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De niña buena a artista porno y escort (i)

en Hetero: General

Me llamo Anna, con doble “n” pero pueden llamarme como quieran, los señores con el nombre de alguna chica que hayan conocido en alguna de sus “Pesadas juntas de trabajo” ¡Esas! En las que las chicas ambiciosas como yo son indispensables para llevar a buen fin los difíciles negocios … Y las señoras me pueden llamar “Inmoral”, “Libertina”, “Sucia”, “Cochina”, o “Puta”, no me importa, al final de cuentas lo soy y en lo que a mí respecta no me arrepiento de nada.

Lo que no podrán negar es que cuando ven en sus pantallas lo que chicas como yo hacemos, despertamos en ustedes y en su pareja el deseo… Digamos que somos una especie de “Motorcito de arranque” para la pasión y la lujuria que mantienen ocultas tras sus principios morales y sociales. ¡Y NO!, no estoy haciendo mofa de ningún comportamiento solo afirmo que si la pornografía reditúa enormes ganancias, sin duda es porque se consume…  ¿Qué no debiera existir? … Tal vez no, pero yo no pretendo filosofar, ni arreglar el mundo, simplemente contar mi historia  

Y ya sin más preámbulo les diré que a los 19 años dejé la casa familiar para ir a estudiar a la universidad. Ahí compartí departamento con una chica de 24 años que estudiaba el penúltimo semestre y haciendo a un lado la modestia, les diré que las dos somos bellas, mi amiga una trigueña de ojos verdes y yo rubia de piel blanca y ojos azules. Ambas altas de estatura con cuerpos bien formados que nos convirtieron en el deseo de muchos chicos los cuales nos apodaban “Café con leche” por el contraste entre la piel de ambas… No obstante, muy rara vez salíamos con chicos de la universidad y por ello nos tachaban de “mamonas” (Engreídas, presumidas) pero en realidad ninguna de las dos quería meterse en problemas sentimentales.

Una muy rara ocasión en que salimos con un grupo de compañeros de la escuela a beber una copa a un antro para festejar el final de un semestre, hubo un momento en que mi amiga y yo nos levantamos para ir al sanitario y planear la retirada ya que la reunión se estaba complicando con  demasiado alcohol, al caminar por el pasillo que llevaba a los sanitarios vimos venir a un hombre de unos 40 años, atractivo, de cabello gris, ¡vamos!, uno de esos hombres maduros a los que ninguna chica de 19 años se resiste a mirar.

- ¡Güerita!

Me dijo en voz alta y las dos nos detuvimos, ¿Cómo negarle nuestra atención?

- Las he estado observando a las dos y con todo respeto les quiero decir que con esas minifaldas que usan, sus piernas se ven preciosas

- ¡Ay!, gracias señor que lindo

Respondimos al unísono al tiempo que él nos daba una tarjeta de presentación a cada una diciendo

- Permítanme que les explique chicas, me dedico a la publicidad, me han encargado un catálogo de zapatos y pienso que ustedes dos con esas piernas son las modelos ideales para que el catálogo sea, ¡Algo más que perfecto!

Comentario que acentuó con un además de su mano… Nos reímos y él agregó

- Consúltenlo con quien deban hacerlo y si les interesa háblenme mañana, de verdad que sería un lujo contar con ustedes para exaltar el producto con la belleza de sus piernas, aunque para ser sincero me estoy arriesgando al hecho de que al ver sus piernas nadie se fije en los zapatos

Reímos nuevamente y nos despedimos. Ya por la noche en el departamento mi amiga entró a mi cuarto, se sentó en la cama a mi lado con la tarjeta en la mano y al tiempo que leía el nombre impreso en ella me dijo

- Ya me decidí... Le voy a hablar al guapote de Leonardo, tal vez realmente se trate de un catálogo de zapatos y no sea nada peligroso, además si ese “papazote” me pide las nalgas con gusto se las doy….

- ¿¡Cómo crees!?___ Le dije con voz de incredulidad y ella muy seria me respondió

- Uyy, ¿Vaya con la santurrona? … ¿Por qué no?, además de guapote con la experiencia que ha de tener te aseguro que te vuelve loca en la cama…. Hombres así saben complacer a una mujer

- No soy santurrona, pero tampoco soy tan liberal para acostarme con cualquiera

- Pues deberías de serlo, me refiero a liberal, el sexo mueve al mundo amiga y es muy saludable ¡Comprobado!

- Pues a mí déjame inmóvil y enferma que ya llegará mi tiempo

- ¿¡No me digas que eres virgen!?.... Y el tal Miguel de quien tanto platicas ¿Qué?, ¿Nada de nada?

- Bueno, él era mi novio y… pues sí… A él le tocó destapar el envase, pero ha sido el único

- ¿Destapar el envase?

Repitió mi amiga riendo y yo en tono melancólico agregué

- Pero me cortó… Me cogió y me cortó el cabrón

- La clásica historia de las chicas buenas...

- ¿Es malo ser buena?

- No, no, no… Al contrario, debemos ser buenas…. ¡Pero buenas cabronas amiga!, hay que coger cuando nosotras queramos y no cuando nos prometan el “oro y el moro” …. Nada de “dame una muestra de tu amor”, te aseguro que el hijo de puta de tu exnovio le ha de estar pidiendo la prueba de amor a otra pendeja como tú

- Le creí cuando me dijo que estaba enamorado de mí

- Y le diste las nalgas porque te pidió “la muestra de amor” … ¿Al menos lo disfrutaste?

La miré y molesta respondí

- Me gustaba…. Y lo amaba___ Agregué intentando suavizar lo primero que dije

- Entonces le hubieras pedido tú la prueba de amor a él

- ¡Claro! ¿Y que le iba a decir?... “Te amo, llévame a la cama como muestra de tu amor”

- ¿Y qué te dijo él?... “Dame las nalgas como muestra de tu amor” ¿O cómo te lo pidió?

Ya bastante molesta respondí

- ¡Ah vaya!… De modo que según tú una debe ser muy puta

- No es eso…. Pero tampoco hay que ser una pendeja que da las nalgas a cambio de una promesa de amor eterno… Si vas a coger, hazlo porque tú quieres hacerlo. Las nalgas se dan a cambio de algo o por puro gusto, pero nunca por pendeja amiga

- Pensé que él quería hacerme el amor

- ¿Un hombre haciendo el amor? .... ¡Por favor!, ellos solo quieren meter la verga y venirse con la que sea, ¿Y solo lo hiciste una vez?

Negué con la cabeza y ella se rio diciendo

- ¿Varias veces? …. ¡Qué maldito, desgraciado! Tú sacrificándote tantas veces y el cabrón sin valorar tu enorme esfuerzo

Solté la carcajada ante la broma, mi amiga se levantó de la cama y salió de mi habitación… Al día siguiente le hablamos a Leonardo, hicimos una cita y nos recibió en su oficina, después de demostrarle que éramos mayores de edad y firmar un contrato nos prestó ropa y zapatos para modelar en una sesión de dos horas donde se tomaron tal vez cientos de fotos para publicar tan solo la mejor de cada tipo de calzado, tenis, de vestir, casual, botas, etc... Al final salimos del estudio con el pago en efectivo por nuestro trabajo, dos pares de zapatos de regalo a cada una y la promesa de llamarnos para otros trabajos de modelaje

- Fuimos “las piernas más bellas del ejido amiga”

Le dije a mi amiga al llegar a casa

- ¡Por supuesto!... Tenemos muy buenas piernas y lo acabamos de comprobar

Reímos de nuestras tonterías y ahí quedó todo… Dos semanas después nos llamó Leonardo para modelar unos trajes de baño, trabajo por el cual recibimos una mejor paga, al salir del estudio fuimos a comprar unas cosas que necesitábamos ya que gracias al dinero ganado lo podríamos hacer y al llegar a casa mi amiga me comentó

- ¡Pinche Leonardo! Cuando te pusiste el bikini rosa, el de la tanga, se le iban los ojos al cabrón … Te quiere coger amiga incluso creo que las demás modelos se pusieron celosas…. ¡Y yo también!...

- Ni te quejes amiga que a ti también, tanto Leonardo como los del staff te veían con cara de “Te voy a meter la verga morenaza de fuego” … ¿No te diste cuenta?

Reímos de nuestra tonta charla y nos quedamos en silencio un momento, después ella comentó

- Nos pagó buen dinero, después de lo que compramos nos sobró para la renta de dos meses

- Fíjate que mientras te tomaban fotos platiqué con una chica de nombre Dinora, ella me dijo que gana mucho dinero trabajando con Leonardo

- Habrá que ver cuánto tiempo trabaja y si es pasarela… A mí la pasarela me daría mucha vergüenza, creo que me pondría tan nerviosa que me caería de los zapatos

- Si nos llaman otra vez le voy a preguntar a Dinora de que se trata

Por varios meses seguimos haciendo esporádicos trabajos para Leonardo, nunca hubo ningún tipo de propuesta digamos inmoral e hicimos cierta amistad con varias de las y los demás modelos, yo era conocida como “La güera” y mi amiga “La ojiverde”, pero no volvimos a ver a Dinora.

Ese año mi amiga terminó sus estudios y se regresó a su ciudad natal para trabajar en la empresa de unos parientes, en ese momento yo ya tenía 21 años y me quedé sola con la carga de mantenerme en el departamento ya que ninguna de las compañeras de la facultad quiso compartirlo conmigo, ya sabrán, “Café con leche” tenía fama de ser tan mojigatas que no permitían la entrada de chicos a su departamento. Y como por orgullo me negué a pedirle más dinero a mis padres para no demostrar mi fracaso en mis intenciones de independencia, no me quedó de otra que buscar alguna forma de ganar ese dinero extra que tanto necesitaba.

Un día en que me llamó Leonardo para un trabajo por el que me pagaría un buen dinero por tratarse de bikinis muy pequeños de una marca conocida, de los tejidos en malla y transparentes, ahí me encontré a Dinora quien me apoyó en tranquilizarme ya que la vergüenza me impedía salir a set para que tomaran las fotos. Puedo decir que gracias a ella me atreví a posar con ese tipo de bikinis y comprobé que tenía razón al asegurarme que los fotógrafos se concentran en que luzca el producto sin fijarse tanto en quien lo modela.  Al salir de la sesión de fotos Dinora se ofreció a llevarme a mi casa en su auto, un auto de lujo que me dejó impresionada y en el camino me preguntó

- ¿Te sentiste tranquila posando?

- Al principio muy nerviosa pero cuando comenzaron a darme instrucciones de como pararme, las luces y todo ese maremágnum que se arma para tomar unas fotos se me olvidó que estaba usando esos bikinis… Me regalaron uno, dicen que son muy caros

- Si que lo son y que bueno que comienzas a sentirte como pez en el agua, pronto podrás hacer pasarela, ahí el truco en mantener la vista al frente y olvidarte de que hay gente

- ¿Tú haces pasarela con Leonardo?

- Solo a veces, no me gusta hacerlo y no pagan tanto como se cree… Al menos que seas “Top model internacional”

- ¿Y en que ganas tanto dinero?

Le pregunté inocentemente y ella sonriendo me respondió

- Trabajo con Leo en otras cosas, modelo ropa cuando él me lo pide, pero como diversión ¿Entiendes?

- No, realmente no, pero a mí me gustaría ganar más dinero, recomiéndame con él

- No necesitas de mi recomendación, si te atreviste a posar en estas fotos supongo que estás dispuesta a todo, mejor habla tú con él y explícale lo que quieres.

- ¿Con “dispuesta a todo” te refieres a acostarte con él?

Negó con la cabeza y yo insistí

- ¿Pornografía?

- ¡Habla con él!... Yo que te puedo decir güera

- OK, eso haré…, De verdad me urge ganar dinero amiga

- Y lo puedes ganar, solo es cosa de que te decidas a trabajar y te esfuerces en hacer bien el trabajo

- Eso haré… Mañana iré a hablar con Leonardo

Debo decir que tenía muchas dudas, por un lado, eso de estar dispuesta a todo, si bien no me asustaba, si me ponía nerviosa y por otro el “esforzarse en hacer el trabajo” me hacía pensar en un trabajo de modelo digamos “normal”. Así que al día siguiente fui a ver a Leonardo, le expliqué mi situación y él me dijo

- ¿Qué edad tienes?

- Veintiuno… casi veintidós

Sonrió por mi aclaración sobre mi edad y preguntó

- ¿Estás dispuesta a todo?

- ¿Qué es todo? ¿Acostarme contigo?

- ¡Yo no pago por sexo güerita!

Respondió tajante y debo decir que me avergoncé, así que en voz baja respondí

- No pretendí ofender, pero, Si, si estoy dispuesta a lo que sea… incluso a…

El me interrumpió, se sonrió, movió la mano negando y mirándome a los ojos aclaró

- Te diré algo güera, para mí el sexo, el buen sexo debe ser de mutuo acuerdo y se debe disfrutar dando y recibiendo placer entre ambos, yo nunca me acostaría con una mujer que esté como muñeca en la cama con las piernas abiertas solo pensando en su paga ¡Y mucho menos! embriagaría a una mujer para acostarme con ella… Qué asco acostarte con una borracha que no sabe ni donde está o que se te quede dormida mientras lo haces.

- O que se te vomite encima

Comenté y él soltó la carcajada señalándome con el dedo. No sé si con su ademán me daba la razón o suponía falsamente que a mí me había pasado ese “accidente de cama”. Sonreí y él dio un giro a la charla diciendo

- Mira güera, el asunto es fácil, esto es un negocio y como todo negocio tiene sus reglas y porcentajes de ganancia según el trabajo que cada uno realiza y acorde al dinero que se gana, aquí yo invierto mi dinero, contrato un staff, a los que les pago muy bien por su trabajo…. Por otro lado están mis chicas y chicos, llamémoslos “Los protagonistas”, los que aparecen en las fotos, ellos ganan un porcentaje de mis ganancias netas las cuales ya tengo muy bien estudiadas, por eso les pago al terminar su trabajo y el porcentaje varía según el tipo de trabajo… Así que la pregunta sería ¿Qué porcentaje quieres ganar?

- ¿Qué debo hacer?

Respondí sin rodeos y él tomó una tarjeta, anotó una dirección y me dijo

- Piénsalo y si te decides te espero a las 6 de la tarde en este lugar, no te pongas nerviosa ni te preocupes que no te va a pasar nada, ahí te explicaré las cosas, te haré una prueba y ya tú me dirás en que quieres trabajar

- Ahí estaré

Me despedí con un beso en la mejilla y me fui a la universidad

Por la tarde llegué a un lujoso edificio de departamentos y después de anunciarme subí a un pent-house de dos pisos, al tocar la puerta me abrió Leonardo quien me invitó a pasar y sin más preámbulos fue directo al grano

- ¿Qué has pensado güera?

- Que quiero ganar el máximo porcentaje

Me miró sonriendo y me hizo un ademán para que lo siguiera hasta una recámara muy amplia, donde había una enorme cama redonda cubierta con sábanas de satín, un balcón muy grande, una enorme pantalla sobre la pared, unas sillas tapizadas en terciopelo y un equipo de filmación, ya saben, reflectores, cámaras y todo lo necesario, todo un set de filmación… Yo era joven, pero no pendeja y si Leonardo tenía un excelente estudio en su agencia de modelos sin duda alguna que éste lo debería usar para “otras cosas más privadas”, por un momento dudé, pero para mí ya no había marcha atrás, haría lo que fuera, lo miré fingiendo una absoluta confianza y un gran aplomo, él de pie junto a la cama me dijo

- Ok güera, vamos a ver a que estás dispuesta. Por esa puerta hay un baño, quiero que te bañes el cuerpo pero que solo humedezcas tu cabello, ponte algo de maquillaje en los ojos, ahí hay crema, te untas suficiente sobre tu piel y te pones una de las batas de seda que están colgadas, solo la bata sin ropa interior… Quiero ver cómo te portas ante la cámara estando desnuda, yo preparo todo y aquí te espero

- ¿¡Desnuda!?___ Pregunté sin pensar y él con toda tranquilidad me respondió

- Sí…. Por cierto, al posar con los micro-bikinis vi que te afeitas el pubis, pero si necesitas hay navajas nuevas en el cajón del mueble del lavabo, te necesito bien afeitada

Sentí que el rubor quemaba mi rostro, Leonardo me miró, bajó los brazos y me dijo

- Estás muy nerviosa güera, ¿De verdad estás preparada para hacer esto?

- Si, si me afeito el pubis

Respondí tontamente llevada por la vergüenza y los nervios, él se rio y me dijo

- Y te ves muy linda afeitada, te deberías de depilar

Yo me había afeitado una vez ya que a mi exnovio le gustaba con la boca y el pelo le… Bueno ya saben a lo que me refiero… Después de nuestro rompimiento me seguí afeitando porque el pelo me molestaba al crecer o tal vez porque no perdía la esperanza de volver a sentir ese placer, pero Leonardo tenía razón debería probar la depilación…. Entré al baño, un baño muy grande y lujoso, todo en mármol con un enorme jacuzzi y una ducha, me duché siguiendo sus instrucciones y con un rastrillo nuevo afeite el poco pelo que me comenzaba a crecer, unté en mi cuerpo una crema que tenía un sensual aroma y salí vestida tan solo con una fina bata de seda natural que me llegaba arriba de medio muslo. Al salir Leonardo me miró sin decir palabra, pero en sus ojos se notaba que le gustaba lo que veía, encendió las luces que apuntaban hacia los paneles reflectores, y comenzó a tomar fotografías indicándome donde pararme y como moverme

- Ahora párate frente a la luz y sin deshacer el cinturón de la bata ábrela de arriba hasta que queden al descubierto tus hombros y solo una parte de tus pechos, se trata de excitar con tu belleza, siente lo bella que eres y refléjalo en la cámara, haz que los hombres sientan que el pene les va a romper el pantalón cuando vean tus fotos…. Te necesito excitada güera

Yo no supe que hacer y él se acercó, abrió la bata, metió su mano sobre mis pechos y con sus dedos oprimió suavemente mis pezones buscando endurecerlos para que resaltaran sobre la bata, lo miré a los ojos sin poder ocultar mi nerviosismo que comenzaba a volverse excitación, él me sonrió y cuando descubrió mis hombros no se pudo resistir a besarlos diciendo “Que hermosa piel tienes” y se hizo hacia atrás para seguir tomando fotos.

- Así nena, ahora muévete, moja tus labios, se sexy, la cámara te ama muñequita, no dejes de coquetearle, recárgate en el marco de esa puerta, dobla una pierna apoyando el pie sobre el marco, enséñame tu muslo, cubre tus hombros con la bata, ahora desata el cinturón, levántalo por una punta y déjalo caer al piso, que se abra la bata sin quitártela quiero ver tus tetas y tu vientre… Así amor, eres cachonda muñeca, siéntate en esa silla y cruza tus piernas, eres bella, ¡bellísima!, la mujer más deseada en este mundo

Sin duda alguna que mi excitación había logrado matar mi nerviosismo ya que cuando Leonardo se arrodilló frente a mí con el lente de la cámara a escasos centímetros de mis piernas y me dijo

- Separa tus piernas y enséñame lo que tienes entre ellas

No dudé en separar mis piernas para mostrarle mi vulva, mi humedad y mis pezones entumecidos denotaban el grado de excitación en que me tenía, sentía en mi rostro el sensual rubor de la lujuria que gritaba mi necesidad de ser poseída mientras que él seguía excitándome con sus palabras

- ¡Wow! Qué bello color rosa tiene la entrada a tu cueva, tienes una hermosa entrada al cielo de los hombres muñequita, apoya tus pies en las puntas de tus dedos y abre más tus piernas, deja que la cámara disfrute de esos labios separados, ¡así nena, así!, lo haces de maravilla, eres perfecta, nadie como tú. Abre lo más que puedas tus piernas apoyando tus manos en tus rodillas, pon cara de excitación, piensa en todos los hombres que verán tu foto, imagínalos excitados y ardiendo en deseos por tenerte, invítalos a pecar con tu foto…. Así, así, eres única güera, me estás calentando mujercita

Cuando me pidió que me pusiera de pie y me quitara la bata lo hice de forma sensual dejando que ésta resbalara sobre mi piel buscando que él notara mi excitación

- ¡Bien, bien!, así, eres genial, que cuerpazo tienes muñequita, que deliciosas nalgas, son perfectas y tu espalda blanca como alabastro, eres una escultura güera, ahora muévete, hazlo de forma muy sensual, derrite la cámara chiquita, así nena, así, eres preciosa.

Yo me movía doblando mi cintura, le ofrecía mis nalgas al tiempo que volteaba mi cabeza y humedecía mis labios frente a la cámara, me puse de pie frente a él, separé mis piernas y doblé mi cintura apoyando mis manos sobre mis rodillas de tal forma que mis pechos “colgaran” y con mi lengua recorrí mis labios para humedecerlos nuevamente… Qué cara de excitación habré tenido que Leonardo exclamó

- ¡Qué bien te portas frente a la cámara!... ¡Qué cara de cachonda pones muchacha!... ¡Eres una caliente güerita, caliente como pocas, toda una hembra...! ¡Me encantas!, Te aseguro que muchos se masturbarán viendo tus fotos, mientras se imaginan que lo están haciendo contigo

Lo que él no sabía, o tal vez sí, es que yo no estaba fingiendo, sino que estaba ardiendo, me derretía en deseos por ser acariciada, besada, estimulada y penetrada… Necesitaba un gran orgasmo que apagara mi fuego… De pronto Leonardo apagó las luces del escenario y yo sentí que me moría al escucharlo decir

- ¡Terminamos!, Lo hiciste muy bien güerita, ve a vestirte y cuando salgas del baño, quiero que veas un video y me digas si estás dispuesta a llegar hasta ahí.

No obedecí sus instrucciones, tan solo me puse la bata y me senté en la cama frente a la pantalla. Leonardo me miró con gusto y digo con gusto ya que mi actitud de no entrar al baño a vestirme le aseguraba que esa noche “se cogería a la güerita” .... De un cajón sacó una memoria USB, la puso en un reproductor y regresó a sentarse a mi lado, puso su mano sobre mi desnudo muslo y sentí ese especial y excitante escalofrío recorrer mi cuerpo… Al encender la pantalla vi a Dinora en primer plano vestida con la bata que yo estaba usando charlando con un chico con cara de niño de nombre Erick con el que había yo posado en unas fotos para publicitar unos jeans. En la película supuestamente era un empleado de su marido y él comenzó los absurdos diálogos

- Su esposo me mando para acompañarla a sus compras

- Espérame me ducho y nos vamos

Le respondió Dinora…, ¿Y qué les puedo decir?, era la clásica escena de película pornográfica, sin tema, sin fondo, sin razón alguna que no sea cualquier estupidez que lleve al sexo. Después vi a Dinora desnuda en la misma ducha donde yo había estado y apareció Erick de espaldas, desnudo, mostrando unas nalgas que eran una delicia, abrió el cancel de la ducha y Dinora se cubrió cruzando un brazo sobre sus pechos y la otra mano sobre su sexo. Comenzó a protestar diciendo

- ¡Pero como te atreves a…!

Su fingida protesta cambió a una cara de admiración, puso sus manos sobre su boca y exclamó

- Oh cielos, ¡¡Pero qué cosa!!

- ¿Está enojada?

- Ven, acércate muchacho te voy a enseñar “que tan enojada estoy”

Respondió Dinora y la escena cambió hacia Erick, tenía el pene más grande, grueso y hermoso que hubiese yo visto en mi vida.

Y comenzó lo clásico, no en vano se dice que quien ha visto una película porno, las ha visto todas, Dinora lo besó en la boca y bajó a besos por el pecho del chico hasta hacerse de esa maravilla con sus manos y comenzar a besarlo, lamerlo y mamarlo apasionadamente, cuando ella se levantó para ponerse frente a la pared ofreciéndole las nalgas al chico, yo voltee la cara para ver a Leonardo y nos miramos fijamente a los ojos. Si él había preparado todo, sin duda lo había hecho a la perfección ya que mi humedad gritaba mi necesidad de sexo, sin decir palabra nos besamos disfrutando nuestras lenguas al tiempo que separaba mis piernas para que su mano satisficiera mis deseos de caricias recorriendo la parte interna de mi muslo hasta llegar a mi sexo

Los gemidos de Dinora en la pantalla se confundían con los míos en la cama cuando Leonardo comenzó a devorar mi sexo con una gran pasión y una sensual delicadeza, sus labios y lengua jugaban con mis labios y mi clítoris de tal forma que mi orgasmo no tardó mucho. A mi mente regresaron las palabras de mi amiga “Café” cuando me aseguró que Leonardo tendría la experiencia suficiente para enloquecer a una mujer en la cama. Ya desnudos me penetró despacio y comenzó suavemente con la placentera misión de satisfacer mi ardiente cuerpo, un intenso y delicioso orgasmo me hizo gritar y sudar mientras que él sonreía orgulloso de su hombría

Aceleró sus movimientos y otro pequeño pero placentero orgasmo hizo que mis entrañas se contrajeran al tiempo que Leonardo detenía su agitada cabalgata penetrándome hasta que su pubis quedó apretado al mío, levantó la cabeza y gimió con fuerza cuando su pene comenzó a contraerse dentro de mi vagina.  Al terminar se dejó caer agitado a mi lado diciendo

- Qué rica estás güera, eres preciosa, no tienes idea de cómo me vine

Claro que tenía idea ya que veía la cantidad de semen que llenaba el condón aún puesto sobre su pene. Sonreí satisfecha de lo que había hecho y recordé el tiempo que había pasado desde la última vez que estuve con Miguel en un hotel, casi cuatro años sin sentir el placer de tener a un hombre en mis entrañas… Reí de mi estupidez, tenía 21 años y ya hacía recuerdos. Leonardo se enderezó para quitarse el condón y me enseñó la gran cantidad de semen que había dentro de este diciendo

- Mira me dejaste seco güera… Si te digo que eres increíble, una verdadera hembra en la cama

Nos dimos un húmedo beso y entró al baño, al regresar se recostó a mi lado y por varios minutos permanecimos en silencio con los dedos de la mano entrelazados hasta que él rompió el silencio diciendo

- ¿Lo piensas hacer?

- ¿Qué?

- Las Películas

- ¿Se gana mucho dinero?

- Lo suficiente para vivir, sino con lujos al menos sin preocupaciones

- Yo no pido más, con salir de deudas y pagar mis estudios estoy conforme

- ¿Cuándo empiezas?

- Tú dime

- No me lo tomes a mal, pero negocios son negocios, primero necesito que hagas algo

Se levantó de la cama y acercándose a un mueble abrió un cajón y escribió una nota al reverso de una de sus tarjetas de presentación y me dijo

- Ve a ver a esta doctora, ella te dirá que hacer

Me levanté y entré al baño, al salir Leonardo me preguntó

- ¿Puedo publicar las fotos que te tomé?

- Solo si me invitas a quedarme, ya es muy tarde para regresar sola a casa

- Sube conmigo a mi recámara, mañana bajas por tu ropa

Subimos desnudos al segundo piso del pent-house, entramos a su recámara y nos metimos a la cama, acostados de lado me abrazó pegando su pubis a mis nalgas y nos dormimos… A la mañana siguiente cuando desperté él no estaba en la cama, revisé todo el pent-house y al entrar a la cocina encontré preparado el desayuno con una nota que decía “Solo calienta tu desayuno, está delicioso, en el sobre está tu paga por tus primeros desnudos, …. Me hubiera encantado tener un mañanero contigo ya que me gustaste mucho, pero me tuve que ir… Pocas mujercitas como tú güera, eres lo máximo”

Vi el reloj, eran las 7 de la mañana, calenté el desayuno mientras abría el sobre con dinero, lo conté y quedé sorprendida, supuse que tanto dinero (Al menos si lo era para mí) sin duda incluía mis servicios sexuales y por primera vez en mi vida me sentí puta, eso sí, bastante cara…. Ya en mi casa me metí a bañar y mientras lo hacía inmersa en una “resaca moral” recordaba lo que había hecho y lo que iba a hacer… Durante todo el día hubo en mí una mezcla de sentimientos, remordimientos por saberme puta pero también una gran soberbia de saberme lo suficientemente bella como para lucir mi cuerpo desnudo frente a una cámara y lo suficientemente mujer para enloquecer de placer en la cama a un hombre mayor que yo y con la experiencia de Leonardo… Si, me sentía única, pero también avergonzada

Ya en la universidad, las miradas con deseo que algunos alumnos o maestros casi siempre me dirigían ya no me molestaban, al contrario, me excitaban aumentando en mi la soberbia al recordar las palabras de Leonardo, “Muchos hombres se masturbarán viendo tus fotos mientras sueñan que te cogen” y así comencé a disfrutar de lo que tanto me molestaba cuando al pasar caminando al lado de un hombre, éste detenía su paso para voltear y fijar su vista en mis nalgas, a veces sin decir nada o a veces diciéndome algún tipo de vulgaridad como “Que ricas nalgas tienes mami” o “Si así las mueves en la cama, que buena ordeñada me darías bebé”, me gustaba saberme deseada… Pero lo que más me hacía olvidar mi arrepentimiento sin duda era la paga por mi trabajo…  “¿Trabajo?” Me pregunté y sonreí diciéndome “Que fácil trabajo” … Que equivocada estaba y pronto lo sabría

Ese día por la tarde fui a ver a la doctora, le di la nota a la recepcionista y después de esperar poco tiempo, me pasó al consultorio de la ginecóloga, una mujer muy bella de unos 35 o 40 años, me miró de forma rara y sin hacer preguntas más allá de las necesarias para una historia clínica y hacerme un exhaustivo examen ginecológico me preguntó si había tomado anticonceptivos, le respondí que no y me explicó cómo debería de tomar las pastillas que me iba a recetar ya que por mi “profesión” no podía usar parches. Escribió una receta para los anticonceptivos y otra para unas pruebas de laboratorio.

Tiempo después me enteré de que la doctora había sido una de las chicas de Leonardo y habían vivido juntos, ella se había costeado sus estudios trabajando para él y tiempo después de terminada su relación “De trabajo” y sentimental, ella se había casado, se rumoraba que a pesar de tener dos hijos le era infiel a su marido acostándose con Leonardo. No sé, pero si eso era cierto lo más probable es que por celos me haya tratado con la frialdad con que lo hizo. Al salir de su consultorio me acerque nerviosa a la recepcionista pensando en lo que me costaría la consulta, ella sonrió y me dijo.

-No es nada, lo cubre su seguro

¿Seguro?, Sin duda el seguro era Leonardo. Sonreí y después de dar las gracias bajé al laboratorio donde me citaron para el día siguiente, me dieron el costo de los análisis, muy caro por cierto, y las instrucciones de ir en ayunas y con la primera orina de la mañana. Asistí a la cita y después de sacarme del brazo lo que para mí era mucha sangre, cubrí el costo y me dijeron que los resultados se le enviarían a la doctora por ser privados, cosa que no me asustó ya que la doctora pedía análisis de enfermedades de trasmisión sexual, las famosas ETS incluyendo VIH. Claro que Leonardo hacía bien al comprobar la salud de sus chicas y chicos, lo malo para mi terror a las jeringas era que los pidiera de forma periódica

Durante casi un mes me llamaron para modelar ropa, había dinero en eso y ropa de regalo, pero no lo que yo esperaba para nivelar mi economía ya que las deudas y mis falsas promesas de pago me tenían muy cerca de los tribunales civiles, ya estaba con “El agua en el cuello” y por fin un lunes terminando una sesión de fotos publicitarias Leonardo me habló a su despacho para pagarme y me preguntó

- ¿Ya comenzaste a tomar las pastillas que te mandó la doctora?

- Sí, ya las he tomado por cinco días

- ¡Perfecto!... Así está perfecto

En ese momento entendí cual había sido la causa del retraso, según yo, Leonardo se tenía que asegurar que estuviera protegida contra un embarazo y tal vez que no estuviera “Indispuesta” para filmar escenas de sexo, me sonrió y acto seguido tomó unas hojas de su escritorio diciéndome

- Apréndete este libreto y filmamos el viernes en la noche

Llegando a mi casa estudié el “Libreto” de algo llamado “Una muy buena sirvienta”, en las cinco hojas que lo formaban había muy pocos diálogos y muchas instrucciones de lo que había que hacer y como había que hacerlo, todo con el fin de lograr la mayor excitación del espectador. Cuando terminé de leerlo pensé “Coger frente a una cámara… No ha de ser tan difícil” y lo estudié practicando de la forma más sensual los movimientos que ahí se indicaban

El jueves por la noche de forma inesperada llegó Dinora a mi casa, la invité a pasar y cuando ella se quitó la chamarra que traía noté que además de su minifalda de mezclilla vestía una blusa corta escotada con la que generosamente mostraba la mitad de sus grandes pechos y buena parte de su vientre, su piel morena muy clara se veía tersa y muy bella. Sin poder ocultar mi admiración le dije

- Que bello cuerpo tienes amiga, con razón ganas tanto dinero

Ella sonrió y me respondió

- Gracias, y seguramente que tú vas a ganar más que yo… Vine a verte ya que vamos a trabajar juntas mañana y a Leo, Leonardo, le preocupa mucho la última escena piensa que no serás capaz de hacerla

- ¿La de la prima? La verdad es que le tengo miedo a todo, pero no me queda de otra, trabajo es trabajo y yo necesito el dinero

- ¿Le tienes repulsión a hacerlo con una mujer?

- No es repulsión, sino temor a no saber que hacer, el libreto dice “Mientras Gilberto se lo hace de a perrito la sirvienta ella le hace sexo oral a la prima y viceversa”

- Si, así es, el caso es que yo soy la prima, ¿Quieres que ensayemos la escena?

Quedé en silencio, en una especie de shock y ella al notarlo se sonrió y me dijo

- No, no soy lesbiana, me encantan los hombres, pero como bien dices, el trabajo, es el trabajo y nos pagan bien, además hacerlo con mujeres es…. Las mujeres tenemos algo especial que siempre… Dejémoslo en que no me molesta hacerlo con una mujer ya que al final somos más dedicadas hacia el placer de la otra, pero me gustaría que la escena saliera bien

- ¿Tu propuesta es solo por ensayar?

- No te espantes, tengo novio y tiene pene… Y como tú te debes ir acostumbrando a todo es mejor que ensayemos

Al terminar de decir eso juntó su boca a la mía y yo le respondí como decía la escena separando mis labios y juntando nuestras lenguas solo nos faltaría el semen de Gilberto para pasarlo de boca a boca. Dinora metió su mano entre mis muslos y toco la humedad de mi sexo, humedad que los besos habían estimulado, se puso de pie y se desnudó. Yo ya la había visto desnuda en la pantalla la noche en que me inicié en los desnudos con Leonardo, sin embargo quedé impresionada al observar su cuerpo tan bien formado, sus bien torneadas piernas y sus preciosos pechos, ella se acercó a mí, me dio la mano y me puse de pie, me desnudé y nos abrazamos, sentí la suavidad de su piel, sus pechos oprimiéndose contra los míos y ese delicioso aroma que había en toda su piel, todo en ella era excitante, ardiente, sensual, la besé en la boca como nos gusta besar a las mujeres, despacio, húmedo y profundo….

Terminamos en la cama donde nos besamos y mamé de sus redondos y grandes pechos, lamí y besé todo su hermoso cuerpo y al sentir lo que siente un hombre comprendí la razón por la cual se enloquecen ante el cuerpo desnudo de una mujer. Mis labios y lengua resbalaban sobre la suave y tersa piel de Dinora mientras mis hormonas inyectaban fuego en mi sangre… Ella me hizo acostarme con las piernas separadas y comenzó a saborear mi sexo ¡Que maravilloso orgasmo tuve!, intenso, largo, delicioso y conforme mi cuerpo se contraía ella probaba mi humedad sin dejar de lamer, besar y apretar con sus labios mi sexo.

Cuando yo le respondí hice sobre su cuerpo lo que ella había hecho sobre el mío y también la hice gozar al grado de que las dos terminamos agotadas y nos dormimos abrazadas en mi cama… Había tenido un sexo lésbico y me había encantado, una mujer sabe por experiencia propia donde acariciar, lamer, apretar o morder el cuerpo de otra mujer, cosa que por desgracia los hombres o no conocen o no les interesa hacerlo. Una vez había escuchado “Solo una mujer es capaz de satisfacer plenamente a otra mujer” … Tal vez eso sea cierto, pero yo siempre preferiré el endurecido, ardiente y suave pene de un hombre dilatando las húmedas paredes de mi vagina para abrirse paso dentro de mi carne y sentirlo “bombear” con fuerza una y otra vez hasta hacerme gritar de placer…   

 Al día siguiente, viernes, Dinora se ofreció a llevarme a la universidad al despedirnos nos dimos un beso en la mejilla, yo le agradecí su interés por que yo tuviera excito y antes de bajarme de su auto le dije

- Fuiste muy amable y muy linda conmigo amiga, me gustó mucho

- Si todo sale bien en la tarde, ¿te gustaría ir unos días a la playa conmigo a la casa de mi novio?

- Sería increíble, pero lo planeamos para cuando termine el semestre

- OK, te quiero amiga, nos vemos en la tarde

Bajé de su auto y ya en la universidad no podía dejar de pensar en si sería capaz de hacerlo, yo estaba dispuesta, pero me daba miedo…. No era lo mismo haberlo hecho en un hotel con mi exnovio o con Leonardo en su casa o con la misma Dinora, que hacerlo frente a una cámara y con un desconocido. Sin embargo al salir de la universidad me dirigí a la “cita con mi destino” …

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