Dana me había dicho la mañana después de nuestra aventura.
"Mira mi niña, para ser sexy lo primero es sentirse sexy y tú no te sientes así, y no lo entiendo viendo lo bella que eres y el cuerpazo que tienes a los 17, la sexualidad Andrea comienza en la mente, tú te sientes incapaz de satisfacer a cualquier hombre y por eso crees que Pedro te hace un favor al tener sexo contigo, yo te aseguro que es al revés, a tu esposo le encanta hacerlo contigo y cualquiera se sentiría favorecido y complacido por tenerte y el que tú quieras, el que tú quieras, cambia tu forma de pensar corazón, por ti y por tu hombre, ya que él se muere por ti."
Aunque su comentario me molestó era la verdad, realmente no me sentía sexy, usaba trajes de baño completos pretextando que tengo la piel muy blanca, pero la verdad era vergüenza la que sentía de enseñar mi cuerpo, no me sentía ni sexy, ni atractiva.
A Dana no la volvimos a ver y regresamos a nuestra casa después de una luna de miel deliciosa, pero muy dentro de mi tenía ese sentimiento de culpa de haber orillado a mi marido a una infidelidad en plena luna de miel, yo había manipulado las cosas para que él bailara con Dana, yo los había llevado al camarote sabiendo que el alcohol nos llevaría a lo que hicimos. Y si en casi un año de matrimonio para mi el sexo era bueno y recalco "para mi" bien sé que para Pedro no, ya que tener una mujer pasiva no ha de ser lo máximo. Trataba de ser activa en el sexo, sin embargo los prejuicios de que una mujer casada y "decente" no debe buscar el sexo al menos que su marido lo quiera y que solo debe permitir que su esposo la penetre en la llamada posición del misionero para depositar en ella el semen dominaban mi mente de una forma muy estúpida, sin duda éstas "moralidades" absurdas de mi estricta educación harían que él buscara satisfacción en otra cama y yo no quería ni quiero perder al hombre que adoro, para ejemplificar esos prejuicios sobre la sexualidad, basta decir que las presiones familiares sobre el hecho de no haberme embarazado son terribles y a veces agobiantes. Que difícil es a los 17 años enfrentar el amor por un hombre contra los principios de lo "moralmente correcto". ¿Debería de ser mas sexy, mas puta? era lo que me preguntaba todos los días.
Para festejar mi cumpleaños número 18 mi papá nos propuso usar su condominio en Cancún, villas le llaman, donde tiene cuatro semanas al año con tiempo compartido y decidí no poner en la maleta mis trajes de baño. En esas villas desde hace varios años coincidimos en nuestras vacaciones varias personas que nos hemos convertido en "amigos de semana vacacional". El día que llegamos, nos fuimos a comer a una de las plazas y después entré a una tienda a comprar trajes de baño, y mientras yo miraba los clásicos bikinis Pedro veía unos muy pequeños de esa tela perforada y que se transparentan al mojarse, me acerque a él con un bikini en la mano y le pregunté
-"¿Ese te gusta, quieres que lo compre?"
- "No creo que te lo pongas ni para probártelo"
Me respondió, pero yo escogí dos, y los compré, el solo me dijo
-"De verdad piensas lucir lo bella que eres en la playa?"
Yo sonreí y le dije
- "Donde quieras y como quieras".
Al día siguiente en la villa, me puse el bikini el cual cubría poniéndome encima una playera que me llegaba hasta la mitad de los muslos, sentía vergüenza de quitarme la playera, pero al bajar a la playa me sentí mas tranquila ya que lo usual son bikinis pequeños y top-less y venciendo mis temores me quité la playera para acostarme bajo el sol a broncear mi piel blanca, Pedro estaba a mi lado, y cuando se levantó por unas bebidas un chico de unos 20 años se acercó a mi para hacerme plática, pero al ver que era yo cortante se retiró, Pedro que había observado la escena me dijo
"Ya ves, así se te acercan como abejas a la miel, ¿ya empiezas a sentirte atractiva?"
Yo no contesté como demostrando mi desinterés pero en el fondo me gustó, me gustaba que se me quedaran viendo, me hacía sentir bien, tal vez es por la coquetería femenina, después de un rato le pregunté
-"¿De verdad te gusta que sientan deseos por mi?"
El fue tajante en su respuesta
- "Si, me gusta, es mas me excita ver como te desean, si a eso te refieres"
Cuando me metí al mar, noté que se transparentaba mi bello del pubis y por la noche al bañarme afeité todo mi sexo. Pedro admirado por ver mi pubis depilado, me puso sobre la cama y se puso a lamer todo mi sexo, su lengua recorría mis labios vaginales que apretaba dulcemente con sus labios, sentir su lengua jugar sobre mi clítoris y lamer el perímetro de la entrada de mi vagina me hacía cerrar los ojos y gemir de placer, metía su dedo y lo movía tocando todas las paredes de mi vagina mientras lamía con mucha delicadeza mi clítoris, yo recostada, levantaba mi cabeza para ver lo que hacía, metió su lengua lo mas que pudo en mi vagina mientras con su dedo acariciaba suave pero rápidamente sobre mi clítoris, comencé a sentir contraerse mi vagina, mi ano, mi vientre y cerrando los ojos dejé caer mi cabeza sobre la almohada, él seguía moviendo su dedo y su lengua en mi sexo y mis contracciones continuaban, esto duró mucho tiempo, fué un orgasmo muy largo, pero muy suave, sentía el dedo de Pedro entrar ligeramente en mi ano que respondía a la caricia contrayéndose muy despacio para después relajarse y lo mismo pasaba con mi vagina y todo mi vientre por dentro y por fuera. Solo pude decir:
-"Ohh, Pedro, que delicia, te amo, de verdad te amo"
El se subió a la cama, me besó en la boca y me dijo.
-"Que lindo te vienes amor, me gusta ver como se contraen tus músculos, me encanta hacerte gozar"
Yo sonreí tontamente apenada y él se puso boca arriba en la cama como esperando su turno, yo no sabía que hacer pero simplemente decidí intentarlo, comencé besando su pecho apretando sus pezones con mis labios, me gusta su pecho ancho, fuerte, baje por su vientre hasta su pubis, su miembro estaba erecto y duro, lo observé detenidamente deteniéndolo con mis dedos, nunca lo había observado así tan detenidamente y por muy tonta que les parezca nunca le había visto los testículos, me gustaba, puse mis manos sobre sus testículos y con mi boca apoyé su miembro sobre su abdomen y le pasé la lengua por el glande mojándolo con mi saliva, él solo cerró los ojos y suspiró, tomé su pene con mis manos apretándolo suavemente, era grande, su glande se puso mas rojo, abrí mi boca y la acerqué soltando mi aliento en el, con mi lengua lo recorrí alrededor y lo metí a mi boca que la llenaba con su tamaño, dentro de mi boca movía mi lengua sobre su pene y Pedro solo cerraba sus ojos gimiendo de placer.
Tal vez se dio cuenta de que no sabía yo que más hacer, o que tenía cierto temor a que eyaculara dentro de mi boca y prefirió liberarme de esto diciendo.
-"Ven, déjame hacerte el amor"
Yo me recosté de lado de espaldas a él, me abrazó acariciando mis pechos, mientras besaba mi espalda, bajó besandola para juntar sus labios y pasar su lengua en los hoyuelos que se me forman a los lados de la columna donde comienzan mis nalgas las que acariciaba y besaba al igual que mis piernas y mi cintura, yo tenía los ojos cerrados sintiendo el placer que me dan sus caricias, subió lamiendo mi espalda hasta mi cuello para después levantarme una pierna con su mano y penetrar mi vagina, mientras se movía dentro de mi con sus manos acariciaba mis nalgas, mis pechos, mi espalda, apretaba mi vientre para pegar mi cuerpo al suyo, gemíamos los dos por el placer me decía en medio de esa pasión
"Que bella eres, me encanta tu cuerpo, tus piernas son maravillosas, que ricas nalgas tienes amor, me encanta tenerte así, acariciar tu cuerpo desnudo y entrar en el"
Me puso boca arriba, yo separé mis piernas doblándolas con mis pies apoyados sobre la cama y él se arrodilló frente a mi sexo en medio de mis piernas, yo tenía la cabeza sobre las almohadas y la levanté para verlo, me gusta ver su pecho, el pecho es algo que me encanta de los hombres, él abrazó mis piernas y metió su miembro en mi vagina, y noté algo que me encantó, la piel que cubre mi pubis, hundida por la postura, se levantaba al entrar y salir su pene de mi, puse mis manos ahí sobre la piel justo donde estaba el bello de mi pubis y le dije.
- "Mira amor, toca, siente como estás dentro de mi, siente como te mueves en mi vagina, eres mío ahí es donde me mojas con tu semen caliente"
El tocó mi pubis y lo acarició mientras me decía con voz agitada
- "No hay nada mas maravilloso que venirme dentro de ti mientras nos miramos a los ojos, tu mirada es la causante de haberme enamorado de ti como idiota, no tienes idea de cómo te amo"
Yo estaba como loca de felicidad por escuchar lo que me decía, pero también llena de pasión y la pasión fue la que me hizo preguntarle de forma inconsciente
"¿De verdad quieres que esté así con otro?"
"Así me dejaste estar con Dana y lo disfrutaste"
Me respondió y yo le pedí
"Ven, recuéstate sobre mi, déjame abrazarte
El se puso sobre mi con sus antebrazos apoyados a los lados de mi cuerpo, en esa postura sentía como su pene endurecido acariciaba con mayor fuerza mi clítoris, y de forma inconsciente comencé a mover mi cadera al ritmo de sus movimientos, él solo gemía cerca de mi oído, lo gozaba, lo estaba haciendo gozar.
Sentí venir mi orgasmo, subí mis piernas y las enredé en su espalda y abrazada de su cuello levanté mi cuerpo de la cama deteniendo todos los movimientos, míos y suyos, solté un "aggg" y mis contracciones comenzaron de forma deliciosa, relajante, sentía esa mezcla de amor y placer que satisface plenamente y en medio de mi placer sentí su miembro endurecerse mas, abrí mis ojos y nos quedamos viendo fijamente mientras él que estaba en el fondo de mi vagina comenzó a soltar su semen caliente dentro de mi lo que prolongó mi orgasmo dejándome muy, muy relajada y maravillosamente satisfecha, me apoyé nuevamente sobre la cama y aún con mis piernas en su espalda nos quedamos abrazados y besándonos un rato hasta que perdió su erección y se salió de mi, en ese momento le pregunté.
-"¿Crees que sigo siendo una tonta en la cama?, ¿disfrutas el sexo conmigo?"
El me respondió
-"Amor, esto debe ser cosa de dos, de dos activos dispuestos a gozar y a satisfacerse y tú nunca has tomado la iniciativa"
Yo respondí una idiotez
-"Es que eres mi esposo, no puedo ser una puta contigo, además apenas voy a cumplir 18 años, y con una educación muy especial en cuanto a ser una señora, dame mas tiempo "
El me respondió
"No es cuestión de tiempo Schumi, conmigo tienes toda la vida y si, ya casi tienes 18 años, pero también casi uno de casada y me dices que conmigo no puedes ser una puta ¿y con otro?, piénsalo y no iniciemos una discusión sin sentido"
Ya acostados con la luz apagada le pregunté
"¿Piensas que cogiendo con otro sabré complacerte en la cama?"
El solo dijo
"Te amo Schumí, pero debes entender que somos hombre y mujer y que nada tiene de malo
que disfrutemos del sexo, y si por eso te sientes puta, estás en un error, las putas no disfrutan del sexo solo se dejan coger y de eso viven, pero mejor ya déjalo así"
Yo insistí preguntando
- "¿y que debo hacer?"
El me respondió
"Lo que cualquier mujer hace, obedece tus instintos y deseos, no los reprimas y verás como
disfrutaremos como locos del sexo"
Yo volví al ataque preguntando
- "¿En todo?"
Y él dijo
"En todo reina, en todo lo que al sexo se refiera has lo que quieras, no te reprimas en algo
pretextando que te juzgaré puta, goza del sexo como mujer y libérate de todo eso de sentirte puta y el patito feo, ¡ya amor!, termina con todo eso y vive ya tu nueva vida como mujer casada, libre e inmensamente amada por su esposo, no sé pero deberías salirte de ese colegio de monjas, no sé que ideas les meten de lo que está bien y lo que no, que yo sepa ninguna monjita es casada ¿ o si?"
Ya no insistí y nos dormimos abrazados.
Terminaré aquí esta parte de mis relatos para no hacer cansada la lectura para aquellos que amablemente han querido leer esta realidad de una chica tratando de vencer y liberarse de todos los tabúes y complejos que carga con respecto a la sexualidad y poder ser una mujer sexualmente plena para el hombre que ama.