Historias de un follador enamoradizo
Episodio XIV: Adivina quién, se ha vuelto a quedar sin ADSL
(Este relato es continuación de “El mundo se equivoca”)
La historia hasta aquí: 15 de agosto, Mariano deja la playa por un día y vuelve Sevilla. Motivo: ver la procesión de su Virgen de los Reyes, pero recién llegado a su casa, recibe la inesperada visita de Ramón. Tras dejar las cosas claras en cuanto a su relación, hacen el amor: seguirán como hasta ahora y no se complicaran la vida¿¿??... Por la tarde-noche, antes de volver a Sanlucar, hace la llamada que tenía pendiente a José Luis, el técnico de Molestar, éste queda en ir a arreglarle la conexión el viernes 17.
VIERNES 17 DE AGOSTO DEL 2012 10:45A.M.
¡Quien lo sepa que levante la mano!
¿Por qué cuando estamos esperando a alguien miramos tantas veces el reloj?
a) Porque así las manillas van más rápido
b) Porque se hace menos aburrido
c) Porque nos gusta mucho nuestro reloj
d) Ninguna de las anteriores
El caso es que aquí estoy yo. Una mañana de viernes en el piso de la playa, dando vueltas, como si estuviera esperando un parto. Hace un cuarto de hora que, he mandado a la familia a disfrutar del sol y del mar. Y desde entonces, no he encontrado sosiego para hacer otra cosa,que moverme por la casa y mirar incansablemente el minutero.
Es lo que tienen las citas a ciegas, que no sabe lo que te vas a encontrar. Vaaale! Yo sé que me voy a encontrar con un tío rubio, alto, guapo, musculado; con unos ojos azules que quitan el “sentio”..., Pero, seamos franco, el aspecto físico ayuda mucho; pero no lo es todo. ¿Por qué cuantas veces un encantador príncipe cuando lo hemos besado, se nos ha convertido en sapo? Y en este caso concreto, la finura del muchacho refiriéndose a los “machupichu” todavía retumba en mis oídos.
Cuando suena el timbre... Me asomo al espejo a componerme un poco. La camiseta roja de tirantes, deja al aire mis musculados hombros y brazos, las pequeñas calzonas azules, son un canto a la provocación; dejando al descubierto unas duras y depiladas piernas. En el rostro se me marca la falta de sueño. La noche pasada apenas he podido dormir, dándole vueltas a como entrarle al puñetero técnico de Molestar. ¡En fin, lo que hay es lo que hay y al olmo no se le pueden pedir peras!
Cuando abro la puerta y me encuentro con José Luis, el corazón parece darme un vuelco. Está más guapo aún que como lo recordaba, trae peinado su rubio y rizado cabello de una forma, que lo hace aún más atractivo. Huele a un perfume que sin ser fuerte,es penetrante. Aunque trae puesto el uniforme de trabajo, se ve que se ha acicalado a conciencia para verme ¡Y yo con estas pintas! ¡ Si es que lo mio es grave....!
Tras darle un apretón de mano, en el cual la tensión sexual se puede cortar, lo hago pasar. Cuando cierro la puerta con la cadenita ( ¡Por si tenemos visitas inesperadas!) . El se me queda mirando fijamente, como esperando un beso. Pero yo en, esta absurda timidez mía, sigo con la falsa comedia de que se me ha ido el ADSL. Así que lo llevo hasta mi dormitorio, que es donde está el dichoso modem.
Suelta la caja de herramientas en el suelo, y se agacha para ver las conexiones. ¡ Ufff... !¡Cómo se le marca el pantalón del uniforme, Dios mio! Unos segundos después se vuelve diciendo:
- Es normal lo que le pasa, “pisha”.
- ¿Normal? - digo haciendo un mohín de sorpresa
- Si, cuando se desconectá el cable se suele quedar sin línea- dice sonriendo y acercándose hacia mí- ¿Tienes idea de quien a podido quitarlo? - el tono de esta última frase me suena hasta sensual.
Cuando me quiero dar cuenta sus manos rodean delicadamente mi cuello, y sus labios me roban un ligero beso. Se aparta un poco de mi, lo suficiente para clavar sus ojos en los míos, como buscando mi complicidad, para seguir con lo que está haciendo. No sé que ojos le tengo que poner, pero él vuelve a besarme; esta vez más prolongadamente.
Su lengua busca la mía, primero tímidamente, para una vez roto el hielo, unirse a ella en una danza desmedida. Sus manos se aferran a mi cintura, las mías buscan su cuello... nos abrazamos como locos, como si este momento hubiera sido largamente esperado... Cuando me aprieta contra él y siento la dureza de su cuerpo, un cumulo de sensaciones invaden mi pecho, inundando todos mis sentidos. Hace tiempo que no me besan así, y menos un desconocido... Su forma de besar me trae el recuerdo de Enrique y solamente, es pensar su nombre; y toda la pasión, que albergo en mi interior, se esfuma.
Aunque sigo besándolo, José Luis tiene que notar mi cambio de humor, porque con suma sutileza; se aparta de mí. De nuevo busca mis ojos, lo que encuentra en ellos no debe ser lo que espera, porque con una voz medio rasgada por la decepción,me pregunta:
- ¿ Que pasa “shulo”, no te gustó?
Destierro a Enrique de mi pensamiento, y clavo mi mirada en la suya, lo beso reanudando la interrumpida pasión. Esta vez, mis manos buscan su cintura y como si de un acto protocolario se tratara, pego mi pelvis contra la suya. Cuando siento el vigor de su entrepierna, me estremezco hasta lo más hondo de mi ser. Él tiene que notarlo, porque deja de unir su lengua con la mía por un segundo; y en un tono, mezcla de desparpajo y cariño, me susurra al oído: ¿ Te gusta?¿ein? ¡Pues tú eres el culpable de que este tan malito!
Mientras nuestras lenguas prosiguen su danza apasionada, mi mano derecha abandona su cintura y busca el paquete de su entrepierna. Lo acaricio sobre la tela del uniforme, aunque su tamaño, no es cosa fuera de lo común, su vigor si lo es. Está dura como una piedra, y cuanto más paso mi mano sobre ella; su fortaleza parece ir en aumento. Cuando quiero desabrocharle el cinturón, las manos de mi guapo acompañante me detienen.. Aparta mis labios de los suyos y volviéndome a mirar a los ojos me musita : Traannquilo, pisha... Hay tiempo...ahora quiero disfrutar de tu boca.
¿ De dónde ha salido este tío? Está como un tren, es cariñoso... ¡ y está conmigo! A pesar de estar en pleno Agosto, comienzo a tener la sensación de que alguien me está gastando una inocentada... Pero mientras el bromista no salga de su escondite, servidor va a seguir aprovechando el momento y...¡qué momento!
Si me preguntas que tiempo hemos pasado besándonos, no sé decirte una respuesta; lo único que te puedo contestar es que el suficiente para que mi paladar se haya impregnado del sabor de sus labios hasta hacerlo suyo; el suficiente para que su aroma haya invadido mis sentidos y no quieran abandonarlos. Durante todo este tiempo, hemos permanecido con la ropa puesta, pero no por ello, nuestros dedos han dejado de viajar por cada punto del cuerpo del otro. Sus azules ojos buscan mi mirada, rendido como estoy a sus encantos, acepto todo lo que me ofrecen.
Sus manos se sumergen bajo mi camiseta y comienzan a acariciar mis pectorales, sus caricias rebosan de ternura y pasión por igual... Tanto, que empiezo a gemir de forma incontrolada. Él, conocedor de su buen hacer, prosigue aún con más esmero.
Me toca los pezones con una delicadeza poco común, nada que ver con los salvajes pellizcos; propios de los rudos tíos del ambiente. No hay dolor, sólo placer. Un suave y delicado placer...
Mi mano agarra en toda dimensión su paquete. Esta vez no detiene mis manos y puedo desenvolver a su miembro viril, de sus ropajes. Cuando mis dedos contactan con su piel, mi guapo y ocasional amante se estremece y me besa de manera más apasionada aún. Sentir el tacto de su rígida verga, hace que mi polla propugne por salir y bajo la escueta tela azul, comienza a vibrar como si tuviera vida propia.
Cuando siento el toque de José Luis sobre ella, un agradable escalofrío recorre mi espina dorsal. Separo mis labios de los suyos, lo observo detenidamente; ¡cada vez me parece más guapo! Aprieto ligeramente su pene entre mis dedos y vuelvo a hundir mi lengua en su boca.
Sin dejar de besarnos, el me quita la camiseta, yo desabotono su camisa; mis manos deambulan sobre el rizado y suave vello de su pecho. Cuando siento sus manos en mis glúteos; yo ya no soy persona, me he transformado en un títere, que se mueve al compás que él me marca.
Nos desprendemos de toda la ropa, cuando lo veo desnudo ante mí, pienso que es el hombre más hermoso sobre la tierra, pero mis pensamientos se desinflan, cuando José Luis suelta por su boquita algo que me descoloca totalmente:
- ¡Pues si que estas bueno, pisha.... ! Aunque eso ya lo sabía yo, desde el día que te vi en Punta Candor.
No sé que cara le tengo que poner, porque el comienza a hacer mohínes extraños. Y termina diciendo:
- Entonces... ¿ No me vistes?...
Niego con la cabeza, mientras me pregunto cuales serian las circunstancias en las que dice que me vio: si paseando en busca de rollo, o cuando me estaba cepillando al chavalillo. Temiendo la respuesta; ni pregunto.
- Pues, yo a ti sí. Por eso, cuando me encontré contigo, cuando vine a arreglar la avería... paso lo que paso. ¿ Qué te creías, que te había entrado así como así?
No digo esta boca es mía, simplemente asiento con la cabeza.
- ¡Pisha, muchas películas has visto tu! O no sabes ese refrán que donde tengas la olla....
- … no metas la polla- completo yo sonriendo, admitiendo para mis adentros, que los años no me han hecho menos ingenuo.
- Pues, si amigo...- dice el varonil técnico pasando tiernamente la palma de su mano por mi rostro- Te vi haciendo cruising... Y cuando vi, aquel día como me mirabas, me dije: ¡Esta es la mía!
- ¿ Tan descarado fui?- pregunto avergonzado.
- No, pero tú sabes que nosotros tenemos un SEXTO SENTIDO para esas cosas.
No puedo evitar soltar una leve carcajada. Él me mira un poquito mosca. Así que le tengo que explicar que cuando lo vi, lo último que hubiera pensado es que le fueran el tema .. Y que si él no hubiera acercado su paquete a mi hombro, jamás me hubiera dado cuenta de que le gustaran los tíos. El sonríe satisfactoriamente y me dice:
- ¿Sabes? No sé de que me alegro más si de haber ido aquella tarde de Cruising o de que te quedaras sin ADSL …
- ¿ Por?
- Porque si no, me hubiera perdido el conocerte. Porque a parte de estar bueno, pareces hasta buena persona.
Tira de mi hacia él y abrazándome, me vuelve a besar, nuestras pollas que se han puesto un poco morcillona con el rollo de la charla, vuelven rápidamente a recuperar su vigor. Sus manos aprietan fuertemente mis omóplatos, como si intentara fundirme a él. Clavo mis dedos en sus duras nalgas, en un acto de deseo puro. Mis ojos miran el azul de los suyos, aunque la ternura vive todavía en ellos, dicha ternura, cabalga ya sobre el corcel de la lujuria.
Me aprieta más contra su cuerpo, puedo sentir sobre mi piel, desde la dureza de su pectoral, hasta el vigor de su aparato sexual. Vuelvo a acariciar su trasero, este se me antoja placentero... mis dedos caminan hacia su agujero... Cuando quiero explorar su interior; José Luis detiene mi mano diciéndome: No, eso lo tengo reservado para alguien que realmente llegue a ser especial.
Lo tajante de sus palabras, me dejan un poco fuera de lugar, sin saber que hacer y decir después de aquello, pero él cogiéndome las manos fuertemente me dice: Espero que no sea problema.
¡No problema, no hay ninguno! Pero lo que si, que me fastidia un poco, es la obsesión que últimamente tienen mis amantes con esa parte de la anatomía. Como si el que le agradará que le tocarán por ahí o no, fuera a restarle hombría. No le digo nada. Me muerdo la lengua y prosigo uniendo mi cuerpo al suyo.
Mi erecto pene choca con la bestia de su entrepierna, alargo mi mano en busca de su miembro viril. Cuando mis dedos acarician la cabeza de éste, se impregnan de un pegajoso líquido preseminal. Mmmmm.... ¡Tengo que contenerme, para no llevarme los dedos a la boca!
Separo mi boca de la suya y poso mis labios sobre garganta, para seguir bajándolos por todo su tórax, parándome para darle cortitos muerdos sobre su abdomen, junto a mi cara puedo sentir su polla que se agita como si tuviera vida propia. La agarro suavemente y empiezo a masajearla desde arriba hacia abajo. Con la cabeza pegada a su ombligo, observo el viril cipote, me recreo en notar como el capullo se asoma y desaparece bajo mis dedos, como las venas se hinchan, como los huevos se encogen y dilatan al paso de mi mano por el vigoroso miembro.
El pene de José Luis sin ser de dimensiones asombrosas, posee una erección de las mas hermosas que he visto hasta el momento. Desde su glande hasta sus testículos, emana un vigor poco habitual. Detengo mi pequeña masturbación y observo el majestuoso cincel de carne, que oscila ante mi rostro. No me lo pienso más y mi lengua roza su capullo rojizo, para varios lenguetazos más tarde introducir el macizo trozo de carne en el interior de mi paladar.
Sus quejidos entrecortados son para mí una señal inequívoca de que le gusta lo que le hago con mi boca. Así que me entrego con más pasión, y sigo degustando el maravilloso y sensual manjar. Presiono el capullo entre mis labios, pasando la lengua por la abertura de éste; tras repetidos chupetones al glande, introduzco su nabo por completo en mi boca. Cuando la cabeza da contra la garganta, siento una leve arcada, que soporto durante unos leves segundos, para terminar sacándomela de golpe. Vuelvo a repetir la operación unas tres veces más; el capullo parece que va a reventar en cualquier momento y terminar expulsando el mar de leche que se acumula en sus hinchados cojones.... Temiendo que la diversión llegue a su fin, me incorporo y lo vuelvo a besar. Sus labios buscan de nuevo los míos, ¡ Me gusta! Su forma de actuar está lejos de la de esos tíos, que después de chuparsela, te niegan un beso ¿ Acaso les da asco de su polla?
El beso dura poco, porque mi musculado amante, antes de que me pueda dar cuenta, se encuentra agachado delante de mi polla, para a continuación someter a esta, a una exquisita mamada. Sus labios se cierran en torno a mi erguido miembro, dándole cortitos besos, a la vez que con una mano masajea mis abultados huevos. Cuando se la traga hasta el fondo, creo tocar el cielo; si el tío besa bien, lo de chupar Se le da, ¡de escándalo!
Tras unos minutos, le pido que pare , argumentando que no me quiero correr todavía; le invito a tenderse sobre la cama, para practicar un sesenta y nueve.
El 69. ¿ Os he dicho algunas vez, cuanto me gusta esta postura? Que un miembro vigoroso y rígido invada tu paladar, al mismo tiempo que sientes el calor de unos labios rodear tu polla... ¡ No tiene parangón! Si además la persona con la llevas a cabo este acto se entrega , como lo está haciendo el técnico, esto te empuja a chupar con más ahínco, como si fuera el último nabo que te comieras en tu vida. En este momento,este polvo( como en todos los que disfruto muchísimo), me parece el mejor de mi vida; por eso, sin pensarlo, relajo todos mis sentidos y me sumerjo, sin dudarlo, en el maravilloso océano de placer, que es el cuerpo de José Luis.
Cada vez me gusta más el sabor, que su polla deja en mi paladar. Tendidos de lado como estamos, mis manos empujan su ano para que su nabo penetre más profundamente mi boca ; él hace otro tanto conmigo.
Chop, chop... es el único sonido que acompaña al de nuestras respiraciones. Su miembro viril se me antoja un manjar delicioso que no quiero dejar de saborear.... Él degusta mi polla como si el mundo se fuera a acabar después de aquel momento, haciéndome estremecer de placer; un placer que camina desde mis píes, hasta mi coronilla...
El calor que emana su boca sobre mi endurecido miembro, es más de lo que éste puede soportar y extraigo mi nabo de entre sus labios. Aggg- musito plácidamente sacándome su cipote de la boca y derramándome sobre su rostro; casi al unisono siento como un río de esperma resbala por mi mejilla. Nuestros ojos buscan al otro, y ante lo absurdo de la situación; nos echamos a reír nerviosamente.
Poco después nos limpiamos con unas toallitas húmedas.
- ¡ Jo , tío!- digo con una sonrisa pintada en el gesto- ¡Tenías el depósito bien lleno! ¡Vaya corrida que me has echado, si pareces un toro!
- ¡Serán las ganas que tenía de pillarte, pisha!
No sé que ha visto el Sanluqueño en mi ; pero lo que si tengo claro es que tanto sus palabras como sus ojos, no mienten. Así que lo miro fijamente, y besándolo de nuevo me lanzo a la piscina de sus encantos.
Nos vestimos y unos pocos apasionados muerdos más tarde; nos despedimos....
- ¿Me llamaras?
- Sí- digo moviendo la cabeza afirmativamente
- Si no lo vas a hacer, dilo-dice poniendo ojos de cordero degollado- Yo no me enfado shurra
- ¿ Tú crees que a mi no me gustaría repetir?
- Sí, pero es que nadie llama nunca...
- ¡No me hagas responsable de la estupidez humana! Yo he dicho que te llamo y te llamo... Pero será en Septiembre, que para entonces,la casa se queda libre. Ok?
- Ok... ok
El último beso es el más tierno de los que me da, no sé si el cree que lo llamare o no. Yo sé que lo hare.... El tío es algo fuera de lo común....Y algo como él, no se puede dejar pasar, ¡así como así!
Recojo la casa, me ducho y me cambio para ir a la playa con mi familia. ¡ La pesada de mi familia!
Tanto mi hermana, como mi cuñado, como mi madre, no paran de decirme durante todo el rato que me había sentado estupendamente ir a ver a la Virgen a Sevilla, pues me había cambiado hasta el semblante y estaba de bastante mejor humor...
Como siempre, espero vuestros comentarios; tanto si os ha gustado, como si no.
A los que dejaron un comentario en el anterior, muchisisimas gracias y :
A mmj ( Has captado perfectamente el sentido que he querido insuflar al relato); a Kantidubi ( Llevas razón, la cosa va un poco por ahí...); a elbotija10 ( ¿ Te ha defraudado José Luis?....); a gippal ( Espero que este tierno y sensual relato te haya gustado también); a Ivan ( Muchas gracias, hombre) y a jj1970 (¡ No se os escapa una! ¿ ein?)
Continuara dentro de quince días con “Punta Candor siempre llama dos veces”
La semana que viene volveré con un relato ambientado en las vacaciones en Galicia, la verdad es que hace tiempo que no escribo sobre éstas. Se titulará: “4 paredes, 3 hombres, 2 amigos, 1 pastilla ”