SOLA.
Estoy sola en mi cuarto a oscuras, mirando a través de la ventana el piso que tengo enfrente. Hace frío en la calle, estamos en noviembre y el cielo esta oscuro a pesar de ser solo las seis y media de la tarde. Tengo veinticuatro años y soy morena y creo que atractiva. Hace cinco meses rompí una relación de más de dos años con mi antiguo novio. Durante los cuales tengo que admitir, que he estado con dos chicos, no porque quisiera volver a tener una relación sino por venganza y despecho hacia mi ex. El me dejo entre otras causas porque era fría en la cama, porque no le daba lo suficiente. Se cree que después de estar trabajando como una esclava más de ocho horas al día, me apetecía nada más verle, abrirme de piernas y ser penetrada como una porno start. Las cosas no son así, y esta claro que no fue solo por eso por lo que todo acabo. Pero desde luego todo a terminado. Creo.
Mirando a la calle pienso en él, no se porque y arrimo un poco más mis piernas al radiador. Estoy sentada en mi cama, perezosa, cansada y asqueada de mi trabajo. Hoy ha sido un día más, un día cualquiera del que seguro no me acordare. Un día de esos donde lo mejor es echarse a dormir y esperar a que la mañana siguiente te despierte con una sorpresa. Pero la sorpresa quizás, pueda llegar esta noche.
En el bloque de frente, en el tercero, en una ventana, una luz se enciende y alguien entra abriendo una puerta.
Una chica rubia, más o menos de mi estatura camina seguida de un chico. El chico pegado a su espalda la coge de la cintura acariciándola por detrás dulcemente, subiendo poco a poco hasta sus pechos los cuales aprieta con las dos manos por encima de la ropa. Ella ríe desinhibida al sentir el contacto y gira su cuello buscando la boca de él. Ambos se besan mientras el chico la sigue tocando y apretando contra él. Reconozco que la escena que estoy viendo me sorprende y angustia, al estar invadiendo la intimidad de otras personas, pero no aparto los ojos de su ventana.
De repente ella se aparta del chico echándole a un lado, cerrando la puerta del cuarto, manipulando lo que debe ser el pestiño. El se queda quieto mirándola de pie con una sonrisa de oreja a oreja mientras ella se sienta sobre una cama.
Su ventana tiene las cortinas blancas y la persiana esta subida, la luz del interior de la habitación provoca que lo que acontece dentro de la misma se vea envuelto como con un aire fantasmal pero a la vez claro y brillante.
Ella viste un jersey blanco y una minifalda roja y sentada sobre la cama se quita las bragas deslizando las mismas suavemente entre sus piernas, provocando que el chico se abalance sobre ella. La chica sin embargo le lanza un puntapié que a punto esta de darlo, haciéndole de nuevo retroceder.
Sin duda esta jugando con el y eso me empieza a excitar, aprovecho que ella ahora agita sus bragas en el aire para introducir mi mano derecha dentro de mi camiseta, tocando mi pecho derecho acariciando suavemente el contorno, sintiendo mi pezón duro mientras con la otra, aparto el vaho que se pega en la ventana impidiéndome ver. No se porque me empiezo acariciar, no se porque les espío, nunca me había pasado algo así, pero lo hago y me empiezo a mojar, el interior de mi cuerpo, mi sexo se excita, se hincha como hacia mucho que no lo hacia.
Mi vecina que sigue sentada sobre la cama se tumba hacia atrás abriendo sus piernas todo lo que puede (lo que le permite la minifalda) dejándolas suspendidas en el aire y con un dedo, le dice al chico que se acerque. El chico obedece colocándose de rodillas en el suelo y ella con la mano sobre su pelo le indica donde tiene que dirigirse. El hunde su cara entre las piernas de ella, desapareciendo la mitad de su cabeza dentro de la minifalda. Y Yo me muerdo los labios al ver al chico en semejante postura, tan solicito, tan sumiso. No lo resisto y decido meter mi mano dentro de mis diminutas braguitas. Estoy cada vez más empapada y mi dedo no encuentra resistencia cuando lo introduzco entre mis labios. Siento la necesidad también de una lengua lamiendo mi pequeño higuito pero tristemente esta no esta disponible.
La chica concentrada en lo suyo se deja hacer y aprieta los dientes acariciando el pelo del chico, el cual parece estar haciendo bien su trabajo porque ella con las dos manos agarra su cabeza, hundiéndola contra su entrepierna con bastante fuerza, casi ahogándole.
Los ojos de la chica la delatan, tiene los párpados cerrados, sin duda la muy perra esta gozando de verdad. No se cuanto tiempo el esta comiéndole su coñito pero llega un momento en que ella apoya sus pies sobre los hombros del chico y lo empuja, apartándole.
El chico aun de rodillas se queda quieto sin importarle tal reacción de la chica. Observando para mi desesperación como su boca chorrea y se relame los labios con la lengua, como si hubiese disfrutado de la comida. Yo estoy a mil viéndole así, tan disponible y obediente. Y mi vecina desde luego también, parece muy satisfecha, ya que le limpia la saliva y los fluidos con la palma de la mano, restregándoselos por toda la cara.
El chico parece que sigue teniendo hambre y coge la mano de ella y la lame un dedo y lo chupa. Ella niega despacio con la cabeza y le obliga a que se ponga de pie.
Yo no paro de tocarme, rozarme, restregarme la yema de los dedos en mi higuito, viendo tan increíble espectáculo. Dios que rabia, no poder estar en su lugar.
Mi vecina sin lugar a dudas es la que tiene el control de la situación y decide ahora devolverle el favor al muchacho, agarrándole de los bolsillos de los pantalones. Atrae su cuerpo situándole a escasos centímetros de ella. Su cabeza esta justo a la altura de la bragueta del chico, que quieto se deja manejar sin ningún tipo de pudor. Debe saber lo que le espera. Y yo también lo se. Y me paso la lengua por los labios, comenzando a babear como una perra...ajj..
La chica le desabotona el pantalón y se lo baja un poco, lo justo para que se vean unos boxer negros con un enorme bulto en el interior, al menos de perfil hacia mi, observo un bulto considerable. El chico esta sin duda bastante animado después de lamer la almejita de la rubia.
Mi vecinita no se hace de rogar y por el agujero que tiene el calzoncillo saca un trozo cilíndrico de carne de más de quince centímetros, quizás dieciocho, no se. Pero desde luego un buen trozo de polla, que agarra firmemente con una mano. El chico quieto, de pie, observa desde arriba lo que ella pretende hacer con su salchicha y mira como ella con la boca abierta y la lengua fuera empieza a lamerle la punta despacio.
Muy despacio lame el glande, se lo mete en la boca y lo saca como si chupara un chupa chups. Hasta que al fin se lo introduce y empieza lentamente a chuparlo, a succionarlo como si sorbiera de una pajita dentro de un vaso de refresco de limón. La cara del muchacho es un poema, por los gestos que expresa. Se nota que disfruta como un condenado. Mi vecina impasible, sigue chupa que te chupa, succionando y volviendo a chupar mientras el chico abre la boca echando la cabeza hacia atrás. Debe estar en la gloria el bendito.
Yo mientras, me sigo masajeando mi rajita introduciéndome un dedo, dos, volviéndome loca de envidia, de rabia, de ganas de tener un nabo cerca de mi, para introducírmelo lentamente..
Mi vecina para sorpresa del chico decide parar, quedándose quieta con el rabo del chico a escasos centímetros de su boca, temblando, mientras desafía este las leyes de la gravedad al permanecer en paralelo al suelo.
El chico sin duda, parece desilusionado, como yo. Pero esto no dura mucho y una vez más, mi rubia vecina me vuelve a sorprender. Mostrándome la extraordinaria capacidad que tiene su garganta.
Sin manos y solo con su boca, decide ni corta ni perezosa, con una facilidad más que sobresaliente, engullir el pollon del muchacho. Y muy lentamente con un descaro y gracia digna de un fakir, empieza poco a poco a tragarselo. Relajadamente y despacito, pero sin pausa, engulle sin apenas esfuerzo ante mis asombrosos y desesperados ojos, el más que fantástico miembro del muchacho, hasta lograr prácticamente pegar sus labios a la tela negra del boxer. Logrando quedarse durante unos segundo con todo el pene dentro de su boca ante la mirada atónita del chico y por supuesto la mía.
Unos segundos en los que yo me masturbo como una loca, con un ansia, una rabia y desenfreno que provocan en mi, que me corra sobre mi cama y empañe con mi aliento el cristal más de lo normal.
Siento palpitar mi sien, mi lengua, mi pecho, mi cuerpo entero ante tal increíble visión. Asombrada de lo que estoy viendo desde mi cama, desde mi habitación con una envidia desesperada e insana. Definitivamente todo un espectáculo en directo, vuelvo una vez más a quietar el vaho con la palma de mi mano.
Un escaso minuto después, mi asombrosa vecina decide mostrarme de nuevo la verga del chico y muy suavemente con la boca abierta la deja al descubierto reluciente, brillante y dura, en todo su esplendor y magnitud. Con una espesa capa de saliva que gotea hacia el suelo.
El chico jadea, extasiado, rojo y ciertamente sudoroso por supongo el esfuerzo de contenerse las ganas de correrse en la boca de mi vecinita "devora rabos". Yo al igual que el, aun permanezco absorta y excitada y con dos dedos dentro de mi chochito, donde mi clítoris aún permanece duro, más incluso que la polla que mi vecina tiene delante de sus ojos agitándose con los latidos desbocados del pobre corazón del chico.
Lamentablemente el pobre no tiene tiempo de recuperarse como es debido y mi vecinita vuelve a la carga, empujándole sobre la cama, y colocándose a continuación encima de el. Con su mano coge el nabo que hace escasos segundos tenia dentro de su boca y se lo introduce donde yo tengo dos de mis cinco dedos, en el mismo sitio donde yo debería tener otro. Y aunque despacio al principio, empieza a subir y bajar sobre el mismo, disfrutando de la sentada, una y otra y otra más para desesperación y goce del chico, que por la expresión de su rostro, le esta volviendo loco.
Yo angustiada y desesperada la veo cabalgar sobre la verga de su amante con absoluto desenfreno mientras el le agarra con las dos manos los pechos que aunque no muy grandes, el chico aprieta como si su vida dependiera de ello.
Yo alucinando en colores, sigo dándome caña desesperada con los dedos, pellizcándome los dos pezones, aullando como una perra en celo sin poder apartar las pupilas de la ventana donde mi vecina, la amazona, cabalga contra el viento.
De repente ante mi asombrosa mirada, mi vecina sacude dos bofetones al chico en la cara, una en cada mejilla, quedando el chico paralizado con las manos abiertas en el aire. Este debe haberle echo daño con tanto bote y mi vecina, menudo genio.
Sin embargo, ella se olvida pronto del incidente y comienza a botar de nuevo, como una loca arriba y abajo, como si de una venganza se tratara. El, también reacciona al sentir de nuevo como los labios vaginales vuelven a devorar su espléndida verga sin ninguna piedad.
Ella dirigiendo el cotarro, domina los tiempos de ejecución, sacando el máximo partido para desesperación del chico. Primero impone un ritmo despacio, luego hace círculos con sus firmes nalgas, para finalmente saltar literalmente sobre el, dejando firmemente pegadas sus rodillas alrededor de la cintura del muchacho, para que no escape.
Por los gestos que pone, por las veces que intenta incorporarse para quitarla de encima ante tan increíble galopada, gimiendo y apretando los dientes para escapar y salir de debajo de las piernas de mi vecina, observo que mi tierno muchacho, esta a puntito de irse.
Y yo también, pero a diferencia de él, yo no aguanto y me corro una vez más, empañando el cristal de mi ventana dejando mis flujos pegados al cristal, al restregar los dedos sin querer sobre la superficie lisa y helada de mi transparente barrera.
Al final el chico consigue su objetivo y voltea a mi vecina colocándose encima de ella cuando apunto esta de reventar, y sacando su dura polla de su chochito, eyacula sobre su tierno y excitante cuerpecito, una cantidad asombrosa de esperma ante las risas de ella. Que se estira sobre la cama como una princesa malvada que ha conseguido al fin lo que tanto deseaba. El chico babea mientras deja escapar las ultimas gotas de su espeso y caudaloso rió de leche, golpeando su nabo sobre el bello pubico de ella.
Mi vecina espatarrada sobre la cama, decide ayudarle y estirando su brazo, agarra su ahora flácido pene, agitándolo suavemente, meneándolo con cariño y ternura intentado exprimirlo del todo, para que nada se quede dentro.
El chico cansado retira la mano de ella, tumbándose a su lado. Derrotado, extenuado pero sin lugar a dudas satisfecho, apoya su cabeza en el hombro derecho de mi vecina. La cual girándose, le acaricia la cara, con ternura y cariño, para rematar ante mi sorpresa con un suave beso en los labios del chico. No si al final mi vecinita va a tener corazón y todo.
Después desnuda se dirige a la ventana (su ventana) y ante mi mirada oculta en las sombras, baja la persiana, desapareciendo su increíble presencia de mi vista. Desapareciendo los cuerpos desnudos de los dos amantes. Dejándome literalmente a oscuras y sola. En mi cuarto, otra vez.
Días después la volveré a ver pero eso ya será otra historia que contar.
MIZARK.