Había pasado casi dos años de mi aventura con Susana y mi rompimiento con Angélica, había dejado la casa familiar para comprar un Penthouse en un edificio en condominio, en realidad no lo vivía mucho ya que salía a trabajar temprano por la mañana, desayunaba en un restaurante Vip’s que estaba a una cuadra del condominio, comía en casa de mis papás, ya tarde por la noche me preparaba algo ligero en mi departamento y los fines de semana me iba con mis papás a la casa de Cuernavaca, por tal motivo solamente conocía a uno de mis vecinos y a su hija Rebeca una chica de 18 años que me llamaba mucho la atención por ser de piel muy blanca con ojos muy, muy claros y cabello muy negro, sin ser teñido, motivo por el cual siempre la miraba insistentemente sin embargo pocas palabras cruzábamos entre nosotros, más bien platicaba con su papá con quien hice buena amistad.

Un día al ir a desayunar entrando al restaurante alguien me abrazó diciéndome. “A dónde vas chico guapo” voltee la cara y era Claudia una de las amigas de aquel grupo de adolescentes quien mantenía una buena relación con Susana y a quien apodamos “Bunny” por sus grandes incisivos que la hacían parecer conejo, entramos juntos al restaurante y nos sentamos a desayunar. Después de platicarme que se había casado, que tenía cuatro meses de embarazo y de su terrible antojo por un “desayuno campesino” de los que ahí preparaban platicamos sobre nuestras vidas, infancia, adolescencia y forzosamente salió a colación el tema cuando ella preguntó

-¿Por qué terminaste con Angélica?

-No lo sé “Bunny”, tal vez no éramos el uno para el otro

Ella se rió diciendo

-Parece que se pusieron de acuerdo, ella me dijo lo mismo

-¿La sigues viendo?

-Poco, antes la veía mucho en casa de Susana pero ahora están peleadas a muerte, no se dirigen la palabra, con decirte que cuando nacieron los mellizos de Susana ella dijo que no quería conocer a los Bastardos… ¿Muy fuerte no crees?

-¿Susana tuvo mellizos?

-¿No sabías?... Ya cumplieron el año, son niño y niña, y que bueno porque ya estaban desesperados por tener un hijo y  Jorge “la prendió con dos”.

-¿Susana tenía unos tíos mellizos verdad?

-Los tiene, es la herencia, Mariana la prima de Susana también tiene mellizos… De la que te salvaste papacito

-Pues si… ¿Y el marido que dice?

-Está feliz con los hijos

Nervioso o más bien espantado y tratando de hacer “las cuentas” en mi mente le respondí

-¿Le dio gusto?... Yo no sé qué haría, me sentiría tan mal…. Me refiero a tener mellizos

Ella se rió y me dijo en un tono que mis nervios no me permitieron comprender si era sarcasmo

-¡Cómo no, se ha de sentir horrible!... Te voy a contar un secreto pero que no salga de aquí

¡Dios mío!, los secretos femeninos….Todo dentro de mí se llenó de dudas y mucho temor. Supuse que el gran secreto iniciaría con la enfermedad de Jorge y solo esperaba “el golpe” de enterarme que eran mis hijos ya que ella hizo a un lado su plato, se enderezó haciéndose hacia adelante sobre la mesa, me pidió que me acercara a su cara y cuando lo hice hablando en voz baja comenzó diciendo

-Mira, el papá de Jorge es un hombre con muchísimo dinero, propiedades y demás cosas, por eso Jorge tiene tantos negocios ya que es hijo único, pero el desgraciado del papá cuando hizo su testamento nombró herederos a sus nietos por partes iguales y una pequeña parte del efectivo y su casa para su esposa… ¿Qué hijo de puta verdad?...Y si Jorge no hubiera tenido hijos con Susana, ¡Todo!, absolutamente todo pasaría a manos de su primer hijo y por ende a la primera esposa, que dicen que le fue infiel a Jorge.… Cuando Jorge se divorció él le explicó al papá sus razones pidiéndole que cambiara su testamento, pero el viejo cabrón no quiso hacerlo

-Y ahora a la muerte del señor la fortuna se dividirá entre tres, dos partes a Susana y una a la primera esposa... Resultó bueno el negocio

Claudia se sentó nuevamente recargando la espalda en la banca, que cara de desconcierto o más bien de espanto me habrá visto que preguntó

-¿La sigues queriendo verdad?

-¿A quién?

-No, a nadie….Solo que no puedes ocultar que te dolió saber que ya tuvo hijos con otro

-Tal vez “Bunny”, en realidad no lo sé…. ¿Nos vamos?.. Yo te invito

-Gracias, pero antes platícame que ha pasado en tu vida,  ¿Cómo vas, con quien sales, a que te dedicas?

Después de platicar sobre mí un rato más, intercambiamos números de teléfono en unas servilletas, nos levantamos y salimos del restaurante, al llegar a mi oficina me puse a pensar que era un perfecto imbécil, ella me había dicho que se cuidaba y mi calentura no me permitió dudar de ella, ni hacerme la pregunta más lógica que había ¿Para qué demonios tomaría anticonceptivos una mujer cuyo marido es estéril?, al menos que tuviera un amante, pero Susana no era de las que se buscan un amante… ¿Y si no era así por qué se acostó conmigo?.... ¿Se habría dejado embarazar de acuerdo con el marido?...También era posible que no fueran míos… Y Angélica, ¿Qué tuvo que ver en todo esto? ¿Estaría de acuerdo con Susana?

Una semana después de mi encuentro con Bunny como a las 10 de la noche yo me preparaba un emparedado para cenar cuando sonó el timbre de la puerta del departamento, en un principio supuse que sería mi vecino o tal vez su hija Rebeca, así que abotoné mi camisa y al abrir la puerta me encontré a Susana, usaba un fino vestido azul a media pantorrilla, abierto por un lado, escotado y ceñido a la cintura con un cinturón, mientras la recorrí con la mirada hasta observar su pies calzados con unas sandalias ella dijo

-¿No me invitas a pasar?

-¿Cómo entraste?___ Pregunté

-Entraba un vecino y ningún hombre se resiste a un escote femenino. Son tan predeciblemente tontos.

Me hice a un lado y ella entró, cerré la puerta sin dejar de observar sus pantorrillas, no cabía la menor duda de que la maternidad la había embellecido, aun dándome la espalda preguntó

-¿Me puedo sentar?

-Siéntate

-Me dijo Bunny que te había encontrado en un restaurante y me dio tu dirección, no sabes lo que te he extrañado amor, de verdad que tengo ganas de ti.

-No te creo Susana…Sabes bien donde viven mis papás, así que dime la verdad ¿A qué vienes?

Le respondí en tono serio sentándome en el sillón frente a ella

-Vaya, de modo que no me crees, entonces te lo diré sin rodeos, Jorge salió de viaje y pensé que podríamos pasar la noche juntos… ¿No quieres?

-Yo solo quiero que me digas la verdad sobre tus mellizos ¿Son mis hijos?

-De modo que Bunny te lo contó todo… No, no son tus hijos, son hijos de mi marido, así lo certifican sus actas de nacimiento firmadas por el padre, la madre, los testigos y un juez

-Tú me dijiste que Jorge no podía tener hijos, es más que no tenía relaciones contigo

Ella cruzó la pierna dejando a mi vista  la blanca piel de su muslo, pasó su mano sobre sus dorados cabellos y me respondió

-Lo de no tener relaciones fue mentira, al suponerme insatisfecha me supusiste presa fácil y logré meterte en mi cama, claro que me hice la difícil por momentos pero al final logré tenerte… Lo del seminoma de Jorge es cierto.

-¿Entonces de quien son los mellizos?

-Ya te lo dije, de Jorge, pero mejor cambiemos de tema… ¿No te da gusto que viniera a estar contigo? Ya han pasado dos años… No tienes idea lo que extraño estar desnuda en tus brazos

-¿Y Angélica?

-¡Por favor Miguel! ¿A qué viene eso?... Lo tuyo con Angélica era pura calentura, ni te importaba, ni le importabas… Por lo demás creo que ella está bien

-No te reconozco Susana, ¿En qué clase de mujer te has convertido?

-Te diré algo Miguel y me importa un demonio que lo entiendas o no…Toda mi vida pasé carencias y tú bien lo sabes, con Jorge encontré comodidades y lujos, él necesitaba un hijo mío a toda costa sin importar como o de quien fuera… Le di dos y de una u otra forma al complacerlo aseguré mi futuro, ya que si por alguna razón nos separamos me quedo con mis hijos y lo que por ley les corresponde.

-Dos terceras partes de una gran fortuna

-Así es

Quedé en silencio, observando sus lindos pies y sus excitantes piernas, ella al notarlo bajó más su vestido para mostrarme todo su muslo, la miré a la cara y se sonrió pasando su lengua por sus labios y me dijo

-Yo también te deseo Miguel

La miré fijamente a los ojos... Solo había una verdad en esto ¡Me engañaron como el imbécil enamorado que había sido!, molesto le pregunté

-¿Vienes en busca de tu semental para que te embarace de nuevo o de que se trata Susy?

-¡Ya olvídate de eso Miguel!... Tómalo de esta manera, vendiste tu semen y el pago fue disfrutar salvajemente del recipiente de recolección… Ya lo diste, ya cobraste, ¿Qué te importa el uso que se le dio?… Te repito que mis hijos son hijos de Jorge y no puedes hacer nada… ¿Qué pretendes hacer?, vas a poner una demanda diciendo “Señor Juez, vengo a demandar la paternidad ya que al marido le cortaron los huevos y yo me cogí a la esposa”

-¿Y no te cogí?

-¡Y de qué forma!, me encantó, me enloqueció y quiero más por eso estoy aquí… Pero no puedes saber si fuiste el único en cogerme... Yo puedo asegurar ante el juez que fueron diez, cien o mil, no hay forma de comprobarlo... Además tú no eres el ofendido, entiende que no puedes hacer nada, ¡ya olvídalo por favor

Antes no se hacían de manera legal los estudios de ADN, ni nada de eso, la ley era clara. “Todo hijo de mujer casada se supondrá del marido al menos que exista demanda de adulterio…” estipulando un tiempo entre demanda y parto con todo el “rollo” legal que se utiliza… Qué frialdad de mujer, la miré a los ojos y pregunté

-¿Vienes a comprar mi silencio?

-¿Qué silencio Miguel?.. Vengo aquí a pasar la noche contigo, con el hombre que amo, pero si no quieres me voy amor

-¿Actuando como el delicioso recipiente para mi semen?... No te creo Susana

-¡Demonio de hombre!, que maldita terquedad Miguel…. ¿Es muy difícil complacerme?... Yo me cuido Miguel, mira

Abrió su bolso y sacó un paquete en uso de anticonceptivos y agregó

-Pero si no me crees usa un condón, no me des el placer de sentir tu semen en mis entrañas pero déjame sentirte dentro de mí, quiero que me abraces, que me beses y me llenes de placer

Se quitó las sandalias y subió sus pies sobre la orilla de la mesa mostrándome sus negras bragas resaltando con el color de su piel… Sin duda el marido la había mandado a convencerme de que no hablara, con mi vista fija en sus piernas que ella movía abriéndolas y cerrándolas en espera de mí me sonreí al pensar “Si el imbécil del marido me la manda, por supuesto que se la regreso bien cogida y escurriendo mi semen”. Me puse de pie, me acerque a ella arrodillándome en la alfombra, besé sus pies, sus pantorrillas y sus muslos, metí mis manos a los lados de su cadera para bajar sus bragas, ella levantó las nalgas y ya sin bragas metí mi cabeza entre sus piernas para saborear su sexo, después de un rato de hacerlo ella jadeando me dijo

-Vamos a la cama amor

La llevé a la recámara donde nos desnudamos y me la cogí con un sentimiento de rabia, empujaba mi pene dentro de ella con fuerza diciéndole “Toma lo que te gusta” “¿A esto vienes verdad?, pues siéntelo empujar tus entrañas”, ella jadeante y entre gemidos respondía cada vez que empujaba con fuerza “Si amor, si, así es como lo quiero, con fuerza destrózame por dentro y máteme de placer”…. Creo que lo hice en todas las posturas que se me ocurrieron, ella tuvo varios orgasmos y termine penetrándola acostada boca arriba y yo acostado de lado con sus piernas sobre mi cadera, al no resistir más la penetré hasta el fondo, me abracé de su pierna y un delicioso orgasmo me hizo eyacular llenando su vagina al terminar besé su pierna dulcemente, ella me dijo

-¿Cómo después de cogerme tan salvajemente puedes ser tan tierno?... Me encantas Miguel, te quiero mucho.

Pasamos la noche juntos y a diferencia de lo que yo esperaba ella no pidió mi silencio, por la mañana se levantó a las 7 de la mañana, se tomó su pastilla y se volvió a meter en la cama, yo me fui a trabajar y la dejé acostada desnuda sobre mi cama, por la noche cuando regresé la cama estaba tendida y sobre de ella una hoja de papel donde anotó “Me encantas Miguel, quiero que seamos amantes, si estás de acuerdo te veo aquí el jueves a las 9 de la mañana”

El jueves al terminar de nuestro placentero sexo estuvimos un rato desnudos en la cama, después ella se levantó, se vistió y antes de despedirse de mí, metió su mano bajo su falda y sacó su dedo humedecido de mi semen, lo limpió con la lengua y dijo riendo

-Que rico, pero me debo de escurrir bien antes de ponerme las bragas o me va a descubrir Jorge

Después de coger con una mujer casada verla peinarse y maquillarse frente al espejo para ocultarle al marido las huellas de su pasión mientras el semen de uno aun humedece sus entrañas, al menos para mí es algo  excitante, inmensamente excitante. Y así fue que por cerca de 5 meses fuimos amantes hasta que un día después de haber cogido delicioso como lo hacíamos cada vez que nos veíamos, desnudos en la cama me dijo

-Nos tenemos que dejar de ver Miguel, Jorge ya sospecha, la última vez cuando llegué a casa me tiró sobre la cama y a diferencia de lo que acostumbra me hizo el sexo oral… Si no me hubiera metido a bañar ya estaría con una demanda de divorcio encima

-Podemos seguir haciéndolo como lo hiciste, recoges mi semen de tu vagina y lo untas en tu vientre y tus tetas, eso te obliga a bañarte

-¿Te encantó que lo hiciera verdad?... A mí también… Fue un baño con lechita caliente

Se rió coquetamente de lo que dijo y agregó en tono de tristeza

-Vamos a dejar de vernos un tiempo amor, ese cabrón es capaz de mandarme seguir, cuando se calmen las cosas te llamo amor.

Después de besarnos y acariciarnos por mucho tiempo, ella miró el reloj, suspiró y dijo “Ya es hora” se levantó, se metió a bañar, después se maquilló y se fue…. Tienen razón, no la volví a ver, estoy casi seguro que el marido estaba de acuerdo con nuestros encuentros amorosos, incluso acordaron en que ella tomara los anticonceptivos, lo supongo así ya que nunca vi una foto de los mellizos en su cartera y confieso haberla buscado mientras ella entraba al baño a limpiarse ¿Y qué mujer no lleva fotos de sus hijos en su cartera?. Aseguraron mi silencio y su negocio, cuando ella notó que yo había olvidado el asunto de los mellizos simplemente desapareció de mi vida… No la culpo, ni le reprocho nada, buscó en mi lo que necesitaba y simplemente me pagó con lo que yo más deseaba que sin duda era ella, mejor dicho su cuerpo ya que a ella en realidad solo la tuve a los 17 años.

Yo terminé haciendo lo mejor que pude haber hecho en mi vida, enamorarme de Rebeca y por fortuna después de 25 años de matrimonio y tres preciosos hijos sigo perdidamente enamorado de ella

Ya han pasado 27 años y fue precisamente Rebeca la que me hizo recordar esta historia, el sábado en la mañana mientras tomaba café en la cocina de nuestra casa me acercó el periódico abierto en una plana llena de esquelas fúnebres de Jorge, en una, puesta por una empresa refresquera decía “Se une a la pena que embarga a su socio y amigo don Jorge (N) por el sensible fallecimiento de su hijo Jorge” Y en la nota sobre su muerte decía que le sobrevivían “Su padre, su esposa Susana, sus hijos Jorge, Miguel y Angélica”. La observé por unos segundos, les había puesto nuestros nombres lo que indicaba que si eran mis hijos, bueno en realidad debo decir que se había fecundado con mi semen, ya que para tener hijos hay que ser padre y yo nunca lo fui… Miré a Rebeca y Sonreí, ella me dijo

-No pudo disfrutar la herencia, murió antes que el papá, y para mi fortuna muy tarde para ti y Susana