miprimita.com

¡Qué buena suerte!

en Gays

Querido lector:

Como en más de una ocasión he comentado, las navidades son unas fiestas que para mí tienen cierta magia y son capaces de evocar mi parte más sensible.

Al igual que el año anterior, he vuelto a escribir algo bastante emotivo (espero que no sensiblero) y que, evidentemente, tiene poca cabida en esta página. Espero no molestar a nadie con su inclusión en la categoría gay, pero me ha parecido la decisión menos mala para poder compartirla con mis lectores habituales.

Aprovecho para felicitarte las fiestas y que el año nuevo sea todo lo que esperas de él.

Espero que te guste.

Abres el frigorífico y ves que apenas quedan alimentos. Si tu jefe no te paga en su fecha, no vas a tener más remedio que volverte a poner en la  cola del banco de alimentos. Otra vez a tragarte tu orgullo, otra vez a sentirte menos que nada.  Si no fuera por Irene,  seguro que no te humillabas tanto. Pero, ya se sabe, una madre hace por una hija todo lo que haga falta, ¡y más!

¿En qué maldito momento se destrozaron  todos tus sueños? ¿Fue cuándo os despidieron a tu marido y a ti de la inmobiliaria en la que trabajabais? ¿O el día que, cansada de verlo naufragar en la ginebra, tuviste que pedirle, entre voces,  que se marchara?

Os vendieron una mentira y la comprasteis sin leer la letra pequeña. Os contaron que sin preparación, porque vosotros lo valíais, os podíais comer el mundo. Al final se os consideró culpable de todos los cargos; el delito: vivir por encima de vuestras posibilidades y la pena: una vida condenada al fracaso.

Dicen que mal de muchos, consuelo de tontos. Sin embargo, saber la enorme cantidad de gente que se encuentra en tu misma  situación, hace que cada mañana al levantarte, no te sientas la persona más fracasada del mundo, sino una de tantas,  en un océano de miserable mediocridad.  

Sin ni siquiera terminar los estudios básicos, te pusiste a trabajar en una inmobiliaria. En un principio, cogiendo el teléfono y un poco de “corre ve y dile”. Mas tu simpatía, tu belleza y tu saber estar hicieron que tu jefe se fijara en ti y,  al poco, ya estabas enseñando viviendas a los clientes. Lo que llevó que a tu sueldo de chupatintas, se viera aumentado en gordo por las respectivas comisiones.

Eran los tiempos del “España va bien”, del despilfarro y en el que los bancos, por tu “cara bonita”,  se fiaban de ti durante  cuarenta largos años. Los pisos, los dúplex, las casas, los chalet..., cualquier propiedad inmobiliaria se vendía sola. Ganabas más dinero del que podía gastar y te hicieron creer que estabas en lo alto de la pirámide social. Te pensaste ganadora y en cada mano de la partida, subías la apuesta.

A tus veinte años, tu cuerpo era un manjar de lo más apetecible y aunque no te faltaban candidatos para meterse bajo tus faldas, tú querías picar alto. De flirtear con tu jefe, pasaste a que él, seducido por tus encantos,  te prometiera el oro y el moro, con la única intención de  mojar la croqueta.

Lo que comenzó siendo un desahogo sexual, terminó sacando a relucir sus sentimientos. A cada día que transcurr se prendaba más de ti y tú te dejabas querer. No solo era bueno en la cama, era amable, buena persona y, lo mejor, lo tenías comiendo de tu mano.

¿Realmente estabas enamorada de aquel hombre? ¿O era la ambición la que te movía? Aun hoy te lo preguntas. Sin embargo, el día que, tras dejar a su esposa, te pidió matrimonio,  te sentiste la mujer más dichosa en la faz de la tierra.

En la época de vacas gordas, la obligación de pagar una pensión a su ex y a sus hijos, lo considerasteis un gasto más.  No obstante, ambos caísteis en la trampa del vive hoy y paga en cómodos plazos  (una casa enorme,  buenos coches, vacaciones de lujo,…). Sin temor a nada,  habíais  hipotecado vuestro futuro, tanto  que para mantener vuestro ritmo de vida, no tuvisteis más remedio que seguir trabajando los dos y cuanto más mejor.

Tendrías que  haberte dado  cuenta de cómo todo estaba cambiando y para peor, debiste ser más espabilada. Una  premonitora señal  fue cuando, a pesar de ser la esposa del director de la sucursal, te despidieron el día que descubrieron que te habías quedado embarazada. No obstante, tu marido y tú lo visteis como un pequeño socavón en el camino y no le disteis mayor importancia. Era evidente que la dicha de ser padres os tenía cegados y no os dejó ver la enormidad de lo que se avecinaba.   

Recién nacida Irene, el olor a cuerno quemado empezó a invadir el negocio inmobiliario. Los bancos habían cerrado el grifo y cada vez era más difícil vender una vivienda. El fantasma de la crisis ya estaba  en boca de todos y, como siempre, todos hacían recaer la culpabilidad sobre la clase política en exclusiva.

Nadie entonó un mea culpa: ni los bancos que habían hecho su agosto concediendo préstamos a tutiplén, ni los empresarios que habían surgido bajo la sombra del “pelotazo” de la construcción… ¡nadie! Todos lo consideraron algo temporal y siguieron como si tal cosa. Al final la cuerda se terminó rompiendo por el lado de siempre: el más débil.  

La sucursal donde trabajabais cerró y Pedro, tu marido, fue puesto de patitas en la calle.  Con más de cuarenta años, sin unos estudios universitarios y con un curriculum bastante limitado, las entrevistas de trabajo eran escasas. Muy de tarde en tarde, tenía oportunidad de dejar que otros valoraran sus cualidades profesionales y, cuando esto sucedía,  él no podía menos que considerarse  denigrado, tanto por el tipo de empleo, como por el raquítico sueldo. Tal era su desmotivación, que ni  le preocupaba lo más mínimo,  no  llegar nunca a ser el candidato idóneo para el puesto.

¿Cuándo te diste cuenta de su problema con la bebida? Tomarse una copa pasó de ser algo relajante y divertido, a una imperante necesidad. Los ahorros menguaban y tus problemas conyugales crecían.  La gota que colmó el vaso fue una niña pequeña llorando,  pues no entendía porque sus padres se gritaban sin cesar.

El día que se marchó, a la falta de dinero, tuviste que sumar el vacío que quedó en tu cama y no tener nadie con quien compartir el día a día.  A tu fragilidad económica, tuviste que añadir la incertidumbre de saber si un día volvería con vosotras y de qué modo.

Sin embargo, Pedro te demostró que seguía siendo la buena persona en la que te fijaste y desapareció de vuestras vidas. Si no podía daros nada, tampoco quería haceros sufrir.  Lo último que supiste del padre de tu hija, es que se había marchado a trabajar al extranjero, no tenías muy claro si a Alemania o a Suiza.   

Si hubieras tenido estomago suficiente,  te habrías dedicado a la prostitución. Pese a  que los problemas habían hecho mella  en tu aspecto físico y parecías una mujer de cuarenta, aún  seguías siendo bastante atractiva. No obstante, abrirte de piernas ante un repugnante desconocido, no te parecía un modo tan fácil de ganar dinero. Si no tirabas definitivamente la toalla, con la ayuda de pastillas o una cuchilla de afeitar,  era por tu pequeña Irene.

Con veinticinco años, sin estudios y actitudes profesionales destacadas. Los oficios que te consideraban acta, eran los que no hacía falta ninguna cualificación y, por tanto, estaban bastante peor pagados.

Servir mesas, limpiar oficinas, reponer en un súper…, fueron los tipo de empleos que te permitieron tu preparación académica. Un sueldo ínfimo y temporal con el que no conseguías  siquiera llegar a fin de mes. Irremediablemente, tuviste que seguir tirando de los ahorros para poder pagar los gastos de la casa  y la hipoteca.

Cuando la cartilla del banco se quedó a cero, tuviste que recurrir a la familia. Pero ellos tampoco estaban muy holgados de dinero y la pensión de tu madre tampoco daba para mucho.  Sin otra opción, tuviste que dejar de abonar la casa al banco.

Sabes que es cuestión de tiempo que vengan a desahuciarte, a quitarte aquello que tanto te costó ganar. Llegado ese inevitable día, deberás tragarte tu orgullo  una vez más, e irte a vivir con tu madre. Lo peor de todo es que,  cuando crees haber tocado fondo de pleno, siempre descubres que hay un piso más bajo al que descender. Esta racha, que al principio consideraste un bache en el camino, se ha transformado en un  trepidante tobogán hacia la miseria.

Recurrir a la caridad de los vecinos para pedirles el importe para el recibo de la luz, o para que te pagaran una bombona de gas, fue el siguiente escalón que descendiste.  Llegado el momento, ponerte en la cola del banco de alimentos, no te supuso demasiado trauma.

Si has descubierto algo con esta putada existencialista que está resultando ser  la crisis económica, es la capacidad de superación del ser humano. ¿Quién te iba a decir a ti que ibas a saber adaptarte a esta situación? En poco tiempo,  tus frívolas preocupaciones sobre si los  zapatos te hacían juego con el bolso,  han sido sustituidas por  hacer cábalas de  hasta cuándo durara el irrisorio sueldo que te pagan limpiado escaleras a media jornada. Has pasado de estar encantada de conocer a la mujer del espejo, a no querer saludarla.

Estas son las segundas navidades que vas a pasar sola con la niña. Una pequeña mujercita que cuando te ve triste te da todo su cariño, y a la que mientes piadosamente, cada vez que te pregunta cosas como: “¿Qué me van a traer los reyes este año? O “¿Cuándo va a volver papá con nosotros?”

Te sirves una taza de café (por llamar algo a esa aguachirri) y te sientas en la mesa. A pesar de que la mañana esta fría, no pones el brasero para ahorrar y te tapas las rodillas con una mantita. Ya lo encenderás cuando Irene se levante, mientras esté calentita en la cama no hay necesidad de gastar electricidad. ¡Qué está bastante cara!

Pondrías la televisión para entretenerte mientras desayunas, pero estas tan harta de oír como los poderosos se lo llevan todo calentito, o como el presidente y sus ministros hablan de  una recuperación económica que tú no vez de ningún modo. Es más, si en lugar de un país estuvieran hablando de un enfermo terminal, pensarías que es la mejoría previa a la muerte. Estás tan cansada  de que te engañen, que prefieres ser ignorante y no irritarte. Intentando alejarte de la realidad, recuerdas algo que te dijo ayer tu pequeña y no puedes evitar sonreír.

—¡Mamá, voy a  hacer una redacción para el cole de las Navidades!

—Pues tendrá que ser cuando termine las Navidades, no ahora.

—No, porque la seño ha dicho que puede ser inventada.

Recordar su carita al escribir, como se mordía la lengua tímidamente mientras dejaba que las palabras caminaran sobre las dos rayas del papel, te hacen sentir bien.

La curiosidad por saber lo que ha escrito nace en tu interior, te levantas de la silla y busca su libreta. Una vez localiza la dichosa redacción te poner a leerla.

Estas navidades papá ha buelto a casa. Mi mamá y el están muy felices y no les importa no tener dinerito para comprar y en vez de pelearse solo se dan besitos.

Aunque no tenemos mucho dinerito me llebaron los grandes almacenes como  acen  todos los papas de los demás niños. Yo sabia que no me iban a comprar nada pues la mala suerte de mis papas no se había acabado, pero me daba igual.

Fue entrar en el centro comercial y una alarma sonó. Toda la gente estaba pendiente de nosotros, yo creí que nos avia pasado algo malo pero no era asi. Eramos los clientes un millón y todas las compras que quisiéramos hacer nos saldrían gratis. ¡Que buena suerte!

Mis papas me compraron una bici y una psp, mi mamá se compro ropa de la cara y mi padre un chándal  de marca muy bonito y un ordenador portátil.  

No habíamos salido del centro, cuando me dio por mirar en el suelo y me encontré una cartera con muchos billetitos. Mi mamá se la dio a un guardia de seguridad, que se la debolvio a su dueño. El hombre, por lo bien que nos habíamos portado, nos dio cien euros. ¡Que buena suerte!

Fuimos a celebrarlo al Burger y ¡Que buena suerte! Allí estaban mis compañeras de  clase celebrando un cumple y me invitaron a estar con ellas. ¡Me lo pase de bien!

Cuando el cumpletermino, nos seguía sobrando dinerito del que nos había dado el hombre rico y fuimos al cine. Había una película de dinosaurios de las que a mí tanto me gustan ¡Que buena suerte! Nos pusimos gafas de esa de tresde y todo. Mis papas como no paraban de reir con la película, ya no se peleaban. ¡que bien nos lo pasamos todos!

Terminas de leer la pequeña redacción ficticia de tu niñita y no puedes evitar desahogar tu frustración con lágrimas. Mas el timbre de la puerta suena y, para evitar  no dar  más lastima de la que ya das,  te tragas tus penas, como de costumbre.  

Tras limpiarte los ojos, vas a ver quién ha llamado. Es Aurora, tu vecina. Es curioso cómo ha cambiado tu percepción de esa mujer. En la época que tenías dinero, te parecía una metomentodo, siempre preguntándote por cómo te iban las cosas. Hoy,  en perspectiva, sabes que la buena mujer lo único que pretendía era ayudar.  Si te decía “niña tal” o “niña cual”, era porque le caías bien y se preocupaba por ti, no por cotillear. Es  abrir la cancela del recibidor y te encuentras con una de sus generosas sonrisas.

—Hola Marta, ¿Cómo estás?

—Bien, para que nos vamos a quejar, si nos van a dar lo mismo… ¡Pase usted!, el café está recién hecho.

Al entrar en la cocina , ves cómo la señora suelta una bolsa sobre la mesa.

—Mira… Yo he venido para dos cosas. La primera que si estos días tienes que trabajar, que no te importe dejar a Irene conmigo. ¡Así me hace compañía! —Aurora hace una pausa, como si lo que tuviera que decir lo tuviera largamente ensayado y prosigue hablando —Aquí te traigo unas cositas de Navidad. A mi chiquillo le han dado una cesta y la verdad que nosotros para tres que somos, la mitad nos sobra.

Miras a la mujer y no puedes reprimir una sonrisa de agradecimiento. Aceptar la caridad del prójimo te sigue dando mucha vergüenza, sin embargo con esta mujer es bien distinto: sabes que lo hace porque le ha terminado cogiendo cariño a la niña. No es para menos, pues cada vez que tienes que trabajar, en turno de tarde,  la dejas a su cargo.  

Mientras se tomáis el café, te habla de sus cosas, de sus achaques, de los preparativos de la cena de navidad, de lo cambiada que esta la vida… Hay tanto  desinterés en sus palabras que, donde en un principio solo veías ansias de chismorreo, has encontrado la mejor vecina que nadie pueda tener.

—¡Ah, una cosa que se me olvidaba! —Dice metiéndose la mano en el delantal —Mi Mariano este año no ha tenido tiempo para vender toda la lotería de Navidad que le han dado en su hermandad  y, como no puede devolverla, la está repartiendo entre lo más allegados…

Que esa mujer y su hijo, a los que solo te une las cercanías de unos muros,   te consideren alguien cercano, toca una fibra sensible en tu interior. Al darte  el décimo de  lotería, la miras y le dices visiblemente emocionada:

—Pues sí que le va a salir usted caro el café.

—No te creas, un euro más barato que al del anuncio de la tele —te responde la buena señora haciendo gala de ese buen humor  tan suyo.

Ineludiblemente te abrazas a ella y la besas con todo el cariño que eres capaz de dar.

Tras media hora de poner verde a los famosos de la tele, a los políticos y a los niños de la botellona,…  La mujer se marcha, no sin decirte que si tú y la niña vais a pasar la Nochebuena solas que no tengas reparos y vayas a su casa. Que  se juntan mucha gente y dos más, siempre son bienvenidos. “Mis nietos se lo pueden pasar muy bien con Irene” —Añade para darte la certeza de que cuentan contigo.

Una vez se va, abres  la bolsa para meter  su contenido en la alacena y al verlo, no puedes evitar cabecear de perplejidad, a la vez que piensas: “Esta mujer debería aprender a mentir mejor. Puede que yo sea un poco ignorante y me pudiera creer que a los funcionarios públicos le den cestas de Navidad, pero que estas además de los productos navideños incluyan, por ejemplo, pan de molde, macarrones, yogurt, leche, legumbres… ¡Ya es demasiado!”

No solo es increíble su generosidad, sino que hace todo lo posible porque no te sientas mal. Cosas como esa, te hacen pensar que  todavía hay seres humanos por los que vivir merece la pena.

Miras el décimo de lotería  que te ha regalado su hijo y las acaricias como si fueran tu salvación. Siempre has pensado que dejar en manos de la suerte el destino es la esperanza de los fracasados. Mas recuerdas la redacción de tu pequeña y te dices con total convencimiento: ¡Qué buena suerte!

Como siempre agradecerte que hayas leído mi relato, si te apetece deja un comentario o envía un e-mail. Siempre es bueno saber que hay alguien al otro lado y conocer la opinión (buena o mala) sobre lo que uno hace.

Si el presente texto no te ha desagradado. El año pasado publiqué algo parecido titulado: “Felicitación navideña”, que creo que te puede gustar.

Sin más pasó a dar las gracias a todo aquel que entró a leer  "El rumor de las piedras" y a responder a todo aquel que se tomó su tiempo en escribir un comentario: A hasret:La verdad es que cuando empecé a escribir no esperaba prodigarme tanto, si sigo haciéndolo es por la interacción que tengo con los lectores. Que visto lo poco que comentan la gente últimamente en la página, me atrevería a decir que quien no se merece unos lectores como los que tengo (comentando un relato sí y otro también) soy yo; A ana del alba 20: Sospecho que no estarás leyendo esto, pero si es así decirte que el texto es un episodio de transición, sin ánimos de adelantar nada te puedo decir que lo que hace es poner a los “jugadores” sobre el tapete, que la “partida” está aún por comenzar. Me he reído mucho con lo de “bello” por “vello”, es lo que tiene escribir a altas horas de la noche: metes el dedo en la tecla que no debes y no rectificas porque no te lo señala el corrector. Ja,ja,ja; a ozzo2000: Todavía queda un poquito para saber dónde desembocara la relación de Mariano y Ramón, pero te puedo asegurar que será el final de “Historias de un follador enamoradizo” que tenía pensado desde que hice el boceto del presente arco argumental, habrá a quien no le guste, habrá a quien sí. De todas maneras, solo quedan seis episodios; a Zarok: JJ es una persona hecha a sí misma, con mucho desparpajo y muy noble, a su pesar. No sé si me dará tiempo contar todo lo que tengo pensado con él (en caso de no ser así, hare un episodio sinopsis o algo parecido), pero ha vivido mucho y no todo bueno, con lo que sus posibilidades para empatizar con el lector son tremendas. En lo que no estoy de acuerdo es que sea la mamá gallina de Mariano, yo creo que es al contrario. Es menos reflexivo que Mariano y, en sus etapas de soltería, ha hecho muchas tonterías. En “"El guardaespaldas" deje ver una muestra, pero hay unas cuantas”perlas” por contar.¡ Y no te preocupes por largarme tochos, como ves yo los suelto mucho mayores!; a Pepitoyfrancisquito: El primer año de “Juegos de JJ en el internado” transcurrirá en unos quince episodios, si transcurrido este tiempo, los lectores siguen teniendo ganas de más (por eso la importancia de los comentarios), proseguiré con el segundo año del que solo tengo un boceto general hecho. Aunque pueda parecer que lo peor ya ha pasado, todavía quedan unos cuantos malos tragos que pasar. En cuanto a lo del “Pequeño Nicolás”, leed la respuesta a TM. Por cierto, si se os cayó una lágrima con la carta de Francisco, con este de hoy (que a mí particularmente me cuesta trabajo leer en voz alta) os habréis hartado. Sorry; a mmj: La fiesta de Blas( el próximo episodio del internado) es un episodio muy fuerte y del que ya deje entrever algo en "Vida de este chico" y que descubrirá poco a poco a Pepe cómo funcionan las cosas en el internado. De todas formas, está claro que el muchacho es un sobreviviente y, por muy nefastas que sean las vicisitudes que la vida le prepara, consigue siempre que el viento sople a su favor. A pesar de lo duro, no quiero que el lector se lleve la impresión de que estoy contando un drama;  a cucocurioso: Esta historia es (por así decirlo), la etapa madura de “Los descubrimientos de Pepito”, por lo que hace hincapié en  los mismos ingredientes que hay en ella (espero no estar repitiéndome mucho). Me alegro que te esté gustando, pues será la que venga a sustituir a la de “Ramón y Mariano” cuando esta concluya. De todas maneras, la historia tiene pasajes muy duros, que he preferido no suavizarlos, para intentar transmitir mejor el “encierro” del chaval. Pero como he dicho más arriba, intento que no sea un drama ( de ahí la constante recurrencia al humor) y a Tragapollas Manchego: Evidentemente el pequeño Nicolás, no estaba en el primero borrador del relato: el personaje se llamaba Nicolás a secas. Pero como el relato me estaba quedando un poco tristón (la carta del primo, los abusos de sus compañeros con el Bombilla, la navidad en el internado,  etc), intenté meterle una nota de humor con lo de “pequeño”. En lo referente a la actualidad yo leería detenidamente unas declaraciones que hizo el obispo de Alcalá referente a un lobby y después sumaría dos y dos. En cuanto al personaje de la historia, hay mucho más que contar todavía lo que pasa que tardará todavía un poquito. Mis historias, aunque intentó que se puedan leer de forma independiente, son bastante largas y eso tiene su tiempo (Ya me gustaría a mí publicar con más asiduidad).

Bueno, pues lo dicho, felices fiestas y buena entrada de año. Yo volveré, si puedo, el dos o el tres de Enero (sino después de Reyes) con la versión definitiva “¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?”

Mas de machirulo

El Blues del autobús

Mr Oso encula a la travestí gótica

Hombres calientes en unos baños públicos (2 de 2)

Hombres calientes en unos baños públicos (1 de 2)

Desvirgado por sus primos gemelos

Un camión cargado de nabos

Cruising entre camiones

Mi primera doble penetración

Un ojete la mar de sensible

Un nuevo sumiso para los empotradores

Once machos con los huevos cargados de leche

Un buen atracón de pollas

Por mirar donde no debía, terminó comiendo rabo

Aquí el activo soy yo

Estrenando un culito muy delicioso

El mirón de las duchas

Una doble penetración inesperada

Amarrado, cegado y follado hasta la extenuación

Polvo rápido en el baño

La duquesa del coño insaciable (4 de 4)

La duquesa del coño insaciable (3 de 4)

La duquesa del coño insaciable (2 de 4)

La duquesa del coño insaciable (1 de 4)

¡Pero qué buenos están estos dos hermanos!

Una doble penetración inesperada

El mecánico siempre descarga sus cojones dos veces

Son cosas que pasan

Sexo grupal en el vestuario

La fiesta de las Coca-colas

Un casquete después de la siesta

Pepe se lo monta con sus primos gemelos

Serrvirr de ejemplo

Comer y follar todo es empezar

Con mi ojete preparado para un rabo XL

Al chofer del bus, le sale la leche por las orejas

Mamándole el ciruelo a mi mejor amigo

De cruising en la playa de Rota

Cinco salchichas alemanas para mi culo estrechito

Un mecánico con los huevos cargados de leche

El descomunal rabo del tío Eufrasio

Follado por su tío

Meter toda la carne en el asador

Míos, tuyos, nuestros… ¡De nadie!

Encuentros furtivos en el internado

Antonio y la extraña pareja

Fácil

Bolos, naranjas y bolas.

Vivir sin memoria

El libro de la vida sexual

Reencuentro con mi ex

Punta Candor siempre llama dos veces

Hombres Nextdoor

Mundo de monstruos

Dejándose llevar

Guía de lectura año 2017

Dejar las cosas importantes para más adelante

Una proposición más que indecente

¡No hay huevos!

Ignacito y sus dos velas de cumpleaños

El chivo

La mujer del carnicero

Iván y la extraña pareja

El regreso de Iván

Guerra Civil

Las tres Másqueperras

Toda una vida

Objetos de segunda mano

Follando con el mecánico y el policía (R) 2/2

Follando con el mecánico y el policía (R) 1/2

Ni San Judas Tadeo

La invasión Zombi

Seis grados de separación

¡Arre, arre, caballito!

La más zorra de todas las zorras

Un baño de sinceridad

Barrigas llenas, barrigas vacías

No estaba muerto, estaba de parranda

Dr. Esmeralda y Mrs. Mónica

Yo para ser feliz quiero un camión

Tiritas pa este corazón partio

Corrupto a la fuga

Un polaco, un vasco, un valenciano y un extremeño

El de la mochila rosa

La jodida trena

Tres palabras

Hagamos algo superficial y vulgar

Pensando con la punta de la polla

Quizás en cada pueblo se practique de una forma

Gente que explota

Guía de lectura año 2016

En unos días tan señalados

Desátame (o apriétame más fuerte)

De cruising en los Caños

Putita

Sé cómo desatascar bajantes estrechos

Este mundo loco

Como conocí a mi novio

No debo hablar

El secreto de Rafita

¿De quién es esta polla cascabelera?

Me gusta

Me llamo Ramón y follo un montón

Doce horas con Elena

El pollón de Ramón

Dos cerditos y muchos lobos feroces

El ciprés del Rojo

Follando por primera vez (R) 2/3

Follando por primera vez (R) 3/3

Follando por primera vez (R) 1/3

Estrenando un culito muy delicioso

El mirón de las duchas

Orgia en el WC de los grandes almacenes

Once pollas para JJ

Prefiero que pienses que soy una puta

Homofobia

Adivina quien se ha vuelto a quedar sin ADSL

¡Terrible, Terrible!

Bukkake en la zona de descanso

Mi primera vez con Ramón

Tu familia que te quiere

Si no pueden quererte

Mía

Infidelidad

Dos adolescentes muy calientes

Ocho camioneros vascos

Parasitos sociales

El pollón del tío Eufrasio

Violado por su tío

Talento

Somos lo que somos

Sexo en Galicia: Dos en la carretera

Tres pollas y un solo coño

De amor se puede vivir

Duelo de mamadas

¡Se nos da de puta madre!

Dos hermanos

¿Dónde está la oveja de mi hermano?

¿Por qué lloras, Pepito?

El MUNDO se EQUIVOCA

Todo lo que quiero para Navidad

Como Cristiano Ronaldo

Identidad

Fuera de carta

Los gatos no ladran

Su gran noche

Instinto básico

TE comería EL corazón

La fuerza del destino

La voz dormida.

Como la comida rápida.

Las amistades peligrosas.

El profesor de gimnasia.

Follando: Hoy, ayer y siempre (R)2/2

Follando: Hoy, ayer y siempre (R) 1/2

El ser humano es raro.

La ética de la dominación.

¡Ven, Debora-me otra vez!

La procesión va por dentro.

Porkys

Autopista al infierno.

El repasito.

José Luis, Iván, Ramón y otra gente del montón.

El sexto sentido.

Cuando el tiempo quema.

Mi mamá no me mima.

La fiesta de Blas.

¿Por qué lo llaman sexo cuando quieren decir amor?

Sin miedo a nada.

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

El rumor de las piedras.

Dios odia a los cobardes.

Tres palabras.

Guía de lectura segundo semestre 2.014.

Como un lobo.

Solo Dios perdona.

El padrino.

Perdiendo mi religión.

Adiós Francisquito, adiós.

Pequeños descuidos.

La sombra de una duda.

Mis problemas con JJ.

Unos condones en la guantera.

La voz dormida.

Follando con mi amigo casado.

Si pudieras leer mi mente.

Bésame, como si el mundo se acabara después.

Si yo tuviera una escoba.

Guía de lectura primer semestre dos mil catorce.

¡Cuidado con Paloma!

La lista de Schindler.

Nos sobran los motivos.

La masticación del tito Paco.

Viviendo deprisa.

El blues del autobús.

¿Y cómo es él?

¡Voy a por ti!

Celebrando la victoria.

Lo estás haciendo muy bien.

Vivir al Este del Edén.

Hay una cosa que te quiero decir.

Entre dos tierras.

Felicitación Navideña.

37 grados.

El más dulce de los tabúes.

Desvirgado por sus primos gemelos

Las pajas en el pajar

Para hacer bien el amor hay que venir al Sur.

Tiritas pa este corazón partio

Valió la pena

1,4,3,2.

Sexo en Galicia: Comer, beber, follar....

¡Se nos va!

En los vestuarios.

Lo imposible

Celebrando la victoria

La procesión va por dentro.

El guardaespaldas

El buen gourmet

Mariano en el país de las maravillas.

Tu entrenador quiere romperte el culo(E)

Retozando Entre Machos.

Culos hambrientos para pollas duras

La excursión campestre

¡No es lo que parece!

Mi primera vez (E)

Vida de este chico.

Follando con mi amigo casado y el del ADSL? (R)

Follando con 2 buenos machos: Iván y Ramón

Trío en la sauna.

Nunca fuimos ángeles

Desvirgado por sus primos gemelos (E)

Como la comida rápida

La misión

Follando con mi amigo casado

La churra del Genaro

Uno de los nuestros

Sexo en Galicia: Tarde de sauna (R)

2 pollas para mi culo

El cazador.

Los albañiles.

Jugando a los médicos.

Algo para recordar

Mis dos primeras veces con Ramón (E)

A propósito de Enrique.

Guia de lectura y alguna que otra cosita más.

Culos hambrientos para pollas duras

Celebrando la derrota

En los vestuarios (E)

Sexo, viagra y unos pantalones anchos (Epilogo)

No quiero extrañar nada.

Punta Candor siempre llama dos veces.

4,3,2,1....

2 pollas para mi culo

Adivina quién, se ha vuelto a quedar sin ADSL

Follando con 2 buenos machos: Iván y Ramón (R)

El MUNDO se EQUIVOCA

Historias de un follador enamoradizo.

Living la vida loca

Sexo en galicia con dos heteros (R)

¿Por qué lo llaman sexo cuando quieren decir amor?

Comer, beber... charlar.

Los albañiles.

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

Regreso al pasado

Follando con mi amigo casado (R)

“.... y unos osos montañeses)”

El padrino

... Bubú.....

El blues del autobús (Versión 2.0)

El parque de Yellowstone (Yogui,....)

After siesta

Sexo, viagra y ... (2ª parte) y última

Before siesta

Sexo, viagra y unos pantalones anchos (1ª parte)

El bosque de Sherwood

El buen gourmet

Como la comida rápida

Pequeños descuidos

¨La lista de Schindler¨

El blues del autobús

Celebrando el partido