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Celebrando la victoria

en Gays

23/06/12  22 horas aproximadamente.

 

Grandes dilemas del ser “urbano”: ¿Por qué los machos se abrazan como niños cuando su equipo consigue meter un gol? Será porque su lado “homo” sale a relucir al contemplar como su equipo “sodomiza” la portería del equipo rival o será un sentimiento primitivo, de sentirse identificado con alguien poderoso… Sea  lo que sea, los abrazos y arrumacos de mis amigos tras el gol de Xabi Alonso, sacan a relucir mi lado “no homo” y en lugar de excitarme o despertar en mí sentimientos libidinosos, me hacen sentir incómodo. Y si hay alguien entre mis amigos, quien me hace levantar todas las barreras de golpe, es mi incondicional amigo Ramón.

Ramón, es como mi hermano. Nos conocimos en la escuela, seguimos manteniendo nuestra amistad hasta el instituto; ni las novias posesivas y  ni mi “vida secreta” hicieron que aquella amistad se marchitara. Es más, con el paso de los años se hizo más fuerte.

Yo con Ramón, desde hace más o menos un año mantengo una libidinosa relación; ¡sí, es lo que estás pensando!: hemos follado. Aunque  nuestros encuentros se han limitado a tres ocasiones: Octubre, febrero y Abril. (Los tengo memorizado, como si fuera la tabla de multiplicar) Te mentiría si te dijera que para mí, han sido solo tres polvos; por mucho que yo intente negármelo, estoy empezando a sentir algo por Ramón… Y me da miedo… Mucho miedo.

Desde nuestra última vez, lo he evitado como gato al agua. Intentando siempre no coincidir  él y yo solos, para evitar tentaciones. Quien quita la piedra…

Ayer (sabiendo que estaba solo en casa) me propuso venir a ver el partido de la Eurocopa de España-Francia. Como dijo de quedar con toda la peña, no me pude negar.

Pero en este momento, sentir su cuerpo pegado al mío, tras el primer gol de Xabi Alonso, me ha dejado claro, que él echa de menos tanto nuestros furtivos encuentros como yo.  El muy cabrón, de la manera más solapada, ha rozado su paquete contra el mío… Es lo que tiene el fervor futbolístico, saca nuestros más bajos y oscuros instintos a relucir.

Una vez finaliza la primera parte, como buen anfitrión me decido a sacar el segundo piscolabis. Los colegas, se acercan por las cervezas a la cocina y me dejan preparando las improvisadas tapas. Es curioso, como han avanzado los derechos de la mujer en los últimos años. Ninguno de mis machistas amigos, hace ademan de ayudarme con el condumio; lo que deja cristalino que en casa no hacían ni el huevo…

Aunque la postura de mis amigos, me parece de “rostro de cemento”, por aquello de no estropear la velada y tal, decido callarme y dejar las clases educativas para otro día.

Mientras corto unas rodajas de caña de lomo, recibo la visita de Ramón; que con la excusa de echarme una mano, pasa de manera obscena su paquete por donde termina mi espalda.

Su acto me desconcierta, más por el temor de  ser observados por algunos de los bebedores de cerveza que pululan por el salón que por  otra cosa. Está claro, mi Ramón tiene unas cuantas cervezas de más y está descontrolando un poquito. ¡Mucho diría yo!

-¿Ya estas borracho?- le digo cariñosamente.

-“Matao” a pajas es lo que estoy… ¡No veas como echo de menos esos ratitos nuestros!

Parece claro, que mi amigo está dominado por el espíritu de la cebada malteada. Pues si no, no habría soltado una barbaridad de tal envergadura. Por otra parte, hay un dicho popular, que dice que solo los niños, los viejos y los borrachos dicen la verdad…

Le pongo una de esas “caras mías”, con la cual le dejo claro que no es el sitio, ni el momento… Pero él no desiste y me dice:

-Si quieres, cuando termine el partido, si España le gana a Francia. Me quedo y celebramos la victoria.

Su insinuación, hace que un estado de nervios se apodere de mí y al cortar la chacina, hasta a punto de rebanarme un dedo estoy.

-Bueno, bueno...  Después lo hablamos. Pues me parece, que como no te deje tranquilo… La noche la acabamos en urgencias.- al decir esto, Ramón abandona la habitación.

Me fijo levemente en su espalda, ¿Cómo se puede estar tan bueno? Porque el tío, no es que sea lo que se dice muy guapo. Pero tampoco es feo… Es más, el no tener unos rasgos de acuerdo con los cánones de belleza establecidos, quizás lo doten de mayor atractivo. Aunque lo que más me pone él, es ese carisma suyo de macho duro.

El partido termina (¡Cómo no!), con la victoria de España, sobre Francia. (¡Te debo una Xabi Alonso!)

Como si algo es Ramón, es un hombre de palabra…Tras los merecidos cubatas de la victoria. Mis colegas se fueron marchando uno a uno... Hasta que nos quedamos únicamente, mi amigo-amante y yo.

¿Has deseado alguna vez tanto una cosa, que te ha dado miedo hacerla realidad? Pues así estoy yo, ahora mismo. Mi lado oscuro y perverso me exige que me lance sobre mi acompañante y le quite toda la ropa. Y en el otro lado del cuadrilátero, mi educación cristiana (por mi culpa, por mi tremendísima culpa), me recuerda la multitud de cosas en la vida que son pecados; y esta es una de ellas.

Su mano, con total descaro, tira de la mía y se la coloca sobre su paquete; es sentir bajo mis dedos la ardiente y enorme verga y mi cuerpo se estremece por completo.

Aparto mi mano, como si su entrepierna me quermara. A continuación lo miro reprobando su acción, el percibe mi gesto y me dice:

-¿Qué pasa? ¿No te apetece?

Un silencio tenso se abre entre nosotros. Tras un momento frio e intenso, mis labios se abren, frenando con raciocinio la pequeña locura que se ha creado entre los dos.

-¿Y mañana qué? Cuando ya dejes de estar eufórico, por los efectos del alcohol… otra vez a sentirse culpable y a evitarnos porque tú y yo sabemos, que esto que hacemos es inapropiado.

Mis palabras son como un electroshock para Ramón, se queda unos segundos sin saber que decir, ni que hacer…Su inesperada reacción, me deja sin palabras.

-Perdona tío…- sus palabras suenan apagadas pero llenas de sinceridad.- Te tengo tanta confianza, que a veces se me olvida que esto es cosa de dos. ¿De verdad piensas, que si quiero estar contigo es porque estoy borracho?

Mi otorgante silencio, hizo que en su rostro se pintara la desilusión.

-¡Pues estás equivocado!- prosiguió dando muestra de estar un poco enfadado- Sí, quiero volver a estar contigo… Es porque me apetece. ¡No sabes, la de veces que me he tenido que pajear, recordando las veces que te he follado!

Sus palabras, medio me convencieron, el “por mi culpa, por mi grandísima culpa” dejo de tintinear en mi cerebro. Pero, como no las tenía todas conmigo de que el alcohol, no tuviera protagonismo en sus actos, propuse posponer un poco el momento de placer tan largamente esperado.

-¡Vale, me has convencido! ¿Qué tienes que hacer mañana por la mañana?

-A eso de las doce, tengo que llevar a Elena y las niñas a un cumpleaños…Pero una vez, las deje en el sitio… Por lo menos, dos horas de libertad tengo. ¿Por?...

-Pues, cuando las deje... Te vienes para acá... Así te cojo fresco, que después de tanto tiempo, te quiero en plena forma. – mis palabras habían perdido toda cautela, y se lanzaban por el terraplén de la poca vergüenza.

-¡Venga vale!- la cara de Ramón, se transforma en la de un niño travieso que se ha salido con la suya.

Poco después lo acerco a su casa en coche, aunque apenas hablamos de banalidades; hay una complicidad que se puede cortar entre los dos… El momento tan largamente esperado, está a horas vistas.

Nos despedimos con un fuerte apretón de mano.

-A las doce y media más o menos estoy en tu casa.

-Todo depende de ti- le contesté con cierto retintín.

De camino a casa, mientras escucho un tedioso comentarista en la radio, mi mente analiza el paso que me dispongo a dar. Pero mi vida, lleva dos meses en una especie de “stand-by” y si no es Ramón, será otro el que se encargue de romperme el corazón en mil pedazos. Y en el caso de mi amigo, sé que al menos me ayudará a recoger los trocitos del suelo.

Una vez traspasada la frontera del deseo. Quedaba prepararse para el gran momento. Llevaba dos meses, sin catar el sexo en compañía. Miento, hubo por ahí un pequeño escarceo con un comercial catalán, con el que había coincidido otras veces anteriormente. Pero poco más.

Había dejado tan cerrada la puerta a compartir mi cuerpo, que incluso me llegué a comprar un consolador negro; al que bauticé con el nombre de “Lenny” por Lenny Kravitz. Pero soy tan patético, que nunca le había echado cojones para usarlo.

Tras una relajante ducha, me meto en la cama. La inquietud en forma de inseguridad empieza a recorrer todos y cada uno de los poros de mi piel. Hasta que caigo en la cuenta, de que tras quince días sin ser penetrado,  Ramón me iba a destrozar. Porque, el catalán aunque muy bueno en la cama, de polla lo justo.

Es solo imaginar el vergajo de mi colega y la libido se me pone a mil. Sin querer, la imagen de “Lenny” asalta mi mente… La ocurrencia de utilizarlo para facilitar el trabajo de Ramón, me parece una idea  cum laude.

A pesar de la calentura que tengo, nunca he podido masturbarme sin estimulación previa. Así que junto con el lubricante, una toalla y “Lenny”, me traigo el portátil. Nadie me puede negar, que Internet es el mejor campo para recolectar paja…

Como siempre he sido hombre más de imaginar, que de mirar. Busco la página que me aconsejo JJ, un amigo mío: Todo Relatos. En ella, más de una fantasía recreada por algún que otro autor, había concluido en una muy buena masturbación.

Al entrar en las novedades “gay”- la cabra siempre tira al monte-selecciono  un relato, su título llama mi atención: “Padre e hijo”. Está bastante bien escrito, el sentimiento de culpa que emana del joven “Elio” me hace sentirme identificado con él, tanto que me meto en la historia y mi morcillón hermano pequeño, se pone mirando al techo.

Tras la “edificante” lectura, el deseo se apodera de mis sentidos. La incestuosa relación se va borrando de mis pensamientos, para dejar paso, a quien ha originado mi ferviente estado: Ramón.

En mi mente se recrea, todos y cada uno de nuestros anteriores encuentros; el recuerdo está tan vivo, que los siento como si pasara hoy.

Mi polla se fortalece tanto más pienso en él. Un apagado deseo nace en mis posaderas, como si estuvieran incompletas.

Ahora el partido de futbol parece que se juega sobre mi cuerpo, los jugadores son mis enloquecidas hormonas. Me comporto como un puto autómata, un movimiento reflejo sigue a otro.

Impregno mis dedos con lubricante. El primero acostumbrado a traspasar aquella libidinosa puerta, pasa sin contemplaciones. El segundo dedo, tampoco da muchos problemas. El tercero, también consigue superar la prueba. Pero una punzada de dolor, me recuerda aquella canción de Celia Cruz: “No hay cama “pa” tanta gente”.

Con los tres dedos acomodados en las paredes de mi esfínter, comienzo el ritual del “metesaca”. A la vez que el forcejeo de mi mano, se vuelve más contundente, mi ojete se dilata en mayor medida.

Evito por todo los medios, tocar mi verga; no quiero correrme, sin haber cumplido mi cometido.

Con el terreno preparado, engraso con lubricante el negro proyectil. Lo colocó en la puerta de la hirviente portería, a pesar de que el arco de entrada es amplio, el tiro choca contra el larguero.

Vuelvo a apuntar, esta vez la puntería es inmejorable. Al sentir como el extraño objeto entra en mis entrañas; todos mis sentidos gritan al unísono: ¡Gooool! ¡Gol de Samuel E’too!

Una vez, consigo introducirlo del todo. Centro todos y cada uno de mis sentidos,   en  la acción de “auto-follarme” con el enorme dildo.

La sensación que tengo al auto penetrarme con el remedo de pene es extraña. Es como si alguien me poseyera,  pero de la forma y modo que yo quiero, marcando el ritmo que me da placer, como tocado por el diablo.

Con “Lenny”, metido hasta la base, me incorporó un poco y comienzo a masturbarme… Unos pocos minutos después, una mancha blanquecina, indica el final del placentero partido.

Mientras limpio los fluidos de mi cuerpo con la toalla, una morbosa idea corrompe mis pensamientos: ¿Y si me dejo “Lenny” metido un rato, para que mi ojete coja holgura?

El caso es, que durante el tiempo que estoy haciendo tiempo para cumplir mi propósito,  agotado como estoy, Morfeo me pega un puñetazo y me tumba de golpe.

 

24/06/12  10:15 (más o menos)

Me despierto con un fuerte dolor de vientre. Tengo encajado el consolador, en el orificio de mi ano. Me lo saco despacio, procurando no llenar las sabanas.

Poco después, tras atender la llamada de la naturaleza. Me pego una buena ducha.

Con mi cuerpo enjabonado y el agua cayendo sobre él. Me percato de algo que me presuponía: me acosté guarro, pero  me he levantado aún peor. Mi primera reacción es comprobar el estado de mi culo: dilatado  y dispuesto a ser atravesado. Hasta por el vergajo de Ramón.

Dicen que el que espera desespera. Mas mi impaciencia estaba vestida de incertidumbre; confío mucho en Ramón, pero quien me dice a mí, que todas sus ganas de estar conmigo anoche, no fuera desinhibición vestida por el señor “guaitlabel” y que esta mañana al levantarse, se lo ha pensado mejor y me ha dejado aparcado, hasta la próxima borrachera.

De todas maneras, llamará para decirme algo…

Las doce y media y  la puntualidad de Ramón es milimétrica. (Como siempre).

Me sorprende, como el alcohol saca a relucir la parte más escondida de los seres humanos. Si ayer se mostraba chulesco y hasta un poquito “kamikaze”. Hoy mi amigo, está hasta un poquito avergonzado, como si la culpa por engañar a su mujer pesara más, que el  deseo que late en sus cojones.

Lo hago pasar al dormitorio, donde previamente he creado un ambiente propicio. Intento besarle en los labios, pero él me ofrece su mejilla.

Es evidente, que si yo no tomo la iniciativa. Nos pueden dar las uvas. Sin meditarlo siquiera, le meto mano a su paquete. ¡Joder, el cabrón viene empalmado a más no poder!

-¿Quién se va a comer esta polla?- le digo, armándome de toda la desvergüenza que soy capaz de lucir.

-¡Tu culito, cabrón, tu culito!-dice agarrando fuertemente mis glúteos entre sus rudas manos.

En menos tiempo que se santigüa un cura loco, Ramón abre su bragueta y saca a su “bestiajo”, el cual no para de babear líquido pre seminal.

 Me siento como el hambriento, que le dan de comer, el más exquisito manjar. Sin dudarlo, me lo meto en la boca. Con suavidad al principio, para concluir de manera frenética.  

A la vez que yo calibro la dureza de su miembro entre mis labios, mi amigo comienza a soltarse el pelo; sacando a relucir el Ramón que a mí me gusta. Prueba irrefutable de ello, es que me baja las calzonas y comienza a cachetearme el culo.  Es sentir sus dedos sobre mis glúteos y el pulso se me acelera a mil por mil.

-¡Tienes mejor culo que mi mujer!- me dice, mientras golpea mis nalgas de forma desmedida- ¡Te la voy a meter hasta los huevos!

De siempre he sido de la convicción, de que el tamaño no importa. Esta teoría mía, pierde todo su sentido con el cipote de Ramón. Con él: ¡El tamaño sí importa!

No puedo negar, que ver ese enorme aparato en todo su esplendor, hace que mi sangre bulla desenfrenadamente. Pero una  cosa es lo que mi mente calenturienta sea capaz de elucubrar y otra bien distinta es llevarlo a la práctica.

Si, como te he contado; he tenido que preparar con esmero mi ano para no ser lastimado. A la hora de realizarle una mamada, tres cuartos de lo mismo. Todavía cuando intento meterme su nabo, totalmente en la boca; las arcadas me visitan.

Tras unos deliciosos diez minutos, disfrutando del exquisito manjar. Siento como sus dedos intentan atravesar mi ojete. Al comprobar la facilidad con que estos accede a su interior. Mi amigo no puede reprimir, una burda observación:

-¡¿Tú has estado follando?!... ¡Este culo está muy abierto!

-No- le digo sacando brevemente su nabo de entre mis labios.

-¿Entonces?

Por un momento, dudo si contarle la verdad o no. Pero de perdidos al río…Cuando brevemente, le cuento mi polvo con “Lenny”, el rostro de mi amante parece iluminarse por la lujuria y sus ojos parece que se van a salir de sus cuencas.

Es tal la curiosidad, que Ramón me pide que le enseñe el juguetito sexual.

Por unos instantes dejo de mamar su polla. Localizo el oscuro consolador y se lo pongo en las manos para que lo vea.

Mientras Ramón se deleita observando a “Lenny”, yo vuelvo a chupar su carajo. Se ve que el cacharrito lo ha excitado de manera tremenda, pues siento como su verga late descontroladamente entre mis labios, al mismo tiempo que vuelve a babear cantidad de líquido pre seminal.

Preso de la excitación, sigo mamando aquel hermoso mástil. De vez en cuando alzo la mirada, con la única intención de buscar la complicidad de mi amigo. Este ha mirado la churra de látex, desde todos los ángulos posibles. Una vez se cansa de mirarla, me hace un silencioso gesto con el cual me pide que me ponga derecho.

-¡Ponte de rodillas sobre la cama!

Mientras adopto la postura solicitada, lo miro de reojo y le digo:

-Si me vas a follar, hazlo con cuidado, por favor.

A continuación, algo inusitado en él. Pasea a “Lenny” por la raja de mi culo, de un modo rudo y falto de tacto, a la vez que me pega alguna que otra cachetada “cariñosa”. Es como si hubiera visto todas las películas de “Titan Men” e intentara emularlos ¡Cuántas puertas mentales, ha abierto Internet!

Si el remedo de sexo duro, al que me está sometiendo, me tiene desconcertado. Al escuchar lo que me dice y con el tono chulesco que lo hace. La parte de mí, que está rendida a sus encantos, hasta se excita.

-Hoy vas a tener dos pollas para ti. ¿Cuál quieres primero?

Estaba claro que era una pregunta de cortesía, pues sin darme tiempo a replicar, pone un preservativo al inanimado miembro. Coge el tarro de lubricante, que tengo sobre la mesita de noche y lo cubre hasta arriba. ¿No hace falta que te diga, lo que hace después con él?

Mientras introduce una y otra vez el enorme instrumento en mis entrañas. Ramón me recita una compilación de las mayores guarradas que conoce. Estoy tan bien con él, que las barreras morales de lo correcto o no, pierden toda su consistencia. Lo que en cualquier momento, pudiera parecer un insulto, en este momento me parece un elogio.

Sin dejar de dilatar mi esfínter. Tira de mi cabeza hacia atrás, abre mi boca, de un modo que roza lo brutal, y sin darme tiempo a aceptar o no, me lanza un caliente escupitajo, que atraviesa mi boca hasta la garganta. Ya no hay duda: ¡“Ramoncito” se ha hecho un master en cine guarro! ¡Muy, pero que muy guarro!

Pasan unos cinco minutos, que me parecen tan breves, como profundos. La inerte verga, propulsada por la libido de mi amigo, me lleva a parajes de placer, desconocidos por mí.

De pronto dejo de sentir la presión del oscuro objeto contra las paredes de mi esfínter. Al poco, tengo una sensación de vacío; me lo ha sacado por completo.

Me incorporo un poco y al mismo tiempo, que curioseo con mis dedos en mi agujero (“¡Joder que dilatado me lo ha dejado!”), observo a Ramón, el “pobrecito” está tan salido, que su rígido cipote no para de babear, por un momento estoy tentado de lamer el exquisito mana. Pero  mi amigo lo viste con un preservativo talla especial y sin más protocolo me lo mete.

Se ve que “Lenny” ha hecho bien su trabajo. La polla de Ramón entra con una pasmosa facilidad, al  poco siento como sus huevos chocan contra mi perineo.

Si hasta hace un momento, lo que sentía me parecía increíble. El efecto de la verga de mi amante, bombeando toda su lujuria, al compás que entra y sale  de mi cuerpo; me deja completamente fuera de mí.

Movido por el goce que me produce el enorme mástil internándose en mis entrañas, hago ademán de masturbarme… Ramón detiene mis manos con un prudente gesto. 

Durante una porción de tiempo, el mundo se ha borrado de nuestras mentes, solo existimos él y yo.

Sus caderas danzan sobre mi cintura. Su polla se acopla a las paredes de mi ano. Entrar… salir… salir… entrar… ¡Es tremendo como folla este tío!

De repente, la sensual coreografía se detiene.

-Tiéndete sobre la cama. Quiero metértela  de lado, con las piernas hacia arriba.

Obedezco de un modo que roza lo sumiso; pero tengo que reconocer que su  indecente proposición me encanta.

Ramón se tiende junto a mí, acomoda su pene sobre la raja de mis glúteos, me levanta la pierna izquierda para facilitar el paso, apunta sobre el dilatado agujero y empujando sus caderas, me introduce de golpe su caliente porra.  

A pesar de lo violento de su proceder, el dolor es mínimo;  una desmedida emoción recorre todo mi ser. Nuestros cuerpos, forjados por la lujuria, rebosan satisfacción por cada uno de sus poros.

Al intenso forcejeo de su cuerpo contra el mío, lo sigue un momento de quietud.

-Artista, tiéndete sobre la cama…

El cambio de postura es sumamente placentero. No sé si es por la posición, pero siento como si su miembro entrara aún más adentro.

Abre los brazos, apoya sus manos en paralelo a mis hombros y comienza a moverse sobre mí, simulando unas flexiones de pecho. ¡Que gusto Dios mío!

A pesar de estar subyugado bajo su cuerpo, siento como mi glande mancha mi vello púbico, con unas pequeñas gotas de semen.

No sé cuánto tiempo pasa, pues estoy en el séptimo cielo y sin ganas de bajar. De repente, saca su polla, se quita el condón y poniéndose de rodillas junto a mi cara, empapa mi rostro con el caliente geiser.

Una vez vacía sus cojones del todo. Escurre las gotas que aún sale de su glande sobre mis mejillas. Zarandea, su aún empalmado miembro junto a mi cara, para concluir mojando uno de sus dedos en la enorme mancha de semen y meterlo en mi boca a continuación.

Mientras saboreo el “agrisalado” manjar, sus ojos se clavan en mí. Si al llegar a mi casa  estos emanaban pasión, esta ha dado paso a la ternura.

-Artista, tú no te has corrido ¿no? ¿Cómo te quieres correr?

Las otras veces que he estado con Ramón, su técnica para hacerme alcanzar el placer ha sido meterme los dedos en el culo, mientras yo me masturbaba. Pero si algo, estoy descubriendo con mi amigo, es que le encanta innovar en el sexo… Su forma de comportarse hoy, ha sido completamente distinta a las anteriores. Así que, olvidando que existe una cosa que se llama recato, le digo:

-¡Quiero que te mees encima de mí, mientras me pajeo!

Mi petición parece que lo coge de improviso, pero cuando cree descubrir que no es el único que visita la página de “Titan men”, me sonríe satisfactoriamente y sin inmutarse me dice:

-¿Me das una cerveza?

Una vez se toma la cerveza, nos vamos al cuarto de baño. Me arrodillo,  su polla. aún bastante tiesa, pende sobre mí. Pasan unos  eternos segundos, en los que parece que no va a poder ser, que no  voy a poder a llevar a cabo mi pernicioso deseo.

Al poco una lluvia amarilla cae sobre mi pecho, para terminar mojando todo mi cuerpo. Ver el gesto de satisfacción en la cara de Ramón, me empuja a masturbarme frenéticamente. A la vez que me corro, una plegaria llena mis pensamientos: ¡Dios mío, que gane España la Eurocopa!

Acabas de leer:

Historias de un follador enamoradizo  

Episodio III: Celebrando la victoria.

 

Continua en “Follando con mi amigo casado”, lo puedes leer cliqueando en mi perfil.

Y si te quedas con ganas de más; consulta la guía que he publicado.

 

Esta historia está dedicada a todos y cada uno de los lectores que alguna vez han entrado en un relato mío, a todos aquellos que con sus comentarios y valoraciones han hecho que no desista en este hobby mío. Y especialmente a Gippal, mmj, Varianza, elbotiija10, ozo200, pepitoyfrancisquito, Karl y bricod. (Gracias por vuestro constante apoyo)

 

Querido lector, si eres seguidor de mis relatos, habrás comprobado que éste es una especie de “remake” del primero que publiqué. Hace ahora más o menos un año.

Aquella historia estaba escrita en diez minutos y como una especie de desahogo comunicativo. Estuvo mes y medio metida en una carpeta en mi ordenador…La mandé tal cual para su publicación, los errores gramaticales en ella son palpables. Pero tal era su contenido sentimental, que decidí dejarla tal cual. Era tan visceral que conseguía evocar en mí, emociones muy fuertes.

Está claro que aquel primer relato, no se parece en nada a lo que escribo. Hoy por hoy, con mis pequeñas virtudes y mis muchos defectos, narro las cosas de un modo bien distinto.

En atención a los “enamorados” de Ramón, he decidido visitar aquella historia y adaptarla a mi forma de escribir actual. No sé, si habrá quedado mejor o peor. Por lo menos distinta.

Como siempre digo, sin vuestros comentarios y valoraciones, jamás sabré lo que piensas.

De vuestro apoyo (no sabes las ganas que da de ponerse a  escribir, cuando ves que lo que has escrito ha llegado a la gente), depende que el año que viene estemos ante el “remake” de “La lista de Schildler.”(  De mi relato, claro está. No de la película de Spielberg)

Esta semana publico una nueva guía de lectura con algunos avances, de las historias que están por venir. Y ya hasta la primera semana de septiembre publicaré un recopilatorio, el tercero de “Sexo en Galicia” y la siguiente semana subiré la conclusión del trio con Ramón e Iván.

 

Felices vacaciones y paz en el mundo para los hombres de buen- nabo-luntad (#fin de la cita)

Mas de machirulo

El Blues del autobús

Mr Oso encula a la travestí gótica

Hombres calientes en unos baños públicos (2 de 2)

Hombres calientes en unos baños públicos (1 de 2)

Desvirgado por sus primos gemelos

Un camión cargado de nabos

Cruising entre camiones

Mi primera doble penetración

Un ojete la mar de sensible

Un nuevo sumiso para los empotradores

Once machos con los huevos cargados de leche

Un buen atracón de pollas

Por mirar donde no debía, terminó comiendo rabo

Aquí el activo soy yo

Estrenando un culito muy delicioso

El mirón de las duchas

Una doble penetración inesperada

Amarrado, cegado y follado hasta la extenuación

Polvo rápido en el baño

La duquesa del coño insaciable (4 de 4)

La duquesa del coño insaciable (3 de 4)

La duquesa del coño insaciable (2 de 4)

La duquesa del coño insaciable (1 de 4)

¡Pero qué buenos están estos dos hermanos!

Una doble penetración inesperada

El mecánico siempre descarga sus cojones dos veces

Son cosas que pasan

Sexo grupal en el vestuario

La fiesta de las Coca-colas

Un casquete después de la siesta

Pepe se lo monta con sus primos gemelos

Serrvirr de ejemplo

Comer y follar todo es empezar

Con mi ojete preparado para un rabo XL

Al chofer del bus, le sale la leche por las orejas

Mamándole el ciruelo a mi mejor amigo

De cruising en la playa de Rota

Cinco salchichas alemanas para mi culo estrechito

Un mecánico con los huevos cargados de leche

El descomunal rabo del tío Eufrasio

Follado por su tío

Meter toda la carne en el asador

Míos, tuyos, nuestros… ¡De nadie!

Encuentros furtivos en el internado

Antonio y la extraña pareja

Fácil

Bolos, naranjas y bolas.

Vivir sin memoria

El libro de la vida sexual

Reencuentro con mi ex

Punta Candor siempre llama dos veces

Hombres Nextdoor

Mundo de monstruos

Dejándose llevar

Guía de lectura año 2017

Dejar las cosas importantes para más adelante

Una proposición más que indecente

¡No hay huevos!

Ignacito y sus dos velas de cumpleaños

El chivo

La mujer del carnicero

Iván y la extraña pareja

El regreso de Iván

Guerra Civil

Las tres Másqueperras

Toda una vida

Objetos de segunda mano

Follando con el mecánico y el policía (R) 2/2

Follando con el mecánico y el policía (R) 1/2

Ni San Judas Tadeo

La invasión Zombi

Seis grados de separación

¡Arre, arre, caballito!

La más zorra de todas las zorras

Un baño de sinceridad

Barrigas llenas, barrigas vacías

No estaba muerto, estaba de parranda

Dr. Esmeralda y Mrs. Mónica

Yo para ser feliz quiero un camión

Tiritas pa este corazón partio

Corrupto a la fuga

Un polaco, un vasco, un valenciano y un extremeño

El de la mochila rosa

La jodida trena

Tres palabras

Hagamos algo superficial y vulgar

Pensando con la punta de la polla

Quizás en cada pueblo se practique de una forma

Gente que explota

Guía de lectura año 2016

En unos días tan señalados

Desátame (o apriétame más fuerte)

De cruising en los Caños

Putita

Sé cómo desatascar bajantes estrechos

Este mundo loco

Como conocí a mi novio

No debo hablar

El secreto de Rafita

¿De quién es esta polla cascabelera?

Me gusta

Me llamo Ramón y follo un montón

Doce horas con Elena

El pollón de Ramón

Dos cerditos y muchos lobos feroces

El ciprés del Rojo

Follando por primera vez (R) 2/3

Follando por primera vez (R) 3/3

Follando por primera vez (R) 1/3

Estrenando un culito muy delicioso

El mirón de las duchas

Orgia en el WC de los grandes almacenes

Once pollas para JJ

Prefiero que pienses que soy una puta

Homofobia

Adivina quien se ha vuelto a quedar sin ADSL

¡Terrible, Terrible!

Bukkake en la zona de descanso

Mi primera vez con Ramón

Tu familia que te quiere

Si no pueden quererte

Mía

Infidelidad

Dos adolescentes muy calientes

Ocho camioneros vascos

Parasitos sociales

El pollón del tío Eufrasio

Violado por su tío

Talento

Somos lo que somos

Sexo en Galicia: Dos en la carretera

Tres pollas y un solo coño

De amor se puede vivir

Duelo de mamadas

¡Se nos da de puta madre!

Dos hermanos

¿Dónde está la oveja de mi hermano?

¿Por qué lloras, Pepito?

El MUNDO se EQUIVOCA

Todo lo que quiero para Navidad

Como Cristiano Ronaldo

Identidad

Fuera de carta

Los gatos no ladran

Su gran noche

Instinto básico

TE comería EL corazón

La fuerza del destino

La voz dormida.

Como la comida rápida.

Las amistades peligrosas.

El profesor de gimnasia.

Follando: Hoy, ayer y siempre (R)2/2

Follando: Hoy, ayer y siempre (R) 1/2

El ser humano es raro.

La ética de la dominación.

¡Ven, Debora-me otra vez!

La procesión va por dentro.

Porkys

Autopista al infierno.

El repasito.

José Luis, Iván, Ramón y otra gente del montón.

El sexto sentido.

Cuando el tiempo quema.

Mi mamá no me mima.

La fiesta de Blas.

¿Por qué lo llaman sexo cuando quieren decir amor?

Sin miedo a nada.

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

¡Qué buena suerte!

El rumor de las piedras.

Dios odia a los cobardes.

Tres palabras.

Guía de lectura segundo semestre 2.014.

Como un lobo.

Solo Dios perdona.

El padrino.

Perdiendo mi religión.

Adiós Francisquito, adiós.

Pequeños descuidos.

La sombra de una duda.

Mis problemas con JJ.

Unos condones en la guantera.

La voz dormida.

Follando con mi amigo casado.

Si pudieras leer mi mente.

Bésame, como si el mundo se acabara después.

Si yo tuviera una escoba.

Guía de lectura primer semestre dos mil catorce.

¡Cuidado con Paloma!

La lista de Schindler.

Nos sobran los motivos.

La masticación del tito Paco.

Viviendo deprisa.

El blues del autobús.

¿Y cómo es él?

¡Voy a por ti!

Celebrando la victoria.

Lo estás haciendo muy bien.

Vivir al Este del Edén.

Hay una cosa que te quiero decir.

Entre dos tierras.

Felicitación Navideña.

37 grados.

El más dulce de los tabúes.

Desvirgado por sus primos gemelos

Las pajas en el pajar

Para hacer bien el amor hay que venir al Sur.

Tiritas pa este corazón partio

Valió la pena

1,4,3,2.

Sexo en Galicia: Comer, beber, follar....

¡Se nos va!

En los vestuarios.

Lo imposible

La procesión va por dentro.

El guardaespaldas

El buen gourmet

Mariano en el país de las maravillas.

Tu entrenador quiere romperte el culo(E)

Retozando Entre Machos.

Culos hambrientos para pollas duras

La excursión campestre

¡No es lo que parece!

Mi primera vez (E)

Vida de este chico.

Follando con mi amigo casado y el del ADSL? (R)

Follando con 2 buenos machos: Iván y Ramón

Trío en la sauna.

Nunca fuimos ángeles

Desvirgado por sus primos gemelos (E)

Como la comida rápida

La misión

Follando con mi amigo casado

La churra del Genaro

Uno de los nuestros

Sexo en Galicia: Tarde de sauna (R)

2 pollas para mi culo

El cazador.

Los albañiles.

Jugando a los médicos.

Algo para recordar

Mis dos primeras veces con Ramón (E)

A propósito de Enrique.

Guia de lectura y alguna que otra cosita más.

Culos hambrientos para pollas duras

En los vestuarios (E)

Celebrando la derrota

Sexo, viagra y unos pantalones anchos (Epilogo)

No quiero extrañar nada.

Punta Candor siempre llama dos veces.

4,3,2,1....

2 pollas para mi culo

Adivina quién, se ha vuelto a quedar sin ADSL

El MUNDO se EQUIVOCA

Follando con 2 buenos machos: Iván y Ramón (R)

Historias de un follador enamoradizo.

Living la vida loca

Sexo en galicia con dos heteros (R)

¿Por qué lo llaman sexo cuando quieren decir amor?

Comer, beber... charlar.

Los albañiles.

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

Regreso al pasado

Follando con mi amigo casado (R)

“.... y unos osos montañeses)”

El padrino

... Bubú.....

El blues del autobús (Versión 2.0)

El parque de Yellowstone (Yogui,....)

After siesta

Sexo, viagra y ... (2ª parte) y última

Before siesta

Sexo, viagra y unos pantalones anchos (1ª parte)

El bosque de Sherwood

El buen gourmet

Como la comida rápida

Pequeños descuidos

¨La lista de Schindler¨

El blues del autobús

Celebrando el partido