Terminó de tender su cama aún con la minifalda de su hija puesta, solo con el cierre subido pero sin poder cerrar el botón de la cadera, no le cerraba, pero eso no importaba sabía que su marido no le permitiría comprar una así, era incomoda para mover las piernas, pero que bien se veían sus muslos dentro de ella, se detenía seguido a verse en el espejo, subía un pie a la cama para después voltear al espejo y pensaba "Vaya, enseña una mas de lo que debe, pero se siente una bella, claro que me tendría que poner unas medias negras para ocultar esta piel blanca",

Se giró de lado frente al espejo, su torso estaba aún desnudo, vió sus nalgas, que bien se veían dentro de esa minifalda, sus pechos no estaban caídos, se mantenían redondos y firmes, su espalda continuaba derecha y su vientre plano, que le podía pedir ese vientre al de su hija y eso que había veintitantos años de diferencia, ¡y mira que la niña era muy bella! "como su madre" dijo en voz alta, se puso nuevamente de frente al espejo y le dijo a la imagen reflejada hablándole como si se tratara de una persona y señalando con el dedo índice las partes de su cuerpo sobre el espejo "Pero le gustaste a Santiago aún con ese tono de piel, con que gusto hubiese acariciado tus muslos, tú pancita o esos pechos redonditos, eres una coqueta mujer, claro que ese pelo de tu pubis se ve muy mal, debes afeitarlo de inmediato".

Se rió de su estupidez, estaba hablándole al espejo, terminó de tender la cama, se quitó la falda y se contempló desnuda en el espejo, puso un pie sobre la silla del tocador y midió todo lo que debería de afeitar, si lo haría, incluso la parte de abajo, no dejaría un solo vello sobre su sexo, ¿pero donde lo haría?, el único espejo grande para ver su cuerpo completo era éste, el del cuarto, bueno ya vería como le haría. Fué a la recamara de la niña, colgó la minifalda en el closet, escuchó ladrar al perro, cuando iba a correr la cortina para ver si había alguien se percató de que estaba desnuda caminando por la casa, solo movió la cortina, no era nada, "¡que perro!, le ladra a su sombra" pensó y se metió a bañar.

Bajo el agua de la regadera y haciendo uso del espejo con el que se afeita su marido dentro del baño, afeitó su pubis y su sexo, lo había logrado hacer a la perfección, ponía el espejo bajo sus piernas y notó sus labios vaginales de color rosa, nunca los había logrado apreciar, separó los labios con su mano y observó en el espejo sus labios menores, su clítoris y la entrada de su vagina se veía en el fondo de un color mas rojo, mas intenso, vaya aquí es donde les encanta entrar a los hombres, pensó, metió sus dedos intentando llegar al fondo de ella y no lo logró, con sus dedos comenzó a acariciar su clítoris, a su mente llegó la imagen de Santiago, lo imaginó besando su cuerpo, cerró los ojos mientras con una mano acariciaba su cuerpo y con la otra su clítoris y con la imagen de Santiago en su mente sintió su orgasmo, se detuvo de la barra de acero inoxidable que está en la pared, ya repuesta del orgasmo lavó nuevamente su sexo, cerró la regadera y se comenzó a secar pensando "casi 40 años y aún me masturbo como adolescente, algo debe estar mal en mi en cuanto al sexo, debería hablar con algún psiquiatra"

Salió del baño, se puso su ropa interior, no la escogió, tocaba la de arriba como de costumbre, se puso sus Jeans, una playera, unos calcetines limpios y sus zapatos tenis, se peinó frente al espejo, y como de costumbre rimel en las pestañas, delineó sus ojos, maquilló sus parpados, un poco de polvo en las mejillas y lápiz labial de tono rosa, ya eran muchos años de hacerlo así, no había razón para cambiar la costumbre y ahora ¡a preparar la comida! como toda mujer felizmente casada con hijos y marido que atender. Bajaba las escaleras cuando sonó el teléfono, corrió apresuradamente a contestarlo pero fue tarde, habían colgado, caminó a la cocina y mientras veía en la nevera que podía hacer de comer sonó el teléfono nuevamente.

-"¿Diga?"

-"¿Dónde estabas?"… era su esposo

-"Bajando las escaleras, pero cortaste muy rápido"

-"Claro, oye no voy a comer, voy con un cliente"

-"Qué lástima, pobre de ti, con lo pesadas que son esas comidas"

-"Si, pero ni hablar, el trabajo es el trabajo"

-"Pues si amor, y no sabes como te lo agradecemos tus hijos y yo"

-"Faltaba más"

-"Si amor, es verdad, ¿a que hora vienes?"

-"En la noche ¿Tú que vas a hacer?"

-"No sé amor, tu hijo tampoco viene a comer, y como yo tengo que pasar por la niña a la escuela nos iremos a comer de esa comida chatarra que les gusta, hamburguesas o pollo, no sé, y estaremos la tarde en casa"

-"Consintiendo como siempre, en fín será tu culpa, hagan lo que quieran"

-"Gracias corazón, te adoro y te espero en la noche"

Colgaron los teléfonos, ¿Y ahora que haré?.... limpiar la casa como de costumbre, ¿me tomaré un café con la vecina como de costumbre?, no, ya no tenemos nada de que hablar, mejor le hablaré a mi hermana para platicar con ella, tal vez la convenza de lo mal que está.

Así lo hizo, la hermana llegó muy pronto viven a dos cuadras de distancia y se ven muy poco, ella le platicó de sus planes de comer hamburguesas con su hija, la hermana le dijo

-"¿O sea que tienes que estar aburrida para ver a tu hermana?"

-"¿Como crees?, te platico la razón por la que hoy se rompió mi programa, no tengo las obligaciones de todos los días"

-"¿Obligaciones? ¿De las que te ha impuesto tu maridito verdad?

Ella hizo como que no escuchó lo dicho con sarcasmo y le platicó de la llamada del esposo, la hermana le dijo

-"Hermanita, que idiota eres, comiditas de negocios de última hora, sabías que los hombres planean las comidas con sus clientes el día anterior o varios días antes, pero como tu marido es especial hace sus citas en el momento, ¿para eso tiene una secretaria que le lleva su agenda?, ¿conoces a su secretaria?

Que sarcasmo había en su hermana y como inventaba cosas para molestarla sobre su marido, ya sabía que no lo quería, siempre criticando la vida que le daba, pero ella era la mujer más feliz de la tierra y no haría caso de nada que su hermana insinuara, solo respondió

-"¿Cómo crees?, mi marido es incapaz.

-"Aja, ¿hace cuanto que no coges hermanita?, me refiero a tener sexo apasionado de esos que te llevan a orgasmos largos y profundamente satisfactorios, ¿hace cuanto que no te hace el sexo oral y te deja temblado, para después penetrarte y llevarte al cielo del placer? ¿Eh? ¿Hace cuanto que no tienes un orgasmo hermana?

-"Bueno, no hace mucho, y el sexo oral nunca lo hemos hecho ¿Cómo crees? ¡Eso no es correcto!" además mi marido me complace mucho.

-"Ahh vaya, ¿tanto como René?

Ella sintió el golpe propiciado por su hermana y trató de defenderse diciendo

-"¿Qué tiene que ver aquí René? Yo lo dejé por, por… por mis razones"

-"¿Qué tiene que ver?, hermanita, si te dabas unas cogidotas con él, ¿Tu crees que tu familia era de idiotas?, ¿sabias que mi mamá olía tu panty antes de meterla a la lavadora? ¿Y sabes a que olían? Yo las olí para saber la razón por lo que mamá hacia eso, ¡¡Olían a condón Maricarmen!! A las metidotas de verga que te daban y la estúpida de la niña las echaba al cajón de la ropa sucia, mi mamá lo sabía y nunca te dijo nada por que te veía por primera vez en la vida ¡feliz!,

-"¿Mi mamá no decir nada?, ¡por favor!

-"¡Por favor mierda!, ¿Por qué ninguno de nuestros papás querían a tu esposo eh?, ¿te lo has preguntado?, Por la simple razón de que no te hace feliz, escucha bien," tú-no-eres-feliz", nunca lo has sido junto a ese hombre, ¿No te das cuenta? ¿Hasta cuando vas a seguir tolerando este mal trato? ¿Qué necesita pasar? ¿Qué te dé de golpes ese desgraciado?.

-"Nunca me ha golpeado"

-"Ahhh..¿De manera que nunca? ¿Y los golpes a tu autoestima? Que por cierto ya la noqueó, ¿Esos no cuentan hermanita? ¡¡¿Pero que carajos te pasa?!!"

Al grito de su hermana siguió un silencio total, las dos veían el humo de sus cigarrillos sobre el cenicero, su hermana dió un sorbo a su café y en voz baja agregó

-"René te amaba y te trataba en la forma en que como mujer debes ser tratada, pienso que incluso te sabía amar en la cama y tú éras feliz hermanita, eras muy feliz, hasta que te metieron en la cabeza el estúpido concepto del "hombre bueno", no sé que mierda es para ustedes un hombre bueno, ¿hombres buenos?, al demonio con eso, hombre bueno es el que te hace feliz, el que te hace sentirte indispensable en su vida, el que te prefiere sobre todas las cosas incluso sobre sus hijos, el que te necesita a su lado de día y de noche, el que ya te extraña al llegar a su oficina y es capaz de hablarte por teléfono frente a todos los que estén junto a él solo para decirte que te extraña"

Ella comenzó a llorar, pero la hermana no se detuvo ante el dolor de ella y agregó

-"El que satura tu celular de estúpidos mensajitos que dicen "te amo" en todos los idiomas posibles, el que es un niño en tus brazos pero un buen amante en tu cama, el que te dice a cada minuto que eres bella, el que piensa que tienes las mejores nalgas, piernas y tetas sobre la tierra, el que te hace sentir mujer y no me refiero solo al sexo que aunque tu moral no lo reconozca es fundamental en la vida de pareja, sino también fuera del sexo ya que la felicidad se forma con cada uno de los momentos vividos y no de eventos aislados, ¡Ese es un hombre bueno! y René era un hombre de esos y no con el que te fuiste a casar, al que juzgas bueno solo por ir a la iglesia los domingos"

A ella se le escurrían las lágrimas, estaba sentada otra vez con sus pies arriba de la silla, su piernas dobladas abrazadas sobre su pecho y su mentón sobre las rodillas, desde niña había tomado esa postura al ser regañada o cuando pensaba en algo que le dolía, su hermana no paró y después de dar un sorbo al café continuó su ataque diciendo

-"¿Qué hombre bueno no es capaz de abrazar a su mujer en la calle? ¿Qué hombre bueno no es capaz de sentarse a platicar con su mujer? ¿Qué hombre bueno regaña a su esposa por no limpiar la casa? ¿Qué hombre bueno no es capaz de cambiarle el pañal a su hijo? ¿Qué hombre bueno le castiga a su esposa el automóvil durante un mes por llegar 10 minutos tarde a casa?, ¿Qué hombre bueno nunca le dice a su mujer que es bella? ¿A que hombre bueno no le preocupa que su mujer quede satisfecha en la cama? ¿Qué hombre bueno duda de lo que hace su esposa y la manda vigilar? ¿Qué hombre bueno piensa que su esposa está cogiendo con otros?, ¿Qué hombre bueno le quita a su esposa su libertad y su identidad para convertirla en su esclava?

-"Eso no es cierto"

Dijo ella entre llantos, la hermana rió para después decir

-"Que tonta eres hermana, y no te das cuenta"

Se levantó de la mesa, la abrazó, le dió un beso apretado sobre la mejilla y diciendo "deja de llorar" cuando comenzó a caminar para retirarse, ella comenzó a contar lo que había pasado en la mañana con Santiago y el deseo que en ella había nacido. Su hermana se detuvo y la escuchó atentamente solo le pudo decir.

-"Ten cuidado y sé prudente"

La hermana se fué y ella se levantó de la silla, tomó el sacudidor y la aspiradora y se metió al estudio de su esposo, levantó las cosas de encima del escritorio, lo limpió de polvo y al poner sobre del escritorio los papeles que había movido pensó "deben quedar como estaban sino se va a enojar mucho conmigo, me va a decir lo inútil que soy y me va a dejar de hablar varios días". Se detuvo un momento reflexionando sobre lo que había pensado, se dejó caer sentada al piso y comenzó a llorar amargamente mientras se decía "Es cierto, es cierto, es cierto, no soy nadie, me ha humillado hasta el cansancio"

Por la noche en la cama la abrazó su esposo y se empezaron a besar, él acariciando su vientre le dijo

-"Quitate la tanga"

Ella se la quitó, él se puso encima de ella, la penetró y comenzó a moverse empujando dentro de ella con fuerza, su cuerpo no respondió por mas que ella lo intentaba, él terminó recostándose sobre de ella, que le besó el hombro y el brazo, él tomó unos pañuelos desechables y se los dió a ella, para cumplir con el ritual de limpieza, no se había dado cuenta de que estaba depilada, eso no era posible, se levantó entró al baño y al regresar como de costumbre el esposo dormía, ella nuevamente bajó a la cocina a tomar un té, fumar un cigarrillo y a recordar, como era su costumbre.

Al día siguiente nuevamente a la rutina, pero hoy era diferente, hoy vería nuevamente a Santiago, corrió en el parque hasta cansarse, y llegando al mismo lugar vió a Santiago que la saludó diciendo

-"Buenos días linda, cuanto corriste hoy"

-"Que tal Santiago, 5 vueltas al parque, me cansé"

-"¿Hoy olvidaste poner algo encima de ese lindo cuerpecito?"

-"Nooo"

-"Que lástima, ¿desayunamos?"

-"Bueno, pero ahora si veo la carta"

Así pasaron dos semanas, Santiago ya la saludaba de beso incluso la había llevado a su despacho, entre ellos había nacido una amistad, ya corrían en el parque uno al lado de otro, ella se sentía bien, cantaba en casa y era mas amable con todos, esto lo notaban los hijos ya que era mas tolerante con ellos y comenzó a defenderlos frente al papá.

Un día corriendo a ella le dió un calambre, se sentó con la pierna adolorida, Santiago la recostó y tomando su pierna hizo fuerza sobre su pie para calmarle el dolor, él pasó su mano por la parte trasera de su muslo hasta tocar su nalga, sintió un escalofrío de placer invadir su cuerpo, se quedó viendo a Santiago a los ojos y él solo la levantó y caminaron abrazados el resto del recorrido.

Salió ese día con su hija a comprar unos nuevos pants, la hija le enseñó unos de pantalón a la cadera, le dijo que no

-"Ay mamá, si tienes cuerpo para usarlos, deja de ser una anciana, viste como te gusta y te veas mejor y no como mi papá te diga, él te quisiera con habito de monja"

-"Te digo que no, que los quiero en color rosa con gris"

La hija rió, y dándole un beso le llevó ese modelo en rosa con gris, cuando se los probó la hija le dijo haciendo una seña sobre su pubis como si lo afeitara

-"Mamá, te….."

-"Pues si, no podía dejarlos ahí"

Su esposo tenía que salir de viaje y ella lo llevó al aeropuerto, mientras esperaban que él subiera al avión, ella veía que mas de uno la volteaba a ver con sus pants a la cadera, su esposo no lo notó, solo le había preguntado si su conjunto deportivo era nuevo, de regreso del aeropuerto pasó al parque a correr, al estacionar su vehículo tomó una tarjeta de su marido y por el lado de atrás escribió algo, guardó la tarjeta en uno de los bolsillos de su chamarra y se fué a encontrar con Santiago para empezar su ejercicio matutino, terminando de hacerlo, ella se puso a enfriar los músculos, levantó intencionalmente los brazos estirándolos lo mas que pudo hacia arriba con la idea de que su chamarra se levantara, Santiago al ver el vientre de ella al aire le dijo

-"Caray, con esa ropa nueva tendré un nuevo aliciente para venir a correr, que lindo estomago tienes mujer"

Ella no dijo nada, solo tomó la mano de Santiago y la puso sobre su vientre, él la acarició y al quitarle la mano de ahí ella dejó la tarjeta en la mano de él y comenzó a caminar fuera del parque, en la tarjeta había escrito "Te espero en la puerta de tu despacho, quiero conocer el penthouse" Se había decidido a dejar de ser tan solo la clase de esposa que vive "como un mueble" dentro de su casa, ya no lo soportaba mas, necesitaba atención, cariño, ternura, pasión, amor, sexo, necesitaba sentirse viva, una mujer viva y no solo alguien a quien se recurre para lavar, planchar, limpiar, cocinar y que no recibe por pago ni un "gracias amor".

Ya no podía mas, todos los días lo mismo, si, la rutina es la esclavitud que el ser humano se ha impuesto en aras de una vida mejor, llena de comodidades, trabajamos muy duro para obtenerlas y olvidamos que somos humanos necesitados de algo mas que casa, autos y ropa, nos hace falta aprender la magia para hacer de cada día algo nuevo y esa magia no se compra en el supermercado, para obtenerla hace falta ser lo que bien decía su hermana, un hombre o mujer bueno, y ella no tenía a su lado a uno de esos, el que tuvo lo había dejado ir, y si había logrado encontrar otro, cosa que no sabía, pero estaba dispuesta a averiguarlo y si así era no lo dejaría ir.

Pensaba, "han sido muchos años, dentro de poco los hijos tomarán su camino y yo quedaré en la mas absoluta y profunda de las soledades, mejor hoy y no después" y de su boca escapó un "Ya basta".

Una mujer que pasaba la vió extrañada y ella le dijo simplemente

Continuarᅅ……