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Sexo en Galicia: Comer, beber, follar....

en Gays

Nota: El autor no se hace responsable de las ideas y opiniones vertidas por sus personajes en el transcurso de este relato. Ellos son así, ¡no tienen remedio!....

¡Vaaale, me pongo serio! Cuando me plantee escribir la primera parte de este relato, (la que hace referencia a “Comer, beber…) llevaba en mente plasmar una de esas conversaciones políticamente incorrectas que se tienen al amparo de unas copas y todo ello en clave de humor, en las que todo el mundo sabe de todo y damos rienda suelta a cualquier bulo, por absurdo que parezca... En ningún momento, pretendo sentar cátedra con lo que aquí se dice y si critico algo es la rumorología, que en estos tiempos en los cuales la información viaja tan de prisa, (gracias a Internet, mayormente) ha cogido más importancia si cabe. Como sé que el humor es una disciplina muy difícil, si consigo que te rías aunque sea solo un poquito, me daré por satisfecho... Lo demás, es superfluo.

¡Qué pena me doy! Teniendo que explicar el sentido de lo que escribo... sniff.

 

Sexo en Galicia: Comer, beber… follar

 

13 de agosto del 2010

 

Hay que reconocer que a la hora de la cena, Paco se resarció de su metedura de pata en el almuerzo ¡A quien se le ocurre llevar a unos turistas sevillanos a comer a un mejicano en Galicia! ¡Ni al que asó la manteca!

En fin,  el gallego se portó como un buen anfitrión y nos llevó a picar a varios sitios frecuentados por los vigueses, para terminar  con una cena como Dios manda... ¡Al final, nos pusimos como a nadie le importa de mariscos, moluscos y crustáceos!... Y a muy buen precio, por cierto.

Mas lo mejor del bar, no fue la comida sino el camarero que nos atendió, un tío de unos treinta y poco años, moreno,  bastante varonil, no muy guapo, pero con ese atractivo que tienen todos los sudamericanos, por los que yo, por diversos motivos que no vienen a cuento,  pierdo pie; JJ dice que es porque he “chupao” mucha telenovela venezolana... El caso que mi amigo, conocedor de mis gustos, no cesó de pincharme durante todo el tiempo;  en un cristalino intento, de sonrojarme y ponerme en evidencia ante el camarero; cosa que sucedió,  durante el transcurso de la velada (muy a mi pesar), en un par de ocasiones.

 

 

Concluida la cena, dimos un paseo por la zona del paseo marítimo; buscamos un sitio de copas, donde un disco no sonara fuerte y pudiéramos hablar....  Cuando nos sentamos en la tranquila terraza de un pequeño pub y  una vez el camarero nos trajo las copas, a Juan José le faltó tiempo para acribillarme a preguntas:

 

-¿Tú nos vas a contar donde has estado esta tarde y que has hecho? - dijo con un tono casi caricaturesco- Sobre todo que has hecho... Es muy reservón-     me señaló solemnemente, dirigiéndose a Paco.

 

-A ver... ¿Qué quieres saber?- dije de forma condescendiente

 

-T-O-D-O. Todo…

 

Conté mis peripecias de aquella tarde, sin entrar en muchos detalles con el único afán de que mi amigo me dejara de dar la braza.

 

-¡Vaya tarde! Pleno al quince- dijo JJ con total desparpajo- pareja de osos, papa oso y mariosa.

 

-¿Mariosa?- Preguntó extrañado Paco.

 

-Si, como ahora está la moda de los tíos peludos: los osos- aclaré yo, riéndome- Aquí el amigo, se ha inventado el término de mariosa para  designar a los tíos con pluma, que se dejan la barba en plan oso.

 

-Muy original, ja , ja.

 

-¡Lo que no se le ocurra al prenda!-recalqué.

 

-¡Es que me parece muy fuerte.El tío tiene planta de leñador, le entras y cuando lo escuchas hablar, con esa vocecita de niña, se te agacha para una semana....- Se quejó JJ.

 

-Entonces según tú, ¿deberían ser femenino vistiendo?- intervino mordazmente Paco.

 

-No, pero no tan masculino. ¡Que confunden, hombre!-contestó un poco cabreado JJ.

-Creo que estás siendo un poquito injusto- dije intentando mediar en la conversación- cada cual es cada quien.

 

-A veces amigo mío, creo que vives en los mundos de Yupi. Donde todo es ideal... ¡Cada cual es cada quien...!”Don’t worry, be happy”  – el tono de JJ, rezumé ironía por doquier – Por eso tú, donde únicamente tienes huevos para soltarte el pelo,  es a mil kilómetros de tu casa...Eso sí, eres tolerantismo y respetuosísimo  con todo el mundo... ¡Comienza por ser tolerante contigo...!

 

Si había algo que JJ siempre me estaba reprochando, era mi incapacidad para salir del armario, él lo había hecho muy joven y no entendía por qué yo,  seguía llevando una doble vida. Comentarios  salidos de tono, como el que acababa de hacer, era el pan mío de cada día y no me importaban, lo que me desagradó, fue que sacara mis trapos sucios delante de Paco; a quien no conocía de nada....

 

-Es una opción como otra cualquiera- intervino Paco, echándome un “capotazo”.

 

-Sí, si respetarla la respeto. –contestó JJ, un poco contrariado-Pero no la comparto, y creo que estoy en mi derecho de decirlo.

 

-Pero con una vez que lo digas basta- Increpé un poquito cabreado- Porque aquí, todos queremos que sean muy respetuoso con nosotros, pero después somos los primeros clasistas. No he visto más salpullido que nos sale a todos los homosexuales, con el tema de las plumas... Reaccionamos ante ellas, de la misma manera, que reacciona la supuesta gente normal ante los maricas. ¡Por favor, te pueden no poner, pero de ahí a creerte superior porque no las tienes!

 

La cara de Paco y JJ eran un poema. Sin despeinarme, había soltado un discurso de los míos, que no sé si serán más coherentes o no, pero normalmente la gente no me replica. Desconozco,si por no enfadarme más o porque se quedan sin argumentos. El silencio se hizo unos segundos, hasta que mi amigo, acostumbrado de sobra, a estas salidas mías de tono, rompió el hielo con un frívolo comentario.

 

-La gente “normal” como tú dices son los que están haciendo proliferar los videos de She-male, te paseas por la red y hasta el Nacho Vidal los está haciendo.

 

-¿She-male? -pregunto Paco, bastante sorprendido.

 

-Tías con nabo- contesto riéndose JJ- ¡Es lo más últimamente!, eso y los arnés con polla para las mujeres.

 

-¿Y eso?- Por lo que se veía, el gallego no estaba muy puesto.

 

-Para que va a ser “miarma” para darle por culo al marido.-contestó JJ, con la mayor naturalidad del mundo- Es lo más “in” entre la gente bien, o no recuerdas el video de PJ Ramírez, donde una negra le metía un tacón de aguja por el “mojino”.

 

-Eso lo viste en el mismo especial que el de la Nocilla del Ricky Martin, o fue en otro- dije yo, con un sarcasmo de kilómetro y medio de largo.

-¡No sé de qué coño habláis! ¡Me suena todo a chino! – dijo el gallego  un poco harto, de tener que esforzarse para poder seguir la conversación.  

JJ miro a Paco, en su rostro se dejaba ver, cierto desconcierto.  A continuación, en un tono digno de un vodevil, se dirigió a Paco.

-Pero hijo mío, ¿tú dónde has estado últimamente, en “La isla de los famosos”? ¿Pedro J Ramírez sabe quién es?

-El director del periódico “El mundo”-respondió el gallego, con cierta solemnidad.

-Sí, ese mismo... Ya veo que algunas  cosas del siglo XXI, llegan a la Galicia profunda.

En aquel momento esperé que Paco le dijera cualquier cosa, tras la tremenda barbaridad, que acababa de soltar mi amigo. Pero se calló. No sé si por prudencia, o porque las sesiones de cama, habían dado para conocerse suficientemente y sabía que sus palabras no estaban cargadas de mala saña, sino de todo lo contrario.

-Bueno, pues al tipo este... le cogieron un video con una negra penetrándole el culo, ¡con un taco así de grande!- las manos de JJ se separaron, en un gesto exagerado, de demostrar el tamaño del mencionado tacón.

-¡No le hagas caso! Yo no conozco a nadie, que haya visto el jodido video.-intervine, pues me hervía la sangre, al escuchar tal cantidad de sandeces seguidas.

-¡Yo sí!- replicó  JJ de manera categórica.

-Tú, conocerás alguien que tiene un amigo que lo ha visto....-mis palabras, tenían el mismo ritmo, que un camarero recitando la lista de tapas.

-Sí, ¿Cómo carajo lo sabes?- la extrañez en la voz JJ, era palpable.

-Porque los rumores siempre funcionan así- dije, como el que explica una lección magistral- nunca conoces a la fuente directa, sino a alguien que ha escuchado a alguien que sabe o que ha visto. Es como lo del Ricky Martin que he mencionado antes ¿Os acordáis?

-Sí, pero tú nos lo vas a contar de todas maneras  ¿A que sí, hijo mío?-me respondió JJ, con cierto retintín, a la vez, que forzaba una caricaturesca sonrisa.

-Sí, pues lo mismo Paco no se acuerda.-mi argumento, sonaba a escusa por los cuatro costados- Eso fue ya unos cuantos años, en el programa  de Isabel Gemio: “Sorpresa, Sorpresa”.... Bueno, pues la gracia consistía en eso, en que te daban una sorpresa: alguien que no veías desde hace mucho tiempo, te llevaban un famoso a tu casa... En el caso éste, era una niña que estaba enamoradísima del Ricky Martin. Era tan fan, tan fan que hasta su perro se llamaba Ricky... Bueno, pues le tenían la sorpresa preparada en su cuarto, el cantante metido en el armario de la niña... La chiquilla entra en su cuarto, se baja las bragas, se junta Nocilla en el chichi y llama al perro para que se lo coma... Empieza a gritar: ¡Ricky! ¡Ricky! Y el portorriqueño, que se cree que es con él, sale del armario y se encuentra al perro lamiéndole el chocho a la niña....

-Ja, ja, ja.... ¡Jo, qué fuerte!- las carcajadas de Paco, además de sonora, eran contagiosas.

-Bueno, pues esto fue una historia que no ocurrió nunca...-Proseguí- Y al día siguiente tenías a gente de todos los puntos de España asegurando que lo habían visto...

-A mí, me lo contaron con pelos y señales...-dijo de forma solemne JJ.

 

-Y a mí un compañero de Universidad, me juraba y perjuraba que lo  había visto. Eso se llama histeria colectiva. ¡Rumores, rumores, miente que algo queda! –respondí, bastante indignado.

 

-Por cierto, la realidad siempre supera a la ficción. Como en el supuesto rumor,  Ricky Martin ha salido del armario – comentó Paco, con evidente guasa.

 

-¡Pero eso yo ya se sabía...!-JJ poniendo cara de saberlo todo, antes y mejor que nadie.

 

-Es que aquí el amigo JJ es muy, pero que muy listo.

 

-Hombre, tampoco es que haya que ser un lumbreras, para darse cuenta- dijo el gallego riéndose- que el chico apuntaba muy buenas maneras...

 

-A mí lo que me molesta,-prosiguió JJ - y por eso le hecho la bronca de vez en cuando a mi amigo; es la doble moralidad que hay... ¡Mira!, yo frecuento mucho “la raya”

 

-¿La raya? - preguntó de nuevo el gallego. ¡Cuánto estaba aprendiendo el pobre, en aquel ratito!

-Un sitio de cruising de Sevilla. .. Y allí, se puede ver bastante hombre casado... Si algunos, hasta llevan la sillita de bebe en el asiento trasero... –el tono de JJ, evidenciaba el hastío, que aquello le producía.  

 

-Aquí en Vigo, también hay mucho hombre casado en el ambiente, sobre todo en las saunas y en las áreas de servicio... No hace falta que digan nada, sólo por la forma de comportarse, uno adivina que están casados.

 

-Eso es,-continuó JJ- a lo que yo, me refería: la doble moralidad. Desde que ZP sacó la ley del matrimonio Gay, no sé cuántas manifestaciones ha salido  en contra de que los homosexuales se casen... ¡Si ya la mayoría de los maricones estaban casados y por la iglesia, sin necesidad de que votaran ley alguna!

 

-Ahora, nos va a contar lo del Rajoy y el Arenas- le dije yo, por lo bajini a Paco.

 

-¡Tú que estás diciendo ya!- dijo JJ riéndose.

 

-Nada, nada- contesté yo pícaramente.- ¡Continúa, continúa!...

-Bueno, a mí la doble moral de esta sociedad me toca los cojones... Tú te acuerdas del caso Arny en Sevilla...

 

-Sí, eso fue donde imputaron a Jesús Vázquez y a Javier Gurruchaga

 

-Y a Jorge de los “Morancos”- dije completando el discurso del gallego

 

-¿Se habéis dado cuenta?-enfatizó JJ- Ni se acordáis del fiscal de menores, ni de ninguno de los altos cargos políticos y eclesiástico que también fueron imputados.

 

Paco miro extrañado a JJ, no entendía ni porque se cabreaba tanto ni a donde quería llegar...Yo que lo conozco y sé que se le “calienta” la boca, opté por hacer de traductor de mi buen amigo, de una manera didáctica.

 

-Lo que sucede es  que JJ, tiene una especie de teoría de la conspiración en cuanto al caso Arny. En su opinión,  todo esto lo movió el PSOE, para hundir el prestigio de cierta gente vinculada al PP, entre ellos Javier Arenas. Pero al final, por lo que siempre pasa, cayeron los cuatro pringados de turno...Aunque, como ya te he dicho, esa es la teoría de JJ, de la cual yo no me fiaría mucho, pues no creo que sus fuentes sean muy fidedignas…

-Muchas gracias, por los subtítulos- ironizó JJ- Pero, como ya te conté en su momento; han sido muchos los que me lo han corroborado.

-¡Que iluso eres a veces!- mi voz estaba cargada de sarcasmo- Habrá que ver cómo y cuándo te lo contaron. Porque a altas horas de la noche y con dos copas de más, todo el mundo el mundo es catedrático en “mundología”.

 

-¿Javier Arena es gay?- interrumpió Paco, con cierta cara de pasmo- ¿No estaba casado?

 

-¡Como si eso fuera un problema,...! Si no, que te lo explique el mozo aquí presente, que ayer se lo hizo con un tío casado... ¡Mi niño que se ha hecho un master en una noche!- a la vez que decía esto último me pellizcaba cariñosamente la mejilla.

 

-¿No te he dicho nunca, que cada día estas más gracioso...? No voy a decir yo, en lo que tienes tú hecho el master...- contesté un poco malhumorado,   a la vez que golpeaba la mesa suavemente con los nudillos.

 

-¿Pero tú estás seguro de lo que dices?- el gallego no salía de su asombro

 

-Hombre, yo por el ambiente no lo he visto... Pero la gente habla y dice cosas- respondió JJ.

 

-Porque no cuesta dinero...- manifesté abiertamente- ¡Qué si costara dinero hablar…!

 

-También se comenta aquí de Rajoy. La “trotona” le llaman, o algo parecido. Pero no lo creo... ¡Cómo va a ser Gay, el candidato a Presidente de España….!

 

-Yo eso, lo he leído en Internet- intervino JJ.

 

 

-Que es la fuente de sapiencia de la cultura de la K- recalque yo, con cierto retintín.

 

-¿Cultura de la K? -  se extrañó Paco.

Era curioso, la cantidad de frases y giros que teníamos JJ y yo, en nuestro argot particular, sólo éramos consciente de ello, cuando hablamos con alguien de fuera de nuestro entorno.

 

-Si, es que al "gili "este le ha dado por llamar así a los que escriben ahorrando palabras como si lo hicieran en un sms y cambian la “c” por “K”-ésta vez el que traducía era JJ.- Es que el pobre es muy “curto”. Es culto y capillita...

 

-¿Capillita?- volvió a preguntar el gallego, que estaba más despistado que Adam en el día de la madre.

 

-Sí, hijo es un término andaluz que sirve para designar a las “pijos” ultra religiosos que hacen girar su vida alrededor de la Semana Santa y  toda su cultura... Lo que yo digo: ¡unos Frikis de Dios!

 

-¡No te pases guapetón!- dije en un tono, que traslucía claramente que me estaba tocando los huevos y no un poquito, ¡sino mucho!

 

-¡A mí me da igual, en lo que tú quieras creer! Pero reconocerás que para entrar en el cielo los homosexuales lo tenemos más difícil que los heteros. ¡Pero mucho, mucho!

 

-Espera Paco, que ahora toca una teoría del porqué de las cosas made in JJ- repliqué, esta vez en un tono más cordial.

 

-¡Pues sí,  y me vais a escuchar, que para eso me toca!- el tono de JJ era superserio, como dando a entender que iba a contar algo de vital importancia-Dicen que San Pedro cuando llegas a la puerta del cielo te pone una prueba

 

-¿Una prueba?- el pobre del gallego, no salía de una, cuando JJ lo metía en otra.

 

-Sí, te hace deletrear una palabra, para poder entrar en el cielo... Para la gente normal, casados por la iglesias y temerosos de Dios, la palabra es Amor.  A-m-o-r. Fácil ¿no?...  Hasta un niño de la ESO, sabe deletrearlo

 ¿Y sabéis, cual es la palabra, que el santo guardián nos pone para deletrear a los homosexuales?

 

-¿Cuál?- pregunte yo, esperando la mayor de las chorradas, por parte de mi buen amigo.

 

-Schwarzenegger ¡Toma ya! –Enfatizó JJ, gesticulando grandilocuentemente- ¡A ver quién es el guapo que tiene cojones de deletrearla...!

 

 

Las carcajadas al unísono de los tres no se dejaron esperar. Si algo es de admirar en JJ, es su capacidad de hacer pasar una situación tensa (las cuales en la mayoría de las ocasiones, eran provocadas por él, por lo bocazas que es) a un momento, en la que todo el mundo se reía a mandíbula batiente.

 

-Lo cierto, es que en este mundo más vale parecer que ser- recalcó Paco, una vez paró de reírse - y eso que está sociedad se ha vuelto más tolerante.

 

-Yo es que no quiero que me toleren- reputé yo de manera tajante.

 

-¿Y eso? – preguntó, extrañado de nuevo Paco.

 

-Es que, el muchacho aquí presente, dice que tolerar significa: soportar algo que no apruebas-explicó JJ.

 

-Es verdad- dijo asintiendo  el gallego.

 

-Se utiliza mucho la palabra tolerar, para hablar de los homosexuales, -proseguí argumentando-como si nos hicieran un favor con ello; cuando en realidad, te están diciendo que tú en tu sitio y yo en el mío... ¡Yo no quiero que me toleren, yo quiero que me acepten...! Y esta sociedad no está preparada para ello todavía.

 

-Sin embargo los medios de comunicación, la cultura y demás cada vez intentan darle cada vez más normalidad al tema de la opción sexual…

 

-¿Y sabes porque Paco? Porque los gays no tenemos niños, y tenemos los mismos ingresos o más que un tipo casado... No somos aceptados por los poderes fácticos porque les caigamos en gracia, sino porque somos una fuerza de consumo...Un “lobby”.

 

 

Juan José se levantó del asiento y empezó a tocar las palmas de manera exagerada.

 

-¡Mariano for president! ¿Tú has visto lo bien que habla este amigo mío? Y además lo peor es que se cree a pies juntillas lo que dice. A ver… ¿Qué maricones ganan dinero? Cuatro, el resto está de funcionarios, peluqueros o dependientes.

-Te ha faltado, para cubrir todos los tópicos, el de pintor.- repliqué en plan sarcástico.

 

-¡Mira guapo!, que en este país,  los únicos maricones que yo conozco que estén podridos de dinero, son algunos de  los que trabajan en Telecinco. ¡Y se pueden contar con los dedos de una mano!

 

-¡Pero que burro eres! ¡Yo no sé para qué te ha servido ir a la universidad!- comenté poniéndome las manos sobre la cara y meneando en señal de negación la cabeza.

 

-Sabes yo también a veces me lo pregunto- dijo JJ encogiéndose de hombros y riéndose.

 

Unos cuantos cubatas más y  tras una hora de charla (o más), decidimos, que era hora de cambiar el culo de lugar... A Paco se le ocurrió ir de nuevo a la Roy Black... Yo ya me veía igual que la anterior noche: como un burro amarrado a la puerta del baile. Así que se lo hice saber a Juan José, en el mismo momento, que  Paco fue a pedir las copas.

 

-¡Oye tío!, si tienes ganas de echar un polvo con éste; ¡rapidito!; a mí no me vayas a dejar en la calle como ayer.

 

Miré a mi amigo, esperando una respuesta por su parte, ¡pero ni me había escuchado!, estaba absorto mirando a  alguien; esa persona era: ¡el camarero del restaurante! Quien se encontraba apoyado en una columna y levantaba  amigablemente su copa, con el único  afán de saludarnos. En su rostro se dibujaba una amplia sonrisa. Mi cara se ilumino al verlo, me pareció en aquel momento el hombre más guapo del mundo; así que no pude evitar pensar:

 

¡Voy a tener que creer que los reyes magos existen, y trabajan en Agosto!

 

Mi atracción por los sudamericanos, no sé de donde me viene ni a que responde, pero me pasa como con los casados, despiertan mi libido trepidantemente... El camarero, me gustó desde el primer momento. Por ese motivo JJ, cuando lo descubrió en la discoteca, me echo un cable y se acercó a entablar conversación con él; pocos minutos después Lucio, pues así se llamaba, apretaba mi mano mientras clavaba su mirada en mí. Me quede tan anonado que al oír su nombre, no le respondí con el mío...Bueno, y quien no se quedaría abrumado ante un tío como el tal Lucio, tenía una piel oscura preciosa, como tostada al sol. Una sonrisa amable y cautivadora, la cual culminaba en unos dientes perfectos. Sus ojos  color miel, emanaban sinceridad y una afabilidad poco habitual. Su rizado cabello oscuro, le daba un aire varonil. Su virilidad, era latente y le añadía un atractivo toque de macho rudo. Fue sentir, el contacto de su mano y una sensación nerviosa, comenzó a bullir por todo mi ser.

 

-¡Chiquillo, dile tu nombre al muchacho no lo tengas esperando!- me reprendió JJ, viendo que no salía de mi ensimismamiento.

 

-Mariano, ¡me llamo Mariano!- grité yo, con la intención de que se me escuchara entre el fragor de la música.

 

Lucio rió tímidamente, no sé si por como había reaccionado o por mi nombre, pero es que es mi eterno problema. Porque vamos a ver, si te llamas Miguel, Javier, José son nombres cortos, con los que es fácilmente que te llamen a voces ¡Miguel! ¡Javier!... Si te llamas Alejandro, Roberto, se apocopa tu apelativo y a Alex y a Robert los puede seguir llamando a voces. Incluso si te bautizaron como Cayetano, te acortan el nombre y te dicen el final Tano. Pero con él que me tocó a mí en suerte, es sumamente difícil, lo de Mari no me gusta por razones evidentes, y cortarlo por el final podrán comprender que tampoco. En fin, que prefiero que me llamen por teléfono que a voces.

 

Bueno, a lo que íbamos, la risa de Lucio, consiguió ponerme  más nervioso y si minutos antes estaba queriendo abalanzarme sobre él y pegarle un muerdo de película, ahora lo único que deseaba es que me tragara la tierra por patoso. El camarero se dio cuenta y tomando como excusa lo alta que estaba la música, se me acercó al oído y me dijo:

-No te pongas nervioso, amigazo, a mí también me gustaste, desde el primer momento.

 

Su voz era cálida, y ese deje cariñoso que tenía le daba un aire sensual; que lejos de calmar mis nervios, lo acrecentaron... Cuando Paco llego con las copas y me vio hablando con él, la cara del gallego era un poema y con esa “perspicacia” que lo caracterizaba y sin que JJ pudiera remediar nada (¡y mira que lo intentó el pobre!):

 

-¿Tú eres el camarero?-los ojos de Paco parecían que se iban a salir de sus órbitas-  ¿Así que entiendes?

 

-¿Qué entiendo que?- dijo Lucio, un poco desconcertado- Ah, ¿qué si soy marica? No me importa meter las bolas en caliente a un tío, pero no soy cacorro...

 

-¿Cacorro?- pregunté yo, que no me había enterado de la misa la media.

 

-Ah, ¿Cómo le dicen ustedes? ...¡Loca! – contestó Lucio, a la vez que hacía  una serie de aspavientos con las manos, con los cuales intentaba simular amaneramiento.

 

Ante la indiscreción de Paco, JJ y yo, nos quedamos sin palabras, pero los dos residentes, continuaron conversado como si preguntarle a alguien que no conoces, sobre sus preferencias sexuales; fuera la cosa más natural del mundo.

A pesar del alto volumen de la música,  pude escuchar que el tal Lucio era de Colombia, que tenía treinta y cinco años,  que estaba casado y que tenía dos hijos pequeños que se los traería para acá en cuanto pudiera y, lo más interesante, que cuando estaba muy caliente, iba a aquella discoteca a desahogarse.

 

Lucio en cuanto pudo se deshizo de Paco y de sus incansables preguntas, se puso todo lo cerca que pudo de mí, y sin que fuera perceptible para los demás, rozó sus dedos por mi trasero. Lo miré  un poco extrañado, pero él me respondió con una sonrisa pícara y acercando sus labios a mi oído, me dijo:

 

-Guapo, ¿Tienes algún sitio donde podamos ir?- al decir esto, sus hermosos ojos color miel brillaron resplandecientes.

 

-Estoy en un hotel, por aquí cerca.

 

-Pues vayámonos, que tengo poco tiempo... - al decir esto sus carnosos labios se entreabrieron para mostrar una sonrisa-  Es que mañana tengo que trabajar....- concluyó intentando justificar su impulsividad.

 

El  hecho de que el camarero me abordara de aquella manera, sin esperar una negativa por mi parte, me hizo replantearme la idea de si mi apariencia era la de un  tío demasiado fácil... Pero esa noche, no me iba a hacer el duro, un pedazo de tío moreno, varonil y rudo  me estaba esperando para llevarme a la cama y yo no lo iba a hacer perder el tiempo.

 

 

Me despedí de JJ, prometiendo que lo llamaría una vez terminara, éste  me dijo alegremente:

 

-La vida es así ¡Hoy por ti, mañana por mí!

 

Al salir de la discoteca, me tropecé con los dos tíos que estaban follando en la sauna, con la puerta abierta, ellos me reconocieron inmediatamente y uno de ellos me saludo con la mano, yo respondí con un hola apagado. Si desnudos y dando rienda a sus más bajos instintos, me dieron muy mala espina; aquella  percepción no varió mucho, al verlos vestidos y maqueados. Parecían como salidos de un festival de “sado”.

 

En el hotel, el recepcionista me miro raro, no porque entrara acompañado de un hombre (aquello debería ser bastante común en aquella zona), el motivo era que lo hacía  con un tío, cuyos rasgos denotaban claramente que era sudamericano.

 

Cuando entramos en el ascensor, yo iba hecho un flan; Lucio se percató de ello y me dio un tímido beso en los labios... Me cogió la barbilla con sus dedos y mirándome a los ojos tiernamente me dijo:

 

-No tengas miedo, guapo. Te voy a hacer mi consentido.

 

Mi única respuesta fue darle un apasionado beso en sus carnosos y sensuales labios; a lo que  él respondió metiéndome su lengua en busca de la mía... Sus manos bajaron hasta el final de mi espalda y apretaron fuertemente mi culo.

 

-¡Jo, macho qué buena cola gastas!

 

Una vez entramos en la habitación, nos faltó tiempo para deshacernos de nuestras molestas ropas, cuando le quite la camisa a Lucio; ante mí se mostró uno de los torsos más hermosos que he visto, sin un pelo de natural, con un pectoral musculado, sin ser excesivo, el cual  acaba en una  casi imperceptible, pero hermosa tripa… Lo mejor era su tacto, casi aterciopelado.

 

-¿Te gusta, lo que ves?- dijo con total desparpajo -Pues esta noche soy todo para ti.

- ¿Todo, todo..?. - dije yo, pasando provocativamente mis dedos, a lo largo de su pecho.

 

-Sí, voy a ser muy acomedido contigo.

 

Lo mire haciéndole entender que no me había enterado de nada, lo cual le quitó todo el morbo al momento.

 

-Perdón tío... A veces se me olvida que al igual que yo no entiendo todos vuestros giros, vosotros no entendéis todos los nuestros... Quise decir que seré muy atento contigo.

 

-Pues entonces, yo seré también... como era..

 

-Acomedido

 

-… acomedido contigo.- La frase la terminé en sus labios, dándole un profundo beso.

 

Lucio me quito toda la ropa, con una facilidad asombrosa, apretó mis glúteos de una manera sensual; rozando lo salvaje. Cuando me quise dar cuenta, sus dedos hurgaban en la rendija de mi culo, buscando mi agujero.

 

-¡Tranquilo, hombre!- le dije- Como puede ser que estés haciendo eso, con los pantalones todavía puestos.

 

-Es que estoy esperando que me los quite tú.- su ronca voz, se impregnó de un halo netamente sensual.

 

Me agaché ante él, y comencé a quitarle la ropa. Muy lentamente, descorrí la hebilla del cinturón, desabroché el botón de su portañuela y bajé su cremallera, evitando tocar el realzado bulto, que se mostraba bajo la tela... Tiré de la prenda hacia abajo, dejando al descubierto unos slips blanco que tapaban, a duras penas, un empalmado miembro... Pasé mi boca por encima de la prenda interior, olisqueando la carne que envolvía... Aspiré, intentando absorber aquel envolvente aroma, pasé mi lengua sobre la tela... despacio... suavemente... Sentía, como el mástil de carne vibraba, bajo aquella débil capa de algodón. Jugué, durante unos minutos, a hacer sufrir al camarero, morreando su paquete por encima de la tela... En el momento  oportuno, tiré de golpe de la tela y ante mis ojos, estaba una de las pollas más hermosas que he visto... No era excesivamente grande, pero tampoco pequeña, aunque su cuerpo no era delgado su cabeza era gorda y negra, bastante más oscura que la piel de la polla de Lucio, la observé durante unos segundos, como si quisiera grabar su tamaño, textura y forma en mi memoria... Como si no quisiera, que aquel recuerdo se me fuera nunca.  

             

Masajeé aquella barra de carne, mientras con mi nariz intentaba absorber su aroma. ¡Qué bien olía Lucio!  Aquel oscuro palote estaba pidiéndome cómeme, pero yo no me resistía a dejar de mirarlo, lo apreté delicadamente, el cipote respondió vibrando entre mis dedos como si tuviera vida propia. Pasé la lengua, primorosamente sobre la raja de su glande, un quejido de placer, escapó de los labios del sudamericano...

Repetí la operación como diez veces, aumentado con cada una de ellas el placer de mi acompañante... Mis labios, rodearon aquel mástil inhiesto con los labios, muy despacio, segregando una película de saliva sobre él, la cual termino goteando, sobre  la moqueta de la habitación... Me tragué de golpe, aquel oscuro y rígido miembro. Lucio, apretó mi cabeza contra su pelvis, como intentando prolongar la profunda mamada. Unas pequeñas arcadas por mi parte, le hicieron conocedor de mis límites....

Seguí chupando a mi ritmo, aunque no sé porque jodida razón; mi único deseo era  disfrutar del momento; gozar con aquel  falo entre mis labios; de un modo egoísta, no me preocupaba dar placer o no al camarero; sólo ansiaba seguir mamando de aquella oscura polla, como si  se tratara de  la última que disfrutara.

De vez en cuando palpaba sus huevos, estaban cubiertos por un vello rizado y duro... Se me antojo probar su sabor y pasé la lengua por ellos, primero de manera suave, para concluir  sorbiendo, levemente, ambos testículos en mi boca.

-¡Así, así... como la mamas cabrón... me tienes relajado totalmente!

 

-Pues esto acaba de empezar- dije  sensualmente, sacándome la polla de la boca y buscando con mi mirada la suya.

 

-Sí, porque tú cuerpo todavía no ha empezado a disfrutar- a la vez que hacia esto,  cogía mis manos y tiraba de mi hacia arriba

Pensé que íbamos a hacer un sesenta y nueve, pero para mi sorpresa me hizo ponerme a cuatro sobre la cama, espere para ver que hacía; tenía clarísimo que no le iba a dejarme follar... (Consideraba que el acto en sí, guardaba demasiada intimidad y no estaba dispuesto a compartirla de nuevo con un desconocido).

Se agachó tras de mí, y sin preámbulos de ningún tipo, me abrió las cachas y me empezó a chupar el agujero... Su lengua era suave, pero cada vez que se abría paso a mi interior, me rozaba con la barbilla, los pelillos de ésta, aunque cortos, eran duros y raspaban mi orificio. Tarde un poco en acostumbrarme a aquella, en principio desagradable, sensación... Pero a la vez, que su caliente saliva calaba en  mi ano, la percepción que tuve, pasó a ser de lo más placentera.

Lucio, de vez en cuando paraba el ritmo de sus lengüetazos, y escupía sobre mi agujero, empapándolo con su ardiente baba... Apartaba mis glúteos, para dejar paso libre a su paladar, y proseguía con la tarea, me estaba dando una muy buena comida de culo, y todos aquellos a los que alguna vez nos la han practicado, sabemos  cuál es la diferencia, entre un buen beso negro y uno que no lo es.

No encuentro palabras para describir el placer que sentía, mi pensamiento era un idioma de signos sin sentido y me dejaba llevar....Por eso cuando el camarero empezó a hurgar con sus rudos dedos en las paredes de mi ano, no me quejé, al contrario intente relajarme para que cumpliera su cometido.

 

-Amigazo, aquí sólo estoy botando corriente.

 

-¿Perdona?- le dije con total perplejidad; no entender sus palabras, me sacó súbitamente, de  mi muy  placentero estado.

 

-¡Que no hay manera, que aquí no me entra...!

 

Mire el rostro de Lucio, era como el de un niño al que se le había pinchado la pelota, no tenía planeado que me follara, pero me había puesto tan caliente y una tristeza tan tierna invadía su rostro,  que haciéndome dueño  de la situación le dije:

 

-¡Hombre de poca fe....! No, te veo yo a ti, como alguien a quien las dificultades le hagan desistir- dije en un tono despreocupado y levantándome  de la cama, busqué algo en un cajón en la mesita de noche.

- ¡Toma! Veras como con esto es más fácil y esto para que te lo pongas.

 

Fue darle el gel  lubricante y los preservativos y en su cara, el gesto de tristeza, se transformó en una morbosa sonrisa.

 

-No es por menospreciarte, pero me han entrado cosas mayores... Así que no creo que tengas problema.- me escuchaba y no podía creer lo que estaba diciendo, ni como estaba actuando, ¡yo haciendo alardes de controlar la situación!

 

-No es cuestión de talla, es cuestión de que nunca falla...-dijo Lucio con cierta chulería y  una  encantadora sonrisa, a la que no pude evitar estampar un beso.

 

Me coloqué de nuevo a cuatro sobre el borde de la cama, los ásperos dedos del camarero volvieron a recorrer mi agujero, esta vez lubricados como estaban tuvieron más fácil acceso a mi interior, jugó durante un rato a dilatar a mi esfínter... Una vez lo consideró oportuno,  se puso un preservativo, volvió a echar lubricante, esta vez, sobre la goma que cubría su pene e inició la  penetración, muy suave al comenzar y al comprobar, como  mi cuerpo se convertía en  su casa, aumentó el ritmo....

Decir que me proporcionó placer, es decir poco, todos sus sentidos estaban volcados en lograr mi gozo... Entraba y salía de mi ano, al ritmo que mi cuerpo le marcaba... Nunca antes me habían follado así, el cuerpo de Lucio rezumaba energía a raudales y esta se introducía en mi cuerpo a través de mi esfínter....

No sé qué porción de  tiempo estuvo embistiendo su cuerpo contra el mío... Solo sé que una sensación desconocida hasta el momento invadió toda mi persona… Me estaba corriendo sin tocarme siquiera... Me había derramado sobre las sabanas de la cama, mientras el camarero continuaba con su incansable mete y saca... Poco después. Cuando fue consciente de que yo había llegado al orgasmo, Lucio aceleró el ritmo, para culminar pegando un pequeño grito; señal inequívoca de que él también había alcanzado el éxtasis.

Permanecimos unos breves minutos sobre la cama abrazados, el camarero me acariciaba la espalda sin parar, a la vez que me daba  continuados besos sobre mi cuello...

-Una pena, nene- me dijo con una voz ronca,  pero llena de ternura

 

-¿El qué es una pena?- dije sorprendido, teniendo como primer pensamiento, que aquello no le había agradado.

 

-Que seas de fuera... Si no me arrejuntaba contigo.

 

Estaba claro que sus palabras, tenían la misma trascendencia, que cuando en mi tierra se dicen cosas como: “Te voy a poner un piso”. Son palabras que brotan con la locura pasional del momento y con una única finalidad: agradar a quien está contigo. Mas pese a todo ello, mi reacción ante tal evidente declaración fue abrazarme a él y dejar que nuestros labios se unieran plácidamente.

 

Aproximadamente quince minutos más tarde, después de una merecida ducha, Lucio, me daba un corto beso de despedida y yo me quedaba tras la puerta de la habitación del hotel, con esa maldita sensación de vacío en el estómago.

 

Una vez hube adecentado un poco el dormitorio, hice la llamada obligatoria a Juan José. Éste tardo un poco en responder, cuando lo hizo,  se escuchaba una estridente música, de fondo.

 

-Sí dime ¿Ya se ha ido tu “Ricky Martin”?- dijo JJ en su particular tono irónico.

-Sí, ya estoy solo .Cuando quieras, ya te puedes subir y ¡gracias, hombre!

 

-Tú dame las gracias, cuando te diga lo que hemos estado hablando Paco y yo.

 

-¿Qué?

 

-Paco quiere subir a la habitación.

 

-¡Pues ya veras, porque yo no me voy!

 

 

-No, si él prefiere mejor que te quedes con nosotros dos. ...-“¿Qué habrá querido decir JJ, con lo de que a Paco no le importa que yo me quede?  ¡No, no puede ser lo que estoy pensando...! Este JJ es bastante descocado, ¡Pero no creo que llegué a tanto!... Y yo tampoco es que esté para muchas verbenas, ¡qué llevo un día que no veas!...”-mis pensamientos eran una amalgama de perplejidad y desorden.

De sopetón, me sacó de mis  absurdas cavilaciones, la estridente voz de JJ:

- ¡Oye, no te quedes callado! ¡Di algo hombre!

- ¿A ti... a ti, te da igual?- pregunté, con una  entrecortada voz.

- ¡Sí, cojones! Así recordamos viejos tiempos.- las palabras de JJ, estaban cargadas de una apasionada alegría-  Entonces, ¿qué le digo?

-Sí, dile que sí... Por cierto ¿Tenéis viagra?- No entendía, porque carajo pregunté por la viagra... Era como si alguien hablara por mí. Y es que en aquellas vacaciones, me había echado de cabeza a la piscina de la poca vergüenza.

- ¿Qué? ....- JJ no salía de su asombro- Sí, hombre. Paco creo que lleva algunas pastillas encima… Pero...,- por un momento, permaneció en silencio, para concluir diciendo, en tono jocoso- ¡que cabronazo estás hecho!

Cuando colgué el teléfono, una sensación pecaminosa llenó todo mi ser... Desconocía si me arrepentiría  del paso que estaba dando. Pero en aquel momento, mil mariposas revoloteaban en mi estómago, transmitiendo por todo mi ser una agradable y placentera inquietud.

Lo cierto y verdad era que, desde que JJ se hartó de mis “jueguecitos” (más bien de como alterné nuestra relación, con la de mi novia), no habíamos vuelto a intimar. Pero estaba tan completamente desinhibido, aquellas  vacaciones, que aquello no parecía importarme… ¡Coño, si más bien parecía un alemán en Ibiza, que un sevillano en Galicia!

Buscar explicación para cada cosa que hago, va implícito en mi ADN, mas por más que hurgué en mi mente, buscando una respuesta de por qué hacia lo que hacía… Mi cerebro, no me dio ninguna que satisficiera mis inquietudes. Pues, la salvaje atracción, que estaba comenzando a sentir por Paco; no me parecía  una razón de suficiente peso, para la locura que estaba a punto de cometer: volver a tener sexo con JJ, con todas las consecuencias que ello podía acarrear para nuestra amistad.

¡Vaalee! El gallego estaba bastante bien; cuarenta años bien llevados, por su tono muscular, se notaba que se cuidaba, tenía  esa apariencia de macho que tanto me pone y –si hacía caso a JJ- un buen cipote entre medio de las piernas… El gallego tenía un muy buen polvo ¡No sé porque carajo me tendré que pensar tanto las cosas! En fin… ¡Ya arreglaré las cosas con mi amigo! –pensé, mientras asimilaba por completo, el arriesgado paso que estaba dando.

Deseaba ansiosamente que entraran por la puerta y comprobar, si la cosa funcionaba  o no.

Mientras aguardaba su llegada,  se me ocurrió la “feliz” idea de ponerme el pijama, por aquello de darle más morbo al asunto; JJ y Paco, no tendrían más remedio que desnudarme.

Fue sentir, como el pomo de la puerta se movía y el corazón me dio un respingo. Al poco, vi como Paco y mi amigo entraban en la habitación; estaba tan nervioso, que las manos me sudaban y un escalofrío recorría mi espalda. JJ al verme, cruzó sus brazos sobre su pecho; diciéndome en un tono  mitad reproche, mitad sorna:

-¡Tú que haces vestido así! ¿Eso no querrá decir que te has arrepentido?

-¡No, hombre! Prefiero que seáis quienes me quitéis la ropa- a pesar de que mi ronca voz, intentaba sonar sensual, creo que rozó el patetismo. ¡Glupp…!

-¡Pues hijo mío,  podías haberte puesto otro pijamita, que ese se la agacha al más pintado!

-¡Que burro eres Juan José!- quien así hablaba era el gallego. Tanto más conocía al tío, mejor me caía- Yo le quito el pijama y descubro lo que hay debajo, si tú no quieres.

Tras decir esto, avanzó hacia mí. Se sentó a mi lado y comenzó a acariciarme. El roce de sus manos en mi pecho, me transmitió una sorprendente sensación, mezcla de fortaleza y ternura por igual. Estuve  tentado de darle un beso y todo, pero la vergüenza me lo impidió. Una vez dejo mi torso desnudo…Sus manos recorrieron mi tórax… La situación me superaba y de largo,  máxime teniendo a JJ como voyeur. Así, que como ya no me quedaba nada que perder, y sí mucho que ganar. Me dirigí a el tercero en discordia, de manera desafiante:

- Y tú que, ¿te vas a quedar ahí mirando?

Lo que sucedió a continuación, dejo mis expectativas a ras del suelo. Sin ningún reparo, mi amigo se metió entre Paco y yo... Nos echó el brazo por los hombros a ambos y sin darnos tiempo a reaccionar, me dio un intenso beso... al sentir su boca junto a la mía, el recuerdo del sabor de sus labios, regresó a mí. Sin reservas, me abandoné al placentero acto. No sé, que trazas se dio JJ, pero antes de que me pudiera  dar cuenta; los labios de Paco se nos unieron... Nunca antes había besado a dos personas a la vez, nunca antes había disfrutado tanto con un beso.

Lo que sucedió después, es complicado de describir; mientras prolongábamos el beso, las manos de cada uno de nosotros tres, buscaron  el cuerpo de los otros dos, dando como resultado, una maraña de brazos, impulsados por la fogosidad y la pasión.

La lujuria se apoderó de los tres y en desbocados movimientos, buscábamos acariciar el sexo de nuestros acompañantes. Cuando nos quisimos dar cuenta, estábamos inmersos en una coral de caricias y deseo.  Mi mano derecha alcanzó la polla de Paco; y al palpar esta en todo su esplendor; comprobé la veracidad de las palabras de JJ: el gallego estaba provisto de una  muy buena caña....

Al poco, sentí las manos de mi amigo intentando arrebatarme el maravilloso instrumento. Cuando fue consciente, de que de ningún modo estaba  dispuesto a compartir mi trofeo, sus manos se dirigieron hacia mi polla. La cual, ya se encontraba tiesa y dura como una roca.

Paco, despegó sus labios de los nuestros y con un tono imperioso, me ordenó que le comiera la polla. No soy muy amigo de que me den ordenes, pero en situaciones como esta; soy partidario de pasar un poco la mano. (Y lo que haga falta.) Segundos después, mis labios se cerraron  alrededor del delicioso manjar.

Al mismo tiempo que, chupaba el increíble carajo, mis ojos observaron como Paco se desprendían de la camiseta; mostrando en ello, un atractivo torso peludo...  Desvié mi mirada y busqué  los ojos de JJ, éstos rebozaban de lujuria.

La escena de ver como avanzaba hacia nosotros, quitándose al tiempo la ropa de forma frenética, parecía salida de una comedia de adolescente americana. Pude comprobar, sin pudor, que  mi amigo seguía tan delgado como siempre, pero la madurez le había  sumado atractivo; así que cuando lo veo como su madre lo trajo al mundo; no puedo evitar sentirme preso del deseo. El tío tenía ya la cuatro década; pero era evidente, que  se conservaba bastante bien y todavía, era merecedor de muy buenos polvos.   

Una vez se desnudó por completo, se unió a nosotros. Lo que hizo, me sorprendió someramente; colocó su boca junto a la mía y comenzó a pasar, de manera impudorosa, su lengua  por el tronco del cipote del gallego.

Por el gesto de Paco, la sensación de tener dos bocas mimando su garrote, tenía que ser lo máximo; pues se puso a gemir de manera incontrolada. Y es que mi amigo y yo, en un acto de plena  complicidad, nos volcamos en darle placer, a la buena verga del gallego y al unísono,  le propinábamos unos lametones  ¡de padre y muy señor mío!

 De vez en cuando, JJ me daba unos  breves besos, pero intensos. Besos, que no hicieron sino alimentar mi confianza; pues automáticamente, borré de mi mente la idea de que lo que estábamos haciendo era una locura....   “¡Y qué coño!-pensé- ¡Qué me quiten lo “bailao”!”

Sin tener en cuenta a JJ, para nada. Comencé a mamar el nabo de Paco de manera descontrolada. En parte, porque me apetecía chupar y saborear aquel nabo como se merecía y, por otro lado, porque quería demostrarle a mi amigo, que ya no era tan mojigato como él pensaba.

Pero mis “progresos” parecieron importarle bien poco a JJ, pues de manera bastante  despreocupada, agachó su cabeza en busca de mi polla... Lo que encontró, no cumplía sus expectativas: una polla flácida, ni siquiera un poquito morcillona... ¡Blanda y encogida como ella sola!

-Tío, que te pasa... ¿Estás nervioso?

-No, por supuesto que no. Es que llevo un día que no veas... Además estoy bastante cansado... Pero no os preocupéis por mí

- ¡Como coño no nos vamos a preocupar! Aquí o jugamos todos o no juega nadie.-JJ permaneció unos segundos en silencio, como si cavilara algo, para terminar diciendo- ¿Por eso preguntaste lo de la viagra? ¡Qué cabronazo estás hecho!

Escuchó a JJ, y no doy crédito, sonrojado miré a Paco.  “¡Este JJ, es el descaro personificado!-pensé-Después argumentará, que todo es un problema mío, que no tengo asumida mi sexualidad.”

-Paquiño, ¿tienes por ahí una pastillita azul...? ¡Es que el muchacho está senil!- Y como si no me hubiese hecho ya pasar bastante vergüenza... Siguió tomándoselo a cachondeo… Porque sé que no tiene mal fondo...

¡Pero confieso, que en momentos como aquel, me entraban ganas de irme para él y estrangularlo!

Paco rebuscó  entre sus cosas y le  dio  una píldora a mi amigo. No las había visto nunca y me sorprendí al comprobar que eran unas píldoras normales y corrientes. Azules, pero sin más historias. (La verdad, es que no sé cómo esperaba yo, que fuese la dichosa viagra, por mucho que pusiera la churra dura...)  Antes de que pudiera ser consciente, tuve a mi amigo abriéndome la boca e introduciéndome la pastilla en ella, en un acto propio de un vodevil.

- Mi niño se toma la pastillita y se va poner bueno, bueno- ese es mi JJ, primero te saca de tus casillas y después tienes que terminar riéndote con sus gansadas. ¡Todo un personaje!

Lo que pasó a continuación, me dejo harto sorprendido: Juan José se metió mi flácido miembro en la boca; es simplemente que sus labios comenzaran a jugar con ella de manera primorosa y mi polla, a los pocos segundos,  se puso dura como una piedra, no sé si fue la sugestión o los efectos de la droga; pero hasta creí  sentir, como la sangre bombeaba a través de mi verga.

Me agaché ante Paco y le metí una mamada de campeonato, en parte por lo caliente que me he puesto, en parte, motivado por el ferviente trabajo que estaba realizando JJ en mi entrepierna.

La sensación de placer era casi suprema, una caliente boca en la polla y un enorme cipote entre los labios. Si no hubiera sido, porque de vez en cuando JJ se sacaba mi polla  de la boca, para decirme cosas como: “¡Qué rica está!” o “¿Te gusta lo que te estoy haciendo, cabrón?; hubiera pensado que no era real. Continuamos entregados al disfrute del sexo oral, unos minutos más aún. Hasta que JJ, detuvo su mamada  diciendo:

- Paco, se me está ocurriendo una idea

No sé cómo se las apañó el bueno de JJ, pero  con un simple ademán, hizo que Paco le chupara la polla;  a continuación,  se metió mi rígido miembro entre los labios. En unos segundos, había formado una  circular cadena humana; unida por los firmes engranajes de nuestras pollas y bocas.

Yo seguía disfrutando como un enano, no sólo me estaban metiendo una mamada de escándalo; sino que tener en mi cavidad bucal, el cipote del gallego, me estaba complaciendo más de lo que esperaba.

Tras unos breves  e intenso minutos, en los que los tres, nos encontrábamos mecidos por los placeres del sexo bucal.  Vi como Paco cesaba de chupar el nabo a JJ; al poco, su lengua probaba las mieles de otra parte del  cuerpo de mi amigo. La sensualidad con la que separó sus glúteos e introdujo su lengua entre ellos; hizo que mi polla vibrara de manera prodigiosa.

Si tenía alguna duda de si JJ, se lo estaba pasando bien, se borraron al ver como se estremecía por el gozo, al mismo tiempo que de su garganta escapaban roncos quejidos; estaba disfrutando tanto, que se vio obligado a interrumpir, la primorosa mamada que me está dando.

Verlo moverse sobre las sabanas, como una salvaje marabunta, me distrajo un poco. De inmediato, volví a poner todo y cada uno de mis sentidos en la tarea que estaba realizando: una buena mamada,  tan buena, que creo que el gallego- al igual que yo- tardó mucho tiempo en olvidarla...

Hubo un momento, en el cual el resto del mundo dejo de existir; mi universo se reducía a la comunión de mis labios, con el viril miembro de Paco, todos mis sentidos estaban rendidos a los placeres del sexo oral…

De improviso, como de una pausa para la publicidad se tratase, Paco apartó, sin contemplaciones, su verga de mi boca…

Sin dejarme tiempo a reaccionar, se levantó de la cama y sin darnos explicaciones de ningún tipo, nos pidió un  preservativo... A pesar de mi perplejidad, comprendí que los preámbulos habían concluido, que en aquel momento comenzaba lo bueno; para que me entiendas y haciendo el  símil con un concierto de rock; todo hasta el momento había sido una especie de grupo telonero. La verdadera estrella estaba a punto de pisar el escenario ¡Estaba deseando escuchar y ver a los Rolling Stones!

Ante mis ojos se presentaba una escena de lo más morbosa, el delgado cuerpo de JJ; de rodillas al filo de la cama, encorvando las caderas en pos de sacar el pompis hacia fuera. Tras él, en una pose virilmente lujuriosa Paco endureciendo su cipote, con un suave masaje. ¡Qué buena y hermosa  polla, lucía el mozo!  Lo cierto  era que el “gallegiño”, no tenía desperdicio alguno... Tenía un buen físico, parecía buena persona y por lo que estaba comprobando: un buen amante.

Sin más ceremonia,  se colocó detrás de mi amigo, empujó un poco hacia bajo  su zona lumbar y la puso a la altura de su inhiesto miembro, para terminar acomodando, suavemente, su verga en el interior del esfínter de JJ. Al poco, una vez comprobó que éste había dilatado lo suficiente. Comenzó a mover sus caderas, en un compulsivo mete y saca.

Visto lo visto y que el único que no estaba participando en el excitante juego era yo, me agaché ante mi enculado amigo e inicié una pequeña, pero pasional mamada. Mi lengua jugaba con su  excitado capullo, del cual emanaba un salado liquido pre seminal… Su sabor, me rememoraron tiempos pasados; momentos que la cordura, sabía que  deberían quedarse en el pasado y no volver...Pero, viviendo el presente, me lancé a disfrutar de lo que tenía a mi alcance; y lo que en principio iba a ser una pequeña mamada, se convirtió en una mamada en toda regla...

-¡Pedazo... de Master... que te has...hecho... desde la... última vez!- volcado  como estaba en  disfrutar del momento, a JJ apenas le salía la voz del cuerpo - ¡ Joeeer, … como la mamas!

Me saqué  su polla por un momento de la boca y en un tono mordaz, pero decorado con una amplia sonrisa, le dije:

- He tenido muy, pero que muy buen maestro.

Pero lo mucho que disfrutaba con el hermoso capullo de mi amigo entre los labios; al gallego parecía  traerle al fresco. Pues en un afán, de conseguir más placer, con la tremenda follada que le  estaba pegando a mi colega. Tiende  a JJ sobre la cama y sigue penetrándolo en una postura similar al misionero. Por lo que me impide a mí, seguir chupando el delicioso pirulí.

Al incorporarme, mi tieso miembro, quedó casi a la altura de la boca de mi amigo, circunstancia que éste aprovechó para meterla entre sus labios  y a regalarme una mamada de las que hacen época. “¡Como la chupa el muy cabrón!”- pensé. En un par de ocasiones, tuve que echarme un poco para atrás y todo, para no eyacular… Correrme, era lo último que quería en ese momento.

En el preciso instante, que más disfrutaba  de los lametones de JJ; este se detuvo y de un modo, que rozó lo vulgar, le pidió al gallego que dejara de follárselo; que  prefería mejor,  que yo ocupara su sitio.

Me solicitó que me sentara en el sillón que había  en la habitación, me dio un preservativo. Una vez concluido con  los oportunos preparativos, se sentó sobre mí; mirándome a la cara fijamente, con un gesto indecoroso.

Mi polla, dilatado como estaba, le entró con una facilidad pasmosa. ¡Qué habilidad tiene el cabrón para  hacer gozar! Se movía sobre mi pene  como nadie lo había hecho. No sé cómo lo hace; pero  es capaz de contraer y dilatar el musculo de su esfínter de una manera, que para mí se me hace incomprensible.

Es tal  la satisfacción que me concedía, que no podía reprimir que mi repertorio de muecas extrañas, salieran a la superficie, a la vez que gemía como una mala bestia.

Mis descompasados suspiros fueron silenciados por Paco, quien sin complicidad alguna por mi parte, me metió bruscamente, su herramienta en la boca. Sentir como me follaba JJ (porque la verdad es que era él, quien llevaba la voz cantante) y saborear aquella dura y sabrosa verga, superó con creces a lo que esperaba de aquel día... ¡Qué vaya día! ¡No creo que lo olvide nunca!...

JJ demostraba seguir siendo, la bomba sexual que era cuando lo conocí. No sé cómo lo hace, pero sabe prolongar el placer hasta el límite; y cuando crees que vas a llegar al orgasmo, es capaz de contenerlo... Yo por mucho, que lo he intentado, no he conseguido –ni de lejos-llegar a controlar mi esfínter como él lo hace.

Fuera como fuera, tras un rato de infinita satisfacción... JJ, de forma ruda, apartó el cipote de Paco de mi boca; algo que tengo que reconocer, me molestó un poco. Lo que dijo  a continuación,  me sentó aún peor:

-Paquiño, ¿Es usted tan amable de ponerse un condón?

Observé al gallego enfundarse el preservativo,  a la vez, que  me invadió una sensación de frustración. La posibilidad de correrme penetrando a mi amigo, se esfumó; por lo visto, éste prefería algo más enorme acariciando sus entrañas. Al hacer ademán, de quitarme para dejar sitio a Paco, mi amigo me detuvo y con total desparpajo, me dijo:

-¿Dónde vas chiquillo? Si hay sitio para los dos

Escuchaba las palabras de JJ y no daba crédito. “¡Me está proponiendo una doble penetración!”-pensé-“¡A este niño se le han ido las entendederas!”.

 

No sé qué tipo de cara le tuve que poner, pues la única respuesta que obtuve de mi amigo fue una sonrisa pícara, dibujada en un rostro de niño travieso.

Paco estaba igual de sorprendido que yo y a pesar que en su ojos, ante la inesperada propuesta de JJ, se podía apreciar como brillaba un lujurioso deseo; lanzó una pregunta, que para mí,  fue  más producto de la incredulidad que de la cortesía.

- ¿Estás seguro de que va a caber?

- Sí, si han entrado dos  otras veces, no sé porque no ha de hacerlo ahora.- contestó JJ, con un tono propio de un mocoso redicho.

La escena que aconteció a continuación, era excitante y surrealista por igual. Yo hasta aquel momento, lo  de las dobles penetraciones y tal, a pesar de haberlo visto en alguna que otra película; no me lo creía mucho.

Y a pesar de lo que veía el ojo, yo pensaba que era algo, que se debía más a efectos especiales y trucos de cámara, que a otra cosa.

Por eso, cuando Juan José levantó el trasero para dejar pasar la polla de Paco, una lujuria fantasiosa se apoderó de mis pensamientos. Ya no era persona, era como vulgarmente se dice: “Todo polla”.

Cualquier cosa distinta del sexo, no tenía cabida  en mi mente. Fue sentir como el cipote del gallego, chocaba  con el mío e intentaba ocupar mi sitio y una sensación inexplicable empapó cada uno de mis sentidos.

Tras unos intensos segundos de forcejeo, conseguimos dilatar el estrecho agujero, hasta el punto de  que ambas albergaron  en su interior. Miré detenidamente a mi amigo, en su rostro se dibujaba una dolorosa mueca; aunque no decía nada, aquello le debía doler una barbaridad. A mí al principio, la sensación de estar comprimiendo mi polla con la de Paco, en aquel pequeño espacio; me resultaba molesta. Pero a los pocos segundos, el sentir el calor del ano de JJ y al mismo tiempo, el roce con el miembro de Paco, me puso como una moto.  Observé de nuevo a JJ, en su rostro ya no quedaba  ningún atisbo de dolor; se mordía los labios, como reflejo, del placer desmesurado que estaba recibiendo.

Cada vez que Paco, en una sensual danza, empujaba su miembro al interior del  ya dilatado esfínter. Una satisfacción  indescriptible recorría mi ser. No es lo que hacíamos, era la conexión que había entre los tres.  Paco me caía bien y además, sentía hacia él, una salvaje atracción animal. JJ siempre ha sido, una  de las personas con que más confianza tengo, y aquel sexual momento nos   unía a unos niveles, que para mí, eran insospechados.

Mi colega comenzó a gemir, prolongada y placenteramente, al mismo tiempo que en su rostro, se pintaba una mueca, que rozaba lo compulsivo; es normal, que no me sorprendiera, cuando al poco, sentí  un caliente chorro de semen resbalar por mi tórax;  aquel acto, fue el resorte, para que tanto Paco como yo, en unas cuantos y leves movimientos, alcanzáramos  en sintonía   el éxtasis.  A continuación, nos derrumbamos  cual muñecos rotos, sobre el tórax de Juan José.

Tras unos minutos de descanso, nos reincorporamos.... Paco, en una muestra de cariño dio  un leve beso a JJ, fue apartar sus labios y pedirle permiso para darse una ducha.

Mientras Paco estaba  en el baño, mi amigo clavó su mirada en mí. Y es que nunca una cara había sido más el reflejo de un alma.; había fruncido el ceño, los ojos se me habían  apagado y la alegría en  mi rostro, había dejado paso a la culpa. Lo que acababa de suceder, podía abrir una puerta que a JJ, podía causarle mucho daño. Otra vez...

- ¿Un “bin laden” por tus pensamientos?- las palabras de mi amigo, desprendían esa alegría innata en él.

- Me lo he pasado bien... pero...- arrastré mis palabras, como temiendo enfrentar lo que pudiera decir a continuación.

-Esto no significa nada para mí, no te preocupes no lo voy a pasar mal... Además, si una noche no ligamos, siempre nos podemos consolar mutuamente

Sus palabras sonaron sincera, como casi todo en él. Calmada mi preocupación por lo ajeno; empecé a interesarme por mi persona. En especial, por el estado de lo que tenía en la entrepierna.

-Vale...  Una pregunta... ¿Esto cuando se me va a bajar...?

- Pues eso hasta mañana, te va a durar... Hoy después de comer, todavía estaba yo un poquito de aquella manera... Si te quieres hacer una paja por mí no te cortes, ¡pero a mí me dejas tranquilo! – me dijo riéndose abiertamente el muy cabrón, ¡cómo a él no le dolía!

-No, si ganas no tengo, lo que pasa es que duele un poco...

- Pues te jodes como Herodes... ¡Tanto experimentar... tanto experimentar!

Cuando Paco salió  del baño, cogió su ropa y se vistió rápidamente; me dio la sensación de que tenía prisa. Me dio un leve beso en los labios y a continuación, envolvió a JJ entre sus brazos y le regaló un beso que resumaba cariño, a más no poder. ¡Cuánto unen unas buenas sesiones de sexo!

Mientras mi amigo se despedía  para siempre del gallego, yo llamé por teléfono a recepción, pidiéndoles que me llamaran  a las nueve. Cuando JJ, fue consciente de ello, me miró con asombro y me preguntó:

-¿Tú que tienes que hacer mañana tan temprano?

- Recoger los pantalones.

Nota del autor: Apreciado lector. Acabas de leer el Tercer acto de la serie “Sexo en Galicia”. En él, he recopilado tres relatos previamente publicados por mí en esta página. (Por eso la ® del título) Los relatos en sí son: “Comer, beber... Charlar)” “Living la vida loca” y “4, 3, 2,1” Confío en que te hayan gustado...

Sí no lo conocías, y quieres leer la continuación. Esta ya está en mi perfil y se titula: “Sexo, viagra, y unos pantalones anchos de cintura (Epílogo)”

De todas maneras, hace poco publiqué una guía de lectura, que te puede servir de ayuda.

 Si comentas el relato. Sabré lo que piensas, sobre él. Y como siempre, gracias por leerme. Esta historia, no sería la misma sin ti al otro lado.

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Vivir sin memoria

El libro de la vida sexual

Reencuentro con mi ex

Punta Candor siempre llama dos veces

Hombres Nextdoor

Mundo de monstruos

Dejándose llevar

Guía de lectura año 2017

Dejar las cosas importantes para más adelante

Una proposición más que indecente

¡No hay huevos!

Ignacito y sus dos velas de cumpleaños

El chivo

La mujer del carnicero

Iván y la extraña pareja

El regreso de Iván

Guerra Civil

Las tres Másqueperras

Toda una vida

Objetos de segunda mano

Follando con el mecánico y el policía (R) 2/2

Follando con el mecánico y el policía (R) 1/2

Ni San Judas Tadeo

La invasión Zombi

Seis grados de separación

¡Arre, arre, caballito!

La más zorra de todas las zorras

Un baño de sinceridad

Barrigas llenas, barrigas vacías

No estaba muerto, estaba de parranda

Dr. Esmeralda y Mrs. Mónica

Yo para ser feliz quiero un camión

Tiritas pa este corazón partio

Corrupto a la fuga

Un polaco, un vasco, un valenciano y un extremeño

El de la mochila rosa

La jodida trena

Tres palabras

Hagamos algo superficial y vulgar

Pensando con la punta de la polla

Quizás en cada pueblo se practique de una forma

Gente que explota

Guía de lectura año 2016

En unos días tan señalados

Desátame (o apriétame más fuerte)

De cruising en los Caños

Putita

Sé cómo desatascar bajantes estrechos

Este mundo loco

Como conocí a mi novio

No debo hablar

El secreto de Rafita

¿De quién es esta polla cascabelera?

Me gusta

Me llamo Ramón y follo un montón

Doce horas con Elena

El pollón de Ramón

Dos cerditos y muchos lobos feroces

El ciprés del Rojo

Follando por primera vez (R) 2/3

Follando por primera vez (R) 3/3

Follando por primera vez (R) 1/3

Estrenando un culito muy delicioso

El mirón de las duchas

Orgia en el WC de los grandes almacenes

Once pollas para JJ

Prefiero que pienses que soy una puta

Homofobia

Adivina quien se ha vuelto a quedar sin ADSL

¡Terrible, Terrible!

Bukkake en la zona de descanso

Mi primera vez con Ramón

Tu familia que te quiere

Si no pueden quererte

Mía

Infidelidad

Dos adolescentes muy calientes

Ocho camioneros vascos

Parasitos sociales

El pollón del tío Eufrasio

Violado por su tío

Talento

Somos lo que somos

Sexo en Galicia: Dos en la carretera

Tres pollas y un solo coño

De amor se puede vivir

Duelo de mamadas

¡Se nos da de puta madre!

Dos hermanos

¿Dónde está la oveja de mi hermano?

¿Por qué lloras, Pepito?

El MUNDO se EQUIVOCA

Todo lo que quiero para Navidad

Como Cristiano Ronaldo

Identidad

Fuera de carta

Los gatos no ladran

Su gran noche

Instinto básico

TE comería EL corazón

La fuerza del destino

La voz dormida.

Como la comida rápida.

Las amistades peligrosas.

El profesor de gimnasia.

Follando: Hoy, ayer y siempre (R)2/2

Follando: Hoy, ayer y siempre (R) 1/2

El ser humano es raro.

La ética de la dominación.

¡Ven, Debora-me otra vez!

La procesión va por dentro.

Porkys

Autopista al infierno.

El repasito.

José Luis, Iván, Ramón y otra gente del montón.

El sexto sentido.

Cuando el tiempo quema.

Mi mamá no me mima.

La fiesta de Blas.

¿Por qué lo llaman sexo cuando quieren decir amor?

Sin miedo a nada.

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

¡Qué buena suerte!

El rumor de las piedras.

Dios odia a los cobardes.

Tres palabras.

Guía de lectura segundo semestre 2.014.

Como un lobo.

Solo Dios perdona.

El padrino.

Perdiendo mi religión.

Adiós Francisquito, adiós.

Pequeños descuidos.

La sombra de una duda.

Mis problemas con JJ.

Unos condones en la guantera.

La voz dormida.

Follando con mi amigo casado.

Si pudieras leer mi mente.

Bésame, como si el mundo se acabara después.

Si yo tuviera una escoba.

Guía de lectura primer semestre dos mil catorce.

¡Cuidado con Paloma!

La lista de Schindler.

Nos sobran los motivos.

La masticación del tito Paco.

Viviendo deprisa.

El blues del autobús.

¿Y cómo es él?

¡Voy a por ti!

Celebrando la victoria.

Lo estás haciendo muy bien.

Vivir al Este del Edén.

Hay una cosa que te quiero decir.

Entre dos tierras.

Felicitación Navideña.

37 grados.

El más dulce de los tabúes.

Desvirgado por sus primos gemelos

Las pajas en el pajar

Para hacer bien el amor hay que venir al Sur.

Tiritas pa este corazón partio

Valió la pena

1,4,3,2.

¡Se nos va!

En los vestuarios.

Lo imposible

Celebrando la victoria

La procesión va por dentro.

El guardaespaldas

El buen gourmet

Mariano en el país de las maravillas.

Tu entrenador quiere romperte el culo(E)

Retozando Entre Machos.

Culos hambrientos para pollas duras

La excursión campestre

¡No es lo que parece!

Mi primera vez (E)

Vida de este chico.

Follando con mi amigo casado y el del ADSL? (R)

Follando con 2 buenos machos: Iván y Ramón

Trío en la sauna.

Nunca fuimos ángeles

Desvirgado por sus primos gemelos (E)

Como la comida rápida

La misión

Follando con mi amigo casado

La churra del Genaro

Uno de los nuestros

Sexo en Galicia: Tarde de sauna (R)

2 pollas para mi culo

El cazador.

Los albañiles.

Jugando a los médicos.

Algo para recordar

Mis dos primeras veces con Ramón (E)

A propósito de Enrique.

Guia de lectura y alguna que otra cosita más.

Culos hambrientos para pollas duras

En los vestuarios (E)

Celebrando la derrota

Sexo, viagra y unos pantalones anchos (Epilogo)

No quiero extrañar nada.

Punta Candor siempre llama dos veces.

4,3,2,1....

2 pollas para mi culo

Adivina quién, se ha vuelto a quedar sin ADSL

El MUNDO se EQUIVOCA

Follando con 2 buenos machos: Iván y Ramón (R)

Historias de un follador enamoradizo.

Living la vida loca

Sexo en galicia con dos heteros (R)

¿Por qué lo llaman sexo cuando quieren decir amor?

Comer, beber... charlar.

Los albañiles.

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

Regreso al pasado

Follando con mi amigo casado (R)

“.... y unos osos montañeses)”

El padrino

... Bubú.....

El blues del autobús (Versión 2.0)

El parque de Yellowstone (Yogui,....)

After siesta

Sexo, viagra y ... (2ª parte) y última

Before siesta

Sexo, viagra y unos pantalones anchos (1ª parte)

El bosque de Sherwood

El buen gourmet

Como la comida rápida

Pequeños descuidos

¨La lista de Schindler¨

El blues del autobús

Celebrando el partido