Después de observar como el auto de Julio se alejaba ella entro a la casa y encontró a su mamá sentada en la sala con una amiga tomando café, ella le presentó a la mujer como Karen, una mujer de unos escasos 30 años guapa y con una personalidad que resaltaba con su simple presencia, ella saludó y le preguntó a su mamá

-¿Me darías una consulta médica?

-No

-¿Por?

-Porque no solo no es ético hija, sino que es inútil ya que por ser madre e hija ni tu hablarías libremente, ni yo aconsejaría con honestidad, pero pídele una cita a Karen, ella es psicóloga y mi mejor alumna

-No es necesaria la cita doctora, dígame donde podríamos hablar su hija y yo

Replicó Karen poniéndose de pie y tomando a Lourdes por el brazo

-Suban a tu recámara hija… Gracias Karen

Al llegar a la recámara de Lourdes ella se sentó en la orilla de la cama, Karen tomó la silla del escritorio, la puso frente Lourdes, se sentó y dijo

-¿Lulú verdad?... A ver, te escucho corazón

Miró a Karen sorprendida, no sabía si en realidad era una belleza de mujer o su aplomó y personalidad la hacían ver más bella de lo que era, no pudo dejar de pensar que le encantaría ser así, una mujer de gran carácter “De seguro ningún hombre se podría burlar de ella”  y ante su silencio Karen le dijo.

-Te estoy esperando

Lourdes comenzó a platicar con lujo de detalle su relación con Enrique y su nueva relación con Julio hasta lo sucedido antes de entrar a su casa, por casi media hora hablo sin ocultar nada y terminó tomando un pañuelo para secar las lágrimas en sus ojos, Karen preguntó

-¿Y cuál es tu duda?

-No sé doctora

-Licenciada, pero dime Karen y no acepto que me digas que no sabes cuál es tu duda, si no las tuvieras no estaríamos aquí sentadas

-Tengo miedo

-¿A qué o de qué?

-De no poder amar a nadie como a Enrique

-¿En la cama?

-No te entiendo

-Perdón, fui muy brusca contigo

Karen cruzó la pierna y apoyó la espalda en el respaldo de la silla y habló de forma directa por más de 20 minutos, se detenía cada vez que Lourdes secaba las lágrimas de sus ojos y terminó diciendo

-Permíteme hacer una similitud tal vez tonta pero resume todo lo que te he dicho, si hipotéticamente a una persona la confinaran desde su nacimiento en un sótano donde la única luz que conociera en su vida fuese la de su habitación y de pronto lo subieran a la superficie, te aseguro que sentiría terror de la luz del sol…. De la misma forma tu temor no es por Enrique o por Julio sino por ti misma, no sientes miedo de no poder amar como a tal o cual persona, sino que temes al amor, en especial a ser amada.

-¿O sea que el problema soy yo?

-Mira Lulú, todas las mujeres sentimos cierto temor lógico cuando nos decidimos a tener sexo por primera vez, pero algunas se sienten aterrorizadas cuando inician una nueva relación con otro hombre y saben que es lógico que él quiera tener sexo con ellas, en la consulta una oye cosas como “No sé si la tenga más grande o más chica, si me hará disfrutar, si me pedirá sexo oral que no me gusta, si se atreverá a hacerme el sexo oral ya que el anterior me dijo que me olía mal, no quiero que me penetre por el ano” y muchas cosas que a veces una tiene que hacer un esfuerzo para no reírse. Y todo nace de una relación anterior enfermiza y en ocasiones traumática…. No creo que hayas amado tanto a ese tal Enrique, ¿Qué mujer en sus cabales ama a un hombre que le dice “solo te quiere para coger”?, más bien pienso que a los dos les gustaba tener sexo y lo disfrutaban a su modo y no me refiero al hecho en sí de ser penetrada, el orgasmo y el placer físico sino a que disfrutaban tenerlo para después él fingir desprecio y tú fingir amor

-¿Crees que estábamos enfermos?

-Ustedes no, pero su relación sí, él te dijo que solo te quería para tener sexo y tú aceptaste para después decir “Me entregué a un hombre por amor y me engañó” atractivo título para un programa de dramas televisivos pero mi pregunta es ¿Cuántas veces te entregaste por amor al mismo engañador?, ¿Una, tres, cinco, diez?.. Una tal vez sea engaño ¿pero las otras?

-¿O sea que para ti soy una puta?

-Por favor Lulú, conmigo no te pongas a la defensiva pretendiendo ser la víctima, no he dicho que seas puta, sino que te gustaba acostarte con él… Si a mí me lo pide Brad Pitt, juro que me lo echo mil veces

Lourdes se rió y entre risas dijo

-Y harías bien…

Dejaron de reír y en tono serio le preguntó

- ¿Qué debo hacer Karen?

-Primero no intentarás acostarte con Julio por recomendación médica… Ya en plan serio Lulú, sin duda estás enamorada, tal vez tengas temor de que te use como dices, pero recuerda que en el caso de Enrique él te usó y tú lo usaste para disfrutar del sexo, esa es la verdad que debes aceptar y desechar de tu mente la idea de que fuiste la víctima solo para auto convencerte de que fue el amor el que te llevó a romper tus principios familiares en relación al sexo … No digo que tomes ahora mismo el teléfono y le digas “Julio vamos a la cama”, pero si debes dejar fluir la relación sanamente, no tienes idea de lo maravilloso que es despertar desnuda al lado del hombre que amas sin saber el cómo ni el por qué terminaste así ya que simplemente dejaste que el amor fluyera libremente dándole oportunidad de actuar a su antojo dominando tu razón, tus principios y tus deseos

Cuando se ama no hay sexo malo, no hay tamaños ni experiencias previas, solo existe la necesidad de expresar con el cuerpo lo que nos grita el alma y si a eso le sumas el inmenso placer de un buen orgasmo terminarás viendo no solo estrellitas sino al mismo Plutón al derredor de tu cabeza…. Así que piénsalo bien y no permitas que el hombre que te ama y al que amas se canse de luchar contra tus demonios… ¿Algo más que me quieras platicar?

-No lo comentes con mi mamá

-Las dos somos profesionistas Lulú, ni ella preguntará, ni yo platicaré de eso puedes estar segura

-Gracias Karen… ¿Cuánto te debo?

-Mmm… Por tratarse de la hija de mi maestra, te cobraré un abrazo y la invitación a tu boda con dos boletos para la recepción que es lo que realmente disfruto de las bodas.

-Cobras caro, ¿Se puede en dos pagos?.. Hoy el abrazo y la invitación…. no sé cuando

-Me parece justo, no te retrases mucho o serán más boletos ya que tendremos que llevar a los hijos

Karen se levantó y Lourdes la abrazó dándole un beso en la mejilla para decirle

-Gracias por situarme

-Dale las gracias a Julio que te mando con un psiquiatra

-Si verdad, se las daré…

-Me parece una buena manera de dar las gracias…. Que conste que lo dije ya terminada la consulta

Karen salió de la habitación riendo y Lourdes se tiró sonriendo en su cama, pensó en la noche en que su mamá le había asegurado que ahora si estaba enamorada y cuando ella lo negó y preguntó la razón su mamá le había explicado el enorme cambio en su comportamiento y al volverlo a negar su mamá le había dicho     “Dicen que existen tres cosas que no se pueden ocultar, estar enamorado, tener dinero y ser pendejo” y ella estúpidamente había contestado “Pues yo, ni estoy enamorada, ni tengo dinero” Soltó la carcajada mientras miraba al techo de su recámara, tenía los pies apoyados en la cama con sus rodillas dobladas balanceándolas de un lado hacia otro riendo de lo que pensaba cuando tocaron a su puerta, ella dijo

-Está abierto

Su papá entró y preguntó.

-¿De qué te ríes hija? Pensé que mirabas el televisor

-De nada pá... Me siento feliz, eso es todo

-Y tu felicidad es motivo para que rompas la colcha con los tacones de tus zapatos

Lourdes levantó las piernas diciendo

-¡Quítamelos!

Su papá le quitó los zapatos y preguntó

-¿Estás ebria o que te pasa?

-Tal vez ebria de felicidad pá… Me siento ligerita, creo que me quité un gran peso de encima… ¡Me divorcie!

Lourdes soltó la carcajada y su papá le reclamó

-¿Qué tomaste Lourdes?

-Tres copas de honestidad y un litro de aceptación… Me los dio Karen la amiga de mi mamá

Su papá le pidió que le soplara y al notar que no olía a alcohol le dio un beso en la cabeza y dijo

-Me lo imaginaba, es más, sabía que su madre les heredaría las piernas y la locura

-Pero te enloquecen esas piernas y esa locura de otra forma no llevarían 25 años juntos

Su papá afirmó con la cabeza y salió riendo de la recámara

 Días después y dada la proximidad del fin de semestre Claudia organizó que fueran con sus papás a pasar una de las semanas de vacaciones con sus papás a la casa de Acapulco, Lourdes aceptó con gusto ya que necesitaba descansar no solo de la escuela sino también de toda la tensión en que estaba viviendo, así que fijaron la fecha, Claudia, Ricardo, Julio y ella llegarían dos días antes que los papás de Julio y Claudia.

El último día de clases Lourdes estaba sentada en el jardín de la facultad sobre de una pequeña barda que servía de límite entre dos edificios, platicaba con unas amigas mientras miraba un cuaderno de apuntes que tenía sobre sus piernas, notó que sus amigas se callaban y se alejaban, al levantar la vista miró a Enrique acercarse a ella, cerró el cuaderno y al acercarse él le dijo

-¿Podemos hablar?

-Habla

-Quiero que regresemos

-¿A los hoteles?... Ya los conocimos todos, no me gustaría regresar

-Por favor Lulú, me gusta estar contigo

Lourdes lo miró a los ojos y él bajó la mirada, ella se sonrió, se bajó de la barda donde estaba sentada, sacudió con la palma de su mano la parte trasera de su pantalón y al ver que Enrique fijaba su mirada en sus nalgas le dijo

-Ni te emociones… Ya tienen dueño

-Por favor Lourdes, vine solo a buscarte para que volviéramos

-No Enrique, además hay dos que tres que quieren coger contigo a mi déjame en paz

Lourdes comenzó a caminar hacia donde se habían ido sus amigas, se detuvo frente a Enrique para preguntar

-Por cierto ¿Ya te realizaste?

Enrique la miró con cara de molestia y Lourdes agregó

-¿No?, pero no te desanimes pronto lo harás ya que eres un hombre con una enorme cualidad, la única que tienes pero no deja de ser cualidad

Se acercó al oído de Enrique y le dijo en voz baja

-Coges rico

Siguió caminando hacia sus amigas sin voltear la cara y se alejaron hacia el estacionamiento de la facultad.

El viernes por la tarde-noche llegaron a Acapulco, los empleados de la casa llevaban el equipaje de ella y Ricardo, Claudia les dijo

-El equipaje de Ricardo ponlo en mi habitación Ana y el de Lulú en una de las de abajo, ve con Ciro Lulú para que veas tu habitación y te cambies para meternos a nadar y tomarnos una copa en la alberca.

Después de instalarse en la recámara Lourdes se desnudó, se metió a bañar y untó crema bronceadora en su cuerpo, se puso un bikini y salió a la alberca, Julio le sirvió una copa y platicaron un rato junto a la alberca, Lourdes no resistió y se metió al agua seguida de los demás, nadaron y jugaron hasta que oscureció, salieron del agua y con las luces de la alberca encendidas comieron unas botanas que les prepararon y tomaron otra copa, Lourdes se alejó acercándose al barandal que limitaba la casa, debajo de ésta se veían las luces de otras casas y desde esa atura se tenía una vista maravillosa de la bahía iluminada, Julio se acercó abrazándola por la espalda y le preguntó

-¿Te gusta?

-Me encanta, se ve preciosa la bahía con todas las luces de los hoteles

-Mira Lulú voltea hacia el otro lado, esa casa que se ve allá es de Plácido Domingo, aquí en las Brisas hay muchas casas de famosos, mañana te las enseñaré, podríamos dar una vuelta por la bahía en el yate pero será cuando lleguen mis papás… ¿Te mareas en el mar?

Lourdes se volteó para quedar de frente a Julio y dijo

-Te amo Julio, ya soy capaz de decirlo sin temor a nada ni a nadie

Se volteó hacia la bahía, levantó los brazos y grito

-¡Amo a Julio!

Escuchó el aplauso de Claudia cuando Julio la giró para abrazarla y darle un amoroso beso en la boca, los besos se repitieron junto con las caricias, sintió la erección de Julio pegarse a su pubis, ella se apretó  contra el cuerpo de él, lo miró a los ojos y le sonrió, unos segundos permanecieron mirándose a los ojos, él la tomó de la mano y comenzaron a caminar hacia las escaleras, al pasar frente a Claudia ella le sonrió a Lourdes que solo hizo un gesto con la boca y subieron a la recámara de Julio

La claridad del día la despertó, estaban desnudos en la cama, por unos instantes observó la desnudez de Julio y se levantó al baño, al salir se subió a la cama y se montó sobre de él diciendo

-Levántate flojo que tengo hambre

Julio despertó y le dijo

-Quítate de encima o me orino en la cama

-Hasta que me digas porque tienes condones en el cajón de tu buró

-Por lo mismo que los tiene el papa.

-¿Qué?

-Deja que me levante

Lourdes se hizo a un lado pensando en lo dicho por Julio quien entró al baño, al salir le dijo

-Dicen que el papa tiene condones por si la santa sede

Lourdes se quedó en silencio y al entender la alusión a “Sede y Cede” se rió preguntando

-¿Y yo soy la santa?

-No, más bien eres el angelito que la acompaña

Lourdes sonrió y se levantó para ponerse su bikini él la abrazó diciéndole

-No te vistas, me enloqueces desnuda, eres la mujer más bella que existe

-Me quiero lavar los dientes y tengo hambre

-Está bien, sube tus cosas a mi cuarto así no tendrás que bajar al tuyo para lavarte los dientes

-Tengo hambre Julio

-Te adoro cuando estás feliz

-¿Cómo sabes que lo estoy?

-Porqué te comportas como niña y eso me enloquece… Me has repetido mil veces que tienes hambre

-Me siento feliz

-Ya lo noté y me gustaría hacerte más feliz

-¿Se puede?... ¡Ya! De seguro me vas a preparar el desayuno

-¿Solo piensas en comer amor?

-Qué lindo, me dijiste amor… Pero tengo hambre amor

-¡Dios mío!, está bien ve a lavarte los dientes y te espero en la mesa junto a la alberca ahí nos sirven el desayuno

-Que rico, porque tengo hambre

-Y si se puedo hacerte más feliz aunque tengas hambre

-Eso espero amor… Pero tengo ham….

-¡Ya Lulú!

Lourdes salió riendo de la recámara

Lourdes respiraba agitadamente, en su escote se notaba como sus pechos subían y bajaban al ritmo de su respiración, Karen se acercó a ella y al darle un beso le dijo

-Que linda eres Lulú

-Y tú eres una mujer muy bella Karen y lo digo de mujer a mujer,  te envidio

-Gracias chiquita… ¿Estás muy nerviosa?

-Sip

-No es difícil, solo tienes que decir que sí.

-Eso me dicen todos

-Verás que es así, ya después te sentirás feliz… Entiende que es tu primera vez

-Solo que sea por eso… Y espero que sea la última

Volteó a ver a Claudia que estaba muy tranquila y cuando la orquesta tocó los primeros acordes de la marcha nupcial de Mendelssohn su papá le ofreció el brazo a ella y su suegro hizo lo mismo con Claudia, caminaron por el pasillo que se formó entre las sillas dispuestas para los invitados en el amplio jardín de la casa de sus suegros, miró al fondo a Ricardo y a Julio que las esperaban de pie frente a la mesa que servía de altar, sintió su mentón temblar ella apretó sus labios para contener el llanto por la emoción, su papá lo notó y entre dientes sonriéndole a los invitados le dijo

-No llores mi amor, no se debe correr el maquillaje el día de tu boda

Ella con voz temblorosa por retener el llanto respondió

-No te preocupes Pá…. Me enseñaron a no llorar