Ya estando yo casada en mi colegio (preparatoria) se presentó un escándalo, el papá de una alumna, había tenido relaciones con otra alumna amiga de su hija, la pregunta que nos hacíamos todas era ¿Qué le atrajo de un hombre que podía ser su papá? y una amiga nos planteó su teoría diciendo que si en los animales el instinto lleva a la hembra a escoger a su macho entre los de la manada para aparearse y perpetuar su especie, así las mujeres nos sentíamos atraídas por un hombre con el que queríamos aparearnos y si bien ya sabíamos como evitar perpetuar la especie aún así nos dominaba el instinto, ya que aparearse era diferente a embarazarse y que el único problema era que nosotras nos enamoramos.

El amor es diferente al instinto de apareamiento y si de pronto nos encontrábamos con nuestro "macho en la manada" irremediablemente nos sentiríamos atraídas y tendríamos sexo con él, fuera quien fuera, joven, viejo, casado o soltero, eso era lo de menos y que el reto que nos presentaba el ser animales racionales era encontrar a nuestro macho y enamorarnos a la vez de él, cosa que por lo regular no pasaba y de ahí que hubiese tantas mujeres infieles, que al decir de su teoría tenían que ser en igual número que los hombres, ya que para haber un hombre infiel, debe haber una mujer infiel, la diferencia era que las mujeres sabíamos hacer el drama de que "todos los hombres son iguales" y el hombre no podía decir "todas la mujeres son iguales" ya que al decir eso incluían a su mamá y para un hombre no había nada mas sagrado que su mamá y que por esa razón los teníamos vencidos.

Esto que escuchábamos todas entre carcajadas yo lo empezaba a sentir muy real, no entendía la razón de mi atracción hacia Carlos, el deseo de acostarme con él era enorme, incluso por la noche me soñaba en sus brazos sobre mi y dentro de mi.

Al día siguiente nos encontramos en la alberca, el dentro del agua se acercó a la orilla frente a los camastros donde estábamos Pedro y yo y viéndonos nos saludó diciendo

-"Metanse al agua que está rica"

Pedro se levantó y entró al agua y yo me quedé sentada por lo que Carlos me preguntó con un gestó la razón y yo bajé mi vista a mi entrepierna moviendo mi cabeza como diciendo "no se puede", él se llevó las manos a los ojos como llorando por la noticia que le daba, eso me hizo reír y me tiré al sol, pero me comenzó a vencer el sueño y me pasé a un camastro bajo una sombrilla y me quedé dormida, cuando desperté Carlos y Pedro platicaban en la orilla de la alberca con unas copas en la mano, yo me levanté y me acerque a ellos diciéndoles

El nadó al bar de la alberca y yo entré al baño para cambiar mi toalla sanitaria que sería de las últimas, salí del baño y ya estaba ahí mi margarita y me puse a beberlo metiendo mis pies al agua, mientras Pedro y Carlos se alejaron para seguir en su plática, yo me puse a platicar con unos señores que estaban dentro del agua, hombres ya mayores, y como me coqueteaban les seguí el juego, hasta que les enseñé mis añillos uno me dijo.

Les respondí riendo, pero uno de ellos me dijo negando con el dedo

Solté la carcajada y le dije

El me respondió

Y acercándose a la orilla me dijo mirándome fijamente

Yo reí con gusto y estirando mis piernas puse mis pies cerca de su cara y cada uno de ellos tomó una pierna y me dieron besos en la pantorrilla y los pies, uno sostuvo mi pierna levantada y el otro le replicó diciendo

Se retiraron y yo me fui a recostar nuevamente al sol, Pedro se acercó a mi para decirme

-"Caray Schumi, increíble lo que has cambiado en una semana, has dejado de ser la introvertida que eras, no solo platicas sin temor con las personas sino que bromeas con ellas y eso que le hiciste a los señores me dejó impresionado, de verdad que te veo muy segura de ti, me encanta amor.

Y era verdad, me sentía diferente, no tenía ese temor a ser yo misma, en la tarde en la villa, me desnudé en el baño y salí desnuda donde estaba Pedro, como para enseñarle que ya no había impedimento para disfrutarnos y lo invité a bañarnos juntos, bajo el agua de la regadera el enjabonaba mi cuerpo y tocaba mi sexo mientras me besaba, chupaba mis pechos apasionadamente mientras yo gemía de placer, mi mano bajó a su pene endurecido y lo acariciaba suavemente, ya necesitaba tenerlo dentro de mi, me detuve de la barra del baño e inclinando mi cuerpo le ofrecí mis nalgas, él las acarició subiendo con sus caricias por mi espalda mientras que acercaba su pene a la entrada de mi vagina, el agua dificultaba la penetración pero aún así sentí como se metía en mi hasta llenar completamente mi vagina, ya estando adentro comencé a girar mi cadera y él simplemente empujó para mantenerse muy adentro de mi.

Esto duró un tiempo y él comenzó con sus movimientos entrando y saliendo, en esa postura me penetraba muy profundo, en cada arremetida su pene tocaba mi útero empujándolo con fuerza, esto me causaba cierta molestia pero me encantaba sentirlo, así estuvo moviéndose dentro de mi por un tiempo hasta que comencé a sentir que mis piernas temblaban al igual que mis nalgas, ya sabía lo que era eso, la antesala de un delicioso orgasmo, y lo dejé venir, fuerte y delicioso, no pude evitar soltar un grito de placer, mis piernas se doblaron saliéndose Pedro de mi y caí de rodillas en el piso detenida de la barra, Pedro se arrodilló detrás de mi y me penetró nuevamente mientras con una mano se puso a acariciar mi clítoris y con otra a presionar suavemente mis pezones, haciendo con esto que mi orgasmo continuara, ¡Qué delicia!, mi cuerpo brincaba de placer, vagina, útero, vientre, piernas, nalgas, todo se movía rítmica y placenteramente hasta que terminé sentada en el piso, él lógicamente él se salió de mi, pero me abrazó y dándome besos en mi cuello me decía:

-"Descansa tu placer en mis brazos, eres una delicia de mujer, me gusta dejarte así, me encanta amarte y disfrutarte sin límites"

Así estuvimos un rato en el que además de besarme todo el cuello, me enjabonaba solo para continuar con las caricias del momento tan placentero, cuando mi cuerpo se repuso nos pusimos de pié, él recargo mi espalda en la pared, levantó una de mis piernas, la pasó por su cintura y frente a mi me penetró nuevamente, la penetración no era completa yo solo sentía una parte de su pene dentro de mi, pero él lo estaba disfrutando, me besaba en la boca y yo le metía mi lengua en la suya llenándolo de mi saliva, lamía sus labios y nuevamente metía mi lengua en su boca, cada vez mas húmeda y mi saliva se mezclaba con la suya y le decía.

Era un sentimiento especial, quería llenarlo de mi y no encontraba nada que no fuera mi saliva, estaba sintiendo esa mezcla de pasión, lujuria y amor que me pone loca y sin control, quería tenerlo a él completo dentro de mi, ¡comérmelo! y seguía yo uniendo mi boca a la suya llenándola de mi saliva que él aceptaba y tragaba, mordisqueaba sus labios, mi lengua recorría sus dientes, su paladar ¡que pasión!, ¡que calentura! Nos mordíamos, nos besábamos juntando nuestras lenguas y su pene empujaba con fuerza dentro de mi hasta donde la postura lo permitía, no había jadeos ni gemidos, nuestras bocas estaban muy ocupadas en besar, lamer y morder, mi cara estaba llena de su saliva y la suya de la mía, sentía un placer especial al darle a comer mi saliva, sentía que con ella le estaba entregando todo lo que soy, tal vez sonaré tonta o asquerosa pero no podía frenar ese deseo tan grande de ser y sentirme suya, nos estábamos intercambiando toda la humedad que podíamos, algo muy nuestro y en medio de una pasión increíble, sentíamos la humedad de la lengua y el calor del aliento apasionado del otro llenar nuestra boca y yo esperaba ansiosa su semen dentro de mi vagina.

Aunque la postura no permitía que su pene me llenara completamente, la presión que éste ejercía sobre mi clítoris era maravillosa y nuevamente sentí venir mi orgasmo, abrí la boca dejando escapar un "aggg" que Pedro calló al poner su boca también abierta sobre la mía y meter su lengua profundamente en ella, sus manos bajaron hasta mis nalgas, las apretó con fuerza y comenzó a soltar sus chorros de semen, no solo teníamos nuestro primer orgasmo al mismo tiempo sino que mientras lo teníamos nuestras bocas estaban unidas llenándonos plenamente uno del otro. El se recargó sobre mis pechos y al bajar mi pierna de su cintura su pene se salió de mi y su semen se escurrió, él recogió con dos de sus dedos el semen que escurría por la parte interna de mis muslos, los metió llenos de semen a mi vagina, y acarició con ellos sus paredes internas, para después sacarlos y acercarlos a mi boca mojados de su semen y mi humedad interior, yo abrí mi boca para limpiarlos con mi lengua y cuando pensaba tragar él unió su boca a la mía metiendo en ella su lengua para saborear los dos esa mezcla de mi humedad, su semen y nuestras salivas, yo hice lo mismo con mis dedos, y era la primera vez que mis propios dedos tocaban el interior de mi vagina, los puse en su boca y nos unimos en un beso muy húmedo, habíamos probado el sabor de nuestra unión en una especie de ritual lleno de lujuria y pasión, después de esto nos quedamos viendo a los ojos en silencio y terminamos de bañarnos.

No se dijo una sola palabra, salimos de la regadera y mientras me secaba él me besó en los labios, dulcemente, sin pasión y se salió del baño, así sin decir una palabra creo que nos dijimos todo entre nosotros ¿qué mas? ¿qué podría faltar?, no lo sé, pero me sentía completamente suya, con ese sentimiento de estar llena, completa, feliz. Con nuestros cuerpos no solo habíamos disfrutado de estar juntos y unidos, nos habíamos hecho sentir algo muy especial, no había sido solo sexo, entre nosotros pasó algo especial bajo esa regadera que nos unió con mucha fuerza y espero que para toda la vida ¿qué fue? no sé, realmente no lo sé, yo solo era una adolescente de 17 años.

Salimos de bañarnos y decidimos quedarnos a cenar ahí y ver la TV. Pedro me dijo mientras yo me ponía crema en mis piernas

-"Por cierto que tu amigo Carlos nunca ha tenido relaciones y dice que le gustaría estrenarse con una mujer que tenga unas piernas como las tuyas, la verdad se muere por que seas tú"

Yo reí, pero él me dijo serio.

-"Tu sabes si aceptas o no, si quieres saber que se siente con otro, si te gusta mucho o por lo que tu decidas, ya sabes que para mi no eres una vagina de mi propiedad, sino una compañera en mi vida"

Demonio de hombre, me enloquecía con sus palabras, cenamos y al ir a dormir, me desnudé y me metí bajo la sábana, quería que me tocara toda la noche así desnuda y seguirme sintiendo su mujer.

El día siguiente salimos a Tulúm y regresando después de bañarnos Pedro me dijo que me vistiera para salir a cenar,

Me puse un vestido rojo corto hasta la rodilla entallado, abierto de la pierna, con tirantes y escotado, unos zapatos de tacón alto, me maquillé y salimos a cenar, debajo del vestido solo llevaba una tanga y me sentía muy sexy y al parecer lo estaba ya que atraía las miradas hacia mis piernas y mis nalgas.

Regresando nos encontramos a Carlos y a su hermana en el lobby, caminamos los cuatro por la alberca del hotel platicando, con mis tacones altos Carlos me llegaba al hombro, lo veía bajo de estatura y sin embargo mi deseo por él cada día se hacia mayor máxime que ya sabia que si me decidía realmente se "estrenaría" conmigo. Pedro me dijo al oído

Pedro nos dijo que nos quedáramos ahí y que él estaba cansado y se subía a dormir, lo acompañé para quedarme con la llave y bajé una botella de margarita muy frió, antes de salir Pedro me dijo

Caminaba por el pasillo y pensaba lo fácil que sería todo, tan solo con decir "si", llegando junto a la alberca la hermana de Carlos ya se había ido, le dí Carlos la botella y caminamos a la playa, y yo caminé hacia lo mas alejado de las luces, dejaría que pasara lo que fuera, nos sentamos frente a frente sobre de dos camastros y dando tragos al margarita directamente de la botella nos pusimos a platicar viendo que cerca de ahí una pareja estaba haciendo el amor sobre la arena sin temor alguno a los vigilantes de los hoteles, mientras no sean los marinos, ya se sabe, la playa es de todos y comentábamos de eso y de que tal vez por eso los hoteles poco cuidan las playas, de pronto Carlos me dijo:

-"¿Me vas a hacer el favor de amigo que te pedí?

Yo reí y quedé en silencio, por mi mente pasaron muchas cosas, sin embargo el sueño de ese bello cuerpo sobre el mío se repetía él no quitaba la vista de mis muslos, en especial el que se había salido por la abertura del vestido y trataba de ver mas arriba, yo le pregunté:

-"¿De verdad quieres que sea yo? "

- "Por favor Andrea, acepta, no pierdes nada, te deseo mucho"

- "¿Estas muy caliente?

- "Ardiendo Andrea, ardiendo de deseos por ti"

- "¿Has visto el sexo de una mujer?"

El negó con la cabeza, entonces yo me puse de pie y subí mi vestido hasta la altura de mis pechos para que viera mi cuerpo casi desnudo y con mi dedo hice a un lado la tanga para enseñarle mi sexo, él no pudo decir nada, solo puso su mano en la parte interna de mi muslo y comenzó a subir hasta tocar mi sexo ya húmedo, el corazón me latía muy rápido y mi respiración se agitaba como producto mas de mis nervios que de excitación, bajé mi tanga y me la quité, quedando denuda frente a él, me senté en la orilla del camastro separé mis piernas y le dije

El se arrodilló en la arena se bajó el traje de baño que usaba y logré ver su pene erecto, me gustó, era proporcionado y deseable, y me atrajeron mas sus nalgas desnudas, con la piel blanca que contrastaba con lo bronceado del resto de su bello cuerpo, él no sabía que hacer y yo tomé su pene con mis manos, lo acerque a la entrada de mi vagina y le dije.

-"Ahí corazón, mételo, siente a una mujer por dentro"

El empujó y su pene se metió en mi, me recosté de espaldas en el camastro para facilitar su entrada, y sentí su pene llenar toda mi vagina, él se quedó inmóvil dentro de mi observando mi cuerpo, se recostó sobre mi, besó mi estómago y mis pechos, se enderezó nuevamente y con sus manos acariciaba todo mi cuerpo, no se movía, permanecía dentro de mi inmóvil, yo solo apretaba y aflojaba mi vagina sintiendo como la dureza de su miembro me llenaba de forma muy placentera, estaba cumpliendo mi deseo aunque llena de nervios, él me dijo

Yo solo le dije

El se comenzó a mover despacio y después de unos pocos movimientos, sentí que sacaba su pene, se hizo hacia atrás y supuse que no soportaba mas y no se atrevía a eyacular dentro de mi, me enderecé y alcancé a tomar su pene en mi mano y lo puse frente a mi pantorrilla donde recibí su descarga, varias chorros de semen caliente cayeron sobre mi piel y en gran cantidad, él me dijo

-"Perdón Andrea, es que es un sueño esto, estar dentro de ti, te deseo tanto y…"

Yo corté su frase diciendo

-"No te preocupes, es tu primera vez, pero hubieras terminado dentro de mi, no había ningún problema y además siendo tu primera vez hubiera sido muy tierno y estabas cargadito amor, la verdad me hubiera gustado tenerlo dentro de mi, pero no pusimos las reglas del juego ¿verdad?"

El solo sonrió, yo limpié mi pantorrilla con mi tanga y al mojarme un dedo con su semen, lo lamí con mi lengua y sentí un sabor menos desagradable que el semen de Pedro, nos levantamos y antes de que se subiera su traje, lo abracé así desnudo, me gusta, me atrae y continuaba deseándolo, pero de forma apasionada tener yo un orgasmo con su pene dentro de mi y sentir todo ese semen llenar mis entrañas, no entiendo la razón, pero lo deseaba enormemente.

Tal vez la idea del trío, no era mala.

Caminamos de regreso, las luces de la alberca nos deslumbraban y yo ví mi vestido arrugado y con mi tanga en la mano llena de semen, vaya espectáculo, si alguien nos viera sabría lo que habíamos hecho en la playa, él estaba avergonzado por haber fallado, me acompañó a mi puerta, ahí después de asegurarnos de no ser observados le dí un beso húmedo en la boca y nos despedimos, entrando y ver a Pedro le platiqué con ganas de llorar, había sido infiel y me sentía mal por eso, él me quitó de la mano la tanga llena de semen y me abrazó con fuerza, diciendo:

-"Quedamos que nada de remordimientos, tú sabes bien lo que eres para mi, así que cálmate, aquí no ha pasado nada e insisto, vamos a hacer un trío aquí y ya termina con ese deseo que sientes que para mi es mas curiosidad que deseo"

Me besó y yo me puse a acariciar su pecho, me arrodille en el piso sobre un cojín, le bajé el short y el calzón, su pene estaba erecto y duro, lo metí a mi boca y me puse a chuparlo de todas las maneras que se me ocurrieron, lo lamía como paleta, le sorbía, lo metía hasta lo mas que podía en mi boca, lo llenaba de mi saliva hasta que él trató de separarme, yo lo detuve manteniendo su pene dentro de mi boca apretándolo con mis labios y comencé a sentir sobre mi paladar su semen caliente, varios chorros que al caer en mi lengua comenzaron a llenar mi boca, después de terminar su eyaculación saqué su pene de mi boca y la abrí para que la viera llena de su semen, puse su mano en mi cuello para que sintiera como tragaba y después de hacerlo abrí nuevamente mi boca y le enseñé que estaba vacía y lamí su pene para limpiarlo del semen que tenía en el, él me levantó por los brazos y dándome un beso en la boca me abrazó y dijo

- "Ohh amor, no tienes idea de las ganas que tenía yo de que hicieras esto, es maravilloso, que linda eres, te adoro mujercita"