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Una proposición más que indecente

en Bisexuales

21/08/12 (20:30 aprox.)

No es habitual en mí que me despierte con el nabo a punto de partir almendras porque he tenido un sueño de lo más cachondo, tampoco es habitual en mí que me lleve todo el día dándole alegrías al cuerpo. Así que se puede decir que hoy en tenido un día de lo más especial.

Lo del sueño con Mariano y el poli parece que ha sido una especie de premonición, pues me he corrido más veces hoy que todos los días de mi vida.  He echado cinco polvos como cinco soles: dos pajotes mañaneros, una folladita con la Debo en el taller, otro con ella comiéndome el buje  y el último petándole el culo a su marido, pues el mexicanito ha resultado ser  un bujarrón como la copa de un pino.

Lo único detestable del día de hoy, ha sido tener que suplicarle al capullo del director del banco para que me diera el puto préstamo, pero hasta eso parece que se va a solucionar, pues Eduardo, que es director de cine y está en el taco, me ha prometido dejarme el dinero que me hace falta. Eso sí, primero me ha pedido que vea un DVD.

No sé qué mamoneo se traen él y su mujer entre manos, pero está claro que ver una peliculita no me va a hacer daño ninguno. Así que no pregunto y me limito a prestar atención a lo que sale en el pedazo de pantalla que hay en el salón del chalet.

Tras los títulos de crédito y con una música de hilo musical hotelera de fondo, se puede ver una gran puerta de cristal  en lo que parece  una vivienda de lujo. La estancia está muy bien iluminada  y la decoración sin ser minimalistas de esas que le gustan a Eva, tampoco es excesiva. En un amplio  sofá que hay en el centro de lo que parece el salón de la casa,  se pueden ver sentado a una pareja. Ella, una atractiva mujer rubia de unos veintitantos años de edad, él tendrá unos treinta y pocos, es moreno, lleva gafas y una pequeña perilla.

La mujer luce un traje rojo con un amplio escote que muestra perfectamente el canalillo de dos enormes peras. El vestido es tan corto que apenas le tapa el chocho y el culo, dejando ver claramente unos contoneados y hermosas muslos.

El tío viste un polo estrecho y un pantalón  corto de deportes, sus brazos y sus piernas están repletos de musculo. A pesar de estar sentado, se le ve bastante corpulento en comparación con ella, quien me da la sensación de no ser muy alta. Un bomboncito de los que a mí me gustan: chiquititas y manejables.

Uno puede imaginar que por la forma de comportarse  el uno con el otro, son matrimonio o novios. Ella tontea acariciándole la cara y diciéndole cosas al oído entre risitas. Él, por su parte,  sonríe complacido  por lo que le dice, mientras desliza sus dedos por  los prietos  muslos de la chica. No sé porque, pero entre la falta de dialogo, la  musiquita y el ambiente  todo me huele a sexo.  «A qué va a ser que estos dos me han puesto una porno para ponerme cachondo otra vez».

En un momento determinado, una pareja de color, de más o menos la misma edad que ellos,  llama a la puerta. Él se levanta del sofá y les abre. Tras darle un fuerte apretón de  mano al hombre y dos besos a ella, ambos pasan a saludar a su chica, quien se levanta del sillón para dirigirse  a ellos de lo más efusiva y sonriente.

Los recién llegados me resultan bastante atractivos. La morenita es bastante guapa, lleva un peinado a lo afro y  sus rasgos son extremadamente finos. Además de ser un bellezón, la tía  está que cruje de buena. No sé qué me gusta más  de ellas, si sus sensuales labios, sus firmes pechos o las apretadas nalgas  que se marcan bajo el pantaloncito que lleva.  Es tan corto que se le mete hasta por la raja del culo, señalándose  hasta la breva por detrás.

El hombre, al igual que el blanco, es un armario de tres puertas, incluso con el traje  claro de verano que lleva puesto, se notan sus enormes músculos. Es negro como un tizón y sus manos  tienen unos dedos tan grandes que me recuerdan a un manojo de nabos.

De repente retiro la mirada de la pantalla y dedico  una breve visual  a Débora y a Eduardo, quienes, sentados  tranquilamente junto a mí  en el sofá de tres plazas, alternan su atención entre lo que transcurre en la pantalla y mi reacción ante ello. Ignoro qué se traen   entre manos con  la dichosa  película, ni que pretenden con ello. Sobre todo no sé qué carajo tiene que ver su contenido, que tiene toda la pinta de ser pornográfico al cien por cien, con el préstamo que se supone me tiene que hacer el mejicano. Está claro que el dinero me hace más falta que el comer, sino ya hubiera dicho o hecho alguna de las mías, porque si algo me toca los huevos es que me manipulen. Y no sé por qué,  sospecho que mi ex y su marido lo están haciendo conmigo desde el minuto cero.

Pese a que he follado con los dos hace  unos escasos minutos y estas cosas suelen dar cierta confianza,  tengo mis reticencias con respecto a ellos. De Eduardo no conozco nada, solo que le gustan las pollas y los coños y que es director de cine. La Debo siempre ha sido buena persona, pero quién me dice a mí que no ha podido cambiar con los años, pues  ha demostrado ser una zorra de marca mayor por cómo me ha manejado para que terminara liándome con su marido. Presumo de tener una mente abierta,  pero aun  así no he asimilado del todo que un matrimonio comparta una polla para los dos. Cosa que dicha sea de paso, no me quejo, porque me lo he pasado como a nadie le importa, teniendo para mí  dos bocas, un chocho y dos culos a mi  entera disposición.  

Vuelvo a poner los cinco sentidos en la pantalla, pues por algún motivo,  sea lo que sea lo que vaya  a aparecer en ella, está muy relacionado con la ayuda financiera que me va a prestar Eduardo y, no se me olvide, es el primordial motivo que me ha traído esta tarde aquí. Lo del morboso trio  ha sido un añadido que no me esperaba y que, según he podido comprobar,  parecía que entraba en el lote.  

Los cuatro del televisor han empezado tomando una copa y, sin querer queriendo, han empezado con el mamoneo: unos besitos por aquí, unos achuchones por acá… Primero cada chica con el suyo, después cuando ya han entrado más en faena, han cambiado de pareja. El de las gafas se ha liado con la morenita y el negro con la rubia.

Tal como suponía, aquello es una película porno con todas sus letras, pues  poco a poco se han ido desprendiendo de sus vestimentas y se han ido quedando todos en pelota. Si la rubia está buena, la recién llegada tampoco tiene nada que envidiarle. En un santiamén  el blanco se ha metido entre medio de las piernas de la de los pelos a lo afro  y le pega una buena comida de coño. Por otro lado, la otra mujer se ha agachado delante de la montaña de músculos negra y le pega una señora mamada. ¡Madre mía, que pedazo de polla tiene el hijo de puta! ¡Si casi ni le cabe en la boca a la gachi! ¡Cómo le dé en la campanilla  con el capullo, hay que llevarla a Urgencias!

Lo que sucede a continuación me descuadra un poco (aunque no demasiado que uno tiene mucho mundo corrido ya) la rubia llama a su chico,  le muestra el enorme paloduz  y él, sin pensárselo un momento, deja desatendida a la otra chica, se va para ellos  y  comienza a chupar el enorme capullo. Un instante  después, las dos mujeres y él se pelean por ver quien se come durante más tiempo el enorme carajo que tienen delante. La mamada a tres parece gustarle mucho al moreno, que se relame de gusto  sin parar y suelta alguna que otra palabrota (o eso creo yo, porque yo de Inglés sé lo que  di en FP y ya se maolvidao ).

Una vez se cansan del “chupa que te chupa”, pasan a cosas mayores. El del enorme pollón escoge  a la rubia y el de las gafas se queda con la  otra. La primera se pone  a cuatro patas y el negro se la “hilvana” desde atrás, por los quejidos que está dando la chavala, le tiene que estar entrado  la morcilla de Burgos hasta la garganta. El tío grandote de las gafas, ha cogido a la negrita, la ha tendido en el suelo, se ha colocado sus pies en los hombros   y ha comenzado a darle caña de lomo de la buena. Los cuatro follan tan sincronizados que no puedo evitar acordarme de los engranajes de un motor. Deformación profesional que se llama.

La escena es cantidad de  excitante, tanto que  me comienzo a poner cachondo de nuevo y noto como mi calvo cabezón se empieza a llenar de sangre. Irreflexivamente,  me miro la entrepierna y, tal como suponía, se me ha levantado la tienda de  campaña. Miro a Eduardo por si está en mi misma situación, pero como su mujer se encuentra echada sobre él, no soy capaz de confirmar mis sospechas.

He de reconocer que la calma  con la que el matrimonio feliz se está tomando esto, me tiene un poquito escamado, sobre todo porque cuanto más me caliento la sesera, menos idea tengo de que tiene que ver la película cochina que me están poniendo con el maldito préstamo.

Vuelvo a mirar  y, como suponía, la trama no ha avanzado demasiado. Las chicas siguen gimiendo como perras mientras los tiarrones siguen con el salvaje mete y saca. La cámara se acerca al chocho de la rubia y coge un excitante primer plano del cipote negro entrando y saliendo de la sonrosada y mojada almeja.

Mentiría si dijera  que la situación  no me supera y, a pesar de lo caliente que me estoy poniendo por momentos, no las tengo todas conmigo con estos dos, por lo cual no me termino de sentir a gusto del todo. Intento relajarme, dar el beneficio de la duda a la extraña pareja que me acompaña y pensar que todo va a salir bien, pero llevo tantos palos acumulados a las espaldas que no puedo evitar desconfiar un poco y pensar que aquí hay gato encerrado. La experiencia me ha demostrado que el ser humano, por lo general,  es egoísta por naturaleza y nunca hace nada sin sacar  algún beneficio propio.   

En el video, el de las gafas se ha sentado en el sofá,  ha cogido a la morenita y le ha metido la churra por la retaguardia. Por si, a pesar de los tremendos chillidos que está pegando la gachi, los espectadores teníamos alguna duda de que esto  es lo que había sucedido, nos ofrecen un primer plano del  blanco rabo metiéndose en el estrecho  y negro agujero hasta los huevos.

El otro tipo, quien ha dejado de follarse a la rubita, se sube en lo alto de la butaca de tres plazas, le acerca el cipote a la cara del tío  y este se la mete en la boca sin contemplaciones de ningún tipo. El enorme pollón me recuerda a una morcilla de burgos, por lo gordo, por lo largo y por lo negro.

La otra mujer,  supongo que para no quedarse mirando, se agacha ante él que hace el papel de su chico y comienza a comerle tanto los huevos, como la parte del nabo que entra y sale del culo. Aquello parece volver loco al gachón, pues la pantalla muestra un primer plano de su cara y tiene hasta los ojos vueltos del gusto que le está dando.  

Como si estuvieran jugando al más difícil todavía, el negro deja de dar nabo al blanco y se coloca delante de la chica que está siendo enculada. La cámara hace un zoom de esos  y podemos ver perfectamente como mete su churra en el chochete de la negrita. Ver la doble penetración me pone el nabo  duro como una piedra, tanto que, como si estuviera avergonzado por ello, llevo una de mis manos a mi paquete e intento cubrir mi tremenda erección.

Débora se da cuenta de que mi pajarito se ha puesto en su  tamaño XL  y le dice a su marido:

—¡Mira, cariño!¡ A Iván se le ha puesto la polla tiesa!

Aprovecho que ella ha sido la que ha roto el silencio, para preguntar los motivos por lo que quieren que me trague la dichosa peliculita. Eduardo mete la mano bajo el escote de su mujer y con un gesto despreocupado me responde:

—Todo a su debido tiempo, brother. Termina de verla y después platicamos.  

Vuelvo a fijar  la mirada en la pantalla y en la  interesante trama (seguro que  resulta que el asesino es el mayordomo), para comprobar que  siguen con la doble penetración,  que  el único cambio que ha habido es que la rubia se ha subido en lo alto del tío con gafas y le ha puesto el coño en la cara para que se pueda bajar al pilón cómodamente.

El robusto moreno se levanta y le pide al otro tipo cambiar de postura, aunque no entiendo lo que dicen, por los gestos interpreto que quiere cambiar de agujero y quiere meterla por la retaguardia.  Se sienta en el suelo y su chica se sienta sobre él. La imagen del trabuco negro taladrando poco a poco el estrecho orificio me impacta, no sé cómo algo tan enorme puede entrar en un sitio tan estrecho. La posibilidad de ver como algo  que suponía imposible se hace realidad, me pone aún más cachondo.

El de las gafas, del mismo modo que el otro hombre lo hizo antes, rellena con su cipote la raja de la muchacha y reanudan la interrumpida doble penetración. Morbosamente la pantalla se centra en el culo del tipo blanco, un culo de lo más  duro y apretado.  El tío tiene un agujerito rasurado y sonrosado que me parece de lo más apetitoso.  Irremediablemente nace en mí el brutal deseo de penetrarlo. Como él de la televisión me es imposible, comienzo a mirar de reojo a Eduardo que tiene el mojino igual de bueno o más.  

La rubia, que había desaparecido durante unos instantes de la escena, aparece con una especie de  arnés  de cuero sujeto  a  la cintura.  Poco a poco la cámara va mostrando la parte delantera y  podemos ver cómo, a modo de prótesis,  de la entrepierna de la chica surge una hermosa y erecta polla de plástico. Sin pedir permiso siquiera,  unta un poco de saliva en el ojete de su pareja  y, poco a poco,  le va metiendo el cipote de mentira.

Nunca antes había visto una escena así, y aunque la idea de una tía adoptando el papel masculino no me excita demasiado, fantasear con Debo y el mexicanito haciendo algo parecido me resulta de lo más morboso. Irreflexivamente busco la mirada de mi ex y ella, como si estuviera esperando mi reacción, posa una mano sobre mi pierna y asiente con la cabeza, a la vez que me dedica una sonrisa  de zorrón de primera categoría.

Un nuevo cambio de postura. Ahora la negrita  esta de rodillas  en el suelo y su hombre le mete el cipote desde atrás. Junto a ellos, y en la misma postura, están los otros dos. En este caso, es la otra chica quien con su polla falsa le da por culo al de las gafas. Ver a al robusto y musculoso individuo sometido por la chica me produce satisfacción. Cuanto más grita y se queja de dolor, más caliente me voy poniendo.

Tras unos momentos de contundente mete y saca anal, la imagen se centra en un pequeño rincón de la habitación y cuando vuelve a fijarse  en las dos parejas folladoras, el escenario es completamente distinto. Ahora es la morenita quien se deja que la otra chica le coma el coño y los dos chicos se han sumergido en un sesenta y nueve.

No sé si estoy más desconcertado que cachondo, o más cachondo que desconcertado. ¿Qué carajo tiene que ver  esto con los seis mil euros que me hacen falta? Cuantas más vueltas le doy al molondro, menos me cuadra. Estoy tentado de protestar, pero me hace mucha falta la pasta y continuo siguiéndole el juego a la Debo y a su maridito (Tampoco creo que a la peli de los cojones le quede mucho).

El sesenta y nueve de los dos hombres se interrumpe. El negro hace una señal al otro tipo para que  se ponga a cuatro patas y la siguiente imagen es un primer plano del oscuro salchichón internándose en su ojete. Es ver como el  negro cipote entra hasta los huevos en el oscuro agujero y noto cómo mi martillo de carne se mueve bajo el slip,  el hijo de puta se pone a vibrar como si quisiera que lo sacara a pasear. Irreflexivamente busco la mirada cómplice de Eduardo y este me responde sonriendo plácidamente por debajo del labio. Cosa que consigue confundirme aún más.

Tras unos minutos de dale que te pego compulsivos, en los que las dos mujeres parecen haber desaparecido  y donde los únicos protagonistas son los dos corpulentos individuos inmersos en una salvaje y casi violenta follada. La cámara vuelve a buscar un punto inerte y la siguiente imagen que nos ofrece es a las dos tías tendidas en el suelo y con los dedos metidos en el coño, mientras los dos hombres se pajean sobre ella hasta que terminan corriéndose.

Como si con el polvo se hubiera acabado la fiesta, Eduardo coge el mando y para la imagen.

—¿Te gustó?

La pregunta de Eduardo me coge tan  de sorpresa que ni pestañeo  y simplemente  me limito a mover la cabeza afirmativamente como un gilipollas.

—Pues esta película la dirigí  y la produje yo.

Debo poner cara de pasmarote ante su afirmación, pues él prosigue hablando como si mi opinión sobre el tema no le importara lo más mínimo.

—Este es el tipo de cine al que yo me dedico.

—La verdad que la peli ha estado guapa. Pero, ¿tanto dinero deja estas cosas? Porque Debo me dijo que estabas en el taco.

—¿En el qué? —Pregunta el mejicano poniendo cierta cara de fastidio.

—Es una expresión andaluza que viene a significar que tienes mucha plata —Interviene Debo tumbándose un poco más sobre el pecho de su marido y acariciándole mimosamente la barbilla.

—La nata es que sí, a pesar de la piratería, el negocio sigue moviendo muchos millones  de dólares en todo el mundo.

—Además mi marido es un director de prestigio y las grandes distribuidoras están deseando que saque un nuevo film para ponerlo en su catálogo—La cara  de mi ex se llena de orgullo al decir esto.

La verdad es que no doy crédito a lo que estoy oyendo, no solo  he descubierto que la Debo está casada con una especie de magnate de la industria pornográfica, sino que no hace ni media hora yo tenía metida la polla en su culo. Sin saber ni que hacer, ni que decir que sea medianamente oportuno, dejo que la parejita feliz prosiga con su “esta es mi vida”.

—Ahorita el cine que más money  deja  es el del público  gay —Prosigue hablando Eduardo, quien de un momento para acá parece que está encantado de conocerse y habla  con cierta grandilocuencia,  como si quisiera dejar claro con su actitud  quien es el más guapo y el más alto aquí —, pero son demasiados los buitres que quieren hacer “bussines” y  no hay sitio en el mercado  para tanto cabrón amateur.  Ya se sabe, mientras menos burros más olotes… 

»Yo desde un principio me centré a la temática bisexual, porque mueve más dólares que la heterosexual y también porque estaba bien parado: actores, guionistas, distribuidores…

Lo de bien parado me suena rarísimo, no tengo que decir nada pues es Debo la que me traduce a su maridito del alma:

—…quiere decir que tenía los contactos…

La explicación de mi ex, más que aclararme  lo que ha dicho su marido despierta en mí más  dudas. Así como el que no pregunta es ignorante toda su vida y el que pregunta solo la vez que lo hace, tiendo por lo segundo.

—¿Cómo es que tenía los contactos?

—Porque me dediqué  a esto unos años antes, compa. Rodé cine bisexual y gay…

Le hago un gesto extraño, que su mujer no pasa por alto y lo interrumpe para intentar aclarar mis posibles dudas.

—Eduardo era actor, por eso conocía a mucha gente dentro de la industria.

—¿Actor porno? ¡Hostias, madre mía! —Termino la frase resoplando de satisfacción, como si no me creyera del todo lo que me está pasando.

—¿Qué te pasa, compa?

—Nada Eduardo. ¡Que no todos los días se tira uno a una estrella del porno!

—Estrella, estrella, no… pero sí bastante conocido.

—¡No seas modesto, cariño! En tu momento cumbre, trabajabas en diez y quince películas al mes.

—Sí, pero me dedicaba a ello a tiempo completo,  no era mucho futuro. Tarde o temprano la pinga, por mucha “Viagra” que te den, deja de funcionar para tantas horas de rodaje y siempre encuentran chavosdispuestos a sustituirte. Con lo que solo te queda apechugar… —Hace una pausa dándose cuenta que ha metido un palabro de los suyos y me lo explica —…Hacer las escenas más guarras y que ya las primeras estrellas no quieren hacer…

—¿Por eso, fue por lo que te metiste a director?

El marido de mi ex se me queda mirando como si me perdonara la vida, creo que no está acostumbrado a que se le anticipen a nada y mucho menos a que lo interrumpan. No sé lo que la Debo le habrá contado sobre mí, pero sea lo que sea no es malo, porque el tipo  reflexiona, se traga lo que fuera que se dispusiera a decirme en un primer  momento, cambia su gesto por uno más amable   y responde a mi pregunta con absoluta normalidad.

—¡École! Esa fue una razón, pero no la principal. Me puse detrás de la cámara porque los managers son los que realmente manejan la lana —Pone cara de haber dicho algo indebido  y añade, como si intentara disculparse — Pero también son los que corren más riesgos. ¿Pues quien me  saca de pedos a mí cuando un film salga mal?  Ningún cabrón me devuelve la lana que he invertido, cuando la movie que produzco no tiene la chance de éxito.

Pongo cara de que me interesa mucho de  lo que me está hablando y lo dejo que siga contándome, lo que quiera que tenga pensado. Todo sea por llevarme seis mil euracos  para casa.

—… Un actor solo se tiene que preocupar de estar en debida forma y de que la mandarria le funcione. Los directores y productores nos encargamos de todo lo demás y te digo, carnal, detrás de un film pornográfico hay mucho trabajo, que todo puede parecer muy chido, pero no  lo es. Los chicos y las chicas vienen ruedan su escena, se llevan la guita, se van y ya no tienen que preocuparse de nada más, hasta la próxima filmación. Los directores y productores nos tenemos que encargar de todo el trabajo previo, localizar los escenarios, el “atrezzo”, contratar a todo el personal: maquillaje,  peluquería, vestuario, cámaras… Después está el trabajo de la postproducción, el montaje, la distribución… Hay que chambar mucho y nadie te regala nada.

No tengo ni pajolera idea porque el mejicanito me está largando todo este rollo. Lo que sí tengo claro es que yo no se lo he pedido. Sospecho que pueda ser para que no me crea que el dinero no le cae del cielo y que si me deja la pasta, se la tengo que devolver sí o sí. La verdad es que se está yendo más por las ramas que Tarzan y  toda su manada de monos. Con lo fácil que sería dejarme los seis mil euros o  hacerme firma un papel ante un abogado o un notario. ¡Y Santas Pascuas!  En mi puta vida no he dejado a deber nada a nadie y no voy a empezar ahora.

No sé qué cara tengo que estar poniendo, pero  Eduardo se da cuenta que empiezo a estar un poco harto e interrumpe su soliloquio de  buenas a primera con una pregunta que no puede ser más oportuna.

—¿Dirás que porque te estoy platicando todo esto?

—Pues sí, la verdad es que no le veo sentido. En principio, yo venía a ver si me podías prestar seis mil euros.

No sé si he dicho algo inadecuado, pero Débora y su marido me miran con cierta extrañeza. Tras unos segundos de silencio, tengo la impresión de  que he metido la pata hasta el fondo y que  la salida que en un principio veía para mis problemas económicos se ha ido al garete  por mi poca diplomacia. Mi ex, se recuesta un poco más sobre su marido, le da un piquito y le dice:

—Creo que lo mejor va a ser que se lo contemos a las bravas.

—Sí —Responde su marido —, porque aquí el compa creo que se está empezando a cabrear

—La verdad es que sí —Mi tono deja más que claro que estoy un poquito agobiado con tanta palabrería, pues no me termino de enterar de que va la historia —así que, ¿por qué no vais al grano de una vez?

De nuevo el director porno está tentado de soltarme una fresca, pero su mujer parece intuirlo y le aprieta  cariñosamente  la rodilla para que se calme. Mi amiga me mira con una actitud melosa y me dice:

—Sí, creo que lo mejor va a ser que no expliquemos. No temas, no es nada malo lo que nos traemos entre manos y sí llegamos a un acuerdo, puedes contar con el dinero —Se vuelve hacia su marido y tras darle un piquito le dice—. Sin embargo, creo que es mejor que se lo cuente yo, no vaya a ser que surjan malos entendidos al mezclar  la jerga mexicana con la andaluza y  no nos terminemos en poner de acuerdo. ¿OK?

Su marido asiente con la cabeza y la deja hacer. Desconozco cómo será su relación, no obstante, lo que si me ha quedado claro  es que Eduardo está perdidamente  enamorado de ella y a  mi ex se la ve muy feliz, por lo que creo que el sentimiento es reciproco.

—Me imagino qué te preguntaras cómo he llegado a estar casada con un director de cine pornográfico, ¿no?

Me limito a asentir con la cabeza, pues cada vez estoy más intrigado por saber qué carajo me van a proponer estos dos. Ella, al comprobar que tiene toda mi atención, prosigue hablando, dando muestras de una sinceridad apabullante.

—Desde que salí del pueblo, por el tema de lo que pasó  en el local de la fiesta con Vanesa, mi vida dio un cambio radical y no precisamente a mejor. Lo peor que pudieron hacer mis padres fue mandarme a la casa de mis tíos en Sevilla. La hermana de mi madre, muy buena y muy santa, pero su marido un verdadero hijo de puta. El muy cabrón, cómo sabía perfectamente el motivo por el cual me había mandado a su casa, se supondría que porque me había acostado con los chicos que me gustaba, lo iba hacer con él a la primera de cambio.

»Al principio fue un tonteo, de ahí paso a un acoso constante. Tenía miedo hasta de quedarme sola en la casa con él, por lo que pudiera pasar. Una noche, con mi tía a escasos metros, se metió en mi cama y me forzó a tener sexo con él. Intenté gritar, pero él me tapó la boca. Como me deje hacer, para que no me hiciera daño, el muy salido tras tratarme de zorra, de puta y de todo lo que le vino en ganas,  me dijo que mucho  rollo con decir que no quería, pero que lo había disfrutado tanto como él.

» Se lo conté a mi tía, a mi familia, pero todos pensaban que yo me lo había buscado porque llevaba muy malos pasos desde hacía mucho tiempo. Después del incidente con su marido, mi tía me echó de su casa. Sin ganas de volver al pueblo, pues regresar a casa de mis padres se me antojaba como un infierno, pedí ayuda a mi hermano y me dijo que la Reme, una amiga suya, estaba trabajando en Madrid y que le iba bien. Me puso en contacto con ella y me prestó cincuenta mil pesetas para poder comenzar una vida allí. 

» En Madrid, a diferencia de lo que yo pensaba, no se ataban los perros con longanizas y Remedios, la chica con la que yo me había ido a vivir, no solo trabajaba de camarera, sino que, para poder llegar a fin de mes, se veía obligada a tener  que hacer algunos servicios especiales a los clientes… Tú ya me entiendes, ¿no?

—Sí, que se acostaba con ellos por dinero.

—No era así exactamente. Pero se sacaba más bajándose las bragas que sirviendo copas. Al final yo terminé igual. La primera vez lo haces porque el tío no es feo del todo y piensas que al final te lo ibas a  terminar tirando  de todas maneras y gratis. Después solo te importa su pasta y  te dan igual si son más guapos o más feos, más jóvenes o más viejos, lo único que deseas es que se corran pronta y que todo acabe lo más deprisa posible.

Débora, conforme avanza en lo que me está contado, se le va desgarrando la voz. Observo a su marido, buscando una posible reacción negativa a la historia de su mujer, pero lo veo tan tristón como a ella. Definitivamente, el mexicanito está locamente enamorado de ella. Cosa por la que me alegro un montón. Aunque sigo sin comprender que tiene que ver sus desventuras con mi seis mil euros, la dejo que se explaye sin problemas, pues tengo la sensación de que contarme todo aquello la hace sentirse mejor.

—Nada más el dueño del bar de copas se enteró de nuestro pequeño “pluriempleo”, nos puso de patitas en la calle. En Madrid, sin trabajo y sin un duro, terminamos poniendo un anuncio en el periódico  y prostituyéndonos a domicilio. Al principio, la cosa nos iba bien, pero aquello era muy peligroso, pues no solo era abrirse de piernas y soportar lo que los pervertidos que contrataban nuestros servicios quisieran hacernos. También estaba el hecho de que había mucho pirado entre la fauna que nos contrataba. Una vez a uno se le antojo sexo duro con Reme y le pego una paliza, ella acabó en el hospital y yo vi que era el momento de dedicarse a otra cosa. Así que  decidí irme  con la música a otra parte.

» Con mi “curriculum” y experiencia laboral, el siguiente trabajo al que pude aspirar fue de bailarina en un sex-shop. Lo que se dice bailar, bailaba poco. Me ponía desnuda dentro de una especie de jaula de cristal, mientras unos babosos se la meneaban a mi costa dentro de sus cabinas individuales. Aquel trabajo no solo era de lo más denigrante, sino que estaba mal pagado. Como de ningún modo quería volver a Sevilla y como con lo que me pagaban en  aquel empleo únicamente  no podía sobrevivir, comencé también a bailar en un local nocturno de “streap-tease”.

»Mi vida iba cuesta abajo y sin freno. Intenté evadirme de mis problemas a través de los vicios, bebía, fumaba porros, y lo peor,    me empecé a aficionar a la coca,   aquella adicción era como un saco sin fondo y todo el dinero  que ganaba era poco. El siguiente escalón de mi infierno personal  fue posar desnuda para revistas y webs extranjeras. Aquello  que podía haber sido el traspiés  definitivo para haberme terminado estrellando contra la pared, fue lo que me ayudo a salir del abismo en el que me encontraba inmersa.

»Por lo visto, un productor de Miami vio mis fotos y le guste pues era el tipo de chica que tenía en mente para una película que quería rodar en España. Me hizo el casting para ver cómo me desenvolvía  delante de unas cámaras, con las luces y eso. Aquel día no iba colocada y di lo mejor de mí con los dos tíos que se me follaron por todos los agujeros. Félix, que así se llamaba el tío que me hizo la prueba, dijo que tenía madera. Tras comerle la polla y dejar que me penetrara analmente, me ofreció un contrato por cuatro películas.

»Aquello de que todo el mundo te viera en pelotas y haciendo todas las guarradas del mundo, no me hacía ninguna gracia, sin embargo, no era mucho peor que bailar desnuda y dejarte follar por algún pervertido baboso a cambio de unos billetes. Al fin y al cabo, todos los que me conocían habían dejado de tener un buen concepto de mí, y si  por casualidades de la vida veían alguna de las películas, me importaba un pimiento lo que pudieran llegar a pensar.

»Una vez pasada la vergüenza inicial, eso de follar con público y con un guion establecido, se me dio mejor de lo que yo esperaba. La primera película la rodamos en Madrid, pero el resto se rodaron en Miami, así que, como no dejaba nada atrás, cogí los bártulos y me fui con Félix, para quien me había convertido en una especie de folla-amiga.

»Si algo bueno tuvo aquello fue que, aunque no del todo, fui dejando las drogas. Nada más la primera película salió a distribución, me convertí en una de las chicas más solicitadas por los pornógrafos. Era finales de los noventa y todavía Internet no tenía el tirón que tiene hoy en día, pero ya mi nombre artístico era  muy buscado en “Google”.

—¿Cuál era tu nombre artístico? —Pregunto, sobrepasado por las emociones de la tarde, con una voz que apenas me sale del cuerpo.

—Karla Fox, se le ocurrió a Félix, porque decía que era muy contundente. A mí, me gustó y me lo quedé.

—La verdad es que tiene gancho, pero lo que no entiendo si eras tan conocida y tal, ¿cómo es que nadie en el pueblo te ha descubierto?

—Pues no sé qué decirte. Pero si mi hermano y mi cuñada no me han comentado nada al respecto es que nadie me ha visto…  o  no se ha dado cuenta de que soy yo…  Lo que puede que pase es que el aspecto que ofrezco en pantalla es bastante distinto. Aunque la imagen después de que me hice famosa cambió un poco, desde primer momento siempre he llevado una peluca rubia platino y he ido muy maquillada. Y lo mismo nadie me ha reconocido…—Hace una pausa al hablar y me pregunta —. ¿Por dónde iba?

—Me estabas contando que tras la primera película la gente te buscaba mucho en Internet.

—¡Sí!... En unos meses pasé de estar prácticamente en la ruina a ganar un montón de dinero. Al primer contrato de cuatro películas le siguió otro de diez y mi trabajo comenzó a cotizar por encima de la media.

»Sin embargo, el éxito no me duró mucho. Félix reclutó a una chica nueva, que en poco tiempo me desplazó tanto de su cama, como del protagonismo frente a las cámaras. De nuevo la vida comenzó a ir cuesta abajo y la cocaína parecía la única salida para salir de la depresión. Pese a que durante unos meses parecía que me iba a comer el mundo, de la noche a la mañana la industria pareció que se había olvidado de mí y el manager que me busqué solo podía conseguirme trabajos menores, y como es normal, peor pagados. 

»En el rodaje de una escena de bisexuales conocí a Eduardo, que  ya por aquel entonces estaba moviéndose con sus contactos en el mundillo para montar su productora, congeniamos  desde un primer momento y comenzamos a quedar después de los rodajes. Una amistad muy fuerte nació entre los dos, tan fuerte que  dio paso al cariño. Cuando nos quisimos dar cuenta, estaba viviendo en su casa. Lo ayudé a montar la productora, él consiguió que yo dejara las drogas... Hace cinco años, decidimos casarnos, y aunque seguimos teniendo residencia en Miami por temas de trabajo, nos fuimos a vivir a Santa Fe, que es donde está su familia.

—¿Sabe su familia a lo qué os dedicáis?

—No exactamente.  Sus hermanos conocen toda la verdad, sin embargo sus viejos, que son bastante chapado a la antigua, solo saben que Eduardo es uno de los productores más importantes del cine para adultos de Miami. Ignoran que su hijo fuera actor y que la temática mayoritaria que filma es el sexo gay o bisexual.

Débora se queda mirándome esperando que diga algo, pero tengo tal embolado mental  con toda la información que me está metiendo a marchas forzadas, que se me tiene que haber quedado una cara de imbécil categoría “champion leage”.

—¿Qué te pasa, Iván? ¿Por qué te quedas callado?

—Entiéndeme, mujer. Son muchas las cosas que me has contado y necesito mi tiempo para asimilarlo.

—Pues todavía no te contó lo más importante —Interviene Eduardo, rompiendo con ello su prolongado silencio.

—¿El qué?

—La nata por la que hemos venido a España.

—¿No ha sido para ver a la familia?

—Sí, también —Responde la Debo con cierta condescendía —, pero  el verdadero motivo es que vamos a rodar una película porno aquí en Sevilla.

—¿En Sevilla? ¿Dónde?

—En este chalet, ese es el motivo por el que lo hemos alquilado. ¿Te gustaría participar en ella, Iván?

Continuará en: “Hombres outdoor”

Si estás por aquí todavía, sería interesante que dejaras tu valoración o, incluso mejor, un comentario. A los autores nos gusta conocer lo que piensas sobre lo que escribimos, nos ayuda a mejorar y sobre todo, sabemos si nuestros relatos te llegan o no. Sin la retroalimentación de los lectores es como hablar a la pared. Gracias de antemano.

 

Si no conocías a Iván  y te has quedado con ganas de él, hace poco he publicado un texto informativo donde se incluyen los links de todas sus apariciones. El regreso de Iván.

 

Si te has quedado con ganas de leer más cosas mías, y no las conocías, hay te dejo el link  la guía de lectura que publiqué a primero de año.

 

Antes de contestar y agradecer los comentarios de ¡No hay huevos!, me gustaría agradecer la colaboración especial de mi querido Dedmundo, quien si su colaboración con los localismos mexicanos el relato hubiera quedado bastante peor; a Arthur : Me alegro que te haya gustado, soy más de historias largas y condesar toda la historia en un relato me fue muy dificil; A Dantralo: Lo del aborto no creo que le guste a nadie, no creo que haya nadie que haga eso por gusto, lo que pasa es que necesitaba un detonante para el cambio en la forma de ser de Tere. En cuanto  a las pajas mentales que se hace Pedro, es el leitmotiv del relato y te puedo decir que es más habitual en mi entorno de lo que me gustaría y  a Micky52:  Me alegro que te gusten mis relatos. En cuanto al tema de los Caños, en la época en la que está situado la historia de Mariano y compañía, si tenía mucho público en busca de cruising. Estuve hace un par de años la última vez y, aunque seguía habiendo petardeo, había menos gente joven.

 

Bueno antes de primer de año publicaré un  relato de temática navideña en la categoría gay (aunque no tendrá sexo) que tendrá como protagonista a Ramón y llevará por título: “Dejar las cosas para más adelante” que tendrá como protagonista a Ramón.

 

Os deseo unas felices Navidades y que sepan aprovechar el lado no comercial y más humano de estas fiestas.

Mas de machirulo

El Blues del autobús

Mr Oso encula a la travestí gótica

Hombres calientes en unos baños públicos (2 de 2)

Hombres calientes en unos baños públicos (1 de 2)

Desvirgado por sus primos gemelos

Un camión cargado de nabos

Cruising entre camiones

Mi primera doble penetración

Un ojete la mar de sensible

Un nuevo sumiso para los empotradores

Once machos con los huevos cargados de leche

Un buen atracón de pollas

Por mirar donde no debía, terminó comiendo rabo

Aquí el activo soy yo

Estrenando un culito muy delicioso

El mirón de las duchas

Una doble penetración inesperada

Amarrado, cegado y follado hasta la extenuación

Polvo rápido en el baño

La duquesa del coño insaciable (4 de 4)

La duquesa del coño insaciable (3 de 4)

La duquesa del coño insaciable (2 de 4)

La duquesa del coño insaciable (1 de 4)

¡Pero qué buenos están estos dos hermanos!

Una doble penetración inesperada

El mecánico siempre descarga sus cojones dos veces

Son cosas que pasan

Sexo grupal en el vestuario

La fiesta de las Coca-colas

Un casquete después de la siesta

Pepe se lo monta con sus primos gemelos

Serrvirr de ejemplo

Comer y follar todo es empezar

Con mi ojete preparado para un rabo XL

Al chofer del bus, le sale la leche por las orejas

Mamándole el ciruelo a mi mejor amigo

De cruising en la playa de Rota

Cinco salchichas alemanas para mi culo estrechito

Un mecánico con los huevos cargados de leche

El descomunal rabo del tío Eufrasio

Follado por su tío

Meter toda la carne en el asador

Míos, tuyos, nuestros… ¡De nadie!

Encuentros furtivos en el internado

Antonio y la extraña pareja

Fácil

Bolos, naranjas y bolas.

Vivir sin memoria

El libro de la vida sexual

Reencuentro con mi ex

Punta Candor siempre llama dos veces

Hombres Nextdoor

Mundo de monstruos

Dejándose llevar

Guía de lectura año 2017

Dejar las cosas importantes para más adelante

¡No hay huevos!

Ignacito y sus dos velas de cumpleaños

El chivo

La mujer del carnicero

Iván y la extraña pareja

El regreso de Iván

Guerra Civil

Las tres Másqueperras

Toda una vida

Objetos de segunda mano

Follando con el mecánico y el policía (R) 2/2

Follando con el mecánico y el policía (R) 1/2

Ni San Judas Tadeo

La invasión Zombi

Seis grados de separación

¡Arre, arre, caballito!

La más zorra de todas las zorras

Un baño de sinceridad

Barrigas llenas, barrigas vacías

No estaba muerto, estaba de parranda

Dr. Esmeralda y Mrs. Mónica

Yo para ser feliz quiero un camión

Tiritas pa este corazón partio

Corrupto a la fuga

Un polaco, un vasco, un valenciano y un extremeño

El de la mochila rosa

La jodida trena

Tres palabras

Hagamos algo superficial y vulgar

Pensando con la punta de la polla

Quizás en cada pueblo se practique de una forma

Gente que explota

Guía de lectura año 2016

En unos días tan señalados

Desátame (o apriétame más fuerte)

De cruising en los Caños

Putita

Sé cómo desatascar bajantes estrechos

Este mundo loco

Como conocí a mi novio

No debo hablar

El secreto de Rafita

¿De quién es esta polla cascabelera?

Me gusta

Me llamo Ramón y follo un montón

Doce horas con Elena

El pollón de Ramón

Dos cerditos y muchos lobos feroces

El ciprés del Rojo

Follando por primera vez (R) 2/3

Follando por primera vez (R) 3/3

Follando por primera vez (R) 1/3

Estrenando un culito muy delicioso

El mirón de las duchas

Orgia en el WC de los grandes almacenes

Once pollas para JJ

Prefiero que pienses que soy una puta

Homofobia

Adivina quien se ha vuelto a quedar sin ADSL

¡Terrible, Terrible!

Bukkake en la zona de descanso

Mi primera vez con Ramón

Tu familia que te quiere

Si no pueden quererte

Mía

Infidelidad

Dos adolescentes muy calientes

Ocho camioneros vascos

Parasitos sociales

El pollón del tío Eufrasio

Violado por su tío

Talento

Somos lo que somos

Sexo en Galicia: Dos en la carretera

Tres pollas y un solo coño

De amor se puede vivir

Duelo de mamadas

¡Se nos da de puta madre!

Dos hermanos

¿Dónde está la oveja de mi hermano?

¿Por qué lloras, Pepito?

El MUNDO se EQUIVOCA

Todo lo que quiero para Navidad

Como Cristiano Ronaldo

Identidad

Fuera de carta

Los gatos no ladran

Su gran noche

Instinto básico

TE comería EL corazón

La fuerza del destino

La voz dormida.

Como la comida rápida.

Las amistades peligrosas.

El profesor de gimnasia.

Follando: Hoy, ayer y siempre (R)2/2

Follando: Hoy, ayer y siempre (R) 1/2

El ser humano es raro.

La ética de la dominación.

¡Ven, Debora-me otra vez!

La procesión va por dentro.

Porkys

Autopista al infierno.

El repasito.

José Luis, Iván, Ramón y otra gente del montón.

El sexto sentido.

Cuando el tiempo quema.

Mi mamá no me mima.

La fiesta de Blas.

¿Por qué lo llaman sexo cuando quieren decir amor?

Sin miedo a nada.

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

¡Qué buena suerte!

El rumor de las piedras.

Dios odia a los cobardes.

Tres palabras.

Guía de lectura segundo semestre 2.014.

Como un lobo.

Solo Dios perdona.

El padrino.

Perdiendo mi religión.

Adiós Francisquito, adiós.

Pequeños descuidos.

La sombra de una duda.

Mis problemas con JJ.

Unos condones en la guantera.

La voz dormida.

Follando con mi amigo casado.

Si pudieras leer mi mente.

Bésame, como si el mundo se acabara después.

Si yo tuviera una escoba.

Guía de lectura primer semestre dos mil catorce.

¡Cuidado con Paloma!

La lista de Schindler.

Nos sobran los motivos.

La masticación del tito Paco.

Viviendo deprisa.

El blues del autobús.

¿Y cómo es él?

¡Voy a por ti!

Celebrando la victoria.

Lo estás haciendo muy bien.

Vivir al Este del Edén.

Hay una cosa que te quiero decir.

Entre dos tierras.

Felicitación Navideña.

37 grados.

El más dulce de los tabúes.

Desvirgado por sus primos gemelos

Las pajas en el pajar

Para hacer bien el amor hay que venir al Sur.

Tiritas pa este corazón partio

Valió la pena

1,4,3,2.

Sexo en Galicia: Comer, beber, follar....

¡Se nos va!

En los vestuarios.

Lo imposible

Celebrando la victoria

La procesión va por dentro.

El guardaespaldas

El buen gourmet

Mariano en el país de las maravillas.

Tu entrenador quiere romperte el culo(E)

Retozando Entre Machos.

Culos hambrientos para pollas duras

La excursión campestre

¡No es lo que parece!

Mi primera vez (E)

Vida de este chico.

Follando con mi amigo casado y el del ADSL? (R)

Follando con 2 buenos machos: Iván y Ramón

Trío en la sauna.

Nunca fuimos ángeles

Desvirgado por sus primos gemelos (E)

Como la comida rápida

La misión

Follando con mi amigo casado

La churra del Genaro

Uno de los nuestros

Sexo en Galicia: Tarde de sauna (R)

2 pollas para mi culo

El cazador.

Los albañiles.

Jugando a los médicos.

Algo para recordar

Mis dos primeras veces con Ramón (E)

A propósito de Enrique.

Guia de lectura y alguna que otra cosita más.

Culos hambrientos para pollas duras

Celebrando la derrota

En los vestuarios (E)

Sexo, viagra y unos pantalones anchos (Epilogo)

No quiero extrañar nada.

Punta Candor siempre llama dos veces.

4,3,2,1....

2 pollas para mi culo

Adivina quién, se ha vuelto a quedar sin ADSL

Follando con 2 buenos machos: Iván y Ramón (R)

El MUNDO se EQUIVOCA

Historias de un follador enamoradizo.

Living la vida loca

Sexo en galicia con dos heteros (R)

¿Por qué lo llaman sexo cuando quieren decir amor?

Comer, beber... charlar.

Los albañiles.

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

Regreso al pasado

Follando con mi amigo casado (R)

“.... y unos osos montañeses)”

El padrino

... Bubú.....

El blues del autobús (Versión 2.0)

El parque de Yellowstone (Yogui,....)

After siesta

Sexo, viagra y ... (2ª parte) y última

Before siesta

Sexo, viagra y unos pantalones anchos (1ª parte)

El bosque de Sherwood

El buen gourmet

Como la comida rápida

Pequeños descuidos

¨La lista de Schindler¨

El blues del autobús

Celebrando el partido