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El padrino

en Gays

(Este relato aunque independiente, se coloca cronológicamente después de “After Siesta”)

 

 

22 de julio del 2012

 

 

Eran las doce y media de la mañana, más o menos, mientras el resto de la familia se tostaba al sol, mi hermano y yo decidimos dar un paseo desde Regla a las Tres Piedras. Si hay algo que me guste de la playa, son las caminatas con mi hermano, sus conversaciones son amenas y siempre te hacen pensar... Ensimismado como estaba en las elucubraciones de mi acompañante, no me di cuenta que alguien nos saludaba desde lejos y se nos acercaba …Era un tipo moreno de unos treinta y tantos años que se me antojaba atractivo, ancho de espalda, con algo de barriga y unas buenas piernas . Al principio, pues no lo conocí, creí que era alguien conocido de mi hermano; pero ya al escucharlo con más atención, supe quien era : Iván, el mecánico    (si el de “Pequeños descuidos”, si no los ha leído,¡ Ya estás tardando! Je je ) . La verdad es que lo había visto sólo un par de veces y había engordado...¡Pero su desparpajo era inconfundible!.... Me saludo con esa familiaridad suya, como si te conociera de toda la vida.

 

 

- ¿Qué pasa tío? ¡ Qué de tiempo sin verte! No te veo por Sevilla y te veo aquí en la playa.- me dijo con esa efusividad suya; su expresión rezumaba alegría por todos lados,sonreía hasta con los ojos.

 

 

- ¿De fin de semana? - le dije intentando asimilar tanta afectividad desmesurada.

 

-Si, nosotros tenemos casa aquí en Chipiona, pero con esto de la crisis, solo hay euros para los fines de semana.

 

 

Para romper el hielo le presenté a mi hermano, este ni corto ni perezoso nos enseño a su hija, nos presentó a su esposa y a su suegra; acto seguido dejo a la niña con la señora mayor, y nos invitó a mi hermano y a mí a tomar algo con él y su mujer, en un chiringuito cercano.

 

 

-Pues del concesionario me despidieron

 

-¿ Y ahora que estás haciendo? ¿ En el paro?

 

 

-No, he “montao” un taller por mi cuenta. Por cierto “pare” te voy a dar el teléfono … Niño, me dejas un bolígrafo- dijo dirigiéndote al camarero del bar, cuando este se lo dio, apuntó el teléfono en una servilleta y me lo dio- Ya sabes, si te hace falta algún repasito en el coche, me llama y yo te digo donde estoy... La misma garantía que en la casa... ¡Si era yo él que te lo arreglaba ! Y como te lo deje la última vez... Flama

 

 

El tal Ivan, tenía un morro que se lo pisaba, pero lo que estaba haciendo rozaba lo surrealista, me estaba dando su teléfono para que lo llamara delante de su mujer y mi hermano, con toda naturalidad... Intente no ponerme nervioso, y le seguí la conversación. Dos cervezas más tarde abandonamos el chiringuito y nos despedimos de ellos.

 

-Un personaje este Iván- me dijo mi hermano

 

-Si ¡Todo un personaje!- le conteste riéndome

 

 

30 de Julio del 2012

 

 

Había dado cincuenta mil vueltas a la idea de llamar a Iván, pero por cada motivo que me impulsaba a marcar su número, había otro que me empujaba a no hacerlo. Me arme de valor, cogí el teléfono e hice la llamada. Sabía que con ello estaba abriendo una puerta que me podía dar problemas, el mecánico era un jeta nato y la sutileza no era precisamente su estilo. Al otro lado del auricular sonó su voz.

 

-Sí, dígame

 

-Hola Iván, soy..M....,¿ puedo llevar el coche hoy para la revisión?. Es que quiero que lo veas antes de irme a la playa

 

-“Pare”, tengo la cosa jodidilla, pero tratándose de tï te cojo.- dijo con su actitud dicharachera, añadiendo en un tono casi susurrante- Yo te cojo a ti como sea.

 

 

Una vez me dio la dirección donde estaba el taller, colgué. Cada vez tenía más claro las pretensiones del mecánico, y yo iba directo a caer en su “trampa” ( Cosa que, dicha la verdad, tampoco me importaba mucho)

 

 

El taller estaba en un polígono industrial a las afueras de su pueblo, me costo localizarlo pero después de un par de indicaciones telefónicas más, conseguí llegar; deje el coche en la puerta y entre en el local, era un garaje donde cabían tres o cuatro coches a lo sumo. Me acerque a Iván que estaba de espaldas a la puerta, intentando descifrar lo que le ocurrían a las tripas del coche que tenía ante sí.

 

 

-Buenos días Iván.

 

 

El mecánico dejo lo que estaba haciendo y cuando se volvió hacia mí, pude comprobar que no era Iván . La verdad es que era un error fácil de cometer, el individuo tenía una complexión física muy parecida a éste, un corte de pelo similar; hasta los rasgos de la cara guardaban cierta coincidencia... Pensé que debería ser algún familiar... Me saludo brevemente, y pego una voz para que lo oyeran al fondo del taller.: ¡Iván, te buscan!

 

 

Al momento apareció Iván, secándose las manos a la vez que sonreía plácidamente; si algo recordaba de él, era esa expresión de buena gente, tan fresca y cautivadora. Me dio un fuerte apretón de mano, a la vez que me presento al otro mecánico:

 

 

-Ya has conocido a Daniel, mi socio.... Daniel este es el muchacho del que te hable.

 

 

El comentario me dejo perplejo, pero deje de lado mi suspicacia y salude al tal Daniel. Tras las presentaciones “mi” mecánico me pidió las llaves del coche:

 

-Hasta la tarde no te lo voy a tener

 

-No importa- le dije entendiendo, que el “repasito” no tendría lugar hasta llegada esa fracción del día.

 

-¿ Tienes con quien irte para tu pueblo?

 

-La verdad es que no -dije poniendo cara de circunstancia

 

-¡Daniel, te dejo sólo! ¡Voy a acercar a este hombre! Y si has terminado con ese, y yo no he llegado, haz el favor y le mete mano a su coche... Le tienes que hacer la revisión de los 50,000 km... Las llaves están puestas

 

Nos montamos en su coche y salimos dirección a mi pueblo.

 

-¿Por que parte vives?

 

-Le indique mi dirección, preguntándole si conocía la zona.

 

-Si, la conozco, yo paso por allí mucho... ¡Anda que si lo sé!

 

-¿El qué?- pregunte extrañado.

 

-Que vivías por allí... Anda que no tenia ganas de verte “gachón”- dijo apoyando su mano sobre mi rodilla, circunstancia que me turbo un poco – Fui e buscarte hasta donde trabajabas...

 

-Ya no estoy allí – le dije en un tono poco cordial

 

-Ya lo sé, fui unas cuantas veces y nada

 

-Lo tuve que mirar con un talante bastante inquisidor, porque antes de que pudiera decir nada y con el desparpajo que lo caracterizaba me dijo :

 

-¡Tranqui, colega! Que fui más “disimulao” que la “mar”. Que yo tengo más que perder que tú.

 

Tengo una teoría con los bisexuales casados, los hay de dos tipos, los que saben a ciencia cierta que le gustan los tíos y hacen todo lo posible por buscar la ocasión para tener encuentros esporádicos, a pesar del riesgo que suponga y los que son tan calientes, que son capaces de tirarse a todo bicho viviente que se le ponga por delante. Pero lo dicho, es una teoría...

 

Yo a Iván lo encuadraba en el grupo de estos últimos, ocasionalmente se la había abierto una puerta desconocida conmigo, y no pensaba dejar que se le cerrara.

 

-Si me vas a buscar al trabajo, tengo tanto que perder como tú- le increpé

 

-No te enfades hombre. Me he “acordao” mucho de aquella tarde- me dijo con una mirada de cordero degollado, que me embaucó completamente.

 

-Yo también- le dije con la mejor de mis sonrisas

 

-No te vayas a creer que a mi me gustan los tíos...- dijo intentando justificarse- A mi me gustó hacerlo contigo y punto... A mi las mariconas no me van... Pero tú tienes planta de macho.

 

-En esa casa, es – le dije señalandole con el dedo, quitando con ello importancia a su último comentario, porque si le decía algo el polvo de la tarde iba a ser que no.

 

-¿Vives sólo?

 

-Ahora mismo si, tengo la familia en la playa

 

Lo invite a pasar, pero me dijo que tenía que volver al taller, que no quería dejar al socio solo.

 

-Como ya se donde vives. Y que vas a estar solo. Sobre las seis que termino en el taller, te traigo el coche... Y ya más tranquilito, me pego una ducha.  ¿ Si no te importa?

 

¿Quien se podía resistir ante esa proposición?

 

 

30 de julio 2012 05:55 P.M

 

 

El teléfono sonó con la melodía que había personalizado para Iván... Cerraba el taller y me traía el coche... “el tiempo de llegar”....

 

 

Cuando apareció, llevaba puesto el mono y traía colgando de los hombros una bolsa de deportes... Olía a gasolina quemada y tenía las manos y la cara un poco grasientas...

 

 

-¿Buena hora...?- dijo con una de sus sonrisa embaucadoras – Para que veas que cumplo.

 

-Si, tú eres muy cumplidor- las palabras salieron de mis labios rebosando sarcasmo.

 

-Espero que no tengas queja

 

-Ninguuna, cuentista. Anda ve a ducharte

 

-¿ No te duchas conmigo?

 

-Ya te vale- le dije riéndome

 

 

Cuando llegamos al cuarto de baño, mi pene estaba a reventar con solo lucubrar lo que me aguardaba...

 

 

-Anda, quitate la ropa...¡Quiero ver ese culito!

 

-Y yo quiero ver esa polla tuya...

 

-Si la vas a ver...- a la vez que decía esto se agarraba de forma vehemente su paquete - y de bien cerca...

 

 

Me desprendí de la ropa, descubriendo mi calenturienta desnudez. ¡ Estaba empalmado a mas no poder! La morbosa mirada del mecánico, el cual estaba ataviado aún con su ropa de trabajo , no hacía sino acrecentar mi libido.

 

 

-¡Qué follada te voy a meter!.-comento sin dejar de tocarse el paquete por encima del mono-Se ve que sigues yendo al gimnasio. Estas más fuerte que la última vez, no?

 

La verdad es que llevaba razón me había pegado un curre bueno desde este invierno en el gimnasio y tenía los pectorales marcados, unas piernas como Dios manda y hasta había conseguido perder la barriga, para mis treinta y siete años no estaba nada mal.

 

 

Se vino hacia mi, me apretó fuertemente los cachetes del culo, refregando su bulto contra mi erecto pene, añadiendo: ¡ Jo tío, llevo “empalmao” desde que me llamaste esta mañana!...

 

No sé si como decía llevaba con la polla tiesa desde por la mañana, pero lo que no había duda es de su estado actual... Le baje la cremallera de su prenda de trabajo hasta la cintura, dejando a la vista una enorme pelambrera, que me puso a cien completamente.... Tire de la prenda hacia atrás, su pecho quedo completamente al descubierto... Hundí mi cabeza en su pectoral, olía a sudor y a taller, pero sobre todo a taller... Sus encallados dedos empezaron a buscar mi agujero proporcionándome dolor y placer por igual. Cuando una de mis manos logró llegar hasta su miembro, mis dedos se pringaron del liquido seminal que emanaba de su glande. Su cipote reaccionó como si tuviera propia, ante mi leve caricia... Estaba supercortado, aunque tenía deseos de abrazarlo y de besarlo, ignoraba si esto le agradaría, y no quería estropearlo; así que me resistí....

 

 

Nos metimos bajo el agua de la ducha, entre caricias nos enjabonamos; la única parte de mi anatomía que parecía existir para Ivan era mi culo, a mi sin embargo todo de él se me antojaba como un plato delicioso.

 

 

-Lavame la espalda..- me pidio, añadiendo, casi riendose- pero sin “mariconas”.

 

 

El agua resbalaba desde su cuello hasta su trasero, formando al llegar a éste una especie de catarata; mis manos pasaban la esponja por sus omóplatos, masajeando su piel a la vez que quitaba cualquier resquicio de suciedad , cuando la espontanea friega termino en la zona lumbar, me detuve...

 

 

-Sigue, me estas lavando mucho mejor que lo hago yo.

 

 

Devolví la esponja a sus riñones, y proseguí la tarea...

 

 

-Mas “pabajo”,eso ya está limpio.- a la vez que decía esto encorvaba un poco la espalda y sacaba un poco el culo hacía fuera.

 

 

Puse la esponja bajo la ducha y la empape de agua, para apretarla después sobre el canal de sus glúteos... Mi mecánico soltó un apagado gemido como respuesta.... Separé tímidamente las cachas con una mano,mientras con la que tenía la esponja me abría paso hacia su agujero... Limpie concienzudamente aquel resquicio; cuando lo considere oportuno abandone aquel cometido, y continué mi paseo a través de las piernas; me agaché para acicalar sus pies; su trasero quedo a la altura de mi boca; sabía a lo que me arriesgaba, podía no gustarle...

 

 

Acerque mi boca a sus posaderas, pose mis labios sobre ellas; aguarde unos segundos en espera de una respuesta por su parte... No tuve ninguna... Mi boca avanzó en pos de su impoluto agujero, volví a apartar sus glúteos, pero esta vez lo que introduje fue la lengua; un suspiro placentero fue la contestación de Ivan....Roto el hielo, olvide toda sutileza, y chupe un poseso aquella delicia. Mi lengua viajo desde la marcada raja de sus peludos glúteos, hasta su perineo, haciendo una placentera y larga parada en el manjar de su agujero. Cuanto más saboreaba aquella exquisitez, mas prolongados eran los suspiros de mi acompañante... Que casi por sorpresa se volvió, derramando su esperma sobre mi cara.

 

 

Cuando ya se sobrepuso del placer, exclamo con convicción:

 

 

-¡”Pare”, esto lo habia visto en una pelicula, se lo hizo una tía al Rocco Siffredi ! ¡Pero no sabía que estaba tan bueno!

 

 

Yo que me limpiaba en aquel momento mi cara del blanquecino liquido, no pude evitar soltar una carcajada.

 

-No te rías, hombre que me “acharas”

 

-Sí, tu eres de un tímido que te cagas- le conteste con total socarronería.

 

Desnudo como estaba, me lo lleve a la habitación, cuanto más observaba a aquel tío más me gustaba... Era un machote, machote... A pesar de haber engordado, esto no le restaba atractivo, al contrario se lo añadía. Le pedí que se sentara en la cama, me agache delante de él y comence a chupar su flácida polla.... Sentir como crecía dentro de mi boca, me puso super cachondo e hizo que me entregara con más ganas... Devore aquel cipote desde la cabeza hasta el tronco, animado por la verborrea de mi rudo amante.

 

 

-Tío, ya se me había “olvidao” lo bien que la chupas... sigue,,, sigue... que yo aguanto... y si no, después te echo otro... sigue...¡ que me gusta!...asi, asi, que bien....

 

 

Con los años y la práctica he mejorado, y mucho, mis técnicas “mamatorias”....Pero eso es como todo, unas veces te sale peor y otras mejor... Pero tengo que reconocer que con Iván me estaba luciendo de lo lindo... Levante la vista para observar su expresión, y ésta rebosaba de satisfacción.

 

 

-“Pare”, como la chupas... Pero no me vayas a hacer correr así... Yo he “venio” a follarme ese culito tan durito...

 

-Algo tendré yo que opinar en eso

 

-Anda, si estas deseando... -dijo con una sonrisa con la que se le ilumino hasta la mirada.

 

 

¿ Por qué seré tan facilón? Quizas porque cuando un tío me gusta demasiado, como el carota que tenía delante, bajaba todas las defensas; y tenía sólo un objetivo en mente: hacer que aquel polvo fuera inolvidable para él. ( muchas veces uno pone empeño, pero no resulta)

 

 

Después de lubricarme a conciencia me tendí boca arriba en la cama, levante las piernas hacia arriba exhibiendo mi culo del modo más voluptuoso que pude. La mirada de Iván ardió de deseo, por un momento se quedo callado, alcanzó un preservativo y vistió su erguido nabo con él. Me toco el agujero con sus rudos dedos, cuando comprobó que no estaba dilatado, se echo crema en ellos y con una delicadeza impropia de él, empezó a abrirse paso por la estrecha cavidad...

 

 

-Tio, aquí lo pasamos bien los dos, o no lo pasamos bien ninguno- me recalco sonriendo.

 

 

Me relaje y deje que sus dedos exploraran mi agujero... Poco después, lo parte de la anatomía de mi acompañante que entraba en mi interior , era bastante mayor y me proporcionaba mucho más placer. Para facilitar aún más la entrada de aquel mástil en mi esfinter, le eche las piernas sobre los hombros. La cara del mecánico era un poema libidinoso y pasional... Cada vez que empujaba su cuerpo contra el mio, una expresión de total gozo llenaba su rostro que él adornaba con una sonrisa. ¡ El cabrón se lo estaba pasando de puta madre! Y me estaba haciendo gozar como pocas veces lo había hecho....

 

 

Mi cuerpo se acomodaba al suyo, mi pasividad contrastaba con su fogosidad, que se derramaba en forma de gotitas de sudor desde su cabeza hasta mis piernas.. Su miembro se hundía cada vez más adentro, arrancando de mis labios unos ahogados quejidos; su sonrisa... su maravillosa sonrisa me hacia rendirme más a sus encantos a cada empujón que su pelvis me arremetía...Hubo un momento que suavizo los envites, y los transformo en unos movimientos de cadera zigzagueantes.

 

-Vamos a parar un poquito, que con el tiempo que llevo esperando esto no va ser un “ay y yaesta” como los chinos- a la vez que hablaba sonreía, creo que no dejo de sonreír en ningún momento desde que empezó a follarme

 

 

No supe que decir, ya me había rendido sin condiciones, me deje arrastrar por aquel huracán de gozo que estaba demostrando ser el tal Iván y disfrute... ¡Y como disfrute!

 

 

No sé cuanto tiempo estuvimos enzarzados en aquella batalla sin perdedores, el placer invadía todos mis sentidos, su cipote entraba y salia de mi culo con total facilidad, por tercera vez una gotas de semen escaparon de mi glande ¡la satisfacción me rebozaba!..El cuerpo de Ivan se contrajo en pequeñas convulsiones, breves suspiros salieron de sus labios....Se había corrido.

 

 

Yo me masturbe para acompañarlo... segundos después una mancha de semen pringaba mi barriga.... El tiempo pareció detenerse, al compás de unas respiraciones descompasadas...

 

 

-”Pare” esto hay que repetirlo-dijo a la misma vez que se desperezaba.- Me ha gustado mas que la otra vez

 

 

No dije nada, el desparpajo de este tío me dejaba sin palabras... El como se las ingeniaba para a pasar de ser un absoluto bestia a un tío sensible, me tenía perplejo. Y os puedo asegurar que dejarme a mi sin argumentos no es fácil.

 

 

Media hora después, tras una merecida ducha, se despidió de mi con un apretón de manos de los suyos....

 

 

-¿Entonces ya no vuelves hasta el mes que viene? ¡Que suerte tienes “gachón”! Pues pegate un par de bañitos por mi, vale? Y en Septiembre ya te pasas por el taller, que seguro que hay que darle otro “repasito”...

 

 

Le pegue un cariñoso pescozón en la cara y casi riéndome, le dije: ¡ Tú tienes un morro que te lo pisas! No te preocupes, ya te llamare para que me des el repaso...

 

 

Lo que son las cosas, a mi cuando con alguien tengo sexo fortuito, no me gusta repetir... La magia de la primera vez se pierde y un buen recuerdo se transforma en uno no tan bueno. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas... Eso lo dicen los que no han visto “El padrino” del gran Francis Ford Coppola ; la segunda es mucho mejor que la primera, y la tercera no te digo...( Porque con el “brutote” de mi mecánico os aseguro que habrá una tercera vez, ¡Por lo menos! Je je)

 

 

 

Como siempre los comentarios y valoraciones son bienvenidos y si habéis llegado hasta aquí ¡Gracias por leerme!

 

 

La continuación en 15 días ( más o menos) se titulará : ¿ Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo ?

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