Sintió moverse la cama, entreabrió los ojos y vió a Carlos levantarse al baño, ella estaba acostada boca arriba, cerró los ojos y se durmió nuevamente, escuchó entre sueños decir a Carlos

-Preciosa, voy a mi habitación por ropa y mis rasuradora, en un momento, y regreso

-¡Aja!

Escuchó abrir y cerrar la puerta de la habitación y nuevamente se quedó dormida, despertó al sentir besos sobre sus muslos muy cerca de su entrepierna, no era un sueño Carlos estaba recostado en la cama besando sus piernas, ella le sonrió y él besó su sexo, Susana le dijo

-¡Carlos!, no me aprietes que me hago.

El rió y desnuda como estaba Susana se levantó rápidamente al baño, cuando salió Carlos estaba en la cama acostado boca arriba y vistiendo un traje de baño, ella se montó sobre de él y le dijo

-Eres un latoso, yo quería dormir más tiempo.

-¿Y anoche también te dí mucha lata?

-¡Claro que sí!, a ninguna mujer le puede gustar que le den de besos, que la acaricien, besar el cuerpo de su hombre, sentir el deseo correr por sus venas, sentir que la penetran y la hacen sentirse dueña del hombre que….de su hombre y llenarse de placer entre los brazos de él para después sentirse disfrutada por él de una forma maravillosa… ¿dime si conoces a una mujer que le guste eso?

-Solo a ti

Susana que permanecía "montada" sobre Carlos, se recostó sobre de él y le dió un beso en la boca, cuando se separaron se miraron fijamente a los ojos, ella se enderezó y sintió la dureza de su pene a través del traje de baño, él pasó sus manos por las curvas de su cintura y ella notó en su cara el deseo, pensó "Esa debe ser la cara que le encanta a las mujeres, cuando su hombre se muere de deseos en espera a que ella tome la iniciativa", se bajó de encima de Carlos y le quitó el traje de baño, vió su pene erecto y pasó su lengua sobre su glande para después meterlo en su boca, Carlos gimió y cerró los ojos, ella sacó el pene de su boca y se montó nuevamente sobre de él, tomó el pene con una mano lo puso en la entrada de su vagina y se comenzó a sentar lentamente sobre de él hasta que sus nalgas quedaron apoyadas sobre su pelvis y su pene completamente dentro de ella.

Carlos la observaba fijando su vista en su cara, sus pechos, las curvas de su cintura que terminaban en su cadera que en esa postura se veía mas ancha y sus muslos bien torneados y fuertes se apretaban contra su cuerpo.

-Susana, eres la mujer más bella que he visto, me encantas.

Ella sonrió avergonzada y comenzó a "cabalgar" sobre Carlos, haciendo que su pene entrara y saliera de su vagina y lo hacía cada vez más rápido, sus piernas se estiraban y se doblaban por sus rodillas y sus pechos subían y bajaban al ritmo de su movimiento, Carlos la observaba admirando su cuerpo y acariciaba sus muslos y sus nalgas, ponía sus manos sobre su cintura y movía sus brazos como tratando de ayudarla a llevar un ritmo, sus jadeos denotaban el placer que ella le estaba brindando, ella permanecía con sus manos apoyadas sobre sus propios muslos sintiendo como el pene de Carlos abría su vagina cada vez que entraba en ella, cada vez que bajaba sentía la presión sobre su clítoris y la penetración era muy profunda.

Sintió como su cuerpo se tensionaba, sus músculos se "apretaban" sabía que su orgasmo vendría de un momento a otro, sin embargo no lo quería dejar venir, deseaba seguir cabalgando sobre el pene de Carlos, lo veía disfrutar enormemente, estaba fascinada de ver su cara, de escuchar sus gemidos, de notar su respiración agitada, del rubor en su cara, no quería que su orgasmo llegara, de su boca escapaban gemidos continuos que se escuchaban como un "ahh" o "agg" su respiración también era muy agitada, lo había detenido demasiado tiempo y no soportó mas, se sentó de golpe haciendo que el pene entrara lo mas profundo dentro de ella, sintió como las paredes de su vagina se extendían al máximo.

Apoyó sus manos sobre los muslos de Carlos detrás de sus nalgas, la tensión en su cuerpo la hizo retener la respiración por varios segundos en que permaneció completamente inmóvil, abrió su boca, hizo su cabeza hacia atrás y soltó un grito al sentir como algo parecido a un "calambre" inmensamente placentero subió por su columna desde su pelvis hasta su nuca, contracciones fuertes que se repetían rítmicamente relajaban la tensión de su cuerpo, las sentía en su ano, su vagina, su pelvis, sus piernas, sus nalgas y todo dentro de ella se contraía y se relajaba de una manera rítmica y placentera, hizo su cabeza hacia delante y apoyó sus manos sobre el pecho de Carlos inclinando su tórax hacia él.

Su cabello caía sobre su cara mojada por él sudor, sus ojos se subían temblando dentro de sus órbitas evitando que los mantuviera abiertos, de su boca abierta escurría su saliva que caía sobre el pecho de Carlos, sintió que sus brazos perdían su fuerza, trató de mantenerse en esa postura pero no pudo y se dejó caer sobre Carlos quien la abrazó, mientras sus contracciones se repetían cada vez mas separadas una de otra y con menor intensidad. Su boca abierta estaba sobre el hombro de Carlos y su saliva escurría sobre de este, no tenía control sobre los músculos de su cuerpo, su cuerpo no obedecía a sus intentos de moverse, lo sentía totalmente relajado, casi dormido mientras sus contracciones iban desapareciendo, esporádicamente sentía alguna muy fuerte que le hacia brincar su cadera, pensó "Me he de haber desmayado, que cosa mas deliciosa, cuanto placer", después de un tiempo así sin moverse sintió a Carlos hacerlo dentro de ella y con voz apagada le dijo.

-Tú Carlos, hazlo, disfrútame como yo a ti

Cerró los ojos, trataba de apretar su vagina para darle mayor placer pero no podía, sintió los movimientos rápidos de Carlos dentro de ella que hacían que se a veces su vientre brincara como residuo del orgasmo tan intenso que había tenido, sintió que Carlos doblaba sus rodillas y empujaba su pene hasta el fondo de su vagina, apretó con sus manos las nalgas de ella y derramó su semen que ella sintió golpear su vagina en varios chorros calientes, sintió "bonito" pero no placer, su cuerpo ya no respondía, ya no podía sentir mas placer del que había tenido, Carlos estiró sus piernas y así permanecieron en silencio, se perdió la erección, el pene salió de su vagina y sintió como el semen se escurría sobre la pelvis de Carlos, no se movieron hasta pasado un tiempo largo en que ella levantó la cabeza, le dió un besó en la boca y le dijo.

-¿No podías satisfacer a una mujer?, si lo pudieras hacer me matas corazón, te quiero.

Susana se enderezó, quedó sentada sobre la cadera de Carlos, él puso sus manos sobre los muslos doblados de Susana evitando que se levantara y le dijo.

-Susana, te amo, pero sé bien que amo a la jovencita de 19 años que he amado siempre, hoy estoy frente a la mujer de éxito, frente a una mujer en toda la extensión de la palabra, pero no la conozco, no sé como es, solo sé que es una belleza y me ha hecho disfrutar del sexo como nunca lo había hecho mujer alguna, yo…..

Susana sintió que estaba terminando, que solo había sido un "buen sexo", ya no quería escuchar nada más, nuevamente había sido la mujer que "coge rico", sintió derrumbarse sus planes y quiso terminar rápidamente, interrumpió el discurso de Carlos preguntando

-¿Qué quieres Carlos?, dilo sin darle tantas vueltas, ya tengo edad para soportar todo

Carlos respiró profundo y le dijo

-Quiero que me des la oportunidad de enamorarme de ti, quiero que te enamores de mi, quiero, quiero… no sé Susana, que olvidemos estos absurdos fines de semana, tratarte nuevamente y que me traigas loco de amor por ti, ¡por Dios Susana quiero ser feliz a tu lado!.

Carlos desvió la mirada de los ojos de Susana y volteó la cara, ella había quedado muda, no creía lo que había escuchado, una gran felicidad llenó sus ojos de lágrimas, se recostó nuevamente sobre el pecho de Carlos y dijo.

-Carlos, me dedico a reparar corazones, iría contra mi ética romper el tuyo, ¿no piensas lo mismo?.

El la abrazó con fuerza contra su pecho y ella agregó

-¿Nos bañamos juntos?

Se levantaron de la cama y se metieron a la regadera, cada uno baño el cuerpo del otro entre besos y caricias, no había excitación, ella no quería mas sexo había tenido ya mucho placer, el miembro de Carlos estaba flácido ya le había entregado a ella todo, ninguno pretendió hacerlo nuevamente, Carlos la puso frente a él y le chupó un pecho apretando con sus labios el pezón y sorbiendo de el, Susana al sentir eso le dijo

-Carlos que hombre tan tierno eres, pero de ahí no podrás sacar nada.

-Por el momento no, pero tal vez algún día

-¿Serías capaz de probar la leche de una mujer?

-Si es de la que amo, ¿Porqué no?

Terminaron de bañarse, Carlos se quedó afeitándose frente al espejo y ella salió del baño a cumplir con su ritual de untar crema sobre su cuerpo, se puso una panty y el vestido corto que había usado cuando fueron a comer, ya vestidos los dos salieron a desayunar, al salir de la habitación se toparon con una de las recamareras que los vió extrañada, Susana le dijo "El también está hospedado en el hotel" y caminaron abrazados hacia el comedor, se sirvieron fruta del buffet y cuando Susana se levantó para servirse del buffet se encontró con Mónica, la llevó a una esquina del restaurante y le dijo.

-Mónica, lo mas maravilloso que he sentido en mi vida, no tienes idea de la clase de… ya sabes he tenido, increíble amiga, increíble de verdad

-¡Puta madre!, amiguita, ¿sabias que el mayor placer sexual está en el cerebro? Las mujeres respondemos sexualmente ante un sentimiento como si fuera el mayor de los afrodisíacos, cuando sentimos esa seguridad en la cama, cuando nos sentimos amadas, tanto o mas que deseadas, cuando amamos a nuestro hombre nos sentimos tan seguras que nuestro cerebro permite que todo fluya libremente, sin temores, sin prejuicios, sin tapujos, sin pendejadas que nos eviten llenarnos de placer. Así somos las mujeres y tú amiguita estás perdidamente enamorada.

-¿Cómo crees?

-Entonces no, vamos a desayunar que tengo hambre.

Susana se quedó callada, solo pensó "Con Mónica no es posible hablar nada serio", se sirvió del buffet y se fué a sentar junto a Carlos y lo primero que hizo instintivamente fué tomar la mano de él, volteó la vista hacia la mesa donde estaba Mónica y la vió sonreír con un gesto que indicaba "Te lo dije", Carlos preguntó

-¿Cuándo te regresas?

-Terminando de desayunar, no me gusta la autopista congestionada.

-¿No te puedes esperar mas tiempo, digamos a mediodía?

-No Carlos, prefiero hacerlo temprano

-Dame tu número de teléfono y tu dirección

Carlos le pidió un bolígrafo al mesero y Susana anotó sobre una servilleta los datos, cuando se la dió a Carlos el vió, la dirección, número de teléfono de casa, del hospital y de su celular, Carlos sonrió y le dijo

-Parece que si quieres que te hable.

-¿Fui tan obvia?, ¿Cómo muy descarada?

-Fuiste linda

-¿Y que tienes planeado hacer para eso de enamorarnos?

Carlos rió y le dijo al oído

-¿Qué tanto nos falta reina?, ¿Qué tanto puede faltar?

Susana sintió el deseo de decir que a ella no le faltaba nada, pero se arrepintió, pensó "si he sido tan descarada en todo ¿porqué demonios no le puedo decir que a mi no me falta nada?, el eterno juego de las mujeres de esperar a ser conquistadas, Dios mío que educación que no nos permite a nosotras decirlo antes que ellos, somos las que los conquistamos, pero debemos terminar siempre siendo las conquistadas". Terminaron de desayunar, Carlos la acompañó a su habitación, se lavó los dientes entró al baño, hizo su maleta y salieron de la habitación, fueron a la alberca a despedirse de los demás, Carlos se perdió por unos momentos para llevar la maleta de ella al auto, al terminar los abrazos y besos de despedida Mónica la acompañó para decirle

-Amiguita, no lo dejes ir, él siempre ha estado enamorado de ti y tú estas perdida por él, no pierdan la oportunidad, es su último tren.

Susana afirmó con la cabeza y caminó a recepción, entregó la llave y pidió su cuenta.

-Ya está pagado señora, la esperamos de regreso

-¿Quién pagó?

-El caballero que llevaba su maleta.

-Gracias y felicidades por el buen servicio que dan, estuve muy bien atendida

Vió al empleado sonreír como interpretando el "bien atendida" en otro sentido, ella le apuntó con su dedo índice, le pensaba responder algo, pero solo movió la cabeza y se rió con él, salió a su auto y vió a Carlos junto a este esperándola.

-Gracias por pagar mi cuenta

El no respondió la abrazó y le dió un beso en la boca apretando con sus labios el labio inferior de ella, se separaron y se quedaron viendo a los ojos, Susana abrió el maletero y él puso dentro la maleta de ella, cerró el maletero y abrió la puerta del auto, Carlos la abrazó nuevamente y la besó, ella se subió al auto, se puso el cinturón de seguridad, él le cerró la puerta y cuando ella abrió la ventanilla él le dijo

-Con cuidado

-Me hablas y no te acuestes con ninguna

Fué la respuesta de ella antes de iniciar la marcha, se detuvo en la salida del estacionamiento del hotel, abrió la guantera de la consola que está en medio de los asientos, tomó un CD de Alberto Cortés y lo puso, reinició su marcha, la autopista estaba sin tráfico, rara vez rebasaba a algún autobús de pasajeros o ella era rebasada por algún auto, comenzó a cantar en voz baja una canción acompañando al CD, "Cuando te asomes al amor pequeña mía, alcanzarás una cota insospechada, verás desde la altura un nuevo día, naciendo de tu propia madrugada" Y continuó cantando el siguiente verso con vos muy fuerte "Cuando te asomes al amor si es en invierno, pensarás que estalló la primavera. Llenarás de poemas un cuaderno, llevando tu emoción en bandolera", dejó de cantar al ver que un auto junto a ella había disminuido su marcha y los ocupantes, una pareja joven, la observaban extrañados, ella movió sus labios como para que los leyeran diciendo "Can-tan-do". Rió con ellos y el auto aceleró y se fué.

Seguía riendo y dijo dirigiéndose al estéreo del auto

-Señor Cortés, tiene usted mucha razón en lo que dice en sus canciones, solo que cuando yo las canto, la gente se ríe de m텅 y eso que no me escucharon.

Llegó a su casa, Javier le abrió la reja del estacionamiento.

-Que guapa se ve doctora, ese color le queda muy bien

Ella agradeció el piropo, entró, se estacionó en su lugar, sacó su maleta y subió por el elevador a su departamento, abrió la puerta, metió la maleta a su recámara, tomó las llaves de la casa y salió a tocar al departamento de enfrente, le abrió Félix quien la recorrió con la mirada de la cabeza a los pies, haciendo un gesto de aceptación o de admiración y dijo

-Buenos días doctora, ¿ya de regreso?

-Si Félix, gracias por estar pendiente, solo les quería avisar que ya había llegado

La mamá de él salió con la correspondencia de Susana en la mano y dijo

-Te trajeron todo esto Susana, caray que bien te sienta el color bronceado, te hace lucir de maravilla dentro de ese vestido, y se te ve muy contenta, ¿No habrás conseguido novio?

-Tal vez, tal vez.

Se dieron un beso y se retiró a su departamento, antes de cerrar la puerta la mamá de Félix le dijo

-Pues sería increíble Susana, de verdad te deseo mucha suerte

Cerró su puerta riendo, vió los sobres de la correspondencia, no abrió ninguno, los puso sobre la mesa y fué al patio de servicio a encender el calentador del agua, abrió el refrigerador, "No tengo nada para comer y me da flojera salir al supermercado", se metió a su recamara, encendió la TV, se recostó en la cama, pensó "Creo que si estoy enamorada y a mis años, tendré que hacer como la canción, sacar juventud de mi pasado, bueno él tampoco es un jovencito", sus ojos se cerraban, no opuso resistencia y se quedó dormida.