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Conmigo le fué infiel a su esposa

en Hetero: Infidelidad

Me llamo Daniela y sin duda mi historia es la de una mujer muy tonta, incluso hay días en que me supongo una perfecta estúpida. Me casé muy enamorada a los 19 años de edad, mi primer hijo nació cuando tenía yo 21 años, tuvimos otro hijo, también varón, cuando tenía yo 30 años de edad, mi esposo murió en un accidente de auto. Mi mundo se derrumbó completamente, me había convertido en una mujer viuda con dos hijos, sin ingresos y sin una educación que me permitiera obtener un empleo para sacar adelante a mis hijos, caí en una depresión terrible. Fué mi suegro el que me tendió la mano, pero todo en la vida tiene un precio, no, no es lo que piensan, en ese aspecto siempre fué un hombre respetuoso, su precio fué que yo no podría salir nunca más con otro hombre, que respetaría y honraría la memoria de su hijo y que debería ser siempre "Una viuda respetable" de la que no se comentara nada.

Al principio no me importó ya que la pena me mantenía alejada de todo deseo. Lo difícil empezó cuando las heridas cicatrizaron y la necesidad de amar hacía estragos dentro de mí. Sin embargo el bienestar de mis hijos estaba en juego y no dudé un solo segundo en mantenerme firme dentro de las condiciones impuestas. Claro que hubo quien pretendió algo conmigo pero el terror de perder la manutención de mis hijos y el profundo temor imaginario y sin fundamento alguno de sentirme vigilada me obligó siempre a rechazar cualquier propuesta. Sé que no soy una mujer admirada por su belleza, sin embargo no soy fea, incluso me reconozco atractiva, las horas enfermizas dedicadas al ejercicio con el fin de aliviar mis tensiones han tenido su lado amable sobre mi figura que aún a los 46 años de edad provocan miradas, miradas que para mi habían perdido todo sentido.

Aún recuerdo esas terribles noches de soledad acostada sobre nuestra cama matrimonial, la que en otros tiempos fuera testigo mudo de horas de besos, caricias, gemidos y gritos apasionados, una cama que al igual que yo estaba acostumbrada a la humedad del placer humano que casi a diario mojaba sus sábanas mientras soportaba sobre de ella el peso de dos amantes con sus frenéticos movimientos ansiosos de placer. Cuerpos desnudos, pieles sudadas, humedecidas por los mutuos fluidos e impregnadas del aroma inconfundible que deja el placer. Cuerpos tendidos, inmóviles, a los que ella silenciosa otorgaba el sueño reparador al saberlos agotados de placer, agotados de pasión, agotados de amor, agotados del éxtasis humano.

Poco a poco, al igual que yo, se fué acostumbrando al peso de mi soledad. Se acostumbró a soportar tan solo el peso de mi cuerpo huérfano de caricias, de besos, de pasión, de placer…huérfano de amor. Sin duda la orfandad nos llegó de golpe a todos. Ya no existían los brazos fuertes y amorosos que me abrazaban y poco a poco mi cuerpo se fué adaptando a su soledad hasta que dejó de sentir la desesperante ausencia de los besos y las caricias, mi cama permanecía con sus sábanas secas mientras mi sexualidad se iba perdiendo día con día hasta quedar enterrada en una tumba junto a mi marido. "Hasta que la muerte nos separe". Palabras crueles que resonaban en mi mente haciéndome llorar y gritar de desesperación. Hoy solo sonrío con tristeza al escucharlas

Confieso que llegué a masturbarme en varias ocasiones, fué en esos días cuando las hormonas hacen a la perfección su trabajo dentro del cuerpo de una, haciendo que hierva la sangre mientras nos gritan "Hazlo, goza, disfruta, llénate de placer mientras nosotras te hacemos cumplir tu función de mujer", No en vano ya la había cumplido dos veces, pero en esas ocasiones les fallé, ya que mi amante apasionado era tan solo mi dedo índice. Y así también me fui olvidando de ser mujer

Y aunque parezca mentira, cumplí mi parte del acuerdo y mi suegro cumplió con la suya, al morir había cambiado su testamento quitando de éste a mi esposo, su hijo fallecido, quedando yo en su lugar y para mi sorpresa ninguno de mis dos cuñados protestó, al contrario no permitieron que se descontara de mi herencia el dinero que mes con mes me mandaba mi suegro. ¿Libre al fin?.. ¡Qué va!, primero fué el suegro y después fueron los hijos, la soledad me llevó a ser miedosa y sin carácter para saberlos educar, no quisieron estudiar más allá de la preparatoria y siempre explotaban en celos si algún hombre se me acercaba aunque fuera a pedirme la hora. Ellos iniciaron un negocio y han tenido suerte, el mayor ya se casó y desde su matrimonio ha sido más flexible conmigo, el segundo está por casarse y yo quedaré completamente sola.

Contrataron para trabajar en su empresa a un licenciado, un hombre mayor de 54 años, sin duda con la experiencia necesaria para apoyarlos y yo me sentí tranquila por esa decisión, ellos sin experiencia y sin preparación necesitaban de alguien que los apoyará e incluso él les ha tomado cariño en lo personal. Por más de un año yo los escuchaba hablar del licenciado sin conocerlo. Un día que fui a la empresa lo conocí, un hombre alto, varonil y bien educado, cuando le dí la mano para saludar y presentarme como la mamá de sus jefes, el se inclinó y me dijo "A sus pies señora", además de sentirlo un caballero el contacto con su mano me produjo algo, algo dentro de mi, como si fuese una adolescente a la que saluda el chico guapo de su clase.

Me retiré pensando en lo estúpido de mi emoción y en que él era un empleado de mis hijos además de ser un hombre casado, sin embargo algo dentro de mi me hizo regresar varias veces a la empresa con cualquier pretexto, pero era simplemente para verlo. Platicando con los empleados llegué a la conclusión de que el hombre es un enigma, es serio, exigente y duro con los trabajadores, sin embargo todos le tienen gran cariño, sin duda tiene dinero suficiente para vivir cómodamente sin trabajar, pero está trabajando con el empeño de un chico de 25 años, no es ostentoso, más bien es humilde, culto, respetuoso y sumamente inteligente, me causa risa hacerlo, pero pienso que en su juventud ha de haber sido un perfecto don Juan, no creo que muchas mujeres le hayan podido decir que no.

Contra mi costumbre fui a la comida de aniversario de la empresa, nos sentamos juntos en la mesa destinada a los jefes y pude platicar con él, me enteré que su nombre es Manuel, que sus abuelos eran Españoles, de Extremadura, tal vez de ahí le venga ese atractivo varonil, platicamos de su familia, de sus hijos, etc. Se le pidió que dijera unas palabras y quedé sorprendida de su facilidad de palabra y en especial de su inteligencia y percepción de las cosas. Ese día cuando nos despedimos y él me dijo "Señora", yo le respondí "Daniela", el sonrió y me dijo "Solo si me dice Manuel", reímos, me acompañó a mi auto, me abrió la portezuela y se despidió caballerosamente diciendo "Daniela, ha sido un placer que espero se repita" Y me volví una asidua asistente a la empresa de mis hijos, siempre tuve un pretexto para hacerlo sin que ellos sospecharan la verdadera razón, su madre comenzaba a sentir fluir nuevamente por sus venas la emoción de ser mujer.

Realmente él no me hacía mucho caso, me saludaba amablemente platicábamos unos momentos y se retiraba a su trabajo. Comenzamos una, digamos "amistad", varias veces desayunamos junto con mis hijos y la relación laboral se hizo de amistad, me gustaba escucharlo cuando aconsejaba a mis hijos como si fuese un buen padre. Así pasaron dos o tres meses en los que él no cambiaba su actitud respetuosa y desinteresada hacia mi, por eso un día decidí ser yo la que tomaría la iniciativa y resolver de una buena vez el enorme conflicto emocional que me estaba quemando por dentro y me "lance al ruedo" preguntándole

-¿Podríamos tomar un café solos?... quiero platicar contigo sobre mis hijos

-Claro que si Daniela, ¿Cuándo?

-Mañana temprano, pero no les digas nada a los muchachos

El aceptó y al día siguiente nos vimos en un restaurante donde me invitó a desayunar, platicamos de todo menos de mis hijos, yo le pedí su número de teléfono celular, me dijo que me lo daría al salir ya que no lo tenía en la mente y el teléfono lo había dejado en su auto. Cuando salimos me sorprendió verlo abrir un vehículo de lujo, muy caro, un Mercedes Benz del año, el subió a sentarse en el asiento del pasajero para tomar su celular y al ver mi admiración me dijo que subiera y me senté emocionada frente al volante del auto, sin poder evitarlo le pregunté.

-¿Por que trabajas como empleado de unos niños Manuel?

-Para no empolvarme, además me hace sentir que aún soy útil. Yo tenía una empresa igual a la de tus hijos. El asunto es que yo tengo tres hijas dedicadas a otras cosas muy diferentes y al notar que carecían de interés por le empresa, decidí cerrarla y apoyarlas económicamente en sus proyectos. Pero un buen día decidí que no me quería morir sin traspasarle mi experiencia a alguien. Y eso es todo, así de simple

-Gracias por elegir a mis hijos

-Gracias a tus hijos por permitirme conocer a su bella madre

Quedamos en silencio mirándonos fijamente, puso su mano sobre mi mejilla, yo la recargué en ella y él no lo resistió, simplemente juntó su boca a la mía y nos besamos en los labios, al separarnos el pretendió decir algo avergonzado pero yo puse mi mano sobre su boca, él la besó y nos bajamos de su auto para dirigirnos al mío, me subí en mi auto, él me cerró la puerta y antes de iniciar la marcha bajé la ventanilla y le anoté en la palma de su mano mi número de teléfono celular, él rió diciéndome.

-Vaya, regresamos a la escuela secundaria.

Reímos y yo inicie la marcha alejándome del lugar, pasaron varios días en que no supe de él, yo estaba desesperada como adolescente enamorada, llamé a la oficina y le pedí a la secretaria que me lo comunicara, cuando él tomó la llamada simplemente le dije.

-Llámame al salir___Y corté la llamada

Fué muy arriesgado de mi parte, la secretaria podría comentar mi llamada con mis hijos y me pondría en la situación de tener que explicar, por fortuna nunca sucedió. El me llamó en la tarde y sin más preámbulo le dije

-Necesito verte Manuel, quiero estar cerca de ti___Ante tal temeridad de mi parte, yo esperé una respuesta amable pero negativa, pero me llené de emoción al escucharle decir

-Te veo en el estacionamiento de la plaza comercial en dos horas. A las siete de la tarde

Afirmé y emocionada me metí a bañar, me maquillé y me probé casi toda la ropa que tengo mirándome más de mil veces al espejo, por fin me decidí por una falda, una blusa y unas botas a media pantorrilla, cuando llegué al centro comercial él se acercó a mi auto por la puerta del pasajero y le abrí para que entrara. Al subir me recorrió con la mirada, sin duda supo que me había vestido y perfumado para él, sin embargo solo me dijo

-Que guapa señora, en que te puedo servir.

Yo lo miré fijamente a los ojos y no me reconocí al escucharme decir

-Quiero estar contigo Manuel

Sin decir palabra, él acarició mi cara y me dió un tierno beso en los labios, su mano se posó sobre mis muslos los recorrió sobre la falda, bajó a mis pantorrillas y tocó mi piel, nos besamos en los labios nuevamente y sentí su mano subir por mi pantorrilla entrando bajo la falda para acariciar la piel de mis muslos, al separarnos nos miramos fijamente a los ojos y me dijo

-Cierra tu auto, vamos en el mío.

Nos bajamos del auto y subimos al suyo, esta vez venía en un auto compacto, el que utiliza para trabajar, él encendió el motor e inició la marcha hacia un hotel en las afueras de la ciudad, al entrar y antes de bajar del auto yo le dije.

-Manuel, hace mucho, muchos años y…..____El me dió un beso para que no dijera más y después respondió

-No te preocupes Dany, lo importante es estar contigo, lo demás no cuenta.

Entramos a la habitación, al ver la cama sentí el terror recorrer mi cuerpo me puse frente a él y le dije

-No Manuel, esto es un error, no sé porqué llegué a este punto, no puede ser, entiéndeme por favor Manuel

El me abrazó y me dijo

-No te preocupes, si no estas decidida, vámonos, no pasará nada preciosa.

Al sentirme entre sus brazos, no pude separarme de su cuerpo, levanté la cara y nos besamos nuevamente en los labios, sentí sus manos recorrer mi espalda y acariciar dulcemente mis nalgas, él se separó y me dijo.

-Vámonos, solo espérame un minuto___Y entró al baño.

Yo…No, no era posible que fuera tan cobarde, lo ansiaba, lo necesitaba y en un arranque de valentía me quité la ropa a excepción de mi panty y me metí bajo las sábanas, cuando él salió del baño y me encontró metida en la cama sonrió sin decir palabra, se sentó sobre la cama a un lado de mi, besó mi frente, mis mejillas, mis ojos y mis labios, yo sentí sus labios sobre los míos pero los mantuve cerrados, él pasó la punta de su lengua sobre mis labios, recorriéndolos suavemente, y a la tercera vez que lo hizo yo los separé para recibir su lengua dentro de mi boca, correspondiendo a sus caricias con movimientos de mi lengua sobre la suya.

Sentí nuevamente el calor húmedo de una lengua dentro de mi boca, probé su saliva mezclada con la mía, nuevamente sentí el fuego de la pasión que desde mi boca corría por todo mi cuerpo bajando hasta mi sexo que nuevamente respondía humedeciéndose. Pero también ese fuego encendió la hoguera de mis ilusiones femeninas que por casi 17 años habían quedado olvidadas..El besó mi cuello y con su mano levantó las sábanas de la cama, yo instintivamente puse mis manos sobre mis pechos para cubrirlos, él me miró a los ojos, con toda delicadeza tomó mis manos con las suyas y las quitó de sobre mis pechos, recorrió con la mirada mi cuerpo desnudo que solo cubría su sexo con una panty y me dijo.

-Que bella eres mujer

Y bajó su cabeza sobre mi pecho para besar mis senos, apretó con sus labios mis pezones y yo sentí que moría de placer, bajó besando por mi vientre, mis muslos, mis pantorrillas y mis pies, para después con sus manos tomar la panty, yo doblé mis piernas apoyando mis pies sobre la cama y levanté mis nalgas para facilitarle la tarea de quitarla, al despojarme de mi panty observó mi sexo, lo tocó en sus labios con los dedos y me dijo

-Que maravilla Dany, eres una delicia de mujer

Comenzó a acariciar sobre mis labios, a tocar mi clítoris y dentro de mí comenzó a despertar la mujer que se había perdido en su dolor, metió su cabeza entre mis muslos y comenzó a lamer todo mi sexo metiendo su lengua delicadamente en mi vagina. Yo, ¡yo me derretía de placer!, nuevamente mi vagina se humedecía y se dilataba en espera de ser ocupada. No lo sé, pero pienso que el renacer a mi sexualidad me hizo llegar a un orgasmo, mi cuerpo se contrajo hacia delante y grité, si, grité como no recuerdo haberlo hecho nunca y con cada contracción de mis entrañas gemía y rugía como fiera en celo, mi cuerpo recordó la maravilla de ser mujer y lo expresó con todo tipo de sonidos y gritos que me avergonzaron. Fué un orgasmo muy largo e intenso que me llenó de placer, de un placer indescriptible, de un placer que había olvidado, dejé caer mi cabeza sobre las almohadas completamente relajada y hasta ese momento fué que él dejó de lamer mi sexo. Besó mis labios vaginales con una gran ternura y sentí placer dentro de mi pecho. Yo iba a disculparme por mis gritos, pero él se adelantó diciendo

-Que linda eres, que preciosa manera de venirte, me encantas mujer, eres única.

Ante su satisfacción por mis gritos no hice otra cosa que sonreir, él se puso de pie y se desnudó, observé su pene erecto, cuando se subió a la cama yo pretendí tomar su pene con mis manos pero él se negó moviendo la cabeza, separó mis piernas se puso en medio de ellas y al fin sucedió, nuevamente mi vagina era ocupada por un pene duro y ardiente que le estiraba sus paredes conforme entraba en ella, él apoyó sus manos sobre la cama a los lados de mi cuerpo y se comenzó a mover dentro de mi lentamente mientras nos mirábamos a los ojos, así pasamos mucho tiempo disfrutando el roce de su pene en mis entrañas, mi respiración era muy agitada, él notó que estaba por suceder nuevamente, aceleró sus movimientos y los hizo más fuertes, sentía el pene empujar dentro de mi y yo gemía cada vez que me penetraba con fuerza.

Mi cuerpo se endureció, quería gritar pero lo evité mordiendo la almohada con fuerza y las fuertes contracciones de mi cuerpo me obligaron a cubrir mi cara con la misma almohada. Sentí su pene empujar con fuerza dentro de mi y quiero pensar que fueron las contracciones de mi útero las que lo hicieron a él expresar un "Ohh" lleno de placer mientras que yo en mi vagina sentía su pene contraerse rítmicamente, pareceré tonta pero imaginé el semen saliendo de su pene y golpeando sobre mi útero. Nuevamente mi cuerpo recibía en sus entrañas la descarga apasionada y placentera de un hombre, nuevamente ese cálido y maravilloso líquido buscaba mi útero pretendiendo fecundarme, nuevamente me sentí mujer. Cuando él recostó su cuerpo sobre el mío, me puse a acariciarle la espalda y no pude evitar decirle.

-Que tierno eres Manuel, me gustas, me gustas mucho, fuiste delicado, amable, me llenaste de ternura, de placer, me hiciste sentir mujer.

El me respondió

-Eres mujer, una linda mujer, disfruté mucho de ti

Yo tontamente pregunté

-¿De verdad te gusté?

-Dany, acabo de tener el mejor orgasmo de mi vida dentro de tu hermoso cuerpo.

-¿Lo dices en serio?___Pregunté

El como respuesta levantó la cara y me dió un beso profundo que llenó mi boca del sabor de mi sexo, sentí deseos de llorar de alegría y para evitarlo le pregunté bromeando

-¿No encontraste telarañas dentro?

El se giró riendo y quedó acostado a un lado de mi, me tomó la mano la besó en la palma y nos quedamos mirando al techo por mucho tiempo sin decir palabra. El rompió el silencio preguntando

-¿No te importó que no usara condón?

-No, ya no tengo edad de procrear, además tenía que ser sin condón, después de casi 17 años, necesitaba que me hicieras sentir la maravilla de poseerte, de sentirme llena del placer de mi hombre para recordarme que aún soy mujer. Y lo hiciste de maravilla, me diste mucho, mucho, aún lo siento escurrir hacia fuera de mi vagina, es precioso sentirlo así.

Nos recostamos de lado, uno frente al otro y nos besamos profundamente en la boca, para después continuar con besos cortos mientras su mano recorría la piel de mi cuerpo, ahí fué cuando cometí el mayor error de mi vida al preguntar

-¿Lo haces muy seguido con tu esposa?

El se puso serio, me dió un beso sobre los labios y respondió

-Como cualquier matrimonio, son treinta y cinco años de casados, y también el sexo se hace costumbre, no sé si buena o mala.

Cuando pensaba cambiar la charla para enmendar mi grave error él dijo

-Tenemos que irnos, son más de las diez de la noche.

Yo me levanté, entre al baño, me limpié y salí a vestirme mientras él entraba a asearse para después vestirse. Salimos de hotel rumbo al centro comercial durante el trayecto permanecimos en silencio, él puso su mano sobre el vestido y yo lo levanté para que acariciara la piel de mis muslos, él se sonrió y me dijo "Tienes una piernas excelentes, realmente eres una mujer muy bella", yo puse mi mano sobre la suya y así llegamos al centro comercial. Antes de bajar de su auto para subirme al mío pregunté

-¿Nos veremos otra vez?

-No sé Dany, es muy arriesgado que estemos metiéndonos en hoteles, si tus hijos o mi familia se enteran vamos a tener un grave problema.

-Entonces ¿No te gusté, piensas que no valgo el riesgo?

-Daniela, eres muy linda, un encanto de mujer pero entiende que nuestra situación no es la de dos jóvenes que en total libertad cumplen sus deseos sexuales, yo soy casado y con hijas mayores.

-Manuel, yo no te estoy pidiendo que dejes a tu esposa por mi, no sería capaz de eso, solo que…no sé tal vez pudiésemos…O sea que podemos vernos de vez en cuando para disfrutarnos, yo te gusto y yo a ti..Yo te quiero Manuel…

-Daniela, ¿Pretendes que seamos amantes?

-Si Manuel, quiero que sigamos siendo lo que somos… ¡Somos amantes Manuel!, ¿O lo piensas negar?

-Daniela…Disculpa que te lo diga sin rodeos pero…Yo no te puedo amar.

Sus palabras me hirieron en lo más profundo de mi ser, claro que él no es culpable de nada, la culpable soy yo por ilusionarme tontamente, entiendo que nuestras vidas ya están vividas, que a su edad y a mi edad se puede pensar en una aventura sexual, pero no en una relación asidua que implique compromisos, compromisos que se crearían aún siendo amantes. Lo miré a los ojos y simplemente sonreí llena de tristeza, abrí la puerta y antes de bajar de su auto él me dijo

-Daniela, no te vayas así mujer, entiende que siendo la mujer que eres yo llegaría a enamorarme de ti y yo no quiero dejar a mi esposa. Por favor mujer

-¿No quieres enamorarte de mi?, ¿Y yo?, yo estoy enamorada de ti Manuel, ¿Qué piensas hacer al respecto? ¿Dejar de verme?, ¿Negar que disfrutaste de mí?, ¿Pensar que soy una mujer fácil que se acuesta con cualquiera?, ¿Negarás que te perdiste en mi cuerpo lleno de deseo, de pasión, de ternura y de cariño por mi?..Eso se siente Manuel, ¿O piensas que el placer es solo de pene y vagina?, No Manuel, el placer sexual lo da y lo recibe un ser humano y ser humano implica cuerpo, mente y sentimientos.

-No Daniela, no pienso negar nada de lo que dices.

-Entonces Manuel ¿A que le temes?, ¿Porqué no podemos ser amantes y disfrutarnos amorosa y apasionadamente aunque sea en secreto y sea yo la única que ame?

-Daniela, repito que eres una mujer maravillosa, tal vez la más linda que haya tenido en mi vida, ya has sufrido mucho, lo que menos quiero es lastimarte…Entiéndeme linda.

Le dí un beso profundo el la boca, saboreando su lengua por última vez, me bajé de su auto y subí al mío, inicié la marcha y observé por el retrovisor que él se quedó ahí estacionado, las luces de su auto desaparecieron de mi vista y tomé camino a casa.

No nos volvimos a ver, dos meses después el renunció a su trabajo con mis hijos, me enteré que decidió irse a vivir Barcelona en España, Mis hijos me lo comentaron mientras comíamos y yo fingiendo indiferencia solo pregunté.

-¿Y porqué a Barcelona?

-Su esposa es de allá y decidieron que era un mejor lugar para vivir.

-Vaya, al menos tendremos a quien visitar cuando viajemos a España

A mi mente llegó una frase que había escuchado en algún lugar "Por los espejismos de mis ilusiones, conocí el abismo de las decepciones"

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