-Quiero ir con mis amigas a la casa de la playa a pasar las vacaciones de verano_____Le dijo Lourdes a su papá mientras desayunaban

-¿Y Gilberto?, ¿lo vas a dejar solo tres semanas?

-El se va de vacaciones con sus papás a España, su mamá quiere que le lleve la invitación de nuestra boda a sus abuelos y a los parientes de allá, ya sabes como es este asunto de las bodas de los hijos, parece que se van y no los volverán a ver jamás

-Querrán pasar con su hijo las últimas vacaciones soltero, tienen derecho, ¿no crees?

-No me importa que lo haga, fué un simple comentario….. ¿Qué piensas hacer cuando me case papá?

Después de 20 años de la muerte de su madre a ella le preocupaba dejar solo a su padre y buscaba la oportunidad para saber lo que él sentía y lo que haría. Arturo se puso de pie, con el periódico que tenía en la mano le dió un golpecito en la cabeza a su hija mientras le decía.

-Tú preocúpate de tu boda y que todo salga bien, yo por lo pronto voy a la casa de la playa como siempre lo he hecho en vacaciones, tú sabes que no molesto. ¿Quiénes van?

-Cecilia, Laura y Ana María

-¿Cecilia la muñequita, la vecinita del piso de abajo cuando vivíamos en el departamento?... Hace tiempo que no la veo… como ocho años.

-¿Te acuerdas cuando se sentaba en tus piernas a jugar Nintendo?.. Te quiere mucho Ceci, ¿Te platique que sus papás se divorciaron y que ella vive con su mamá?

-No, pero se veía venir, vivían peleando…La mamá era muy guapa… ¿Estará disponible?

-¡Papá!

-¿Qué?... A mis 47 añitos aún puedo conquistar a una bella mujer.

-Si señor, a su edad puede conquistar a la mujer que sea, pero no a una con tantos conflictos personales, además vive con su novio.

-Gracias bella damita, tomaré en cuenta sus sabias palabras.

Ese día las cuatro amigas viajaron a la casa de la playa llegando por la tarde-noche, cenaron y después de charlar un rato subieron a dormir cada una en su habitación. A la mañana siguiente bajaron y se sentaron a la mesa bajo la palapa que está un lado de la alberca a tomar café mientras esperaban que les sirvieran el desayuno, en eso estaban cuando vieron a Arturo caminar hacia la alberca, a su lado caminaba Enrique, su empleado de confianza encargado de cuidar la casa y del personal que en ella trabaja, ambos con sus raquetas de tenis en la mano Arturo le dió su raqueta a Enrique se quitó los tenis y la playera y se metió a la alberca para ponerse a nadar de una orilla a la otra varias veces, Enrique caminó hacia ellas y las saludó.

-Buenos días señoritas.

-Buenos días Enrique, ¿Quién ganó en el tenis?__ Preguntó Lourdes

-Me ganó y por las buenas Lulú…. Me dijo que quería desayunar con ustedes, así que cuando deje de nadar les servimos el desayuno.

Arturo detuvo su nado en la orilla del lado de la palapa frente a las chicas y las saludó

-Buenos días preciosas, Hija, Anita, Laura, ¡Ceci! mi muñequita linda.

Arturo salió de la alberca y Lourdes se puso de pie para ofrecerle una toalla a su papá, él se secó y caminó hacia el baño, se cambió el traje de baño por uno seco y salió a sentarse a la mesa donde estaban su hija y sus amigas. Mientras desayunaban todas platicaban amistosamente con él. Arturo siempre había tratado con mucho cariño a las amigas de su hija despertando en ellas la confianza para "Tutearlo" e incluso le pedían consejo cuando temían platicar con sus padres.

Cecilia no le separaba la vista, realmente era un hombre atrayente, su pelo gris, su cara, su voz, los músculos de su cuerpo que aún se notaban firmes y la forma caballerosa en que las trataba le daban ese atractivo varonil que a ella le encantaba y no podía evitar mirarlo, él preguntó.

-¿Qué piensan hacer hoy?

Lourdes respondió por todas

-Tomar el sol, nadar, ir a la playa y beber alguno que otro trago…. Vamos a descansar estas tres semanas.

-Que bien, entonces podré ver como el sol broncea sus bellas y delicadas pieles, cada día las veré mas morenitas y atractivas. Yo me retiro chicas, voy a atender asuntos pendientes. Si quieren salir en el yate me dices hija. Me sentiré cual millonario excéntrico con el yate lleno de bellas chicas, claro que el yate de ellos si es un yate, el mío es casi una lanchita, pero las chicas me las envidiaría Hefner

Arturo se levantó de la mesa y caminó hacia donde lo esperaba Enrique, seguido por la mirada de Cecilia, quien volteo a ver a Lourdes y le dijo

-Que guapo es tú papá amiga, se me figura Sean Conery ,

-Caray, que éxito tiene mi papá con mis amigas, si lo quieres seducir ¡es todo tuyo!.. Pero date prisa que las otras te llevan ventaja.

-¿Lo dices en serio?, ¿Alguna ya…?

-¡No respondan, no quiero saberlo!…

Cecilia se sonrojó por su pregunta y se disculpó, pero Lourdes quitó importancia al asunto riendo con las demás por lo dicho. Pasado el medio día Arturo regresó a la casa y después de ponerse su traje de baño se acercó a la alberca donde solo estaba Cecilia que dormía boca arriba sobre un camastro bajo los rayos del sol, usaba un bikini color rojo, su linda cara y su cuerpo muy bien formado lo hicieron permanecer observándola en silencio por varios minutos, notó que la empleada que hacía la limpieza lo observaba y para disimular puso su mano sobre el hombro de Cecilia y la despertó diciéndole

-Ceci, muñequita, despierta, nunca te quedes dormida bajo el sol preciosa, tú piel es muy blanca, te quemas y vas a pasar unos días terribles, tienes varios días para broncearte poco a poco.

Cecilia abrió los ojos y le sonrió medio dormida, se enderezó sobre el camastro y ya despierta se metió a la alberca, Arturo caminó hacia la cantina y preparó dos bebidas, regresó a la alberca y puso un vaso en la orilla, señalándole a Cecilia que era para ella, mientras preguntaba.

-Y las otras bellezas ¿Dónde están?

-Bajaron a la playa, gracias por la copa y por despertarme me estaba quemando de más, es fea la piel blanca ¿verdad?.

-No dije eso muñeca, ¡al contrario!, es preciosa, al menos yo no me resisto a una mujer con una piel como la tuya, la siento muy sensual y cuando se broncea, ¡uff!, las marcas del bikini son realmente excitantes, lo que si hay que cuidarla del sol y broncearse poco a poco.

Arturo dejó su copa sobre el piso junto a la alberca y se metió al agua, se sumergió completamente y salió para quedar de pie junto a ella, él tomó su vaso lo levantó y dijo "Por el gusto de ver a la muñequita nuevamente, convertida en una mujer muy bella, no solo heredaste sino que superaste la belleza de tu madre". Cecilia levantó su vaso diciendo "Gracias Arturo siempre tan lindo" y continuaron platicando de estudios, negocios, profesiones, amigas y otras cosas, Arturo salió del agua y sirvió otras copas regresando nuevamente al agua para seguir platicando, él le dijo en tono de pregunta

-Me platicó mi hija que tus papás se divorciaron

-Si, vivo con mi mamá y su novio, que no me agrada mucho pero no tengo a donde ir

-Cecilia, siempre habrá un lugar para ti en la casa, como cuando eras mi muñequita

Cecilia lo miró fijamente a los ojos, él se sintió nervioso ante la especial mirada de la chica y apresuró su copa, cuando pensaba salir del agua a servir otras copas ella dijo, "Es mi turno Arturo", y salió rápido del agua, se secó de pie junto a la orilla de la alberca mientras que Arturo metido en el agua observaba lo bien formado de su cuerpo, su piel blanca que comenzaba a obscurecerse por causa del sol, sus pantorrillas y muslos bien torneados, su abdomen plano, sus pechos cuya redondez se dejaba ver a los lados y al centro de los dos triángulos del top del bikini y lo bello de su rostro que relucía por lo azul de sus ojos y el dorado de sus cabellos, él había conocido a muchas mujeres bellas pero ésta chica lo era del cabello a los pies, podría ocupar sin desperdicio alguno las páginas centrales del "playboy".

La observó caminar hacia la cantina de la alberca admirando la firmeza de sus nalgas y su bien delineada cintura, cada movimiento de su cuerpo acentuaba su belleza dándole un aire de coquetería muy sensual y excitante, ella observó unos CD’s y se volteo con un disco en la mano para peguntar "¿Puedo ponerlo?", Arturo afirmó y al ritmo de un rock clásico regresó moviendo su cadera con los vasos de wisky en la mano. Arturo se sumergió nadando bajo el agua tratando de distraer su mente de la sensualidad de la chica para después acercarse nuevamente a la orilla donde Cecilia lo esperaba sentada con los pies metidos en el agua para darle su vaso y levantar el suyo diciendo "Por el rey Elvis" , La charla se tornó mas en confianza y ella preguntó.

-¿Porqué no te casaste otra vez Arturo?

-No se preciosa, tal vez no encontré a la mujer indicada, tal vez me dió temor de formar otra familia donde Lulú pudiera ser hecha a un lado, ya sabes el clásico "tu hija y nuestros hijos"….En realidad no lo sé, pero así se dieron las cosas, me dediqué a mi hija y se terminó la historia.

-¿Pero si hubo?... perdón me pasé de confianza.

-No, no te preocupes, ¡dilo!, ¿quieres saber si hubo otras mujeres?, si, algunas, pero fué solo pasión y deseo, soy hombre, no puedo dejar de extrañar el cuerpo de una mujer junto al mío y sentir…. ¡Bueno eso!, y la verdad me gustaría tener una mujer con la cual disfrutar nuevamente de todo en la intimidad y fuera de ella.

-¿Incluso del amor?

-¿Amar?, tal vez solo se puede amar una vez y yo ya lo hice apasionadamente, solo que duró muy poco……… En fin, ya pasó mi época… ¿Y tú, como andas de amores, sigues con tu novio?

-No, duramos 5 años y cuando yo pensé que nos casaríamos resultó que el desgraciado se estaba acostando con otra, la embarazó y se casó con ella, le dí todo, mi corazón, mi virginidad, mi vida, incluso mis ahorros……. ¡Maldito infeliz!.... desde entonces ya no quiero saber de amores, ni de hombres, como bien dices solo se puede amar una vez… yo lo hice y terminé muy lastimada.

Las lágrimas brotaron de los ojos de Cecilia y entre sollozos dijo "¿Te acuerdas que cuando se peleaban mis papás, yo subía a tu casa y te decía Arturo, Arturo, estoy muy triste y tú me abrazabas y me besabas mis ojitos para que dejara de llorar?". Arturo sonrío ante el recuerdo, y acarició la pantorrilla y un pie de Cecilia dando un beso en su empeine, Cecilia lo miró a los ojos y dijo "Arturo, Arturo, estoy muy triste", él le ofreció los brazos y ella se dejó caer dentro del agua para quedar abrazada de Arturo y soltar el llanto sobre su hombro, había sacado su dolor y el alcohol había hecho el resto. El la miró a la cara, le dió un beso en cada ojo y en cada mejilla, Cecilia lo miró fijamente deseando que su boca se juntara con la suya pero en ese momento llegaron las demás chicas, Lourdes miró a su padre abrazando a su amiga y preguntó en tono de admiración.

-¿Qué pasó?

Arturo movió la cabeza negando y Cecilia aclaró.

-Le platique a tu papá lo de mi ex–novio y me puse muy triste.

Se separó de Arturo y nadó a la orilla, las demás se metieron a la alberca y Arturo salió del agua para servirles unas copas a todas mientras esperaban que les sirvieran de comer.

En los días siguientes la relación entre Cecilia y Arturo era mas estrecha, platicaban mucho y les gustaba estar juntos, ponían discos de rock y bailaban mientras las otras les aplaudían, salieron a pescar y Arturo le dedicó la mayor parte del tiempo a ella. Por más que intentaban disimular, las miradas y los contactos "accidentales" entre ellos hacían notoria la atracción que sentían uno por el otro. Lourdes comenzaba a sentir temor por esta relación que a todas luces era absurda, su mejor amiga y su padre, era realmente preocupante ya que a Cecilia la quería mucho y sabía que esto terminaría mal.

Estaba segura de que la relación era por "necesidades" y nada mas, su padre necesitaba el calor y la pasión de una mujer para satisfacerse sexualmente y Cecilia estaba muy necesitada de cariño, ternura, atención y amor, algo saldría muy mal y a ella le correspondía evitarlo, tendría que hablar con su amiga o con su papá y detener la estupidez que se estaba cuajando.

Un día que Cecilia no bajó a la playa y mientras se asoleaba en la alberca llegó Arturo y se quedó observándola, el bronceado de su piel se resaltaba por el color azul-cielo del bikini, al saludarla de beso ella volteo la cara de modo que las comisuras de sus bocas se juntaron, Arturo la miró a los ojos y ella fijó su mirada en la de él por unos instantes para después recostarse boca abajo y preguntarle "¿Me pondrías crema bronceadora en la espalda?"

Arturo se sentó sobre el camastro junto a ella y comenzó a untarle la crema en la espalda, ella se soltó el broche del bikini y él pasó sus manos por toda la espalda, mas acariciando que untando la crema, bajó hasta su cadera donde su espalda se hundía y se levantaban sus nalgas redondas y firmes, él metió los dedos de su mano ligeramente bajo el calzón del bikini y al notar que ella expresaba un "mmm" de satisfacción metió toda la mano y acarició la suave piel de sus nalgas cuyo tono blanco relucía con el bronceado del resto de su piel, se agachó y dió un suave beso sobre la espalda de Cecilia, pero en ese momento escuchó subir a alguien que venía de la playa, sacó la mano y untó crema sobre los muslos de Cecilia, volteo la cara y miró a su hija que le sonrió, él se apresuró a untar la crema sobre las bellas y bien torneadas piernas sin dejar de disfrutar con sus caricias las pantorrillas de la chica, Lourdes se acercó y les preguntó.

-¿No piensan bajar a la playa?

Cecilia negó, pero Arturo sintiéndose incómodo aceptó, se levantó del camastro y caminó al lado de su hija quien llevaba una botella de wisky en la mano, cuando se alejaron de la alberca, Lourdes volteo para ver si Cecilia seguía acostada y al ver que se había quedado ahí tendida bajo el sol le dijo a su papá.

-¿Te gusta mucho verdad?.. ¿Te la quieres…..?

-Qué preguntas haces hija---- Respondió Arturo avergonzado

Lourdes se detuvo en la escalera que baja hacia la playa y le dijo

-Papá, no me trates como si fuera una niñita o una pendeja, comprendo tu necesidad de tener a una mujer a tu lado, desnudarla en tu cama y tener con ella una relación sexual que te libere de tu tensión…. ¿Hace cuanto que no tienes a una mujer en tu cama papá?, ¡no me mires así, ni pretendas regañarme que no lo voy a aceptar!, solo respóndeme con honestidad… ¿Hace cuando que no tienes a una mujer desnuda junto a ti y disfrutas del sexo?.. ¿Piensas que no me doy cuenta de cómo te dedicas a cansarte con el ejercicio para perder el deseo? ¿Crees que no me daba cuenta cuando te habías acostado con alguna mujer?.. Nunca llevaste a ninguna a la casa pero yo lo notaba en tu carácter y te aseguro que llevas mucho sin hacerlo, ¿Un año, dos, tres?... ¿Cuánto papá?

Arturo sintió nuevamente la enorme confianza que en él tenía su hija, la primera vez había sido cuando le confesó haber perdido la virginidad con Gilberto y lo feliz que esto la había hecho, recordó aquellos momentos en que tuvo que explicar a una niña todo lo referente al sexo, que difícil había sido explicarle que al menstruar sangraría por la vagina y a enseñarle como usar las toallas sanitarias, explicarle que al tener relaciones sería penetrada por su compañero, hablar con ella sobre el sexo vaginal, anal, oral, la masturbación, el semen, el orgasmo, todo, absolutamente todo sin tapujos ni prejuicios. Sonrió satisfecho y le respondió

-Mucho, mucho tiempo hija

Lourdes afirmó con la cabeza, y agregó

-Yo entiendo que con ese cuerpazo que tiene mi amiga te guste, que sientas deseos por ella, ¿pero lo has pensado bien?, ¿Has pensado en las consecuencias que puede traer?

-Si te refieres al dinero, sabes que la mitad de todo está a tu nombre y al final todo será para ti.

-No pá, no me entiendes, el dinero es lo de menos, si quieres compartir tu vida con otra mujer y te hace feliz es justo que disfrute de lo que tienes…me refiero a Ceci ¿la piensas comprar sacándola del infierno que vive en su casa o te vas a casar con una mujer que podía ser tu hija?, ¿la llevarías a bailar a una disco?, ¿Te gustaría que te dijeran en un restaurante lo bella que es tu hija siendo tu esposa?.... Se que te atrae su belleza, su juventud, que deseas disfrutarla en la cama, pero seguro la lastimarías mucho, ¿Crees que alguien se negaría a cogérsela?.. Pero ella necesita cariño y ternura, necesita ser amada, no cogida.

Arturo bajo la cabeza sin decir nada, Lourdes miró a su papá y lo abrazó diciéndole.

-Te quiero papá, eres el mejor hombre del mundo. Discúlpame que te hable así pero si te acuestas con ella y después la dejas… ¿Qué debo hacer yo?... Ella es mi mejor amiga pero tú eres… Todo pá… pero en fin, regresa con ella.

Arturo regresó a la alberca, le habló a Enrique y le dijo que bajaran a atender a las demás chicas en la playa, cuando se acercó a Cecilia ella sin poder ocultar el gusto de que él regresara le preguntó

-¿No te quedaste en la playa?

-No muñeca, demasiada juventud para mí, la que debe bajar a divertirse un rato eres tú.

-No Arturo, prefiero estar contigo, me gusta…me gusta tu compañía y tu charla.

Arturo se metió al agua y se quedó mirando a Cecilia recostada boca abajo, vieron a los empleados bajar hacia la playa y ella se enderezó para sentarse, intencionalmente no detuvo el sostén de su bikini y sus pechos quedaron a la vista de Arturo mientras ella tomaba el sostén que había quedado sobre el camastro y se lo colocaba lentamente en su lugar, sus pechos eran muy bellos, de un tamaño proporcionado a la altura de la chica, redondos y firmes, resaltando lo bronceado de su piel con unos triángulos de piel blanca donde se veían sus pequeñas aureolas y pezones de color rosa, Arturo solo exclamo "Que linda eres muñeca, realmente bella", ella sonrió y caminó al bar a servir unas copas, regresó y se sentó en la orilla de la alberca ofreciendo un vaso de wisky a Arturo, estiró las piernas hacia él quien acarició sus pantorrillas y besó sus pies.

-¿Has pensado en rehacer tu vida ahora que se casa Lulú?___Preguntó Cecilia

-No sé linda, no tengo a nadie, tal vez si se presenta lo haría pero yo creo que ya mi época pasó, claro que me gustaría tener una mujer joven para vivir con ella momentos de gran pasión y placer, pero eso es solo un deseo, imagínate a un viejo como yo enamorado de una jovencita con toda la fogosidad de la juventud, me dejaría durmiendo para irse a divertir con otro.

-Eso dependería de la jovencita Arturo, juventud no es sinónimo de inmadurez, al menos yo me quedaría durmiendo contigo

Arturo que estaba a un lado de Cecilia con su espalda recargada sobre la pared de la alberca mirando hacia el mar volteó la cara hacia la chica quien lo miró fijamente a los ojos como buscando una respuesta a lo que ella había dicho, él dudo unos momentos pero decidió "dar el paso", la acarició en los muslos, los besó y le dijo.

-Que hermosa eres Cecilia, no sabes como te deseo.

Cecilia se puso de pie y se fué a sentar sobre un camastro en silencio, Arturo al suponer que la había ofendido salió de la alberca, se acercó al camastro y antes de poder articular palabra, ella le respondió

-Si lo sé Arturo, tu trato, tu mirada, tus caricias….Y te aseguro que el deseo es mutuo… Pero ¿Para que Arturo?, ya sé que quieres disfrutar de mi cuerpo, pero dime por cuánto tiempo, ¿Por una noche?, ¿Hasta que me lo hayas hecho de todas las maneras posibles?, ¿En cuanto tiempo me botarías después de haber satisfecho tu deseo por mi cuerpo?, quiero saber si deseas mi cuerpo o me deseas a mi, en pocas palabras quiero saber si me deseas para satisfacerte o para estar juntos…..¿Podrías amar o al menos querer mucho a esta jovencita?

Arturo quedó en silencio, se arrodilló sobre una toalla en el piso junto a los pies de Cecilia y la besó en los muslos separó sus piernas y la abrazó jalándola hacia él para besar su vientre mientras con sus manos la acariciaba en la espalda y la cintura, ella lo hizo a un lado y él quedó sentado en el piso acariciando las piernas de Cecilia quien continuó diciendo

-Te pienso hablar honestamente y sin tapujos….Yo acepto que eres un hombre sumamente atractivo y no me molestaría acostarme contigo, pero yo no quiero acostarme con un hombre y olvidarme del asunto, no quiero ser un cuerpo para que se masturbe, quiero un hombre que me haga sentir amada, que soy lo mas importante para él.. Sin embargo, también quiero salirme de mi casa, ya no soporto que el tipejo con el que vive mi mamá me mire con ojos de deseo, por eso me interesa saber que es lo que quieres de mi, ¿solo mi cuerpo por una vez?, no lo acepto Arturo, ¿Qué sea tu amante?, ponme un departamento, ese es mi precio, ¿quieres que viva contigo como tu mujer?, siendo como eres sin duda te amaría y te haría feliz…Dedicaría mi vida a ti haciendo que me amaras con locura y te daría los hijos que me pidieras…¡Y eso del que dirán no me importa!… solo dime que pretendes de mi y que me ofreces para yo saber como actuar y……….

Las palabras de Cecilia fueron interrumpidas al sentir los dedos de Arturo mover el calzón del bikini en medio de sus piernas, ella puso su mano sobre la de él para evitarlo pero Arturo la miró a los ojos diciendo "Por favor preciosa déjame acariciarte y hacerte gozar". Cecilia presa del deseo retiró su mano, Arturo hizo a un lado el calzón del bikini y ante sus ojos quedó la piel blanca de un sexo depilado con unos finos labios de color rosa, su dedo comenzó a acariciar sobre la piel de los labios girando suavemente sobre el clítoris, Cecilia ya no pudo hablar, lo agitado de su respiración se lo impedía, solo miraba fijamente a los ojos de Arturo quien le dijo, "Eres increíblemente bella", Cecilia bajó su cara y sus rubios cabellos cayeron a los lados de ella mientras Arturo trataba de separar mas el calzón del bikini, Cecilia hizo su espalda hacia atrás apoyándose con sus manos sobre el camastro y levantó sus nalgas, Arturo movió la entrepierna del calzón hacia uno de los muslos de ella y dejó al descubierto su sexo.

Separó con sus dedos los labios vaginales, observó con placer unos labios internos pequeños, un clítoris rosa y debajo el rojo encendido de la entrada de la vagina que se oscurecía al profundizarse dentro de la chica, con su lengua comenzó a lamer el hinchado clítoris, besó los labios con delicadeza acariciando con suavidad la entrada de su vagina, metió su dedo en la húmeda vagina acariciándola por dentro y presionando sobre la parte superior de ésta mientras decía "Qué belleza de mujer, tienes el sexo mas lindo que haya visto en mi vida, es maravilloso poder acariciarlo y hacerte disfrutar". Las palabras de Arturo aumentaban el deseo de Cecilia al hacerla sentir que se preocupaba por complacerla y lo dejó hacer decidida a dejarlo llegar hasta donde él quisiera.

Después de un rato de acariciarla por dentro mientras saboreaba labios y clítoris sacó su dedo, con los dedos de ambas manos separó completamente los labios y con su lengua ocupó parte de la estrecha vagina moviéndose al derredor de ella, Cecilia no lo soportó mas, cerró los ojos, mordió su labio inferior, hizo su cabeza hacia atrás y disfrutó de un placentero orgasmo que Arturo prolongó lamiendo suavemente vagina y clítoris. Sus contracciones eran cortas pero continuas haciendo que su sexo se humedeciera como nunca, su líquido humedecía abundantemente su sexo y escurría hacia su ano mientras Arturo continuaba lamiendo, nunca le habían hecho el sexo oral y nunca había tenido un orgasmo tan húmedo, por primera vez sintió que su placer era lo mas importante y que él disfrutaba de su orgasmo e incluso lo saboreaba.

Cecilia puso una mano sobre la cabeza de Arturo y con voz entrecortada por el placer le dijo "Arturo, eres increíble, me encantas", recostó su espalda en el camastro y con un "Ahh" de satisfacción hizo notar que su orgasmo había terminado, Arturo le dijo "Eres linda hasta para disfrutar Ceci, que bonito te vienes", subió sus manos sobre el vientre de Cecilia y la besó en su muy humedecido sexo y sus muslos. En ese momento escucharon las voces de las amigas que subían de la playa, Arturo se recostó sobre la toalla boca abajo para ocultar su erección mientras que Cecilia acomodó el calzón del bikini y se quedó recostada sobre el camastro, los dos fingiendo dormir.