Susana se levantó del sillón de la sala y cuando se acercó a la ventana observó como Mónica estaba platicando en la acera con uno de sus vecinos, "Está con el tipo sangrón" pensó, era el vecino mas odiado del edificio, no saludaba, no hablaba con nadie, no asistía a las juntas, un tipo pedante y engreído, sin embargo tenía una mujer de primera línea, amable, respetuosa, bella y gran amiga, vió a Mónica reír con él y para su asombro le abrió y cerró la puerta del auto, "Vaya que mi amiga tiene ángel con la gente, dice que envidia mi cuerpo, pero a ella la buscan y a mi no", cerró las cortinas de la casa mientras se decía "¿Será que soy una amargada?", se sentó nuevamente frente a la mesa del comedor y se puso a revisar los trabajos de sus alumnos.

En la noche se preparó algo para cenar y después de lavar el plato y el vaso usados, se dispuso a dormir, se desnudó y antes de ponerse su camisón se miró desnuda en el enorme espejo de piso a techo que quedaba justo frente a los pies de su cama y que había colocado ahí con la idea de dar la impresión de amplitud a su recamara, su cuerpo aún era firme, se puso de perfil, vió sus nalgas que aún mantenían su redondez y se levantaban de forma atractiva, sus muslos se mantenían libres de "celulitis", su pantorrillas estaban bien proporcionadas al tamaño de sus muslos, "de no ser por esta llantita que se me forma al agacharme" dobló su cintura hacia delante y tomó con sus manos un pequeño pliegue de su piel que se formaba justo a la altura del ombligo.

"Por mas que lo intento no desaparece, ni hablar crecer tiene su precio", sin embargo mantenía su cintura curveada y sus pechos aún se mantenían firmes, tomó un lápiz delineador del tocador y lo puso debajo de uno de sus pechos, el lápiz se mantuvo ahí, ella lo vió y se dijo "bueno, pero no es tanto, con el sostén se disimula", se puso a mover su cuerpo de diferentes formas como si buscara la mejor postura para saludar, estar de pie, caminar, reír, hablar, coquetear, se acercó al espejo y observó las pequeñas arrugas en sus ojos y frente, pensó que eso si la hacía verse mayor, en eso estaba cuando sonó el teléfono, se sentó en la cama desnuda y respondió "Si, diga", "¿Qué pasó hermanita, como estás?", "Bien Eugenio, ¿como va el embarazo de Alina?", "De eso te quiero preguntar, ¿no puede tomar ningún medicamento verdad?", "No, y menos ahora que no ha cumplido los tres meses, ¿Qué le pasa?", "parece que se resfrió".

Ella pensó en que ese es el suplicio del médico, todos los familiares hablando para preguntar por todo lo que sienten raro y si deben ver o no a un médico, ella le respondió "Qué no se levante de la cama, que descanse y mañana habla con su ginecólogo, yo soy cardióloga hermanito", "Y ese es tu problema", "¿Porqué?", "Si a tus pacientes les enseñas las piernas, se te infartan, por eso debes estar con ropa holgada que no tiene nada de sexy, así no te ligarás nunca a ningún médico en el hospital", ella rió y él agregó "Me invitaron a una reunión en Cuernavaca, ¿tú vas a ir?", "Si, si voy, pero si vas te quiero decir…. Nada, olvídalo", se había arrepentido de hablarle sobre Mónica y él, su hermano insistió "No, dime que me quieres decir", "que le preguntes a tu ginecólogo si puede viajar Alina", "¿A Cuernavaca?, está mas tiempo sentada en el auto cuando vamos a su consulta, pero lo haré" y colgaron el teléfono.

Se observó en el espejo desnuda sentada sobre su cama, comenzó a acariciar la pierna que tenía doblada sobre la cama, puso el pie apoyado sobre la cama y lamió su rodilla mientras sus manos acariciaban su pie y su pantorrilla, bajó las manos por su muslo hasta llegar a su entrepierna, la puso sobre su sexo y comenzó a apretar con sus dedos sus labios exteriores, que los separó para tocar los labios menores y su clítoris, mientras su dedo índice tocaba su clítoris con el dedo meñique acariciaba la entrada de su ya húmeda vagina, y con la otra mano apretaba sus pechos oprimiendo con sus dedos sus pezones.

Se puso de pie se dirigió al closet, abrió un cajón y sacó un juguete fabricado de un material muy parecido a la piel, observó su forma, en la base tenía un "chupón" para pegarse a las superficies y a partir de ahí se simulaban dos testículos tan reales que incluso eran rugosos al tacto y de la parte superior en medio de ellos salía un pene grande y grueso delineado con venas que sobresalían hasta llegar a la punta donde se formaba un cinturón que daba paso a un glande muy bien fabricado por delante y por detrás con un orificio en la punta simulando la uretra que se conectaba por dentro hasta una bomba de hule que si se llenaba de líquido al apretarla con la mano simulaba la eyaculación.

Caminó hacia el baño, puso crema dentro de la tapa de un frasco de spray, abrió el grifo del lavabo hasta que se calentó al máximo el agua y la mezcló con la crema, la revolvió hasta que le dió la impresión de ser semen, llenó con esa mezcla la pequeña bomba y la metió en la manguerita que la unía al pene, caminó hacia la cama, se recostó atravesada en ella boca arriba con sus piernas abiertas dobladas y las plantas de sus pies apoyadas sobre la cama, el espejo le permitía ver su cuerpo recostado de perfil, pasó el pene por su vagina metiendo el glande del juguete en ella y girándolo, lo sacó y lo metió a su boca, lo lamió y saboreo los líquidos de su vagina.

Pasó el pene mojado de su saliva por todos sus pechos oprimiendo con el sus endurecidos pezones, lo pasó por su vientre, su pubis, sus piernas hasta llegar nuevamente a su vagina, lo fué introduciendo lentamente, su grosor estiraba al máximo sus paredes vaginales y lo hizo llegar hasta el fondo, aún cuando sintió que tocaba su útero ella lo empujó hasta que entró completamente, tomó una almohada y la puso sobre su cuerpo, desde su cuello hasta su pubis y comenzó a mover el juguete metiéndolo y sacándolo de su vagina, mientras con su otra mano acariciaba la almohada y levantaba su cabeza para darle besos a su propio brazo.

Giraba su cadera y se volteaba a ver al espejo, veía sus bien formados y fuertes muslos, los músculos de ellos y de sus pantorrillas se endurecían cuando ella se apoyaba en sus pies para levantar sus nalgas y así girar fácilmente su cadera, después de un rato de hacer esto, sacó el juguete y lo pegó con el chupón en la cabecera de la cama, se arrodilló sobre la cama frente al juguete y lo metió a su boca disfrutando del sabor de su vagina, giró su cuerpo quedando apoyada en sus rodillas y las palmas de sus manos, sus pantorrillas dobladas sobre sus muslos apoyando los empeines de sus pies sobre la cabecera, hizo sus nalgas hacia atrás hasta meterse nuevamente el juguete en la vagina.

Su postura era incómoda por lo que se comenzó a mover rápidamente hacia delante y hacia atrás, sintiendo como el juguete entraba y salía de su cuerpo, el espejo quedaba frente a ella y veía su cara con los cabellos revueltos sobre de ella y con esa expresión de placer que se pone al estar cerca del orgasmo, cuando sintió que comenzaba se empujó con fuerza hacia atrás metiendo todo el pene de juguete en su vagina y en medio de su placer con una mano oprimió varias veces la bombita que derramó la mezcla de agua y crema dentro de ella aventando en su interior un chorro cada vez que la apretaba con su mano hasta que quedó vacía, el agua estaba aún caliente, no le quemó pero si sintió que ese calor alargó su orgasmo, terminó y se dejó caer boca abajo sobre la cama.

De su vagina escurría la mezcla que ella había preparado, la recogió con su mano, la miró y dijo en voz baja "Dios mío, necesito sentir el semen de un hombre en mis entrañas, quiero saber que se siente que me llene con el la vagina", puso sus manos bajo su vientre y dijo entre llantos que denotaban su desesperación "Solo he sentido el semen en mi boca, quiero sentirlo dentro de mi vagina y ver la cara de placer de mi hombre al depositarlo dentro de mi, que agotado de placer se recueste sobre mi cuerpo mientras yo lo abrazo y lo beso en los hombros y el cuello, quiero sentir que el semen me escurre por toda la vagina hasta salir de ella quedando algo de el pegado a sus paredes.

Quiero hacer el amor cada noche y sentirme amada y llena de placer, quiero ser fecundada en medio de ese enorme placer de tenernos el uno al otro, quiero que se una mi vida a la de alguien y ver crecer mi vientre, se giró para quedar boca arriba, con sus manos acariciaba su vientre y se preguntaba "¿Qué nunca aparecerá quien me ame tanto como para embarazarme y convertirme en mamá?, ¿que hice mal Dios mío?, ¿Porqué no lo puedo tener?", desprendió el juguete de la cabecera de la cama, se metió bajo las cobijas, apagó la luz y sollozando se quedó dormida.

A las 5:30 de la mañana la despertó la alarma del reloj, se enderezó sobre la cama y la apagó, vió su cuerpo desnudo pero no le importó, el juguete aún estaba tirado sobre la cama, lo metió dentro de su estuche y lo guardó en el cajón del closet y así desnuda salió a la cocina y calentó una taza de café en el microondas, se sentó en una silla de la cocina a beber su café, "Ya son varios años que no tengo sexo, la última vez fue con aquel doctor canadiense que estuvo en el hospital como un mes, de esto hace como 6 o 7 años, que terrible es esta soledad", se levantó, se metió al baño y se duchó, salió a maquillarse, tendió su cama y se fué al hospital, donde además de ser la cardióloga era maestra de cardiología de los estudiantes de medicina.

Tenía un buen sueldo en el hospital que se complementaba con su práctica privada, su posición económica era bastante holgada, tanto que había suspendido sus consultas privadas los miércoles, ya que ese día lo dedicaba a la enseñanza "fuera de piso", pasaba casi toda la mañana en el salón de enseñanza médica del hospital y eso a ella la ponía de mal humor, además de no recibir remuneración económica alguna que no fuera el titulo de maestra universitaria, odiaba ese trabajo, sin embargo estaba obligada a hacerlo. Llegando al hospital entró al vestidor, abrió su locker y se cambió por una pijama quirúrgica, se recogió el cabello y se puso su gorro de tela de quirófano, cambió sus zapatos por unas zapatillas cómodas y comenzó sus labores un poco antes de las 7 de la mañana.

Era jueves, "seguro Marcos está en su cubículo", Marcos era un médico internista con el que había salido varias veces a comer, cenar y bailar, sin embargo nunca habían llegado al sexo, besos y caricias habían sido a lo mas que habían llegado, ella lo deseaba pero las tres veces que estuvieron cerca él pretextaba algo y terminaba la cita, tocó y entró al cubículo, Marcos estaba solo jugando con su PC, ella le dijo "Mucho trabajo doctor", el rió y dijo "nada que hacer mi querida doctora, ¿y tú?", ella le respondió "Yo si, ya ves que ayer me tocó ser maestra de salón de clase y hoy tengo cirugía", "¿Y para que soy bueno mujer?", "Ven conmigo un fin de semana a Cuernavaca", le platicó de que se trataba y él le respondió "No Susy, no te acompaño".

Ella se molestó y le preguntó "¿Qué tengo Marcos, dime que tengo por amor de Dios?", "¿De qué Susana?", "Vengo yo a ofrecerte que pasemos un fin de semana juntos, lógicamente que en un solo cuarto y en una sola cama, para que entiendas, te ofrezco un fin de semana de sexo y diversión, y me dices, ¡no!, ¿es por haberlo ofrecido yo?, ¿soy muy fea?, ¿soy muy pedante?, ¿Qué tengo Marcos, dímelo?", "No es eso Susana, eres una mujer muy bella, no eres pedante y no me importa que me lo hayas ofrecido tú, al contrario, somos adultos y ya no nos cuesta pedir las cosas, pero no puedo ir, eso es todo", cuando ella pensaba responder tocaron a la puerta, entró una enfermera y dirigiéndose a ella dijo "La estábamos buscando en su cubículo doctora, su paciente ya está en quirófano", ella se levantó de la silla y Marcos le preguntó "¿Puedo entrar a ver?", "Si quieres, no te pienso cerrar la puerta con llave"

Ya dentro del quirófano Marcos observaba con admiración la habilidad que ella tenía al estar haciendo un by-pass, sus manos sobre el corazón del enfermo se movían con perfección y firmeza, ella le explicaba a los alumnos que observaban desde el anfiteatro y cuando dijo "Lo único importante aquí es que el músculo se mantenga irrigado para que pueda seguir latiendo" Marcos la miró y comenzó a decir "Eres fría, muy fría, realmente para ti es solamente un corazón, no hay emoción, no hay pasión, es muy simple, cada parte del cuerpo cubre una función y debe ser mantenida, no importa el conjunto, tan solo importa la función del órgano, ¿realmente te importa el paciente o para ti es tan solo un corazón?", ella sin separar la vista de lo que hacía respondió, "¿Emociones?, ¿pasiones?, ¿eso para que me sirve?, yo debo de hacer lo que sé para que el corazón permanezca latiendo y eso le prolonga la vida al paciente, ya como él la viva es su problema, yo solo le explicare lo que debe hacer a partir de hoy"

Marcos preguntó "¿Sin importarte que conflictos tenga o lo que le cueste hacer lo que tú le dices?, ahí están sus instrucciones, ¡cúmplalas o muérase!, ¿te importa la cicatriz que le quedará en el pecho?", "No Marcos, realmente no me importa, solo me importa que este corazón siga latiendo por unos años mas", levantó un momento los ojos para mirar a Marcos y los bajó nuevamente hacia donde estaban sus manos, él dijo "Lo supuse, realmente eres un témpano de hielo, claro que eso te hace un excelente cirujano pero en tu vida personal, ¿o logras separarlo?, yo nunca he podido, en fin ya me voy, gracias por dejarme entrar", vió de reojo salir a Marcos, el instrumentista le dijo "Vaya que dejó asombrado al doctor", ella no respondió

Salió del quirófano pensando "O sea que es eso, ¡un témpano!", en el pasillo encontró a Marcos que preguntó "¿todo bien?" ella fué directa "O sea que también soy un témpano como mujer ¿es así?" Marcos la miró y dijo "Mira Susana, cuando un hombre besa y acaricia a una mujer, claro que estando ella de acuerdo, espera una reacción, una emoción, que sus deseos salgan, que se apasione, que te muerda, que te lama, no sé, algo que te haga sentirte deseado, y cuando la mujer solo se deja hacer, sin emociones, sin pasiones, uno siente que la está forzando o que ella le va a "hacer el favor" y el sexo Susana es cosa de dos ¿Lo entiendes?", ella solo afirmó con la cabeza preguntando, "¿Y yo soy una de esas?", él la detuvo del brazo para que no siguiera caminando y le dijo "Por desgracia si Susana, ya que te sobra con que hacer feliz a cualquiera, pero tu frialdad mata cualquier deseo", "¿Y no tengo remedio?", él se quedó en silencio y ella agregó "Gracias Marcos", le dió un beso en la mejilla y se metió al dormitorio de residentes y se tiró sobre una de las camas.