El lunes por la tarde regresamos a la capital, nos fue a recoger el chofer de la oficina, la dejé en su casa indicándole que nos veríamos hasta el día siguiente en el trabajo.

A llegar a casa, me recibió el Capitán, mi perro pastor alemán, después de acariciarlo entré a la sala seguido por él y subimos a mi recámara, el animal se echó en el pasillo junto a la puerta y mientras desempacaba mis cosas comencé a hablarle, como lo hacía todos los días para sentirme acompañado.

-¿Te acuerdas que te platique de Lucía Capi? La contadora de la oficina, la de los ojos bonitos… Si te platique amigo, la de la voz suave y dulce, la de la sonrisa encantadora, la de la risa musical, la que tiene ese cuerpazo además de ser la mujer más linda del mundo…

Quedé en silencio sin moverme analizando mis palabras y me entró una enorme duda sobre la razón de haberla invitado a Cancún, el ladrido del Capitán me regresó de mis pensamientos y le dije

-Me acompañó a Cancún, que mujer más increíble Capi, una auténtica maravilla en la cama… Preciosa, increíblemente mujer caray, qué bien la pasé amigo… ¡Quédate ahí me voy a bañar!

Saliendo de bañarme, el perro y yo bajamos a la cocina, me serví una copa de whisky, le serví a él su comida, me preparé un emparedado y cenamos, subimos nuevamente a la recámara, quité el seguro de la puerta para mascotas que da a la terraza y el perro tal como había aprendido a hacerlo se echó a dormir en el pasillo mientras yo veía la TV… Esa noche me sentí perdido en la inmensidad de mis pensamientos y deseos al grado de tener que tomar otra copa de whisky para poder conciliar el sueño… ¡Como la extrañaba!, esa noche pude ver como el Capi despertaba al menor ruido y dos veces bajó rápidamente las escaleras y volvía a subir a echarse frente a mi puerta.

Por la mañana cuando bajé por un café le acaricié la cabeza al perro y le dije

-Que bien cuidas en las noches amigo, con razón te la pasas dormido todo el día… ¡Te quiero perro loco!

Me bañé y me vestí para ir a la oficina, el perro como todos los días se quedó parado esperando que sacara mi auto de la cochera y al cerrarse la puerta eléctrica de seguro se iría a echar en el jardín a dormir.

Ya en mi oficina estaba en mi privado platicando con Blanca cuando llegó Lucía, de pie bajo el marco de la puerta que estaba abierta, tocó con sus nudillos y preguntó

-¿Puedo pasar?

Yo la miré, vestía una falda corta sin medias luciendo sus hermosas piernas bronceadas por el sol, yo afirmé con la cabeza y ella se acercó a mi escritorio, saludó de mano a Blanca y después hizo lo mismo conmigo al tiempo que me preguntaba

-¿Cómo le fue arquitecto?

-Muy bien contadora, mucho mejor de lo que yo esperaba, todo estuvo de maravilla

-Qué bueno arquitecto me alegro por usted

Respondió sonriendo y cuando caminaba hacia la sala de juntas mi vista se fijó en sus piernas y sus redondas y deliciosas nalgas, al regresar la vista a mis asuntos Blanca se rió y yo solo hice de lado mi cabeza como signo de admiración por la mujer, Blanca se puso de pie y salió de mi privado, al cerrar la puerta yo me levanté y caminé hacia la sala de juntas, cuando Lucía me vio entrar se adelantó a decir lo que yo pensaba decirle

-Te extrañé como loca, no pude dormir bien, me despertaba a cada rato y cada vez que lo hacía te buscaba para arroparme con tus brazos, con tu cuerpo, con tu vida entera… Dios, que horrible noche pasé sin ti.

Me senté junto a ella acaricié la suave piel de sus muslos y le di un dulce beso en la boca, nuestras lenguas se juntaron delicadamente, mis labios apretaron su labio inferior y lo mordí con suavidad metiendo mi lengua entre su labio y sus dientes, ella me empujó para que me separara y me dijo en un tono de voz especial entre tristeza y desesperación

-Por Dios Ricardo, no me hagas esto

-¿Qué te estoy haciendo?

-No me gusta que me hagas sentir esto….

-¿Que te hago sentir Lucia?

-Me dan nervios que me beses en la oficina

-¿Solo eso?

-Déjame trabajar

Me retiré a mi escritorio y un rato después ella se acercó a mí y me entregó unos papeles diciendo

-Se pagaron estas facturas el viernes, revísalas

-Estábamos en Cancún

-Revísalas por favor

Mientras lo hacía ella miraba en forma indiferente a las paredes de mi privado, y cuando terminé de revisarlas y le dije que estaban bien se las devolví, se dio media vuelta y regresó a la sala de juntas seguida por mi mirada sobre su hermoso cuerpo, no resistí y la seguí, antes de que se sentara nuevamente la abracé por la espalda hice a un lado su pelo para besarla en el cuello, ella levantó coquetamente su cara hacia arriba y se apretó a mi cuerpo al sentir mi erección sobre sus nalgas, le dije

-Pasa la noche conmigo

-No Ricardo

Se giró frente a mí y me dijo

-Te extrañé mucho anoche y si seguimos haciéndolo creo que ya no podré estar sin ti.

-¿Y eso es malo?

-No, si no fuera porque tú si puedes estar sin mi

Mi silencio le dijo todo, se sentó y sin decir nada continuó con su trabajo, yo me di la media vuelta y salí de mi privado a ver las obras, ya como a las tres de la tarde fui a mi casa, entré al jardín y mi perro se acercó, yo lo acaricié en la cabeza y soltó su clásico gemido de satisfacción al sentir mi caricia, juntos entramos al hall y me quedé mirando hacia la sala recorriendo con la vista cada rincón, era una casa grande en una privada de 10 casa bajo el régimen de condominio, mi padre me la había regalado cuando me recibí de arquitecto y mi madre se había encargado de decorarla, cuando me la dieron mi padre me había dicho “Nunca nos estorbarás en casa hijo, pero creo que es el momento de extender tus alas y comenzar a bastarte por ti solo”, caminé al comedor lo observé y hablándole a mi perro le dije

-Sabes Capitán, creo que te envidio, no logro entender eso de “vida de perro”, tú eres feliz con un plato de croquetas, agua y un jardín donde jugar mientras esperas a que yo regrese para moverme la cola agradecido más por mi cariño que por un plato seguro de comida, sin embargo yo me preocupo por tener y mantener todo esto que disfruta más la muchacha de la limpieza que yo.

Bajé mi vista hacia el perro que me miraba tal vez extrañado o tal vez pensando “Eres un imbécil amigo, la riqueza en la vida no está en lo mucho que tienes, sino en compartir con alguien lo que tienes”, me reí de mis pensamientos, le di un beso en la cabeza al perro, él soltó un ladrido y yo le dije

-Tienes razón, nunca como hoy he sentido tanta soledad en ésta casa… ¿Tú piensas que me hace falta una mujer con quien compartir mi vida?

-El perro solo me miró y me acompañó a la cocina, abrí el refrigerador diciendo

-Vamos a ver Capi, hoy tenemos croquetas para ti y un filete de pescado y una ensalada de lechuga para mí, bueno lo dejamos en hojas de lechuga ya que no sé cómo preparar la ensalada…. No te enojes, ya sé que diario es lo mismo pero ¿Qué puedo hacer?, no sé cocinar nada que no se meta en un microondas, por eso compro comida preparada y congelada, no sabe muy bien que digamos pero eso de ir a comer solo a un restaurante está del carajo… prefiero tu compañía  

Le serví su plato con croquetas para después meter el pescado en el horno de microondas, cuando me senté a la mesa el animal ya había devorado su comida y salió al jardín, cuando regresó se echó a mi lado y le dije

-Tú no comes, ¡tú tragas condenado!… Te tengo una gran noticia amigo

Seguí hablándole al animal mientras lavaba mi plato y me preparaba un café

-Me habló el general Zamora para pedirme que te “camines” a unas perritas, te quiere de “pie de cría”… Yo le dije que no, que tú eres puro y virgen….

Lo voltee a ver, sin duda el animal me veía solo porque escuchaba mi voz pero me gustaba imaginar que entendía mis palabras, así que le dije

-No es cierto compadre, son tres perritas pastor negro y paja y como tú eres negro y gris quieren que algún cachorro salga así de galán como tú… Pero no te emociones, no será orgía, te las van a traer de una en una.

Quedé en silencio mientras terminaba mi café, suspiré y sin saber porque comencé a decirle al Capitán

-Su voz, sus ademanes, es tan niña y tan mujer a la vez…. Dios mío capi... ¡Es tan linda!... Y en las noches sentir el calor de su suave piel junto a la mía es como estar…. ¡Ya para que te digo, me vez como si hablara puras pendejadas!... Y tienes razón a ti te tiene sin cuidado la clase de pendejo que sea, con que yo te quiera y te dé de comer te basta…. Me voy a la oficina, nos vemos más tarde, ahí te encargo la casa

Trabajé hasta muy tarde, al salir de la oficina me fui a casa, cené acompañado del Capitán y subimos a mi recámara, me puse mi pijama y acostado en la cama tomé mi celular y le hablé a Lucía, me respondió la llamada diciendo

-¿Qué pasó Ricardo, necesitas algo?

-A ti Lucía

-Esa sí que es una sorpresa

-¿Estás sola?

-No, estoy con mi amante en turno, ya te dedique muchos días así que ahora le toca a los demás

Quiero pensar que mi silencio la hizo cambiar su tono de sarcasmo y me dijo

-¡Claro que estoy sola menso!... ¿Con quién podía estar?

-Te extraño

-¿Te has preguntado por qué?

-No sé tal vez por… No, no lo sé

-¿Quieres que te dé una pista?

-Dámela

-Será que significo algo para ti y me convertí en parte de tu vida como tú lo eres de la mía… Pero dices que no es así

-No estoy seguro Lucía

-¿De qué Ricardo?

No dudé en responder

-De ti Lucía

-¿De lo que soy o de lo que supones que fui?

Nuevamente mi silencio la hizo responder diciendo

-Nos vemos mañana, creo que tienes mucho en que pensar

-¿En qué Lucía?

-En que sigues suponiendo lo que pudo pasar y eso no te permite disfrutar lo que te está pasando… Di lo que sientes Ricardo, no es malo sentir las cosas, lo grave es pretender oculatarlas….No lo sé, pero mejor platicamos mañana… Buenas noches

Cortó la llamada y me tiré en la cama pensativo hasta que fui vencido por el sueño

Al día siguiente en la oficina fui a la sala de juntas y me senté junto a ella puse mi mano sobre su muslo sobre el pantalón que vestía, ella me miró y le dije

-Quiero estar contigo

Volteó la vista hacia los papeles en los que trabajaba y después de unos segundos en silencio sin levantar la vista hacia mí, dijo

-Te espero en mi departamento a las ocho

Esa noche en su casa me esperaba vestida con una falda corta y una blusa que hacía resaltar sus bellos pechos sin sostén, nos besamos y al desnudarla me quedé observando por varios segundos su hermoso cuerpo hasta que ella nerviosa me preguntó

-¿Por qué me miras así Ricardo?, parece que es la primera vez que me ves desnuda

-No sé Lucía, hoy te vi diferente, más linda

Ella interrumpió mis palabras besándome en la boca y nos subimos a la cama para disfrutar de un excelente sexo para después quedarnos dormidos plácidamente toda la noche

Al día siguiente yo salí muy temprano de su departamento para ir a mi casa, la desperté para despedirme y ella adormilada me dijo “Nos vemos al rato” y se volvió a dormir. Ya en la oficina fui a la sala de juntas para estar un rato con ella y le dije

-Hoy te toca dormir en mi casa

-No puedo Ricardo

-¿Por qué? ¿Estas enojada?

-No, es que “Tengo casa llena de rojillos”

Vio en mi cara que no le había entendido absolutamente nada y riendo me dijo

-Estoy menstruando tontito… Y así no se puede

-Pero podemos dormir juntos, ¿Qué no?

-¿Sin sexo?, además no me quitaría las bragas… Mejor esperamos a que se me quite lo sangrona

-¡Estás loca Lucía!, te anoto mi dirección, yo quiero estar contigo

Le anoté en un papel mi dirección y se la di, ella sonrió y preguntó

-¿Quieres estar conmigo sin tener sexo?....

Sin duda me “salvó la campana” de tener que responder, ya que sonó el teléfono de mi escritorio y fui a atender la llamada, cuando salía para visitar las obras, me acerqué a ella, le di un beso en la boca y dije

-Te espero a las ocho

-¿Hablarás conmigo?

-Lo prometo

Ese día conoció mi casa y a mi gran compañero el Capitán, ella se sentó en el piso sobre sus pantorrillas y se puso a jugar con el perro mientras yo la miraba fijamente, levantó su vista y me dijo

-Nunca había visto un pastor alemán gris y negro, por lo general son color paja.. ¿De dónde lo sacaste?

-Me lo regaló un general amigo de mi papá, es hijo de unos perros del ejercito de ahí el nombre que le puse, tenía un mes de nacido cuando me lo dio y al cumplir 6 meses el mismo general se lo llevó a educar con los demás perros del ejército, así que tiene educación militar

El perro apoyó su cabeza sobre los muslos de Lucía y ella se puso a decirle al perro que era muy bonito y un chico bien educado y otras cosas cariñosas, cuando volvió a levantar la cara para verme, me observó fijamente y me preguntó

-¿Qué pasa?

-Nada… Solo que me encantas mujer, eres increíble.

Se puso de pie y me dio un beso en la boca para después buscar en mi refrigerador y mi despensa algo para cocinar, quedando admirada de que no hubiera nada me dijo

-En este momento vamos tú y yo a comprar al supermercado, ¿Cómo demonios te alimentas?... No, no, no.. Yo no pienso regresar a una casa donde no haya ni una sola aceituna

-De esas si tengo algunas latas y también atún y unos espárragos.

-¡Vamos!

Al regresar del supermercado bajamos las cosas y ella se puso a cocinar, mientras lo hacía yo la abracé por la espalda y le dije

-Es la primera vez que alguien cocina en ésta casa

-No sirve tu estufa

-Está cerrado el gas, ahora lo abro

Después de hacerlo y ya que pudo encender la estufa mientras cocinaba me dijo

-Necesitas aprender a cocinar

-Ven a vivir conmigo para que me enseñes

-No Ricardo… Ya te estoy dando demasiado sin que tú me des nada a cambio, es el momento de recibir para seguir dando.

-¿Qué quieres decir con eso?

Ella se volteó a mirarme y acentuando sus palabras con el movimiento de los dedos de su mano me respondió

-Primero: Acepté ser tu amante porque te quiero y me encantas en la cama, segundo: Lo seré hasta que me canse de tu indiferencia hacia mis sentimientos y tercero: Si quieres una cocinera contrátala.

-Perdón, no pensé que te molestara vivir conmigo

-No me molesta, al contrario me encantaría hacerlo, pero parece que tú no quieres que lo haga

-Y si estás tan segura de eso ¿Por qué sigues acostándote conmigo?

-¡Por estúpida!... Porqué la gente cuando se enamora lo hace con el corazón y no con la cabeza… Y el corazón es un pendejo que solo sabe de amor

-De ahí que para que aceptes vivir conmigo te debo pedir en matrimonio… ¿Es eso?

-Me gustaría pero no es necesario… Solo quiero que hables, eso es todo

-¿Por qué no me entiendes Lucía?

-Sera porque nunca hablas de tus sentimientos, solo sabes decir “Que buenas nalgas tienes, que lindas piernas o que rico coges”… Pero mejor no discutamos Ricardo, terminaremos peleando y hoy no podemos tener un sexo reconciliador

-Quieres decir que te acuestas conmigo solo porque me quieres y no porque me deseas

Ya no respondió, cenamos y subimos a la recámara ella se desnudó sin quitarse las bragas y me dijo

-Desnúdate, de eso se trata hoy el juego, de dormir desnudos ¿Qué no?

Yo me desnudé y ella me pidió que me acostara boca arriba, ella abrió su bolso sacó un frasco con vaselina, puso vaselina en sus manos y se montó sobre mis muslos, tomó mi pene y comenzó recorrerlo con sus manos desde el glande hasta el pubis, que sensación más deliciosa, lo apretaba con fuerza mientras la vaselina le permitía resbalar entre sus manos, yo observaba sus pechos y su vientre frente a mí, me miró a los ojos y aumentó mi excitación con sus palabras al decir

-Cierra tus ojos y siente el calor, imagina que estás en mi vagina que te aprieta mientras te mueves dentro de ella, así, siente, disfruta como tu pene se va endureciendo preparándose para arrojar en mi sus cálidos chorros de semen, quiero tu semen, lo quiero todo, hasta la última gota

No entiendo lo que era, pero sentía un delicioso calor en mi pene, con su mano cubría el glande y después de apretarlo con fuerza la deslizaba hacia su base y cuando una mano comenzaba a bajar con la otra oprimía mi glande para hacerme sentir algo indescriptible, ella sintió que me endurecía al máximo, se agachó para ponerlo en medio de sus pechos, los juntó con sus manos y dijo

-Dales el calor de tu semen, suéltalo todo amorcito, ¡suéltalo todo!

Mis primeros disparos golpearon debajo de su mentón y los siguientes se quedaron en medio de sus pechos, ella sonrió satisfecha puso una mano debajo de sus pechos al centro de ellos y se levantó al baño a limpiarse, regresó con una toalla húmeda y limpió la vaselina de mi pene, lo besó en el glande y me dijo

-Creo que te lo tienes que lavar con jabón

Me levanté a lavarme bajo la ducha y al salir le dije

-Que rico me vine Lucía… ¿Quién te enseño a hacerlo?

-¡Otra vez la burra al trigo!

-¿Lo dices por mí?

-¿¡Por quien quién más!?... Te mata la duda por saber quién me enseñó a ser mujer en la cama y eso te impide disfrutar de…. Mejor no digo nada y así no discutimos Ricardo

-¿Disfrutar de qué?

-¡De mi Ricardo!… De mi como la mujer que soy sin atormentarte por la mujer que supones que fui

-¡Estoy celoso Lucía!... Muy celoso