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Parasitos sociales

en MicroRelatos

A Eduardo desde su tierna infancia le fueron inculcados conceptos dualistas: lo correcto y lo incorrecto,  lo  bueno y lo malo, lo mejor y lo peor, el éxito y el fracaso… Un ying y un yang omnipresente en cada faceta de su vida que fueron marcando su forma de ser y su día a día en una sociedad en cierto modo aborregada, donde el miedo a no cumplir  con las expectativas marcaba muchas de sus pautas.

Un rostro agraciado, una simpatía natural, un buen físico y una buena polla le facilitaron las relaciones amorosas en una  adolescencia vertiginosa que, siguiendo los preceptos del rebaño, caminó al lado del abismo. El sexo se convirtió para él en una especie de droga que le hacía sentirse más macho y las chicas, unas conquistas de usar y tirar, tan olvidables como los excesos del alcohol y los estupefacientes.

Tras la universidad, vino la época de sentar la cabeza, de buscar un buen empleo, de ser el “number one”  que todos veían en él. Gracias a los conocimientos adquiridos, a su don de gentes y, sobre todo a sus contactos, entró a trabajar en una importante empresa, donde unos continuados ascensos y sus correspondientes aumentos de sueldo lo colocaron en lo más alto de la pirámide alimenticia y le  hicieron creerse alguien distinto al resto de la manada.

Como mandan los cánones sociales se buscó novia, una de buena familia con quien sacrificaría su soltería y olvidaría sus locuras de juventud. Sin embargo, una buena casa, un buen coche, una hermosa mujer y un hijo encantador no colmaban sus aspiraciones,  lo quería todo y lo quería ya. Más pronto que tarde, la rutina transformada en aburrimiento vino a visitarlo y se quedó a vivir para siempre en una vida que le resultaba de lo más agobiante. 

Fue descargando sus frustraciones sobre la gente de su alrededor en forma de exageradas broncas. Un día porque el informe preparado por sus subalternos no era todo lo perfecto que debiera, otro porque su mujer no le tenía preparado un traje específico para ir a una importante reunión… Excusas para recordarse que él era distinto a los demás, que se encontraba  un escalón por encima del resto.

Sin embargo, si había  un colectivo que le servía para mitigar  la desilusión constante en que se  estaba convirtiendo su existencia, esos eran los diferentes o la bazofia social como él los llamaba. Negros, sudamericanos, árabes, homosexuales, prostitutas, travestis, drogadictos… Incluso se permitía el lujo de mirar por encima del hombro a los discapacitados. Para él todos estaban de más en un mundo que les pertenecía a la gente honrada y trabajadora, un selecto grupo entre los que se incluía con derecho propio.

Sin darse cuenta inició una pequeña campaña en contra de lo que él consideraba parásitos sociales y, cada vez que tenía ocasión, dejaba claro el nefasto concepto que tenía de todos aquellos que se alejaban de sus perfectos cánones y venían a destruir su perfecto modo de vida.

Una mañana en la que se dirigía con prisas  al aeropuerto, la  fatídica providencia colocó en su camino a un vehículo conducido por un adolescente de buena familia y, al igual que él  en su juventud, amigo de los excesos. Una maniobra fatal y el exceso de velocidad fue de lo que se sirvió el destino para jugar sus bazas, un accidente fatal que dio como resultado la muerte del chaval y una larga estancia de Eduardo en la Unidad de Cuidados Intensivos.

Encajó las palabras de su médico de la peor manera, no todos los días le dicen a uno que  se ha quedado tetrapléjico.

Su carácter se agrió, poco a poco sus amistades se fueron distanciando de él, sus compañeros de trabajo dejaron de preocuparse por su estado, solo le quedó su familia, pero incluso su mujer, harta de sus desaires y de su mal humor, le pidió el divorcio, por lo que terminó viviendo con sus padres.

De golpe y porrazo su imagen personal se desplomó, no solo se había convertido en un fracasado, en un desecho social, sino que económicamente no era autosuficiente. Sus ahorros demostraron tener un límite, la pequeña pensión que le había quedado apenas daba para cubrir sus cuidados y  terminó viviendo de lo que le daban sus padres y sus hermanos. De un día para otro había pasado de estar en lo más alto  de la pirámide a convertirse en un parasito social.

NOTA DEL AUTOR:

Si estás por aquí me gustaría que me dieras tu opinión sobre este pequeño experimento narrativo. Gracias por leer.

Si te has gustado te dejo los link de otros microrelatos  de mi autoría y que si no conoces puede que te guste leerlos.

Su gran noche.

Identidad.

¡Se nos da de puta madre!

Talento.

Mas de machirulo

El Blues del autobús

Mr Oso encula a la travestí gótica

Hombres calientes en unos baños públicos (2 de 2)

Hombres calientes en unos baños públicos (1 de 2)

Desvirgado por sus primos gemelos

Un camión cargado de nabos

Cruising entre camiones

Mi primera doble penetración

Un ojete la mar de sensible

Un nuevo sumiso para los empotradores

Once machos con los huevos cargados de leche

Un buen atracón de pollas

Por mirar donde no debía, terminó comiendo rabo

Aquí el activo soy yo

Estrenando un culito muy delicioso

El mirón de las duchas

Una doble penetración inesperada

Amarrado, cegado y follado hasta la extenuación

Polvo rápido en el baño

La duquesa del coño insaciable (4 de 4)

La duquesa del coño insaciable (3 de 4)

La duquesa del coño insaciable (2 de 4)

La duquesa del coño insaciable (1 de 4)

¡Pero qué buenos están estos dos hermanos!

Una doble penetración inesperada

El mecánico siempre descarga sus cojones dos veces

Son cosas que pasan

Sexo grupal en el vestuario

La fiesta de las Coca-colas

Un casquete después de la siesta

Pepe se lo monta con sus primos gemelos

Serrvirr de ejemplo

Comer y follar todo es empezar

Con mi ojete preparado para un rabo XL

Al chofer del bus, le sale la leche por las orejas

Mamándole el ciruelo a mi mejor amigo

De cruising en la playa de Rota

Cinco salchichas alemanas para mi culo estrechito

Un mecánico con los huevos cargados de leche

El descomunal rabo del tío Eufrasio

Follado por su tío

Meter toda la carne en el asador

Míos, tuyos, nuestros… ¡De nadie!

Encuentros furtivos en el internado

Antonio y la extraña pareja

Fácil

Bolos, naranjas y bolas.

Vivir sin memoria

El libro de la vida sexual

Reencuentro con mi ex

Punta Candor siempre llama dos veces

Hombres Nextdoor

Mundo de monstruos

Dejándose llevar

Guía de lectura año 2017

Dejar las cosas importantes para más adelante

Una proposición más que indecente

¡No hay huevos!

Ignacito y sus dos velas de cumpleaños

El chivo

La mujer del carnicero

Iván y la extraña pareja

El regreso de Iván

Guerra Civil

Las tres Másqueperras

Toda una vida

Objetos de segunda mano

Follando con el mecánico y el policía (R) 2/2

Follando con el mecánico y el policía (R) 1/2

Ni San Judas Tadeo

La invasión Zombi

Seis grados de separación

¡Arre, arre, caballito!

La más zorra de todas las zorras

Un baño de sinceridad

Barrigas llenas, barrigas vacías

No estaba muerto, estaba de parranda

Dr. Esmeralda y Mrs. Mónica

Yo para ser feliz quiero un camión

Tiritas pa este corazón partio

Corrupto a la fuga

Un polaco, un vasco, un valenciano y un extremeño

El de la mochila rosa

La jodida trena

Tres palabras

Hagamos algo superficial y vulgar

Pensando con la punta de la polla

Quizás en cada pueblo se practique de una forma

Gente que explota

Guía de lectura año 2016

En unos días tan señalados

Desátame (o apriétame más fuerte)

De cruising en los Caños

Putita

Sé cómo desatascar bajantes estrechos

Este mundo loco

Como conocí a mi novio

No debo hablar

El secreto de Rafita

¿De quién es esta polla cascabelera?

Me gusta

Me llamo Ramón y follo un montón

Doce horas con Elena

El pollón de Ramón

Dos cerditos y muchos lobos feroces

El ciprés del Rojo

Follando por primera vez (R) 2/3

Follando por primera vez (R) 3/3

Follando por primera vez (R) 1/3

Estrenando un culito muy delicioso

El mirón de las duchas

Orgia en el WC de los grandes almacenes

Once pollas para JJ

Prefiero que pienses que soy una puta

Homofobia

Adivina quien se ha vuelto a quedar sin ADSL

¡Terrible, Terrible!

Bukkake en la zona de descanso

Mi primera vez con Ramón

Tu familia que te quiere

Si no pueden quererte

Mía

Infidelidad

Dos adolescentes muy calientes

Ocho camioneros vascos

El pollón del tío Eufrasio

Violado por su tío

Talento

Somos lo que somos

Sexo en Galicia: Dos en la carretera

Tres pollas y un solo coño

De amor se puede vivir

Duelo de mamadas

¡Se nos da de puta madre!

Dos hermanos

¿Dónde está la oveja de mi hermano?

¿Por qué lloras, Pepito?

El MUNDO se EQUIVOCA

Todo lo que quiero para Navidad

Como Cristiano Ronaldo

Identidad

Fuera de carta

Los gatos no ladran

Su gran noche

Instinto básico

TE comería EL corazón

La fuerza del destino

La voz dormida.

Como la comida rápida.

Las amistades peligrosas.

El profesor de gimnasia.

Follando: Hoy, ayer y siempre (R)2/2

Follando: Hoy, ayer y siempre (R) 1/2

El ser humano es raro.

La ética de la dominación.

¡Ven, Debora-me otra vez!

La procesión va por dentro.

Porkys

Autopista al infierno.

El repasito.

José Luis, Iván, Ramón y otra gente del montón.

El sexto sentido.

Cuando el tiempo quema.

Mi mamá no me mima.

La fiesta de Blas.

¿Por qué lo llaman sexo cuando quieren decir amor?

Sin miedo a nada.

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

¡Qué buena suerte!

El rumor de las piedras.

Dios odia a los cobardes.

Tres palabras.

Guía de lectura segundo semestre 2.014.

Como un lobo.

Solo Dios perdona.

El padrino.

Perdiendo mi religión.

Adiós Francisquito, adiós.

Pequeños descuidos.

La sombra de una duda.

Mis problemas con JJ.

Unos condones en la guantera.

La voz dormida.

Follando con mi amigo casado.

Si pudieras leer mi mente.

Bésame, como si el mundo se acabara después.

Si yo tuviera una escoba.

Guía de lectura primer semestre dos mil catorce.

¡Cuidado con Paloma!

La lista de Schindler.

Nos sobran los motivos.

La masticación del tito Paco.

Viviendo deprisa.

El blues del autobús.

¿Y cómo es él?

¡Voy a por ti!

Celebrando la victoria.

Lo estás haciendo muy bien.

Vivir al Este del Edén.

Hay una cosa que te quiero decir.

Entre dos tierras.

Felicitación Navideña.

37 grados.

El más dulce de los tabúes.

Desvirgado por sus primos gemelos

Las pajas en el pajar

Para hacer bien el amor hay que venir al Sur.

Tiritas pa este corazón partio

Valió la pena

1,4,3,2.

Sexo en Galicia: Comer, beber, follar....

¡Se nos va!

En los vestuarios.

Lo imposible

Celebrando la victoria

La procesión va por dentro.

El guardaespaldas

El buen gourmet

Mariano en el país de las maravillas.

Tu entrenador quiere romperte el culo(E)

Retozando Entre Machos.

Culos hambrientos para pollas duras

La excursión campestre

¡No es lo que parece!

Mi primera vez (E)

Vida de este chico.

Follando con mi amigo casado y el del ADSL? (R)

Follando con 2 buenos machos: Iván y Ramón

Trío en la sauna.

Nunca fuimos ángeles

Desvirgado por sus primos gemelos (E)

Como la comida rápida

La misión

Follando con mi amigo casado

La churra del Genaro

Uno de los nuestros

Sexo en Galicia: Tarde de sauna (R)

2 pollas para mi culo

El cazador.

Los albañiles.

Jugando a los médicos.

Algo para recordar

Mis dos primeras veces con Ramón (E)

A propósito de Enrique.

Guia de lectura y alguna que otra cosita más.

Culos hambrientos para pollas duras

Celebrando la derrota

En los vestuarios (E)

Sexo, viagra y unos pantalones anchos (Epilogo)

No quiero extrañar nada.

Punta Candor siempre llama dos veces.

4,3,2,1....

2 pollas para mi culo

Adivina quién, se ha vuelto a quedar sin ADSL

Follando con 2 buenos machos: Iván y Ramón (R)

El MUNDO se EQUIVOCA

Historias de un follador enamoradizo.

Living la vida loca

Sexo en galicia con dos heteros (R)

¿Por qué lo llaman sexo cuando quieren decir amor?

Comer, beber... charlar.

Los albañiles.

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

Regreso al pasado

Follando con mi amigo casado (R)

“.... y unos osos montañeses)”

El padrino

... Bubú.....

El blues del autobús (Versión 2.0)

El parque de Yellowstone (Yogui,....)

After siesta

Sexo, viagra y ... (2ª parte) y última

Before siesta

Sexo, viagra y unos pantalones anchos (1ª parte)

El bosque de Sherwood

El buen gourmet

Como la comida rápida

Pequeños descuidos

¨La lista de Schindler¨

El blues del autobús

Celebrando el partido