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Culos hambrientos para pollas duras

en Orgías

Culos hambrientos para pollas duras.

 

Tercer día en Vigo y no me podía ir mejor. Aunque el día, se me presentó problemático, por el tema de la viagra que me tomé la noche anterior. Los acontecimientos durante la mañana, se fueron enderezando y un encuentro, con un embustero dependiente, terminó siendo un polvo inolvidable... Cuando JJ llega a la habitación del hotel, a soltar las varias bolsas de prendas “maravillosas”, que se había comprado, no le puedo ocultar el buen rato que he pasado; y es que una de las consecuencias del buen sexo sobre mí, es que se me pone cara de imbécil (aún más de lo normal)

 

No es que, a lo largo de mi vida, hubiera sido un mojigato estrecho. Pero en los días, que llevaba en las tierras gallegas, había pasado de ser una persona que necesitaba una vinculación sentimental, para poder meterse en la cama con alguien, a convertirme en un ser de lo más promiscuo... dejándome llevar por mis más primitivos instintos. Y es que el polvo, con el “aparente” hetero en los baños de la discoteca, había despertado en mí una forma de ver la sexualidad que me había negado hasta ahora. Mi amigo, que cree conocerme bien, está más sorprendido aún que yo, por esta forma mía de comportarme. Tanto, que mientras almorzamos en un restaurante cercano al hotel donde nos hospedamos, en el momento que ve la ocasión para ello,saca el tema a coalición:

 

- Hijo... ¡Qué fuerte lo tuyo! Ha sido salir de Sevilla y te has soltado el pelo una barbaridad -dice Juan José despreocupadamente, a la vez que chupa la concha de la almeja que tiene entre los dedos - ¡Mmm , están de escándalo!

 

- Pues sí... Pero si es que no sé que me pasa en esta tierra, ya otras veces,hemos hecho turismo sexual, pero la verdad es que nunca he estado tan desatado...- aunque sonrío , mi preocupación es evidente y la broma que suelto a continuación. No es más, que otra de mis concurrridas huidas hacia delante. - No sé, sera comer tanto marisco, que dicen que es afrodisíaco....

 

­- Pues yo también he tenido una aventurilla esta mañana... ¿Quieres que te lo cuente?- la maestría, con la que JJ pasa de lo importante a lo banal, nunca deja de sorprenderme. Y que quieres que te diga, se le agradece. Sabe que algo huele a podrido en Dinamarca, y que ahora no es el momento de sacar la basura.

 

- Sirve de algo lo que yo diga, lo vas a hacer de todas maneras- digo yo mientras me llevaba a la boca un trozo de pulpo a la gallega.

 

- Ha sido en los servicios de los grandes almacenes... Con un chavalillo de unos veinte años...

 

Mientras mi amigo me cuenta su historia en los WC, mi mente multitarea y calenturienta empieza a montarse una pelicula con lo acaecido.. ¿Quieres que te lo cuente? Pues sigue leyendo.

 

 

El orín de JJ se derrama torrencialmente sobre la blanca cerámica, la satisfacción de vaciar su hinchada vejiga se pinta en su cara ; no ha terminado todavía de evacuar todo el amarillo liquido, cuando percibe que en el urinario contiguo a él, se ha colocado un individuo. Lo mira por el rabillo del ojo, y lo que ve no le desagrada por completo, un chaval de veintipocos años, de cabello moreno, guapetón; delgado, no muy alto, un pequeño percing adorna su labio... Como si fuera un movimiento reflejo, el sevillano baja la mirada hacia la zona del cuerpo del veinteañero , que está introducida en el meadero, y sus ojos captan sorprendidos algo que no se esperaba: el chaval está empalmado. Y como si esto no fuera suficiente sus manos acarician un majestuoso pene, de no menos dieciocho centímetros de largo; más que acariciarse, el muchacho se está masturbando descaradamente.

Al subir la vista, siente como ésta es perseguida por los ojos del muchacho, el cual le saluda con un guiño. Como si de una enfermedad contagiosa se tratase, ante la visión del tieso cipote la polla de Juan José crece de manera descompasada . Con una osadía propia de su edad, el joven deja más a la vista su miembro con el único cometido, de provocar, más aún, al hombre que tiene junto a él. Éste, sin pudor alguno, alarga la mano y aprieta suavemente el enorme falo entre sus dedos... Una mueca de placer se dibuja en la cara del joven; que remeda su acto y alcanza el tieso nabo del cuarentón, apretándolo entre sus dedos. Cuando se quieren dar cuenta están pajeándose mutuamente....

 

Ensimismados como están, no perciben como la puerta principal de los servicios públicos se abre, ni denotan tampoco como un hombre de mediana estatura, de unos cuarenta y pocos años, varonil, un poco calvete y mal encarado entra en la habitación. El tipo lejos de sorprenderse ante el espectáculo de los dos hombres pajeándose, los mira morbosamente y casi de manera ritualista, pasa su mano por su pecho, tocándose unos abultados pectorales, después su mano baja por una prominente barriga, para detenerse en su entrepierna, en la cual se denota ya un crecido bulto... Hay un momento, en el que los dos hombres que se masturban delante de los urinarios son consciente de su presencia. Pero al ver, la buena predisposición del recién llegado, ni se cohíben, ni interrumpen la tarea en la que están sumidos; al contrario, uno de ellos, el más joven, hace un gesto con la mano e invita al cuarentón a unirse a ellos. Este no se hace rogar y avanza hacia ellos, bajándose la cremallera del pantalón, descubriendo unos slips, que dejan clarividente su estado civil. Sólo a un casado, con una mujer cuyo erotismo no exceda, de todo aquello que sea hacer el amor con la luz apagada, se le ocurriría usar unos calzoncillos tan horrorosos como los que lleva aquel hombre. Menos mal, que cuando los baja, y muestra lo apetitosa polla regordeta y venosa, que esconde tras la intima prenda; su morbo sube bastantes enteros. Tanto es así, que JJ y el chavalote, no tienen más que remedio, que invitarlo a que incorpore a la fiesta.

 

Una vez está a la altura de ellos, el muchacho palpa su cipote y al comprobar que su glande está impregnado de liquido preseminal, empapa la yema de sus dedos en ellos y se los lleva a su boca, donde lo degusta de una manera tan soez como excitante. El mal encarado tipo, posa su mano en la nuca del chaval, para después empujarla hacia abajo, obligándole con ello a agacharse para que le chupe la polla. Cuando el joven se encuentra postrado de rodillas ante los dos cuarentones, sin dudarlo se mete el miembro del calvete en la boca, mientras que con una mano masajea la polla de JJ. Los dos individuos que están de pie, se miran fijamente, y sin mediar palabras unen sus labios en un apasionado beso. Las manos del sevillano buscan el pecho del calvete, le quitan los botones de la veraniega camisa de cuadros y hunden sus dedos en una pelambrera de vello rizado, por el que asoman algunas canas. A todo esto, el joven cansado de chupar el cipote del calvete coge el nabo de JJ y se lo mete en la boca, de golpe hasta la garganta; el delgado cuarentón se estremece de placer al sentir, sobre su erguido, el calor de los labios del veinteañero.

 

Cuando el peludo recién llegado, es consciente de que su falo ya no recibe las atenciones de la boca del jovenzuelo, tira de los pelos de la coronilla de éste, reclamando que vuelva a mamársela. El muchacho que ha probado el exquisito sabor de la polla de JJ, no está dispuesto a dejarla, así que para contentar las exigencias del otro hombre, se mete ambas pollas en la boca, a pesar de su juventud, sus labios y su lengua, demuestran una experta habilidad en satisfacer a los dos miembros al unisono.

 

La escena que se encuentra un cuarto hombre que entra en la habitación es digna de una pelicula porno: dos hombres besándose y magreándose mientras un tercero les hace una mamada a ambos. El individuo es enorme, de estos que son grandes de altura y de proporciones, lleva el cabello corto, una barba descuidada y viste un mono de trabajo.( de mecánico parece) El tipo, no se siente incomodo con la improvisada fiesta sexual, que se ha montado en los servicios del centro comercial Al contrario, parece satisfecho con la excitante visión que se le regala a sus ojos. Sus rudas manos buscan la cremallera de su uniforme de trabajo y la bajan hasta la cintura, dejando un ancho pecho peludo al descubierto. Su abdomen, sin ser fibrado de gimnasio, es plano y no hay apenas resquicios de grasa en él. Cuando al calvo se le hace patente su presencia, le hace una señal para que se una a ellos, éste, a la vez que niega con la cabeza, responde con una voz tan roca como ruda: No, si no os importa, prefiero mirar.

 

Como respuesta a la contestación del hombre del mono, el improvisado trío prosiguen con lo que estaban haciendo, sin ningún pudor, como si les diera más morbo aún el ser observados por un desconocido. La puerta se vuelve a abrir, esta vez entra un hombre de unos treinta y tantos años, con pinta de pijo repelente; pelo engominado, rostro bien afeitado,viste traje de oficina y lleva un maletín en la mano. Cuando ve al muchacho agachando y llevándose a la boca las dos pollas que tiene delante, su primera reacción es huir pero el obrero voyeur lo detiene violentamente. Antes de que pueda gritar, una de las rudas manos del agresor tapan la boca del ejecutivo, mientra con la otra le mete mano bruscamente al paquete.

 

-¡Hola....! Pero que tenemos aquí... Un chupatintas. Mucho rollo, con querer irte, pero vaya empalmadera que llevas macho- la voz del mecánico, está cargada de desparpajo e ironía por igual.

 

El muchachito mamapollas ante la agresiva escena, hace ademán de marcharse e intenta levantarse; pero es detenido por el calvo, el cual le dice de un modo bastante grosero:

 

- ¡No, tú te quedas hay hasta que me saques la última gota de leche !

 

El chico levanta asustado la vista, buscando alguna complicidad en JJ, pero éste , de manera cobarde, esquiva solapadamente su mirada. Sin otra opción posible , continua con la labor de lamer los dos hermosos nabos que tiene ante sí.

 

Mientras tanto, el tipo del mono,sin el consentimiento del hombre del traje, le ha desabrochado el cinturón y ha bajado la portañuela del pantalón.

 

- Tú dirás que no quieres, pero tu polla está tiesa como un leño..¡Mucho anillo de casado, pero en verdad eres una maricona reprimida.!

 

El hombre enmudecido por la mano de su atacante, sólo puede responder con un quejido y una mirada de la que reboza el pánico.

 

No le ha dado tiempo al mecánico de sacar al aire la polla del agredido, cuando en la habitación irrumpe un sexto hombre: un segurata del centro comercial. El guardia es un tío de los que quitan el hipo, treinta y pocos, alto, fuertote, atractivo a más no poder y con una perillita que le daba aspecto de canalla. ¡ Para comerselo, y mojar pan en la salsa!

 

El uniformado individuo ante la escandalosa escena sale precipitadamente de la habitación, los cinco hombres que se han quedado como petrificados se miran entre ellos con cara de circunstancia. Tanto JJ como el calvorota, se empiezan a subir el pantalón y el jovencito se ha puesto de píe, sus gestos reflejan preocupación ante lo que pueda hacer o decir el guardia de seguridad. Ni se han terminado de vestir siquiera, cuando el guardia de seguridad, de manera inesperada, vuelve a entrar en los concurridos WC públicos.

 

-¡Ya está! He puesto un cartel en la puerta diciendo que usen el de otra planta, que este está estropeado. Como he cerrado la puerta por dentro, nadie podrá molestarnos

 

La seguridad y tranquilidad, con la que el vigilante dice lo que dice, deja con cara de pasmo a los cinco individuos, que no son capaces de digerir lo que están oyendo. Pero cuando ven al enorme individuo, avanzar hacia ellos desabrochando la enorme hebilla de su cinturón, a la vez que dice en tono chulesco: “No creeriaís que se iban ustedes a montar una fiestecita de esta envergadura sin mi”, no tienen más remedio, que creer lo que están escuchando.

 

Cuando el terror por ser descubierto abandona la mente de los calientes hombres, vuelven a lo que estaban haciendo, el chico vuelve a agacharse delante de JJ y su alopécico acompañante; el trabajador vuelve a intentar, seguir metiéndole mano al pasivo ejecutivo, todo ello como si la escena fuera una imagen de un video porno, reiniciada tras dar de nuevo a la tecla “on”.

 

El sexto actor en escena, se regodea mirando como el chaval se come casi al unisono las dos pollas, se acerca en plan chulesco, le tira de los pelos del cogote y en un tono brusco y fastidioso le dice:

 

- Pero que tenemos aquí... ¡Tenemos una putita .. ! ¿ te gusta mamar pollas?

 

El muchacho cohibido, contesta afirmativamente con la cabeza y los ojos, sin sacarse la polla de JJ de la boca y sin dejar de masturbar al otro hombre.

 

El guardia se desabrocha el estrecho pantalón, sacando a la luz una frondosa pelambrera púbica, a continuación se baja los boxers blancos y saca un enorme vergajo que a pesar de estar morcillón, marca muy, pero que muy buenas maneras.

 

- Pues, si quieres polla, aquí tienes una como Dios manda– pronuncia blandiendo el enorme falo ante la cara del joven mamapollas.

 

Este no se hace de rogar y se mete el semierecto miembro en la boca, dejando de proporcionarle placer a JJ. Mi amigo observa unos segundos como el chaval se mete de golpe y hasta el tronco aquel enorme trozo de carne, después mira a su acompañante y sin consultar a éste, se agacha y se mete su gordo y venoso miembro en la boca.

 

A la misma vez que esto sucede, en el otro rincón de la alicatada estancia, el duelo entre el obrero y el hombre del maletín lejos de suavizarse se ha vuelto más violento aún. El del mono de trabajo le ha sacado la polla al otro y éste aunque empalmado y caliente como una perra, se revuelve ante el placer que le quieren proporcionar y dice, con una voz histriónica, cosas como: -¡ Dejame, maricón.! ¿ No has visto mi anillo de casado?

 

Pero a su agresor, esto se la trae al pairo, al contrario parece ponerle aún más y lo pajea y magrea más violentamente.

 

El vigilante se ha bajado el pantalón por completo, dejando a la vista de JJ y el calvorota, que se encuentran a su espalda,un perfecto culo peludo; duro y prieto. La escena de sus manos apoyadas sobre sus glúteos mientras empuja su cipote al interior de la boca del muchachito, excita a los improvisados voyeurs , por culpa de ello JJ se esfuerza más en daler placer a la polla que tiene en la boca. Pasea la lengua por su capullo, se la traga entera de golpe, para después recorrer desde la punta a los huevos, probando todo y cada uno de los rincones del exquisito manjar. Es tanto el ahínco que pone en la tarea que su eventual compañero de sexo, se retuerce de placer. A la misma vez que entre gemidos, le profiere insultos casi ininteligibles.

 

El segurata hace que el joven comepollas se incorpore un poco, con idea de tener acceso a su trasero. Primero le da unas cachetadas, más tarde acaricia de manera lasciva sus glúteos, para a continuación bajarle el chándal y unos ceñidos boxers rojos, en el momento en el que tiene por completo, a su alcance el redondo culito, sus bastos dedos caminan por él en pos de su agujero. Un gritito inaudible escapa de los labios del muchacho, al sentir como sin dilatación previa, el enorme individuo le introduce un dedo en su esfinter. El rozar del calloso apéndice, contra la delicada piel del joven, aunque le causa un poco de dolor a éste, lo soporta cual tributo necesario para el derroche de placer que vendrá después.

 

Al otro lado de la sala, la fingida violación sigue su curso, y el brutote del mono se encuentra agachado tras el ejecutivo, el cual a pesar de no estar conforme con la situación, no puede parar de proferir suspiros de placer ante la salvaje comida de ano que le están metiendo. La lengua del machote trabajador, degusta cada uno de los rincones del delicioso y peludo agujero. La visión no escapa de la mirada del tío al que JJ le chupa la polla, así que un gesto de mimetismo ante lo que ve, se baja el pantalón y la ropa interior hasta los tobillos, y se da la vuelta :

 

- ¡ Comeme el ojal, cabrón! ¡ Matame de gusto!- dice con una ahogada voz, que suena tanto a orden como a suplica.

 

Mientras esto sucedía, el vigilante ha conseguido meter dos dedos ensalivados en el culito del chaval, el cual retuerce de placer, sin dejar de mamar el pollón que tiene ante si. La boca del joven parece estar fundida al viril miembro, a semejanza de los engranajes de una maquina; el gran trozo de carne entra y sale de su boca de una manera, que roza lo mecánico y salvaje por igual. Nadie podría haber imaginado, que aquella pequeña boca, pudiera albergar tanto en su interior. Un hilillo de baba resbala desde su boca hasta los enormes y peludos huevos, a los que el chico regala, de vez en cuando, una caricia.

 

Y es que el viril cipote del guardia jurado, es todo un portento de la naturaleza: gordo, grande, cabezón... Aunque, lo que más llama la atención de él, era su palido color, que nada tiene que ver con su tez; bastante más oscura. La descolorida piel, le da un aspecto morboso, asemejándolo a un plátano de enormes dimensiones. Verlo entrar y salir, de forma frenética de la pequeña boca del jovenzuelo, es un fenomeno “platanormal”, que merece la pena observar.

 

Sin dejar de mirar, todo lo que acontece a su alrededor. JJ ha puesto en cuatro a su compañero sexual, y pasa su lengua desde su agujero hasta sus huevos. Entregado como está a la labor de dar placer, tira del venoso miembro del machote calvorota para atrás, poniendolo a la altura del pirineo, una vez allí chupa el glande de manera frenética, lo que provoca en el casado cuarentón, unos incontenibles quejidos de placer.

 

El ejecutivo sigue gritando desconsoladamente, al otro lado de la habitación, sigue sin gustarle que después de ensalivarle el ano su acompañante se empeñe en meter los dedos a través de su esfinter, le gusta tan poco que sigue negándose, aunque por mucho que intente disimular, sus quejas están plagadas de suspiros de placer.

 

El segurata ha conseguido meter tres dedos en el interior del estrecho culo del chico, le saca la polla de la boca, le da con ella varios dolorosos golpes en la cara, y después de echarse un lapo en la punta, coge al chico, sin mediar palabra le da la vuelta y le mete el descomunal cipote de golpe. Dos lágrimas resbalan por la cara del muchacho, que se muerde el labio, pues es tanto el dolor que le invade que no puede ni gritar. Las piernas le tiemblan y si no fuera porque lo tienen agarrado fuertemente por la cintura, se habría caído de bruces al suelo.

 

Al fornido vigilante, parece importarle poco el daño que está ocasionando al chaval; y aferrando sus manos a los lumbares de éste. Saca y mete de manera brutal, su vigoroso cipote en el sexual agujero, el cual poco a poco va cediendo terreno; dejando pasar, cada vez más adentro, a la inhiesta porra de carne.

 

En el rostro del adolescente se marca un gesto supremo de dolor, sus ojos desorbitados, parecen querer salirse de las órbitas a cada empujón que el salvaje guardia arremete contra su esfinter. El muchachito nunca ha sentido nada como aquello en dentro de él, pues a la forma brutal con la que está violentando su esfinter, hay que sumarle el majestuoso tamaño de la polla con la que lo está haciendo.

 

Algo en su interior, le empuja a gritar que pare; por otro lado, sentimientos contradictorios le animan a pedir más de aquella vigorosa cabalgada. Mientras la igualada lucha tiene lugar en su mente, las salvajes embestidas destrozan sus entrañas, de un modo desgarradoramente insoportable. Por eso, cuando su bestial e improvisado amante, tira de sus brazos hacia atrás, para hacer aún más factible la penetración; ninguna queja sale de su boca. El único sonido que sale de su boca, son unos ahogados suspiros, que pudieran parecer de placer.

 

Junto a ellos, el calvorota pide a JJ, de un modo que se asemeja a un suplica, que por favor, deje de chuparle la polla del modo que lo está haciendo, que no quiere correrse todavía, que quiere seguir disfrutando. El sevillano, sin inmutarse un ápice, le invita a que le coma la polla. El cuarentón no se lo piensa y arrodillado en el suelo como está, se mete el exquisito nabo en la boca. Primero la mama muy despacio, tanteando el terreno con los labios, para después más tarde pegarle una mamada, de forma tan magistral, que mi amigo preso de la excitación; se corre. El malencarado individuo cuando siente el caliente liquido llenar su paladar, lejos de apartarse, hunde más el saciado cipote dentro de su boca, hasta devorar por completo la última gota de esperma. JJ es ahora como una marioneta rota, su compañero de juegos sexuales, lo mira pasandose la lengua por la comisura de los labios; degustando los últimos resquicios de semen, y le dice con total descaro:

 

- Pues no te creas que te vas a ir... ahora te voy a follar como te mereces. ¡Como la perra que eres. !

 

 

Antes de que pueda decir nada, el rudo maduro, lo pone de espaldas a él, tira fuertemente de sus boxers, hasta dejar su culo al aire y embadurnando su polla con saliva, clava su tieso miembro en el ano de mi amigo; al principio no dilata lo suficiente, pero un lapo bien tirado sobre la raja de sus glúteos hacen las veces de lubricante y permiten que entre hasta los huevos. Poco después los suspiros de JJ acompañan al sonido de los huevos chocando contra su culo.

 

Mientras tanto muy cerca de ellos, el mecánico se ha desprendido del mono, descubriendo con ello un cuerpo bastante atractivo, un torso velludo y fibrado, producto del trabajo diario, una cintura ancha pero no fofa y unas piernas musculosas y peludas, cualidades que deberían bastar para que el treintañero ejecutivo, quien todavía luce su traje puesto , hubiera dejado ya, de quejarse y gritar como una niñita. Máxime cuando, la polla del machote velludo cimbrea, provocativamente, ante su rostro.

 

- Como no dejes de chillar, te tendré que tapar la boca.- aunque la voz del mecánico es ruda,hay cierta amabilidad en sus palabras.

 

Pese a la aparente amabilidad, de su pareja sexual, el cobarde treintañero no deja de gritar, aquello que le está sucediendo no para de repugnarle a su mente, pero su tiesa polla, dice que hay una parte de él, a la cual le está encantando. Como no deja de gritar, su rudo acompañante, no tiene más remedio que callarlo. Y a los niños llorones, se les calla con un buen chupete.

 

Los labios del engominado treintañero al principio se niega a tragarse el trozo de carne que empuja contra ellos. Dos buenos pescozones y unas lagrimas después, el inhiesto miembro se interna en su paladar, hasta tropezar con su garganta.

 

El nabo del tipo del mono, sin ser de las dimensiones del vergajo del vigilante, posee una hermosa erección adornada por una gruesa vena que domina todo el tronco del miembro viril. Su capullo es bastante más grueso que el resto; por eso cada vez que empuja la cabeza del treintañero contra su pelvis, éste no puede evitar dar unas dolorosas y terribles arcadas

 

-Dejate de mariconadas y chupamela en condiciones.- en la voz del mecánico, se palpa un frío autoritarismo -Si no, ¡no te follo..!. ¿ Me has oído?- al decirle esto, tira de la cabeza del sometido treintañero para atrás, en pos de buscar su mirada.

 

Los ojos de éste, empapados en lágrimas , miran al mecánico de manera suplicante, como rogándole que sólo lo someta al agravio de tener que chupársela, que por muy bien que lo haga, no se lo folle...

 

Otro que tiene la cara empapada de lágrimas es el jovencito, pues aunque las salvajes embestidas del guardia de seguridad le proporcionan un placer inmenso, su esfinter no termina por adaptarse a las dimensiones del carajo de éste y el dolor que le invade le impulsa a un silencioso llanto.

 

La escena del fornido vigilante agarrando por la cintura al débil muchachito mientras le clava cada vez con más intensidad la polla en sus entrañas, es digna de cualquier pelicula porno. La expresión en el rostro del salvaje follador, es una muestra irrefutable, de cuanto le está gustando petarle el culo a aquel chaval... que aunque no tiene un culo virgen. Está claro, que nunca antes se había comido nada tan enorme.

 

Al lado de ellos, el maduro calvete sigue clavando hasta el fondo su polla en el culo de JJ. Para amenizar la trepidante cabalgada, de vez en poco, le da una cachetada a los glúteos de éste. A el sevillano le está resultando tan gratificante la follada,que se ha vuelto a empalmar de nuevo y su miembro babea liquido preseminal.

 

El vigilante sigue que sigue, empujando su polla al interior del defenestrado muchacho, mientras el colosal miembro sale y entra del cada vez más dilatado agujero, observa con desdén a la pareja formada por el mecánico y el ejecutivo. Y es que al primero le está costando trabajo someter a sus caprichos al otro... El deseo de violar al débil hombre asalta su mente, es tan fuerte la necesidad que lo embarga, que saca su falo del culo del joven y se desprende de él como si fuera un muñeco de trapo. El chaval débil y dolorido se estampa contra el suelo.

 

Con su polla mirando al cielo, y con más ganas de sexo, el atractivo segurata avanza hacia el fornido mecánico, el cual a pesar de su fortaleza no consigue imponer su voluntad al treintañero, quien intenta por todos los medios zafarse de su contrincante. Una vez se encuentra junto a ellos, las enormes manos del guardia se aferran a la cabeza del rebelde individuo, y sin decir esta boca es mía, la empuja hacia abajo, obligándole a meterse su carajo en la boca; al principio unas arcadas asaltan al trajeado hombre, pero la determinación de su atacante doblegan por completo su voluntad, no quedándole más remedio que chupar de manera placentera aquel trozo de carne. Mientras tanto, el tipo del mono, aprovecha para lanzarle un escupitajo en su agujero y meterle la polla de golpe.

 

En otra parte de la sala, el veinteañero postrado sobre el frío mármol observa a los dos hombres follarse al ejecutivo; el vigilante desnudo de cintura para abajo, viola los labios del treintañero, el cual todavía permanece con su traje puesto a excepción de sus pantalones que están bajados hasta las rodillas, circunstancia que es aprovechada por el mecánico que empuja de manera salvaje su polla al interior de su esfinter.

 

El muchacho vuelve su cabeza hacia atrás, y se encuentra la imagen del malencarado calvorota dándole por el culo a JJ, a pesar de tener el culo dolorido sigue teniendo ganas de sexo... su empinada polla así lo evidencia.... se acerca sigilosamente a los dos hombres, que enfrascados en darse placer no se percatan de su presencia, hasta que está junto a ellos. Cuando acerca su verga a la cara del sevillano, este sin poder remediarlo se la mete en la boca; al poco, el placer de sentir dos pollas entrar en su cuerpo le supera y vuelve a correrse de nuevo. El joven y el maduro ignoran sus quejidos de placer al llegar al orgasmo y siguen introduciendo sus miembros en su tembloroso cuerpo. Poco después el individuo que penetra su esfinter se estremece, murmurando un ahogado “Me corro”; cuando saca la polla del ano, éste se contrae babeando goterones de liquido blanquecino. No transcurren ni unos segundos, cuando la boca de mi amigo es invadida por una enorme lechada procedente del cipote del jovenzuelo; JJ se la traga sin pensarlo, apurando hasta la última gota. El éxtasis hace que el mundo se pare para ellos durante unos breves segundos. Cuando vuelven en sí, las tres miradas se clavan al unisono en la escena de sexo forzado que tienen ante ellos: el mecánico sigue enculado bestialmente al treintañero casado, mientras que el otro le mete de manera brutal el nabo en la boca. Lo hace de forma tan cruel, que un hilillo de sangre resbala por la comisura de sus labios.

 

El feroz momento, es contemplada por los tres hombres en silencio. Un silencio lapidario. En la habitación sólo se oye el rebotar de las pelotas de los dos hombres, unas veces contra la barbilla del ejecutivo, otras contra el culo de éste.

 

Sin querer el calvo se lleva la mano a su paquete y maravillado, comprueba que su polla vuelve a estar tiesa, clava los ojos en el atractivo muchacho, lo mira acariciándose los huevos, este sin responder nada,camina de manera seductora hacia él; cuando llega a su altura, mirándole a los ojos fijamente clava sus dedos en sus testículos, provocando un brusco gemido en el viril maduro. Acerca sus labios a su rostro, busca desafiante de nuevo su mirada, para terminar escupiendo un inmenso lapo sobre su cara. Ante la provocación del jovenzuelo, el malencarado calvo clava de nuevo, su mano en su coronilla, empujando bruscamente su rostro contra el suyo; al chocar sus labios, éstos se funde en un desmedido muerdo.

 

JJ esta sentado en el suelo a pocos pasos de ello, al ver como se morrean los dos hombres que han vaciado minutos antes su lefa en él, no puede menos que excitarse... camina a gatas hacia ellos, cuando está a la altura de sus pollas sin dudarlo se las mete la boca, primero una, luego la otra... alternando en ambas lametones desde la cabeza hasta el tronco. Unos gritos hacen que los tres hombres detengan su reiniciado viaje hacia el placer... Los quejidos los emite el ejecutivo, al cual sus violadores están intentado someter a una doble penetración.

 

-¡ Relajate perra ! Si no te dolera más- le grita el mecánico mientras intenta meterle el nabo desde atrás por el orificio ya ocupado por el carajo del vigilante.

 

Al ver que el orificio es infranqueable, el hombre echa varios escupitajos en su mano, para después embadurnar con ellos su viril herramienta. Tras unos breves forcejeos después, el esfinter del treintañero es ocupado por los dos apetecibles cipotes; los tres improvisados voyeurs son consciente de ello por el lastimero quejido que emite su garganta. Los tres hombres se quedan anonadados ante el caliente espectáculo, tan caliente que una mirada de complicidad se cruza entre ellos, como intentando descubrir quien de los tres estará dispuesto a albergar dos pollas en su culo... Los ojos de JJ responde a ello con un gesto mitad consentimiento, mitad ferviente deseo...

 

Poco después, con los alaridos de dolor del ejecutivo de fondo, JJ se sienta sobre la polla del muchachito, mientras el calvo espera su turno de píe. Cuando el largo cipote del chaval se ha acomodado en el hoyo del sevillano, el otro tipo se agacha toca levemente los pliegues del ano que se dispone a penetrar, como buscando un resquicio para entrar, escupe un lapo sobre la punta de su venoso cipote y empuja hacia dentro. El estrecho orificio parece reventar ante la fuerza acometida contra él, pero poco a poco cede hasta contener en su interior los dos miembros viriles. Al sentir como su miembro roza con el del otro,tanto el malencarado calvo como el muchachito, sienten como les inunda un gozo como el que no habian sentido antes..... Pero como los buenos machos que son, aplacan concienzudamente el geiser que explota en el interior de sus huevos, y no se corren todavía.

 

Mientras tanto, el guardia y el mecánico dan cuenta del culo del ejecutivo. Son dos vergas de considerables dimensiones, aunque la del vigilante es un poco mayor y más gorda que la del otro hombre; ambas juntas es más de lo que pueda soportar cualquier culito virgen, por eso el dolor ha hecho que el treintañero pierda la consciencia y descanse inerte sobre el pecho del segurata el cual se encuentra sentado sobre el suelo.

 

- ¡ La maricona esta se ha desmayado!- dice de forma grosera el mecánico, pues se siente incomodo al encular a un individuo inerte.

 

- Pues salte, que allí al fondo parece que hay un culete tragón, y no tan mojigato- dice el guardia con total despreocupación, señalando al lugar donde están efectuándole la doble penetración a JJ.

 

Los dos hombres sacan sus inhiestas pollas del ano del inmóvil individuo, a quien echan a un lado como si fuera una marioneta de usar y tirar. Se ponen de píe y avanzan hacia el ferviente trío. Una vez llegan a su lado, ponen junto a la boca del sevillano sus vigorosos falos, éste no se lo piensa y se introduce ambos por turnos en la boca; JJ no sabe si se puede gozar más de lo que lo está haciendo en este momento, pero lo que si sabe es que él está llegando a cotas de satisfacción, que nunca había alcanzado.

 

Sentir como bombean su interior con dos pollas y a la vez como su paladar degusta el manjar que supone dos enormes cipotes, no tiene comparación con nada que haya sentido antes. Por esa razón, se esmera en colocar su trasero de forma que la polla del joven no se salga en cada envite que la polla del calvo mete contra su agujero. Por esa y no otra razón, se esmera en tratar bien con la mano la polla que no está chupando, mientras con su lengua recorre cada uno de los rincones de la otra. Pasar la lengua por la gruesa vena del carajo del mecánico le produce una satisfacción fuera de lo común, intentar meterse la polla del vigilante por completo en la boca, una tarea tan imposible como placentera.

 

No sabe por cuanto tiempo las dos pollas se rozan en sus entrañas, no sabe cuantas veces ha chupado los dos glandes que tiene ante él, cuantas veces ha acariciado sus escotros... lo que si sabe es que no quiere que termine... pero un geiser incontenible emana de los huevos del vigilante llenando el interior de su garganta... JJ lo traga como maná caído del cielo, poco después al grito de me corro siente como las dos pollas se vacían en su esfinter... Sólo queda el mecánico por vaciar el contenido de sus huevos. Lo mira, lanzándole la silenciosa pregunta de que si quiere que siga mamándole la verga... Sin mediar palabras, el tipo hace que se incorpore tirando de él.

 

Una vez se halla de píe, sus dedos hurgan en su dilatado ano, primero introduce un dedo, luego dos...

 

- Este culito sigue estando hambriento- dice con una sonrisa morbosa .

 

A continuación se sienta sobre el frío suelo de mármol e invita a JJ a sentarse sobre su polla. El dilatado agujero acoge sin reparos el caliente mástil, una vez acomodado en su interior lo cabalga salvajemente, tragándose hasta los huevos del venoso falo.

 

Mientras el fornido mecánico disfruta del culo del sevillano; el vigilante y el calvorota comprueban el estado del treintañero ejecutivo. Este vuelve en sí, tras dos tremendos bofetones que le propina el guardia de seguridad....Tras confrontar que está completamente despierto, mira al calvorota y le dice picaramente:

 

- ¿ A que se viene a un servicio?

 

No ha terminado de decir la frase, cuando de su semiflacida polla sale un chorro de orina que se estampa contra la cara del trajeado hombre, el liquido amarillo resbala por su cara empapando someramente las rayas de su vestimenta. Ante la invitación del borde segurata, el otro hombre vacia tambien el contenido de su vegija sobre el rostro del treintañero.

 

El mecánico desde donde está no pierde puntada de la guarra escena, la cual le excita a más no pode... preso de la calentura, no puede evitar vaciar su leche en el esfinter de JJ, que al sentir el caliente liquido invadiendo sus entrañas se corre.....

 

 

-¡ Oye! ¿ Tú donde estás? - me dice JJ con un tono que roza el enfado.

 

- Aquí... Escuchándote. Me acabas de decir que el jovencito cuando entro en el servicio contigo, te dijo que él estaba allí ganándose la vida...- le contesto, sin inmutarme un poco siquiera.

 

- Si, hijo... Pero como pones esa cara de estar en Babia.. creí que no estabas escuchándome.... Pues eso, cuando comprobé que el niño era una PYME (pequeña y mediana empresa) , me dije : Tío, tendré cuarenta años pero todavía estoy de buen ver... quizás dentro de cuarenta años a lo mejor recurro a pagar pero de momento... Y lo deje con los pantalones bajado y la polla tiesa dentro del servicio.

 

- ¡Es que eres la leche-dije riéndome ante la ocurrencia de JJ

 

- ¡Oye! ¿ Tú que vas a hacer esta tarde?

 

- ¿ Yo? … Dormir...

 

- Pues yo me voy a ir a la sauna.... a ver si tengo la misma suerte que tú.

 

- Tampoco fue para tanto...

 

- No, si yo cada vez que voy a la sauna echo tres polvos ( y una mierda “pa” mi) ... Y a los que renunciaste...

 

- ¿Quéee?- digo completamente sorprendido.

 

- Unos amigos tuyos que te vieron en la sauna... Bueno, tú los vistes a ellos, por lo que se ve se dejaron la puerta abierta y te pusiste ciego mirando...

 

- Ah... Si ya dos tíos muy raros¡ Vi que ayer estaban en la discoteca... ¿ Qué fue lo que te dijeron?

 

- Pues eso que te he dicho, que se pusieron cachondo al ver que tu los veía.... Y que si te habías quedado con las ganas, que fueras para la sauna hoy... Que te iban a dar lo tuyo.

 

- Paso, tío... no me dieron muy buena espina.

 

- Bueno pues ya te contaré.... porque a mi cuando los vi, me pusieron y mucho.

 

 

 

Nota del autor: En este relato como muchos que pululan por la red, el sexo se hace sin tomar ningún tipo de precauciones... Pero este relato, a diferencia de otros que se venden como verídicos, se trata de una fantasía... Y como fantasía el correrse/ o que se corran dentro, tragarse el semen y cosas parecidas... está muy bien. Pero en el mundo real hay que tomar precauciones, pues como dirían Mulder y Scully( Los de Expediente X)... El VIH está ahi afuera. Y no solo el SIDA, centenares de enfermedades venéreas pululan por este mundo nuestro. Así que ya sabes... Folla, pero seguro.

 

 

 

Como siempre, muchas gracias por gastar tu tiempo en leerme. Espero tu comentario; tanto si te gusto, como no.

 

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