Me hiciste enojar y por eso me quedé en silencio, subí al cuarto y me metí en la ducha caliente, mientras me enjabono no dejo de pensar que mis manos son las tuyas recorriendo mi piel, ésta costumbre nuestra de bañarnos juntos va a terminar haciendo que me olvide de como hacerlo sola pues hace mucho que son tus manos las que se encargan de enjabonar mi cuerpo, no puedo negar que quedo muy limpia, pero también gastamos mucho jabón, me dan risa mis pensamientos y cierro la regadera.

Terminando de secarme unto mi piel con crema, salgo del baño y te encuentro recostado en la cama vistiendo solo tu ropa interior y mirando la TV, me miras con deseos de decirme algo pero te detienes, seguro que notaste mi enojo y piensas que te responderé algo que prefieres no escuchar, pensaba decirte que así son los hombres pero la verdad es que así somos todos, nos gusta discutir, pero bien sabes que cuando me enojo prefiero el silencio antes de que el calor de la discusión me haga decir algo de lo que después me arrepentiré, una palabra mal dicha puede herir al otro y aunque se olvide la herida queda y al ir sumando pequeñas cicatrices el amor se endurece y se convierte en costumbre e indiferencia, es mejor el silencio cuando uno se enoja.

Si, recuerdo que prometimos nunca dormirnos sin haber hecho las paces pero hoy estoy muy enojada y no te pienso hablar Pedro, te miro a los ojos y en ellos te expreso mi sentir, eres el hombre de mi vida y estoy segura de ser la mujer de tu vida, ¿Pero entonces?, ¿Qué pasa a veces?, ¿No nos entendemos?, ¿No somos una pareja?, ¿No debemos decidir juntos? ¿Porqué debe ser el "no" sin razones?.

No esperes que te diga nada, pero cumpliré mi promesa y te lo pienso facilitar ya que eres muy torpe cuando de arreglar las cosas se trata, no sabes ceder, eres terco como mula terca, y te atreves a decir que yo soy la niña.

Me quito la bata y la voy a colgar al baño, tu vista no se ha apartado de mi cuerpo desnudo esperando ver como me pongo la tanga y el camisón, pero hoy no lo haré, así desnuda me recuesto boca abajo sobre la cama, mi cabeza apoyada sobre mi mejilla en la almohada mirando hacia el otro lado y no hacia ti, te repito que estoy muy enojada, mis piernas están completamente estiradas y un poco separadas, las doblo por las rodillas hasta que mis talones tocan mis nalgas, aún puedo hacerlo, este movimiento lo hago varias veces hasta que siento tus manos detener el movimiento de mis piernas sujetándolas por los pies, reconozco que me empezaba a preocupar que no te acercaras a mi.

Tus labios besan mis pies, en las plantas me haces cosquillas y esto me obliga a hundir mi cara sobre la almohada para que no escuches mi risa, ¿sabes? Tengo ganas de sentir tu semen en mis pies, y untarlo en ellos como si fuera crema para que lo absorba mi piel, algún día te lo he de pedir.

Tus manos recorren mis pantorrillas, las besas y siento la humedad de tu lengua sobre mi piel, tampoco pienso evitar que me acaricies, te digo que pienso hacer las paces a mi modo, las cosas serán a mi modo, tanto que me compraré una de esas camisetas que dicen "I have de Pussy, so I make the rules", que tonta, me dan risa mis pensamientos, pero bien sabes que no soy de las histéricas que se ponen a gritar "¡No me toques desgraciado!" ni nada de eso, y mucho menos pienses que después de aguatar tu intransigencia me voy a privar de tus caricias, si a ti te gusta acariciarme a mi me encanta que lo hagas, así que continúa sin temor alguno.

Como siempre no has dejado un solo centímetro de la piel de mis pantorrillas sin besar, con tus manos pones nuevamente mis pantorrillas sobre la cama hasta dejar mis piernas totalmente estiradas, ya no siento tus caricias pero sé que me estás mirando con ese deseo que llena tus ojos cuando miras fijamente mi cuerpo desnudo, quiero creer que te gusta mirarme, que te gusto como mujer y la verdad me gusta gustarte. Tú a mi también me gustas y es lógico, dicen que de la vista nace el amor y me gustaste como hombre cuando te conocí y ya vez en lo que terminó acompañar a mi hermano a casa, ¿alguna vez lo imaginaste?, yo la verdad no.

Ya tus manos acarician mis muslos y haces con ellos lo mismo que con mis pantorrillas, los llenas de tus caricias y tus besos, ¡Ahí, ahí me gusta!, que delicia es sentir tu boca tan cerca de mi sexo, justo donde se une con mis muslos, me hace sentir que llegarás hasta el pero tu boca toma otra dirección y subes hacia mis nalgas, ¿te encantan verdad? en especial los hoyuelos que se forman donde ellas comienzan a los lados de mi columna, tu boca los besa mientras tus manos aprietan mis nalgas.

Las nalgas están muy ligadas a la idea del sexo, ¿sabes la razón? Yo no, pero si supieras las veces que me han "pedido las nalgas" es algo común para las mujeres escuchar "dame las nalgas mamacita" o "que ricas nalgas reina" y también frente a frente me las han pedido, ¿Quién?, varios amor, no quiero acordarme de esto prefiero seguir pensando lo que me estás haciendo como si te lo estuviese platicando, tu boca está en la parte hundida de mi columna arriba de mis nalgas me has besado y lamido ahí muy dulcemente y comienzas a subir besando lentamente como si contaras con tu boca cada una de mis vértebras hasta llegar a mi cuello, con tu mano haces a un lado mis cabellos para besarlo incluso en mi nuca, sabes que eso me excita, me calienta y siempre lo haces como para ponerme "a punto".

Me enloquece como tocas mi espalda, sentir tus manos abrirse con sus caricias desde mi columna, pasar sobre mis hombros para bajar por mis costados buscando mis pechos, yo levanto un poco mi cuerpo para que tus manos los alcancen, tu boca besa mi espalda mientras tus manos aprietan suavemente mis pechos, no me voy a dar la vuelta para que los beses y aprietes con tus labios mis pezones, me muero de deseos de hacerlo pero entiende que estoy enojada contigo y hoy no pienso ser la que ceda, esos besos húmedos que me estás dando sobre mi espalda me hacen sentir algo parecido a un escalofrío que recorre mi columna desde mis nalgas hasta mi nuca, a veces siento mi orgasmo subir por ahí en un golpe de placer increíble que me obscurece la vista y me pone a ver estrellitas.

¿Sabes que ya me tienes húmeda?, si, siento la humedad en mi vagina, esa humedad que la lubrica para permitir tu paso dentro de ella, así somos las mujeres amor, nos excitamos y nuestro cuerpo se prepara para disfrutar del sexo, nuestro clítoris crece, la vagina se hace mas flexible y se humedece para recibir el pene dentro de ella, yo diría que nos adaptamos a lo que nos van a dar y al tamaño de lo que nos van a dar, lo que acabo de pensar me hace sonreír, pero así es quieran o no, nos lo dan, lo hacen nuestro durante el tiempo que están dentro de nosotras.

Además que nuestros orgasmos no son un espasmo que nos hace arrojar el semen como ustedes, no, el orgasmo en la mujer es algo maravilloso y placentero donde intervienen casi todos nuestros músculos y órganos de la pelvis, a veces como preámbulo al orgasmo todo nuestro cuerpo se pone a temblar o después de haber sentido un orgasmo muy, muy intenso seguimos dando "brincos" de placer, aún después de que ustedes han perdido la erección y se han salido de nosotras.

Y cuando nuestro hombre nos entiende y sigue acariciando con mucha pero mucha suavidad nuestro cuerpo, uff, es la cosa mas increíble, ¿recuerdas aquella vez que terminaste y te pusiste a acariciar mi clítoris sin darle importancia a que tu semen estuviera escurriendo por mi vagina?, yo había tenido uno de esos orgasmos maravillosos y con esas caricias me llevaste al cielo, ¡que placer!, además aprendiste que aunque tu hayas terminado yo puedo aún estar a mitad de mi orgasmo y ese es el momento de actuar con delicadeza, con suavidad, es el momento de seguir preocupándose y ocupándose del placer de la mujer, claro que necesitan entender como es que nosotras gozamos del sexo, que no lo den por terminado y "corten de tajo" por el hecho de haber terminado ustedes, que aprendan que su orgasmo no marca el final de la relación sexual y mucho menos del placer femenino, nosotras necesitamos mas, mucho mas. ¿Te confieso algo?, tú lo haces de maravilla.

Así como lo estás haciendo ahora que llevas un buen tiempo saboreando mi sexo, tu lengua acarició rápido pero con delicadeza mi clítoris hinchado, los labios de tu boca apretaron mis labios vaginales y tu lengua jugueteo por todo mi sexo uniendo la humedad de tu boca con la de mi vagina, y ahora tu lengua está dentro de ella, no entra mucho pero la sensación es muy placentera, Oh Dios, aprieto mi boca sobre la almohada para ahogar mi grito, ¡me vine amor!, fué un orgasmo corto pero intenso, me gustó, me gustó mucho, sé que de nada sirvió ocultar mi placer seguro que tu lengua en mi vagina debió haber sentido la intensidad de mis espasmos.

Te voy a confesar algo, cuando hemos tenido ese sexo apasionado que solo busca el placer, cuando la lujuria nos bloquea los demás sentidos y solo deseamos gozar, tu boca saborea mi cuerpo y yo sin control me pongo a besar, lamer y morder en tu boca y en todo tu cuerpo, abro mi boca para recibir tu lengua, meto tu pene en mi boca como si deseara comerlo, lo mojo con mi saliva, limpiando con mi lengua ese líquido transparente que sale de él y lo trago para saborear algo que proviene de tu interior, después pongo tu pene en mi sexo para "devorarlo" con mi vagina hasta sacarle la última gota de tu cálido semen que queda dentro de mi pegado a sus paredes y a mi útero. Cuando terminamos y me dices "Me gusta tenerte así Andrea", ¿sabes que me río de ti?, ¡diablos amor!, ¿que no te das cuenta quien tiene a quien?, ahora si te digo "así son los hombres"

Con tus manos juntas mis piernas, tus piernas están a los lados de mi cadera montado sobre mi, no supe cuando te desnudaste, con tu mano pones tu pene en mi sexo y empujas despacio siento como separa mis labios, su punta está en mi vagina, lo siento separar mas sus paredes, eso me gusta, que me abra a su tamaño, cada pliegue de mi vagina se estira para adaptarse a ti, me gusta sentirme llena de ti, te recuestas sobre mi cuerpo, tus manos están apoyadas sobre la cama a los lados de mis hombros, tu vientre se apoya sobre mis nalgas y comienzas tus movimientos. ¡Ohh amor!, esta postura es increíble, mi pubis está apoyado sobre la cama, el peso de tu cuerpo sobre mis nalgas me oprime sobre la cama y cada vez que tu pene entra en mi, siento como empuja mi piel sobre el colchón, oprimiendo en su recorrido la pared anterior de mi vagina, esto es delicioso, rápido amor, muévete rápido.

Me tienes temblando, estoy con mi cara apretada sobre la almohada para no hacer ruido, tú tampoco has gemido como sueles hacerlo, tan solo escucho tu respiración agitada, estoy apretando con fuerza mi vagina para aumentar nuestro placer, sé que te gusta sentirme así, cuando me aprieto con fuerza aumenta la tensión de mis músculos y al llegar mi orgasmo los espasmos se sienten mas fuertes. Así como ahora, que delicia, que delicia de orgasmo, mis espasmos se repiten una y otra vez, cada vez son mas suaves, bajan de intensidad y me relajan de una forma muy placentera y mientras estoy sintiendo esto tu pene se pone mas duro, lo siento endurecerse y ya sé que viene tu orgasmo, dámelo, así amor, así. Siento como tu cálido semen golpea mi útero y mi vagina, me gusta, me hace sentirte mío, te podría tratar de explicar lo que se siente tener tu semen dentro de mi pero no me entenderías, necesitas ser mujer para sentir eso tan especial que es el semen dentro de una, creo que es mas el sentimiento de posesión que el placer físico.

Pasas un rato con tu cuerpo recostado sobre mi hasta que pierdes tu erección y tú pene abandona mi cuerpo, yo quedo sobre la cama, ¿Qué haces? ¿Para qué separas mis piernas? ¿Quieres ver como escurre tu semen fuera de mi vagina?. Ohh no Pedro, tu lengua se pone a acariciar mi clítoris con mucha delicadeza sin importarte que se moje de semen, incluso lo recoges con tu lengua para meterlo nuevamente en mi vagina, ¡me vas a matar de placer!, me desmayo, juro que me desmayo, mi cara sobre la almohada ahoga nuevamente mis gritos de placer de enorme placer hasta que mi cuerpo queda completamente relajado, no me puedo mover, si tengo otro espasmo voy a caer sin sentido.

Siento tu mano en mi hombro jalar mi cuerpo para darle la vuelta, me volteo y tu boca se acerca a la mía, siento la humedad que hay en ella que sin duda es tu semen mezclado con los líquidos de mi vagina, separo mis labios y acepto tu lengua dentro de mi boca, si, sabe a tu semen y a mi vagina, los besos se repiten varias veces, me miras a los ojos, no digas nada, ya nuestros cuerpos dijeron todo lo que nos debemos decir ¿para qué las palabras?, te acuestas boca arriba, yo me meto dentro de las sábanas, pongo mi cabeza sobre tu pecho y paso mi pierna sobre tu vientre, tu semen que escurre de mi vagina moja tu muslo, tu brazo está sobre mi hombro y tu mano en mi cintura, yo también te amo y te deseo como loca, pero ¿sabes qué?, voy a seguir estudiando, me voy a inscribir a la universidad aunque no te guste y tendrás que aceptarlo y estar feliz por que tu esposa estudia una carrera, está decidido. ¡Y apaga ya esa maldita televisión!

Vaya, me leíste la mente..

Y por cierto, estoy muy enojada contigo