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De niña buena a artista porno y escort (ii)

en Hetero: General

Por la tarde, entré al edificio, subí al pent-house de Leonardo y antes de llamar a la puerta inspiré profundo pensando en los tres meses que debía de renta y me dije “Puedes hacerlo, es más, tienes que hacerlo, necesitas el dinero con urgencia y no te queda de otra”. Llamé a la puerta y me abrió una chica desconocida quien me preguntó

- ¿Eres la güera?

- No me lo tomes a mal, pero no lo sé, así me dice Leonardo

- Entonces si eres tú…

Sonrió y agregó

- Necesitas un nombre artístico, pero apúrate que te están esperando.

Me hizo pasar y me llevó a donde estaba el vestuario, mucha gente pasaba sin reparar en mi persona, la chica hizo que me desnudara, me dio un minivestido negro abotonado al frente indicándome que me lo pusiera sin usar ropa interior, al terminar de abotonarlo noté que me quedaba arriba de medio muslo y me avergoncé al pensar en que si me agachaba enseñaría mi sexo y mis nalgas, pero de eso se trataba, la chica me miró, me sonrió y me dijo

- Te queda perfecto, se te ven preciosas tus nalgas y tu piel contrasta con el vestido

- Filmaremos en blanco y negro

Dije bromeando por el tono de mi piel y el color del vestido, ella rio y me dijo

- Ni lo digas que te ves fenomenal, si yo tuviera tus piernas las luciría siempre ya fueran blancas o morenas

Me llevó a maquillaje y mientras me peinaban yo repasaba mentalmente la supuesta trama de la película … Sería la sirvienta quien al quedarse sola en la casa terminaba cogiendo con el hijo de los patrones y mientras lo hacíamos nos descubría una prima del chico y terminábamos haciendo un trío, recordaba todo y se veía muy fácil, así que sonreí pensando en que lo único que me costaría trabajo sería gemir, pero eso era lo de menos, ya que en una media hora recibiría una buena paga…. No sabía lo que me esperaba

Terminando de peinarme y maquillarme, me puse de pie, me pusieron un delantal de encaje y me llevaron al set donde Leonardo estaba sentado en una silla, un chico se acercó a mí y dándome un tubo de gel me preguntó “¿Te lubrico o lo haces tú? Temerosa o tal vez avergonzada le quité el tubo de la mano y le sonreí, Leonardo levantó la mano para saludarme desde su lugar y le respondí levantando la mía, en eso se acercó Dinora y sentí un alivio que ella estuviera junto a mí, vestía una blusa blanca y una minifalda de mezclilla, me sonrió, me dio un beso en la mejilla y me dijo

- Vamos a trabajar con Erick, él es muy lindo, a todas nos encanta trabajar con él, ya verás que buen compañero, así que quédate tranquila que te va a ir muy bien

- Ojalá… Me urge pagar mi renta

Respondí llevada por los nervios y ella sonrió diciéndome

- Te aseguro que la pagarás... Por lo pronto lubrícate la vagina ya que no creo que lo consigas de forma natural

¿Instrucciones para coger? Sentí una gran vergüenza y me fui tras una mampara de tela, puse bastante gel sobre mi dedo y lo metí en mi vagina repitiendo la operación dos veces, en eso estaba cuando escuché la voz de Leonardo

- ¡Silencio!... Cámaras listas, comenzamos contigo güera… ¡Acción!

Temblando de nervios salí al set donde los supuestos dueños de la casa, dos actores ella de unos 45 y él tal vez 50 años, me daban instrucciones, estaría sola en casa hasta las cuatro de la tarde en que llegaría su hijo de la escuela “Limpias bien y le preparas algo de comer a Gilbertito” Fueron sus instrucciones y cuando salieron de la casa y me quedé sola, caminé muy despacio para que la cámara me siguiera casi pegada a mis nalgas y atravesé una falsa puerta, un “corte” y vino el cambio de set a la supuesta recámara de los patrones donde yo puse música para bailar de forma muy sexy mientras limpiaba. Al guardar el antifaz para dormir de la patrona dentro del cajón del buró me encontré con un enorme juguete en forma de pene, lo tomé con cara de admiración, sonreí con picardía y después de recorrer la recamara con la mirada lo besé frente al espejo, lo lamí y lo acerqué a mi boca para meterlo y sacarlo repetidamente fingiendo estar haciendo un sexo oral, después caminé hacia la puerta de utilería donde me asomé doblando mi cintura de tal forma que mis nalgas sin bragas y la parte trasera de mis muslos quedaran en primer plano de una cámara móvil cuyo camarógrafo caminaba detrás de mí.

¡Dios mío!, que esfuerzo estaba haciendo para que el temblor provocado por los nervios no se notara, me esforzaba por recordar los pequeños y tontos diálogos llena de temor de que me temblara la voz al decirlos, sin embargo, con el apoyo del equipo quienes me animaban con gestos y ademanes comencé a calmar mis nervios, pero vendría lo más difícil

Al asegurarme de que estaba sola en casa, me enderecé, di la vuelta frente a la cámara colocada a unos 40 centímetros de mi cuerpo, me quité el delantal y desabroché el vestido para poner el juguete entre mis pechos, y con voz sensual dije mi primer diálogo dirigido al aire “Que rico papito, que verga tan linda tienes corazón, ya quiero que me rompas el culo”, el camarógrafo frente a mí me sonrió afirmando con la cabeza, seguramente buscando calmar mis nervios ya que  estaba tan cerca de mí que podía escuchar su respiración. La cámara me fue siguiendo o más bien yo fui siguiendo a la cámara ya que sus pasos me guiaron hacia la cama, cuando se detuvo yo hice lo mismo… Fue Leonardo y su experiencia en tratar a sus chicas lo que sin duda me tranquilizó ya que al notar mi nerviosismo se acercó parándose a un lado del camarógrafo para decirme en voz baja

- Tranquila güera, concéntrate, no te preocupes por cometer algún error que no tiene importancia, actúa normal que vas muy bien muñeca, olvídate de que hay gente, piensa que estás sola…. Súbete a la cama, hazlo despacio, se amable con la cámara, regálale tus muslos y tus nalgas, tú sabes muy bien cómo hacerlo mi amor 

Yo afirmé con la cabeza como si fuera parte de mi sensual movimiento, el camarógrafo sonrió de forma pícara, le regresé la sonrisa y me arrodillé en la cama, en ese momento la cámara se puso detrás de mí para filmar mis muslos y mi sexo sin bragas, esperé unos segundos y a la señal de Leonardo me acosté de espaldas, lentamente doblé mis piernas con mis rodillas juntas hasta apoyar mis pies sobre la sábana, la cámara recorrió lentamente mi pie, mi pantorrilla y mi muslo hasta mi nalga, cambió de posición y frente a mis pantorrillas, que permanecían juntas, filmó como las fui separando hasta abrirme de piernas para que filmara la parte interna de mis muslos y mi sexo. La cámara móvil se alejó y arriba de mí se posó la “Grúa” para filmar desde lo alto, en ese momento comencé a acariciar mi clítoris con el juguete y al empujarlo dentro de mi vagina resultó que me había puesto demasiado lubricante y el juguete se hundió dentro de mí de un solo golpe… Leonardo gritó.

- ¡Corte!, ¿Quién lubricó a la güera?

- Ella

Le respondieron y Leonardo movió su cabeza sin decir palabra, respiró profundo y dijo

- Hazlo despacio güera… ¿¡Y dónde está la otra cámara!?.... ¿Cuantas veces debo repetir que esta escena se debe filmar en dos planos, con la grúa y con un acercamiento a la vagina? ..... Otra vez güera, desde que abres las piernas y lo pones en tu clítoris… Respira profundo, tranquila y hazlo despacio muñeca, muy despacio, enséñale a la cámara como tu vagina devora cada centímetro del juguete y por favor, por lo que más quieras, pon cara de placer mamita, se supone que te estás masturbando no haciéndote el “Harakiri”

Repetí la escena con la cámara de la grúa filmando mis pechos y mi cara desde arriba, pero esta vez abrí mi boca y gemí conforme me metía el juguete. Todo iba de maravilla, sin embargo, antes de reiniciar la filmación el chico de la cámara portátil había levantado mi pierna sobre su hombro para acercar la cámara a un lado de mi sexo y filmar un buen acercamiento del juguete y antes de que yo terminara de meterlo todo en mi vagina me comenzó a dar un calambre, moví mi pierna y empujé al chico con todo y cámara, Leonardo gritó

- ¡Güera!, ¡Ten cuidado mujer!, fíjate bien donde se encuentra la gente amor, se puede romper una cámara

- Perdón

- ¡Vamos a repetirla!

Antes de iniciar la escena el camarógrafo dobló mi pierna, apoyó la planta de mi pie sobre la sábana en la postura que él quería, como si colocara un mueble en su lugar y por debajo de mi corva metió la cámara para acercarla a mi sexo, apoyó su barbilla sobre mi rodilla para desde ahí fijar la vista hacia la pequeña pantalla de su cámara.

No lo podía creer, ¡Qué situación la mía! Estaba tendida boca arriba en la cama, con mi torso desnudo, mis piernas abiertas, con una mano metía un juguete en forma de pene en mi vagina y con la otra apretaba mis pechos pellizcando mis pezones. Había cerca de diez personas a mi alrededor, todo aquel que quería, o tenía que hacerlo, tocaba mi cuerpo para acomodarlo de la forma más conveniente para hacer su trabajo, sentía temor de que la cámara de la grúa se cayera sobre de mi mientras filmaba, de reojo veía al camarógrafo con su barbilla apoyada en mi rodilla, quería que se quitara de ahí, las luces hacían que mi piel pareciera más blanca de lo que era y el calor provocado por ellas se comenzaba a tornar insoportable y como si todo esto no fuera suficiente tenía que poner cara de placer como si estuviera a punto de un orgasmo.

“¿Trabajo fácil?” pensé nuevamente mientras quería reírme de mi misma o soltarme a llorar por haberme metido en lo que me había metido, respiré profundo y me hice el ánimo de seguir con el “libreto” al fin y al cabo, la vergüenza y el pudor salían sobrando, ya no tenía nada que ocultarle a la gente que había en el estudio. Cuando metí todo el juguete en mi vagina y comencé a masturbarme metiéndolo y sacándolo el camarógrafo que recargaba su barbilla en mi rodilla se enderezó, sacó la cámara de mi corva y recorrió mi cuerpo subiendo hasta mi cara para filmar mis ojos cerrados y mi boca entreabierta gimiendo por el supuesto placer, la cámara móvil se retiró y en ese momento llegó Gilberto, el hijo de los patrones (representado por Erick) diciendo

- ¡Que haces tú en la cama de mis papás!, ¿Quién carajos te crees? ¿Qué no entiendes que eres la gata?

Asustada saqué el juguete de mi vagina cubriéndome con el vestido y al intentar bajarme de la cama, sucedió lo que tanto temía, me resbalé y caí de rodillas en la alfombra

- ¡No pasó nada!, ¡Sigan, sigan!

Ordenó Leonardo al ver que me ponía rápidamente de pie, miré a Gilberto (Erick) y supliqué

- ¡Perdón joven, perdón! .... Le juro que no lo vuelvo a hacer, pero no le diga nada a sus papás, me van a correr y le juro que necesito mucho éste trabajo

Lo último que dije sin duda fue lo más real que haya yo dicho en ese momento y el gesto de aprobación de Leonardo me dio confianza a pesar de que en realidad no actuaba al suplicar por el trabajo… Las cámaras se retiraron, junto a la cama estaba Gilberto y yo siguiendo la “trama” me acerqué a él suplicando, él me empujó y caí sentada a la orilla de la cama, se paró frente a mí, separó con violencia mis piernas, se puso de pie en medio de ellas para acercar su pubis a mi cara, abrió su bragueta y sacó su pene. Yo ya lo había visto en la pantalla, pero aún así quedé sorprendida, su forma, su tamaño, su grosor, y disculpen mi estupidez, pero me atrevería a decir que era lindo, algo digno de usarse como modelo para una escultura. Erick siguió con la trama diciendo

- Mereces un castigo ejemplar, te voy a dar tus buenos vergazos para que aprendas

Y comenzó a golpear mis mejillas con su pene, fingiendo el llanto yo le supliqué que ya no me golpeara y él me respondió

- Si no quieres que te siga dando tus vergazos, sujétala con tu boca, así conservarás tu trabajo y aprenderás a comportarte como la pinche gata que eres

- ¡Corte! ___ Ordenó Leonardo diciendo

- A ver güera, te explico, cuando él te “dio tus vergazos” (Risas en el estudio), tu cerraste tus ojos, ¡bien!, solo que no los abras al hablar… ¡A ver ustedes! Quiero una cámara junto a Erick, muy cerca de la cara de la güera y tú güera, terminas tu diálogo y cierras la boca apretando los labios, cuando él acerque su glande a tu boca y lo frote sobre tus labios, los separas muy lentamente hasta dejarlo entrar al tiempo que abres tus ojos y levantas la mirada hacia Erick de forma sensual, ardiente, ¡cachonda!, que se note que estás rendida ante lo que él tiene…Lo sentiste y ahora lo quieres, lo deseas, mueres por sentir esa enormidad dentro de ti, estás ansiosa de que te de placer, …  Y esas cámaras no pierdan detalle quiero una toma de los ojos de la güera mientras el pene entra en su boca … ¿OK?

- Vamos a hacerlo señores__ Dijo aplaudiendo y agregó

- Comenzamos cuando la güera dice “No joven y bla, bla” …. A tu señal güera

Tomé unos segundos para concentrarme y afirmé con la cabeza, Leonardo grito

- ¡Acción! ____ Y comencé mi diálogo

- No joven, no quiero, ya déjeme por favor, se lo suplico

- Mira pendeja, no te estoy preguntando si quieres, te estoy ordenando que me mames la verga

Yo apreté mis labios y cuando él juntó su miembro a ellos los separé lentamente, al sentir el grosor que tenía abrí mi boca lo más que pude hasta que el glande y parte del tronco entraron en mi boca empujando por dentro mi mejilla de tal forma que se viera el bulto en mi rostro y cuando comencé a mover mi lengua sobre su glande Erick gimió y me miró fijamente a los ojos retrasándose en sus diálogos, no sé si por olvido o tal vez para disfrutar lo que yo le hacía, cuando escuchó a Leonardo “tronar sus dedos” dijo

-Que rico mamas gatita… No te pienso acusar, es más creo que a partir de hoy te visitaré todas las noches en tu cuarto

Sacó su pene de mi boca y se arrodilló frente a mí, besó mis piernas hasta llegar a mi sexo y comenzó a devorarlo apasionadamente yo abrí la boca haciendo mi cabeza y mi tronco hacia atrás apoyándome en mis antebrazos gimiendo….  No puedo decir que sentía placer, sin embargo, me gustaba lo que me hacía, ya que lo hacía… ¿Cómo explicarlo?... Con mucho cuidado, con dulzura, incluso con una ternura que me hacía sentir que en verdad buscaba complacerme y que no solo actuaba, eso me tranquilizó tanto que mis falsos gemidos comenzaron a ser más creíbles, cosa que Leonardo festejó levantando sus pulgares

- ¡Qué rica estás gatita! …. Me gustas mucho y por lo visto a ti te encanta la verga ¿Verdad?

- Sí, me encanta, me enloquece y ahora quiero la suya

- Te la voy a dejar ir hasta los ovarios, vas a llorar de placer

- Sí, sí, démela toda, toda... Hágame gemir, gritar, llorar de placer… ¡Quiero ser suya, toda suya!

- ¡Corte!... Desnúdense chicos y que alguien lubrique a la güera

Ordenó Leonardo… Me levanté para quitarme el vestido y ya desnuda fui presa del poco pudor que en mi quedaba por ello crucé mi brazo sobre mis pechos y con la otra mano cubrí mi sexo, cuando me subí a la cama, me acosté boca arriba y Erick se subió arrodillándose frente a mí. Leonardo en tono de decepción me dijo

- ¿Que pretendes güera?, ¿Qué Erick te chupe las tetas sobre el brazo o que te la meta entre los dedos de tu mano?

Sonreí y bajé mis brazos poniéndolos a los lados de mi cuerpo, Erick me dijo “Tranquila güera” y separó dulcemente mis piernas doblando mis rodillas para apoyar mis pies sobre la cama, observó mis rodillas con las que había caído de la cama y al notarlas enrojecidas por el golpe preguntó

- ¿Te lastimaste?

- No, pero soy tan blanca que cualquier golpe por muy pequeño que sea me enrojece la piel por unos minutos, pero estoy bien gracias.

El besó mis rodillas y se arrodilló entre mis piernas esperando la orden de iniciar, cuando “el chico del gel” se acercó, Erick se lo quitó de las manos, puso un poco sobre su dedo índice y dulcemente lo metió dentro de mi vagina, me avergoncé mucho, pero cuando me sacó el dedo le sonreí y él respondió con otro dulce beso en mi rodilla… Ahí me di cuenta de por qué Dinora me había comentado que todas las chicas querían “trabajar” con él, era muy tierno, muy amable, además de guapo, fornido, con unas nalgas preciosas y un pene espectacular… ¿Que chica no lo querría para una filmación o una noche de lujuria o incluso para una vida llena de placer a su lado?... Leonardo ordenó

- Pongan un almohadón bajo las nalgas de la güera, quiero una cámara arriba, una a cada lado y otra detrás de Erick… Erick, abre las piernas para la cámara que va a estar justo detrás de ti, penétrala muy despacio. Y tu güera, levantas tus piernas para no estorbar a la cámara, giras tu cintura y por debajo de tu pierna tomas el pene con una mano, guíalo dentro de ti, eso es muy sexy, a la gente le encanta… Y necesitas doblar tu cabeza hacia a tu pecho, para que la cámara detrás de Erick filme tu rostro y tus ojos… Cuando te haya penetrado completamente le acaricias los testículos, dices tu diálogo y bajas la cabeza para apoyarla en la almohada ….

¡Vaya petición!... En mi mente no podía comprender, tal vez lo que Leonardo necesitaba era a la contorsionista de un circo, y antes de poder reír Leonardo agregó

- La cámara entre las piernas de Erick alcanza a filmar tu cara… Quiero cara de placer, luce tus ojos y tu rostro, recuerda que estás ardiendo, muriéndote por un orgasmo, enséñanos como disfrutas del sexo…. Por otro lado, ¡Pongan todos mucha atención! cuando Erick se recueste sobre de ella y ponga su cabeza a un lado de la suya filmamos con la cámara de arriba, primero le filman las nalgas a Erick para que se vea cómo bombea sobre de ella y después la cámara se fija en la cara de ella, en ese momento necesito que aceleres tus gemidos güera, lo haces por unos segundos y finges un orgasmo… ¿Me entendieron todos?

Respondieron que sí y él dirigiéndose a mi preguntó

- ¿OK muñequita? ….

Afirmé con un “Aja” no convincente por lo que él insistió

- ¿Entendiste bien lo que quiero?, ¿Lo puedes hacer?

- Si

Respondí sin tener la seguridad de lo que tenía que hacer y la prudencia por mi necesidad de dinero evitó que le dijera “Sí, lo entendí muy bien, Erick me va a meter la verga y lo van a filmar”, sonreí de mi tontería y Leonardo propuso

- Vamos a hacerlo en una sola toma continua hasta la llegada de la prima, que ya se hizo muy tarde, bueno, eso esperamos todos que salga en una toma, humedezcan un poco el cabello y la cara de la güera, que parezca que está sudando… Güera, pellizca tus mejillas para que se te note rubor  

Humedecieron mi cabello y con un aspersor pusieron gotas de agua sobre mi frente y debajo de mi nariz mientras que yo con mis dedos pellizque mis mejillas, Erick me sonrió diciendo “A ver, te ayudo a hacerlo”, acercó su pene a mi sexo, me levantó las piernas, tomó mi mano con la suya para ponerla sobre su pene, afirmó con la cabeza y Leonardo ordenó “Acción”. Al tiempo que con mi mano simulaba metérmelo, Erick empujaba su pene lentamente dilatando mi vagina a lo que yo supuse lo máximo posible, me estaba abriendo como si quisiera separarme en dos partes, pero el placer era indescriptible, algo que nunca había sentido, estaba sintiendo lo que mi amiga “Café” una tarde en que filosofábamos sobre el sado-masoquismo que en alguna medida hay en todos, definiera como “El sublime momento en que se junta el dolor con el placer y te hace enloquecer”

Lo sentía oprimir mi recto y levantar la piel sobre mi pubis ¡era increíble! algo que sería maravilloso poder disfrutar a solas sin miradas ni cámaras sobre nosotros… Por momentos su miembro me molestara físicamente, lo que sin duda era causado por la falta de lubricación natural, sin embargo, era parte de esa deliciosa sensación. Yo intentaba concentrarme en observar la lente de la cámara detrás de los testículos de Erick, abría mi boca para fingir placer esperando impacientemente que terminara de penetrarme ya que el cuello me comenzaba a doler y necesitaba bajar mi cabeza, cuando por fin sentí toda esa delicia dentro de mí, gemí diciendo

- Que verga tan deliciosa tiene joven

Y mientras acariciaba sus testículos le dije

- Y sus huevos están llenos de leche para mi

¡Y por fin pude bajar mi cabeza!, la apoyé sobre la almohada para descansar mi cuello mientras Erick seguía con el libreto diciendo

- Mucha leche gatita, pero por lo pronto te voy a dar tus buenos empujones de tripas

- Sí, si… Empuje con fuerza… ¡Quiero sentir como lo hace, quiero sentir su verga golpeando mis entrañas, quiero que me mate de placer!

- Que gata tan puta contrató mi madre, pero estás buenísima pendeja y tendrás que abrirme las patas todas las noches para que te rompa el culo las veces que yo quiera

- Sí, sí, todas las noches seré suya, pero ahora quiero sentir el placer de su verga, muévala con fuerza dentro de mi

Respondí yo en tono de desesperación. Le hicieron una señal a Erick quien permaneció unos momentos inmóviles de rodillas frente a mí mirando hacia el staff, un chico con una cámara se subió a la cama, me bajó una pierna a la cama y acercó su cámara a mii pubis… ¡Joder! Estaba desnuda, penetrada por un delicioso miembro, con mis piernas dobladas en la cintura de Erick y con el muy desagradable espectáculo de un camarógrafo arrodillado junto a mi…. A su señal, Erick se comenzó a mover en los más profundo de mi carne y el chico acercó la cámara a escasos 15 centímetros de mi pubis para filmar como en cada uno de los embates del pene, la piel sobre mi pubis se levantaba desde mi hueso sacro hasta casi llegar a mi ombligo lo que daba la impresión de que el miembro me llegaba muy, muy adentro (Lo que era verdad)

El chico se bajó de la cama y le indicaron a Erick que se recostara lentamente sobre de mi para filmar con la grúa, él lo hizo y continuó entrando y saliendo de mi cuerpo, yo abrí mi boca gimiendo y haciendo que mi saliva saliera por la comisura de mis labios, Erick se acercó a mi oído y en voz baja me dijo

- Que rica estás güera, me encantas, eres preciosa

Eso no estaba en el libreto, no se lo estaba diciendo a la sirvienta sino a la güera, a la mujer, a mí, Erick me estaba disfrutando y yo coquetamente, como cualquier mujer que hace gozar a su hombre en la cama, cerré mis ojos… Después de unos segundos justo cuando comencé a acelerar mis gemidos para la cámara ¡Me sucedió lo inesperado!, mis entrañas se comenzaron a tensar, apreté con mis manos la espalda de Erick y buscando que no se notara lo que sucedería me apegué al libreto repitiendo “No pares, no pares”, y lo deje venir soltando un fuerte gemido de placer. Sin duda que Erick había sentido mi vagina y mi útero contraerse rítmicamente ya que me dijo al oído

- Que linda eres güera, eres una maravilla, de verdad que eres preciosa

Ni mi ex, ni Leonardo me habían hecho sentir que disfrutaban de mi orgasmo y antes de que yo pudiera decirle algo Erick se enderezo saliéndose de mí... Cuando Leonardo desesperado gritó el corte y preguntó qué había pasado Erick dijo

- Me estoy viniendo

Y yo sentí una gran vergüenza cuando señalándome agregó

- Es que la güera… No sé, me… me gusta mucho…. ¡Soy hombre carajo!

Las risas llenaron el estudio y yo descansé ya que había pensado que él delataría mi orgasmo, Leonardo dijo

- No te encabrones muchacho, lo entiendo

Y dirigiéndose a mi agregó

- Resultaste toda una hembra güera…. Y que manera de fingir un orgasmo… Denle pomada de Xilocaína a Erick y vamos a esperar unos minutos a que se le calme la herramienta

Hubo risas, se apagaron las luces y me pasaron una cobija para cubrirme, mientras Erick se untaba el anestésico en el cinturón del glande me sonrió, era un chico lindo, sin duda que había sentido mis contracciones, pero no dijo nada, ¿Cómo no iba a ser el mejor “compañero de trabajo”? si era dulce, tierno, guapo, bueno en lo suyo y discreto. Al terminar de untar su miembro dejó sobre la sábana el tubo con Xilocaína para que alguien lo recogiera, con su mano acarició mi muslo bajo la sábana en espera de alguna reacción de mi parte, yo le sonreí y él preguntó

- ¿Estás cansada?

Negué con la cabeza y entonces fue cuando se decidió a ofrecerme su mano diciendo

- Por cierto, Soy Erick, hicimos juntos unas fotos para la publicidad de unos jeans, ¿Cómo te llamas?

Le di la mano, estaba confundida y al mismo tiempo muy divertida al pensarme desnuda en la cama con un chico que me había hecho sexo oral, había mamado mis pechos, me había penetrado, me había llevado a un orgasmo y ahora mientras esperaba volver a penetrarme me preguntaba “¿Como te llamas?”, por alguna razón inexplicable el primer nombre que me vino a la mente fue el de mi abuela materna y respondí

- Soy Hilde y si me acuerdo de cuando posamos para los jeans, se te veía un lindo trasero

- No tanto como el tuyo, eres preciosa Hilde, no te molestes por lo que te voy a decir, pero ese día me hubiera gustado quitarte los jeans y todavía tengo ganas de hacerlo, nos reímos y él agregó … ¿Me darías oportunidad de intentarlo?

Lo miré extrañada ya que sin duda se refería cogerme… ¿Y no lo estaba haciendo?... ¿Era posible pensar que esto no era sexo? ¿Cómo separar el trabajo de la realidad?, para mi Erick me estaba cogiendo, pero para él…. ¿Qué era para él lo que estábamos haciendo?

- ¿A qué te refieres?

- A que me gustaría tratarte, conocerte ¿Aceptas?

- Si claro, él día que quieras

Respondí convencida que tal estupidez solo la podía haber dicho con la idea de tranquilizarme ya que mi nerviosismo y mi cansancio eran patentes….  ¿Y cómo no? Estaba cogiendo con el chico del pene más delicioso que hubiese imaginado mientras varias personas rodeaban la cama con cámaras y luces. Pero como decía mi abuela “La necesidad tiene cara de hereje” refiriéndose a lo que las personas somos capaces de hacer cuando necesitamos resolver nuestros problemas y vaya que yo estaba en problemas, ya me veía en la calle con mis pocos muebles y expulsada de la universidad por falta de pago a mi matrícula, me veía vencida por la vida y sus reglas económicas, pero no pensaba doblegar mi estúpido orgullo y regresar a la casa familiar cual si fuera una limosnera hambrienta… Leonardo ordenó

- Comenzamos, Erick encima de la güera que acaba de tener un orgasmo…  

Pusieron agua nuevamente en mi rostro para simular mi sudor y a la voz de Leonardo Erick me volvió a penetrar acostado sobre de mí, en ese momento yo tenía que poner cara de satisfacción y agotamiento (que no necesite fingir) le acaricié la espalda diciéndole en un tono de voz relajado, como lo indicaba el libreto

- Que rico coges, me gustas mucho, quiero tenerte todas las noches

Erick se enderezó para ponerse de rodillas entre mis abiertas y ya cansadas piernas, se sujetó de mis muslos y así arrodillado continuó moviéndose en mis entrañas… Segundos después se escuchó la voz de Dinora decir

- ¿No me piensan invitar a la fiesta?

Me sentí liberada ya que según el absurdo libreto no tenía yo más diálogos que no fuesen gemidos y estábamos cerca del final, Erick se detuvo para voltear y observar a su supuesta prima diciendo

- ¿Cómo ves primita, la gatita se viene y me empieza a tutear como si fuéramos iguales?

Dinora se comenzó a desvestir mientras decía

- Está muy buena la gata, pero tenemos que enseñarle modales ¿No crees?

- Cual debe de ser

- ¿Qué tienes para eso sin olvidarte de tu prima?

- Bien sabes que tengo mucho para las dos, así que únete a la reprimenda contra esta gata igualada

¿Y Qué les puedo decir que no hayan visto?, Las dos le mamaos el pene, mientras él se cogía a una de a perrito ésta le hacía el sexo oral a la otra, después intercambiamos posiciones y al final Dinora y yo juntamos nuestras mejillas teniendo frente a nosotras el pene de Erick y recibir de él la más copiosa descarga de semen que se puedan imaginar, para terminar nos lamimos una a la otra nuestros rostros y nos besamos de lengüita para intercambiar el blanco y cálido semen mientras Erick decía “Así mis niñas, tómense su lechita que ya es hora de irse a dormir”

- ¡Corte! .... ¡Se queda!, felicidades jóvenes… Vayan a bañarse y preparen a los tres para las fotos de portada, mañana en la tarde hacemos la edición de sonido.

Dijo Leonardo contento y hubo muchos aplausos lo que a mí me satisfizo profundamente. Había sido una larga sesión, el sexo más largo de mi vida, más de tres horas filmando, más de tres horas desnuda frente a varias personas y aceptando ser penetrada una y otra vez hasta que todo saliera perfecto…. Fue la primera vez en mi vida que compartí la ducha con una amiga y “un amigo” … Después de las fotos Leonardo nos llamó uno a uno a un privado y como era su costumbre nos pagó en efectivo, cuando llegó mi turno me dio un sobre con mi paga y preguntó

- ¿Cómo te sentiste “Annita”? ¿Te gustó el trabajo?

- ¡Está difícil Leonardo!... Es muy duro y vergonzoso estar haciéndolo frente a todos… Te juro que estoy agotada por la tensión en que estuve, fue horrible sentir las luces, las cámaras y tanta gente a mi alrededor

- Es cosa de que te acostumbres, así te concentras en lo que haces y te olvidas de todo eso

- No creo que sea tan fácil

- ¿Te vas a echar para atrás?

- No, para nada… Estoy segura de que me acostumbraré, así como lo hizo Dinora

- De Dinora hablaremos otro día…. Por cierto, ¿Como te gustaría llamarte?

- Le dije a Erick que soy Hilde

- Rubia, de piel blanca y ojos azules, me parece excelente

Dijo haciendo un ademán, nos quedamos en silencio mirándonos fijamente a los ojos y dijo

- Me gustas mucho, eres muy bella Anna

Sonriendo puso su mano en mi mejilla para darme un corto y húmedo beso. Al salir de su oficina Erick se ofreció a llevarme, en el camino no comentamos nada del trabajo, solo hablamos de nosotros, intercambiamos números de teléfono y al llegar a mi casa se despidió de mi con un beso en la mejilla.

Al día siguiente me despertó temprano el timbre de la puerta, era mis caseros a quienes sorprendí diciendo

- Ya me mandó dinero mi papá, ahora mismo les pago lo que les debo y les adelanto un mes

Con cara de sorpresa él y su mujer recibieron el dinero y cuando se fueron yo quedé feliz de haberme liberado de esa deuda y de saber que aún había dinero en el sobre. Mientras me tomaba una taza de café, sonó mi teléfono y al responder escuché la voz de Erick

- Buenos días Hilde, ¿Cómo dormiste?

- Muy bien, anoche terminé agotada y caí como tronco ¿Y tú?

- Bien también… ¿Oye?... Hoy es sábado y supongo que no vas a la universidad ¿Verdad?

- Así es

- ¿Me aceptas una invitación a comer?

No lo pensé mucho para responder

- Con mucho gusto

- ¿Paso por ti?

- ¿A qué hora?

- ¿Ahora mismo?

- Eso sería una invitación a desayunar.

- ¿Y soy tan desagradable que no puedes pasar todo un día conmigo?

- ¡Te pasas!, ¿No sería mejor decirme, “quieres que pasemos el día juntos”?

- Mmm… No, eso sería si fuéramos al menos viejos amigos

- ¿Sabes qué? No me gusta tu técnica de conquista, mejor cámbiala

- ¿Piensas que te quiero conquistar?

- Estoy segura, pero a ver, vamos a comenzar otra vez desde el principio

- OK…

- Diga

- Hilde, soy Erick, ¿Te gustaría pasar el día conmigo?

- Mmm… Me había invitado Jorge a su yate… pero… Bueno, ven por mí en una hora

Los dos reímos al teléfono y pregunté

- ¿Me visto casual?, ¿Con jeans y tenis?

- Si quieres, pero te verías mejor con unos shorts

- ¿Shorts y tenis? OK, Te daré gusto, te espero en una hora… Hoy seré tuya todo el día

- Qué más quisiera yo

Reí coquetamente y nos despedimos, mientras me duchaba no podía dejar de pensar en cual era su intención y al no llegar a ninguna conclusión lo saqué de mi mente y la verdad fue que terminé pasando un gran día con él… Fue uno de esos maravillosos días que me hicieron recordar los principios de mi adolescencia en mi pueblo de costumbres muy tradicionales donde al salir con el chico con el que nos gustábamos, él se moría por tocarnos pero no se atrevía por más que una coqueteara continuamente, días en que maliciosamente una buscaba en el pantalón del chico la erección que demostrara su deseo al tiempo que la humedad en nuestras bragas nos llevaba a imaginar lo que podría ser, días del despertar sexual en que las hormonas inyectaban fuego en nuestras venas solo con acercarnos al la persona deseada, con respirar su aroma o sentir el roce distraído de su piel sobre la nuestra, días maravillosos que ya estaban en el olvido y que Erick había rescatado para mí.

No, no hubo sexo entre nosotros, fue tan solo un día de inocente diversión, un día de mucha charla, de algunos acercamientos de nuestros cuerpos, de miradas con deseo reprimido, pero de muchos recuerdos en la mente y el corazón, un hermoso día que terminó caminando de su auto a la puerta de mi casa tomados de la mano…. Quise preguntarle cómo podía tratar así a la chica a quien la noche anterior había tenido desnuda en la cama para ganar dinero, pero callé, callé para no romper la magia que sin duda me haría soñar con él esa y muchas noches más.

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