yo reconozco que durante poco tiempo, porque mi concentración desaparecía por mis partes bajas pensé, en lo que estaba consiguiendo, y me arriesgué en pensar que ya que estaba como estaba era hora de poner en práctica todo aquello que había leido e informado. Así que mientras una mano no dejó de jugar con un pezón y con el otro después, otra fue hacia su trasero y con un dedo un poco mojado en saliva, fui abriendo camino, cosa a lo que ella respondió con un gritito, con un respingo, y con la aceleración del ritmo, como si fuera una carrera, a lo que yo seguí con mi dedo hasta donde llegara, y una vez llegado a los cm. de mi dedo, decidí iniciar un mete-saca a lo que ella contestó un "No sé que pretendes conmigo, pero me estás consiguiendo, por favor llega y lléname, lo necesito". "Dios mío se puede saber que hicieron todos los de las buenas noches y el de los dos años que estaba ella tan necesitada?" (eso pensé) Sin dudarlo aceleré, empecé a repizcar los pezones y a conseguir que por sudores, el dedo de atrás estuviera tan lubricado que entrara como la mantequilla para salir otra vez y volver a entrar, un acelerón repentino, sus gemidos, y un "no puedo más", a la vez que el sentirme mojado, me descubrió su primer orgasmo, y casi el mío aunque decidí resistir, pues eso de que el hombre puede correrse tantas veces como quiera era poco demostrable, y ya llevaba una, por mi interior calculaba que otras dos, más no hubiera, aunque mi lengua y mis dedos hubieran hecho todo lo que mi polla no llegara, pero ya no era lo mismo por lo tanto decidí resistir, y pedi un cambio de posición, y fallo mío le pedí k recordara como más le gustaba hacerlo con el de dos años, craso error, pues lágrimas aparecieron en sus ojos, a lo que me decidí a parar.
Mi interior decía que ahí se acababa todo, que el error fue demasiado grande, pero no me rendí, decidí saltarme el guión. Y parando del todo, le dije:"Siento haber metido la pata, pero a mi me importas tú y tus gustos, y si han de ser forjados de experiencias de otros, que en su día adoraste, lo aceptaré, porque para mi eres más que una noche y si realmente tú y yo vamos a compartir algo, también quiero que sean nuestros recuerdos, incluidos en esto. No llores, yo no soy él, solo quiero tu placer, y tu buen recuerdo para que lo revivas, para que lo vuelvas a disfrutar". Asímismo con dos besos lamí sus lágrimas y mis manos fueron a acariciar sus caderas, ya que estábamos de lado después del fallo. Con una sonrisa y sin dejar de soltar alguna lagrimilla dijo: "esto nadie lo hubiera hecho por mi, el prevaler mi gusto por encima del suyo incluso en esto, me ha llegado al fondo, soy muy feliz. Gracias. "Y acto seguido se giró para darme la espalda, y ayudada de sus manos se abrió los labios mayores y dijo, "así, torcida, por detrás me gusta mucho. " Y dirigí mi miembro a su entrada, a lo que el vaivén ahora cambió de dirección, esta vez de izquierda a derecha, con el mismo ímpetu o más incluso que antes.
Mis manos se concentraron junto con las suyas, una en tocar sus pechos, y otra en rozar su vientre así como introducirse también dentro de su coño, lo que agradeció acompañando con un dedo suyo, guiando el mío y también con un "Mmmmm. . ., " que dejó pasó a jadeos cada vez más altos de volumen y más cortos, y rápidos en espacio, hasta que un "Dejate ir dentro de mi, pintame, sin miedo", así como una brutal culada por parte de los dos que hizo que mis cojones chocaran contra sus posaderas, y la penetración fuera máxima, al tiempo que nos corrimos los dos a la vez, con un alivio interior mútuo. Pasado el momento inicial, en el que me agarró las manos como si fuera un parto, a pesar de estar de espaldas, se giró se pudo se cara, y se la volvió a introducir, esta vez diciendo, " Calma, que lo has hecho muy bien, solo que quiero tenerte conmigo dentro". Y nos besamos y acariciamos, otra vez de lado. Pasados unos 10 minutos de besos y conversación y agradecimientos mutuos, llegó mi petición. Mi osada petición, realmente me dicen una semana antes que iba a pedir eso y no me lo hubiera creido. Lo que hace el amor y la excitación del momento.
Cuando la conversación se dirigió a qué nos había pasado y lo satisfechos que estábamos los dos yo añadí:"No me culpes por lo que voy a decir ahora, espero que no te enfades y si no te gusta perdones mi osadía, pero viendote como estabas de espaldas, he pensado que me gustaría sentir tu placer por detrás (sea o no la primera vez que te lo hayan hecho). Sé que es osado, pero tengo entendido que da un placer inusitado, y para que negarlo también me da cierto morbo, ya sé que es tentar a la suerte, y que no se preguntan ciertas cosas, pero no me quiero arriesgar a quedar como lo que no soy, por ello lo sugiero".
Un silencio aterrador y gélido sentí que se hacía dentro de los dos. Pero una sonrisa suya deshizo todo ese hielo. Afirmó tímidamente:"Realmente tienes ganas? Dicen que duele mucho, pero creo que contigo no tengo nada que temer, y sí, va a ser la primera vez, si tú quieres claro, en que alguien me penetre por detrás, por lo que deberás guiarme. Si te atrevés a guiarme, a comprometerte a hacerlo por amor conmigo, por qué no? Yo confío en ti tanto como tú confías en mi. Eso sí, tengo entendido que es difícil y doloroso, por lo que te pido que seas responsable", y con una risa jocosa añadió, "imagínate si me preguntan por qué no me puedo sentar, que debería contesta"r. . . A lo que me reí yo también. Fallo también el mío no ir preparado, no tenía vaselina ni crema ni nada parecido y a pelo me parecía peligroso. Pero de perdidos al río, ahora que había conseguido un sí, no me podía echar atrás aunque sé que ella lo hubiera respetado.
Y se me ocurrió la idea más descabellada del mundo. Le dije, " es una sorpresa, por lo tanto no preguntes, confías en mi?" "Sí. " Bien, levántate, acompañame, No va a venir nadie verdad? ""Recuerda que vivo sola, melón". "Es cierto", la cogí de la mano y la llevé a la cocina no sin antes coger unas toallas que se había dejado por casualidad en el comedor, y que me vinieron como anillo al dedo. "Qué haces?" "Recuerda, no preguntes, confía en mi". Su sonrisa picarona demostraba estar de acuerdo con lo que le pidiera, estaba seguro. Abrí la nevera, miré por encima y agarré un bote de nata, un bote de leche, dos kit-kats, varias natillas de chocolate y algunos yogures naturales que había. Cerré la nevera y de debajo la vitrocerámica, cogí el aceite de oliva virgen extra. Acto seguido nos sentamos encima de las toallas estiradas, que ocupaban la totalidad de la cocina y dejando todo ello en el suelo, dije:"Bienvenida a un sueño mío, dime raro, y marrano, pero siempre soñé en jugar con alguien a esto. Se trata de que por turnos y con estos elementos alimenticios haga cosas que puedan excitar al otro pero disfrutar los dos. Entendido? Bien vamos a ello, yo primensss, escojo las natillas de chocolate, por favor túmbate", y empecé a esturearle las natillas por todo su cuerpo, cara, tetas, vientre, coño, piernas, y acto seguido empecé a lamer hasta lavar todo su cuerpo (menudo empacho). Le tocaba a ella. Dijo" esto. . . lo mío va ser complicado pero tú debes hacerlo posible. Debes darme dos yogures naturales sin cuchara y sin manos. . . ya sabes. . . " La idea simplemente me encantó.
Me puse de rodillas, y empecé a mojar mi polla en el yogur y cuando estaba bien mojada, ella la chupaba, primero a lengüetazos, cuando le cogió el gusto a mamadas, que debí interrumpir por lo de las corridas. . . Se comió los dos yogures, y juguetona y con toda la cara llena de yogur, afirmó que le gustó tanto que eso tarde o temprano lo repetiría, con lo que a mi me dió un vuelco el corazón pero me contuve diciendo, " ya se verá". Siguiente turno. Pillé los kit kats, y dividiendolos en barritas, dije, "estos van a ser mis dedos de chocolate, la ventaja es que se pueden comer, y eso deberemos hacer los dos". (con ésto cumplía una fantasía politicamente incorrecta en la que una mujer me comía el culo). Le puse dos barras en el coño, dos en el culo, y a medida que el mete saca deshacía las barritas, y que ella agradecía esos roces, me iba comiendo la galleta y el chocolate que se dejó caer sobre sus labios mayores y menores, pero sobretodo sobre su ano, k se estremecía de gusto, lo cual me hizo afirmar, que cuando me sintiera dentro le iba a gustar más.
Quedaban cuatro, dos me las puse en la boca, a las que ella no dudó en abalanzarse y arrebatarmelas de un beso, y después, con mucho esfuerzo me puse dos en el ano, y de cuatro patas, los dos el uno sobre el otro, empezó a lamerlas y a llevarse con su lengua el chocolate que quedaba, cosa que mi ano agradecía, cuando ya no quedaba ni galleta ni chocolate, su lengua se introdujo más acompañada de un dedo, cosa que disfruté, y a la que ella se tuvo que masturbar, con la mano libre, pues se estaba excitando. Pasados cinco minutos quedaba la nata, el aceite y la leche. Escogí la nata y se me ocurrió una idea maquiavélica.
Penetrándola un poco con el pitorro, la idea era llenarla de nata, la cual cosa entre jadeos agradeció tanto por detrás como por delante, sobretodo por delante iba mezclado con todos sus jugos, helado que agradecí, y que afirmé "me gustaría repetir durante ese verano" (y que ella afirmó, " por ti me hago un sorbete de limón dentro". Ahora le tocaba a ella, pero decidí acabar el juego para dirigirlo a mi objetivo. Le volví a preguntar si confiaba en mi. Ella dijo que sí:La puse con el culo en pompa, ayudado por unos cojines para poner debajo que fui disparado a buscar al sofá. Abriendo un poco su ano con un dedo, empecé a derramar leche, al tiempo a lamerla, cosa que a ella le daba mucho placer, y con sus continuos "síiiiiiii", me animaba a continuar. Y finalmente, cuando vacié media botella de leche sobre su ano, decidí hacer la definitiva. Mojé sus posaderas y ano con el aceite, y asímismo mi polla también. Acto seguido y derramando líquido y un grito suyo, empecé a introducirme en su trasero, ayudado por mis dos pulgares, solo hasta la cabeza, paré, me quedé quieto, y se me ocurrió preguntarle que qué sentía. Ella dijo, que era como si alguien le hubiera descubierto el timbre del placer, y no parara de tocarlo, quemándola por dentro, doliéndose de placer.
Decidí seguir, aunque a mi la fuerza que hacía su esfínter me estaba matando, de 2 cm pasé a 4, de 8 a 12, hasta que mis huevos, yo y ella llegamos a nuestro fondo.
Con grititos empezamos el movimiento perruno mientras mi manos y las suyas se ocupaban de su clítoris mojado (lo que hubiera dado por tener dos pollas en ese momento, o por qué no tres, eyáculandole otra vez en la boca, en el coño y en el culo, sería bestial sin duda). Empezó a venirme la sensación de irme otra vez dentro de mi, que resistí mientras nuestras manos llegaban a su segundo orgasmo, y a juzgar por el líquido que mojaba las toallas del suelo, no era fingido. Y por fin decidí llenarla. Me dijo "Te quiero, sin miedo, lléname, eres mío y yo tuya, tienes mi permiso y tu derecho". A lo que no evité el correrme del todo, lo notábamos los dos, como yo me vaciaba y ella se llenaba.
nos apartamos el uno del otro, el semen iba saliendo de su ano pausadamente con un reguerillo de una gota de amplitud, bajando por sus piernas y muriendo en las toallas. Y yo después de haber eyaculado sentí que tenía algo dentro que no me podía quitar, que quería descargar, y no era correrme. . . me estaba MEANDO!!! Perdida la cabeza, y todos mis valores, decidí girarme para darle en su boca, cerdo fui, pero en vez de apartarse, lo aceptó, abrió más, como si le diera agua de vida, y pidió con un hilo de voz, " por todo mi, lávame". Echado como estaba fui apuntando a todo su cuerpo, limpiándolo de restos de natillas, chocolate, nata, semen, jugos de ella, aceites, y que se yo que más salió de allí. Acto seguido un sonoro pedo hizo que vaciara ella sus entrañas llenas de semen, a lo que acabó afirmando, "esto da asco, jejej, ya lo limpiaremos, vámonos a la bañera". La llenamos de agua caliente, nos metimos los dos, uno en cada lado, con las piernas entre cruzadas entre nosotros, para acabar durmiéndonos, uno en cada lado, y despertarnos con el agua fría ya. . . Pero eso es otra historia
Cityfriman