HISTORIA DE ANA (V)
Después del primer encuentro entre mi hija Bea y yo, me encontraba en el séptimo cielo. Ya había consumado una buena parte de mis mayores deseos. Por fin tenía a mi hija mayor como compañera de juegos sexuales y, además, no como una aprendiza si no como una depurada experta en la materia. Con el tiempo, yo esperaba que fuera aficionándose a las mismas perversiones y guarrerías que a mí me encantan, si bien ella se había ofrecido a hacerlas, aunque tuviera un primer rechazo o le produjeran asco, al menos teórico. Pero estaba segura de que llegaría a donde yo estaba muy pronto y gozaríamos en total plenitud del sexo más degenerado y sucio que se pueda imaginar.
Para que mi felicidad fuera completa faltaba mi otra hijita, Carla, pero estaba segura de que también muy pronto se incorporaría y haríamos un maravilloso trío de amor y sexo perverso.
El caso es que al día siguiente de la primera noche de sexo bestial con mi hija Bea, las niñas se habían ido al colegio como siempre. Tanto ella como yo hicimos perfectamente nuestro papel ante Carlita y actuamos como si no pasara nada especial. Bea me había prometido que ella no iba a tomar ninguna iniciativa con respecto de informar a Carla de este cambio en nuestras vidas y de momento lo estaba cumpliendo.
Yo pasé todo el día en mi trabajo con la cabeza en otro sitio. Estaba muy nerviosa y no pasaba el tiempo. Hay muchas partes de mi vida que, lógicamente, no he contado, sobre todo por no considerarlas de mucho interés. Entre ellas, está la multitud de "amantes" que yo tenía en todas partes. La verdad es que yo no le hacía ascos a casi ninguna mujer que se me "pusiera a tiro", siempre y cuando tuviera una característica imprescindible, que fuera una guarra. Si no era así, no volvía a tener relaciones con ellas. Aunque siempre he procurado mantener mi trabajo y el sexo separados, a veces era imposible resistirse. Debo decir que desde pequeña me han gustado mucho las chachas, como se llamaban antes, es decir asistentas y similares o "empleadas de hogar" como se dice ahora de forma muy cursi. En este gremio, para mi, entran las mujeres de la limpieza. Siempre me han dado mucho morbo con esos uniformes y la pinta de sucias que tienen muchas, con todos mis respetos para ellas y su profesión, claro. El caso es que yo me había ligado a una de ellas que iba a la oficina y de vez en cuando nos dábamos una pequeña fiesta en el water aprovechando alguna pausa. Esa mañana aproveché para quitarme la calentura con ella, Jenny, una guarrilla de 19 años, que estaba superbuena y que tenía unos pies que olían a gloria. Me la encontré en los servicios y de un golpe la metí en uno de los wateres.
"¿Qué te pasa?", preguntó asustada de mi entrada tan violenta
"Nada mi guarrilla, que estoy como loca por comerte tu sucio culo"
"¡Joder!, como vienes hoy de caliente ¿no?"
"No lo sabes tu bien", le dije mientras empezaba a meterle mano por debajo de su bata azul de limpieza. De un golpe le arranqué las bragas con la mano"
"¡Ay!, ¡Cuidado!. ¿Estás loca?"
"¡Trae cerda!". Me llevé las bragas a la nariz oliendo tan profundamente tanto su parte de coño como de culo. Ella se relajó y sonrió maliciosa mientras se sentaba en la taza del water y abría las piernas levantándose la bata.
"¿Qué tal huelen, marrana?"
"¡A gloria, Dios!" "Dame tus pies". Le cogí los pies y, como siempre, le olían que me ponían a cien mil. Ella ya se había puesto muy cachonda. Le gustaban estas sorpresas.
"¡Venga Ana, venga, cómeme el coño, por favor"
"No, joder, trae el culo" Me arrodillé delante de ella y le levanté las piernas, me las puse sobre mis hombros y le abrí bien las nalgas. Se veía que María había cagado y no se había lavado después. Ya conocía muy bien aquel culo y era lo que necesitaba en esos momentos. Me tiré a por su ano y empecé a lamerlo con fruición. Siempre me pasaba lo mismo. Lógicamente los primeros segundos me daban unas arcadas tremendas por el olor, pero al poco tiempo toda la lujuria acumulada podía con ello y disfrutaba como una loca.
"¡Mira que eres cerda!....Siiiiiii .mmmmmmmmmmmm!!", me dijo.
"Si, como si no supiera yo porque no te lavas el culo", le dije yo levantando la cabeza.
Durante media hora estuvimos allí, me meó en la boca y le comí el coño hasta que reventó en un orgasmo bestial. Menos mal que estos servicios eran los de unos almacenes que tenía la empresa y que no se usaban por la mañana apenas, aunque lógicamente teníamos la precaución de no gritar.
Salimos. Yo me lavé la boca concienzudamente y volví a mi puesto de trabajo. Este encuentro me calmó un poco pero, de todas formas, estaba como loca porque llegaran las seis de la tarde y pudiera ir a recoger a mis hijas a la ruta del cole.
Efectivamente la hora llegó. Mis niñas bajaron del autobús y me di cuenta que a Bea yo ya no la veía con los mismos ojos. Cualquier detalle, cualquier moviendo que hiciera me atraía. Para mí ya era un objeto del más oscuro deseo. Sin saber por que a Carla ese día empecé a verla de forma diferente y comencé a desearla con toda mi alma. De todas formas yo las saludé como siempre aunque Bea me dedicó una mirada cómplice que a buen seguro nadie reconocería.
Subimos a casa. Yo estaba deseando quedarme a solas con Bea y hablar con ella. Quería sobre todo hablar, saber que sentía, como había pasado el día, que tenía en la cabeza. Sobre todo, quería comprobar que no tuviera ni el más mínimo sentido de culpa, eso me hubiera hundido y, por supuesto, me hubiera hecho abandonar mi comportamiento.
Así que las mandé a hacer los "deberes" del colegio, pero a Carla le dije que antes de metiera en el baño. Aprovechando que ya empezaba a hacer fresco por las tarde le había preparado un baño de espuma para que estuviera el mayor tiempo posible dentro de cuarto de baño. "¡Oh!, gracias, mamá". Sabía que le encantaba y no dudo ni un minuto en meterse en la bañera. Ese día y por primera vez, eché un vistazo a su cuerpito con especial interés sexual en su coñito. Me encantó verlo así. Cosa curiosa, es que no había reparado nunca en el tamaño de su clítoris que le sobresalía de entre los labios del coño. Me llamó la atención que no me hubiera fijado nunca y que ni yo ni Bea lo tuviéramos así. Instintivamente hice un leve inicio del plan para saber como Carla respondería a tener relaciones sexuales con su madre. Le di un toque en clítoris muy rápido y suave y le dije "Hija, que grande lo tienes". Ella se rió y se metió en la bañera. Yo iba vestida con un pantalón vaquero muy ajustado y Carla fijó su atención en mi entrepierna en la que se marcaba claramente la raja de mi chocho (me encantaba ir así), como queriendo saber o preguntar inconscientemente como era el mío. Estuve tentada de bajarme los pantalones y con la disculpa de comparar mi clítoris y el suyo ver como respondía el estímulo visual. Pero preferí ir más despacio y, además, estaba deseando ver a Bea.
Salí del cuarto de baño impaciente y en el pasillo apoyada en la pared y comiéndose las uñas y con una pícara sonrisa en la boca estaba mi adorada hija mayor esperándome. Me dio un vuelco el corazón al comprobar que todo estaba en orden. Nos lanzamos la una sobre la otra con una pasión inusitada y nos empezamos a besar con la lengua jugando en nuestras bocas como si se fuera acabar el mundo. Las cuatro manos se volvían locas buscando cada parte de nuestros cuerpos y las piernas se entrelazaban unas con otras hasta quedar hechas casi un nudo.
Después del morreo que duró varios minutos la cogí de la mano y la llevé a mi cuarto. Nos tiramos encima de la cama y me quede mirándola con todo el amor que sentía por aquella criatura mientras le acariciaba el pelo.
"Mi vida, no sabes como te he echado de menos hoy"
"Yo también, mamá. No sabes lo largo que se me ha hecho el día"
"¿Le has contado algo a Carlita"
"Que noooo .", me dijo en un tono que quería decir, que era una pesada.
"Mi amor, estoy loca por ti", le dije.
"Y yo por ti, mami. Jamás creí que se pudiera desear a nadie de esta forma", suspiro y me plantó un beso.
"Bea, hija, quiero preguntarte algo y que seas sincera de verdad"
"¿Si?", pregunto extrañada.
"Quiero saber si te sientes, aunque sea solo un poquito, mal Ya sabes, si te sientes rara, culpable, en fin si sientes que no deberías haberlo hecho. Es muy importante que sepa como te sientes".
"Mamá, déjame que te diga algo. Claro que no te tiras a tu madre por primera vez todos los días y que estoy un poco en las nubes, pero ahora me doy cuenta de que tú nos has educado para que esto no nos afecte. Aunque pienses que soy una cría, en mucho aspectos no lo soy, y en el sexo desde luego que no. Yo desde pequeña lo he visto como algo natural y bueno y, al revés, cuando oigo en el cole las ideas que nos quieren meter en la cabeza sobre el sexo es cuando me extraña. Ellos son los raros, no yo"
"Hija mía, no sabes lo feliz que me hace oírte hablar así"
Con un gesto muy gracioso dio la conversación por terminada y se incorporó. Iba vestida con el uniforme del colegio, preciosa como siempre, y llevaba unos calcetines blancos con unos mocasines de cuero negros. Nunca me ha gustado el olor de las deportivas, pero me encanta el del cuero. Bea se quitó los zapatos, luego los calcetines y con gesto ceremonioso me los puso en la cara con una sonrisa en su boca:
"Toma. Hoy hemos tenido gimnasia y tu niña ha sudado especialmente para su mami"
"Mmmmmmmmmmmmmm " yo los olí con profundidad. Me encantaban los pies de mis niñas.
"¡Trae!", le dije indicándole sus pies y me los puso encima de mi cara. ¡Eran tan bonitos! Una criatura que iba a cumplir 12 años en quince días no podía tener unos pies feos. Y que rico olían. Se los lamí durante un buen rato y ella empezaba a excitarse.
"Mmmm.., mami, ya me estoy mojando"
"Y yo, mi reina"
"¡Fóllame, mamá!"
"Ahora no, hija, que está Carlita en casa. Esta noche si quieres .aunque.....no sé...quiero que te lo hagas con Carlita y la investigues a ver que tal .."
"¡Jo!, yo quería estar contigo "
"Bueno, ya veremos. Calla ahora que nos va a oír Bueno, cuéntame que tal el día"
"¡Joder! ¡Estaba tan caliente!...Hoy me parecía que todas tenían morbo, hasta la de mates que es un cazo (nos reímos) .la verdad es que me he tenido que hacer una paja que no veas"
"¿Si?", pregunté yo encantada.
"¡Joder! Casi me arranco el clítoris (risas) Pero no estaba sola...", dijo misteriosa.
"¿Te lo has hecho con alguien?"
"Contigo" me dijo. Yo la miré sin entender. De pronto, se levantó la falda y se sacó de dentro de sus bragas lo que parecía ser un trapo. Lo extendió y vi que eran unas bragas mías, las que había usado el día anterior.
"¡Claro!, con razón no las encontraba esta mañana para echarlas a lavar". Nos reímos y nos besamos con una pasión muy profunda.
"¿Y por que no te has tirado a alguna amiguita?", le pregunté.
"En el cole es muy difícil. Siempre nos están vigilando"
"Ya"
"¿Y tu?, me preguntó.
"Yo igual, hija. No he tenido más remedio que follarme a una de la limpieza"
Bea puso cara de disgusto y la noté celosa.
"¡Eh, eh", dije yo, "Nada de celos, ¿eh? ¿Qué te he dicho siempre?, que los celos solamente sirven para romper relaciones. Si quieres tener alguien a tu lado, nada de celos. Dale más amor y se quedará. No le des inseguridad e ira, que es al final lo que provocan los celos"
"Tienes razón, mamá. Te prometo que haré un esfuerzo". La sonreí tiernamente.
"¿Y que tal?", me preguntó.
"Bien. Es una guarra que le encanta que se la coman. A veces me da un poco de asquito, cuando no se ha duchado el día anterior, pero si se ha lavado por la noche al día siguiente está muy rica. Nos los hacemos desde hace un año y me he gastado una pasta en pantis, porque a ella le gustan los mios usados y los sujes. Ella a cambio me da sus zuecos cuando los ha llevado un tiempo y sus medias para que pueda oler sus pies y, por supuesto, sus bragas usadas"
"Mamá, ¿Te queda alguien por follarte?" (risas).
"Hija, pienso follarme todos lo chochos que pueda. No te quepa duda. Carlita y tú siempre seréis otra cosa para mí, pero las demás Toda las que pueda. Me gusta lo nuevo ¿Y tu? No me has contado mucho de tus experiencia"
"Bueno, no hemos tenido mucho tiempo, ¿no?...(risas, otra vez) Ya te he contado que tengo dos amigas del cole ."
"Ya pero, la pregunta es ¿A quién quieres follarte? ¿Alguna profe?"
"Nah! Las profes son un rollo. Bueno, a la de gimnasia si se lo haría. Está buenísima, pero no me atrevo .La que si me mola es una madre ."
"Cuenta, cuenta Eso sería fenomenal. Lo que más me gustaría sería hacérnoslo nosotras con otra madre y su hija. Yo lo he hecho por Internet y me un morbazo que te cagas .."
"¡Sería cojonudo!...Pues no sé es una madre de una de la clase que me mira mucho ."
"¿Cómo te mira?", pregunté, cada vez más interesada.
"Yo creo que con ganas"
"Tienes que asegurarte. Enséñale las bragas "
"Ya lo he hecho"
"¡Hija!, no dejas de sorprenderme ¿Y?"
"Se le van los ojos"
"¡Genial Tienes que provocarla .mira, otro día te agachas para que las vea bien y cuando estés segura de que te ve, te tocas un poco, como si te rascaras pero despacito y la miras directamente a los ojos .Si es lo que pensamos, te sonreirá, si ves que pone mala cara, olvídala"
"Lo que sabes, mami ."
"Me lo enseñó una niña Un día te contaré .Oye, ¿y la hija?"
"No creo. Es una pazguata"
"Bueno, de momento, vamos a tratar de tirarnos a la madre"
"Vale"
"Oye, hija ¿Por qué te gustan las embarazadas?"
"¡Coño! ¿y tu por que lo sabes?", me preguntó entre sorprendida y divertida.
"Te he espiado en Internet"
"¡Que cabrona!"
"Si dime, ¿Por qué te gustan?"
"No lo sé. Me gusta ver esos chochos tan abiertos y esos pezones oscuros tan grandes. Se las ve tan viciosas"
"A mi me pasa lo mismo"
"¿Verdad?"
A todo esto, claro, estábamos con un calentón que no veas y no parábamos de meternos mano. "¡Para, para!", le dije yo. Le aparté un poco las bragas, le di un lametón y me levanté para ir a ver a mi hija Carla diciendo:"Luego seguimos".
"Mamá"
"¿Qué?"
"He pensado una cosa"
"Dime"
"Yo creo que Carlita está más que preparada "
"No se me preocupa"
"Mira he pensado que me la puedo follar y tantearla. En medio del calentón le voy a preguntar que si quiere follar contigo y le voy a decir que a ti no te importaría, seguro"
"No.
"Que si, déjame. No la conoces. Tiene un coco mejor que el mío"
"Es tan chica .."
"Pues dos años menos que yo exactamente". Se da la curiosa circunstancia de que nacieron el mismo día, con dos años de diferencia.
"Pues eso, va a cumplir 10 solamente"
"Mamá, seguro que te has follado a niñas más pequeñas "
"Pues si"
"Entonces "
"Vale, pero si ves que te pone mala cara, olvídalo"
"¡Genial" ahora vete a casa de Aurora". Aurora (nombre, ficticio, claro), es una vecina con la que paso mucho tiempo. Solamente como amiga. Es una heterosexual convencida. Nada que hacer.
"¿Ahora lo quieres hacer?", pregunté.
"Ahora mismo y te prometo que esta noche vamos a poder estar las tres juntas"
"¡Ojalá!, hija!
"¡Hala!, pírate"
Nos reímos. Se puso de pie. Nos besamos profundamente y con tremenda lujuria y nos metimos mano un poco más. Después, me fui a casa de la vecina. El pacto era de dos horas.
Como esta parte de la historia de mi vida no la viví yo directamente, le he pedí a mi hijas que lo describieran lo más fielmente como fue. A partir de aquí yo solamente lo relato como si hubiera estado y lo he puesto de forma que se entienda.
Cuando salí de casa para ir a casa de la vecina, mi hija se fue a su cuarto, se quedo en bragas y esperó a que Carla terminara. Antes se había asomado al baño y le había dicho a su hermana:
"Acaba rápido que tengo ganas de follar".
"¿Y mamá?", pregunto Carla
"Se ha ido a casa de Aurora. Vamos a aprovechar"
La pequeña, que es la más caliente de las tres aunque parezca increíble, se dio una prisa increíble y se fue al encuentro de su hermana. Ya los dos en la cama de Bea empezaron a besarse y a tocarse los chochitos. Bea, sacó la conversación que le interesaba.
"¡Joder, tia!, es que estoy más salida "
"Y yo", dijo Carla
"¿Tu por que, Carlita?"
"¡Que me llames Carlita, coño!"
"Vaaale ¿Por qué, Carla?"
"No se pero desde el día que vimos el vídeo de mamá estoy todo el día mojando ."
La pequeñaja se le había adelantado. Parecía que el destino quería poner a las tres en la misma cama.
"A mi me pasa igual, chica", dijo Bea. "Estoy loca por follármela". Carla la miro con cara de sorpresa.
"¿Te la follarías?"
"Pues claro. ¿Tu no?"
"No te jode, pues claro, también. ¿Quién no? Mira que está buena, ¿eh?"
"¿Te cuento un secreto, Carlita, perdón, Carla?"
"Si", dijo expectante.
"Mamá y yo ya follamos"
"¡Venga ya!"
"¡Te lo juro!"
Carla se quedó mirando a su hermana con una gran tristeza al comprobar que era verdad. Se sentía tremendamente sola y engañada. ¿Por qué ella no? Bea se dio cuenta inmediatamente. Carla se debía creer que ellas lo hacían desde hace tiempo a sus espaldas.
"No, bonita, no..", dijo Bea mientras le acariciaba la cara a su hermana. "Pasó ayer por primera vez"
"¿De verdad?", a Carla se le iluminó la cara.
"Que si. Te lo juro. Y lo que pasa es que mamá está como loca por follar contigo y no se atrevé"
"¡Guay!", exclamó Carla.
"Ahora, si tu quieres, ya podemos hacerlo la tres"
"¿Pues claro, tía!, ¿Cómo no voy a querer?...Con mamá .¡Es genial!...¡Claro!, ahora entiendo por que antes me ha tocado la pipa"
"¿Te la ha tocado?"
"Si, un poquito. Y me ha dicho que era muy grande."
"Es verdad. La tienes enorme y se te pone tan dura ."
"Pues ahora lo entiendo. Debe andar caliente que te cagas"
"No lo sabes tu bien"
"¿Si?", preguntó Carla como si le hablaran de una desconocida.
"Es una calentona que no veas Y mas guarra ."
"¿Guarra?"
"Si, les gusta hacer cerdadas. Con el pis y eso. Le gusta olernos los pies, los sobacos y la ropa usada .."
"¡Será cerda!....aunque, bueno, nosotras también nos meamos", dijo Carla como disculpando s su madre.
"A ella le gusta incluso que jugar con la caca "
"¿No jodas?"
"Si. ¿Te acuerdas lo que hemos visto en Intenet a veces?. ¿Esas fotos de guaras cagando?"
"Si"
"Pues mamá igual"
"¡Joder!...pues a mi esas fotos me ponen "
"Ya, pero hacerlo de verdad ..¡Que peste!"
"Pues, tía, si a mamá le gusta y me pide que la cague encima, se lo hago"
"Eres genial, enana". Se rieron las dos.
"¿Y como lo hacemos?", preguntó Carla.
"Mira, todo esto es un plan. Mamá se ha ido a casa de la vecina y me ha pedido que investigue a ver si tu estás dispuesta a entrar en esto"
"¡Que si!"
"¡Ya lo se!, pero mamá no. Así que yo creo que lo mejor es que cuando vuelva no digas nada, te vas a por ella y le metas un buen morreo. Así se dará cuenta de que ya estás lista"
"¡Genial No se si voy a poder esperar" Y empezó a sobarle el chochito a la hermana.
"¡Quieta!. Espera a que venga mamá. Verás que cojonudo lo vamos a pasar .Bueno, como me tengo que duchar si te dejo que me eches una meadita en la boca ."
"Vale, so guarra. Y luego hablas"
Hasta aquí es más o menos la conversación que tuvieron mis hijas, tal y como me la han contado. Yo estaba a punto de volver a casa .Os seguiré contando.