Jaime permanecía de pie frente a la pintura de su mujer, con el brazo recargado sobre la repisa del hogar de la chimenea, en su mano sostenía su vaso con wisky mientras escuchaba la maestría del piano de Claudio Arrau interpretando el concierto emperador.

Con su vista recorría la planta baja de su casa, esa casa que hoy solo llenaba la música, sus recuerdos y su soledad mientras se preguntaba "¿Para qué habré construido esta casa tan grande? En la que vivíamos estábamos bien, en la que viví con ella, en la que nació nuestro hijo, en la que…. En fin", pensó en Ana su dulce y bella cuñada, que diferente sería su vida de haberse casado con ella, claro que sus hijos serían también sus sobrinos, sonrió tristemente de su ocurrencia y volteando a ver la pintura de su esposa le dijo en voz alta "pero nunca te has querido ir definitivamente".

Se sentó nuevamente en su sillón ya se había hecho de noche, encendió la luz de la lámpara de la mesa que tenía a su lado, "¿Porqué no hablará Jaime?, quedó de llamar cuando llegara a Acapulco", tomó su celular y marcó, su hijo Jaime respondió

• Ordene Ud. Jefe
• ¿Donde están hijo?
• Ya estamos en la casa, ya nos acomodamos y terminando de desempacar te pensaba llamar.
• ¿Cómo se acomodaron?
• Pues en parejas, cada quien con su cada cual y unos encima de las otras, ¡no es cierto jefe, es broma!. Ellas en un lado y nosotros en otro lado.
• Pues cuídense de no cambiarse de lado.
• Si pá, tendré cuidado con las que son de buenas costumbres.
• ¿De buenas costumbres?
• Si, unas de mis amigas tienen la buena costumbre de meterse al cuarto de los hombres por la noche y violarlos y son las que vinieron con nosotros
• Entonces no usen mi cuarto que yo también quiero ir, ¿Como están Rafael y Clara?
• Nos están atendiendo muy bien, ya le dí dinero a Rafa para que compre lo necesario y a Clara lo que le mandaste por su cumple, dice que gracias.
• OK hijo, diviértanse, sin buenas costumbres por favor
• Bye pá.

Colgó el teléfono y se quedó escuchando la música, volteo a ver el cuadro de su esposa y dijo en voz alta "Diablos Clau, ¿que voy a hacer si esta chica le cuenta a Jaime?" su mirada se fijó en las grecas de la alfombra preguntándose ¿Cómo comenzó esto?, Fué un sábado, había asistido a un juego de football de la escuela de su hijo, Jaime era uno de los jugadores y él desde la tribuna observaba jugar a su hijo, no era fanático del football, es mas, poco entendía de jugadas buenas o malas, sin embargo para su hijo era importante que él estuviera en esos eventos y trataba de complacerlo el mayor número de veces posible.

¿Había sonado su celular o él había marcado?, no lo recordaba, pero eso carecía de importancia, él había bajado de la tribuna y se había alejado hacia un lugar mas solitario para escuchar mejor, mientras hablaba se le acercó una chica que el supuso era porrista por la ropa que usaba, ella se había quedado parada frente a él como pretendiendo decirle algo mientras él hablaba por el celular, lucía muy bien en ese uniforme de porrista, la falda corta a la cadera y un top con el nombre de la escuela que la hacían enseñar lo bello de sus piernas y vientre haciendo que él fijara la vista en ella mientras permanecía al teléfono, él le hizo con los dedos de la mano una seña indicándole a la chica que lo esperara un momento y ella afirmó con la cabeza.

Cuando terminó de hablar le preguntó "¿En que te puedo servir linda?" ella le había respondido "En mucho, pero por lo pronto solo quiero saber si es el papá de Jaime?" El había reído por la coquetería de la chica y al decirle que si, que Jaime era su hijo la pregunta de ella fué "¿No le platicó de mi Jaime?". Demonios de muchachos que costumbre la suya de hablar en taquigrafía, ¿Cómo puedo saber si me platicó de ella si no tengo la mas remota idea de quien es?, le preguntó "¿Qué me debía platicar de ti mi amor? pero para empezar ¿Quién eres?" y la coqueta chica respondió girando su cintura varias veces "Pues soy su amor ¿O qué, ya no?" ante la sonrisa de él ella agregó "Mire, la neta soy Raquel y le pedí a su hijo que le platicara de mi problema para ver si me puede ayudar", en ese momento sonó el celular de la chica, y comenzó uno de sus mayores sufrimientos que es escuchar hablar a los chicos de hoy.. "¿Neta wey?, no manches wey, ¿donde wey? ¿Y rellenaron la piñata wey?, júramelo, júramelo" al notar ella que él se impacientaba dijo "te hablo luego wey, que estoy en una tirada muy gruesa, si wey casi orgásmica, bye"

¿Qué demonios había dicho? ¿Cómo se pueden comunicar así?, "Yo Tarzán, tú Jane, buscar juntos Cheeta" ¡que forma de destruir el lenguaje!, él molesto le dijo "Mira cariño, déjame hablar con mi hijo y que él te diga si te puedo ayudar o no, ¿te parece?" Ella afirmó con un si, se despidió de él con un beso en la mejilla, él se quedó observando como se alejaba y admirando no solo lo bello del cuerpo de la chica sino la forma tan coqueta de caminar que le hacía resaltar sus nalgas, ella volteo varias veces a verlo mientras caminaba moviendo su cuerpo con una coquetería extraordinaria que le hizo pensar "cuando crezca va a traer al colegio derrapando por ella" ¿Cuándo crezca? Si no necesita crecer nada, qué increíble cuerpo tiene y que linda cara, si tuviera 30 años menos le haría la lucha, pensó mientras regresaba a la tribuna.

Terminando el juego se fué con su hijo a comer a un restaurante y le platicó lo que había pasado. El le explicó que la mamá de Raquel tenía problemas con el papá de ella, que eran divorciados y que necesitaban ayuda legal, él le dijo a su hijo que hablara con su amiga y que las esperaba el lunes a la 11 en su despacho, el hijo tomo rápidamente el celular y le mandó a Raquel un mensaje al que ella respondió con una llamada pidiéndole que le pasara el teléfono a su papá y al tomarlo Raquel le dijo "Gracias señor, gracias, es usted muy lindo y sobretodo muy guapo y atractivo, ya siento que lo quiero" y varios mua, mua, significando besos, colgó y él le dijo a su hijo "Al menos no me dijo wey".

El notó la cara de alegría de su hijo que no indicaba otra cosa que el gusto y cariño o tal vez deseo por su amiga Raquel, le dijo "¿Te trae loco verdad?", su hijo solo movió la cabeza indicando un "tal vez" que no dejaba de ser un "si" rotundo. "Está muy bien la chica, tiene una cara muy bonita y un cuerpazo increíble" le dijo a su hijo. Desde entonces entre ellos no se había vuelto a tocar el tema, su hijo sabía que tratándose de clientes él era absolutamente reservado, tanto que incluso ni los nombraba fuera del despacho o del juzgado.

El se levantó del sillón y fué a servirse otro wisky, se puso a caminar por la sala, "La mamá de Raquel" dijo en voz alta señalando hacia la nada con el dedo y continuó hablándole, a nadie, como si la soledad de su casa fuese un tribunal y los muebles el secretario de acuerdos y el juez. "Fué ella la que inició todo con su maldita costumbre de competir con su hija por todo y para todo, belleza, atención, sensualidad, importancia, incluso hombres, ¡no puede!, no debe una madre pretender ser siempre mejor que su propia hija", pensaba sus palabras mientras caminaba por la sala y continuó con su "exposición de motivos".

"Si yo le decía a la hija que tenía ojos bellos, la madre decía que los suyos eran más bellos, ella tenía las piernas mas bellas que su hija, su busto era grande y sensual, el de su hija pequeño, a ella la pretendían mas hombres que a su hija, ¿Qué actitud podíamos entonces esperar de la hija?, la única posible, ¡ganarle a su madre!, ¡salir siempre victoriosa en la competencia contra su madre! ¿Qué puede entonces hacer un hombre que se ha convertido en el premio de la competencia madre versus hija?. Si la madre me llamaba, la hija me llamaba, si la madre me invitaba a cenar, la hija me invitaba a salir, si la madre me coqueteaba, la hija me coqueteaba, si la madre me metió a su cama, la hija se metió a la mía"

El timbre del teléfono lo regresó a la realidad, atendió a la llamada y su mente se perdió en los negocios, se metió a su despacho y se puso a hacer números y planes para invertir en algo nuevo, así pasó mas de una hora, cuando terminó y guardó los papeles en el cajón, vió la imagen de un mono que le había regalado Raquel, una figura de un monigote amarillo de esos que salen en la TV, eso le regresó su mente hacia lo que le preocupaba. Pero la mamá de Raquel era una mujer muy bella, de piel trigueña, ojos cafés, cabello negro, un busto generoso, bella sonrisa, Raquel era diferente, piel blanca, ojos claros, mas alta, busto pequeño, sin embargo las dos tenían un cuerpo extraordinario, realmente le había gustado la mamá de Raquel.

¿Para que lo buscaron y cuál era realmente su problema legal?, ¡ninguno!, ella había sido demandada por el padre de su hija con el que nunca había estado casada, simplemente fué su amante un tiempo y ella terminó embarazada, a la hija la había reconocido el padre y las había dejado ocupar un condominio de lujo de su propiedad. La madre nunca había permitido que Raquel conociera a su padre sin importarle que él las mantuviera con una pensión (voluntaria, no judicial).

El padre la demandó para que desocupara el condominio y el abogado de la madre no había sabido contestar adecuadamente la demanda y se estaba convirtiendo en un lío el asunto.

Cuando aceptó ser su abogado, a los tres días le habló el abogado del padre de Raquel para hacer una cita, ya que su cliente quería tener una plática con él. Lógicamente él se molestó y fué a reclamarle a la mamá la imprudencia de decir que él sería su abogado, ya que su idea era informárselo al juez mediante una promoción para evitar todo posible contacto con la contraparte.

Llegó a la casa de Raquel y lo recibió la mamá a la que sin preámbulo alguno comenzó a reprender, ella pidió disculpas y le ofreció tomar un café sentados en la sala, ella se sentó al lado de él y poniendo su mano sobre su muslo le dijo "No te enojes Jaime, yo no sabía que no debía comentarlo, por favor no estés molesto conmigo, ¿estas muy molesto? ¿Me dejas que te quite el enojo?, ella se acercó a él y le dió un beso en la boca al que él respondió saboreando su lengua y mordiendo sus labios, sus manos comenzaron a acariciar la espalda y la suavidad de los muslos de esa mujer, tocó sus pechos grandes y firmes que para su asombro se sentían absolutamente naturales, a sus 36 años era una mujer muy bella y sexy, capaz de excitar a cualquiera.

Su boca bajó por el cuello de ella que hizo su cabeza hacia atrás para que él besara la parte de sus pechos que sobresalían del escote, le desabotonó la blusa y metió su mano bajó el sostén para tocar sus pezones, observó los pechos moverse al ritmo de la respiración agitada de ella, notó que el sostén tenía el broche en medio de sus pechos, lo soltó y quedaron liberados dos bellezas redondas y firmes con una aureola pequeña coronada por un pezón erecto, los comenzó a acariciar con sus manos que los apretaban, metió en su boca lo mas que pudo de esos pechos tan deseables, los lamía, los besaba, con sus labios los apretaba y sorbía como si estuviese comiendo de ella, su lengua recorría toda la aureola y se detenía a humedecer ese pezón endurecido haciendo que ella gimiera de placer, que deseos tenía de desnudarla, de comérsela a besos y penetrarla hasta sentir nuevamente un intenso orgasmo que lo desahogara, él no tenía una vida sexual muy activa, siempre pensaba que tal vez su hijo fuera mas activo sexualmente que él, el placer de ella le tenía sin cuidado, él solo deseaba sentir la desnudez de una mujer, sentir con su pene el interior de una vagina, disfrutar de ese placer inmenso que proporciona una relación sexual y que termina con el placer de los placeres que es el orgasmo

De pronto se enderezó y se puso de pie, sus principios eran lo primero, la miró y le dijo "No, no Sandra, mientras te represente no es posible", ella le dijo, "No Jaime, no me dejes así, olvida tus principios, hazme tuya", él le había replicado "No Sandra, dejémoslo así, no debemos complicar las cosas" ella lo miró a los ojos y le dijo "Y después, ¿me harás tuya después?", él sonrió pensando que ese después sería al momento de los honorarios, y si de igual forma no pensaba cobrar por petición de su hijo, ¿Porqué no sacar algo de ganancia?, un buen sexo con una mujer tan atractiva no estaría mal, él viudo y sin compromiso alguno no le hacía mal a nadie y si ella pretendía pagar sus honorarios de esa forma, lo aceptaría, le respondió "Es posible Sandra, es posible, por lo pronto tenemos un asunto que resolver con el padre de tu hija", se acomodó la ropa, sintió la humedad que su pene había dejado sobre su calzón, entró al baño y se limpió esa humedad para que no mojara el pantalón, al salir, Sandra estaba de pie junto a la puerta del departamento y al despedirlo le dió un pequeño beso en la boca y le dijo "Que lástima que seas mi abogado, realmente me gustas, te quiero dentro de mi cama y por supuesto dentro de mi, no lo eches en saco roto" El le dijo "No sé Sandra, eres mi cliente" a lo que ella respondió abriendo la puerta para que él saliera "Por favor Jaime, te lo pido de favor".

Esperaba el elevador en el pasillo, y se preguntaba "¿Qué debo pensar de ella?, ¿Realmente le gusto? ¿O simplemente piensa pagar mis servicios con los suyos?" primera vez en su vida que una mujer le pedía eso, Claudia si le había dicho a veces "Quiero que solo me cojas" o "Piensa que soy otra" o "No me ames, cógeme y disfrútame" la diferencia estaba en que Claudia era su esposa, tenía derecho de pedirle lo que ella quisiera, pero esta mujer a la que había visto dos veces en su vida, en pocas palabras le había dicho "Cógeme por favor", lo había pedido por favor "vaya nunca terminaré de sorprenderme" y salió del edificio.

A la 7:30 de la mañana estaba sentado en el restaurante lugar de la cita, esperaba bebiendo café al abogado del papá de Raquel, lo conocía de tiempo atrás, lo vió llegar, él se levantó de la mesa se dieron un abrazo y con un ademán le ofreció que se sentara, ya sentados a la mesa él atacó inmediatamente "De que se trata Luis", su amigo respondió "Jaime, esperamos a mi cliente y habla con él, de esto se trata esta cita, ¿Cómo has estado?", la platica se desvió a otros temas y por un momento se olvidó que serían contrincantes en el juzgado.

Su amigo Luis se levantó al acercarse un hombre de unos 60 años de edad, al verlo comprendió la diferencia entre Raquel y su madre, él era un hombre alto cercano al 1.90m en su pelo canoso aún se notaban los cabellos rubios de su color natural de pelo, ojos azules y piel blanca, tenía un gran parecido a la hija. Se dirigió a Luis diciendo "Abogado, espere en otra mesa por favor", Luis se retiró y él hombre pidió permiso para sentarse, ya sentado al acercarse la mesera la despachó diciendo "No tomaré nada, gracias" y se dirigió a él diciendo "Abogado, no entiendo como un hombre de su prestigio pretende defender a esa mujerzuela" él respondió "todos tenemos derecho a ser defendidos", el hombre rió y dijo "Buena respuesta, le platico brevemente, Sandra era mi secretaria, y entenderá que un cuerpo así es realmente tentador, por eso fuimos amantes, sin embargo ella se dejó embarazar, ¿sabe usted que para permitirme registrar a mi hija me pidió dinero?"

"Si abogado, pagué una fuerte suma por darle a esa niña mi apellido y fué la única vez que me permitió verla, bajo la amenaza de contarlo y destruirme profesional y sentimentalmente, claro que su silencio lo he pagado con una fortuna" él pretendió responder pero el hombre lo interrumpió "Claro que en la cama era lo mejor de lo mejor, no he conocido a una mujer capaz de hacerlo gozar a uno como Sandra y créame que he tenido a muchas, mi trato abogado es muy simple, a ella no le daré nada, el condominio queda a nombre de mi hija, pondré en un fideicomiso una buena suma, le entregarán los intereses mensualmente a mi hija, con eso podrán vivir cómodamente las dos y al momento de mi muerte se le hará entrega a mi hija de la totalidad del dinero, no quiero que nadie se entere de su existencia, ni esperen estar en mi testamento, ni nada mas de mi, tómelo o déjelo y con su permiso no tenemos nada mas que hablar, dé su resolución a mi abogado" El hombre se levantó de la mesa y agregó "Una sola cosa mas, a la firma de la escritura del condominio que vaya solo mi hija y claro usted como su abogado, quiero ver a mi hija pero no a su madre, con permiso" y se retiró del restaurante.

El fué a platicar con Sandra, ella preguntó "¿Y yo qué?", le respondió "Tu nada Sandra", ella se acercó a él y poniendo su mano sobre su pierna cerca de su miembro preguntó "¿ni mi premio de consolación?", él le dió un beso en la boca y continuó lo que había dejado a medias, la desnudó lentamente besando y lamiendo todo su cuerpo, se metió en medio de sus piernas para saborear su sexo, ella gemía de placer y lo llevó a su cuarto donde lo desnudó, lo besaba, lo mordía, lo lamía por todo su cuerpo deteniéndose en su pene a lamerlo y chuparlo de una forma increíble, él la puso boca arriba en la cama y la penetro con fuerza, salía y entraba de ella empujando con fuerza y ella gritaba de placer mientras giraba su cadera rápidamente, ¡Qué delicia!, que forma de coger de esta mujer, realmente el hombre tenía razón, era una mujer excelente en la cama, le mordía los hombros, le rasguñaba la espalda, lo mordía en los labios, apoyaba sus pies sobre la cama y movía su cadera hacia arriba, hacia abajo, la giraba, ponía sus manos sobre las nalgas de él y lo empujaba hacia ella diciendo "Mas Jaime, mas adentro, te quiero hasta el fondo", se abrazó con sus piernas de la cintura de él y con sus brazos de su cuello y levantando su cuerpo sobre el de Jaime soltó un grito fuerte que se repitió varias veces durante el tiempo que duró su orgasmo.

Sus músculos se relajaron y se dejó caer sobre la cama, él le preguntó "¿Tienes condones?" y ella respondió "el único que me queda soy yo y lo estás usando, llénalo de tu leche ardiente" y él soltó sus chorros dentro de ella en un orgasmo fuerte, intenso y delicioso, permaneció dentro de ella hasta que se perdió su erección, para después dejarse caer al lado de ella y permanecer así por un buen rato, lo había dejado agotado.

Continuarᅅ….