Son las cuatro de la mañana, me desperté y no puedo conciliar el sueño, ya sé que es mi culpa, siempre me lo dices "No debes tomar café por las noches, a ti te provoca insomnio", pero no te hice caso y tomé tres tazas de café en la despedida de soltera de Mariana. Pero nos divertimos mucho, nos quedamos cinco amigas al final y abusamos del café y del pastel. Cuando regresé a casa estabas viendo la TV sentado en el sofá, me quité los zapatos y los pantalones para recostarme en el sofá poniendo mi cabeza sobre tus piernas, poco a poco fuiste perdiendo el interés por el noticiero, tu mano acariciaba mi cabello y mi cara mientras que yo besaba la palma de tu mano, ¿sabes que me gusta besar las palmas de tus manos?. Sin embargo insistías en comentarme las noticias. Te dije "A mi me preocupa la gente de Chile Pedro, lo demás siempre es lo mismo, promesas incumplidas y mentiras a destajo.. ah y también deportes" Hiciste un gesto de conformidad, callaste y continuaste tus caricias sobre mi rostro, jugando con tus dedos con mis cabellos. Sin duda te gusta mi cabello, antes de hacernos novios me decías "la cervecita" por el color dorado de mi pelo y mi apellido Heiken, que te sonaba a Heineken. Creo que así le decían también a mi hermano.

Trato de iniciar la plática diciéndote.."Todas me preguntaron si me había casado virgen, yo les dije que si y me vieron como animalito raro, todas ellas ya tuvieron relaciones y son solteras, ¿soy muy anticuada amor?"… "¿Qué?".. "Nada olvídalo. ¿Sabes que le regalaron a Mariana?, un consolador muy grande en forma de pene, se le ven las venas y el glande a la perfección y se siente como si fuera piel hasta tiene los testículos muy bien hechos, pareciera que lo tomaron de un molde, la loca de Mariana se lo metió a la boca lo chupó de una forma muy cachonda y después lo pasó sobre su sexo, yo creo que en la noche le dará el uso indicado" .volteaste a verme para decir. "Vaya, se divierten cuando están solas, ¿y no se lo metió ella o a otra de ustedes?". Ya no respondí, ¿Qué caso tenía?, recargué mi cabeza sobre tu vientre y cerré los ojos mientras tu mano seguía acariciando dulcemente mi cara.

Doblé mis piernas con las plantas de mis pies apoyadas sobre el asiento del sofá, tu mano comenzó a acariciar mis rodillas y sentí sobre mi cabeza la reacción que te produce tocar mi cuerpo, reacción que se fue acrecentando mientras tu mano bajaba por mis muslos hasta posarse en mi pubis y mi vientre, acariciabas con suavidad todo mi abdomen y mi costado, fingías ver la TV mientras desabotonabas mi blusa, bajaste tu mirada hacia mi pecho y con tus dos manos abriste el broche de mi sostén justo en medio de mis senos, hiciste a un lado el sostén y tu mano se apoderó de mis pechos llenándolos de caricias, me encanta sentir tu mano sobre de ellos, tu cara se mantenía hacia el frente y tus ojos estaban fijos en la televisión pero tu virilidad te denunciaba, frente a tus ojos pasaban las imágenes del noticiero pero seguro que en tu cerebro ya no se registraban, tu oídos ya no escuchaban las noticias, tan solo se llenaban de los suaves suspiros que tus caricias me provocaban, tu cuerpo te delata y no lo puedes ocultar, me deseas tanto como yo a ti.

En Junio cumpliremos tres años de matrimonio, me recuerda aquel poema "Y en el libro de la vida quedo por siempre una fecha, que era Junio y era un día que olía a cosas eternas", qué cursi, pero tú elegiste la fecha. El caso es que nuestros deseos por el otro se han acrecentado durante este tiempo, al principio no fue así, después de la fiesta de bodas tú y yo solos en esta casa dentro de nuestra recámara de pie y completamente desnudos, yo me abrazaba a tu cuerpo para que me cubriera de mi desnudez, sentía vergüenza de mostrarme a tus ojos, tus manos sobre mis hombros me hicieron hacia atrás y quedamos frente a frente, tu mirada recorría mis formas de mujer adolescente y la mía estaba fija en tu virilidad, como si la vigilara o le temiera, sentía miedo, tenía deseos de salir corriendo a la casa paterna, pero también deseaba ser tuya y que fueras mío, me dijiste "Andrea, que bella eres, me gusta tu cuerpo, lo deseo, quiero estar dentro de ti, quiero hacerte el amor" y me hiciste sentir terror, tú mirada estaba llena de esa mezcla de lujuria y pasión, de deseos de satisfacerte dentro de mi y tenía pánico de que te olvidaras de mi sentir.

"Tengo miedo Pedro" te dije y tú me abrazaste, me pusiste sobre la cama y llenaste mi cuerpo de besos, mi boca, mi cara, mi cuello, mis pechos, mi vientre, mis piernas e incluso mi sexo al que besaste como si lo hicieras en mi boca, sentí la punta de tu lengua entrar en mi húmeda vagina, eso me hizo sentir placer, pero te debo confesar que fue tu ternura y tu actitud la que me llenó de.. ¿Confianza, tranquilidad, seguridad?, llámalo como quieras, pero me sentí tratada como mujer, como una mujer amada, como la mujer con la que dulcemente compartirías esos momentos de placer y no como alguien que usarías para masturbarte, mi cuerpo y mi voluntad respondieron a tus caricias y a tu ternura, te pedí que te recostaras sobre mi y me penetraste lentamente….

¿Placer?, no amor, no en el cuerpo, sentí mi vagina llena, sentí las caricias de tu pene dentro de ella y sobre mi clítoris, pero lo que me hizo enloquecer fué sentirme tu mujer, no puedo decir que tus movimientos eran molestos o dolorosos, al principio un poco, pero antes de penetrarme habías sido extremadamente amoroso, dulce y tierno, lo suficientemente hombre para llenarme de ese sentimiento de seguridad que llevó a mi vagina a lubricarse adecuadamente para recibirte, sentí los espasmos de tu pene en el momento de eyacular, No los identifiqué esa vez pero ahora ya los reconozco y siempre me esfuerzo por sentir tu semen, sin embargo rara vez lo logro en el momento que eyaculas, lo siento al final cuando escurre por las paredes de mi vagina hacia fuera, pero desde esa primera vez, ver la cara de placer que pones en el momento de tu orgasmo me llena como mujer, me encanta satisfacerte, me encanta llenarte de placer. Claro que ya en nuestra luna de miel me hiciste disfrutar salvajemente, me enseñaste el placer de ser mujer, algo que como hombre nunca lograrás entender, si amor, somos complicadas hasta para disfrutar del sexo, pero cuando nuestro hombre nos sabe llevar sin prisas, con caricias, besos y palabras hasta ponernos en ese "punto sin retorno".. ¡Guauu!, somos fieras ansiosas de placer y lo disfrutamos como locas.

Tu mano baja por mi pecho hacia el centro, no la subes sobre el otro ahora decides recorrer el camino hacia mi vientre y mi pubis. Mi sexo espera tu mano con ansiedad, te detienes en mi pubis sobre su blanca piel que se resalta con lo negro de mi lencería, sobre la panty acaricias oprimiendo suavemente donde se encuentran mis ovarios, eso me excita, no tienes idea lo que me excita al igual que escucharte decir que tu semen mojará mis ovarios, ya sé que no es cierto pero me excita pensar que tu semen, tu vida, recorre mis entrañas humedeciendo todo lo que encuentra a su paso… Sobre mi pubis dejas tu mano, que crueldad amor, necesito que la bajes, que la metas por debajo de mi panty y sientas la humedad de mi sexo….Levanto un poco mi cabeza y observo mi cuerpo, mis pechos con sus aureolas color rosa y mis pezones endurecidos, mi vientre y mi pubis hundidos por estar acostada, los huesos de mi cadera me permiten ver dentro de mi panty, podrías meter tú mano con facilidad ¿porqué no lo haces?, observo las curvas de mi cadera y mis piernas dobladas, tú mano contrasta con el color de mi piel, de verdad que soy muy blanca, demasiado blanca y esta vez no fuimos a la playa, me consentiste y me llevaste a mi patria, hacia años que no regresaba, es mas nunca pensé que regresaría y mucho menos que haría el amor en mi patria.. Me dan risa mis pensamientos.

Después de unos instantes que me parecieron eternos tu mano entra por debajo de mi panty, cubre mi sexo y siento un placer tan grande que me hace cerrar los ojos y suspirar, inclinas tu cuerpo sobre el mío, me apoyo con mis pies para levantar mis nalgas y facilitarte deslizar mi panty por ellas para después subirla por mis muslos y sacarla de mis piernas, bajas besando mis muslos hasta llegar a mi sexo, tu lengua se posa en el haciendo que mi suspiro se convierta en un gemido de placer, mi respiración se agita haciendo que mis pechos suban y bajen a su ritmo, mis ojos están cerrados y mis manos se posan sobre mis nalgas levantando mi pubis para ofrecerte todo mi sexo, tu lengua se mueve suavemente sobre mi clítoris, recorre el contorno de mi vagina y entra en ella repetidamente.

Fácilmente me llevarías al orgasmo pero te detienes, quitas mi cabeza de tus piernas y te pones de pie, me tomas de la mano y me llevas a nuestra cama, no opongo resistencia ya en mi ser no existe ninguna duda, te amo y soy tuya, mi pasión te pertenece tanto como a mi tuya, me acuesto sobre la cama mientras tú te desnudas, tu boca se junta a la mía saboreando nuestras lenguas, para después posarse sobre mis pechos y sorber de ellos mi amor, mi pasión, mi entrega. Te metes en medio de mis piernas que están abiertas para ofrecerte mi sexo que te espera con ansiedad, siento tu pene entrar lentamente en mi cuerpo, ya conoce el camino y nunca se ha saciado de recorrerlo, ni mi vagina de sentirlo suyo.

Te has encargado de hacer que cada vez sea diferente, cada mañana, cada tarde, cada noche que nos perdemos uno en el otro es distinta a la anterior, tal vez nunca terminemos de conocer nuestros cuerpos y su forma de expresar lo que sentimos uno por el otro, me gusta sentir como mi vagina se abre para dar paso a tu pene, se abre para el, lo abraza con sus paredes flexibles apretándolo como si no lo quisiera soltar y eso lo hace cada vez que entras y sales de ella con esos movimientos que cambias en su ritmo para satisfacerme y satisfacerte, tu pene se mueve sobre mi clítoris y ejerce una presión muy placentera en la parte superior de mi vagina. Yo también te correspondo, lo largo de mis piernas me permite entrelazar mis pies sobre tus nalgas, te empujo sobre mi evitando tus movimientos para girar mi cadera aprisionando y moviendo tu pene a mi propio ritmo mientras lo tengo muy dentro de mi, subo y bajo mi cadera haciendo que tu pene entre y salga, me gusta ser activa para darte y darme placer.

Me encanta esta posición, tu cara queda frente a la mía y nuestras miradas siempre están atentas al placer del otro, doy gemidos, gritos de "ahh, agg, ohh, mmm", ¿Por qué?, no lo sé amor, pero creo que es mas por ti que por mi, mis gemidos, gritos y quejidos te llenan mas a ti que a mi, puedo disfrutar en silencio, pero a ti te gusta escucharlos y el sexo no solo es cosa de pene y vagina sino de hombre y mujer. ¿Qué siento?, trataré de explicarlo, las caricias de tu pene dentro de mi vagina y sobre mi clítoris hacen que mi cuerpo se comience a tensar, poco a poco mis músculos se endurecen, esto hace que mis piernas y mis nalgas tiemblen fuera de mi control.

Es algo único y especial, se produce una tensión que a veces es desesperante pero inmensamente placentera, cada músculo de mi cuerpo se va endureciendo poco a poco, no responden a mi voluntad y llegan al límite de su tensión, siento mi abdomen endurecido, mis nalgas, mis piernas, todos mis músculos están como preparándose para algo, algo que el roce de tu pene, la fuerza de tus embates empujando mis entrañas, las miradas, las palabras, el sudor de nuestros cuerpos, tu aliento y todo, todo lo que implica el sexo les produce. Te digo que a veces es desesperante, quiero que ya suceda pero te detienes y me dejas tensa, muy tensa, y reinicias tus movimientos, te gusta llevarme al límite, a la desesperación, a la necesidad de estallar y lo haces de maravilla, me pones en ese punto increíble donde mi cuerpo solo desea que eso suceda para que libere su tensión y de pronto sucede.

Hace que mi boca se abra, mi respiración se detiene unos instantes y algo explota como un golpe que hace que todo dentro de mi se mueva placenteramente, me hace gritar, mis ojos se tratan de subir hacia mi frente, todos mis órganos dentro de mi pelvis se contraen, útero, vagina, recto, ano, todo y esto se prolonga en contracciones placenteras que se repiten una tras otra bajando poco a poco su intensidad hasta que quedo totalmente relajada, agotada y en ocasiones creo que pierdo el sentido por unos instantes. Como me lo hiciste sentir hace unas horas, pasado esto simplemente me dispongo a esperarte y disfrutar de tu placer, pero cuando tú te demoras en lograrlo haces que mi orgasmo se repita, mas suave, mas corto pero muy placentero.

Y lo he llegado a sentir varias veces seguidas, uno tras otro y la verdad me dejas "muerta de placer", tu pene se endurece, lo empujas hasta el fondo de mi vagina y siento sus espasmos y mentalmente me imagino tu semen salir de tu pene y golpear en mi útero una y otra vez, al terminar tus espasmos espero que tu cuerpo sudado se recueste jadeante sobre mi, tu cabeza a un lado de la mía y yo besó tu hombro y acarició tu espalda hasta que tu pene pierde la erección y abandona mi cuerpo, a veces nos hemos quedado así, tú sobre mi por mucho tiempo, en silencio y besando la piel del otro que tenemos cerca de nuestras bocas. A veces mientras estoy en medio de mi orgasmo he logrado escuchar tu gemido he tratado de abrir mis ojos que están perdidos en sus órbitas para verte, y aunque no lo logro y mis propios espasmos no me permiten sentir los tuyos sé que has terminado junto conmigo y es algo especial, muy especial.

Veo mi cuerpo que está desnudo debajo de las cobijas como siempre que hacemos el amor por las noches, tú duermes, no sé que te agotó mas si el sexo o la emoción, terminamos de hacer el amor, me levanté para ir al baño con unos pañuelos desechables deteniéndolos con mi mano sobre la entrada de mi vagina te observé y te dije "Ya tú semen no llegará a mi útero.. El ya está ocupado y cerrado", que mala soy amor, abriste tus ojos admirado me jalaste a la cama otra vez y en unos minutos me diste mas besos que los que hayas dado en toda tu vida. Besabas mi ombligo y yo te decía "No amor, no es ahí, por lo pronto es mas abajo, al centro de mis ovarios"

Doblo mis piernas poniendo mis pies sobre la cama, demonios ya te desperté y me preguntas mientras te abrazas de mis piernas

-¿Qué pasa chiquita? ¿No puedes dormir?

-No amor

-¿Estas tratando de adivinar si fue en Alemania?

Quedé unos instantes en silencio, Ay amor, si supieras lo que había planeado para mi vida, terminaría la escuela y me regresaría a Alemania a trabajar, y tal vez a los 28 o 30 años, me casaría y formaría una familia en mi patria y ya vez, el destino me llevó a enamorarme de ti a convertirme en tu esposa antes de los 17 y ser mamá antes de los 20. Sería honorable haber concebido a mi primer hijo en mi patria

-Quiero pensar que si, pero no es eso amor, pensaba que si escribo mis emociones de seguro se pensará que no son eróticas, ¿Crees que el amor de pareja es erótico?

-Güerita de mi vida, trata de dormir, ¿Cómo te puede quitar el sueño algo así?.

-No, para nada, eso no me quita el sueño, tal vez sea el café que tome, ¿No creo que sea por el embarazo?.

-¿Tienes miedo?, yo voy a estar siempre a tu lado, yo tengo tanto miedo como tú, pero sé que todo saldrá bien.

-De eso estoy segura, duérmete amor, yo voy a escribir un rato, ¿me sigo preguntando si el amor de pareja es erótico y el erotismo no incluye al amor?.. regreso al rato.