Ana se despertó al sentir que Carlos se levantaba de la cama, la claridad del día comenzaba a filtrarse a través de las cortinas, ella aún adormilada se estiró y preguntó

-¿Adonde vas amor?

-Tengo que salir

-¿A dónde?

-¡Por favor Ana!... ¿Tengo que mantenerte al tanto de todo lo que hago?

Ana quedó un instante en silencio, más que enojo la respuesta de él la había lastimado y en voz baja dijo

-No Carlos, no pretendo que me tengas al tanto de nada, pero si te pregunto amablemente creo merecer una respuesta en el mismo tono, no tienes porqué hacerlo de forma grosera.

-No fui grosero, es que no veo la razón para tener que llevar una bitácora y pedirte que me la firmes todos los días.

Ana se levantó de la cama en silencio y entró al baño, al salir él estaba sentado en la cama bebiendo café, ella le preguntó

-¿Me serviste café?

-Hay en la cocina

Ana sin decir nada salió a la cocina, se sirvió café y regresó, desnuda con su taza de café entre las manos se recargo de pie sobre el marco de la puerta, Carlos que permanecía sentado en la cama con los pies apoyados en el piso y la vista sobre su taza de café, la miró y preguntó

-¿Tienes que andar desnuda por toda la casa?

Ana ésta vez respondió molesta

-Hasta donde recuerdo es mi casa y en mi casa hago lo que me da mi regalada gana...

-Tienes razón aquí el que sobra soy yo...Yo soy el arrimado

Ana movió la cabeza negando y le dijo

-Mira Carlos, yo no tengo la culpa de nada, entiendo que te sientas mal pero mi entendimiento tiene un límite y no voy a aceptar que me trates así. ¿Ya se te olvidó quien soy?

-¿Quién eres?

-Vaya... Te refrescaré un poco la memoria... Soy la mujer a la que le pediste una oportunidad y si bien es cierto que yo fui la que te abrió las piernas, también es cierto que te abrí el corazón sin cortapisas para darte esa oportunidad que tanto pedías... Fui absolutamente honesta, me abrí  hacia ti en todos los sentidos, te permití adueñarte de mi cuerpo y sobre todas las cosas te permití adueñarte de mi alma...Pero ahora parece que te esfuerzas en demostrarme que cometí un grave error al hacerlo.

-¿Piensas que fue un error?... ¡Dilo y me largo de TU casa!

-Carlos...Yo no te hice nada y ve como me tratas...Pienso que si estás muy dolido deberías de buscar en mi un apoyo...Un consuelo... Un... Un algo que.... ¿Qué será del día en que yo sea culpable de algo?, ¿Sabrás perdonar?.....

-De modo que soy un maldito tirano que no sabe perdonar, además mírate, ya estás pidiendo perdón anticipadamente.. Por algo ha de ser.

Ana rompió a llorar y entre llantos dijo

-Por Dios Carlos ¿Qué te hice amor?

-No te pongas a llorar como Magdalena...

-¡No seas maldito!.... Te desconozco Carlos.... ¿Qué demonios te pasó, qué te hice?

Carlos se levantó, se acercó a ella, le quitó la taza de café de las manos la puso sobre el buró y la abrazó diciendo

-Te amo Ana

-¿Y sabes amar?... ¿Amar no es coger con la mujer que te gusta?.. Si esa es tu idea, es mejor terminar con esto hoy mismo, cada día me enamoro más de ti y prefiero que no pase más tiempo...Ya cogimos muy rico, me disfrutaste, te disfruté, vamos a dejarlo por la paz, te juro que tu actitud me hiere....¡Me lastimas Carlos!, me lastimas tanto que prefiero sufrir tu ausencia a sufrir tu mal trato

Carlos la abrazó con fuerza, ella no paraba de llorar y él besando su cabeza le dijo

-Tienes razón amor, no sé que me pasa, perdóname ... Ya no llores Ana, por favor chiquita.

Ella se separó de él, tomó su taza con café y le dijo

-No me hagas caso, son mis hormonas, mira como estoy de panzona, ya me va a bajar, estoy muy sensible y tú me tratas así.... Ya decídete Carlos, ya no me hagas sufrir amor.

-Quedé de ir por mi papá para llevarlo a ver sus asuntos, ¿Quieres venir?.

Ana tomó un pañuelo desechable de la caja que estaba sobre el buró, secó sus lágrimas, sonó su nariz y torciendo la boca con tristeza miró a Carlos, él rió y le dijo

-No hagas pucheros amor... Acompáñame.

-No, ¿Para qué?.... Siento que te avergüenzas de mi, además....

El llanto no la dejó terminar hablar y Carlos la abrazó nuevamente diciendo

-Ana, no me avergüenzo de ti, al contrario me enorgullece tenerte a mi lado...Te prometo que no volveré a descargar mis traumas contra ti, si lo vuelvo a hacer, juro que desaparezco de tu vida, prefiero no verte más a verte llorar por mis pendejadas...

-No jures, ni prometas Carlos...Simplemente ámame

Dijo Ana rompiendo otra vez en llanto, él la abrazó nuevamente y la besó varias veces en la cara diciéndole

 -Ya reina, no llores, ven conmigo, si te da flojera ir a los bancos te quedas en el hotel con mi mamá  

-¿Cómo me debo vestir?__Respondió Ana más calmada

-Como te dé la gana.

Se bañaron y salieron hacia el hotel. Ya en el auto Carlos miró a Ana, vestía una blusa blanca, una falda corta a cuadros y unas sandalias sin tacón, él le dijo

-Cuando te maquillas tu cara es angelical, que bella eres.

-Por eso no lo hago seguido, para que no hagas el amor con un ángel, eso sería pecado mortal.

-Ya tuve la dicha de ver tu cara de ángel sonrojada y con la boca abierta de placer.

-¡Carlos!.... No me lo digas que me da pena.

-Eso es lo que me encanta de ti... Esas actitudes infantiles son las que me enloquecen por ti, eres increíble Ana, eres una mujer inteligente, independiente, bella, ardiente y a la vez una niña frágil que busca protección y....

-¿Y entonces por qué me tratas mal Carlos?__Interrumpió Ana

-No era contra ti Ana... Mi enojo es contra mi.... Tengo una rabia interna que me...¡Diablos!....

Ana le tomó la mano y la puso sobre su muslo diciendo

-Solo piensa que si sigues así, llegará el día en que no lo pueda soportar más...Creo que es mejor que te desahogues llorando en mis brazos que gritándome como si yo fuera la culpable de lo que pasa.

El ya no dijo nada y en silencio entraron al hotel, se dirigieron al restaurante donde se encontraron con los papás de Carlos quienes no pudieron ocultar su gusto al ver a Ana.

Cuando los dos hombres regresaron de arreglar sus asuntos los cuatro fueron al bar a tomar una copa a donde llegaron Rebeca y su marido para ir a comer juntos, al terminar de comer y de pie en el lobby del hotel se despedían de los papás de Carlos que se regresarían al día siguiente, el papá de Carlos la abrazó y le dijo frente a todos

-Niña, me gusta tu sencillez y sinceridad que rayan en la desfachatez, no necesitas decirle a nadie lo que eres ya que no lo puedes ocultar, pero es muy peligroso vivir con el alma en los ojos preciosa, te pueden hacer mucho daño...Aunque creo que eres una fiera cuando te enojas ¿No es así Carlos?

Carlos rió afirmando con la cabeza y dijo

-Como tigre al que le jalan las pelotas.

Todos rieron y el papá de Carlos sin dejar de abrazarla le dijo

-Espero que las cosas resulten y recuerda lo que te prometí

Le dio un beso en la mejilla y Rebeca preguntó

-¿Qué le prometiste papá?

-Eso no es de tu incumbencia Rebeca__Respondió él cortante

Ya en el auto de regreso a su departamento Carlos preguntó 

-¿Qué hicieron mi mamá y tú?

-Pasamos una mañana de fábula, nos sentamos en una banca del patio donde está la fuente y platicamos.

-¿Y eso es de fábula?

-¡Claro!... Tú mamá es una gran conversadora y una mujer con mucho temple, pensé que se veía muy bella a fuerza de cuidarse mucho pero aún es joven, 43 años... Todavía les puede dar un hermanito

-¿Cómo crees?

-Que no quiera es diferente a que no pueda amor, dice que Rebeca nació cuando ella tenía 17.

-Si, se casó a los 16, mi papá tenía 18

-Y en contra de la voluntad de tus abuelos...Me encanta la gente es capaz de luchar contra el mundo entero por obtener lo que quiere.. Me hizo llorar cuando me platicó su historia de amor.

Permanecieron unos momentos en silencio, Ana se enderezó en su asiento y moviendo la mano hacia Carlos agregó

-Además me platicó tanto del rancho que ya me quiero ir a vivir allá

Esperó una reacción por parte de Carlos sin obtener el menos gesto o palabra, él en respuesta comentó

-A Rebeca la calló muy feo mi papá

Ana gruñó y se acomodó en su asiento viendo hacia el frente, Carlos la miró de reojo y sonrió permaneciendo los dos en silencio hasta llegar a su departamento. Ya dentro del departamento Ana se quitó las sandalias y se subió a la cama para ver la TV. Carlos se acostó junto a ella recostando la cabeza sobre sus muslos, los besaba continuamente pero ella no hacía ni decía nada, él le platicó sobre un amigo y ella solo respondió “Ah”... Carlos notó la indiferencia de ella y cambió la charla preguntando

-¿Qué debo hacer respecto a Rebeca?

Ana lo acarició en la cabeza diciendo

-¿Qué puedes hacer amor?, no la vas a cambiar

-Eso ya lo sé Ana, me refiero a la actitud que debo tomar frente a ella

-Frente a ella o no, tú debes seguir siendo como siempre lo has sido, ¿En que te dañó?, yo sé que destruyó la imagen que de ella tenías, pero la pregunta sería ¿Quién está mal, ella o la imagen irreal que de ella te formaste?

-Pues si, en eso tienes razón

-Además si ella es bisexual o lesbiana, es su vida y habrá que respetarla y con respecto a las infidelidades al que le debe importar es al marido y no a ti.

-¿Se lo debo decir a mi cuñado?

-¿Como crees amor?, ¿Qué le dirás?...”Te vengo a decir que mi hermana te es infiel”... Sería denigrante, además no te consta..¿La viste en la cama con otro?...Pueden ser mentiras de la chichona ¿Y entonces?

-Ella se lo platicó a Beatriz

-Yo le puedo platicar a mis amigas que me acosté con Brad Pitt o presumirles de que me he acostado con más de mil... Tal vez Rebeca sea de las que les gusta presumir de irresistible.

Carlos metió su mano bajo la falda de Ana tocándola en su sexo, ella dijo

-Ni te molestes, ¡No quiero!.. Y no me vas a convencer...Estoy enojada contigo

-¿Por lo de la mañana?

-No

-¿Entonces que te hice?

-Y todavía preguntas... Yo de pendeja insinuándote sobre lo nuestro y tú solo te callas fingiendo demencia...

-¿De que hablas Ana?

-¡¿De que hablo?¡... ¡Hombre, de pendejadas!... De pendejadas sin importancia como enamorarme, hacerme caer como idiota para después ¡Nada de Nada!, como un vulgar galán de barrio.

-Vivimos juntos mujer, ¿Qué más quieres?

Ana levantó los brazos y gritó desesperada

-¡Aaaayyyyy!... Te voy a golpear Carlos, eres, eres un....¡No me hables!

-¿Soy qué?

-¡Que no me hables!, es más quítate que voy a preparar algo para cenar

Ana se levantó de la cama y cuando salía del cuarto él le dijo

-Estás vestida amor.... ¿Y eso?

-¡Ya no quiero que me veas encuerada! 

-¿Vas a dormir con camisón?

-¡Que te importa!

-La verdad no me importa, vestida o encuerada te tengo a mi lado y eso es lo importante.

Ana iba a decir algo pero solo levantó sus manos hacia Carlos cerrando sus puños y le gritó

-¡AAAAAA!... ¡Eres odioso!

Se dio la vuelta y caminó hacia la cocina mientras él se reía..Ella preparó unos emparedados, se comió uno, bebió un vaso con leche y permaneció más de una hora sentada a la mesa pensando en todo lo que pasaba, “¿No me va a pedir matrimonio nunca?... ¿De plano pensará que podemos pasar así el resto de nuestras vidas?... Pero la culpa en mía... La pendeja de mi se hizo del rogar y ahora está sufriendo, le hubiera tomado la palabra cuando me lo propuso...¡Hay Dios mío! Que difícil es esta jodedera del amor...¿Por que si todos los animalitos de la creación se levantan a comer y a coger sin problemas nosotros tenemos que trabajar para comer y nos enamoramos cuando cogemos?...Pero es tan lindo, lo adoro...Pero lo voy hacer sufrir al cabrón”

Se levantó, caminó hacia la recámara, pensaba decirle que le dejaba un sándwich en la cocina, al entrar lo encontró tendido sobre la cama como lo había dejado, se había quedado dormido, se subió a la cama, lo movió por el hombro diciéndole

-Amor, te hice un sándwich, ¿Quieres que te lo traiga?

Carlos se despertó y adormilado dijo

-No reina, tengo mucho sueño, estoy muy cansado.

-Desvístete amor y métete a la cama.

El se desnudó y se metió bajo las cobijas, ella apagó las luces y el televisor y salió a la cocina, guardó la cena de él en la nevera y se metió al otro cuarto donde tenía otro televisor, tomó la clavija y lo conectó a la corriente, observó el equipo de filmación y recordó lo que había hecho con su marido, la cámara aún permanecía en su cuarto, tomó el control remoto le limpió el polvo pensando en que debía de hacer limpieza en esa habitación, encendió la TV, su vista recorrió el cable de la cámara que atravesaba la pared hacia su recámara y sonrió con maldad, se sentó en un empolvado sofá y se puso a ver un programa. Dos horas después regresó a su recámara, se desnudó y se metió a la cama, sintió el brazo de Carlos pasar por su cintura y posar su mano sobre uno de sus pechos, acomodó su cabeza sobre sus almohadas y se durmió. 

Habían pasado tres días, Ana lo tenía en abstinencia sexual, cuando él intentaba algo ella en tono serio le decía “No amor, no quiero, además estoy menstruando”. Ese día Carlos regresó de la universidad por la tarde-noche, ella lo recibió con un beso en la boca, vestía un camisón corto y su panty, se sentaron en el sofá de la sala, él le platicó emocionado que en unos días presentaría su examen profesional y se regresaría a trabajar al rancho, ella le preguntó

-¿Y me vas a llevar a tu examen?

-No quiero que te enojes por lo que voy a decir amor, pero lo pienso hacer a puerta cerrada, no quiero que la gente me ponga nervioso

-¿Pero si me vas a dedicar un ejemplar de tu tesis?

-Si quieres, pero se me hace como tonto

-Pues si, si quiero fíjate, sin importar que no entienda ni madres, solo me interesa la dedicatoria.

-¿Te la escribo en una servilleta?

-Ay que nene tan sangrón...¡Payaso!

-Si, mujer, si te lo dedico, no te enojes.

Ana se recostó sobre las piernas de Carlos, y dobló sus piernas apoyando sus pies en el sofá, su camisón se bajó hacia su vientre descubriendo sus piernas, él las acarició y al hacerlo Ana sintió sobre su cabeza la fuerte erección bajo su pantalón, sonrió y se levantó diciendo

-Ven amor, vamos a la cama

Lo tomó de la mano y él se puso de pie siguiéndola hasta la recámara, ella le dijo

-Desnúdate y acuéstate

El lo hizo y ella se quitó el camisón quedando con su panty puesta, miró asombrada la firme erección de Carlos diciendo “¿Estás necesitado verdad?”...”Hace días que no quieres nada conmigo, ya tengo sueños eróticos, creo que tendré poluciones nocturnas” respondió él y ella riendo se subió  la cama y lo corrigió diciendo “No amor, no es que no quiera nada contigo, lo que no quiero es tener sexo contigo y es tu culpa, sin embargo no te puedo dejar así, no quiero ser la causante de que se inflame tu próstata, así que la voy a liberar de su tensión haciéndote eyacular..Pero que quede muy claro que lo hago por tu salud ”. Tomó el miembro de Carlos con su mano y lo besó y lamió lentamente, él gemía y respiraba agitadamente mientras ella lo hacía y cuando lo metió a su boca él exclamo “Oh Ana, eres increíble, me hacías falta mujer”, ella se dedicó a saborearlo, haciéndolo disfrutar por varios minutos.

Sacó el miembro de su boca, se acostó de lado y le dijo, “Acuéstate frente a mi amor y has lo que te diga”, él se acostó de lado frente a Ana, ella dobló sus piernas acercándolas al miembro erecto de Carlos, las tenía una sobre la otra con sus rodillas juntas, levantó un poco una pierna, tomó el pene de Carlos y lo puso en medio de ellas justo arriba de sus rodillas diciendo “Hazlo ahí, si te gustan tanto mis piernas de seguro te va a encantar venirte en ellas”. El sintió como los muslos de Ana apretaban su pene y lo comenzó a mover, al principio resbalaba con dificultad, pero poco a poco el líquido trasparente que fluía de su uretra fue lubricando el trayecto que recorría sobre la blanca, suave y tersa piel de los muslos de Ana.

Mientras lo hacía la acariciaba en los pechos con su mano y su lengua, la besaba en la boca, la acariciaba en las piernas y las nalgas repitiéndole lo hermosa que era y lo mucho que la deseaba, con su mano apretó con fuerza nalgas de Ana, ella observó como los ojos de Carlos se subían en sus órbitas y apretó con fuerza el pene con sus piernas. El apoyó su cara sobre los pechos de Ana y dijo “Ohhh amor” mientras ella sentía el calor del semen humedecer la parte interna de sus muslos una y otra vez. Le acarició la espalda y sonrió al escucharlo decir “Eres la mujer más bella del mundo amor, que manera de venirme, te juro que fue increíble”

Ella levantó un poco su pierna y observó como el semen se pegaba formando un hilo que unía sus dos piernas y le dijo “Se nota que lo disfrutaste, te vaciaste amor”, pasó su dedo sobre el semen y lo metió a su boca, Carlos la miró excitado y ella sonrió pícaramente, mojo nuevamente su dedo en el semen que había en sus muslos, lo metió a su boca y después juntó su boca a la de Carlos, cuando él pretendió evitarlo ya la lengua de Ana mojaba con su propio semen la suya y se dedicó a disfrutar “la travesura” de su mujer, al separarse ella preguntó “¿Te gustó?”,él respondió “No”..”Auchh” expresó ella y pasando nuevamente sus dedos sobre sus muslos, metió el semen en su boca saboreándolo, le dijo en tono de reproche “Pues a mi me encanta” y mirándolo a los ojos le dijo con voz dulce “Me encanta porqué es tuyo, viene de ti, es tu vida y sería feliz si algún día me fecundara”

Carlos la besó en la boca, tomó la caja de pañuelos desechables y se la acercó, ella tomó unos pañuelos y mientras limpiaba sus muslos le dijo.

-¿Soy muda o estás sordo amor?... ¿Que carajos debo hacer para que te des por aludido?... Joder, solo me falta pedirte matrimonio...¿No notas mi maldita desesperación por no saber si me quieres a tu lado o no?

Carlos rió y respondió

-Te amo Ana

Se levantó y preguntó

-¿Cenamos?... Me dio hambre

Ella en tono de reproche le dijo

-Me repites “Te amo, te amo”, pero no te decides a nada Carlos... ¿Qué te hace dudar amor?...¿Piensas que no soy la indicada?...¿No me amas lo suficiente?...¿Te molestaría embarazarme?...¿Tiene que ver con que soy divorciada?...¿Es por Rebeca o la Chichona?...¿Qué es amor?... Dime por favor.

-¡Ana!.... Espera que pase mi examen, que las cosas con Rebeca se tranquilicen y después platicamos sobre lo nuestro

-Y mientras platicamos ¿Qué amor?...¿Cogemos?.

-¿Te molesta?

-Sabes que no amor, sabes que me encanta ser tuya, sentir tu semen dentro de mi y saberte mío, pero....__Ana quedó en silencio y él preguntó

-¿Pero qué Ana?

-¡Pero estoy enamorada!.. ¡Si!, soy una pinche vieja caprichosa perdidamente enamorada, que no se conforma con coger con el hombre que ama...Soy una de esas anticuadas que quiere verte firmar tu compromiso y sentirse “la mitad que te faltaba”....¡Soy una pendeja romántica que se muere por ser lo más importante en tu vida, tener hijos y formar a tu lado una de esas familias ridículas chapadas a la antigua!.... ¡Y ya me hiciste decirlo!...¿Eso querías oír?.. ¡Ya lo lograste carajo!... ¿Qué me falta?, ¿Arrodillarme ante ti y darte un anillo de compromiso?...¡Joder, que maldito ridículo estoy haciendo!

-Pero si tú eres muy liberal Ana...¿Cómo quieres eso?

-Eres... eres un cabrón... ¡Te odio!.... Te estás vengando por no haberte aceptado antes, muy bien, ¡Fuera máscaras!.....¿Quieres que me humille ante ti?... ¡Estoy dispuesta a hacerlo!.

-¡No Ana!, no necesito, ni quiero que hagas algo que te humille y de que estás enamorada y lo demás, ya lo sabía, no necesitas decir lo que demuestras o mejor dicho lo que demostramos a cada instante.... Solo espérame un poco... Por favor

-Y si me amas como yo a ti...¿Por qué no resolvemos esto de una buena vez y nos casamos?...¿Estas indeciso verdad?

-Por favor Ana

-Está bien, no te puedo llevar al registro civil apuntándote con una escopeta...¡Vamos a cenar!

Continuaron con su vida normal, Carlos salía por la mañana y regresaba por la tarde, ella tramitaba su título profesional, salía de compras o se quedaba la mañana en casa, por las noches su vida sexual era a veces amorosa y a veces llena de lujuria y pasión, pero siempre apasionada y muy placentera.

Una mañana mientras Ana hacía limpieza, tocaron con los nudillos la puerta del departamento, ella estaba descalza, vistiendo unos shorts y su playera corta, con la idea de no abrir se acercó despacio al la puerta para ver quien era, se asomó por la mirilla y asombrada se hizo hacia atrás, volvieron a tocar, ella se acomodó el cabello frente a un espejo que había en el hall de entrada, bajó la camiseta tratando de que cubriera más de lo que su tamaño podía cubrir, sintió sus pechos sin sostén, se giró nerviosa frente al espejo viendo sus nalgas, respiró profundo y abrió la puerta diciendo

-¡ Alfredo!, a que debo el gusto de verte...

El gusto es mío... sigues tan bella como siempre, que cuerpazo tienes Claudia

Alfredo le dio un beso en la mejilla y entró al departamento, ella cerró la puerta pasando el seguro, él dejó sobre el piso del hall su portafolios y juntos caminaron hacia la sala para sentarse uno frente al otro. Por más de una hora estuvo Alfredo con ella, al despedirse ya en la puerta él la miró a los ojos y le preguntó

-¿De verdad lo querías hacer?

-Te lo juro... Muchas veces estuve tentada a hablarte y proponértelo pero me daba pena con ella

-Me hubieras hablado a la oficina, es más, háblame las veces que quieras

-No lo creo Alfredo, pero lo tomaré en cuenta

-¿Se lo piensas decir?

-¿A Carlos?.. Se lo debo decir, hay cosas que no se deben ocultar, aunque pienso que esperaré a que formalice lo nuestro, ese día se lo suelto de golpe

-Yo pienso que no Claudia, debes decirle todo antes de formalizar algo.

-¿Cómo lo tomará?...Como sea, yo lo quise hacer y lo hecho, hecho está, además no podía negarme, te lo mereces Alfredo.

-Gracias Claudia...Eres preciosa... ¡En serio!... Pero ya ves... En fin así son las cosas

Alfredo le dio un pequeño beso en los labios y se retiró, al verlo entrar en el elevador ella cerró la puerta y sin poder ocultar su alegría entró a la recámara, tendió la cama y salió a la cocina para preparar algo para comer.