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La Historia de Susana (10)

en Grandes Relatos

Susana había pensado mucho durante toda la semana sobre lo que había vivido en los últimos días, Enrique le había recetado unos anticonceptivos que debería empezar a tomar, cuando su periodo llegó a su fin se presentó en el consultorio de él.

-¿Que pasó doctora?, ¿vienes a consulta?

-Si Enrique, a lo del Papanicolau

-¿Ya sin temor de desnudarte frente al médico?

-Aja, ya no me asustas.

-No ha llegado mi enfermera, ¿te importa?

-No, para nada

Entraron a la sala de exploración, ella se desnudó completamente y sin ponerse la bata se recostó en la mesa de exploración, puso los pies en los apoyos, se hizo hacia abajo y le dijo a Enrique

-Toda tuya doctor

-No me digas eso, que te puedo tomar la palabra, debes cubrirte con la sábana, no pongas tantas tentaciones en el camino

-Ya perdí la vergüenza y el pudor, no me importa desnudarme frente a nadie, pienso ser una exhibicionista

Enrique la cubrió con la sábana diciendo

-Pues desnúdate en cualquier otro lado y no en mi consultorio pero cuando lo hagas como mujer y no como paciente avísame por favor.

Los dos rieron y ella pasó el primer estudio ginecológico de su vida, Enrique revisó su vagina, su útero, tomó la muestra, palpó su pubis y sus pechos, terminando le dijo.

-Todo se siente normal Susy, yo te aviso del resultado, es más si no te llamo es que todo está bien, si te llamo es para que juntos veamos los resultados y tomemos alguna decisión al respecto, ¿te parece?

- Gracias Enrique, eres muy lindo

-Por cierto doctora, ¿si sabes para que sirve el vello púbico que te afeitaste para estar a la moda actual verdad?

-Si, una barrera contra las bacterias del medio ambiente

-Bueno, avísame de cualquier prurito, escozor o flujo anormal

-Está bien, te informaré si me llega a pasar.

Enrique se le quedó viendo mientras ella se vestía y le dijo.

- Susana, esto no lo debe decir un médico pero antes de ser tu médico soy tu amigo, no entiendo la razón por la que estás sola, eres realmente una mujer muy bella, ¿qué pasa Susy?

-Gracias por el piropo, pero la verdad ni yo lo sé, debo estar traumada o con mi autoestima muy baja, no lo sé Enrique, no pienses que no quiero platicar contigo sobre de eso pero en verdad no lo sé.

-¿Has pensado en buscar ayuda profesional?

-A veces, pero no quiero ser la cardióloga loca y que me vigilen en mis cirugías.

Terminó de vestirse, le dió un beso a Enrique, le dijo "Besos a Mari y a los niños" y se despidieron, Susana terminó su día en el hospital, era viernes en la noche y como siempre no tenía otra cosa que hacer que ir a su casa, para ella no existía el "gracias a Dios es viernes", llegó a su casa, dejó las llaves sobre la mesa del comedor, se dió un baño, cumplió con el ritual de untar la crema en su cuerpo, tomó una panty transparente del cajón del closet, se la puso y sobre de ella su camisón que le llegaba a medio muslo, entró a la cocina, abrió el refrigerador y sacó algo para comer, se sirvió un vaso con leche, cuando caminaba hacia su recámara para "tirarse" a ver la TV sonó el timbre de la puerta, su primera idea fué que se trataba de Félix, le molestó, ya no quería continuar con esa relación tan tonta y sin sentido.

Pensó en hablar con él y explicarle que era una mujer mayor que él, que la relación aunque muy placentera sexualmente no tenía dirección alguna y que solo era perder el tiempo, más él que ella, se asomó por la mirilla de la puerta y vió a su hermano Eugenio, abrió la puerta, lo abrazó diciendo

-Hermanito, que agradable sorpresa a que debo tu visita.

-Quiero consultarte unas cosas.

Ella ya lo sospechaba, para que se visita a la hermana médico sino para "consultarle algunas cosas", mientras ella preparaba unas botanas para comer, él le planteó sus dudas sobre el embarazo de su esposa Alina, llevó las botanas a la mesa y se sentó explicando con toda claridad lo que pasaba y terminó diciendo.

-O sea que no tienes de que preocuparte, que se esté lo mas tranquila posible y en reposo, no en cama ni nada de eso, su vida normal dentro de casa y todo saldrá bien.

Eugenio se metió a la cocina, abrió un mueble donde había varias botellas de vino y le preguntó

-¿Y esta caja de vino?

-Me la regaló un paciente

-Que buen regalo, es Chateau Lafitte, ¿abrimos una?

-Si quieres, ya sabes que yo no tomo, pero nos tomaremos una, al fin es viernes.

Eugenio abrió la botella y con dos copas en la mano se fué a sentar al sofá de la sala y sirvió el vino, Susana tomó las botanas de carnes frías, quesos y pan, se llevó todo a la sala, lo puso sobre la mesa del centro y se sentó en el mismo sofá junto a su hermano a escuchar música y platicar, lo hicieron de varias cosas y después de beber dos copas de vino, ella le preguntó.

-¿Cómo piensas que fuimos educados?

-Terriblemente mal, todo era prohibido, todo era malo, todo era pecado, castigo e infierno, yo vivía temeroso de ser yo, ¿no sé si te pasaba lo mismo?, no me explicaba la razón de estar en este mundo lleno de cosas increíblemente fascinantes que te llamaban a ser vividas y no poder hacerlo por miedo al infierno, francamente era la religión del temor, yo no estoy conforme con lo que viví en mi infancia y mi adolescencia.

Susana subió sus pies al sofá, se sentó de lado frente a su hermano con las piernas dobladas y sus pies con los dedos debajo del muslo de Eugenio, quien de inmediato fijo su vista en las piernas desnudas de su hermana y hacia el triangulo de su panty transparente, ella no le daba importancia, era su hermanito y continuó con la platica preguntando.

-¿Culpa de quien, de nuestro padre o nuestra madre?

-De nuestra madre sin duda alguna, a ti te trataba de una manera estúpida, solo le faltó que no te permitiera bañarte para que no te viera desnuda la regadera, y mira que eras una mujer excelente, bella, con ese cuerpazo que todos deseaban, hasta yo, pero una mojigata incapaz de enseñar un poco so pena del fuego eterno y sigues igual, con lo deliciosa que estás no te atreves a enseñar nada a nadie, ¡que daño te hizo nuestra madre!. Yo le preguntaba la razón y siempre me salía con el cuento de que no me metiera en esas cosas. Una vez le dije que siendo tan bella y estando tan rica como estás no tenías novio por su culpa. No sabes el drama Susy, para que te cuento el lió que armó, "te estas acostando con tu hermana, si ya lo sabía yo, esa niña es una puta inmoral, etc, etc, etc.".

-¿Y tú que le contestaste?

-Ya estaba yo muy enojado y le dije "Pues si mi hermana no fuera la mojigata en la que la has convertido, de buena gana me daba un revolcón con ella", ¡Que me da una cachetada y me manda al carajo!, se puso a llorar, dejó de hablarme un mes solo por decir lo que pensaba, ni forma de ayudarte hermana.

-¿Y lo pensabas de verdad?

-¿Lo de la mojigata en que te convirtió?

-No, en lo de darte un revolcón conmigo, ya una vez me habías acariciado mas allá de lo que se debe entre hermanos, ¿te acuerdas?, estaba yo viendo la TV en Shorts ellos habían salido de viaje, yo te hacía aún muy inocente ¿lo hiciste conciente de lo que hacías? Quiero decir ¿acariciabas a la mujer o a tu hermana?

Eugenio se ruborizó, pero el vino y la plática hacían sus efectos y no pensaba ocultar nada a su hermana, pocas veces platicaban y ahora por el tema no valía la pena mentir, sirvió mas vino en su copa, rellenó la que Susana sostenía entre sus manos y le dijo

-Sabia lo que hacía, me recosté en tus muslos, los besé, lo mismo hice en tu estómago y sobre tu sostén, claro que lo sabía, claro que besé y acaricie a la mujer que tanto me gustaba, tú fuiste la que no se dió cuenta de nada, pensabas que yo no podía ver en ti a una mujer deseable, no pensabas que un hermano pudiera desear a su hermana en medio de su despertar sexual, pero si, si se puede y más cuando a esa edad yo no podía tener amigas, ni una revista para masturbarme viendo las fotos de mujeres desnudas, me daba pánico que me la descubrieran, entonces lo único femenino que tenía a mi alcance eras tú, y vaya que tenía mucho, todos los amigos siempre con la cantaleta de que "que buenas nalgas tiene tu hermana, que ricas piernas, que bella es, que cuerpecito tan delicioso, yo fácil me la echaba" y demás cosas que te convertían en una especie de "mi sueño sexual".

Eugenio rió de lo dicho golpeo su copa con la de su hermana, bebieron el vino de un solo trago y sirvió mas, Susana sentía que el vino hacía efecto en su cabeza, se miraban a los ojos fijamente ella movió los hombros como diciendo "ni hablar" y Eugenio dijo

-Así es hermanita, que daño nos hicieron llenándonos de temor, temor de ver, temor de oír, temor de hablar, de pensar, de vivir, ¡de desear Susana!, de desear a alguien del sexo opuesto, de poder convivir con amigas y amigos, eso que todos hacían al pretender a una chica, de abrazarla y de sentir su cuerpo junto al tuyo, sentir como tu miembro se "para" y se pega al cuerpo femenino a través de la ropa y pasar la noche con dolor de testículos o masturbarte pensando en la chica deseada, ¿y a ti hermanita?, no me digas que no deseabas sentirte en los brazos de un muchacho, de coquetearle, de sentir como su miembro se endurecía por ti?

-Si claro, pero era algo prohibido y malo, yo no tenía más que soñar con los galanes de las revistas de chismes que compraba mi mamá, no tenía forma de escapar de la tensión que produce el deseo, claro que en las mujeres es menos que en los hombres, nosotras necesitamos de más para ponernos ardientes al extremo, pero ustedes son de reacción instantánea, ¿Cómo relajabas esa tensión?

-En el día me dedicaba a hacer ejercicio, pero cuando me entraba la calentura en la noche, te espiaba para verte desnuda, varias veces lo logré y me quedaba con tu imagen en mi mente, y así pensando en tus muslos, tus nalgas, tus senos, tus labios, me recostaba boca arriba y acariciaba mi pene imaginando que mis manos eran tu vagina hasta que tenía un orgasmo relajante, me limpiaba y me quedaba dormido, discúlpame que te lo diga pero en quien mas podía pensar Susy, si todo estaba prohibido, fuiste la primera mujer a la que le toqué la piel y ya no era yo un niño, te acuerdas cuando te abracé la cintura en la alberca y como accidente metí la mano bajo tu traje de baño hasta llegar a tu vientre, que suavidad tan increíblemente sensual, claro que gritaste y me regañaste.

-¿O sea que la educación tan estúpida te llevó a desear a tu propia hermana?

-Si, y no solo la educación sino la belleza de mi hermana, si estabas y estás muy deseable, además que fuiste lo único que amé en la familia, nuestro papá siempre fuera trabajando, que yo pienso que solo huía de mamá y ella una Hitler, dispuesta a quemarnos vivos para salvar nuestras almas antes de caer en alguna tentación del mundo.

Eugenio se inclinó y besó las rodillas de Susana, tomó sus pies y los puso sobre sus muslos acariciando los pies y las pantorrillas de su hermana y le dijo

-¡Carajo Susy!, me da tanta tristeza verte tan sola por culpa de una mamá tan estúpidamente fanática, ¿se habrá dado cuenta del daño que nos hacía?, ¿se habrá ido tranquila?..

Se hizo un silencio de esos donde nadie se atreve a decir palabra alguna y de los ojos de los dos hermanos escurrieron las lágrimas, el vino y los recuerdos los hacían llorar, Susana se había recargado en la orilla del sofá con sus piernas sobre los muslos de su hermano y él levantando los pies de ella, los besó y se puso a llorar sobre las pantorrillas de la hermana, bajó las piernas de Susana que quedaron estiradas sobre el sofá y se recostó sobre los muslos de ella y mientras los abrazaba llorando dijo.

-¡La odio!, ¡la odio Susana!, la odio por como trató a mi padre incluso días antes de que él muriera, la odio por sus castigos y regaños estúpidos, la odio por todo el daño que te hizo, odio su recuerdo, escucho su nombre y mi mente se llena de todos esos traumas y de un rencor infinito.

Se quedó llorando sobre los muslos de Susana que le acariciaba el cabello mientras de sus ojos se escurrían las lágrimas por ver a su hermano sufriendo por ella, mientras Eugenio se iba calmando daba besos a los muslos de su hermana y con sus manos los acariciaba desde la rodilla hasta la parte externa de sus nalgas, ella comenzó a sentir excitación por las caricias de su hermano y reaccionó a esto tratando de no lastimar los sentimientos de Eugenio, lo levantó de sus muslos y ya que él estaba sentado en el sofá lo abrazó con ternura y le dijo

-Bueno, ya pasó amor, ya solo estamos tú y yo y debemos aceptar las cosas como fueron y como son, voy por unos pañuelos, espérame

Bajó sus piernas del sofá y antes de ponerse de pie le dió un beso a Eugenio en la boca como lo había hecho casi siempre, pero esta vez sintió la lengua de él sobre sus labios, tuvo que reprimir el deseo de separarlos y saborearle la lengua, se levantó y fué por la caja de pañuelos desechables, mientras se decía, "No es correcto, es tu hermano, no puedes hacerlo", regresó y se sentó junto a su hermano, esta vez dobló sus pantorrillas quedando sentada sobre de ellas, Eugenio puso su mano sobre sus muslos y le preguntó.

-¿Es cierto que perdiste la virginidad con el primo Arturo el hijo de la tía Dulce?

-¿Con ese?.. Ni loca, lo odiaba por presumido, y ya ves es el único pariente que nos queda.

-El decía que lo había hecho contigo, ¿con quien la perdiste?

-Con Carlos, y después lo hice con Pablo

-¿El esposo de Mónica?

-Si, con el pero antes de casarse con Mónica, y tú la perdiste con ella, digo que con ella fué tu primera vez.

-¿Cómo lo sabes?

-¿Cómo crees?, me lo dijo ella y también me dijo que lo siguen haciendo que estás muy bien dotado y que la desbordas cuando eyaculas dentro de ella, sin duda le encantas a la mujer, pero no deja de estar muy mal de tu parte, no quiero sonar como mamá, pero está Alina en medio de este juego y lo supongo riesgoso para ti.

-¿Piensas ir al fin de semana ese?, yo no sé, con lo de Alina, claro que mi suegra ya está aposentada en mi casa cuidando a su hijita y me hace la vida imposible, pero no sé si pueda ir, pero tú si debes ir, tal vez consigas marido, claro que debes usar bikinis y lucirte.

-Todos están casados, pero si voy a ir y pienso llevar bikinis y de los chiquitos.

-Bien me voy hermanita, pero antes de irme te diré que te adoro y no sé como decirlo pero tal vez mas como mujer que como hermana, siempre has sido…. En fin somos hermanos, respóndeme una pregunta con el corazón en la mano, Si te hubiese pedido que hicieras el amor conmigo, ¿lo hubieras hecho, entregándonos nuestra virginidad uno al otro?

Susana no respondió, se levantó del sofá, Eugenio hizo lo mismo y caminaron en silencio hacia la puerta, le dió un beso en la boca él no pretendió nada mas que unir sus labios, se dieron un abrazo y cuando Eugenio salió y antes de cerrar la puerta ella le dijo en voz alta.

-Si, yo pienso que si hermanito, mas bien estoy segura que si.

Cerró la puerta, recogió los platos y las copas, los lavó pasó el cerrojo de la puerta, apagó las luces y se metió a la cama, mientras se quedaba dormida pensó "Hasta donde se puede llegar con fanatismos estúpidos, mientras hermano y hermana buscan consuelo a su soledad uno en el otro, sin duda nace el deseo y el amor mas allá de lo normal, en fin, que su Dios la haya perdonado" el sueño la fué venciendo y se quedó dormida.

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