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en Gays

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21 de agosto del 2012  3:12 pm (aprox.)

 

El primer día de playa concluye, y lo único que hemos compartido con Mariano, ha sido nuestras historias de la juventud. La verdad es que está guay, pero mi novio, me había vendido otro burro bien distinto.

 

Tras darle las pastillas para el dolor de estómago. Entro en la pequeña habitación, como enfadado con el mundo. Observo la decoración, como si su visión pudiera hacer cambiar mi estado de ánimo.

 

Pero la verdad, es que las cuatro paredes  están falta de cualquier vestigio, que puedan mover mi animosidad: dos pequeñas e impersonales  camas, anexa una a la otra, a sus dos flancos, sendas mesitas de noche con un pequeño cajón, un armario empotrado y algún que otro cuadro hortera, con motivos vacacionales. Nada que mueva mi fuero interno; al contrario, su visión, hasta me deprime un poco.

 

Cuando mi novio entra en el cuarto, por su gesto, puedo intuir que no le ha sentado nada bien mi salida de tono, al despedirnos de su amigo.

 

-¿Se puede saber a qué ha venido eso de “se lo cuentas o-tro di-a”?- ni sus palabras, ni su rostro, dan muestra de esa  natural amabilidad suya. 

 

-¡Qué estoy cansado y punto!-mis palabras suenan más falsas que un billete de 500 $

 

-¡Y yo soy tonto y me chupo el dedo!- me contesta él, con ese tono de no creerse la misa la media

 

Un cortante silencio se abre entre los dos. Intento distraer mi mente con el decorado: dos camas, dos mesitas de noche, cuadros horteras...

JJ vuelve al ataque.

 

-¿Me vas a decir qué es lo que te pasa, o te voy a tener que escribir una instancia?

 

Le devuelvo la mirada, temeroso de que su reacción, ante lo que tengo que decir, sea peor que su ignorancia.

 

-Me había hecho ilusiones, con lo que hablamos...

 

-¡Ah!- en el rostro de mi novio, se pinta una mueca un tanto grotesca, mientras intenta asimilar lo que he dicho- ¿Con “lo que hablamos”, te refieres a hacer realidad tu fantasía?

 

-Sí-  aunque la palabra, sale de forma contundente de mi boca, no puedo disimular mi temor, ante la respuesta de JJ.

 

-Está claro que eres hijo único. Y los Reyes Magos, te han traído siempre los juguetes que has pedido.

 

-¿Qué quieres decir con eso?

 

-Pues nada, hijo mío, sólo que estás acostumbrado a salirte con la tuya. Y cuando no lo haces, te pegas un pataleo de los que hacen época- el sarcasmo es latente en sus palabras, se está burlando de mí, como hace siempre...

 

-No creo, que me haya comportado como dices- más que defenderme, me intento excusar.

 

-¡Sí, y lo sabes!- al decir esto, mueve la cabeza, reafirmando sus palabras- Porque Mariano, es buena persona y  no te lo va a tener en cuenta. Pero has estado de un grosero, que no te pega para nada.

 

-Es que me hacía ilusión...

 

-Y a mí la Paz en el Mundo, y no voy pegando cabezazos por ahí como si fuera un toro bravo.

 

-Pero es que parece que a ti, no te apetece...

 

-¡Ah! Ahora además de estar bueno y ser una excelente persona, eres telepata. ¿Por favor, Guillermo?- aunque intenta ser amable, su gesto demuestra que se está comenzando a enfadar.

 

-Pero es que, aparte de lo que le dijiste este mediodía en la playa, no le has vuelto a decir más nada.- ahora el que se está empezando a “calentar” soy yo.

 

-Creo, que no conoces a Mariano... Lo que le he dicho, es más de lo que puede él asimilar... Además, como te dije, la cara que puso, fue más de sorpresa que de enfado.

 

-Pero, podías haber seguido, “metiéndole los dedos”.

 

-Sí, hasta que vomitara... ¡No te jodes!  Mi vida, nos quedan seis días con él; seis días en los que vamos a tener tiempo de todo, así que no te agobies.

 

-Llevas razón- no sé, si porque es mayor que yo, o porque para mí es más cómodo dejarme llevar, que tomar decisiones; siempre termino aceptando sus argumentos.

 

-Además, entiéndeme; Mariano es muy impredecible y si le cuento tu capricho, como el que no quiere la cosa, se me puede enfadar y  lo último que quiero, es perderlo como amigo.

 

-Sabes que eso, no va a pasar.

 

-No sé, yo que decirte. Puede pensarse que es una trampa y es lo último que quiero... Ya jugué demasiado con fuego, en las famosas vacaciones de Galicia; es buena gente, pero no es tonto... Así que prefiero no presionarlo...

 

-Pero no dices, que tienes tanta confianza con él.

 

-Y la tengo... Pero prefiero que las cosas surjan, a forzar la situación.

 

-Pero, se lo tendrás que decir.

 

-Sí, pero en el momento idóneo.

 

-Bueno tú sabrás, no creo que te ponga mucho problema, si ya lo habéis hecho otras veces.

 

-Sí, pero en el viaje de Galicia, las condiciones fueron otras y Mariano estaba más solo que la una. Ahora, anda enamoriscado de su amigo Ramón. Además, no es lo mismo hacer un trío con un ligue ocasional, que con tu pareja... Lo mismo, como es tan beato, le parece pecado mortal y me dice que no.

 

-Sí, ya eso lo hemos hablado en más de una ocasión. Pero que quieres que te diga, desde que me fije en vosotros dos en el “Fangoria”, como supuse que erais pareja, no se me quita de la cabeza, la fantasía de hacerlo con los dos a la vez.

 

-¡Cariño, a veces me sorprende lo ramplón, que puedes llegar a ser!

Se te ha metido en la mollera - al decir esto, se pone las manos verticalmente sobre las sienes, como si formara una caja entre estas y su cabeza-y no hay quien te lo saque. El sexo, como tú sabes, para mí tiene la importancia que tiene; físicamente es necesario, pero poco más.

 

-¡Sí, por eso te ha faltado tiempo para dar una vuelta por las rocas en busca de mamoneo!

 

-No ves, como no dimensionas bien las cosas; lo de esta tarde, puede ser alimentar la libido, montarse una película morbosa y no sé cuántas historias más… Pero en esas situaciones,  por lo menos para mí, lo menos importante es el sexo.

 

-¿Y qué es importante del sexo según tú?

 

-Lo que sientas hacia la persona con la que lo haces, el polvo en Vigo, con Paco, el gallego y Mariano, fue de los mejores que he echado en mi vida, no he sentido nunca tanta complicidad en un trío...

 

-Ya,  por lo que me has contado, tuvo que ser la polla.

 

-Pues eso, es lo que pretendo que sea cuando lo hagamos con Mariano, sino funciona de esa manera... Mejor no hacerlo.

 

 

Lo miro y en momentos como esto, descubro porque estoy tan loco por el hombre que tengo ante mí; aunque no peca de ingenuo, (ni mucho menos) no tiene maldad, ni dobleces... Pocas veces, hace algo sin pensar en las consecuencias para los demás y cuando lo hace, el que sale más dañado es él.

 

Ha sufrido un montón en la vida, a pesar de tener un montón de “novios”, nunca ha encontrado alguien, a quien le gustara llamar “pareja”. Aunque somos muy diferentes, en eso sí, que nos parecemos. Yo hasta que llego él; todavía no había encontrado lo que iba buscando.

 

Avanzó hacia él, paso mis manos tras su cuello. Dándole a entender que en nuestra relación, los enfados y las broncas no tienen donde quedarse.

 

-Lo siento, mañana me disculpo con Mariano.

 

-No hace falta, sólo con que le pongas tu mejor cara, él se dará por satisfecho....

 

Hace una breve pausa, clava su mirada en la mía y como el que no quiere la cosa dice:

 

- ¿A qué esperas?

 

-¿Para qué?

 

-Para besarme.

 

Poso suavemente mis labios sobre los suyos, al poco, nuestras lenguas se mezclan como si fuera una. No sé él, pero es sentir el sabor de su boca y mi polla, empieza a despertar de su letargo.

 

Hoy como tantas veces, despediremos el día con un buen polvo. Es lo que más me gusta de las discusiones con mi novio: la reconciliaciones....

 

4

22 de agosto del 2012  11:00pm (aprox.)

 

Hace un buen día de playa, el sol está fuera y, lo que es mejor, no hace ni chispa de levante; la marea esta baja, por lo que accedemos a nuestra cala preferida con facilidad. (Habrá que tener en cuenta la hora de la pleamar, para no tener problemas a la vuelta.)

 

¡Dios, que me gusta esta playa! No es sólo, lo cristalino de sus aguas y la tranquilidad que se respira. (En esto último, tiene que ver mucho la crisis, pues a pesar de estar en Agosto, hay menos público del habitual por estos lares.)

 

JJ se ha quedado atrás con Guillermo, sigue habla que te habla de lo que nos ha pasado en el supermercado. En fin, si me he adelantado, es porque ya he dado mi opinión al respecto y me parece, que tanto más se mueve la basura, más huele.  

 

Mientras mi amigo se deleita en su “hazaña”, yo me dedico a montar la sombrilla. Cuando aparecen, prácticamente tengo el chiringuito montado. Por cierto, mi amigo sigue erre que erre con el tema del “facha” del supermercado. Confío en que sea inteligente y no pida mi apoyo, porque  o si no, lo lleva claro.

 

Para demostrarle que me la trae floja su conversación, tiendo la alfombrilla sobre la arena, me untó la crema bronceadora; cuando Guillermo se acerca a mí (cansado, creo,  de escuchar, una y otra vez lo mismo), le pido que me ponga la crema en la espalda. Está mal que lo diga, pues es el novio de mi amigo, pero  es simplemente sentir, sus manos sobre mis omoplatos y  me excito un poco... ¡Miento! Un poco no: bastante.

 

Por cierto, lleva toda la mañana, más amable conmigo de lo normal... ¿Será para resarcirse de la mala contestación que nos dio anoche? … Algo le tuvo que ocurrir, para que respondiera de modo tan desagradable; pues él no es así. En fin. No te mates por saber…

 

-¡No me digas que no te piensas quitar el bañador!- la estridente voz de JJ, me saca de mis cavilaciones.

 

-¿Puedes gritar más? Creo que dos calas, más para allá no te han escuchado.-digo con bastante ironía.

 

-¡Ay, perdona! Pero venía tan entusiasmado, hablando del heredero de Primo de Franco, que  no me he dado cuenta.

 

-Sabes que me da mucha vergüenza ponerme en bolas... ¡Seguramente mañana, esté más preparado!

 

-Hijo mío, no sé para qué te tienes que preparar;  vas a poner la picha al aire, no presentar una tesis doctoral...

 

-¿Pero tú quieres dejar al chaval a su aire? - el que así habla es Guillermo, quien,  insisto, está de-ma-sia-do amable conmigo hoy.

 

-Si yo lo decía, para que se fuera animando y eso.

 

-No me animes tanto- al decir esto, ladeo la cabeza condescendientemente.

 

-Bueno, vale, pero no te importara que mi novio y yo nos quedemos en plan Adán y Eva.

 

-No veo ninguna hoja de parra por aquí- contesto en tono chulesco.

 

-Has visto Guillermo, las “gracietas” del amigo Mariano- JJ pone su mayor cara de asco al decir esto.

 

Antes de que  me pueda dar cuenta, mi amigo y su novio, se han instalado y tras desnudarse, untarse el bronceador y tal, se pegan una frenética carrera hacia el agua.

 

JJ, a veces es un tocapelotas de los gordos, pero es una de las mejores personas que conozco. Verlo correr hacia el agua, con las vergüenzas al aire y sin importarle lo más mínimo; muestran lo lleno de vida que está. Lo mejor que le ha podido pasar, es conocer a Guillermo. Es un tío, que tanto más lo conozco, mejor me cae. Y el hijo de puta está de un bueno que te cagas... Aunque, yo eso no lo debería ni pensar. ¡Cojones, qué es el novio de mi amigo!

 

Cuando me quedo sólo, me tiendo en la esterilla y me pongo a leer mi “best seller” veraniego. La verdad es que hemos venido tan temprano, que no hay nadie en la cala. Acompañado por la inmensa tranquilidad de la soledad, me sumerjo en la lectura.

 

No sé qué porción de tiempo pasa, pero apenas un par de capítulos después, hacen aparición una pareja de alemanes; uno de ellos los cincuenta no los vuelve a cumplir; el otro en cambio, si tiene los treinta, muchos son. El más mayor, se ve un hombre atractivo; a pesar de que se mantiene bien, solo es una sombra-me aventuro a imaginar- de lo que sería en su juventud.

 

El más joven, es exquisito hasta moviéndose, no me determino a suponer, si sus ademanes responden a una falta de masculinidad o a una arrogancia desmedida. Su cuerpo excesivamente musculado, se corresponde más con unos ciclos de anabolizantes, que con muchas horas de entrenamiento.

 

El tío al sentirse sutilmente observado, se regodea en sus movimientos; como no estoy por la labor, de alimentar el ego de nadie. Vuelvo a la lectura, la cual dicho sea de paso, me parece más gratificante, que la visión del pomposo alemán.

 

Al poco busco con la mirada a mis amigos; se han sentado en la orilla de la playa y dejan que las olas paseen por su cuerpo. Hoy se ve que JJ, se ha levantado contento, sigue charla que te charla. Mejor así, que cuando calla, es porque algo le agobia.

 

Medio capítulo después un chico de unos veinte años, moreno como él solo, pasa a unos metros de mí y con el mismo caminar apresurado, se interna en el pequeño montículo de rocas, que une esta cala con la otra. No lleva ningún equipaje, por lo que deduzco va dando una vuelta o buscando el cancaneo de turno. Aunque para esto último, me parece demasiado temprano.

 

Al poco, una pareja, por su apariencia y edad parecen un matrimonio. Montan el “campamento” a escasos metros de donde estoy. Ambos, me sueltan un cordial hola, al que respondo amablemente con otro.

 

Por su acento, puedo distinguir que son de la tierra; si me aprietas, diría que de un pueblo de Sevilla.

 

Levanto mi mirada del libro y los observo disimuladamente. El tendrá unos treinta y cortos años. De ella, me es más difícil calcular su edad. Por su rostro, parece no tener la treintena, pero lo abultado de sus caderas y sus glúteos, me hacen pensar que es mayor. La verdad, que no es fea, pero sus fofas carnes, le quitan todo atractivo.

 

Él sin embargo, es otro cantar. A pesar de que lleva el cabello corto, unos rebeldes y atractivos rizos,  se dejan entrever sobre sus sienes y su flequillo. Su barba de tres días, unida con sus pómulos anchos, lo dotan con una apariencia de tipo duro; todo esto, sumado a sus gafas negras, me conduce a imaginármelo, montado sobre una gran moto, tipo Harley Davison.(Mmm… ¡Qué morbo!)

 

A pesar de la amplia camiseta, y que los pantalones de mercadillo le hacen poco bien. Se ve que tiene un físico bastante interesante. Como no quiero parecer descarado, vuelvo a la lectura.

 

Una de las veces que levanto la mirada, puedo comprobar que la mujer sin pudor alguno, muestra la celulitis y piel de naranja de sus nalgas en todo su esplendor. Su marido, por su parte, se ha quitado las gafas; el cabrón, para más inri, tiene unos ojos claros (no puedo distinguir si verde o azules) que quitan el sentido. A continuación, se quita la camiseta, mostrando un torso perfecto, una alfombra de vello rizado lo cubre por completo, por lo que su musculatura, a diferencia de la del alemán, no es un canto a lo voluptuosidad.

 

Aunque intento apartar la mirada. Inconscientemente, mis ojos se  deleitan en el improvisado strip-tease. Cuando se quita el pantalón, el deseo atenaza mi pecho; el tío tiene una polla ancha y larga, que en descanso, se me antoja de lo más apetecible. Pero lo más recalcable de su aparato genital, son sus enormes testículos y la mata de pelo rizado que lo recorren.

 

-¡Tío, cierra la boca que te va entrar una mosca!- el que así habla es JJ, que aprovechando mi ensimismamiento, se ha acercado a mí.

 

Ante el espontaneo comentario de mi amigo, el rubor visita mis mejillas. Intentando disimular, hago como el que prosigo la lectura, mientras le pregunto en voz baja:

 

-¿Tan descarado he sido?

 

-¡Nooo, que vaaa!- contesta con bastante ironía- ¡Hijo mío, es que ves a un tío casado y te vas de cabeza!

 

Ante la evidencia de sus palabras, agacho la cabeza como si hubiera cometido un pecado mortal. JJ se da cuenta de la sensación que tengo de haber hecho algo incorrecto y sin darme tiempo, a darle una respuesta concluye diciendo:

 

-Pues sabes lo que te digo, si no quieren que los maricones  le miren la polla. Lo que tiene que hacer, es no venir por esta parte de la playa...

 

Estoy a punto de darle un contra argumento, pero la inesperada llegada de Guillermo, interrumpe mi momento filosófico.

 

Hundo la mirada entre las líneas del libro, reprimiendo mirar al novio de JJ, quien, mientras se seca, luce su desnudez de manera palpable, ante mi rostro.

 

Mientras JJ termina de quitarse los resquicios del agua salada de su cuerpo, me lanza una singular pregunta:

 

-¿A ti te queda muchas ganas de seguir leyendo la novela?

 

-Sí... ¿Por?

 

-Porque este y yo- dice señalando a Guillermo- nos vamos a ir a dar una vuelta por las calas del fondo, a ver que vemos.

 

-¿Tan pronto?

 

-Hijo mío, no estás en nada. Ahora, junto con la caída del sol, es el mejor momento de caza.

 

Tras ponerse el bañador, se internan en el montículo de rocas, dejándome con mi novela inconclusa y una pregunta con respuesta bastante evidente: ¿Tan caliente está la gente, que lo primero que hace en el día, es buscar un desconocido para echar un polvo?

 

3

22 de agosto del 2012  10:30 am (aprox.)

 

Menos mal, que hemos conseguido mesa para desayunar. Porque el Marianito, va a tardar. Ese, en cuanto se meta en la ducha,  seguro que va a tener su momento “American Beauty”.

 

Tras preguntarle a Guillermo como prefiere la media tostada, me levanto para pedir el desayuno.

 

A pesar, de que el bar no está muy lleno. Parece, que todo el mundo ha decidido venir  a la misma hora y los camareros, no dan abasto. Por cierto, uno de ellos si fuera menos “cani”, sería hasta mono. El otro, ni el cirujano de Cher, le encontraría remedio.

 

Casi hemos terminado de meternos la tostada de aceite y jamón, entre pecho y espalda, cuando hace su aparición Mariano. Lo primero que hace es excusarse con nosotros. (¡Qué considerado es el pobre!)

 

-¡Buenos días al menos!- le digo sonriendo, dándole a entender que su tardanza no nos importa.

 

-¡A ti ya te he visto! ¡Buenos días, Guillermo! –dice, pasando de mi  persona tres pueblos.

 

-¿Cómo estás del estómago? - pregunta amablemente mi novio. ¡Qué bien enseñado que lo tengo y qué bueno es!

 

-Mejor, pero he pasado una noche que no veas- dice Mariano, llevándose intuitivamente la mano al estómago.

 

-¡Di que no! ¡Qué se ha levantado con una alegría! ¡A saber lo que ha estado soñando!-digo intentando meter un poco de guasa, que estamos de vacaciones y tenemos cara de imputados, en un caso de corrupción.

 

-Pero tú... ¿Siempre tienes que ser el mismo? - aunque intenta ponerse serio, no puede reprimir que, por la comisura de sus labios, se le escape una sonrisa.

 

-Cielo, para mi parecer, que todos nos levantamos con el fusil mirando al techo- interviene Guillermo.

 

-Sí, pero no con un manchón así de gordo en los calzoncillos- al decir esto, uno mis manos intentando asemejar un círculo.

 

Tanto mi novio, como Mariano, ven que he cogido carrerilla y no pienso parar. Por lo que, optan por ignorarme.

 

-¿Qué vas a tomar de desayunar, Mariano?-pregunta mi amorcito.

 

-Un zumo de naranja sólo, como me tome un café, voy a ir de cabeza para el wáter.

 

Conozco a Mariano, mejor que la madre que lo ha “pario”, a pesar de la mala contestación y actitud ayer de mi novio, al despedirse.  A ver que este, no da muestras de cabreo alguno, actúa como si no hubiera pasado nada. Más, diría que ya, lo ha olvidado por completo.

 

Tras unos cuantos comentarios banales, en los que el sexo tiene una importancia mayúscula, abandonamos el pequeño bar en dirección al supermercado de la larga y estrecha avenida, que une el hotel con el sendero de la playa.

 

Hoy por aquello de aprovechar el sol, el mar y las posibilidades infinitas de cancaneo, que ofrece este paraje costero gaditano. Hemos decidido hacer un pic- nic en la playa, compramos unos bocadillos, las bebidas y algunas que otro caprichillo en el autoservicio de la zona.

 

Es curioso, como el “Low coast”, lo está invadiendo todo. Esta local antaño, era una tienda donde un amable dependiente te atendía. Ahora lo han convertido, en un supermercado donde tú coges lo que deseas, de entre un montón de artículos apilados sin ton ni son, en unas  impersonales estanterías.

 

El amable dependiente, ha sido sustituido por dos jóvenes más preocupados en conectarse al “Face book”, que en el hecho de que  tú como cliente, te vayas satisfecho. ¡Qué más les da, si van a seguir cobrando la misma birria de salario! Es lo que tiene la globalización, extiende la mierda de forma uniforme…

 

Mientras esperamos en la cola de  la charcutería, a que nos preparen los bocadillos, algo insólito y a la vez hermoso sucede: una pareja de jóvenes-no tendrán más de diecinueve o veinte años- pasean por el local cogidos de la mano, mostrando al mundo sin pudor su homosexualidad. El siglo XXI ha llegado hace años, pero estas cosas todavía; (por lo menos, por esta tierra mía), no son todo lo natural que debieran.

 

Son tan poco habituales, que un señor de unos cincuenta años, quien espera su turno junto a nosotros, suelta algo que me crispa los nervios.

 

-¡Qué vergüenza!

 

Mariano, está a punto de soltarle uno de sus discursos conciliadores, pero le hago un sutil gesto, para que guarde silencio.

 

Observo minuciosamente al individuo, que ha soltado el inadecuado improperio. Y lo que veo, no me puede gustar menos.

 

Sobre su frente, luce unas hermosas entradas, antesala  perfecta de una calvicie que intenta disimular, dejándose el cabello un poco más largo de lo normal, de lo habitual en la gente de su edad.

 

LLeva unas gafas metálicas, que no es que sean “vintage”, es que nunca estuvieron de moda.

 

Viste una camisa de cuadritos blancos y negros, con un jinete y un caballo sobre el bolsillo del pecho; deduzco, que el individuo es del tipo de gente que, cuando se ponen una prenda,  lo único  que les interesa, es que los demás, sepan lo caro que es y que ellos tienen bastante dinero para pagarlo.  

 

Completa el uniforme del casposo caballero, unas bermudas marrones y unas zapatillas, que yo no regalaría ni a mi peor enemigo.

 

La soberbia y prepotencia se dibujan en su rostro, parece mirar a todos por encima del hombro, como si el único modo de ver la vida fuera el suyo. Y todos los que no piensan como él, están contra de él. El mundo, bajo su punto de vista, es demasiado pequeño, para dos pensamientos distintos.

 

Por otro lado, ofrece un aspecto físico bastante descuidado, una barriga incipiente, unos brazos delgados carentes del tan necesitado ejercicio físico. Sus piernas muestran unas prominentes varices, clarividentes de lo cerca que le roza la vejez.

 

Sospecho que es temeroso de Dios. Pero me recuerda tanto a una España, añeja y trasnochada, que no puedo evitar pensar, que se ha escapado de una película de Paco Martínez Soria.

 

La contundencia con lo que ha dicho la frase, y el poco respeto que ha demostrado hacia los dos jóvenes. Hace que hasta el charcutero que nos prepara los bocadillos, se le quede mirando fijamente.

 

-¡Qué vergüenza! ¡Cómo ya los degenerados estos se pueden casar,  se llevan todo el día fornicando!

 

La palabra fornicar, me clarifica lo que yo pensaba: es católico, apostólico y romano. Pero el día que explicaron, aquello de “amaras al prójimo como a ti mismo”, estuvo malo con gripe y no fue a clase.

 

Lo miro, poniendo cara de que estoy de acuerdo con su discurso, lo cual, lo impulsa a soltar más de “sus verdades absolutas”.

 

-¡Van a destrozar la familia! ¡Entre eso y el aborto, van a terminar con este país! A ver, si ahora que están estos gobernando, arreglan un poco la inmoralidad en la que vivimos.

 

Asiento con la cabeza, como si toda lo basura que está vomitando, fuera de mi completo interés.

 

Sintiéndose arropado y comprendido. Prosigue, elevando el tono pendenciero de sus palabras.

 

-¿Tú sabes lo que le hace falta a este país? - hace una pausa, para comprobar que ha captado nuestra atención, y sin darnos tiempo a contestar prosigue- ¡Un Franco con veinte años! Verían Uds., como se quitaba a toda esta gentuza de en medio. Que piensan en cualquier cosa, menos en trabajar. Así está este país,  que va a la ruina.

 

Se ve que el pobre, está acostumbrado a decir siempre lo que piensa, sin que nadie lo contradiga. Pues según él,  todo aquel que no ve las cosas de su misma forma y modo, está equivocado o es un ignorante. Le dejo que siga cogiendo confianza, poniendo mi mejor cara de “prestar atención”.

 

-Yo porque a mi mujer le gusta esta playa, sino iba a venir un guardia. Todo lo que hay son “perroflautas”, drogadictos, maricones y negros. La gente honrada y trabajadora no tiene por qué mezclarse con esta gente. Yo no tengo, nada en contra de ninguno, pero  ellos en su sitio y nosotros, la gente decente, en otro.

 

La debilidad de sus argumentos, quedaba patente en su último comentario; se supone que puesto a ser “ordenado” y cada quien en su sitio. La playa de los Caños, es una playa nudista; que puesto a catalogar, es el lugar idóneo para “perroflautas”, drogadictos, maricones y demás fauna indeseable. ¿Qué hace  un tío ”honrado” como él,  en un lugar como este? ¿Qué clase de aventura, había ido a buscar?

 

Su monologo flatulento, sigue llenando el aire del local durante unos instantes más. No le presto más atención, ya he escuchado bastante.

 

Mientras la nostálgica criaturita, sigue adornando con argumentos sus anticuadas ideas. Me vuelvo hacia Guillermo, no sé cómo, pero él entiende mi gesto y sin tener que decir nada, me da un sonoro beso en los labios, interrumpiendo de seco la inconsistente charla.

 

Por un momento, está tentado de decir algo, pero el gesto desafiante de Guillermo (Sus abultados bíceps  también ayudan bastante) le hacen desistir; cuando es consciente del ridículo que ha hecho, refunfuña algo entre dientes y se marcha, sin comprar nada.

 

Mis amigos y el dependiente nos miramos con cara de circunstancia y a la vez de alivio.

 

-Perdona- digo dirigiéndome al joven charcutero-pero creo que te he hecho perder un cliente.

 

-No te preocupes “shurra”- dice sin detener la labor que está realizando- Pero no estoy a comisión. ¡Y “pa” la mierda que compra, no “vea” el “porculo” que da!

 

El espontaneo comentario del dependiente, nos arranca unas sonrisas.

 

Aunque, hasta que salimos de allí, los comentarios entre nosotros sobre lo que ha ocurrido, no cesan. Es salir del pequeño tenderete y Mariano, (que si fuera mudo, reventaba) me intenta colocar uno de esos “mítines” conciliadores que él da.

 

-Esta gente tan racista y homofóbica, lo único que les pasa es que son unos cobardes; y les da miedo, todo aquello que es diferente...

 

-¿Eso quien lo escribió Freud o Pavlov?- digo con cierta chulería, dándole a entender, que no me interesa un bledo sus teorías- Pues... ¿Sabes lo qué te digo? En los individuos así, el odio que sienten hacia los homosexuales, es directamente proporcional, a las ganas que tienen de comerse un buen rabo.

 

Ante lo cortante de mi comentario, mis acompañantes no saben si enfadarse o echarse a reír.

 

Un silencio tenso se abre entre los tres. Como no quiero empezar mal el día, suelto una de las mías.

 

-Sé que el chiste es muy malo. Pero podíais haberos reído, por lo menos de compromiso.

 

Ambos me miran levantado las cejas y esgrimiendo una pequeña sonrisa.

 

Mariano, a quien he interrumpido su discurso a posta, ante la imposibilidad de colocarme su “porque de las cosas” mañanero. Se acopla a Guillermo, a quien empieza a soltarle el rollo. ¡Pobrecito!... Bueno, ¡qué se joda y pague prenda, por haber sido tan grosero anoche!

 

Bueno, lo peor no es eso. Cuando mi amigo termine su soliloquio, ya le daré yo a mi amorcito,  mi visión de las cosas. Hay que escuchar a los dos partes, para poder emitir un buen juicio ¿no?

 

2

22 de agosto del 2012  10:00 am (aprox.)

 

Al poco de marcharse JJ, me meto en la ducha. Mientras me enjabono mi pene y mis testículos. Las imágenes del sueño dominan mi mente de nuevo, por completo.

 

Veo a Ramón blandiendo ante mi cara su enorme vergajo; puedo sentir hasta el olor de su líquido pre seminal.  Siento sobre mi espalda el pecho de Iván, colocando su pene en la entrada de mi orto.

 

Tengo tan aprendido el sabor del miembro de mi amigo, que hasta puedo rememorar su sabor; sus dimensiones entrando y saliendo de mi boca. Al mismo tiempo, que siento como entra y sale de mi cuerpo, el martillo de Iván.

 

Un placer inmenso empieza a gobernar mis sentidos, el agua de la ducha empapa cada uno de los poros de mi ferviente ser. Intento no agarrar, mi  polla; pero la tentativa es vana y al poco,  aprieto mi endurecido miembro entre mis dedos, en pos de buscar el placer, que necesita mi cuerpo.

 

En mi mente, construyo un escenario ideal, donde Ramón e Iván, colman mi cuerpo de atenciones, mientras uno me besa, el otro acaricia mi espalda. Imagino sus pollas, duras como rocas, apuntando  a mi cuerpo, como si me fueran a ensartar con ellas. 

 

Vuelvo a apretar mi polla entre mis dedos, masajeándola desde la cabeza hasta el tronco, apretando levemente, cuando repito el movimiento hacia arriba.

 

La escena que se repite ante mis ojos, con la misma clarividencia que la realidad, es la de Ramón penetrándome con sus cuatro dedos, horadando mis entrañas de una manera brutal y placentera, al mismo tiempo.

 

El placer comienza a campar por todos los poros de mi piel, de manera desmedida. Estoy tan entregado al pueril acto de la masturbación, que el mundo deja de existir por unos breves momentos; sólo existo yo y mis pensamientos.

 

Ramón acerca su polla a mi boca, mientras Iván pasea su lengua por mi ojete. Introduzco el erecto mástil entre mis labios, impregnado de mi saliva entra y sale de mi boca, rezumando  copiosamente un espeso liquido pre seminal, mi paladar se deleita en su sabor, antes de hacerlo pasar hasta mi garganta.

 

Por su parte Iván ha sustituido su lengua por su caliente herramienta, la cual se suelda a mis entrañas, como si formara parte de ella. Empuja, suavemente, sin producir dolor alguno. Acariciando mi próstata, con su gordo capullo...

 

Mis manos estrujan suavemente mi glande, extrayendo de él, las últimas gotas del placentero líquido, que se mezclan con el agua de la ducha, para desaparecer por el desagüe.

 

Apoyo las palmas de mis manos, sobre la pared de la ducha, encorvando mi espalda, para de un modo sosegado, volver poco a poco a la cruda realidad.

 

Miro el reloj, me terminó de duchar lo más rápido que puedo. JJ seguro que me está esperando ya en el bar.

 

 

(Continuara, en “Para hacer bien el amor, hay que venir al Sur”)

 

No lo digo yo, lo dijo la gran Rafaella Carra.

 

Acabas de leer:

 

1, 4, 3,2.

 

Primer episodio de:

¿Sabes lo que hicimos el verano del 2012?

 

Estimado lector, como siempre digo, la única manera de saber si esta historia te ha llegado o no, es a través de tus comentarios y de tus valoraciones. Sobre todo los primeros. (Un “terrible”, a mí como autor de esta página, me es muy poco indicativo; para saber que no te ha gustado)

 

A todo, aquellos lectores que en los relatos: “¡Se nos va! Y  “Sexo en Galicia: Comer, beber, follar…” dejaron un comentario, mi más sincero agradecimiento y a modo particular a cada uno de ellos; A el botiija10: Me alegro que te gusten Pepito y Francisquito, si logro encajar más o menos bien, lo que tengo preparado para el próximo capítulo, te va a encantar. ¿Qué te ha parecido como está contado este episodio? ¿Se entiende bien? De todas maneras, dentro de quince días, traeré de vuelta a uno de tus personajes favoritos.; a hasret: Ya me dirás, que te parece el inicio de esta nueva serie, con mayor protagonismo, tanto para Guillermo, como para JJ.; a Chiclo Cherry: Me alegro de haberte motivado a escribir un comentario con mi historia.; a Varianza:  Tú, que me sigues desde el principio, sabes que siempre arriesgo algo con lo que narro ( A veces lo consigo, otras no) Lo “arriesgado” de “¡Se nos va!”, era saber compaginar la inocencia, con el momento sexual. Por lo que me dices, me puedo dar por satisfecho. ; a KalziferDx: Creo, que la naturalidad es algo que no debemos de perder, ni a la hora de hablar con la gente, ni a la hora de escribir. ¿Para cuándo la continuación de tu relato?; a Karl: Pues contigo y el relato de Galicia, se puede decir que a la tercera va a la vencida. Esta historia, se publicó en sus dos versiones; narrada por Mariano (4,3,2,1), por JJ (Dos pollas para mi culo) y ahora en este recopilatorio. Me alegro, de que se te haya quedado corta la doble penetración.; a mmj He visto que te has puesto al día. Eres de los pocos que está aquí, desde el principio y sigue comentando. Tener lectores como tú, es un verdadero lujo. Espero que te haya gustado, este episodio; más por lo que deja entrever, que por lo que cuenta. Je, je; a pepitoyfrancisquito. Esa es la intención de esos relatos, trasladaros a la infancia. Pero, no que la infancia, entre a leer esos relatos. ¡Así, que los dos a  la cama, que viene el momo!; a Rocio. Es un honor para mí, que una chica con una vida tan ajetreada como la tuya, saqué un momentito para leer mis relatos. ¡No sabe cuánto lo agradezco!; a Longino  Creo que si pongo inhiesta verga, en vez de enhiesta, es porque me traiciona el subconsciente y me la imagino, metiendo un gol. ; a Scirocco. ¡Qué me perdonen el resto de lectores! Pero, tu comentario ha sido el que me ha producido más alegría, no por él en sí. Sino porque, era una evidencia de que habías vuelto a TR. De nuevo ¡Bien-volvido! Y a Ana del alba 20. Un comentario trabajado y una crítica constructiva. Tomo nota de todas tus observaciones, para futuras ocasiones.

 

En quince días, publicaré el siguiente episodio de “Historias de un follador enamoradizo”, se titulará: “Valió la pena”. Vuelve Ramón. (Y esta vez, no hay sueño que valga de por medio)

 

Hasta entonces, no olvidéis supervitaminaros y mineralizaros

 

Nota a mi mismo: Tengo que dejar de escribir estas chorradas, porque evidencia la edad que voy teniendo…

Mas de machirulo

El Blues del autobús

Mr Oso encula a la travestí gótica

Hombres calientes en unos baños públicos (2 de 2)

Hombres calientes en unos baños públicos (1 de 2)

Desvirgado por sus primos gemelos

Un camión cargado de nabos

Cruising entre camiones

Mi primera doble penetración

Un ojete la mar de sensible

Un nuevo sumiso para los empotradores

Once machos con los huevos cargados de leche

Un buen atracón de pollas

Por mirar donde no debía, terminó comiendo rabo

Aquí el activo soy yo

Estrenando un culito muy delicioso

El mirón de las duchas

Una doble penetración inesperada

Amarrado, cegado y follado hasta la extenuación

Polvo rápido en el baño

La duquesa del coño insaciable (4 de 4)

La duquesa del coño insaciable (3 de 4)

La duquesa del coño insaciable (2 de 4)

La duquesa del coño insaciable (1 de 4)

¡Pero qué buenos están estos dos hermanos!

Una doble penetración inesperada

El mecánico siempre descarga sus cojones dos veces

Son cosas que pasan

Sexo grupal en el vestuario

La fiesta de las Coca-colas

Un casquete después de la siesta

Pepe se lo monta con sus primos gemelos

Serrvirr de ejemplo

Comer y follar todo es empezar

Con mi ojete preparado para un rabo XL

Al chofer del bus, le sale la leche por las orejas

Mamándole el ciruelo a mi mejor amigo

De cruising en la playa de Rota

Cinco salchichas alemanas para mi culo estrechito

Un mecánico con los huevos cargados de leche

El descomunal rabo del tío Eufrasio

Follado por su tío

Meter toda la carne en el asador

Míos, tuyos, nuestros… ¡De nadie!

Encuentros furtivos en el internado

Antonio y la extraña pareja

Fácil

Bolos, naranjas y bolas.

Vivir sin memoria

El libro de la vida sexual

Reencuentro con mi ex

Punta Candor siempre llama dos veces

Hombres Nextdoor

Mundo de monstruos

Dejándose llevar

Guía de lectura año 2017

Dejar las cosas importantes para más adelante

Una proposición más que indecente

¡No hay huevos!

Ignacito y sus dos velas de cumpleaños

El chivo

La mujer del carnicero

Iván y la extraña pareja

El regreso de Iván

Guerra Civil

Las tres Másqueperras

Toda una vida

Objetos de segunda mano

Follando con el mecánico y el policía (R) 2/2

Follando con el mecánico y el policía (R) 1/2

Ni San Judas Tadeo

La invasión Zombi

Seis grados de separación

¡Arre, arre, caballito!

La más zorra de todas las zorras

Un baño de sinceridad

Barrigas llenas, barrigas vacías

No estaba muerto, estaba de parranda

Dr. Esmeralda y Mrs. Mónica

Yo para ser feliz quiero un camión

Tiritas pa este corazón partio

Corrupto a la fuga

Un polaco, un vasco, un valenciano y un extremeño

El de la mochila rosa

La jodida trena

Tres palabras

Hagamos algo superficial y vulgar

Pensando con la punta de la polla

Quizás en cada pueblo se practique de una forma

Gente que explota

Guía de lectura año 2016

En unos días tan señalados

Desátame (o apriétame más fuerte)

De cruising en los Caños

Putita

Sé cómo desatascar bajantes estrechos

Este mundo loco

Como conocí a mi novio

No debo hablar

El secreto de Rafita

¿De quién es esta polla cascabelera?

Me gusta

Me llamo Ramón y follo un montón

Doce horas con Elena

El pollón de Ramón

Dos cerditos y muchos lobos feroces

El ciprés del Rojo

Follando por primera vez (R) 2/3

Follando por primera vez (R) 3/3

Follando por primera vez (R) 1/3

Estrenando un culito muy delicioso

El mirón de las duchas

Orgia en el WC de los grandes almacenes

Once pollas para JJ

Prefiero que pienses que soy una puta

Homofobia

Adivina quien se ha vuelto a quedar sin ADSL

¡Terrible, Terrible!

Bukkake en la zona de descanso

Mi primera vez con Ramón

Tu familia que te quiere

Si no pueden quererte

Mía

Infidelidad

Dos adolescentes muy calientes

Ocho camioneros vascos

Parasitos sociales

El pollón del tío Eufrasio

Violado por su tío

Talento

Somos lo que somos

Sexo en Galicia: Dos en la carretera

Tres pollas y un solo coño

De amor se puede vivir

Duelo de mamadas

¡Se nos da de puta madre!

Dos hermanos

¿Dónde está la oveja de mi hermano?

¿Por qué lloras, Pepito?

El MUNDO se EQUIVOCA

Todo lo que quiero para Navidad

Como Cristiano Ronaldo

Identidad

Fuera de carta

Los gatos no ladran

Su gran noche

Instinto básico

TE comería EL corazón

La fuerza del destino

La voz dormida.

Como la comida rápida.

Las amistades peligrosas.

El profesor de gimnasia.

Follando: Hoy, ayer y siempre (R)2/2

Follando: Hoy, ayer y siempre (R) 1/2

El ser humano es raro.

La ética de la dominación.

¡Ven, Debora-me otra vez!

La procesión va por dentro.

Porkys

Autopista al infierno.

El repasito.

José Luis, Iván, Ramón y otra gente del montón.

El sexto sentido.

Cuando el tiempo quema.

Mi mamá no me mima.

La fiesta de Blas.

¿Por qué lo llaman sexo cuando quieren decir amor?

Sin miedo a nada.

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

¡Qué buena suerte!

El rumor de las piedras.

Dios odia a los cobardes.

Tres palabras.

Guía de lectura segundo semestre 2.014.

Como un lobo.

Solo Dios perdona.

El padrino.

Perdiendo mi religión.

Adiós Francisquito, adiós.

Pequeños descuidos.

La sombra de una duda.

Mis problemas con JJ.

Unos condones en la guantera.

La voz dormida.

Follando con mi amigo casado.

Si pudieras leer mi mente.

Bésame, como si el mundo se acabara después.

Si yo tuviera una escoba.

Guía de lectura primer semestre dos mil catorce.

¡Cuidado con Paloma!

La lista de Schindler.

Nos sobran los motivos.

La masticación del tito Paco.

Viviendo deprisa.

El blues del autobús.

¿Y cómo es él?

¡Voy a por ti!

Celebrando la victoria.

Lo estás haciendo muy bien.

Vivir al Este del Edén.

Hay una cosa que te quiero decir.

Entre dos tierras.

Felicitación Navideña.

37 grados.

El más dulce de los tabúes.

Desvirgado por sus primos gemelos

Las pajas en el pajar

Para hacer bien el amor hay que venir al Sur.

Tiritas pa este corazón partio

Valió la pena

Sexo en Galicia: Comer, beber, follar....

¡Se nos va!

En los vestuarios.

Lo imposible

Celebrando la victoria

La procesión va por dentro.

El guardaespaldas

El buen gourmet

Mariano en el país de las maravillas.

Tu entrenador quiere romperte el culo(E)

Retozando Entre Machos.

Culos hambrientos para pollas duras

La excursión campestre

¡No es lo que parece!

Mi primera vez (E)

Vida de este chico.

Follando con mi amigo casado y el del ADSL? (R)

Follando con 2 buenos machos: Iván y Ramón

Trío en la sauna.

Nunca fuimos ángeles

Desvirgado por sus primos gemelos (E)

Como la comida rápida

La misión

Follando con mi amigo casado

La churra del Genaro

Uno de los nuestros

Sexo en Galicia: Tarde de sauna (R)

2 pollas para mi culo

El cazador.

Los albañiles.

Jugando a los médicos.

Algo para recordar

Mis dos primeras veces con Ramón (E)

A propósito de Enrique.

Guia de lectura y alguna que otra cosita más.

Culos hambrientos para pollas duras

En los vestuarios (E)

Celebrando la derrota

Sexo, viagra y unos pantalones anchos (Epilogo)

No quiero extrañar nada.

Punta Candor siempre llama dos veces.

4,3,2,1....

2 pollas para mi culo

Adivina quién, se ha vuelto a quedar sin ADSL

El MUNDO se EQUIVOCA

Follando con 2 buenos machos: Iván y Ramón (R)

Historias de un follador enamoradizo.

Living la vida loca

Sexo en galicia con dos heteros (R)

¿Por qué lo llaman sexo cuando quieren decir amor?

Comer, beber... charlar.

Los albañiles.

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

Regreso al pasado

Follando con mi amigo casado (R)

“.... y unos osos montañeses)”

El padrino

... Bubú.....

El blues del autobús (Versión 2.0)

El parque de Yellowstone (Yogui,....)

After siesta

Sexo, viagra y ... (2ª parte) y última

Before siesta

Sexo, viagra y unos pantalones anchos (1ª parte)

El bosque de Sherwood

El buen gourmet

Como la comida rápida

Pequeños descuidos

¨La lista de Schindler¨

El blues del autobús

Celebrando el partido